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INSTITUTO GUATEMALTECO DE DERECHO NOTARIAL

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CONCEPTO DE LA JURISDICCIÓN VOLUNTARIA

Para referirnos a la jurisdicción Voluntaria debemos partir necesariamente de


un entendimiento de lo que sea jurisdicción

Jurisdicción es una expresión que puede tener distintos significados: puede


comprender el límite o jerarquía de una autoridad; la competencia territorial o
personal de un agente; y, en sentido jurídico, el poder de aplicar el Derecho,
las leyes y juzgar.

La idea general ha sido y siguiente siendo que Jurisdicción es un atributo de


los jueces para conocer los hechos que les someten las partes y aplicar a tales
hechos el Derecho o la ley.

Y el sometimiento puede ser de carácter contencioso, al existir disputa entre


dos o mas partes, y voluntario, cuando el juez solo interviene para homologar
el acuerdo o voluntad de las partes.

De este concepto se deduce que tanto la jurisdicción contenciosa como la


jurisdicción voluntaria son de la competencia del juez, como de ordinario ha
sido aceptado por la doctrina y las legislaciones. Sin embargo, por estar
caracterizada la jurisdicción voluntaria como aquella que se ejerce
intervolentes, la doctrina moderna y las leyes avanzadas ha permitido que en
varios casos, el juez sea sustituido por el Notario, Tema al cual volveremos
mas adelante.

El Digesto de Justiniano reconoce en su primer libro una institución de


Marciano que se expresa así: “Todos los procónsules, tiene jurisdicción tan
pronto como hubiesen salido de Roma pero no contenciosa, sino voluntaria,
de modo que ante ellos pueden manumitirse tanto hijos como esclavos y
celebrarse adopciones.” Aquí aparece, por primera vez en el Derecho
Romano, la idea de una jurisdicción que se opone a la contenciosa, calificada
ya como voluntaria, lo que esta indicado que el examen a verificar gira
alrededor de lo que la Jurisdicción sea.

Hemos dicho que Jurisdicción es la potestad de que se hallan investido los


jueces para administrar justicia, aun cuando no puede negarse que también
hay jurisdicción, aunque de distinto grado, en los poderes legislativo y
ejecutivo.

La noción de Jurisdicción, sin embargo, sigue provocando controversias, que


no viene al caso referirse a ellas; de manera que preferimos partir de la

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definición del profesor Jaime Guasp, para quien la Jurisdicción es una función
pública de examen y actuación de pretensiones. Y es que con esta definición
se puede conciliar las ideas de jurisdicción propia, referida a jueces y
tribunales exclusivamente y la impropia que se ejercita por entes y personas
distintas, dentro de las que cabe considerar al Notario.

La cuestión de la naturaleza jurídica de la jurisdicción voluntaria puede


resumirse en torno a tres concepciones: la que le niega el carácter de
jurisdicción propia, referida a jueces y tribunales exclusivamente y la
impropia que se ejercita por entes y personas distintas, dentro de las que cabe
considerar al Notario.

La cuestión de la naturaleza jurídica de la jurisdicción voluntaria puede


resumirse en torno a tres concepciones: la que le niega el carácter de
jurisdicción; la que la considera una materia referida a actos de
administración; y la que le tiene como una especia de jurisdicción con
características propias.

La corriente que sostiene que nuestra materia no puede considerarse como


jurisdicción, parte de la concepción de que esta existe si se da una contención
entre partes, con el objeto de que, conociendo sobre la contienda y resolviendo
sobre ella, pueda el juez declarar el Derecho en un caso concreto, precisando
el mandato general y abstracto de la norma; de esa manera el Estado atiende
con eficacia de cosa juzgada. Y no dándose en la jurisdicción voluntaria una
contención entre partes, ni una declaración de derecho que acezada a la
eficacia de la cosa juzgada, no de puede ser jurisdiccional.

