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“El tango es un sentimiento triste que se baila” Enrique Santos Discépolo

1
índice

Postura del tango ………………………………………………………………….... 3

El abrazo ……………………………………………………………………………… 6

La música …………………………………………………………………………….. 8

La aceptación bailando tango ……………………………………………………. 9

El profesor y el bailarín …………………………………………………………… 12

Sensibilidad vs virtuosismo bailando tango …………………………………. 13

El tango, baile social y popular ………………………………………………… 15

Formas de bailar tango ………………………………………………………….. 16

Como aprender a bailar tango y practicarlo …………………………………. 19

Webgrafía …………………………………………………………………………… 21

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Postura en el tango

“La mala postura es el complemento físico exteriormente observable de un


conflicto o choque interior; se cultiva durante el período de dependencia, cuando
se le exige al niño que realice actos para los cuales no tiene los medios”. Moshe
Feldenkrais “El Poder del Yo”.

La postura no solo es la correcta alineación de los segmentos corporales, es un


concepto más dinámico y tiene que ver con la correcta acción y ejecución de
determinado movimiento.

La asociación de una buena postura con el equilibrio, es acertada debido a la


influencia de la tranquilidad mental o emocional con respecto a aquella, ya que
ni la tensión muscular excesiva, ni la intensidad emocional, son compatibles con
la buena postura.

“La buena postura significa actuar deprisa, pero sin precipitación; la precipitación
significa, en general, un aumento de la actividad que no tiene como
consecuencia una acción más rápida, sino solo un incremento de la contracción
muscular”. M. Feldenkrais “El Poder del Yo”.

La postura adecuada prescinde de la contracción muscular prolongada, los


músculos actúan por pulsiones, intermitentemente, además permite la acción
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motriz fluida, no parasitaria y habilita a realizar tareas con el mínimo esfuerzo y
eficiente uso de la energía; esta acción muscular, motora, concreta y palpable,
influencia a los aspectos socioafectivos de la conducta humana positiva o
negativamente.

Un árbol que ha crecido verticalmente, dobla su parte más alta en la dirección


que el viento sople; de la misma manera, la postura adecuada vertical es aquella
que con un mínimo esfuerzo mueve el cuerpo con igual facilidad en la dirección
deseada; esto significa que en la posición vertical no debe existir ningún esfuerzo
derivado del control voluntario, independientemente de si este esfuerzo es
deliberado o producido por la acción del hábito.

La mala postura es la manifestación externa de un conflicto o choque interior;


cuando los medios con los que cuentan las personas para realizar una tarea son
insuficientes, el medio que encuentran para alcanzar el fin, es la tensión
muscular innecesaria.

“La mala postura manifiesta siempre tensión emocional a la que debió su


formación; la más frecuente y observable es la tensión de inseguridad en sus
diferentes aspectos, como la vacilación, el temor, la duda, la aprensión, el
servilismo, la obediencia ciega y sus contrarios”. M. Feldenkrais “El Poder del
Yo”.

La postura como manifestación observable, siempre expresa una conducta, por


eso no hay buenas o malas posturas, sino conductas externamente observables;
la “buena postura” no significa permanecer en una determinada posición con
cierta alineación de los segmentos corporales, sino en la efectiva y adecuada
precisión, armonía y fluidez del movimiento.

“La postura es como la grafología de la personalidad, traduce la actitud que


tienen hacia ustedes mismos y hacia la vida; habla del potencial de movimiento
que tienen y de su calidad; muestra si son cautivos de las dificultades del cuerpo
o si son libres y disponen de hacer lo que desean hacer con sus vidas; un vistazo
a la manera de pararse, dice mucho más de lo que pueden decir las palabras”.
Ruthy Alon.

La postura es la base de las técnicas deportivas o de movimiento, es “el telón


de fondo de la motricidad”, toda ejecución correcta del movimiento tiene su
origen en una adecuada postura, es lo que le da estructura, base, por eso la
adecuada postura es más que un asunto estético, es la raíz del movimiento
humano; mejora la postura para vivir mejor.

“La buena postura es la que nos permite movernos hacia cualquier dirección y
estar listos para la acción sin preparación previa”. M. Feldenkrais.

