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ENSAYOS DE

CARACTERIZACIÓN DE
SUELOS Y ZAHORRAS
Límites de Atterberg
Concepto
Los límites de Atterberg sirven para cuantificar la plasticidad de un suelo.
Establecidos por Atterberg en 1911, miden la plasticidad del suelo a través de
las humedades que separan los tres estados(sólido, plástico y viscoso), o lo
que es lo mismo, las humedades necesarias para que un suelo alcance los
estados límite sólido y viscoso. Estas humedades son el Límite líquido,
definido como la humedad con la que una cierta huella en el suelo se cierra con
una energía determina, y el Límite plástico, definido como la humedad con la
que al intentar moldear unos cilindros delgados de suelo, estos se agrietan.

Con estos límites, líquido y plástico, se pueden establecer unos índices muy
útiles para la caracterización de los suelos como el Indice de plasticidad, el
Indice de consistencia y el Indice de fluidez.

Plasticidad
Concepto
La plasticidad es la propiedad que tienen algunos suelos de alcanzar grandes
deformaciones permanentes sin fractura, es decir, la posibilidad de ser
moldeados. Esta propiedad depende de la naturaleza del suelo (de sus
componentes arcillosos) y de su humedad.

El contenido en agua de un suelo determinará su comportamiento plástico,


pudiendo distinguirse tres tipos diferentes de comportamiento en tres estados
diferentes: estado sólido, estado plástico y estado viscoso. En estado
sólido un suelo no presenta plasticidad, como por ejemplo un suelo totalmente
seco que es frágil, y en estado viscoso un suelo ya no tiene un comportamiento
plástico sino fluido, como el de un suelo disuelto en agua. El estado plástico es
una situación intermedia entre las anteriores. La plasticidad, por tanto, no es
una característica intrínseca de los suelos, pero las humedades necesarias
para dotar a un suelo de una cierta consistencia sí lo son.

Límite líquido
Concepto
El límite líquido (LL) es la humedad a partir de la cual un suelo deja de tener un
comportamiento plástico y pasa a tener un comportamiento viscoso, es decir,
es la humedad límite entre el estado plástico y el estado viscoso. A partir de de
esta humedad el suelo fluiría.
El límite líquido se toma como el valor de la humedad, para el cual la cohesión
es de alrededor de 2 kPa. Su determinación está regulada por las normas NLT-
105/91 y ASTM D 423-66(72), definiendo este límite como la humedad del
suelo tal que un surco de 2 mm de anchura realizado en el suelo se cierra a lo
largo de su fondo en una distancia de 13 mm al dejar caer la cuchara, que lo
contiene, 25 veces desde una altura de 10 mm. La cuchara de Casagrande,
diseñada por este, permite realizar de forma mecánica este ensayo.

Límite plástico
Concepto
El límite plástico (LP) es la humedad a partir de la cual un suelo deja de tener
un comportamiento frágil para pasar a tenerlo plástico, es decir, la humedad
límite entre el estado sólido y el plástico. A partir de esta humedad, el suelo
puede sufrir cambios de forma irreversibles sin llegar a fracturar, y por debajo
de esta el suelo no presenta plasticidad.

El límite plástico corresponde al valor de la humedad, para el cual la cohesión


es de alrededor de 200 kPa. Su determinación está regulada por las normas
NLT – 106/72 y ASTM 424-59(71), y se define, arbitrariamente, como la
humedad del suelo tal que ya no es posible fabricar con el suelo cilindros de
unos 3 mm de diámetro sin que se agrieten.

Indice de plasticidad
Concepto
El índice de plasticidad (IP) es el rango de humedades en el que el suelo tiene
un comportamiento plástico. Por definición, es la diferencia entre el Límite
líquido y el Límite plástico

IP = LL - LP
Granulometría
Concepto
La variedad de tamaños de partícula que ofrece un suelo caracteriza a este,
por lo que la granulometría es, posiblemente, la propiedad más característica
de un suelo. El tamaño de las partículas de un suelo establece ya una primera
clasificación de los mismos en bloques, bolos, gravas, arenas, arcillas y limos.

Es muy útil determinar la granulometría conociendo la proporción en la que


intervienen los distintos tamaños de partículas en una porción de suelo.
Además, la facilidad de medida de esta propiedad hace que sea la más
empleada en las clasificaciones de suelos.