Una segunda corriente, muy extendida, estimada que la jurisdicción voluntaria


es una actitud publica de administración de Derecho Privado. Ello porque la
Administración tiene como idea motriz el interés publico y los actos
administrativos tiende a la tutela de dicho interés, La tutela y declaración de
intereses privados es función del Derecho Civil y de la jurisdicción, pero hay
ciertos intereses privados que merecen la atención del Derecho Publico y son
objeto de una especifica actuación administrativa. Acá el poder judicial actúa
como mero administrador, esto es, cumpliendo respecto de relaciones
jurídicas privadas, funciones que no son jurisdicciones sino administrativas.
Así se explica porque esta desprovista de eficacia de cosa juzgada, aun
estando atribuida a órganos que normalmente le producen.

La tercera corriente nació a raíz de un examen que se hizo por procesalitas


italianos al indagar sobre tesis administrativas. Según esta corriente, la
peculiaridad de la jurisdicción voluntaria esta mas bien en la norma jurídica
que no en la actividad del juez que la aplica en concreto; ocurre que el orden
jurídico viene actuando mediante la actividad del juez, porque de otra manera
no podrían ser alcanzados los efectos queridos por la norma.
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Se agrega que un ius dicere se da tanto en la jurisdicción contenciosa como en


la voluntaria, que nos son más que dos modalidades de la función judicial. Por
la primera se declara el Derecho frente a dos o mas partes en contienda; por la
segunda se le actúa al legalizar una situación de hecho, integrar una capacidad
o defender un patrimonio. El fin es sustancialmente el mismo actuar el
Derecho, pero el momento es distinto, porque en la contenciosa la
intervención de la autoridad se verifica cuando se ha producido la lesión de un
derecho, mientras que la voluntaria, en la que falta tal lesión, asume un
carácter preventivo o cautelar.

Así delimita, ya puede verse su diferencia con el acto administrativo, pues este
puede ser revocado por el superior jerárquico en cumplimiento del deber de
sustitución, y puede culminar en el recurso ante el Tribunal Contencioso-
Administrativo, lo que no ocurre en la jurisdicción por faltar en ella la idea de
jerarquía.

Si, pues, frente a la posición clásica debe admitirse que, en efecto no se esta
frente a una contienda entre partes, que exija la aplicación del Derecho aun
caso concreto; pero tampoco frente a acto de la administración publica, cuya
función esta jerarquizada, es dable adherirse a la posición que expresa que la
llamada jurisdicción voluntaria constituyente una actividad autónoma del
estado

EL NOTARIO Y LA JURISDICCIÓN VOLUNTARIA

El Notario, dice el Código Notariado, tiene fe publica para hacer constar y


autorizar actos y contratos en que intervenga por disposición de la ley o a
requerimiento de parte.

De la propia norma legal se advierte que la función notarial no tiene nada de


jurisdiccional, pues en tanto el juez, que aplica el Derecho, resuelve con
eficacia de cosa juzgada una contienda entre partes, el Notario se limita a
documentar hechos y negocios jurídicos emitiendo, en ciertos supuestos,
calificaciones jurídicas, De ahí que resulte que la idea que litis es inconciliable
con la función notarial, que se eminentemente antiprocesalista; que el Notario
carece de imperio para imponer sanciones y que, aunque el ordenamiento
efectos de cosas juzgada, ya queda abierta la posibilidad de someterla a
revisión judicial. Esto nos lleva a preguntarnos, entonces, por los conceptos de
función notarial y de fe publica.

La función notarial es la tarea especifica que desarrolla el Notario, como


profesional del Derecho que es, que consiste en la elaboración formal y
material de los instrumentos públicos establecidos por la ley, trasforma los
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hechos en Derecho, es decir que recibe, interpreta y da forma legal a la
voluntad de los sujetos que le requieren confiriendo y dando autenticidad a
tales instrumentos, con el objeto de brindar seguridad y certeza a los actos y
negocios jurídicos producidos en la sociedad

Este concepto resulta del análisis de obras de distinguidos autores, para


quienes en términos generales, la función notarial es tarea propia que realiza
el Notario, caracteriza por sus notas de: juricidad, por ser propia de un
profesional perito en Derecho; priva y califica, por tener un valor similar a la
de la función publica; autónoma, dado que el Notario cumple y aplica la ley
del Estado, tutelando intereses de particulares; y legal, porque su existencia y
atributos se deben a la ley

En esa actividad el Notario apunta a tres funciones:


- La función directiva: con la que aconseja, asesora e instruye a las
partes, como perito del Derecho;
- La función moldeadora o formativa; califica la naturaleza de los
actos de las partes para darles forma legal, a fin de hacer viable la
voluntad particular dentro de los limites de la ley; y
- La función autentificadota; que es la que inviste al acto de las partes
de veracidad para ser impuesto por el poder coactivo del estado.