Mejora el alineamiento de tu esqueleto para optimizar el trabajo de tus músculos;


reconoce tus hábitos de postura y movimiento que te limitan, causan tensión y
eventualmente deterioro funcional, conociéndolos podrás modificarlos; la buena
postura favorece mejor control corporal del estrés, ampliando la respiración y
disminuyendo o eliminando la ansiedad.

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“Tu postura transmite tu personalidad y tu historia con más claridad que tus
palabras”. Ruthy Alon.

La buena postura permite acciones eficientes, incrementa la libertad de


movimiento y la vitalidad, contribuyendo a tu salud integral.

El Método Feldenkrais hace hincapié en la atención plena en el movimiento que


conduce a mejoras significativas en la postura, equilibrio, coordinación y
bienestar.

“La postura humana no es simple ni fácil de lograr; requiere un aprendizaje largo


y exigente, el aprendizaje que cada ser humano tiene que pasar para lograr la
mejor calidad de funcionamiento que su estructura le permite y es tan notable
como nada en la naturaleza”. Moshe Feldenkrais.

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El Abrazo

El tanguero transmite en el abrazo sus emociones y sentimientos; los tangueros


se abrazan en el encuentro y despedida de un tango, con amor, tristeza o alegría
porque el abrazo natural en el ser humano es un gesto natural de contención,
protección, confianza, salud, conexión y transmisión.

El tango permite el abrazo entre dos personas que, al moverse al ritmo de su


música, produce lo que muchos llaman “La Magia del Tango”.

Uno de los puntos más sensibles del tango, es el abrazo; es curioso, pero
muchos creen que van a sorprender a una dama haciendo la mayor cantidad de
pasos a altas velocidades y que mientras más complejos se hagan los pasos,
mejor se verá su baile… y aquí el abrazo se descuida y también a la mujer.

Las mujeres no creen que eso sea agradable, prefieren a los hombres que hacen
muy bien lo poco que saben, aunque solo sean cinco pasos escuchando la
música y no a quienes tratan de demostrar un enorme compendio de pasos,
complejamente entrelazados y que no dan respiro ni a los pies, ni a los pulmones.
Los hombres también sufren el peso de abrazos femeninos en sus hombros y
cuellos o bailes que los arrastran en vez de esperarlos, como también sentir que
muchas los usan como bastón y otras como trampolín para sus acrobacias.

Las mujeres deben tener un equilibrio propio y no depender del hombre para ello;
las mejores bailarinas “no pesan” “es como si volaran”, el abrazo, la marca y
todo el baile, no son cuestiones de fuerza, si no de sutilezas; lograr que las
mujeres nos entiendan desde comunicar y no desde someter; seguir a alguien
no es corresponder, sino aceptar al otro y dejarse llevar.

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Es peligroso llevar actitudes acrobáticas o de exhibición a las milongas, se ven
parejas en el medio de las milongas haciendo interminables secuencias
circulares con patadas, ganchos y volcadas, deteniendo así la circulación de
todos los bailarines.

La comunión entre lo virtuoso y sensible pocas veces se ve en las milongas, es


difícil unir estos dos factores; quien empieza a bailar tango, llega con la idea de
lo que ve en la televisión o en shows y le resulta raro saber que el tango social
no es lo que se publicita en todos los medios masivos.

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La música

La mujer podrá buscar el placer de escuchar la música, pero deberá buscar la


música, no en el aire, sino dentro del hombre, porque cada bailarín cuenta una
historia diferente con el mismo tema y porque cada hombre siente y escucha
diferente y también, lo que cada mujer responde y expresa, es único; tal vez por
eso, la sensibilidad y el descubrimiento en el tango no tiene límites.

Cuando el hombre sigue la música, el tiempo fuerte de un tango se escucha muy


claro, pero a veces ese instrumento que lo lleva, comúnmente el bandoneón o el
piano, puede dejar paso al llanto de un violín o cambiar la respiración gimiente
del bandoneón y su ritmo estirado.

Aunque cada persona escuche diferente, y el músico y la música nos cuenten


cosas, hay que escuchar, no solo los tiempos fuertes, y ver si nos pide pasos
marcados o figuras todo el tiempo, o si nos sugiere un silencio, un ralentizar del
paso, marcar con suavidad o buscar la pasión en el siguiente compás.

