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delante
de él, (Efesios 1:4)
A través de cada una de las cartas que el Señor envió a las siete iglesias en Asia
podemos ver que todas ellas eran diferentes. Hasta ahora hemos visto que la
iglesia de Éfeso mantenía la pureza doctrinal pero habían dejado su primer
amor; por su parte, la iglesia en Esmirna se tenía que preparar para la
tribulación y el sufrimiento; y la iglesia en Pérgamo había aceptado en su seno
diferentes prácticas pecaminosas que ofendían al Señor. Ahora vamos a
estudiar el mensaje a la iglesia en Tiatira, y vamos a ver que aunque también
tenía algunas cosas que el Señor alababa, sin embargo, estaban haciendo
componendas con el mundo que desagradaban a Dios.
La ciudad de Tiatira
De las siete ciudades a las que se dirige una carta, Tiatira era la más pequeña
de todas (aunque se le dirige la carta más larga). Estaba construida en una
zona llana, por lo que no había fortificaciones importantes ni tampoco una
acrópolis. Su importancia fundamental radicaba en su posición estratégica que
unía las rutas comerciales entre varias ciudades. Por lo tanto, Tiatira se
distinguía por ser un gran centro comercial. De hecho, en ella se han
encontrado inscripciones que mencionan numerosas corporaciones: de la lana,
del lino, de fabricantes de ropa, tintoreros, talabarteros, curtidores, alfareros,
panaderos, traficantes de esclavos, forjadores de bronce. Recordamos que
Lidia, la vendedora de púrpura, había llegado a Filipos procedente de
Tiatira (Hch 16:14).
El remitente de la carta
(Ap 2:18) "Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que
tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto"
Pudiera ser que la razón por la que el Señor escogió este título al dirigirse a la
iglesia en Tiatira fuera porque allí había algunos que negaban su divinidad,
bien en su enseñanza o porque con su comportamiento estaban
comprometiendo esta importante verdad.
Además notamos que sus ojos son "como llama de fuego", lo que nos recuerda
su ira ardiente contra el pecado.
Nos preguntamos si tal vez la iglesia en Tiatira sólo estaba preocupada por lo
que aparentaba ser frente al mundo y de ahí esta seria advertencia del Señor
para recordarles que él veía lo que realmente eran.
Y por último se refiere a sus pies, una imagen ligada también con el juicio de
Dios. Recordemos que sus enemigos serán puestos por estrado de sus pies (Sal
110:1).
Además, sus pies son "semejantes al bronce bruñido", es decir, tenían un brillo
deslumbrante y parecen describirle como viniendo victorioso en juicio,
dispuesto a someter bajo su autoridad a todos sus enemigos.
Y por último el Señor reconoce que sus "obras postreras son más que las
primeras". Es decir, observaba un progreso en la vida espiritual de esa iglesia.
Esto es interesante porque hay muchas iglesias y creyentes que comienzan con
mucho ánimo pero que poco a poco se van desinflando. La misma iglesia en
Éfeso era un ejemplo de cómo el primer amor había ido disminuyendo hasta
desaparecer (Ap 2:4).
(Ap 2:20-21) "Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer
Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a
comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se
arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación."
Lo que vamos a ver es que la iglesia en Tiatira había permitido que personas
malvadas dañaran la iglesia desde dentro.
En segundo lugar, notamos que era ella misma quien se decía profetisa,
aunque el Señor dice claramente que no lo era de verdad. Estas cartas nos
revelan que el mundo espiritual está lleno de falsedad y mentira. Ya hemos
visto que en Éfeso algunos pretendían ser apóstoles y no lo eran (Ap 2:2); en
Esmirna y Filadelfia otros pretendían ser judíos sin serlo (Ap 2:9) (Ap 3:9); los
cristianos en Laodicea pretendían ser ricos pero eran pobres (Ap 3:17); y ahora,
esta Jezabel pretendía ser profetisa pero era una mentirosa.
Por supuesto, el hecho de que Acab se casara con una mujer pagana era algo
que Dios había prohibido. Y el mismo principio encontramos en el Nuevo
Testamento (2 Co 6:14). Y parece que este era el problema en la iglesia en
Tiatira; ellos también se habían unido en un yugo desigual con el mundo.
Por supuesto, teniendo en cuenta todos estos hechos, es claro que la Jezabel de
la iglesia en Tiatira no era una auténtica creyente un poco despistada. Era una
mujer incrédula y altamente peligrosa. Pero lo peor del caso es que en la iglesia
le permitían enseñar.
A continuación nos explica cuáles eran sus métodos. Se nos dice que enseñaba
y seducía a los siervos de Dios a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los
ídolos. Lo más probable es que no se trate aquí de una seducción sexual, sino
que les estaba engañando en cuanto a su fidelidad a Dios para que cometieran
fornicación espiritual.
Finalmente, cada nueva generación de cristianos tiene que enfrentarse con esta
complicada cuestión: ¿Hasta dónde puedo aceptar y adoptar las prácticas del
mundo en los negocios, el trabajo, la familia, los estudios...? Algunos cristianos
en nuestros días se comportan como si pensaran: Los negocios, la vida social,
la política, las diversiones... no tienen nada que ver con mi fe cristiana. Pero
cada creyente tendrá que preguntarse hasta qué punto su participación en la
sociedad compromete alguno de los principios cristianos. Ese debe ser el
límite del que no debemos pasar. Y no olvidemos la advertencia de Dios:
(Stg 4:4) "¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es
enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se
constituye enemigo de Dios."
