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LA ÚLTIMA CENA

(Mateo 26:20-30)

Los nombres de los doce apóstoles son éstos;

NARRADOR. Al atardecer, se puso a la mesa con los doce. Y mientras comían, les
dijo:

JESÚS. Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.

NARRADOR. Ellos se entristecieron mucho, y uno por uno comenzaron a preguntarle:

DISCÍPULOS. ¿Acaso seré yo, Señor?

NARRADOR. Jesús respondió,

JESÚS. El que mete la mano conmigo en el plato es el que me va a traicionar. El Hijo


del hombre se va, tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le
valdría a ese hombre no haber nacido.

NARRADOR. Entones preguntó Judas el que iba a entregarle:

JUDAS. ¿Acaso seré yo, Rabbí?

NARRADOR. Jesús le contestó

JESÚS. Tú lo has dicho

NARRADOR. Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo


dio a sus discípulos, diciéndoles:

JESÚS. Tomad y comed todos de Él, porque este es mi cuerpo que será entregado por
todos ustedes para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía.

NARRADOR. Tomó luego una copa, dio gracias, y se la pasó diciendo:

JESÚS. Tomad y bebed todos de Él, porque esta es mi sangre, sangre de la alianza
nueva y eterna que será derramada por ustedes para el perdón de los pecados. Hagan
esto en conmemoración mía.
Les digo que no beberé de este fruto de la vid desde ahora en adelante, hasta el día en
que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.

LAVATORIO DE PIE

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este
mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el
extremo. Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas
Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había
puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la
mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un
lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que
estaba ceñido. Llega a Simón Pedro; éste le dice:

SIMÓN PEDRO: Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?


NARRADOR. Jesús le respondió:
JESÚS. «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde».
NARRADOR. Le dice Pedro:
PEDRO. «No me lavarás los pies jamás».
JESÚS. Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo».
NARRADOR. Le dice Simón Pedro:
PEDRO. «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza».
NARRADOR. Jesús le dice:
JESÚS. «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros
estáis limpios, aunque no todos».
NARRADOR. Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos».
Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo:
JESÚS. « ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el
Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os
he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he
dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros

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