La sentencia de la sección tercera del Consejo de Estado del 28 de agosto de
2014, unificó la tasación de los perjuicios morales ya sea por muerte de la víctima directa o lesiones personales de esta. En tal sentido, señaló que para determinar el valor que corresponde como indemnización, se debe probar la gravedad o levedad de la lesión causada a la víctima directa. De igual manera, indicó que a las víctimas indirectas se les asignará un porcentaje, de acuerdo con el nivel de relación que tengan con el lesionado. El consejo de Estado definió los perjuicios morales de la siguiente manera: “el dolor, la aflicción y en general los sentimientos de desesperación, congoja, desasosiego, temor, zozobra, etc., que invaden a la víctima directa o indirecta de un daño antijurídico, individual o colectivo” . Los niveles que se encuentran en las siguientes tablas, son aquellos en donde se describe la cercanía afectiva entre la víctima directa y aquellos que acuden a la justicia en calidad de perjudicados o víctimas indirectas. LOS PERJUICIOS MATERIALES
Los perjuicios materiales sólo pueden decretarse previo estudio motivado y
razonado que tenga en cuenta las pretensiones y las pruebas aportadas por la parte; así, solo se puede conceder al demandante el perjuicio reclamado, a partir de la apreciación razonada y específica que el juzgador realice de los medios probatorios obrantes en el expediente, en la que se consideren las circunstancias concretas que permitan deducir que, en efecto, la detención le generó la pérdida de un derecho cierto a obtener el ingreso que, de no haberse producido el daño, habría seguido percibiendo o podría haber percibido como producto de la labor que desempeñaba antes de ser privado de la libertad o que iba a empezar a percibir en razón de una relación existente pero que apenas iba a empezar a cumplirse. (Fallo 00133 de 2019 Consejo de Estado).
En cuanto a los perjuicios materiales, debe acreditarse objetivamente la existencia
de los mismos y a su vez, el equivalente monetario, una vez se establece que el daño causado a la parte demandante repercute negativamente en su economía o patrimonio de forma cierta y directa, es necesario establecer si la perdida implica que un bien salió o saldrá de su patrimonio se conoce como daño emergente o que dejó o dejará de ingresar un valor al mismo el cual sería lucro cesante. La cuantificación de los perjuicios, dependerá de lo probado en el proceso en cada caso concreto, por lo cual debe distinguirse entre la prueba del perjuicio y la prueba de un factor para su cuantificación; de tal manera, que en este caso es necesaria la demostración del quantum de los perjuicios, más no de la existencia del perjuicio en sí mismo.
En la SU 00133 de 2019 Consejo de Estado el Consejo de Estado unifica
jurisprudencia en materia de reconocimiento y liquidación de perjuicios materiales en los eventos de privación injusta de la libertad, cuando el demandante pretenda obtener la indemnización del daño emergente derivado del pago de honorarios profesionales, quien haya realizado el pago deberá aportar: i) la prueba de la real prestación de los servicios del abogado y ii) la respectiva factura o documento equivalente y la prueba de su pago. Igualmente, dispone que las indemnizaciones en la modalidad de lucro cesante, es un derecho que se tiene per se y que su existencia y cuantía deben reconocerse solo: i) a partir de la ruptura de una relación laboral o de una futura cierta o ii) a partir de la existencia de una actividad productiva lícita previa no derivada de una relación laboral. Perjuicios Subjetivos En la sentencia del CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO SECCIÓN TERCERA con numero de radicado 250002326000200301881 01 del año 2014 Define como perjuicios subjetivos con el enfoque moral, refiriéndose a la afectación de la salud y el daño que le causo esta, la corte cita que los perjuicios morales subjetivos se deben al daño “relacionado con la tristeza, angustia y zozobra que le produjo el contagio de esa enfermedad” asi mismo la jurisprudencia de la sección tercera menciona que el daño es “daño a la vida de relación, perjuicios fisiológicos, alteración grave a las condiciones de