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- Foto: AFP
El maltrato infantil ha estado en la agenda por cuenta del confuso caso de una
niña de 3 años que habría sido abusada en Bogotá, por la muerte de otra pequeña
en Soacha de la misma edad a causa de los golpes de su padrastro, y el suicidio
de un menor de 15 años en Bogotá que habría sido maltratado al punto de preferir
la muerte.
Puede leer: Caso de niña de 3 años muestra crítica realidad del maltrato infantil
Sofía Triviño, quien es docente del Distrito y ha trabajado con niños por más de
25 años, considera que los casos de abandono de menores pueden ser producto de
que muchos padres no pueden estar con ellos por sus trabajos. También cree que
el maltrato y otros tipos de violencia son consecuencia de la propia crianza que
recibieron los padres. Ellos crecieron en ambientes familiares violentos en donde
la única forma de corregir era a los golpes. El esquema se repite de generación en
generación.
Desde el Estado, el ICBF cuenta con 15.000 funcionarios que proveen atención a
los niños, existen jardines gratuitos para los pequeños y además se está
trabajando para que los padres, quienes son los primeros responsables del
bienestar de los niños, puedan responder por ellos. Pero no es suficiente. Es
necesario que la ciudadanía también ayude a cuidar a los menores: “Guardar
silencio nos convierte en cómplices, cuando ya no hay tiempo para actuar, de
nada sirve el arrepentimiento. El silencio frente al abuso sexual infantil también
es un delito. Por eso mi invitación es a denunciar, pero sobre todo a proteger y
cuidar a los niños”, dijo a SEMANA la directora del Bienestar Familar, Karen
Abudinen.
Ante las críticas, Abudinen asegura que el ICBF es una entidad que tiene un
notable mejoramiento en los resultados de gestión. El Instituto ocupó en 2017 el
lugar número 7 en el Índice de Transparencia de Entidades Públicas. Un año
antes estaba en la casilla 77. Demás aseguró que en las visitas que han venido
adelantando a todos los hogares sustitutos pudieron establecer que el 99 por
ciento de estos lugares reúnen las condiciones exigidas por el ICBF. “Los niños,
niñas y adolescentes están protegidos, reciben amor y el cuidado propio en esta
modalidad de atención”, aseguro la directora. “La labor de las madres sustitutas
con más de 12.000 niños es invaluable”, agregó.
Sin embargo, el Bienestar Familiar no puede ser el único crucificado por cuenta
de la problemática. La raíz de la violencia contra los niños es más amplia,
compleja y profunda. Es una falla que comienza en la concepción y la crianza, y
está insertada en la cultura y la sociedad. Nace del valor que se la da la vida, a la
infancia, al futuro. Y por lo tanto las soluciones deben ser transversales. En
paralelo se tiene que combatir la pobreza y la deserción escolar, así como apuntar
a la prevención del embarazo adolescente y a la mayor eficiencia en la
judicialización de los abusadores.
El problema también yace en el valor que se da a los voz de los menores. En las
casas se debe empezar por creerle a los niños. Según las psiquiatras, si un niño
dice que fue abusado, en efecto lo fue. Debe promoverse la investigación y el
cuidado de la salud mental de los niños y sus familias. Se debe trabajar con los
adolescentes que hayan sido autores de conductas abusivas contra sus pares, o
niños menores que ellos. Es muy importante reforzar en los colegios el trabajo
de educación sexual, de acuerdo a la edad. Establecer códigos de conducta entre
el maestro y sus estudiantes. O incluso abrir los espacios de las aulas con paredes
de vidrio.
Así mismo, las conocedoras del tema recomiendan actualizar las medidas contra
los abusadores. Para ellas, medidas como la castración química no funcionan
pues un abusador puede agredir a un niño de múltiples maneras. Lo que sí
consideran necesario es que cuando estos individuos queden en libertad tengan
prohibido, por ejemplo, trabajar o estar cerca de menores (de colegios, o parques
infantiles) y que tengan un chip de georreferenciación para que las autoridades
puedan saber dónde están.
Pero sobre todo, ellas coinciden en que hay que volcar los esfuerzos no solo en la
denuncia, sino también en la prevención. Aunque esto lamentablemente no
garantiza que estos horribles casos no vuelvan a suceder. En ese escenario lo que
se debe hacer entonces es proporcionarle toda la atención que el niño requiera.
Está demostrado que los seres humanos tienen una capacidad de resiliencia
poderosa para salir adelante, siempre y cuando reciban la atención psiquiatrica,
afecto y sus necesidades básicas estén resueltas.