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Resumen
En este trabajo abordo la obra del peruano José Carlos Mariátegui (1894-1930) con el objeto analizar los diagnósticos y
propuestas de solución que este autor hilvanó alrededor del llamado “problema indígena” y, a la vez, revisar la filosofía del
progreso implícita en ellos. Considero que la particularidad del proyecto político-intelectual de Mariátegui reside en que se
funden en él dos concepciones de la historia opuestas: la cíclica del tiempo mítico y la progresiva y lineal de la moderna idea
de progreso. Como conclusión, me pregunto por el tipo de sujeto de conocimiento presente en su obra y señalo las limitaciones
que el mismo presentó para abordar la especificidad económica y social de la historia andina.
Palabras clave: Mariátegui, historia intelectual, filosofía del progreso, sujeto de conocimiento.
Abstract
This project is an approach to the peruvian Jose Carlos Mariátegui’s work (1894-1930). Through this analysis, we intend to
study the diagnoses and proposed solutions that this author outlined around the “indigenous problem” and, at the same time, the
philosophy of progress implied in them. We consider that the particularity of Mariátegui’s political-intellectual project resides in
the confluence of two opposed conceptions of History: the cyclic idea of mythical time and the linear and progressive perception
of the modern idea of progress. To conclude, we ask ourselves about the subject of knowledge type present in Mariátegui’s
work and we point out the limits of this perspective to understand the economics and social particularities of Andean history.
* Profesor en Antropología Social, UBA. Licenciado en Antropología Social, UBA. Doctorando en Antropología Social, UBA.
Sección Etnohistoria-Instituto de Ciencias Antropológicas-Facultad de Filosofía y Letras-Universidad de Buenos Aires,
Argentina. Correo-e: carlosmariachiappe@gmail.com
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su creencia en una razón, en un logos), dando del Reino de Dios sobre la Tierra. Retomando a
lugar a la elaboración de un religión universal, Kant, la filosofía de Hegel se basó en un logos,
prerrequisito para poder plantear una Historia Idea o Espíritu que vincula a todo lo que existe
Universal regida por el desarrollo general de la pero que encuentra su mejor expresión en la
realización de los propósitos divinos respecto mente humana. La historia tiene una estructura
a la humanidad. Por otro lado, es de destacar lógica que es dialéctica: el desarrollo se produce
que apareció por primera vez con el cristia- por conflictos mediante la destrucción del
nismo herético un esquema triádico del desa- estado preexistente de cosas pero preservando
rrollo humano, modelo que fue retomado luego lo positivo de la etapa anterior. Cada avance
por los pensadores modernos. en la marcha del Espíritu da origen a un nuevo
desgarramiento de la mónada alcanzada, en
Una más completa caracterización de la pos de la realización plena de todo lo que en un
moderna idea del progreso, basada en una comienzo era solo potencialidad indiferenciada.
concepción del hombre como ser ilimitado La historia humana es así el desarrollo del Espí-
y hacedor de su propia historia empezó a ritu en el tiempo, y la esencia del espíritu hege-
gestarse con los avances en la ciencia, la tecno- liano es la libertad, porque la historia universal
logía, las artes y las leyes durante el Renaci- es el progreso en la conciencia de la libertad,
miento, cuando los europeos se embarcaron en un progreso que, como el del pensamiento Ilus-
su aventura civilizatoria persiguiendo la obten- trado, habrá de darse necesariamente.
