Está en la página 1de 1

Reflexión acerca de las

funciones de un
Diácono en la Iglesia

«Estoy entre vosotros como aquel que sirve» (Lc 22, 27).

El diaconado, en cuanto ministerio ordenado, tiene


como nota distintiva, el representar y hacer presente
a Cristo servidor. Entonces, debiera empezar por la cabal
comprensión de esta doble situación.

En primer lugar, se tiene la función de «representar» a


Cristo, la expresión clásica aquí es in persona Christi. Uno
no acude a atender al que lo necesita, ni en nombre de sí
mismo, ni por propia autoridad ni, inclusive, suponiendo la
propia fuerza, inteligencia o carisma personal. Se acude
a su servicio porque Dios ha dispuesto desde siempre que
unos veamos por los otros. Y lo que se da al otro, es lo
mismo que Él previamente nos ha otorgado.

En segundo lugar, se tiene la función de «hacer


presente» un misterio invisible en un mundo seducido por
lo material y lo suntuoso. Así, el diácono, ha de enseñar a
guardar silencio y reposo para poder escuchar la Palabra
divina que cura, alimenta, conforta e instruye en medio de
la tormenta, el desierto y la escasez.

La conclusión es clara: así como en el lenguaje bíblico


ser hombre y ser siervo de Dios es equivalente, el
diácono es servidor de los hombres porque por encima de
todo es siervo de Dios. Y ese siervo Dios se ocupa del
pobre, del huérfano, de la viuda y del extranjero actuando
in persona Christi.

José Luis Castrejón Malvaez

También podría gustarte