Pisar en la estructura métrica musical no es suficiente, técnicamente quizá, se


puedan meter más de tres pasos en un tiempo, pero tal vez habría que buscar
algo que nos conmueva en la música y luego medir la velocidad, encontrar la
conexión de la compañera o compañero, tanto en un paso, como en un silencio.

En el tango, la cantidad, no es calidad; cuando se escucha más, uno puede elegir


mejor la elección de un paso adecuado, como si la música nos dijera que paso
usar, es por esto que las estructuras coreográficas no sirven, a no ser que
bailemos siempre el mismo tema; imagino a todos los hombres que guían la
danza, teniendo posados sobre sus hombros, como voces de la conciencia, dos
pequeños angelitos: un Pichuco de un lado y un Pugliese del otro, que nos dirán
que hacer y por supuesto, la mujer agradecida.
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La aceptación bailando tango

Bailando tango muchas veces queremos mostrar figuras o secuencias que


hemos visto en vídeos o presentaciones de otros bailarines, bailamos abrazados
a nuestras parejas y comenzamos un despliegue de intentos por hacer todo lo
que hemos visto, lo que nos gusta hacer o el adorno especial que vimos hacer a
algún campeón o a algún maestro; en muchas ocasiones, los intentos por hacer
figuras, nos llevan a desconectarnos y a frustrarnos por no poder hacer todo lo
que queríamos hacer.

Los grandes bailarines dedican muchas horas diarias a practicar cada


movimiento y cada paso, son grandes maestros que han dedicado gran parte de
su vida a perfeccionar su baile; es muy ingenuo pensar que un paso o secuencia
que veamos en los vídeos, lo vamos a reproducir en la milonga con la primera
pareja que bailemos esa noche, y además, que lo vamos a repetir con cada
pareja que bailemos y que siempre nos va a salir perfecto.

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Necesitamos mucho tiempo y práctica para la perfecta ejecución de las
secuencias o pasos que veamos en un video.

Un gran problema, no solo bailando tango, sino en la vida, es que nos cuesta
aceptar lo que somos y lo que son las personas que están a nuestro alrededor;
continuamente pretendemos ser alguien más o pretendemos que la persona que
nos acompaña no sea quien es, sino que sea la ideal que nuestra mente ha
creado.

Bailando tango pasa algo similar, parte de la conexión, consiste en que, a través
del abrazo y los movimientos, conozcamos a nuestra pareja de baile y sepamos
qué es lo máximo que puede dar; llevarla al máximo de sus capacidades sin que
se sienta incomoda, y teniendo en cuenta que la conexión y la intimidad, están
por encima de cualquier deseo de hacer una secuencia, es torpe.

Cuando no nos aceptamos tal y como somos o no aceptamos nuestra pareja tal
y como es, pretendemos bailar con una esencia distinta a la nuestra, dejamos de
disfrutar el baile en el momento presente y nos tensionamos, la mente toma el
control, las sensaciones paran de fluir y el disfrute se desvanece.

La rendición bailando tango, consiste en la aceptación del momento presente tal


y como es, no de la forma en que queríamos que fuera o de la forma en que
queremos que sea, el momento presente es único y aceptarlo nos libera de
tensiones, permitiéndonos mostrar nuestro mejor yo bajo esas circunstancias.

Bailar tango en el momento presente, implica aceptar nuestro nivel de baile,


nuestro equilibrio físico y emocional, nuestra seguridad, el nivel de baile de
nuestra pareja, su equilibrio físico y emocional, su seguridad y la confianza que
se genera entre ambos en ese preciso momento.

La rendición no implica dejar de esforzarse y trabajar por un mejoramiento


continuo de nuestro baile; la rendición es entregarse al momento presente; bailar

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tango en una milonga es un momento presente distinto al momento de clases o
de prácticas; el momento para aprender, mejorar, ensayar secuencias, pasos y
técnica, es el de las clases y las prácticas, es un momento distinto al de la
milonga, que debe reservarse para el encuentro y el disfrute.

Hay disfuncionalidad de comprensión y comportamiento de algunas personas,


en los momentos presentes de clases y milongas; es muy común ver personas
que, en clase, buscan encuentro, conexión y disfrute y hacen caso omiso a las
indicaciones de los profesores y luego esas mismas personas tratan de practicar
los pasos de clase en las milongas e incluso dan indicaciones a sus parejas, de
cómo deben ejecutar un paso.