Gracias a esas notas distintas, el Notario, quien preside las relaciones


contractuales y los hechos o declaraciones que se producen voluntariamente
ante el, persigue finalmente para el documento que autoriza, la seguridad para
las partes mismas y frente a terceros y la permanencia por cuanto el
documento notarial nace para proyectarse al futuro, porque es un documento
revestido de fe publica.

Sobre lo ultimo el profesor Mario Aguirre Godoy en un trabajo sobre el tema


que publico la Revista de la Unión Internacional del Notario Latino en 1983,
dice: Si se analizan los distintos regimenes procesales, se vera que no se
utiliza propiamente la expresión “Fe Publica” cuando se requiere medir o
indicar la eficacia probatoria de un documento. Se menciona, en algunos
casos, que los documentos expedidos por funcionarios o notarios, producen fe
o hacen plena fe o bien plena prueba.

“Esto nos indica claramente que son conceptos que, aunque relacionados, no
son equivalente. La plena fe alude a la eficacia probatoria, La fe publica a la
calidad que imprime al documento la intervención del escribano o notario por
la autoridad que en este sentido le reconoce el derecho positivo”.

La fe pública exige como requisitos, ha expresado el maestro Núñez Lagos los


siguientes:

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- Un acto de evidencia con rigor formal, es decir, un acto formado
dentro de un procedimiento ritual fijado por la ley.
- Una fase de evidencia (hecho conocido por la vista), que referido al
autor del documento requiere que sea persona publica, que vea el hecho
ajeno o que narre el hecho propio.
- Una fase de objetivación, mediante la documentación que produce la
fe escrita.

Como se ve, el campo del notario se sitúa en el territorio de los hechos y de


los juicios.

En la dación de fe de los hechos, el documento creado por el notario debe


contener una narración de hechos vistos u oídos por el hecho relatado por el
notario es irreversible, pues en tanto no actué y prospere una demanda de
falsedad, ha de prevalecer la verdad notarial, si el documento que la contiene
esta hecho con los requisitos que la ley exige. Como ha dicho González
Palomino, el Notario da fe de los hechos que dan nacimiento, son
consecuencia del ejercicio o causa de extinción de los contratos.

Pero en cumplimiento del mandato legal el Notario debe enjuiciar el hecho


documentado, tarea que actúa mediante su poder calificador que puede
producir dos especies de juicio: 1. el Notario examina si el hecho esta
prohibido por la ley o es contrario a las buenas costumbres o al orden publico;
este es un juicio de licitud; y 2. el Notario los presupuesto y elementos del
hecho para llegar a la conclusión de su idoneidad para producir los efectos
queridos por las partes, dentro del orden jurídico establecido; este es un juicio
de legalidad. Ese juicio de legalidad es el que permite dota al negocio
documentado de una presunción iuris tantun de validez. Y porque se trata,
como hemos visto, de una función publica sobre actividades hemos visto, de
una función publica que actúa sobre actividades de Derecho Privado, dentro
de ella caben todas aquellas relaciones que la ley tiene como de jurisdicción
voluntaria.

Por tales razones y porque suponen también una enorme descarga de las
funciones meramente judiciales, no debe resultar extraño que se prefiera
atribuirá a la función notarial aquellos asuntos en los que, no habiendo
contención, se persigue proteger y asegurar derechos de los particulares. Y es
que en efecto, no puede negarse que roda actividad humana evoluciona; que la
actividad científica progresa rápidamente, y siendo el Derecho una ciencia no
puede escapar a esa circunstancia, porque seria negar que se producen
cambios en el orden social, que es lo determinante y lo que subyacer en todo
orden legal.

Así pues ha dicho el profesor Firmo Da Silva, si el poder jurisdiccional en el


sentido de juzgar pertenece a juez por delegación del Estado, si al juez
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también son atributos algunos actos de jurisdicción voluntaria, ello no quiere
decir forzosamente que en este campo el magistrado mantenga la
exclusividad.

