Los dientes pueden variar en tamaño, forma y su localización en la mandíbula. Estas
diferencias permiten que los dientes trabajen juntos para ayudar a masticar, hablar y sonreír. También ayudan a dar la forma y estructura de la cara. Al nacer, las personas típicamente tienen 20 dientes primarios (de bebé), quienes empiezan la etapa de la dentición a los seis meses de edad. Después los dientes se caen en varias ocasiones durante la infancia. Generalmente a la edad de 21 años todos los 32 de los dientes permanentes han salido.
Tabla de dentición y caída de los dientes de leche
Tabla de erupción de los dientes permanentes
Anatomía y morfología del diente Partes del diente Esmalte: es la capa externa del diente y, por tanto, la más expuesta a las consecuencias de una higiene dental deficiente. Sin embargo, es el tejido más duro del cuerpo humano, translúcido e insensible al dolor ya que, en él, no existen terminaciones nerviosas. Dentina: Situada debajo del esmalte no sólo rodea a éste sino también a la raíz. Es la responsable del color de los dientes. Además, contiene numerosos túbulos que conducen a la pulpa por lo que si un deterioro en el esmalte alcanza la dentina, se generará sensibilidad y/o dolor. Pulpa: es la zona más interna del diente. Es un tejido blando que contiene vasos sanguíneos y células nerviosas por lo que el dolor dental (por una infección, por ejemplo) proviene directamente de ella. Periodonto: son las estructuras que dan soporte y sujeción al diente:
o Encía: es la parte de la mucosa bucal que rodea el cuello de los dientes y
cubre el hueso alveolar. o Ligamento periodontal: rodea la raíz y la une al hueso alveolar. o Cemento dentario: es la estructura que cubre la dentina radicular. o Hueso alveolar: es la parte del hueso maxilar y mandíbula donde se alojan los dientes.
Morfología del diente Morfológicamente hablando, en una boca sana, cada pieza dental consta de tres zonas diferenciadas:
Corona: Es la zona superior del diente, la única visible. La forma de la
corona (incisivos, caninos, premolares y molares) determina la función de cada pieza dental. Cuello o borde de la encía: Es la línea de unión entre dientes y encía. Es una zona a la que hay que prestar especial cuidado ya que, sin una correcta higiene dental, el sarro y la placa se acumulan en esta línea pudiendo generar gingivitis y otras enfermedades de las encías. Raíz: Es la zona del diente que se inserta en el hueso de la mandíbula y, evidentemente, es una zona no visible.