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Amoris laetitia

LA ALEGRIA DEL AMOR

CAPITULO IV

EL AMOR EN EL MATRIMONIO
El amor es paciente
Es servicial
El amor no tiene envidia
No hace alarde

7
4-
No es arrogante

13,
No obra con dureza

or
No busca su propio interés no se irrita

1C
No lleva cuentas del mal no se alegra de la injusticia

or
Sino que goza con la verdad

l am
Todo lo disculpa

a
Todo lo cree

no
Todo lo espera

Him
Todo lo soporta
Paciente

Dios es lento a la ira Ex 34,6


No se deja llevar por los impulsos y evita agredir
La paciencia de Dios es ejercicio de la misericordia
con el pecador
Ser paciente no es sinónimo de dejarse maltratar.
El problema es cuando se exigen relaciones
perfectas o cuando nos colocamos en el centro, todo
nos impacienta
La paciencia se afianza cuando reconozco que el otro
también tiene derecho a vivir en esta tierra junto a
mi, así como es.
Actitud de servicio

La paciencia no es una postura totalmente pasiva.


Es una reacción dinámica y creativa ante los demás.
El amor no es sólo un sentimiento.
El verbo amar en hebreo: es hacer el bien
Sanando la envidia

En el amor no hay lugar para sentir malestar por el


bien de otro.
La envidia es una tristeza por el bien ajeno
Nos centra en el propio yo. Ex 20,17
Sin hacer alarde ni agrandarse

Indica la vanagloria.
El que ama sabe ubicarse en su lugar sin pretender ser el centro.
El amor no es arrogante, no se agranda
1cor 8,1
Mt 20,27
Amabilidad

El amor no obra con rudeza, no actúa de modo descortés, no es duro en el


trato
Detesta hacer sufrir a los demás
Ser amable no es optativo para el cristiano, es una exigencia
Entrar en la vida del otro, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que
renueva la confianza y el respeto por la libertad del otro.
Espera que el otro abra su corazón
Desprendimiento

No busca su propio interés


Para amar hay que amarse primero a si mismo, sin olvidar que
es más noble el si a los demás.
Que no busque ser amado sino amar
El que es tacaño consigo mismo,¿ con quien será generoso?
Por eso la prueba máxima del amor es dar la vida
Sin violencia interior

Es una irritación del corazón que nos coloca a la defensiva.


El desconfiar de todo el mundo nos enferma y nos aísla
Es humano sentir prevención, sentir la fuerza de la
agresividad y otra cosa es consentirla
Ef 4,26
¿Y cómo debo hacer las paces?
Perdón.

El rencoroso toma en cuenta el mal . Lo lleva anotado.


Lo contrario es el perdón, intenta comprender la debilidad
ajena. Lc 23,34.
Se vuelve crueles ante el error del otro, ve la paja en el ojo
ajeno.
El perdón exige una gran dosis de sacrificio.
Es valida también la expresión perdonarse a si mismoy haber
experimentado el perdón de Dios
Alegrarse con los demás

Se regocija con la verdad, se alegra con el bien del otro


Esto es imposible cuando se esta siempre comparando o
compitiendo
2 cor 9,7 Dios ama al que da con alegría
Hch 20,35 hay mas alegría en dar que en recibir
Disculpa todo

Implica limitar el juicio, no condenar.


No hablar mal unos de otros. No dañar la imagen del otro.
Entre nosotros se volvió cultural rajar del esposo(a), por el
contrario el que ama guarda silencio para no dañar la imagen del
otro.
Todos somos una combinación de luces y sombras. Yo amo al
otro tal como es, con sus imperfecciones, que su amor sea
imperfecto no significa que sea falso o que no sea real.
El amor convive con la imperfección, la disculpa y sabe guardar
silencio ante los límites del ser amado,
Confia

Todo lo cree. No en sentido teológico sino de confianza


La confianza hace posible una relación de libertad.
Se renuncia a controlarlo todo, a poseer, a dominar.
El que se sabe juzgado, vigilado, termina viviendo una vida falsa o
una doble vida.
Se busca que espontáneamente se rechace el engaño, la falsedad o
la mentira
Espera

Implica la espera del que sabe que el otro puede cambiar,


madurar, crecer.
Todos estamos llamados a la santidad, el fin ultimo del
matrimonio es la mutua ayuda en este propósito.
La espera trasciende lo temporal y se remonta hasta la plenitud
del cielo.
La espera permite una mirada sobrenatural del otro que un día
recibirá esa plenitud en el reino celestial
Soporta todo

Sobrelleva con espíritu positivo todas las contrariedades.


Es mantenerse firme en un ambiente hostil.
No es tolerar algunas molestia o contrariedades, es ser capaz de
superar cualquier desafío.
La persona fuerte es la que puede romper la cadena del odio, la
cadena del mal e inyectar dentro de la propia estructura del universo
el elemento fuerte y poderoso del amor.
El ideal cristiano es el amor a pesar de todo.
Crecer en la caridad conyugal

La caridad conyugal es el amor que une a los esposos


El espíritu que nos regala Jesús es el que hace al hombre y a la mujer
capaces de amarse como Cristo nos amo, así el amor alcanza su
plenitud en la caridad conyugal.
El matrimonio es la imagen del amor de Dios por nosotros.
Pero no hay que arrojar sobre dos personas limitadas el tremendo peso
de tener que reproducir de manera perfecta la unión que existe entre
Cristo y la iglesia.
Toda la vida todo en común.