Si la función notarial no es otra cosa sino dar realidad efectiva al Derecho


Privado, si al Notario compete con exclusividad la practica de actos de
administración publica de los derechos privados, no podemos dejar de
concluir que la función notarial, en lo que se refiere a la competencia, posee
una jurisdicción que no puede ser otra que la voluntaria, puesto que se ejercida
intervolentes. Y para atender a aquellos que tan ferramente se oponen a la
tesis de la participación de la actividad notarial en el campo de la jurisdicción
voluntaria, concederemos una alternativa; si el Notario, por su función
originarida de la delegación de Fe Publica, no puede permanecer en el campo
de la jurisdicción voluntaria, porque quieren dar a este concepto una
interpretación tradicional y restrictiva, no podremos negar que el Notario,
agente de una función publica tenga su campo de actividad y su competencia
fijadas por la ley, y por ello tenga en un sentido lato, jurisdicción. Y si esta no
puede o no debe denominarse voluntaria será entonces, una jurisdicción
notarial, ya consagrada por algunos autores. Pero es, sin duda, Jurisdicción

CONTENIDO ACTUAL Y PERSPECTIVAS

Para tener una mejor idea del campo que abarca la jurisdicción voluntaria en
nuestro medio, resulta útil conocer los datos de su génesis y evolución

Hemos dicho que tiene su origen en el Derecho Romano, en la compilación de


Justiniano, de la que paso a la Glosa y de allí al Derecho Común. Ese Derecho
se aplico en España rigieron en la América Hispana, incluso después de los
movimientos independentistas.

En Guatemala, las leyes civiles españolas quedaron derogadas por el Decreto


Presidencial No. 175, que contiene los Códigos Civil y de procedimientos,
emitido el 8 de marzo de 1877.

El Articulo 10 del Código de Procedimientos contiene la única norma que en


esa ley hace referencia a la jurisdicción voluntaria; dice; Tienen jurisdicción
voluntaria los árbitros en los juicios de compromiso; y los jueces ordinarios,
cuando ejercitan su jurisdicción, interponiendo su autoridad en asuntos
convenidos por los interesados.

Este código rigió hasta la entrada en vigor del Derecho 2009 de la Asamblea
Legislativa, emitido el 26 de mayo de 1934, en el que se avanza bastante en
materia de jurisdicción voluntaria. En esta ley se señala que ella comprende
todos los actos en que por disposición de la ley o por solicitud de los
interesados, se requiere la intervención del juez, sin que este promovida ni se
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promueva cuestión alguna entre partes determinadas; rigió la audiencia al
Ministerio Publico, la recepción de prueba sin necesidad de citación, la
posibilidad del juez de variar o modificar lo resuelto, el hecho de ser apelables
las resoluciones y de permitir el recurso de casación contra las que llamo
sentencias de segunda instancia. Como el anterior, el código dejo de regir al
comenzar la vigencia del Derecho-Ley No. 107.

El Decreto- Ley citado contiene el Código Procesal Civil y Mercantil, cuyo


proyecto fue elaborado por el doctor Mario Aguirre Godoy, el licenciado
Enrique Peralta Méndez y el Licenciado José Morales Dardón. Esta ley amplia
notablemente lo relativo a la jurisdicción voluntaria, haciendo ya referencia
expresa a que mediante ella se tramitan la Declaratoria de incapacidad, la
Ausencia y muerte presunta, la administración de bienes de menores,
incapaces y ausentes, el Modo de suplir el consentimiento para contraer
matrimonio, el Divorcio y la Separación por mutuo consentimiento, el
Reconocimiento de preñez o de parto, el Cambio de nombre, la Identificación
de personas, el Asiento y rectificación de partidas, el Patrimonio familiar y las
subastas voluntarias. El código entro en vigor el 1 de julio de 1964.

Poco después de un año, en octubre de 1,965, se celebro en México el VIII


Congreso Internacional del Notariado Latino, en el que dándose especial
importancia a la jurisdicción voluntaria conoció de muy acabados estudios de
los mas connotados Notarios de los países el Notariado Latino.

