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Grupo 3

ROLES:
Moderador(a): Lopez Ramos Cairo
Presentador(a): Zegarra Lopez Karla
Debatientes- afirmativo:
Brito Soto Christian
Valenzuela Huamaní Emilio
Sanchez García Fernando
Debatientes- negativo:
Fabian Ramirez Nayeli
LLicahua Hilares Kely
Requejo tenorio Oriel
Secretario(a):
Zegarra Lopez Karla
Publico:
Odar Vasquez Angel
Obeso Pereda Renato
Santisteban Mendoza Briyith
Salinas Urbina Chelsea

Moción: El estado debe prohibir la inmigración de los venezolanos en el país.

Información:
Se considera inmigración irregular (o inmigración ilegal) al movimiento migratorio de
personas a través de las fronteras sin atender los requerimientos legales del país de
destino y en ocasiones también del país de procedencia. La persona que se encuentra
en esta situación es un inmigrante irregular, un inmigrante ilegal un inmigrante sin
papeles o simplemente un sin papeles (sin documentos tales como el permiso de
residencia o el permiso de trabajo.
Entre los efectos negativos podemos mencionar el problema de la integración y
adaptación, la competencia laboral, los nuevos bolsones de pobreza, el aumento de la
discriminación y la xenofobia, la disminución de los salarios de los trabajadores nativos
por la competencia con los migrantes, la selección de mano de obra (ejemplo: ley de
extranjería de España).
No basta con querer emigrar, es necesario que el país de destino acepte la estancia del
nuevo inmigrante. Para ello se deben cumplir una serie de requisitos que determinan
la admisión y establecen la situación jurídica del inmigrante en el nuevo país. Cuando
el inmigrante cumple con todos los requisitos legales para instalarse, la inmigración es
legal. Cuando no es así y, a pesar de ello, el inmigrante se instala en el país de destino,
se configura una inmigración ilegal.
Los inmigrantes benefician a las sociedades a las cuales se integran. Aquellos países
que acogen una gran variedad de inmigrantes se hacen más ricos, más productivos y
más innovadores. Las regiones que reciben el mayor número de inmigrantes crecen
más rápidamente. Así lo demuestra la experiencia de los Países Bajos en el siglo XVII,
la del Reino Unido en el siglo XIX y la de Estados Unidos en el siglo XX. Además del
talento, la iniciativa y el afán de superación que aportan a su nueva sociedad los
inmigrantes, la interacción con los habitantes locales crea una simbiosis que favorece a
ambas partes.
El argumento político más poderoso contra los inmigrantes es que quitan puestos de
trabajo a la población nativa y, por tanto, aumentan el desempleo. La lógica es simple:
si el número de empleos es fijo y los extranjeros ocupan algunos trabajos, hay menos
disponibles para los nativos. En teoría, el incremento de la oferta laboral producido por
los flujos migratorios en algunos sectores, mercados o industrias puede tener "algún"
impacto sobre los salarios y/o el empleo. Incluso es posible que en ellos se produzca
una elevación temporal del paro hasta que la economía se ajuste. Sin embargo, los
estudios realizados sobre esta cuestión muestran la inexistencia de más paro y salarios
más bajos para los trabajadores domésticos, en los sitios en los cuales la participación
de los inmigrantes en la fuerza laboral es mayor.
Uno de los principales temores derivados de la inmigración es el de su relación con la
delincuencia. La pregunta es sencilla: ¿Tienen los inmigrantes una mayor propensión a
cometer delitos que los nativos? Resulta obvio que a medida que aumenta el número
de extranjeros en un país, también lo hace el número de violaciones de la ley
cometidos por ellos en términos absolutos. Es pura lógica estadística. Ahora bien, la
mayoría de los estudios realizados sobre la materia no muestran que haya una relación
constante y estable entre delincuencia e inmigración. La población inmigrada no tiene
siempre y en todas partes tasas de criminalidad mayores, menores o iguales que la
autóctona. Todo depende del lugar y del período que se considere. Para decirlo con
claridad, el incremento de los flujos migratorios no se traduce de manera inexorable
en una amenaza para la seguridad de la sociedad huésped. Según Fetzer (2000), la
oposición a la inmigración comúnmente surge en muchos países debido a problemas
de identidad nacional, cultural y religiosa. El fenómeno se ha estudiado especialmente
en Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos, así como en la
Europa continental. Por ende, la oposición a la inmigración se basa en el temor de que
los inmigrantes distorsionen o arruinen los valores culturales existentes.2 Los
opositores contemporáneos de la inmigración la culpan por problemas como el
desempleo, el crimen, el daño al medio ambiente, la escasez de viviendas y los costes
abrumadores en los servicios sociales.
Cuantas más personas haya, más trabajos se ocuparán. El clásico de “los inmigrantes
nos roban el trabajo” es mentira, ya que ellos toman los trabajos que los nacionales no
quieren porque se consideran mejores que eso. De esta forma, tenemos toda una
comunidad de inmigrantes que recogen fresas al sol o llevan a cabo trabajos
complicados y en ambientes y entornos muy complejos.
Los migrantes y refugiados venezolanos representan una gran oportunidad económica
para el Perú, y tienen el potencial de aumentar la capacidad productiva del país e
impulsar su crecimiento de manera significativa, según un estudio del Banco Mundial
presentado hoy. Concretarla requiere que se adapten políticas e instituciones públicas
para integrar adecuadamente a la población migrante y refugiada venezolana a la
sociedad y economía peruanas.
Así lo sostiene el informe “Una oportunidad para todos: Los migrantes y refugiados
venezolanos y el desarrollo futuro del Perú” que presentó el Banco Mundial como
parte de una serie de estudios sobre la migración venezolana en América Latina y el
Caribe, que incluyen un análisis de la situación en Colombia, realizado el 2018, y uno
sobre la situación en Ecuador, que se publicará a principios del 2020.

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