Un llamamiento al arrepentimiento
(Ap 2:22-23) "He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con
ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de
muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el
corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras."
El juicio contra Jezabel estaba ya determinado de parte del Señor, pero todavía
había posibilidades de arrepentimiento para los creyentes.
"He aquí, yo la arrojo en cama". Debemos interpretar la "cama" como el lecho de
la enfermedad y el dolor. Por lo tanto, la cama que había sido el lugar de su
pecado, ahora lo sería de su castigo.
"Y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las
obras de ella". Los que "con ella adulteran" debe referirse al adulterio espiritual
con aquellos que aceptaron su enseñanza y permitían ese pecado dentro de la
iglesia. Quizá se trate de los mismos líderes. Pero todavía tenían la posibilidad
de arrepentirse y de ese modo detener el juicio sobre ellos.
"Y a sus hijos heriré de muerte". La falsa doctrina enseñada por Jezabel había
producido una prole de individuos contaminados que se habían convertido en
sus "hijos espirituales". Ellos seguían los caminos de su madre y terminarían del
mismo modo que ella a no ser que se arrepintieran. Notemos las graves
consecuencias que tiene una falsa enseñanza en la iglesia y también la
responsabilidad que cada miembro tiene si la acepta.
Hoy en día nos asombra este lenguaje de condenación y castigo tan severo
dentro de la iglesia. Desgraciadamente nos hemos vuelto demasiado
tolerantes.
Por otro lado, debían entender también que no puede haber nada que quede
oculto ante la penetrante mirada del Señor de las iglesias.
Finalmente el Señor les dice: "Y os daré a cada uno según vuestras obras".
Encontramos aquí un eco de las palabras del profeta Jeremías:
(Jer 17:10) "Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para
dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras."
En las palabras del Señor vemos que sería un juicio personal: "a cada uno".
Aunque los líderes pudieran estar enseñando malas prácticas en la iglesia en
Tiatira, cada miembro sería juzgado por su implicación en el asunto. Los
líderes no son los únicos responsables de lo que ocurre en la iglesia.
Una exhortación
(Ap 2:24-25) "Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no
tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades
de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; pero lo que tenéis,
retenedlo hasta que yo venga."
Hay ahora un mensaje para los creyentes fieles, aquellos que no se habían
descarriado como consecuencia de la mala enseñanza: "Pero a vosotros y a los
demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina".
Notamos también que Tiatira, como en todas las iglesias, siempre hay una
mezcla de verdaderos creyentes y de falsos creyentes, de creyentes espirituales
y creyentes carnales.
En cuanto a la doctrina que enseñaba "Jezabel" está claro que provenía del
mismo Satanás: "Y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de
Satanás". Detrás de la fachada atractiva de la mujer, se escondía toda la
maldad diabólica de Satanás. Y aunque pudiera parecer que participar de esos
actos paganos era algo intranscendente, para el Señor implicaba adentrarse en
el oscuro mundo de Satanás.
Parece que para dar cierto aire de misterio y superioridad a esas doctrinas, las
presentaban como un conocimiento superior, reservado exclusivamente para
algunos elegidos o iniciados. Pero entrar en "las profundidades de Satanás"
siempre es muy peligroso y es ingenuo pensar que se puede salir de ahí ileso
espiritualmente.
Muchas personas sienten cierta fascinación por las cosas secretas, los poderes
espirituales superiores, o incluso por el mundo de las tinieblas, pero no nos
cansamos de repetir que es un terreno prohibido por Dios y altamente
peligroso.
(Ap 2:26-29) "Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré
autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas
como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré
la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias."
Una vez que se ha señalado con claridad que "las obras de ella" (Ap 2:22) son
diabólicas, se exhorta a los verdaderos creyentes para que se aparten de ellas.
Entendemos, por lo tanto, que los vencedores serán aquellos creyentes a los
que Dios exhorta a guardar "mis obras hasta el fin".
2. "Yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y
serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi
Padre"
A estos vencedores, el Cristo glorificado les hace una promesa muy grande;
compartiría con ellos su autoridad en su gobierno terrenal. Es interesante
notar que esto era algo que Dios Padre había dado a su Hijo, pero que ahora
comparte con los suyos:
(Salmo 2:8-9) "Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión
tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija
de alfarero los desmenuzarás."
En cuanto a la "vara de hierro" con la que regirá las naciones, nos transmite la
idea de firmeza frente al mal, algo que ellos debían empezar a aprender en la
situación actual en la que se encontraban, si más adelante querían compartir
este privilegio con el Señor.
Y la carta termina con un nuevo llamamiento a oír la voz del Señor: "El que
tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias".
Reflexión final
Mientras que el mensaje a la iglesia en Éfeso nos advierte sobre los peligros de
la ortodoxia carente de amor, la carta a Tiatira nos avisa de los riesgos de un
amor "blando" que lo tolera todo y no juzga nada.