El acercamiento del notariado guatemalteco a las modernas corrientes, cuyo


conocimiento promovía ya con éxito la Unión Internacional de Notariado
Latino, tuvo, entre otros, dos efectos importantes: fomentar la creación del
instituto Guatemalteco de Derecho Notarial, cuya carta constitutiva se firmo el
15 de julio de 1971, y preparar y llevar delante de forma ejemplar el XIV
Congreso Internacional de la Unión, que tuvo lugar en noviembre de 1977.

Una vez creado nuestro Instituto de Derecho Notarial, este solicito al doctor
Mario Aguirre Godoy la elaboración de un proyecto de ley especifica para
atribuir los asuntos de jurisdicción voluntaria a la función notarial. Tan
distinguido colega satisfizo lo solicitado, y hecho llegar su proyecto al
Congreso de la Republica, la comisión de Gobernación lo respaldo,
presentando el dictamen que dice:

Honorable Congreso:

La comisión de Gobernación de este Organismo, conociendo los diferentes


problemas de orden legal por diversas razones diariamente tienen que
confrontar los guatemaltecos, y que muchos de estos problemas pueden,
cuando no existía contención o controversia, solucionarse favorable y
fácilmente para los interesados por medio de la Jurisdicción Voluntaria, ha
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estimado conveniente la Función Notarial y para este efecto ha tomado dos
principios básicos;

El primer principio o sea el técnico-científico, que defina a la jurisdicción


Voluntaria, como una función eminentemente notarial, ya que establecidos los
campos nos encontramos que dicha jurisdicción, no interpreta normas legales,
sino únicamente se circunscribe a derechos de las personas que no entran en
contención, sino que por omisiones o requisitos legales, las personas
voluntariamente tienen que llevar. Hemos tenido a la vista textos de Derecho
Notarial, tales como los de Monasterio, Gonzalo de las Casas, Enrique
Jiménez Arnau y otros muchos que coinciden en señalar que la Jurisdicción
Voluntaria debe ser campo de Derecho Notarial. Siendo Función del Congreso
de la Republica, introducir las mejores a las leyes de Guatemala, y
especialmente. Adecuarlas a la realidad nacional, encontramos que
paralelamente al avance científico del Derecho Notarial en Guatemala, debe
estar el avance legal, por lo que estimamos procedente aprobar este proyecto,
haciéndole algunas enmiendas de tipo practico; y el segundo principio, porque
con ello se estará dando a la profesión de Notario, una función mas social, y
con estas facultades que se darán a los mismos, favorecerán a la gran mayoría
del pueblo de Guatemala, porque dichos tramites se acortaran de una manera
sustancial, evitando gastos a las personas que necesitan de una u otra forma,
hacer uso de la jurisdicción Voluntaria, además de que los tribunales de
justicia, se evitaran gastos, y con ello el Estado tendrá ahorro positivo, toda
vez que con el crecimiento de la población, en un futuro se tendrán que crear
mas juzgados para resolver estos casos que no son contenciosos, y que mas
bien constituyen una necesidad de requisitos jurídicos de las personas.

Encontramos también una verdadera innovación a favor de los indígenas de


Guatemala, ya que al efectuar el Notario tramites de titilación supletoria,
estarán afianzando los derechos de propiedad de las personas, pero
especialmente de nuestra raza aborigen, que en su mayoría no tienen títulos
registrados, y que por ignorancia o por no concurrir ante un Juez, no llevan a
cabo estas diligencias; con ello también el Estado ganara en el orden fiscal,
toada vez que al estar registradas estas titulaciones, tendrán que estar inscritas
en la Matricula Fiscal.

Desde el punto de vista científico del Derecho Notarial se tuvo en cuenta los
criterios determinados sobre la Jurisdicción Voluntaria por parte del Instituto
de Derecho Internacional Latino (con sede en Italia) que afirma los siguientes
postulados:

1º. La Jurisdicción voluntaria declara hecho y situación jurídica, pero no


declara derecho de una manera directa.

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2º. Las resoluciones de la Jurisdicción Voluntaria no tienen la santidad de la
cosa juzgada; en la generalidad de los casos contra ellas no cabe el recurso de
casación.

3º. No habiendo declaración de hechos controvertidos, ni posibilidad de que


haya oposición en esta clase de expedientes no tiene porque intervenir
forzosamente el Juez .

