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Poemas lana del rey

And when you call I put your sweater on


and put you on speaker
and chat for hours underneath the trees
and think about the last time you were lying next to me
how the noise from the cars got louder and louder during rush hour
until it sounded like a river or a stream
and it felt like we were swimming
but it wasn’t just a dream
we were just

happy

Lana del rey se ha convertido en una de las mejores poetas del siglo XX1 “I once had

dreams of becoming a beautiful poet”, cuenta Lana Del Rey en el


monólogo que abre el videoclip de “Ride”. Ocho años han pasado desde
entonces, y ahora la artista publica su primer libro de poemas, bajo el
título “Violet Bent Backwards Over The Grass”. Un poemario que también
ha sido lanzado como un audiolibro con la propia Lana recitando sus textos
encima de la música instrumental de Jack Antonoff, productor de “Norman
Fucking Rockwell”, su último disco.

Con “Violet Bent Backwards Over The Grass”, Lana Del Rey nos presenta


una primera obra bajo su faceta como poeta que por unos momentos
brilla y encandila, pero por otros deja algo que desear. Afortunadamente,
los primeros reinan sobre los segundos, ofreciéndonos momentos muy
interesantes y curiosos, sobre todo para los fans que la hemos seguido
desde el principio.

Lana se abre totalmente en canal para contarnos, a veces a través de


poemas y a veces de relatos en prosa, sus vivencias con pelos y señales. A
medio camino entre la ficción y la realidad (o eso nos hace pensar), los
textos están escritos con tanto detalle que son capaces de
teletransportarnos al momento del que hablan. Conocemos el lugar donde
transcurría la acción gracias a su descripción, la hora exacta que marcaba
el reloj o las conversaciones que estaban sucediendo. Pero lo que
impresiona sobre todo es la elegante y fina manera que tiene Lana de
plasmar sus pensamientos sobre el papel de su máquina de escribir.
Porque en “Violet” los poemas y relatos están impresos tal cual, en crudo.
Con tachones, erratas y correcciones en bolígrafo incluidas.

Reuniones de alcohólicos anónimos, clases de piloto y navegación,


anécdotas con médiums y muchos viajes en coche con el mar de fondo
envuelven historias personales que hablan de sus ex amantes, su familia,
su profesión y su visión de Estados Unidos e incluso de Donald Trump. Un
libro abierto de lo que pasa por su mente y corazón que nos deja claro que
ya no hay ni rastro de la imagen distante y fría de diva que un día los
medios de comunicación decidieron construir alrededor de su nombre.

Al contrario que muchas otras mujeres dentro de la industria musical,


nunca se ha cuestionado la labor de Lana en las composiciones de sus
canciones. Y, por supuesto, ahora tampoco en sus poemas. La pluma de la
autora de “Video Games” es demasiado personal y reconocible como para
levantar sospechas dentro del grupo de escépticos que parecen saber más
de sesiones de composición que nadie. Sin embargo, si algo se ha criticado
mucho en torno a la figura de Del Rey es su supuesto afán por contar
siempre, según algunos, las mismas historias una y otra vez: desamores,
miserias y otras penas. Solo hace falta escuchar atentamente los últimos
dos discos de Lana para saber que ese prejuicio es injusto y falso, pero, de
ser verdad, ¿por qué no se critica de la misma manera a artistas
masculinos como The Weeknd o Ed Sheeran, que también hacen lo
mismo?

Preguntas que se responden solas aparte, una vez más Lana demuestra
que, como bien dice en muchos de estos poemas, ha nacido para escribir.
Sea de la forma que sea y le pese a quien le pese.

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