El amor conyugal es la máxima amistad


El que esta enamorado no se plantea la posibilidad de algo
temporal.
Ningún matrimonio viene con fecha de caducidad.
El amor reclama fidelidad. No traiciones a la esposa de tu
juventud. Pues yo odio el repudio Ml 2,16
Que ese amor pueda atravesar todas las pruebas y mantenerse
fiel en contra de todo supone el don de la gracia
Eel matrimonio es una amistad que incluye las notas propias de
la pasión
Alegría y belleza

En el matrimonio conviene guardar la alegría del amor


Cuando la búsqueda del placer es obsesiva, se torna alienante y
destructiva.
La alegría del matrimonio puede vivirse aún en medio del dolor. La vida
cotidiana implica gozos y esfuerzos, tensiones y descansos, molestias y
placeres.
La sociedad de consumo apaga la alegría. Todo esta para venderse,
cambiarse, también las personas.
La alegría del amor es contemplativo, valora lo bello y sagrado del otro
que va más allá de mis necesidades.
Muchas heridas y crisis se originan cuando dejamos de contemplarnos, de
mirarnos.
La alegría del amor se renueva con el dolor. La satisfacción del esfuerzo,
Casarse por amor

La unión matrimonial es el modo de encausar la estabilidad y el


crecimiento real y concreto de la personalidad.
El matrimonio no destruye el amor sino que lo ennoblece y perfecciona.
Comprometerse con el otro de un modo exclusivo y definitivo siempre
tiene una cuota de riesgo y de osada apuesta.
El rechazo al compromiso es egoísta, mezquino, no termina de
presentarlo a la sociedad como digno de ser amado
incondicionalmente.
El sí del matrimonio es decirle al otro que siempre podrá confiar que no
será abandonado
Amor que se manifiesta y crece

Los gestos que expresan el amor deben ser permanentemente cultivados.


Tres palabras claves para el crecimiento: Permiso, gracias, perdón.
El amor conyugal no se cuida hablando de la indisolubilidad como una
obligación, sino como resultado de una decisión, como un resultado de la
gracia sacramental.
El amor que no crece esta en riezgo,. Siempre hay que responder a la
gracia con actos de afecto, cariño, ternura, más intimos, mas alegres,
mas osados.
No hace bien algunas fantasias sobre el amor idilico y perfecto.
Estamos llamados a crecer juntos, a madurar el amor y a cultivar la
solidez de la unión, pase lo que pase
Diálogo

Es una forma privilegiada e indispensable de vivir, expresar y madurar el


amor.
Supone un largo y esforzado aprendizaje.
Saber escuchar al otro. Brindar tiempo de calidad.
Dar importancia real al otro.
Expresar lo que uno siente sin lastimar. Plantear los propios reclamos sin
descargar la ira. Encontrar el modo apropiado de decir las cosas.
Para que el diálogo valga la pena se debe tener algo que decir.
El matrimonio es excluyente pero no cerrado.
En una familia endogámica el diálogo se empobrece
Amor apasionado

Un amor sin placer ni pasión no es suficiente para simbolizar la


unión del amor humano con Dios.
Las pasiones es el mundo de las emociones, deseos,
sentimientos.
Experimentar una emoción no es algo moralmente malo o
bueno en sí mismo.
Dios ama el gozo de sus hijos. Pero es necesario la educación
de la emotividad y el instinto y por eso es necesario colocar
algunos límites.
Algunos insisten en eliminar el deseo para liberarse del dolor,
pero nosotros creemos que Dios ama el gozo del ser humano y
creo todo para que lo disfrutemos. No te prives de pasar un día
feliz. Si 14,11.14
Dimensión erótica del amor

Dios mismo creo la sexualidad como un regalo maravilloso.


La necesidad sexual de los esposos no es objeto de
menosprecio ni de ponerla en cuestión.
La sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener, ya
que es un lenguaje interpersonal donde el otro es tomado en
serio, con su sagrado e inviolable valor.
El erotismo aparece como una manifestación específicamente
humana de la sexualidad.
El más sano erotismo, si bien esta unido a una búsqueda de
placer, supone la admiración , y por eso puede humanizar los
impulsos.
.
La dimensión erótica del amor no se puede entender como un
mal permitido como un peso a tolerar sino como un don de Dios
que embellece el encuentro de los esposos.
La sexualidad, aún dentro del matrimonio , puede convertirse en
fuente de sufrimiento y de manipulación.
Las relaciones sexuales deben ser el resultado de un mutuo
acuerdo donde prime el carácter de don divino dado al hombre
para su goce y crecimiento. 1 Cor 7.5.
Juan Pablo II: el hombre y la mujer están amenazados por la
insaciabilidad.
Son dos seres con sus propia dignidad y aspiraciones que se
unen por lo cual se excluye todo servilismo, explotación o
sumisión del otro.
Matrimonio y virginidad.

La virginidad es una forma de amar. Es un llamado a servir en la


construcción del reino
El matrimonio puede considerarse superior a los demás
sacramentos porque simboliza la unión de Cristo con la iglesia.
O la unión de la naturaleza divina con la humana.
La virginidad tiene el valor simbólico del amor que no necesita
poseer al otro, y refleja así la libertad del reino de los Cielos.
La virginidad y el matrimonio son formas diferentes de amar.
El celibato corre el peligro de ser una cómoda soledad.
La virginidad puede ser asumida en la pareja como una
respuesta a la alianza de mutua fidelidad .
La transformación del amor

El amor conyugal presupone la decisión de elegirse una y otra vez.


De elegirse a pesar de que los elementos que lo impulsaron la primera
vez ya no subsistan como tales o se hayan debilitado. La pasión, la
belleza externa, la vitalidad.
El amor no se acaba, el amor se transforma y se lleva en el alma.
Es el camino de construirse día a día.
Este camino solo es posible con la ayuda del Espíritu Santo que es el
que nos da la gracia
Para que nuestro amor sea el reflejo del amor de Dios en nosotros.

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