existencia y, en la actualidad, denominado daño a la salud, razón por la cual la Sala en aplicación de la primacía del derecho sustancial frente a las formas, estudiará dicha pretensión denominada “perjuicios morales subjetivos”, bajo el título de daño a la salud” La valoración probatoria para la liquidación de daños y perjuicios se da mediante el análisis de toda actividad probatoria del caso y no solamente el parentesco que tiene sobre la víctima tales como: “las características mismas del daño, su gravedad y extensión, el grado de afectación en el caso a cada persona” En la sentencia 00005 del 2018 del consejo de estado, menciona sobre la liquidación de perjuicios morales subjetivos “basta la acreditación del parentesco para que pueda inferirse su causación a los familiares hasta el segundo grado de consanguinidad y primero civil, esto es, respecto de los padres, hermanos mayores o menores, abuelos, hijos y cónyuge o compañero(a) permanente de la víctima principal. Las razones que sustentan el paso del hecho indicador del parentesco, a la circunstancia de que el daño causado a una persona afecta moralmente a sus parientes, se fundamentan en: a) que la experiencia humana y las relaciones sociales enseñan que entre los parientes existen vínculos de afecto y ayuda mutua y b) la importancia que tiene la familia como núcleo básico de la sociedad “ pero asi mismo menciona que cuando la persona se ve afectada por la muerte de alguien se debe comprobar el dolor de la muerte causada
PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD
Sentencia Radicación número: 07001-23-31-000-2009-00057-01(54760) CONSEJO DE ESTADO. Sala de lo contencioso administrativo SECCIÓN TERCERA. La sala debe analizar la demostración del daño toda vez que se trata del primer elemento que debe estudiarse para establecer la responsabilidad extracontractual del Estado. Una vez establecida la alegada afectación de los intereses de la parte demandante, se entrará a determinar la posibilidad de imputarla a la demandada. En este caso el daño alegado es la privación de su libertad y así mismo el daño causado a quienes se demuestran como familiares del condenado. Estos daños se denominan como perjuicios morales y se liquidan o se solicitan por concepto de indemnizaciones para la víctima directa, porque es razonable asumir que la persona que ve afectada su libertad experimente sentimientos de angustia e impotencia por no poder determinar el rumbo de su vida. Ha dispuesto el Consejo de estado que “Sala ha sugerido que en los casos en los cuales la privación de la libertad en centro carcelario sea superior a 18 meses, se reconozca la suma equivalente a 100 SMLMV; cuando esta privación supere los 12 meses y sea inferior a 18 meses, el monto de 90 SMLMV; si superó los 9 meses y fue inferior a 12 meses, se sugiere el reconocimiento de 80 SMLMV; por su parte, si la reclusión fue mayor a 6 meses, pero no rebasó 9 meses hay lugar a fijar como indemnización la suma equivalente a 70 SMLMV; de igual forma, en tanto la privación sea superior a 3 meses pero no sea mayor a 6 meses, el valor por concepto de este perjuicio correspondería a 50 SMLMV; asimismo si la medida de aseguramiento supera un mes, pero resulta inferior a 3 meses, se sugiere el reconocimiento de 35 SMLMV; finalmente si la detención no supera el mes, la indemnización se tasa en el equivalente a 15 SMLMV.”
En cuanto a los perjuicios materiales (lucro cesante) De conformidad con la
jurisprudencia reiterada y unificada de esta Sección, el perjuicio material a indemnizar, en la modalidad de lucro cesante, debe ser cierto y, por ende, edificarse en situaciones reales, existentes al momento de ocurrencia del evento dañino, toda vez que el perjuicio eventual o hipotético, por no corresponder a la prolongación real y directa del estado de cosas producido por el daño, no es susceptible de reparación. La liquidación del lucro cesante efectuada por el a quo se encuentra conforme a las pautas fijadas por la jurisprudencia de la Sección Tercera y por razones de equidad se procederá únicamente a su actualización monetaria, con aplicación del índice de precios al consumidor, para lo cual se modificará en lo pertinente el fallo recurrido.