ción de nuevos recursos para sus economías en
expansión. Pero, en su concepción moderna, la Sin embargo, corresponderá a Comte y a Marx
idea de progreso será acuñada definitivamente en el siglo XIX plantear una idea del progreso
entre los siglos XVII y XVIII mediante la elimina- liberada de las representaciones míticas. Para
ción de sus componentes religiosos, cosa que Comte la esencia del progreso humano era del
ocurrió en Francia durante el llamado “debate de orden intelectual y había evolucionado a través
los antiguos y los modernos” y, posteriormente, de, nuevamente, tres etapas: la teológica, la
con la Revolución francesa. Condorcet insistió metafísica y la contemporánea, llamada positiva
en una historia humana jalonada por etapas, o científica. Por otro lado, aunque la filosofía de
cada una caracterizada por rasgos económi- la historia de Marx puede entenderse como una
co-culturales, que conducían en progresión continuación de la de Hegel, su originalidad
lineal a la humanidad desde los estados más radica en otorgarle una renovada centralidad
inferiores hasta la realización plena de la razón. a la acción humana al proponer a las fuerzas
El logos aristotélico fue retomado por Kant productivas del hombre como motor del cambio
para proponer una teoría total de la evolución histórico (Delfgaauw, 1968). Sin embargo,
humana en donde la historia en apariencia sin persiste en él, como en los otros filósofos
sentido estaba gobernada por la necesidad de modernos, la idea de que el proceso histórico
la naturaleza de alcanzar sus fines a través de tiene una lógica trascendente que conduce a un
un proceso que iba desde el estado de anima- perfeccionamiento de la humanidad, llamado
lidad, pasando por un largo desarrollo lleno de en su caso comunismo. La dialéctica de Marx
dolor, conflictos y luchas, hasta llegar al fin de la también ordena la historia en un proceso triá-
historia, consistente en el estado de perfección dico: una primera etapa denominada comu-
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fue Mariátegui, la cual intentó la confluencia de escritura singular, alejado de las influencias
del indigenismo y el socialismo. Al principio las del modernismo imperante. Posteriormente, ya
relaciones entre ambas propuestas no fueron dueño de su propio diario, apoyó las moviliza-
discordantes, en tanto Mariátegui opinaba que ciones obreras conducidas por el anarco sindi-
el rescate del espíritu andino propuesto por calismo que se coordinaron con el estudiantado
Valcárcel podría configurar un primer paso de reformista. Su trabajo periodístico, opuesto a
la asimilación del socialismo entre los pueblos los intereses del gobierno, le valió, en 1919, una
originarios, al aportar el conocimiento sobre lo beca del presidente Leguía que, bajo excusa de
propio y particular del mundo indígena. Más premio en forma de viaje de estudios, lo obligó
tarde surgieron discrepancias al efectuar la a exiliarse por un tiempo en Europa. Mariátegui
corriente esencialista un corrimiento hacia su abandonó un Perú organizado sobre la exclu-
faceta de rescate literario y folklórico, con baja sión de los pueblos originarios, acusados de
implicación política. En el plano político, el indi- influir negativamente en la construcción de la
genismo se escindió entre los apristas -coman- nación luego de la derrota frente a Chile en la
dados por Haya de la Torre y orientado hacia Guerra del Pacífico (López, 2008). En Europa su
el asistencialismo estatal y el paternalismo crio- experiencia sobre la realidad italiana y la posi-
llo- y los mariateguistas, que proponían la apro- bilidad de extraer de allí consecuencias para
piación por parte del indígena del espíritu revo- su país le llegaron a través de la obra de Piero
lucionario de la época, pero entendiendo que Gobetti (Varela Petito, 2010). En Italia se casó,
solo una vanguardia política, intelectual y prole- trabajó de corresponsal y vivió en la posgue-
taria integrada en el Partido Socialista Peruano rra de un país escindido entre zonas urbanas
podría arraigar el socialismo en el campo. El desarrolladas y zonas campesinas subdesarro-
auge del indigenismo fue aprovechado por el lladas, cosa que habría reafirmado su percep-
presidente Leguía (1919-1930) que encontró en ción dicotómica del Perú. Además, Italia estaba
él la oportunidad de atacar la base de poder de atravesada por las luchas obreras comunistas y
los terratenientes serranos. Las políticas estata- asistía al ascenso del fascismo.
