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71. D~~I"'1 . le- o-I~w\~~:"'" ~ (C-\ (C."/.1t.

1. EL INFERENCIALISMO SEMÁNTICO
y EL EXPRESMSMO LÓGICO
, ,

I. INTRODUCCIÓN·

Quiero introducir aquí una forma de pensar sobre la semántica


que resulta diferente de otras más f~iliares y, sobre esa base,
quiero proponer,también una nueva forma de concebir la lógi­
ca. En caso de que, esto parezca insuficientemente ambicioso,
introduciré tales ideas esbozando una forma diferente de penr
sar sobre importantes episodios de la historia de la filosofía, en
el periodo que se extiende desde Descartes hasta Kant. Expli­
caré y justificaré luego las dos ideas que se indican en el título,
aunando consideraciones extraídas de tres pensadores diferen.
tes, Frege, Dummett y Sellars o, tal como los veo, el sabio de
Jena, el sabio .de Oxford y el sabio de Pittsburg. En todos los
casos emprendo caminos diferentes de los que se suelen transi­
tar cuando se lee a esas figuras.

n. EL REPRESENTACIONISMO y EL INFERENCIALISMO

Tanto los empiristas como los racionalistas prekantiartos se in­


clinaban por tratar conjuntamente las cuestiones conceptuales
y causales, en buena medida mediante una incompleta conside­
58 Robert B. Brandom El inferencialismo semántico y el expresivismo lógico 59
ración del carácter normativo del «orden y la conexión de las Así pues, una gran línea divisoria en la epistemología de la
ideas» (Spinoza) que tiene importancia para los conceptos. Ilustración se refiere a la relativa preponderancia explicativa
Pero existe otro contraste, quizás menos apreciado, que entra que se atribuye a los conceptos de representación e inferencia.
en juego en este período, junto al de lo causal y lo conceptual, Los empiristas británicos estaban mucho más confundidos
el origen y la justificación de nuestras ideas. La epistemología que Descartes sobre el significado de la representación: la pro­
de la ilustración fue siempre el hogar de dos concepciones de piedad predominante de parecer versar sobre algo. Pero eran
lo conceptual de coexistencia incómoda. El concepto funda­ muy claros al tratar de derivar las relaciones inferenciales de
mental de la concepción característica y dominante sobre el lo.~con~ni~os de las represent¡tciones, en vez de al revés. A
contenido cognitivo en el periodo iniciado por Descartes es, este respecto, pertene«::en a la tradición, aún dominante, que
desde luego, el de representación . Ns> obstante, existe una tra­ interpreta la corrección inferencial a partir de la corrección de
dición semántica minoritaria que, en vez de la representación, la representación, de la cual se supone que es previamente in­
escoge la inferencia como su concepto c(i!ntral. teligible. Ésa es la razón por la cual Hume pudo dar por ga ­
Los racionalistas, como Spinoza y Leibniz, aceptaron el pa­ rantizados los contenidos de sus representaciones individua­
pel central del concepto de representación para explicar la ac­ les, pero sentirse inquieto acerca de cómo podrían sostener la
tividad cognitiva humana. Pero no estaban dispuestos a acep­ corrección de las inferencias inductivas·. Los racionalistas
tar la estrategia de Descartes de tratar la posesión de contenido post-cartesianos, sigue la tesis, dieron lugar a un~ tradición
representador como una instancia explicadora, pero inexplica­ basada en un correspondiente orden semántico reduccionista
da -dividiendo el mundo justamente en lo que es por natura­ de explicación.. (Así, Kant, al recoger este hilo de la tradición,
leza algo representador y lo que, por naturaleza, sólo puede ser llegó a considerar su implicación en fuertes inferencias ~<?mra­
representado-o Cada uno desarrolló, en su lugar, una explica­ fácticas como algo es~ncial para qu~ la~u:e¡;~sent~~i.~ngS em­
ción de en qué consiste que una cosa represente otra, en fun­ P.J~;~ t~ran el contenido que tien~!!). Estos inferencialistas
ción de la significación inferencial de lo que representa. A dife­ tr;ta~ de defiriir Ias- propieaaaes- ~presentadoras en función
rencia de Descartes, les preocupaba explícitamente ser capaces de las inferenciales, que, en consonancia, han de poder ser
de mostrar qué significa que algo sea comprendido, considera~ comprendidas previamente. Comienzan con una noción de
do, tratado o empleado como algo que representa, por el sujeto: contenido como algo que .determina qué es 'una razón para
en qué consiste ser algo que representa para ese sujeto (ser tan­ qué, y entienden la verdad y la representación como aspectos
quam rem, en el caso de las cosas, tal como lo formuló Descar­ que no solamente se manifiestan sino que, en realidad, consis­
tes). Su idea era que la forma en que las cosas que representan ten en su función en el razonamiento. De hecho, pienso que la
apuntan más allá de sí mismas, a algo representado, ha de ser división de los filósofos prekantianos en representacionistas e
entendido en función de las relaciones inferenciales entre ellas. inferencialistas se establece en función de principios más pro­
Los estados y los actos adquieren contenido al estar insertos en fundos en su pensamiento de lo que lo hace la división aproxi­
inferencias, como premisas y como conclusiones. madamente equivalente en empiristas y racionalistas, aunque
60 RobertB.Brandom . El inferencialismo setnántico y el expresivismo lógico 61