El suelo, generalmente, contiene diversos tamaños de partículas. Se distingue


entre fracción gruesa, que abarca las partículas visibles a simple vista (gravas
y arenas), y la fracción fina, que comprende las partículas que no lo son (limos
y arcillas). La granulometría de la fracción gruesa se determina por medios
mecánicos, mientras que la de la fracción fina se determina por sedimentación.

El ensayo granulométrico por tamizados, para la fracción gruesa, consiste en


determinar la masa de suelo, seco y desmenuzado, retenida entre dos tamices
consecutivos de una serie determinada; se calcula entonces la proporción en
masa de lo retenido respecto del total de la muestra. Con estos datos se
establece finalmente la proporción en masa que pasa por cada tamiz, que se
suele expresar en porcentaje. La curva granulométrica es la representación
gráfica de estos datos (fracciones que pasan por cada tamiz), y por razones
prácticas se realiza en ejes semilogarítmicos, con los tamaños en un eje de
abscisas logarítmico y los porcentajes pasantes en un eje de ordenadas lineal.

La serie de tamices que se emplee en cada caso debe estar dentro de una
serie normalizada más amplia. Normalmente para realizar la identificación del
suelo es suficiente con dos o tres tamices, sin embargo, la curva puede revelar
discontinuidades y, con ello, detalles importantes del origen del suelo, por lo
que conviene contar con algún tamiz más.

Entre las propiedades que dependen de la granulometría destacan la


porosidad, la permeabilidad y la resistencia a esfuerzos cortantes.

En cuanto a la porosidad, un suelo discontinuo tiene una mayor proporción de


aire por unidad de volumen y, por tanto, una compacidad máxima menor. En
consecuencia, la granulometría influye en la densidad del suelo.

El factor intrínseco del que depende el ángulo de rozamiento es la


granulometría, por lo que la capacidad de los suelos de resistir esfuerzos
cortantes depende en gran medida de esta.
Se definen dos indicadores, relacionados con la forma de la curva
granulométrica y, por extensión, con las propiedades del suelo, el Coeficiente
de uniformidad (Cu) y el Coeficiente de curvatura (Cc).

Coeficiente de uniformidad

Se define el coeficiente de uniformidad como:

Cu = D60 / D10

Siendo Dx la abertura del tamiz por el que pasa el x% de la muestra.

El coeficiente de uniformidad cuanto menor es, más uniforme es el suelo. De


esta forma, valores del coeficiente de uniformidad inferiores a 5 corresponden a
suelos uniformes y los inferiores a 2,5 a suelos muy uniformes. Por ejemplo, las
arenas de playa tienen coeficientes de uniformidad inferiores a 2. En el otro
extremo están los suelos no uniformes que tienen coeficientes de uniformidad
mucho mayores, como aquellos suelos de origen glaciar que pueden llegar a
tener unos coeficientes de uniformidad en algunos casos mayores de 200.

Coeficiente de curvatura

Se define el coeficiente de curvatura como:

Cc = (D30)2 / (D60 ⋅ D10)

Este coeficiente refleja la curvatura de la curva granulométrica. Los suelos bien


graduados tienen valores de este coeficiente comprendidos entre 1 y 3.
Ensayo Proctor normal
Concepto
El ensayo Proctor normal es un ensayo de compactación de los suelos en el
que en laboratorio se alcanzan unas densidades secas máximas y unas
humedades óptimas del mismo orden de las obtenidas en obra con maquinaria
normal.

Este ensayo es utilizado en todo el mundo

El ensayo Proctor normal consiste en apisonar una muestra de suelo en un


molde metálico de 1000 cm3 de capacidad con collar y base rígida. El molde,
con el collar, se llena en tres tongadas y se apisona dando 26 golpes
uniformemente distribuidos por capa, con una maza de 2,5 kg y una altura de
caída libre de 305 mm. El ensayo puede realizarse manual o mecánicamente.

Cada ensayo incluye la compactación de varias porciones del suelo con


diferentes humedades, obteniéndose de cada una la densidad húmeda y la
humedad del suelo, que son los puntos de la curva humedad-densidad seca.
Cuatro o cinco muestras suelen ser suficientes para trazar dicha curva y poder
determinar la densidad máxima Proctor y la humedad óptima correspondiente.