les reconocieron a las comunidades indígenas
y crearon el Patronato de la Raza Indígena y En 1923 retornó al Perú y a los pocos meses
la Sección de Asuntos Indígenas, pero todo lo participó en las actividades de la Universidad
anterior no cambió las bases históricas de domi- Popular Manuel González Prada dictando confe-
nación, en tanto la evolución nacional condujo a rencias acerca de la crisis mundial (Fernández,
una mayor asimetría en el desarrollo entre las 2011). Por esa época empezó a editar la revista
regiones costeras y serranas del país (Peralta Amauta, en donde se fundieron sus principa-
Ruiz, 1995). les influencias: su vocación política socialista
y el vanguardismo estético. Ambas lo llevaron
José Carlos Mariátegui (1894-1930) fue un a indagar en la tradición viva de los sectores
escritor, periodista, editor y militante ligado a las subalternos, intentando pensar el problema de
vanguardias estéticas y a las luchas obreras y una identidad nacional que se había confor-
estudiantiles. Mestizo, de orígenes humildes, mado negándolos (López, 2008). En esta época
de muy joven se empleó en un periódico en publicó La escena contemporánea (1925) y
donde aprendió su profesión y logró un estilo Siete ensayos de interpretación de la realidad
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peruana (1928). Otros escritos fueron recopi- tendientes a “modernizar” las formas de vida
lados y publicados luego de su muerte2. Cada indígena. La investigación social aplicada al
vez más comprometido con la lucha política, en problema migratorio de la sierra a la costa se
1928 fundó el Partido Socialista Peruano con el encaminó a concluir que los indígenas habían
propósito de conformar una vanguardia entre la interiorizado que el olvido de sus costumbres
clase obrera con conciencia de clase que fuera tradicionales era precondición para una buena
guía del proletariado indígena. En su parecer, la adaptación a la vida urbana. Se atribuyó a este
revolución socialista en el Perú debía empezar comportamiento factores que tenían que ver con
por reivindicar los derechos indígenas, en tanto la desintegración social de la sociedad peruana
la mayoría de la población era autóctona. (la marginalidad urbana y la alienación cultu-
ral) producto de la explotación económica del
Poco tiempo después de su fallecimiento
colonialismo interno de la oligarquía criolla y del
el Partido Socialista Peruano abandonó las
dependentismo externo hacia el imperialismo
tesis de Mariátegui sobre el campesinado, la
norteamericano. Estas ideas fueron asumidas
comunidad indígena y el rol del Partido como
por los militares que tomaron el poder en 1968,
célula organizadora de las masas a la manera
poniendo en acción un programa de transforma-
gramsciana (Béjar, 1995). En el plano nacio-
ciones sociales antimperialista y antioligárquico,
nal, se acentuó un conservadurismo político en
en donde los indígenas fueron reclamados como
donde solo fue posible la sobrevivencia del indi-
los únicos depositarios de los valores peruanos,
genismo esencialista que pasó a integrarse al
otorgándosele al “mundo andino” el estatus de
oficial. El culto al mestizaje y los ensayos sobre
cultura nacional y popular. Los militares efectivi-
la grandeza prehispánica dominaron la reflexión
zaron una profunda reforma agraria entre 1968
literaria en el marco de un discurso estatal
y 1975, transformaron por decreto al indígena
nacionalista y paternalista que dudaba acerca
en campesino y declararon al quechua segundo
de la posibilidad de la rehabilitación cultural de
idioma nacional. Sin embargo, las consecuen-
los indígenas. Cuando, en 1940, el gobierno se
cias fueron las contrarias a las buscadas, ya
integró a la red del Instituto Indigenista Intera-
que las medidas no se tradujeron en un mejo-
mericano, la mirada sobre los indígenas y las
ramiento del nivel de vida ni en la integración
políticas asociadas a ella pasaron a tener un
social de los indígenas, sino que empeoraron
cariz integrador y asistencialista.
las condiciones del campo y se acentuaron las
La década de 1950 abrió paso al paradigma migraciones a las ciudades de la costa (Peralta
desarrollista mediante el cual el Estado buscó, Ruíz, 1995).
por medio de la educación, incorporar a la
población indígena con el objeto de coadyu-
var a la consolidación de los mercados inter- Mito y revolución
nos y a la integración nacional. Con el apoyo
de Estados Unidos se realizaron proyectos de La perspectiva crítica sobre las “ilusiones” de
antropología experimental en algunas comuni- un progreso que se había impuesto negando
dades indígenas. Estos buscaban diagnosticar a las masas indígenas del Perú, encontró en
problemas de desarrollo y diagramar proyectos Mariátegui a su gran propalador (Paris, 1978).
