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El séptimo nombre es Infierno,

y de ese amor yo he probado el tormento.

Nada hay que no devore y condene.

En verdad, nadie escapa a él

de quienes prueban el amor y de él quedan cautivos:

ninguna gracia se concede aquí.

Así como el infierno todo lo arruina,

no se encuentra en el Amor

más que tortura sin piedad:

ni un instante de reposo, siempre

un nuevo asalto, una persecución nueva.

Verse devorado, tragado

en su esencia abismal,

hundirse sin cesar en el ardor y el frío

en la profunda y sublime tiniebla del Amor,

supera los tormentos de la gehenna.

Sólo el amor conoce su venida y su marcha,

y sólo quien lo prueba sabe

por qué el nombre de Infierno

le conviene por encima de todo.

Hadewijch de Amberes
Bibliografía

- Hadewijch de Amberes, El lenguaje del deseo, Trotta.

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