En el molde no pueden entrar partículas superiores a 50 mm, por lo que si el


suelo a ensayar tiene un tamaño máximo mayor de lo que permite el ensayo,
se hace necesario tamizar la muestra y realizar el ensayo sobre la fracción fina.
Esto exigiría realizar una corrección, y la experiencia demuestra que no es fácil
extrapolar los datos de laboratorio al campo. No hay que olvidar, que el ensayo
Proctor es una densidad de referencia, con la que se comparan las densidades
que se obtienen in situ, y debe ser representativo. Por lo que si el suelo a
ensayar contiene elementos grandes en mayor medida que elementos de
pequeño tamaño, la densidad Proctor no es un buen elemento de comparación
y se deben realizar otros ensayos que midan directamente la capacidad
resistente y la deformabilidad del suelo.

Ensayo Proctor modificado


Concepto
El ensayo Proctor modificado, al igual que el Proctor normal, es un ensayo de
compactación de suelos. El Corps of Engineers de la U.S. Army propuso un
ensayo Proctor modificado en el que se aplica mayor energía de compactación
por unidad de volumen, obteniéndose unas densidades secas máximas más
elevadas y unas humedades óptimas menores que en el ensayo normal.
Este ensayo en España está normalizado por la NLT-108, que a su vez sigue la
norma americana AASHTO 180-74/ASTM D 1557-70.

En el ensayo Proctor modificado se apisona una muestra de suelo en un molde


metálico de 2320 cm3 de capacidad (152,5 mm de diámetro interior y 127 mm
de altura), es usual utilizar el molde del Ensayo CBR, con un disco espaciador
en su fondo. El molde se llena en 5 tongadas y se apisona con 60 golpes por
tongada, distribuidos por toda la superficie. La maza utilizada para apisonar
tiene una masa de 4,54 kg y cae desde una altura de 457 mm. Con todo esto,
la energía de compactación por unidad de volumen es 4,5 veces superior a la
del ensayo normal. El ensayo se puede realizar de forma manual o mecánica.

Para obtener la curva humedad-densidad seca, es necesario realizar el ensayo


sobre varias muestras del suelo, que nos darán los puntos de dicha curva.
Generalmente con cuatro o cinco de estos puntos ya es posible dibujarla, y por
tanto, obtener la densidad máxima Proctor y la humedad óptima
correspondiente.

Si se comparan los resultados obtenidos en diferentes tipos de suelos,


compactados según los ensayos normal y modificado, se ve que en los
compactados según este último se obtienen unas densidades secas mayores y
unas humedades óptimas menores. Estas diferencias son más acusadas en
suelos finos muy plásticos y mucho menor en zahorras bien graduadas, ya que
estas últimas tienen una compactabilidad mejor y su densidad alcanza ya
valores elevados con niveles de energía de compactación del Proctor normal.
Al igual que en el ensayo normal, si el tamaño máximo del suelo a emplear en
obra es superior al que permite el ensayo, es necesario tamizar el suelo
previamente y ensayar la fracción fina de este, realizando una corrección
posterior. Por este motivo, si el suelo a ensayar contiene elementos de gran
tamaño en mayor medida que elementos de pequeño tamaño, la densidad
Proctor no sería un buen elemento de comparación y debe sustituirse por otros
ensayos que midan directamente la capacidad resistente y la deformabilidad
del suelo.
Ensayo del equivalente de arena
Concepto
Este ensayo está recogido en la norma NLT-113 y se utiliza por su rapidez en
la determinación de un índice representativo de la proporción y características
de los finos que contiene un suelo granular o un árido fino.

El ensayo consiste en introducir la muestra de árido en una probeta llena de


una solución floculante (compuesta por glicerina, formaldehido y cloruro cálcico
anhidro). La probeta se sacude vigorosamente de izquierda a derecha
manteniéndola en posición horizontal, realizando 90 ciclos en unos 30
segundos, recorriendo unos 20 cm. Posteriormente se añade agua y se deja
reposar durante 20 minutos. Tras ese tiempo el árido limpio estará depositado
en el fondo, las partículas arcillosas contaminantes se situarán en suspensión
en la parte intermedia, quedando en la parte superior líquido relativamente
limpio. Leyendo en la probeta las alturas del árido limpio (h 1) y de las partículas
contaminantes (h2), se define el equivalente de arena como:

EA = (h1/h2)100

Se toma como valor del equivalente de arena el número entero más próximo al
resultado de esta operación (entre 0 y 100). Equivalentes de arena inferiores a
20 corresponden a áridos muy contaminados que, en general, no deben
utilizarse en capas de firme. Sin embargo, valores del EA superiores a 50
reflejan un grado de limpieza suficiente para la mayor parte de las aplicaciones.