4º. Tratándose por consecuencia de actos extrajudiciales por su esencia y


naturaleza, la intervención de los mismos debe corresponder a los
funcionarios del orden Notarial, los que vienen a reafirmar la necesidad de
legislar en este sentido tal y como lo ha solicitado el Honorable Colegio de
Abogados.

Esta comisión ha tenido en cuenta que en breve se celebrara en Guatemala,


una reunión o Congreso Internacional de Notariado, y seria muy loable que
como una contribución de este Honorable Parlamento a dicho conclave
internacional, se aprobara esta esta ley, demostrando a las naciones
participantes el desarrollo de la juricidad en Guatemala, por lo que lo
sometemos a la consideración del Honorable Pleno.

En efecto, Guatemala se preparaba para ser la sede del XIV Congreso


Internacional del Notariado Latino, cuya sesión inaugural tuvo efecto el 5 de
noviembre de 1,977, durante ese acto, el Presidente de la Republica sanciono
el decreto Numero 54-77 del Congreso de la Republica, que contiene la
vigente “Ley Reguladora de la tramitación Notarial de Asuntos de
Jurisdicción Voluntaria.”

Es de aclarar que, no obstante el respaldo que la comisión de Gobernación dio


al proyecto presentado, al emitirse la ley se excluyo de la misma lo relativo a
la Separación y Divorcio por mutuo consentimiento y la Titulación supletoria,
aceptándose en sede notarial el conocimiento de los siguiente.
Ausencia
Disposición y gravamen de bienes de menores, incapaces y ausentes
Reconocimiento de Preñez o de parto
Cambio de nombre
Omisión de nombre
Patrimonio familiar
Adopción

Posteriormente, en abril de 1983, Guatemala llevo adelante el XII Encuentro


Americano del Notario Latino, en el que, el conocerse el tema “ Jurisdicción
Voluntaria en sede notarial”, aprobó por unanimidad de las delegaciones
participantes de Argentina, Colombia, El Salvador, Francia, Guatemala,

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Honduras, México, Perú, Republica Dominicana y Uruguay, la resolución
cuyo texto es el siguiente:

1. Que como se ha puesto de manifiesto con el informe de la ONPÌ


presentando a este encuentro, la ampliación de las facultades del
notario para poder tramitar asuntos que tradicionalmente se han
comprendido en la llamada “jurisdicción voluntaria”, ha sido aspiración
del Notario Latino, manifestada reiteradamente en las reuniones que
han llevado a cabo su organización internacional y en otros eventos
específicos realizados en este Continente.

2. Que de las exposiciones escuchadas durante las reuniones de la


Comisión se desprende que en la mayoría de los países la legislación
vigente atribuye a los órganos jurisdiccionales la competencia para
conocer de los actos que integran la llamada “jurisdicción voluntaria”.

3. Que los ordenamientos jurídicos vigentes ha dado competencia al


notario en algunos casos para intervenir, total o parcialmente, en actos
o procesos considerados de jurisdicción voluntaria, lo cual pone de
relieve la importancia que se reconoce a la función notarial para
tramitar asuntos de esa naturaleza.

4. Que es significativo señalar que algunos países ya han emitido leyes


especificas al respecto, como en el caso de Guatemala, en donde se
encuentra vigente el Decreto 54-77 del Congreso de la Republica, Ley
Reguladora de la Tramitación Notarial de Asuntos de Jurisdicción
Voluntaria, de fecha 3 de noviembre de 1977; y que El Salvador tiene
en vigencia el decreto 1073, Ley del Ejercicio Notarial de la
Jurisdicción Voluntaria y de Otras Diligencias de fecha 13 de abril de
1982; y que en otros países tienen en preparación el correspondiente
proyecto de ley, como es el caso de Honduras.
5. Que las diferencias de legislación así como los usos y caracteres
jurídicos de los diversos Estados, tanto en cuanto a los actos como en
cuanto a la reglamentación de las profesiones, impiden hacer una
enumeración exhaustiva de los asuntos cuya trasferencia al ámbito
notarial pueda recomendarse