no está dentro demj al(?ance argumentar.a favor de esta tesis cionan de forma Jiable·es la conciencia. En ese uso el término
en este momento. se encuentra ligado a la:noción de comprensión: el termostato
y el loro' no comprenden sus respuestas; esas respuestas no sig­
nifican nada paraellosjaunque puedan hacerlo para nosotros.
Podemos añadir queJa, distinción que se persigue es la que
III. EL INFERENCIALISMO y LOS INFORMES NO INFERENCIALES . existe entre una clasificación.: meramente reactiva· y una dasifi­
caciónespecíficam~nte conceptual: El infovniante, a diferencia
Los conceptos para los que lasnoci0t~es inferenciales del con­ ddloro y.del termostato, ha de poseer el concepto de tempera"
tenido son claramente menos apropiados son los asociados con tura o frío ; Lo que constituye la diferencia relevante es -la clasi­
las propiedades observables, tales como los colores. Porque la ficación bajo un concepto, algo cuyo significado entiende o
forma característica. de usar esos c.onceptos .es precisamente capta el informante.
la de formular informes no inferenciales, como «Esta pelota es En este punto es donde Sellars introduce su idea principal:
roja». Una de lasJecdones más importantes. que podemos el hecho de que una respuesta tenga un contenido conceptu.al
extraer de la obra maestra de Sellars, Bmpiricism and the Philo­ consiste precisamente en desempeñar una función en el juego
sophy ofMind (como de la sección «Certidumbre sensorial» de inferencial de hacer afirmaciones y dar y pedir razones. Captar
la Fenomenología de Hegel), es la lección inferencialista de que o comprender un concepto así es tener un conocimiento prác­
incluso esos informes no inferendales han de articularse infe­ tico de las inferencias en que está inserto -conocer, en el senti­
rendalmente . .sin este requisito, no podemos dedr cuá1.es la.di­ do práctico de «ser capaz de distinguir» (una clase de saber
ferencia entre los informantes no inferenciales y la maquinaria cómo), qué se sigue de la aplicabilidad de un concepto, y qué se
automática, como los termostatos y las células sensibles a la luz, sigue de él. El loro no trata «Eso es rojo» como incompatible
que también tienen disposiciones fiables a responder de forma con «Eso es verde», ni como si se siguiera de «Eso es .escarla­
diferenciada a los estímulos. ¿Cuál es la importante diferencia ta», e implicara «Eso es de color». En la medida en que, en el
que existe entre un termostato que dispara la calefacción cuan­ caso del loro, la respuesta repetida no se encuentra inserta en
do la temperatura baja a quince grados, o un loro entrenado las propiedades prácticas de la inferencia y de la justificación, y
para decir «Eso es rojo» ante la presencia de cosas .rojas, por un por tanto en la realización de juicios posteriores, no se trata en
lado, y un auténtico informante no inferencial en esas circuns­ absoluto de una cuestión conceptual o cognz/iva.
tancias, por otro? Todos clasifican estímulos particulares en De esa demarcación inferencial de lo conceptual se sigue de
una clase general, a saber, la clase que provoca una respuesta . forma inmediata que, para dominar cualquier concepto, uno ha
de un cierto tipo que se repite. Por supuesto, en el mismo sen­ de dominar muchos. Porque la captación de un concepto con­
tido, una barra de acero clasifica su entorno en dos clases, de­ siste en el dominio de algunas de sus relaciones inferenciales
pendiendo de si responde oxidándose o no. .Es fácil decir, pero con otros conceptos por lo menos. Desde un punto de vista
vacuo, que lo que distingue a los informantes de los que reac- cognitivo, el dominio .de un único concepto es como el sonido
62 Robert B. Brandom El inferencialismo semántico y el expresivismo lógico 63