Ensayo de valoración mediante azul


de metileno
Concepto
Este ensayo se recoge en la norma NLT-171 y se utiliza como ensayo
alternativo, o complementario en algunos casos, del Ensayo del equivalente de
arena, para caracterizar un árido fino determinando un índice representativo de
la naturaleza y proporción de los finos que contiene dicho suelo.

Las arcillas, los materiales orgánicos y los hidróxidos de hierro presentan una
alta capacidad de adsorción del azul de metileno, debido a su actividad
superficial y físico-química. Esa capacidad de adsorción de azul de metileno
produce un efecto decolorante sobre las soluciones acuosas de este elemento.
Por lo que se puede valorar la naturaleza y proporción de este tipo de
partículas en un suelo fino mediante la cantidad de azul de metileno necesaria
para que una solución acuosa de este elemento no se decolore al ser mezclada
con una muestra de suelo.
Indice de lajas
Concepto
Se define índice de lajas como el porcentaje en peso, respecto una muestra de
árido grueso, de las partículas que son lajas. Se define como laja una partícula
que tiene una dimensión mucho menor que las otras dos, es decir, una
partícula plana.

Las lajas son partículas con mala forma, por lo que su contenido debe estar
limitado. Normalmente, el índice de lajas no debe pasar del 30%.

Para caracterizar la fracción fina del árido, o árido fino, es necesario determinar
las características de adhesividad y de limpieza y plasticidad de este.

Limpieza y plasticidad
En la mayoría de los casos las prescripciones generales imponen que los finos
no sean plásticos, y en el resto que su plasticidad sea reducida. Con esto se
pretende garantizar que la capa en cuestión conserve sus características
resistentes en presencia de agua, y que no haya problemas de adhesividad en
su caso con los ligantes hidrocarbonados.

El árido fino puede estar contaminado con partículas no arcillosas, pero


igualmente nocivas, que por su naturaleza no son detectables mediante los
Límites de Atterberg. Por este motivo, un aspecto fundamental para un buen
comportamiento de los áridos en cualquier capa del firme es su limpieza. En
España, para caracterizar la limpieza del árido fino se utiliza el Ensayo del
equivalente de arena.

Adhesividad
En el árido fino hay que tener en cuenta que las acciones químicas o
quimicofísicas son más complejas que en el árido grueso, debido a su mayor
superficie específica, facilidad para acumular humedad y gran heterogeneidad
de su naturaleza.

Para evaluar la adhesividad del árido fino con los ligantes hidrocarbonados se
utiliza el ensayo descrito en la norma NLT-355 (adhesividad a los áridos finos
de los ligantes bituminosos. Procedimiento Riedel-Weber), en el que se
introduce el árido envuelto por el ligante en distintas soluciones de carbonato
sódico con concentraciones crecientes, observando cuál de ellas produce el
desplazamiento del ligante.
Forma y angulosidad
Según la forma de las partículas, estas pueden clasificarse en redondeadas,
cúbicas, lajas y agujas. Las lajas son partículas planas con una dimensión
mucho menor que las otras dos, y las agujas son partículas alargadas con una
dimensión mucho mayor que las otras dos. Durante la compactación, o bajo la
acción del tráfico, las lajas y agujas pueden romperse, modificando de esta
manera la granulometría del árido. Por este motivo se limita el contenido de
partículas con mala forma, generalmente, a no sobrepasar del orden del 30%
en peso de una fracción de árido.

Se definen los índices de lajas y agujas, respectivamente, como los porcentajes


en peso respecto a la muestra total de las partículas que son lajas o agujas.
Para la determinación de dichos índices se utilizan métodos de medición
directa de las dimensiones de las partículas. En el procedimiento normalizado
en España, cada fracción tamizada se hace pasar independientemente a través
de un calibre de ranuras (para lajas) y de un calibre de barras (para agujas),
pesándose la cantidad que pasa por el calibre de ranuras o es retenida por el
de barras, y expresándose como porcentaje respecto al peso total de la
muestra.