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En tanto se ha anotado que esta crítica fue Los mitos revolucionarios no son descripcio-
inspirada por las ideas de Georges Sorel (Rojas nes de cosas, son expresiones de voluntad.
Mix, 1997), interesa ahora revisar la relación de La utopía, por el contrario, es el producto de
Mariátegui con la obra de este sindicalista fran- un trabajo intelectual de teóricos que, luego de
cés, controvertida figura de la intelectualidad observar y discutir los hechos, buscan esta-
finisecular del siglo XIX3. blecer un modelo mediante el cual sea posi-
ble comparar las bondades de las sociedades
Para Sorel el hombre no se realiza a través empíricas. Mientras que los mitos conducen a
de la búsqueda de la felicidad, el conocimiento, los hombres a prepararse para combatir al capi-
el poder, o la salvación eterna, sino a través talismo, la utopía tiene por objetivo la implemen-
de la actividad espontánea, libre y creadora. tación de reformas que puedan ser efectuadas
La búsqueda de esta realización configura sin destruir el sistema corriente. A diferencia de
un intento de dar cognoscibilidad al caos que la utopía que, como toda entelequia, es pasi-
el mundo natural y social representan (Berlin, ble de debate, el mito no puede ser refutado,
2005). Se palpa aquí la influencia de Bergson, porque es idéntico a las convicciones del grupo
para el cual la sed de poder era indicativa de humano que lo sigue, en tanto es la expresión
degeneramiento social, ya que el ser humano de estas convicciones en el lenguaje del movi-
solo vive plenamente si “actúa libremente”, miento y, por lo tanto, no se puede descompo-
forma en que logra alcanzar un “conocimiento ner en partes aplicables a un plan de descripcio-
integral”. Este tipo de conocimiento es en todo nes históricas (Sorel, 1908: 25).
equiparable a la intuición, entendimiento interno
y empático que Sorel integró en su categoría Según Sorel, la mente del hombre está cons-
de mito (Jennings, 1995). Para Sorel, no es la tituida de tal manera que no puede contentarse
razón quien engendra los vínculos humanos con la mera observación de los hechos, sino
verdaderos, sino el esfuerzo comunitario, instin- que desea entender la razón interna de las
tivo y espontáneo, que no depende de normas cosas. En este punto, la huelga general es la
y contratos. Por el contrario, el sistema econó- figura mítica que proporciona una forma intui-
mico-político capitalista, al propiciar la compe- tiva de entender la esencia del socialismo y
titividad, destruye el sentido de humanidad mediante la cual las masas pueden prepararse
y dignidad. Por lo tanto, la destrucción de la para enfrentar la lucha decisiva (Jennings,
democracia parlamentaria, sistema basado en 1995). Solo el conflicto (la “grève générale”)
la explotación de los trabajadores, solo era posi- crea unidad y solidaridad reales, en oposición
ble mediante el desarrollo de hombres nuevos, a la forma de asociación de los partidos políti-
valientes, generosos y portadores de una pode- cos, estructuras que son inestables y tendien-
rosa fuerza moral (Béjar, 1995). tes a coaliciones y alianzas oportunistas (Béjar,
1995)4. El mito es funcional a la lucha de clases
La necesidad de forjar este hombre nuevo porque “sin conflictos, la confusión recorre la
conduce a la importancia de los mitos, cuestión trama social, los contornos se hacen difusos y la
que Sorel aborda tanto en Réflexions como en potencia creadora se atenúa o desvanece”. La
la Carta a Daniel Halévy, partiendo de estable- función del mito, entonces es evitar esa disolu-
cer una diferencia radical entre mito y utopía. ción “haciendo que los hombres interpreten sus
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dismo, empresa que sería llevada adelante social hasta el presente a través de las etapas
por la futura sociedad comunista, para lo cual comunista, colonial y burguesa. Empero, si
Mariátegui entendía que esta podría encontrar trasvasamos este esquema a las ideas de Marx
apoyo en los elementos del socialismo agrario las etapas segunda y tercera deberían quedar
que aún existían en las comunidades indígenas integradas en una sola y el nuevo esquema
(Marzal, 1993). permitiría así la inclusión de una futura etapa
comunista. Ahora bien, el comunismo primi-
La pregunta sobre si la opresión era un asunto
tivo de Marx (tiempo imaginado mediante la
de clase, de raza o de nacionalidad, se deba-
analogía etnográfica) fue un momento de la
tió en una conferencia de partidos comunistas
evolución humana caracterizado por la organi-
latinoamericanos realizada en Buenos Aires
zación en bandas de cooperación simple que
en 1929. Mariátegui propuso -en su trabajo
subsistían por medio de la caza-recolección.