de la palmada de una sola mano. Otra consecuencia es que, condiciones de verdad de las oraciones que representan me­
para ser capaz de aplicar de forma no inferencial un concepto, diante expresiones suboracionales y que; luego, determina una
se ha de ser capaz de utilizar otros inferencialmente. Porque, a noción de correccióninferencial concebida en términos de in­
menos que su aplicación sirva como premisa para extraer con­ clusiones conjuntistas entre los conjuntos correspondientes de
secuencias inferenciales, no funci0na en .absoluto como un condiciones de verdad. Pero, en la medida en que se puede re­
concepto. Por eso, es un error radical la idea de que podría ha­ mitir esta historia contemporánea hasta Frege,yno estoy segu­
ber un juego autónomo de lengllaje, uno que se pudiera jugar ro de que se pueda, sólo sería posible si se comenzara con el
sin jugar a ningún otro, que consistiera nada más que en infor­ Frege de 1890. Él comiehza sus investigaciones semánticas con
mes no inferenciales (incluso los contenidos normales de la la idea de inferencia, no con la de referencia. Su primera obra
~-

propia mente, que es el caso del que sobre todo se ocupa Se­ influyente, la Begrzffsschrzft de 1879, tiene como objetivo la ex­
llars en Empiricism and the Philosophy ofMine!). (Por supuesto, plicación del «contenido conceptual» (begriffliche InhalO . La
esto es compatible con que haya lenguajes sin conceptos teóri­ calificación/de «c onceptual» se íñierpret~ ~xplícit;¡;'~nte en
cos, es decir, conceptos cuyo único uso sea inferencial. El re­ términ~s inferenciales:
quisito es que, para que cualquier concepto tenga usos infor­
mativos, algunos conceptos han de tener usos n.o llformativos). Existen dos formas en que puede diferir el contenido de dbs juicios;
puede darse el caso, o puede que no, de que todas las inferencias que
se puedan sacar del primer juicio, en combinación con otras, puedan
extraerse también del segundo cuando se combinan con los mismos
juicios auxiliares. Las dos proposiciones «Los griegos derrotaron a los
IV. FREGE SOBRE BEGRlFFLICHE INHALT persas en Platea» y «Los persas fueron derrotados por los griegos en
Platea» se distinguen de la primera forma; incluso si se puede advertir
Sin embargo, mi propósito, por el momento, no es el de ir tras una ligera diferencia de sentido, predomina la concordancia de senti­
las consecuencias de la comprensión inferencial de los conteni­ do. Ahora bien, denomino «contenido conceptual» a esa parle del
dos conceptuales que Sellars recomienda, sino de sus antece­ contenido que es la misma eI1 1qs-dQs proposicion~. Sólo ese contenido
dentes. El predecesor más interesante es el joven Frege. Frege tiene significación para nuestro lenguaje simbólico (Begriffsschrzft) .
L.,) En mi lenguaje formalizado (BGS) L..] sólo se considera esa par­
puede parecer un improbable heredero de la tr·adición inferen­
te de los juicios que afecta a las posibles inferencias. Cualquier ele­
cialista. Después de todo, se le concibe como el padre de la for­ mento que sea preciso para una illferencia correcta [richtig, que a ve­
ma contemporánea de establecer el orden representacionista de ces se traduce incorrectamente como «válida»] se ha de expresar de
la explicación, que comienza con una noción independiente de forma completa; 10 que no se precisa, [. ..] no l .
las relaciones de referencia o denotación, que surgen entre los
elementos mentales o lingüísticos y los objetos o conjuntos de Dos afirmaciones tienen el mismo contenido <;:onceptual si,
objetos de un entorno que, en buena medida, ni es mental hi y sólo si, ti~n~..n la mislll.a función inferencial: una buena infe­
lingüístico y que, a partir de ahí, determina en primer lugar las rencia nunc~ se convierte ~; mala cuando se sustituye una por
64 Robert B. Brandom El inferencialismosemántico y el expn:sivismo lógico 65