La angulosidad de las partículas del árido grueso también debe ser tenida en
cuenta para su caracterización ya que influye, junto a la textura superficial de
las partículas, en la resistencia del esqueleto mineral, por su contribución al
rozamiento interno. La angulosidad en España se evalúa únicamente por el
porcentaje de partículas con dos o más caras de fractura. Las exigencias sobre
la angulosidad del material impondrán un valor mínimo a este porcentaje.

Resistencia al desgaste
La resistencia mecánica del esqueleto mineral es un factor predominante en la
evolución del comportamiento de una capa de firme después de su puesta en
servicio. La evaluación de dicha resistencia mediante ensayos basados en la
determinación de la resistencia intrínseca de la roca medida sobre probetas
cúbicas, no ha dado buenos resultados, por lo que se lleva a cabo mediante
una serie de ensayos que reproducen en laboratorio de una manera más
sencilla el comportamiento que luego tendrán los áridos en servicio. En estos
ensayos se preparan muestras con granulometrías próximas a las que van a
ser puestas en obra, sometiéndolas a un desgaste que, de forma indirecta,
proporciona información de la resistencia mecánica del material. Los ensayos
más usuales son el Ensayo de desgaste Los Ángeles y el ensayo de friabilidad,
siendo el primero el más conocido y estando sus especificaciones normalmente
recogidas en los pliegos.
Limpieza y adhesividad en áridos
gruesos
Sea cual sea la aplicación de los áridos, es fundamental que están limpios, es
decir, que la superficie de sus partículas deberán estar exentas de polvo,
suciedad, arcilla o de cualquier otra materia extraña. La falta de limpieza es el
problema más común de los áridos en España, la norma NLT-172 permite
definir un coeficiente de limpieza de áridos gruesos, separando por lavado el
polvo adherido a la superficie de las partículas y limitándolos en general a
proporciones que no han de superar nunca el 0,5 o el 1% en peso.
Entre los fenómenos fisicoquímicos que se producen en la superficie de los
áridos tiene especial importancia la adhesividad con los ligantes
hidrocarbonados. Es este un fenómeno complejo en el que intervienen factores
físicos (suciedad del árido, textura y porosidad, viscosidad y tensión superficial
del ligante, espesor de la película de ligante, etc.) y factores químicos (relativos
a la naturaleza del ligante y del árido).

Un árido limpio y seca se deja mojar fácilmente por los ligantes


hidrocarbonados o los líquidos aceitosos, sin embargo, con algo de humedad,
que siempre puede existir, sus superficies presentan una cierta polaridad cuyo
signo depende de la naturaleza de los áridos, que atendiendo a este criterio se
clasifican en ácidos o básicos. Los áridos básicos tienen mejor adhesividad con
los betunes, sin embargo, los áridos ácidos suelen tener una mala adhesividad
con los ligantes hidrocarbonados, teniendo que recurrir a disminuir la tensión
superficial del ligante y a activarlo.

En los pavimentos asfálticos no sólo interesa conocer la adhesividad sino que


debe preocupar también la posibilidad de que el agua, en combinación con la
acción de los vehículos, perturbe esta adhesividad, desplazando el ligante de la
superficie del árido, que quedará de nuevo descubierta o lavada. La
adhesividad pasiva o resistencia al desplazamiento del ligante dependerá
también de los mismos factores químicos y físicos anteriormente citados
(afinidad polar por el ligante, espesor de la película, viscosidad, tensión
superficial y textura superficial).