El problema de las razas en América latina
La etapa comunista de Mariátegui, en cambio,
(Mariátegui, [1929] 1994)- soluciones prácticas
está representada por el imperio incaico y, más
al problema agrario: expropiar los latifundios
allá de que la información histórica-arqueoló-
serranos en favor de las comunidades; trans-
gica de su tiempo sea cuantitativa y cualitativa-
formar a las comunidades en cooperativas de
mente diferente de la actual, había que forzar
producción; apoyar la lucha de los yanaconas
mucho la tesis para caracterizar a la organiza-
contra los hacendados para eliminar la insti-
ción incaica como comunista, por más que esto
tución parasitaria del enganche, pieza funda-
se sustentase en las características de sus
mental del régimen agrario; y educar ideológi-
instituciones de base: los ayllus. Anteriormente
camente a las masas indígenas. Sin embargo,
ya hemos indicado la razón para este plantea-
esta defensa no lo llevó a apoyar la formación
miento. En tanto el lugar dependiente en el
de una república indígena entre los pueblos
sistema mundial que ocupaba Perú había impe-
quechua y aymara, tema que se discutió parti-
dido que las fuerzas productivas capitalistas se
cularmente en ese evento. Mariátegui creía que
desarrollasen plenamente y que, por lo tanto,
esta medida no conduciría a la adopción del
llegase necesariamente el momento del triunfo
socialismo entre los indígenas, sino a la confor-
de la revolución comunista, y en tanto, además,
mación de otro Estado burgués, con todas
la cercana experiencia de la Revolución Rusa
las contradicciones internas y externas de los
había hecho caer por tierra el rígido etapismo
mismos, concluyendo que solo una revolución
socialista que incluyese a las masas indígenas de los primeros planteamientos marxistas,
explotadas podría permitirles a estas incorporar Mariátegui -entendiendo que era en los relictos
el sentido de la liberación, posibilitándose así su de las tradiciones comunales en donde ardían
autodeterminación política (Becker, 2002). aún los rescoldos de un socialismo autóctono-
incorporó el mito incaico a su programa político.
Volviendo a Ensayos, el desarrollo histórico Esta terrible intuición político-poética provocó
retratado en ellos no se refiere a una historia una interpenetración entre la concepción histó-
total de la humanidad sino a la peruana, por lo rica moderna (lineal y acumulativa) y la concep-
que su estructura triádica no incluye la etapa ción mítica cercana a los pueblos andinos. El
final comunista sino que describe la evolución mito del comunismo incaico constituyó enton-
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ces un puente entre el pasado y el futuro, y la vigente entre 1920 y 1970, se interrelaciona-
historia progresiva occidental pudo conjugarse ron tanto los procesos de modernización que
con una circularidad que permitía, por medio las sociedades latinoamericanas experimenta-
del ritual (pachacuti pensado en clave secular ban como el conocimiento científico disponible
como lucha de clases), pensar el triunfo del y el papel de los sujetos estudiados, insertos
comunismo en parte como una vuelta a las en la misma realidad (Gunderman & González,
tradiciones autóctonas. 2009). Si, hasta la primera mitad del siglo XX,
la labor científica había sido asumida como
el rescate de las características culturales de
unos pueblos andinos sometidos a una desin-
Reflexiones finales
tegración inevitable, posteriormente, estas
Pasados más de ochenta años de la muerte mismas características constituirían a la vez
de Mariátegui su vida y obra sigue dando lugar un problema para el desarrollo y un desafío
a multiplicidad de abordajes, académicos y no científico para integrar a estos pueblos en el
académicos. Considero que la actualidad de proceso de cambio. En este sentido, los enfo-
su pensamiento reside en que el reto mayor ques antropológicos de la época rechazaron la
de nuestro pensamiento autóctono, continúa agencia de las propias comunidades toda vez
siendo el poder explicar y transformar la realidad que sus transformaciones fueron entendidas
latinoamericana desde una perspectiva que no como estimuladas por el accionar de un mundo
sea “calco y copia” de lo generado en los locus moderno y exterior a ellas.