otra. Esta forma de especificar .el0bjetivo explicativo al que.se puestas clases de verdad abiertamerite diferentes, la verdad analítica y
dirigen las teorías semánticas,.incluyendo las· referenciales, es la verdad contirigente; :loqudlabda parecido absurdodrrelevante
reuogidapor Carnap,alumno de Frege, que,. en TheLogical si, desde el c011lienzo, eLcar~,cter ~e la relación de consecuencia,de­
Syntax 01 Language, .define el contenido de ·unaoración como ductiva se hubiera considerado el problema central).
• . \ . , . , l . .
. . ' . ' . :

la clase de oraciones no válidas .que son sus consecuencias (esto


es,.que se pueden~nferir. de ella). A su vez" Sellars coge esa idea Lo imp<;>rt~me ql;le hí\y,que advertir e,S que el joven Frege
de él, como indican.sus referencias a esa definición. aún no había d¡i~Q ese pasoenfalsp. Dos puntos níás que hay
Por el contrario, la tradición 'que Frege inauguró en 1890 que tener en cuenta respecto a ese, pasaje ~on, en primer ll;l­
hace que predomine la verdad, y nola .inferencia;en .el orden gar, que pasar de ocuparse . de . la,
' .
inferen.cia a ocuparse de la
' .
de la explicación. Durnmett afirma lo siguiente sobre ese cam­ verdad es una cosa, y que compren:der la verqad como rela­
bi0: cionc;¡~.r:~fereJ;lciales iprimitiv;as y previa,s es otr~ . Porque el
Frege m~duro tr~ta la v:erd~d <tomo in<;lefinible. y primitiva, y
A este respecto (y sólo a este respecto [se apresura a añadir Dum­ la ext.t;ac€ión de un compromisq representaciqnista, ~ndusQ
mett, de forma poco creíble, pero simpática]) la nueva concepción de en los texto.s de 1~90, requiere unFl demostr¡¡ción adiyional
Frege sobre la lógica era retrógrada, Caracterizó la lógica diciendo (compárese, en nuestros días, la concepción d~ Davidson
que, mientras que todas las ciencias tienen como objetivo la verdad, acerca de la verdad sin r~ferencia). En segundo lugar, la com­
en la lógica la verdad no es sólo el objetivo, sino el objeto de estudio.
prensión del objeto,de lalógÍ<;a ,como inferencia no es lo mis­
No obstante, la re~pue!ita tradicional a la cuestión de cuál es el objeto
mo que verlo .como inferencia lógica, oc,Omo «consecuencia
de .estudio de la lógica era la de que es. la inferencia o, más correcta­
mente, la relaci.ó n de consecueNcia lógica, y no la verdad. Ésta era la deductiva», como lo dice Du¡mmett (trato de esto más ade­
opinión tradicional recibida a través de siglos de calma chicha en ló­ lante, bajo el rótulo de «formalismo» acerca de la inferencia).
gica, hasta que la cuestión fue xevitalizadapor Frege; y ckrtamente es La concepción propuesta más adelante, y la que se atribuye a
la concepc(ón correcra 2 • Frege, es diferente y, d,es,d e el privilegiado punto de vista
contemporáneo, más sorprendente que la que Dummett sus­
y también: cribe ahí.

Sigue siendo cierto que la representación de la lógica como referente


a una característica de las oraciones, la verdad, y no a la transición de
oraciones a oraciones, ha tenido efectos muy perjudiciales tanto en
lógica como en filosofía. En la filosofía llevó a la preocupación por la V. LA INFERENCIA MATERIAL
verdad lógica y por su generalización, la verdad analítica, como si
fueran las nociones problemáticas, en vez de en la noción de que un Siguiendo a Sellars, la clase de inferencia cuya corrección de­
enunciado es una 'consecuencia deductiva de otros enunciados, y por termina el contenido conceptual de sus premisas y conclusio­
lo tanto en soluciones que entrañ'aban una distinción entre dos su- nes se puede denominar «inferencia material». Como ejemplos,
66 Roben B. Brandom El inferencialismo semántico y el expresivismo lógico 67