Existen varios ensayos para evaluar la adhesividad de los áridos a los ligantes
hidrocarbonados. Para mezclas bituminosas no abiertas, se utiliza en España
el denominado ensayo de inmersión-compresión, descrito en la norma NLT-162
y que evalúa el efecto del agua sobre la cohesión de las mezclas bituminosas
compactadas. Un ensayo que evalúa la adhesividad pasiva entre árido grueso
y ligante es el descrito en la norma NLT-166 (adhesividad a los áridos de los
ligantes bituminosos en presencia de agua). Y para los tratamientos
superficiales mediante riego con gravilla se emplea el denominado Ensayo de
placa Vialit, recogido en la norma NLT-313.
Pulimento

En los áridos que se utilizan en capas de rodadura de naturaleza bituminosa o


en determinados acabados de pavimentos de hormigón, la resistencia al
deslizamiento de las partículas de dicho árido tiene una gran importancia, y
está ligada a la resistencia al pulimento, es decir, la resistencia a perder
aspereza en su textura superficial. Para evaluar la resistencia al pulimento se
utiliza en España el Ensayo de pulimento acelerado del Transport Research
Laboratory

Ensayo de desgaste Los Ángeles


Concepto
Este ensayo se recoge en la norma NLT-149 “Resistencia al desgaste de los
áridos por medio de la máquina de Los Ángeles”. La maquina de Los Ángeles
consiste en un tambor cilíndrico de acero que gira en posición horizontal. Este
cilindro está provisto de una abertura para introducir la muestra que se desea
ensayar y un entrepaño para conseguir el volteo del material.

En la máquina de Los Ángeles se introduce una muestra de árido limpio y


lavado, con una de las siete granulometrías indicadas por la norma, y una
carga abrasiva compuesta de esferas de fundición o de acero, cuyo peso total
depende de la granulometría elegida. Con la muestra y la carga abrasiva en el
interior del tambor, se hace girar este a una velocidad constante y durante un
número determinado de vueltas, tras lo que se separa la muestra por el tamiz
1,6 UNE, lavando y secando en estufa lo retenido en el.

El resultado del ensayo es la diferencia entre el peso original de la muestra y su


peso al final del ensayo, expresada en tanto por ciento del peso inicial. A este
valor numérico se le denomina coeficiente de desgaste Los Ángeles.

Por lo general, se puede decir que coeficientes superiores a 50 corresponden a


áridos de mala calidad, no aptos para la construcción de capas de firme.
Coeficientes inferiores a 20 corresponden a áridos con resistencia al desgaste
suficiente para cualquier posible aplicación, y en particular, para capas de
rodadura bituminosas que hayan de soportar tráfico pesado.
Ensayo de placa Vialit
Concepto
El ensayo de adhesividad de áridos mediante la placa Vialit se recoge en la
norma NLT-313, y se usa para los tratamientos superficiales mediante riego
con gravilla.

En este ensayo, se prepara el riego con gravilla sobre una placa cuadrada
perfectamente plana, de 20 cm de lado y 2 mm de espesor. Tras el tiempo
especificado por la norma, se coloca la placa apoyada en sus bordes y con las
gravillas hacia abajo. Sobre ella se deja caer una bola de acero tres veces, y se
contabiliza el número de partículas que se desprenden como consecuencia de
los impactos y el número de gravillas que tras el ensayo se pueden desprender
con la mano, contabilizándose después el número de gravillas no manchadas
por el ligante y las manchadas por él.

Ensayo de pulimento acelerado


Concepto
El ensayo de pulimento acelerado se recoge en la norma NLT-174, y la
metodología para la medición de la resistencia al deslizamiento con el péndulo
de fricción TRRL en la norma NLT-175. Este ensayo evalúa la resistencia al
pulimento de las partículas de un árido, o lo que es lo mismo, su resistencia a
perder aspereza en su textura superficial. Este ensayo tiene gran importancia
en áridos que van a ser utilizados en capas de rodadura de naturaleza
bituminosa.

Con una muestra de los áridos a utilizar se preparan unas probetas de mortero
hidráulico que posteriormente son sometidas a ciclos de pulido por medio de
abrasivos de dos tipos (grueso, compuesto por una arena silícea, y fino,
compuesto por polvo de esmeril) introducidos en húmedo entre las probetas y
la rueda de goma que produce el desgaste. Los ciclos de pulido duran 3 horas
con cada abrasivo.

El coeficiente de rozamiento se mide por medio del péndulo de fricción TRRL al


comienzo, después de cada hora y al final del ensayo, y permite caracterizar al
árido, en comparación con el coeficiente de rozamiento de un árido de control
CPA, mediante el coeficiente de pulido acelerado (CPA) o valor final del
coeficiente de rozamiento medido con el péndulo.