del poder mundial, desafío que incluye también
En forma consonante -y por más que intui-
a las diversas formulaciones de las teorías revo-
tivamente esto parezca paradójico- la infinita
lucionarias, como es el caso del marxismo.
variedad de los individuos andinos fue homo-
Ahora bien, en relación al tema de este artí- geneizada por Mariátegui a través del mito del
culo, toca ahora preguntarnos si el “marxismo comunismo agrario, categoría analítica genérica
romántico” de Mariátegui, que criticó las “ilusio- que le permitió construir lo andino como objeto
nes del progreso” y sugirió una dialéctica utópi- de reflexión y herramienta de lucha política. El
ca-revolucionaria entre el pasado precapitalista comunismo agrario, que se basaba en las conti-
y el futuro socialista, oponiéndose a la filosofía nuidades materiales y simbólicas entre el imperio
evolucionista, historicista y racionalista, propo- incaico y los pueblos andinos contemporáneos,
niendo un retorno a los mitos históricos (Löwy, definió a estos últimos por su inclusión en el
[s/f]: 2) pudo romper con el eurocentrismo de espacio social andino sin atender a sus múltiples
la “historia universal”, tal como asevera Flores expresiones, ya que era en virtud de su perte-
Galindo (1980: 50). Creo que el punto funda- nencia al mismo que estos llevaban incorporada
mental para responder a esta pregunta es una matriz cultural comunitaria que los hacía
entender qué tipo de conocimiento antropoló- asimilable al proyecto revolucionario. Es impo-
gico produjo Mariátegui con su obra. sible no observar que de este modo se ahisto-
rizaba y homogenizaba el pasado indígena, ya
En la construcción del objeto de conoci- que era la modernidad la que había hecho irrum-
miento por parte del modelo antropológico pir la historia en él, provocando la desarticula-
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ción y desintegración de los pueblos originarios, que permaneció activa a través de los diferentes
hecho que dificultaba abordar las discontinuida- períodos históricos.
des y las trasformaciones de estos actores en los
cambiantes escenarios históricos. Para ello debía enfocarse el problema desde
una perspectiva innovadora que reconociese
En la obra de Mariátegui, por lo tanto, la reflexión que 1) la población andina, antes de la Colonia,
sobre el problema indígena fue por sobre todo había ya experimentado el contacto con otras
un insumo de la lucha de clases, tarea priorita- sociedades dominantes ejerciendo un rol activo
ria para el pensador en la configuración histórica generado por la necesidad de aprovechar los
contemporánea. Con respecto a este tópico fue diferentes escenarios históricos; 2) que desta-
Bourdieu quien dijo: “la crítica marxista que aspira case las estrategias de movilidad y de aprove-
a traer las producciones hacia intereses sociales chamiento de múltiples espacios, en oposición a
[se ha descarriado] por el efecto del doble juego la visión occidental que asociaba a la migración
ligado a la tentación de hacer servir en la lucha a con la desintegración étnica; y 3) que integrase a
la ciencia de las luchas [lo que configura] un uso la necesidad de solución del “problema indígena”
ilegal de la ciencia social o de la autoridad que elementos característicos de la economía andina
ella puede otorgar” (Bourdieu, [1984] 2008): 29). que permitiesen un manejo exitoso de los recur-
Creo que esta advertencia sobre la producción sos por parte de su población, coherente con
marxista de los 60 y 70 es aplicable también al las estrategias que habían posibilitado la repro-
caso de Mariátegui, cuyas ideas fueron recogi- ducción social de estas poblaciones (Galdames
das -a veces acríticamente- por parte de la inte- & Ruz, 2010). En la época de Mariátegui esto
lectualidad de aquellas décadas. estaba lejos de encararse. Tres décadas más
tarde, convulsionada Latinoamérica toda por la
Por consiguiente, mi idea es que el enfoque de fulgurante aparición de la Revolución cubana, los
Mariátegui –más allá de su cariz romántico sore- estudios andinos se inspiraron en aquella parte
liano- al operar por dentro del modelo marxista de lectura mariateguista que tendió a reificar al
de desarrollo social, se hallaba imposibilitado de “sujeto andino”. La perspectiva superadora, que
trascender su matriz eurocentrista. Residía en los suponía la elaboración de un conocimiento cien-
fundamentos epistemológicos del propio disposi- tífico sobre la especificidad económica y social
tivo intelectual la circunstancia en la que holgaba de la historia indígena, comenzaría a elaborarse
conocer el punto de vista del nativo. ¿Era lícito recién a partir de mediados de la década de 1970
denunciar la explotación del hombre por el hombre a través de una renovada labor interdisciplinaria.