La aceptación y la rendición al momento presente, al aquí y al ahora, es también


el pilar de las relaciones de pareja, cuando en la pareja existe una mutua
aceptación de la esencia de cada uno, se crea un ambiente de paz y armonía
especial, un ambiente en donde ambos saben que están juntos por la mutua y
continua elección y no por necesidades, intereses o apegos.

En la pareja, la aceptación de lo que es, también puede llevar a la disolución, ya


que aceptas y reconoces la esencia de la otra persona, pero puede ser que esa
esencia ya no sea tan atractiva como parecía al principio, en ese caso vale la
pena meditar en nuestra elección y en lo que nos atrae de la pareja y el tipo de
personas que atraemos a nuestra vida; en todo caso, el proceso de separación,
lo realizo de forma pacífica y armoniosa, porque sé que estoy tomando una
decisión que favorece mi felicidad y la de la otra persona.

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El Profesor y el Bailarín

Muchos bailarines/as se ponen a enseñar, y enseñan a principiantes cosas que


ellos/as mismos/as hacen bien como bailarines/as de escenario y saben que no
se usan en las milongas y luego el alumno se acostumbra a exigir pasos o cosas
vistosas para que todo el mundo lo mire, aunque su pareja no se sienta bien o
su baile no funcione en el entorno social.

Es una verdadera pena que no escuchemos a muchos profesores hablar de la


sensibilidad de la marca, la musicalidad, buscar la tranquilidad en vez de la
velocidad, encontrar los silencios y tratar de entenderse con cualquier bailarín/a.

Lograr que los alumnos se preocupen por hacerse entender o entender al otro
con marca y espera, en vez de “corresponder” a un paso básico o esperar un
paso para luego hacer otro como secuencia.

Los bailarines de escenario practican varias horas por día para mostrar lo que
mucha gente paga para ver en los shows; este virtuosismo puede ser admirable,
pero sólo se ve de lejos, el que mira no sabe que es lo que está sucediendo
dentro de la pareja cuando hacen sus figuras más espectaculares.

Pero si se miran los gestos faciales mientras ocurren todos esos movimientos,
en la mayoría de los casos se ven caras rígidas y tensas, sobreactuadas o gestos
duros forzados y serios; sin embargo, el espectador de una milonga, puede
encontrarse con algo muy diferente; si mira bien a las parejas, y las mira a la
cara, puede encontrar la transformación de una sonrisa, quizá encuentre el
momento justo de cuando se cierran los parpados de una mujer o advertir una
respiración profunda antes de la apertura de un paso sobre el sonido del violín.

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Sensibilidad vs virtuosismo bailando tango

En el tango bailado, muchos factores nos sorprenden, seducen y llaman la


atención, y aunque la mayoría de las personas no lo bailan, son muchos los que
sienten algo especial, incluso con solo verlo.

Quienes lo bailan y lo aprenden, desarrollan varias disciplinas, pasos,


coreografías, estilos de baile, técnicas, postura, sensibilidad, musicalidad,
manejo de pista, cambios de roles y hasta elongación; pero la elección de esas
disciplinas, lleva por caminos muy diferentes y no todos necesariamente
prácticos.

Por lo general el que lo aprende, no elige inicialmente esas disciplinas, si no que


aprende lo que le enseñan sus maestros y lo más común, es que lo primero que
enseñan, es “el paso básico”, pero esta estructura, lamentablemente no los lleva
a algo con lo que puedan moverse en la pista o entenderse con una pareja.

Cuando los alumnos lo aprenden, lo que les queda es la sensación de tener un


mapa de pasos aprendido de memoria, que frustra inmediatamente, cuando se

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ven en la posibilidad de bailar en medio de otra gente, habiendo perdido un
tiempo precioso en lo más fundamental e inmediato:

La comunicación, la marca, la recepción de la marca y el caminar; lo inmediato,


lo urgente e imprescindible, es que se entienda el idioma que utiliza el cuerpo,
ese que cuenta que el hombre guía la danza y la mujer corresponde a esa guía
con una espera sensible, como si flotando, se dejara llevar por una corriente
suave pero segura.