Al árido grueso de la capa de rodadura se le exigirá un CPA mínimo


dependiendo del tráfico que vaya a tener que soportar el pavimento, estos
valores serán de 0,44, 0,50 ó 0,56.
Ensayo de colapso
Concepto
Este ensayo se recoge en la normativa NLT-254 “Ensayo de colapso de
suelos”, y tiene por objeto determinar la magnitud del colapso unidimensional
que se produce cuando se inunda un suelo semisaturado.

Se define como colapso a la disminución de altura que experimenta una


probeta de suelo en unas determinadas condiciones de densidad y humedad,
confinada lateralmente y sometida a una presión vertical constante, al ser
inundada.

Como resultado del ensayo se determina el índice de colapso, que es el valor


del colapso determinado como el porcentaje de disminución de altura que
experimenta la probeta al ser inundada, una vez alcanzado el equilibrio bajo la
acción de la presión vertical seleccionada, con respecto a la altura de la
probeta en el momento de proceder a la inundación.

Este procedimiento se puede utilizar para la determinación de la magnitud del


colapso que se produce para una tensión vertical determinada, pero también
del potencial porcentual de colapso en un suelo, que es el valor del colapso
determinado como el porcentaje de disminución de altura que experimenta la
probeta al ser inundada, una vez alcanzado el equilibrio bajo la acción de la
presión vertical seleccionada, con respecto a la altura inicial de la probeta.

Ensayo CBR
Concepto
El ensayo CBR (California Bearing Ratio) suele emplearse en carreteras y
aeropuertos para la caracterización mecánica de los suelos por ser un ensayo
sencillo para ser realizado in situ o en laboratorio. Es, posiblemente, el ensayo
más utilizado en todo el mundo para estimar la capacidad de soporte de una
explanada, factor básico para el dimensionamiento de los firmes. En España ya
no se utiliza el CBR para la clasificación de la explanada, actualmente la norma
6.1-IC “Secciones de firme”, clasifica las explanadas en función del módulo de
compresibilidad en el segundo ciclo de carga del Ensayo de carga con placa
(Ev2). Sin embargo, en la clasificación de los materiales para la formación de
explanadas, dicha norma, sí utiliza el Indice CBR como prescripción
complementaria a la Clasificación de suelos del PG-3 a la hora de caracterizar
dichos materiales.
El ensayo CBR es un ensayo de penetración o punzonamiento y además se
mide el hinchamiento del suelo al sumergirlo durante 4 días en agua. En
España se sigue la norma de ensayo NLT-111 que se corresponde con la
norma ASTM 1883.

Se compacta una muestra de suelo, con la humedad y energía de


compactación deseadas, en un molde cilíndrico de 152,4 mm de diámetro
interior y 177,8 mm de altura, provisto con un collar supletorio y una base
perforada. Esta muestra se sumerge en agua durante 4 días con una
sobrecarga que ocasiona una compresión equivalente a la del futuro firme
sobre la explanada, midiéndose el hinchamiento vertical, que se expresa en
porcentaje de la altura de la muestra.

La muestra se ensaya a penetración mediante una prensa y un pistón cilíndrico


de 49,6 mm de diámetro, que se desplaza a 1,27 mm/min a velocidad uniforme.
El Índice resistente CBR se define como la razón, en porcentaje, entre la
presión necesaria para que el pistón penetre en el suelo hasta una profundidad
determinada y la correspondiente a esa misma penetración en una muestra
patrón de grava machacada. Se obtiene este índice para dos penetraciones, de
2,54 y 5,08 mm, tomándose como índice CBR el mayor valor.
El suelo utilizado en el ensayo no puede contener más de un 10% de partículas
retenidas por el tamiz 20 UNE, pudiéndose sustituir hasta un 30% por una
proporción igual de material comprendido entre los tamices 5 y 20 UNE. La
inmersión puede afectar, en algunos suelos, a la evaluación de la resistencia a
esfuerzo cortante, siendo esta en algunos casos demasiado pesimista. Este
ensayo no está concebido para suelos granulares y los valores superiores a 20
tienen solamente una significación cualitativa.

Ensayo de placa de carga


El ensayo de placa de carga es uno de los ensayos "in situ" llevados a cabo
para realizar un reconocimiento geotécnico.