si esto determinaba la superfluidad de las dimen- El nuevo conocimiento así producido –mejo-
siones étnicas de los pueblos andinos? Creo que rable, como todo hecho científico- serviría de
no. Desde el plano de la ciencia aplicada, la tarea apoyo a la lucha por la autonomía político-cultu-
de comprender el rol de estos pueblos en la histo- ral asumida no ya por una vanguardia iluminada
ria americana debía abocarse a producir un mejo- sino desde los propios y contradictorios intere-
rado basamento que indagase las estrategias ses de los diversos sujetos que conforman la
mediante las cuales los mismos habían logrado multiplicidad de colectivos que conocemos como
adaptarse a las diferentes circunstancias históri- pueblos andinos.
cas, considerando la libertad de acción individual
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Notas
1
Este artículo se inscribe en la investigación en curso: “La philosophie bergsonienne […] Je comprends que ce mythe de la grève
etnohistoria andina chilena. Dinámica de construcción de un campo générale froisse beaucoup de gens sages à cause de son caractère
interdisciplinar en los contextos de polarización política, quiebre d’infinité ; le monde actuel est très porté à revenir aux opinions des
institucional y rebrote democrático”. Doctorado en Antropología Social, anciens et à subordonner la morale à la bonne marche des affaires
UBA. Sección Etnohistoria-Instituto de Ciencias Antropológicas- publiques, ce qui conduit à placer la vertu dans un juste milieu. Tant
Facultad de Filosofía y Letras-Universidad de Buenos Aires (financiada que le socialisme demeure une doctrine entièrement exposée en
mediante el proyecto UBACyT 338BA y por una beca de doctorado paroles, il est très facile de le faire dévier vers un juste milieu; mais
UBA) Director: Dr. Carlos Zanolli. cette transformation est manifestement impossible quand on introduit
2
Escritos juveniles, Defensa del marxismo, El alma matinal y le mythe de la grève générale, qui comporte une révolution absolue.
otras estaciones del hombre de hoy, Peruanicemos al Perú, Figuras Vous savez, aussi bien que moi, que ce qu’il y a de meilleur dans
y aspectos de la vida mundial, Historia de la crisis mundial, Temas la conscience moderne est le tourment de l’infini; vous n’êtes point
de educación, La novela y la vida, Cartas de Italia, Signos y obras, du nombre de ceux qui regardent comme d’heureuses trouvailles
El artista y la época y Correspondencia. les procédés au moyen desquels on peut tromper ses lecteurs par
3
Particularmente Réflexions sur la violence (1908), obra que des mots. C’est pourquoi vous ne me condamnerez point pour avoir
Mariátegui leyó en Europa. attaché un si grand prix à un mythe qui donne au socialisme une
4
L’esprit de l’homme est ainsi fait qu’il ne sait point se contenter valeur morale si haute et une si grande loyauté. Bien des gens ne
de constatations et qu’il veut comprendre la raison des choses; je me chercheraient pas dispute à la théorie des mythes si ceux-ci n’avaient
demande donc s’il en conviendrait pas de chercher à approfondir cette des conséquences si belles (Sorel, 1908: 22).
théorie des mythes, en utilisant les lumières que nous devons à la
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DOSSIER Antropologías del Sur N° 5
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RECOLECCIÓN
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