considérese la inferencia de «Pittsburg está al oeste de Prince­ tarán mojadas». Con esta premisa «suprimida», la inferencia es
ton» a «Princeton está al este de Pittsburg», yde «Ahora se ha un caso particular del esquema formalmente válido de elimina­
visto el rayo» a «Pronto sonará el trueno». Son los contenidos ción del condicional. El «dogma» expresa un compromiso con
de los conceptos oeste y este lbs que hacen del primer ejemplo un orden en la explicacion que trata todas las inferencias como
una buena inferencia, y los contenidos de los conceptos rayo y buenas o m~las únicamente en virtud de su forma, y los conte­
trueno, así como los conceptos temporales, los que hacen co­ nidos de las afirmaciones que incluyen son importantes única­
rrecta la segunda. El respaldo a esas inferencias constituye par­ mente para. la verdad de. las premisas (implícitas). De acuerdo
te de la captación o el dominio de esos conceptos, indepen­ con este orden de cosas, no existe algo así como la inferencia
dientemente de cu~lquier característica competencia lógica. material. Esta concepción, que concibe la «buena inferencia»
No obstante, a menudo se identifica la articulación inferen­ como si significara «la inferencia formalmente válida», postu­
cial con la articulación lógica. En consecuencia, se trata a las in­ lando premisas implícitas, cuando son precisas, puede denomi­
ferencias materiales como una categoría derivada. La idea es narse «concepción formalista de la inferencia». Hace equivaler
que ser racional-estar sujeto a la fuerza normativa de la mejor la bondad de la inferencia a la verdad de los condicionales. y
razón, que tanto dio que hacer y fascinó a los griegos- se pue­ hacerlo es dar el paso atrás del que Dummett se queja. (Tam­
de comprender como una capacidad puramente lógica. En bién es el que introduce el problema que Lewis Carroll expone
parte, esta tendencia fue alentada por formulaciones vagas, en Aquiles y la tortuga). La captación de la lógica que se atribu­
meramente verbales, de la diferencia crucial entre la fuerza in­ ye ha de ser implícita, puesto que únicamente precisa manifes­
ferencial de las razones y la fuerza físicamente eficaz de las cau­ tarse distinguiendo las inferencias materiales en buenas y ma­
. sas, que convierte esa diferencia en la compulsión «lógica» y las, no mediante ninguna capacidad adicional para manipular
«natural». Sin embargo, se produce un error si se emplea el el vocabulario lógico o respaldar las tautologías que lo inclu­
concepto lógico en esas circunstancias de aplicación, junto con yen. Pero, entonces, ¿cuál es el beneficio explicativo que resul­
las consecuencias de la aplicación que restringen la noción de ta de atribuir esa habilidad lógica implícita, en vez de la capaci­
fuerza lógica de las razones a las inferencias formalmente váli­ dad de valorar precisamente la corrección de la inferencia
das. El compromiso esencial que es fundamental para esta cla­ material?
se de concepción es lo que Sellars denomina «el dogma hereda­ La concepción que suscribe Sellars se puede entender me­
do [ ... ]de que la inferencia que encuentra su expresión en "está jor haciendo referencia a la lista completa de alternativas que
lloviendo, luego las calles estarán mojadas" se trata de un enti­ considera:
mema»4.
De acuerdo con esta manera de pensar, cuando se suscribe Hemos llegado a distinguir las siguientes seis concepciones acerca del
estatuto de las reglas materiales de la inferencia:
una inferencia, es porque se cree en un condicional. Así, la in­
ferencia instanciada se concibe como si entrañara implícita­ 1) Las reglas materiales son tan necesarias para el significado (y por
mente el condicional «Si está lloviendo, entonces las calles es- tan~ para el lenguaje y el pensamiento) como lo son las formales,
r
68 . Robert B. Brandom El inferencialismosem6.ntico y el expresivismo lógico 69