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6. Que es importante dejar constancia de que en las leyes ya vigentes en
algunos países se deja a los requerientes la opción para recurrir en estos
casos a los órganos jurisdiccionales o a sede notarial, existiendo
asimismo casos de actos adscritos a órganos administrativos en forma
exclusiva o bien con competencia compartida por la función
jurisdiccional y la notarial.
7. Que entre las ventajas que la función notarial puede ofrecer a la
comunidad, al asumir la competencia sobre asuntos de la llamada
“jurisdicción voluntaria”, pueden señalarse:

a) la seguridad jurídica que ofrece el instrumento notarial y la


matricida.
b) El descongestionamiento de la actividad jurisdiccional;
c) La agilización en la tramitación de los asuntos.

Por tanto recomienda:

I. Que las organizaciones notariales latinoamericanas


promuevan en sus respectivos países las reformas legislativas que
tienen a integrar en razón de la materia, actos o asuntos de la
llamada “jurisdicción voluntaria”, que en la actualidad se
encuentran adscritos a los órganos jurisdiccionales.
II. Que tomando en cuenta que la acción a seguir se ubica en la
esfera de las relaciones interdisciplinarias e internacionales, es
preciso que se llegue a un consenso fundado para determinar los
actos y procesos a transferir a la función notarial, con base en las
circunstancias y características de cada país u ordenamiento
jurídico.
III. Que sin perjuicio de las demás características que las
circunstancias de cada país señalen, la tramitación de los asuntos de
la llamada “jurisdicción voluntaria”, en sede notarial, se ajuste a las
siguientes bases:

1. Determinación precisa de los límites de las competencias notarial.


2. Opción del requeriente de acudir al notario o al juez indistintamente
y aun iniciada la tramitación respectiva.
3. Patrocinio del letrado en los países en los que existe diferenciación
en el ejercicio de las profesiones, con la extensión y alcances que la
respectiva legislación señale.
4. Aseguramiento de la imparcialidad y el control de la actividad del
notario.
5. Reglamentación de la amplia aplicación del principio de matricida.
6. Organización adecuada del archivo y conservación de la
documentación que no pueda gozar de matricidad.

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7. Mantenimiento de la integridad del proceso en sede notarial en
aquellos casos en que la actuación del notario deba desarrollarse en un
proceso o secuencia de actos.
8. La forma de acta de notoriedad para la declaración de los hechos
configurantes de derechos y para la expresión del juicio valorativo del
notario.
9. En su caso, la inscripción del documento confeccionado en los
respectivos registros.

Nos permitimos aclarar que nuestra ley sobre jurisdicción voluntaria no solo
sirivio de base a la ley similar emitida en El Salvador y para el proyecto que
Honduras preparo, sino también fue tomada en cuenta para la preparación del
proyecto de ley de jurisdicción voluntaria de Puerto Rico, como fue expresado
por su delegación al celebrarse recientemente, en mayo del presente año, la VI
Jornada Notarial del Norte, Centroamericana y el Caribe, que tuvo lugar en
Tegucigalpa; Honduras.

Digamos, para finalizar, que en el campo de las perspectivas dos situaciones


una positiva y la otra negativa se perfilan: la positiva, la idea qu en un futuro,
ojala no lejano la ley pueda ampliar su competencia para que pueda conocerse
en sede notarial la titilación supletoria y el divorcio y la separación por mutuo
consentimiento, como se propuso en el proyecto de ley.

También se ha tenido, como proyección positiva, la emisión del Decreto-Ley


No 125-83, impulsada, en todo o en mucho, por nuestro estimado colega Tulio
Armando Vargas Ortega cuando fungió como Registrador de la propiedad, ley
que siguiendo los lineamientos de Decreto 54-77 citado, permite la
rectificación de áreas de inmuebles, cuando en la realidad que lo que aparezca
inscrito.

Lo negativo, se centra en un proyecto de ley que se repite, con algunas


variantes superficiales, por quinta vez ante el Congreso de la Republica, que
persigue sustraer del campo jurisdiccional y como consecuencia de la esfera
de la función notarial, la adopción para convertirla en una institución de
Derecho Administrativo, tanto en lo sustantivo como en su procedimiento.

Guatemala, 10 de septiembre de 1991.


Luís Felipe Sáenz J..

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