Que cada movimiento del hombre, es como un sonido que la mujer escucha
durante todo su proceso, así como también los silencios; que quien lleva, debe
cuidar a la mujer con una marca clara y sin dudas y que luego se pueda caminar
con esa idea, claro que también, se dan un sinfín de otros de desarrollos y todo
esto, debe hacerse con mucho cuidado.

Recuerdo como varios profesores, cuando yo empezaba en el tango, pretendían


enseñarme giros, ochos y adornos antes de poder caminar o marcar; después
de muchos años de haber tenido aquellas experiencias, me aterra ver que esto
sigue ocurriendo; tal vez habría que preguntarse, o mejor, preguntarles a los
alumnos, que es lo que desean, cuando van a una clase.

Si lo que buscan es subirse a un escenario y hacer coreografías o si solo buscan


bailar humildemente con un/a compañero/a y compartir un baile; este punto es
interesante, porque a mucha gente le gusta mostrarse y lo disfrutan.

Pero ese no es el sentido de la danza social, en la milonga lo que se busca es


conectarse con un compañero/a y disfrutar “entre dos” la danza con sus
sutilezas, aunque este mismo acto comparta la pista con más parejas que bailan
junto a nosotros; en esos momentos no se necesita demostrar, sino sentir.

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El tango, baile social y popular

El baile popular, social, llamado según su estilo, tango salón o pista y milonguero
que se baila en las milongas.

La frase de definición que me acompaña a todas partes del mundo y pongo en


práctica cuando bailo, es: “Las Majestades del tango: el príncipe es el
Abrazo, la princesa es la Improvisación, la reina es la Musicalidad y el rey
es el Sentimiento”.

La mujer es la que define quien es buen bailarín; bailar bien no es solamente


verse bien, es adaptarse mutuamente para disfrutar y terminar el baile con el
sublime placer de la satisfacción mutua.

Los bailarines se sienten entre sí, no pueden verse sus piernas, pies ni cuerpos,
entonces, los vistosos movimientos seducen a las personas que están mirando;
el movimiento a ritmo, una buena conexión pasional y un buen y permanente
abrazo seduce al compañero, el objetivo es que el compañero(a) te sienta bien;
así se define el buen bailarín/a.

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Formas de bailar tango
Existen dos formas bien definidas pero muy distintas de bailar tango:

1. Bailar tango para mostrarse – Tango Show o Escenario

El baile de exhibición para shows, donde los bailarines exhiben habilidades para
las personas que los observan.

- Se piensa en verse bien porque la mente está en los movimientos del cuerpo.

- Se baila para el público que está viendo.

- La pasión es por los movimientos, para lucirse y para hacerlo vistoso, por la
técnica.

- El abrazo es caluroso, pero juega un papel secundario.

- La seducción es primero para los espectadores y después para la pareja.

- La conexión es primordialmente para la coordinación de los movimientos,


pasos, etc.

- Se baila el tango para mostrarse.


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2. Bailar tango para la pareja – Tango de Salón o de Pista

- No se piensa en nada, la mente está en la pareja y escuchando la música.

- Se baila para la pareja.

- La pasión bailando es como la del amor, se baila con el corazón.

- El abrazo es primordial y mágico, permite la conexión entre las dos almas.

- La seducción es solo para la pareja.

- La conexión es primariamente desde el sentimiento y después desde los


movimientos.

- Se baila con sentimiento.

Hay que definir claramente cuál es el objetivo al bailar tango:

1. Bailar para mostrarse, importando solo las miradas de los demás ó

2. Bailar para sentir e intercambiar palpitaciones, sin importar el resto de las


personas

Si te defines por la primera opción, debes tomar clases orientadas a bailar para
mostrarte, con mucha técnica y el enseñante ideal es el que baila tango de

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exhibición, tango show o de escenario, y además debes completar el aprendizaje
con la experiencia de los que bailan mucho en las Milongas, porque cuando en
una Milonga, alguien te elija por cómo se te ve bailando en la pista, se llevará
una decepción si no colmas sus expectativas de sentirte tan bien como se te ve.

Si te defines por la segunda opción, debes tomar clases para bailar sin pensar,
espontáneamente, improvisando movimientos y lograr una buena conexión
sentimental; el enseñante ideal es el milonguero, el que tiene experiencia en
bailar en las pistas y domina los espacios; en las Milongas te elegirán por el
sentimiento que transmites, por el abrazo y por los comentarios de las que ya
bailaron contigo; no obstante, debes tomar clases de técnica de exhibición de
movimientos, para perfeccionar tu postura y tus movimientos y porque en las
Milongas, también se te elige por cómo se te ve bailando en la `pista.