porque eontribuyen a los .detallesarquitectónicos de su estructu­ contenido, I2roposicional? Una consideración imp.ortante es Ja
ra <;kntrod.e los so.portes.de la fonna lógi~a. de~cíue la ~oción de inferencias formalmente válid,as es defini~
2) Auñqüe no sone~epcif!les pa.ra eL ~ignifica.d,o, las ,regl.a smateria­ ole de una forma natural a partir de las materialmente correc­
les de la inferencia tienen una autoridad .~special que no se deriva tas, mientras que no existe camino a la inversa. Porque, dado
de l~s, reglas formales, y de~einp~fian u~~ funciÓ~. indispensable
un subconjunto del vocabulario que, de alguna forma, se privi­
en lo qúe pensamos sobre c¿e~tíone~ fácttcás. ' " " " .
3) Lo mismo que en (2); excepto que se sostiene que d 'rétonocirTIien­
legie o distinga, una infereneia se puede tratar como buena en
to de las reglas materiales de inferencia es ub- aspecto prescindible virtud de su forma, con respecto a ese vocabulario, en el caso
dd conocirTIiento; en todo caso es una cuestión conveniente~ en que
4) Las reglas materiales de inferencia tienen una autoridad estricta­
mente derivada, aunque son auténtica~ reglas de inferencia. sea una inferencia materialmente buena, y

5) Lasoracior¡.es qU~ .provpcan estos problemas sqbre l¡i.~ regla!, ma­ no pueda convertirse en una materialmente mala susti­

teriales de .~ferencia ~C?~on 'sinoforinulacione¿ aQfeviadas de in­ tuyeNdo el vocabulario no privilegiado por vocabulario

ferencias lógicamente válidas. (Evidentemente habría que explo­


no privilegiado en sus premisas y conclusiones.

rar la distindónentre una inferencia y lá' formulÍlciónde una


inferencia). '
6) Encadenamientos de· pensamientos que son considerados como Obsérvese que esta noción sustitutoria de inferencias for­
regidos por «reglas materiales de inferencia» no son en realidad malmente válidas NO precisa tener nada especial que ver con
inferencias en absoluto, sino más bien asociaciones activadas que la lógica. Si lo que interesa es la forma lógica , entonoes hay
imitan a las inferencias, ocultando su vacuidad intde,qual con que ser capaz de distinguir previamente un cierto vocabula­
falsos «en consecuencia» 5.
! ~ .' rio como peculiarmente lógico. Una vez que se ha hecho
esto, la estrategia semántica fregeana de buscar aspectos infe­
Su propia posición es que una expresión tiene un conteni­ renciales que son invariantes con la sustitución permite obte­
do conceptual adscrito cuando está' inserto, o desernpeña una ner una noción de inferencias lógicamente válidas. Pero, si se
función, en las inferencias materiales: «Ésta es la primera '.(0 escoge el vocabulario teológico (o estético) como el principal,
"racionalista") alternativa con la que nos encontramos com­ entonces examinar qué sustituciones de vocabulario no teoló­
prometidos. De acuerdo con ella, las reglas de transformación gico (o no estético) por vocabulario no teológico (no estético)
material determinan el significado descriptivo de las expresio­ preservan la corrección de "la inferencia, discriminará las infe­
nes de un lenguaje en el marco que proporcionan sus reglas de rencias que son buenas en virtud de su forma teológica (o esté­
transformación lógicas. [ .. .Ji En una terminología tradicional, tica). De acuerdo con esta concepción, la bondad formal de las
las reglas de la Comprensión determÍIlan tanto el "conteriido" ínferencias se deriva y se explica eN términos de la bondad ma­
de los conceptos como su "forma" lógica» 6. terial de las inferencias, por lo que no se debería. acudir a ella
Las explicaciones inferencialistas, ¿tendrían que empezar al explicarla. Más adelante se discute la forma inferencialista
con las inferencias pertenecientes a la forma proposicional o al en la que Frege especifica la función característÍc!lmente lin­
70 Robert B. Brandom El inferencialismo semántico y el expresivismo lógico 71