Consiste en aplicar una carga sobre una placa (generalmente rígida), colocada
sobre la superficie del terreno, y medir los asientos producidos. Puede llegarse
a la condición límite de rotura de la muestra, es decir donde termina el ensayo,
de no fallar, se toma los valores maximos a los cuales se asignan a los suelos
no friccionantes.

Las normativas utilizadas actualmente para la realización de estos ensayos son


las UNE 103808:2006, UNE 103807:2008 y ASTM E2835-11. Previamente a
estas normativas se utilizó la NLT 357, y antes de esta, solo existían normas en
Alemania (DIN 18134) y Suiza (SNV-40317 y STB-59).

En rellenos compactados se suele emplear este ensayo como elemento de


control de la capacidad portante de la explanada. Con este fin, se utilizan
placas de diámetros de 30, 45 ó 60 centímetros, y se aplican tensiones
reducidas, sin llegar a rotura, determinando únicamente la deformabilidad del
terreno.

En suelos naturales este ensayo puede realizarse en superficie, o en el interior


de una cata realizada previamente.

La interpretación del ensayo es inmediata, tanto en deformabilidad como en


resistencia, aplicándose las soluciones clásicas de Elasticidad y Plasticidad,
para la obtención de los parámetros correspondientes.

En ocasiones, se emplea este ensayo para determinar la deformabilidad del


terreno para la cimentación de grandes obras en macizos rocosos (como
presas, o túneles a presión). Suele entonces acudirse a placas de mayor
tamaño, de hasta 1 metro de diámetro o lado, o incluso más. También se miden
los asientos de la placa de puntos situados a diversas profundidades. Las
grandes cargas que hay que aplicar requieren disponer un elemento de
reacción muy importante, que a menudo es el aspecto más complicado del
ensayo. El problema se simplifica si el ensayo se realiza en el interior de una
galería: se hacen entonces dos ensayos, sobre las dos paredes opuestas. Esta
situación es relativamente frecuente, dado que en general se desea conocer la
deformabilidad del macizo a una cierta profundidad, eliminado la zona más
meteorizada.

Expansividad del Suelo

Concepto
La Expansividad es un fenómeno que afecta algunos suelos, y que puede
acarrear múltiples problemas por lo cual requiere de un estudio pormenorizado.

Cuando acaecen problemas en las construcciones como consecuencia de la


expansividad del suelo bajo una cimentación, y alrededor de instalaciones
auxiliares, pueden llegar a cobrar mucha importancia, provocando
agrietamientos, rotura de tuberías de saneamiento y de drenajes, etc.

La capacidad expansiva del suelo depende de su naturaleza; si un suelo


arcilloso modifica el contenido de humedad, el cambio de volumen puede ser
significativo. Tanto por aumento de volumen por mayor tenor de humedad
como, al reducir la humedad, suele producirse retracción por desecación.
En suelos con arcillas los cambios de volumen pueden perjudicar la
estabilidad de las cimentaciones y obras anexas si las obras no han
contemplado en su diseño estas deformaciones.

Ensayos de Expansividad
Los Ensayos de Expansividad permiten obtener valores cuantitativos sobre la
capacidad expansiva del suelo.

Generalmente se realizan ensayos que correlacionan parámetros básicos del suelo


con su potencial expansivo, éstos permiten identificar y clasificar los suelos
expansivos, los más utilizados son:

Ensayos Directos
Cuando se necesita determinar el cambio de volumen del suelo se utiliza un
aparato endométrico.

Pueden ensayarse situaciones extremas, a fin de:

1. Ensayo de Hinchamiento Libre: Obtención de las deformaciones que sufre el


suelo sometido a niveles tensionales muy bajos.
2. Ensayo de Presión Máxima de Hinchamiento: Presión máxima que sufre el
suelo sin cambiar su volumen.

Ensayos Indirectos
Estos ensayos se basan en la medición de una o más propiedades intrínsecas del
suelo en complemento con datos disponibles sobre experiencias anteriores acerca del
cambio potencial de volumen.

Los métodos más usados son:

1. Ensayo de Difracción de Rayos X : Es la determinación de la constitución de


arcillas (minerales constitutivos).
2. Plasticidad: determinación de correlaciones locales.
3. Contenidos de Humedad, Granulometría, etc..

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