Todos, sin excepción, debemos pasar la etapa de aprendizaje, donde pensamos


permanente en los pasos, las secuencias, las figuras, nos tensionamos,
transpiramos, buscamos la musicalidad, etc., y aquí es donde la paciencia cobra
un rol importante.

Cualquiera sea tu elección, el objetivo es bailar relajado, sin tensiones y sin


esfuerzos corporales; ambos bailarines, usando el lenguaje del cuerpo, el
hombre marcando con intenciones corporales y la mujer siguiéndolas de manera
natural; de esta forma hay repuestas mutuas en la pareja.

Tomar clases de musicalización y escuchar mucho tango, perfecciona el baile y


seduce a todos porque para bailar bien, hay que llevar el ritmo indefectiblemente.

Los hombres deben aprender a dominar la pista y los espacios, según los
códigos existentes, por ello, no solamente es suficiente saber bailar, sino saber
bailar en la pista, un roce o un golpe con otras parejas, normalmente estropea
un bello baile.

En lo personal prefiero, como a la mayoría de los milongueros, una compañera


que sea liviana para bailar, que responda a todas mis marcas, que se conecte
conmigo, que me ame por los dos o tres minutos que dura el tango, que tenga
un lindo abrazo y no una mujer que se vea linda cuando baila, pero que la sienta
a disgusto: que se mueve sola, sin mis marcas o fuera de ritmo, preocupada por
la técnica y los adornos, yo no puedo verlos, peor si los hace fuera de tiempo
musical o bruscamente, que esté pensando en su cuerpo y en las personas que
la están viendo, con abrazo frio o flojo y sobre todo, que no se conecte conmigo.

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Como aprender a bailar tango y practicarlo

El tango requiere tomar clases y practicarlo en las pistas de las prácticas y con
amigos y compañeros de clases en las milongas.

En tango nadie tiene “la verdad”, cada maestro enseña diferente, según sus
conocimientos y cada persona baila como es, como lo siente y como su cuerpo
se lo permite.

Para aprender y sentirse cada día más motivado, aconsejo tomar clases con un
enseñante que guste y haga sentir cómodo, dejando en segundo plano la forma
de bailar de los enseñantes, pues, bailarines muy buenos, pueden no ser buenos
enseñantes y buenos enseñantes, no siempre son grandes bailarines.

Cuando no hay muchas posibilidades de elección de enseñantes, entonces, lo


mejor es tomar de ellos solo lo que al estudiante le plazca, le guste y los
movimientos que su cuerpo le permitan realizar.

Aprender los pasos y secuencias de exhibición, casi nunca son aplicables en una
milonga por seguridad; respeto a los otros bailarines y por los códigos y
costumbres milongueras, pero permite extraer pasos, adecuarlos en la milonga
y para dar habilidad al cuerpo, además de adecuarse al abrazo con un
desconocido.

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Aconsejo aprender los movimientos que el cuerpo permite hacer sin gran
esfuerzo y motiva volver a clase; los que se hacen con esfuerzo corporal,
además de la posibilidad de dañar el cuerpo a largo plazo, no se disfruta tanto,
incentiva a abandonar el aprendizaje y produce movimientos bruscos y toscos.

Son importantes los ejercicios de cambio de peso y de equilibrio en eje


compartido, aburren, pero son imprescindibles.

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Webgrafía

Manuel González
“El Amague”
www.elamague.blogspot.com
zozedurden@yahoo.com.ar

Ingeniero Carlos Neuman


“Aires de Milonga”
www.airesdemilonga.com

Google imágenes
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The Real Argentina


https://therealargentina.com/en/tango-in-buenos-aires-the-top-10-milongas/

Tango y Caos en Buenos Aires


https://www.tangoandchaos.org/

YouTube
https://www.youtube.com/watch?v=9zoCp-XZYCE
https://www.youtube.com/watch?v=m_Hzi8C3AyQ
https://www.youtube.com/watch?v=xlj7oWIPC4Y

Tutora: Nancy Ordoñez Aprendiz: Herman Ossa


19-09-2019

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