Establecida la existencia del daño es necesario verificar si resulta antijurídico y,
además, imputable jurídica o fácticamente a la institución representante del Estado que actuó injustamente.
MUERTE DE UN AGENTE DEL ESTADO
Para la Corte, la expresión: fallecimiento de un particular que haya obrado
siguiendo una expresa instrucción de la misma, contenida en el artículo 140 de la Ley 1437 de 2011, en nada contraviene las disposiciones constitucionales del preámbulo y los artículos 1º, 2º, 6º y 90 de la Constitución, en la medida que la expresión en manera alguna limita o desconoce los pilares de la responsabilidad patrimonial del Estado, pues la expresión acusada no debe interpretarse de manera aislada sino de forma armónica con todo el texto que la incorpora. Así, contrario a lo asegurado por el demandante, en ningún modo la norma consagra una cláusula de irresponsabilidad para el Estado en aquellos eventos en los que no medie instrucción a un particular, pero concurran acciones u omisiones de las entidades públicas que ocasionen daños antijurídicos a las personas, y que a la luz del artículo 90 de la Carta comprometería la responsabilidad del Estado. En el segmento demandado el legislador al extender la responsabilidad a los particulares cuando estos actúen siguiendo una expresa instrucción de las autoridades públicas, no está dando a entender que estos particulares no sean responsables de sus propias actuaciones, tal como lo consagra el Código Civil colombiano en el artículo 2341, ya que resultaría irrazonable que el Estado tuviera que responder por todos los daños cometidos por los ciudadanos en beneficio de los lesionados, cuando no ha mediado una expresa instrucción de una entidad pública sino obrado en el campo o esfera de su vida privada, separado por completo de toda actividad pública. Un orden justo implica considerar que el Estado repare los daños que hayan causado los agentes estatales cuando su conducta le sea imputable al Estado, es decir, cuando hayan obrado con ocasión de sus funciones; y que también repare los daños que causan los particulares, siempre y cuando su conducta sea imputable al Estado.
En la sentencia SU 24392 de 2012 se acreditó en el proceso que en el municipio
se habían presentado con anterioridad otros dos atentados con artefactos explosivos en contra de entidades públicas en el mes de octubre del año inmediatamente anterior, vale decir cinco meses atrás, y otros más en el departamento, pero esa sola circunstancia en modo alguno permite a la Sala deducir la configuración de una conducta emisiva o descuidada y por ello reprochable en cabeza de la demandada, dada la especial naturaleza de ese tipo de ataques que son de suyo sorpresivos y pocas veces predecibles, debiéndose resaltar que en este caso nada distinto a esa mera circunstancia se probó en el proceso, pues, por el contrario, lo que sí está demostrado en las presentes actuaciones es que dado el alto grado de presencia subversiva en la zona, la demandada desplegaba actividades de control y vigilancia permanentes sobre los distintos sectores de la población, no empero lo cual los ataques llegaban a producirse por efecto mismo de la naturaleza y dimensión del conflicto armado que no por haber permanecido con manifestaciones recurrentes por más de cincuenta años pueda significar que ocurra como expresión de una falla en el servicio de seguridad del estado. De todo lo anterior ha de seguirse que la responsabilidad del Estado en este caso se fundamenta en el deber de acompañamiento a las víctimas del conflicto, quienes se vieron sometidas al rompimiento de las cargas públicas que normalmente debían asumir, circunstancia de desequilibrio que se concretó en la muerte de un miembro de su núcleo familiar, y sus razones ya que todas estas llevan a entender que no resultan de recibo los planteamientos de la demandada en este punto enderezados a obtener la revocación de la sentencia en tanto determinó su responsabilidad, por lo que ha de procederse, a continuación, al estudio del recurso formulado por la parte actora.
Demanda de Indemnización de Perjuicios Por Daño Moral Debido A Falta de Servicio de Servicio de Salud, Fundada en Fallecimiento de Paciente, Acogida en Juicio Ordinario Respecto de Su Cónyuge e Hijos
Ley de Amparo, reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos 2016: Comentada y con jurísprudencia