güística mediante la cual el: vocabulario se puede calificar de dan enfrentar a objeciones y alternativas; una forma en la que se
lógico. puedan mostrar como conclusiones de inferencias que tratan de
justificarlas sobre la base de premisas que se aportan como ra­
zones, y como preITÚsas de inferencias adicionales que exploran
las consecuencias de aceptarlas.
VI. LA RACIONALIDAD ELUCIDATORIA En el pasaje mencionado, Sellars afirma que el proyecto en
el que deberíamos entender la función característica de los per­
Hasta ahora he apuntado brevemente dos tesis relacionadas: la misos para la inferencia es una forma de racionalidad que se
de que los contenidos conceptuales son funciones inferenciales, centra en la noción de expresión: hacer explícito, en una forma
y la de que las inferencias que importan para esos contenidos en que pueda ser pensada o dicha, lo que se encuentra implícito en
general se han de concebir como si incluyeran las que, en un lo que se hace. Ésta es una oscura y atrayente tesis, pero creo
cierto sentido, son materialmente correctas, no sólo las que son que represeBta perfectamente un acierto especial y radical. En
formalmente válidas. Seguidamente argumentaré que se puede lo que sigue, espero arrojar cierta luz sobre ella y su función en
encontrar ya en los primeros escritos de Frege un comproITÚso una visión inferencialista de las cosas. La idea general es que el
con las.segundas, no menos que con las primeras, aunque no en proceso paradigmáticamente racional al que apela Sellars con
la forma d~sarrollada a que lo condujo Sellars. Pero en ambos el rótulo de «método socrático» depende de la posibilidad de
pensadores se combinan esas ideas con una· tercera, que creo explicitar comnromisos implícitos mediante afirm.aciones. En
que hace esta línea de pensamiento particularmente atractiva. este sentido, e;,..presar afirmaciones es conducirlas al juego de
En uno de sus primeros trabajos, Sellars introduce la idea del dar y pedir razones como la clase especial de función en virtud
modo siguiente: «El método socrático sigue el propósito de ha­ de la cual algo tiene un contenido conceptual, a saber, una fun­
cer explícitas las reglas que hemos adoptado para el pensaITÚen­ ción inferencial como premisa y conclusión de inferencias.
to y la acción,.e interpretaré nuestros juicios de queA hace cau­ Esta clase de racionalidad es diferente de, pero está claramente
salmente necesario B como la expresión de una regla que rige relacionada con, la clase de racionalidad que surge luego, al ha­
nuestro uso de los términos" A" y "B"» 7. Sellars entiende esos cer lbS movimientos inferenciales correctos. Incluso las versio­
enunciados modales como permisos para ]a inferencia, que f.or­ nes totalitarias de éstos -por ejemplo, las que asimilarían cual­
mulan, respecto al contenido de una afirmación, la corrección quier corrección de la inferencia a la validez lógica, o a la
de las transiciones inferenciales. Es más, concibe que la función prudencia instrumental (es decir, a la eficacia para conseguir lo
de esos enunciados es la de explicitar, bajo la forma de reglas que uno quiere)-, dependen de la posibilidad de expresar
afirmables; los comproITÚsos que hasta entonces estaban implí­ consideraciones de tal modo que se puedan aportar como razo­
citos en las prácticas inferenciales. El método socrático es una nes, y como razones pedidas. La reflexión socrática sobre nues­
.'.
forma de colocar nuestras prácticas bajo un control racional, ,_o
" tras prácticas -particularmente las prácticas inferenciales ma­
expresándolas de una forma explícita, de tal modo que se pue- teriales que determinan el contenido conceptual de los
Robert B. Brandom
El inferencialismo' semántico y el expresivismo lógico 73

peosamient0s y creencias~ dependen igualmente de la posibi­


tión. Lo que se precisa es una notacióh con la que los toscos
lidad de su expresiónexpllcita.
contenidos conceptuales de las ciencias, empezando por las
matemáticas, se, puedan reformular para que sus contenidos
encajen. El objetivo explicativo se Tefiere declaradamente en
este punto a una clase ae,inferencia, no de verdad, y la clase de
VII. FREGE Y LA FUNCIÓN EXPRESNADE LA LÓGICA
inferencia entrañada es h inferencia material, qtIe proporciona
contenido, no la formal, que es derivada.
Para comenZar a elucidar esta noción de;explicación, resulta
Frege contrasta explícitamente Su concepción con la de los
útil volver a la consideración del programa 'inferencialista del
que, como Boole, conciben su lenguaje formal sólo en función
joven Frege. El Begriffsschrtft de Frege 'es notable no solamente
de la inferencia formal, yno expresan, por tanto, contenidos
por la jerga inferencialista en que,especifica su objeto, sino
materiales:
también por cómo concibe su rela<dón con ese objeto. Ofi­
cialmente, la tarea de la obra es expresiva: no probar algo, sino La razón para la incapacidad de formar conceptos de una manera
decir algo. La notación lógica de Frege está diseñada para ex-' científica reside en la ausencia de uno de los dos componentes que
presar los contenidos conceptuales, explicitando las insercio­ tien~ que tener cualquier l~nguaje altamente desarrollado. Esto es,
nes inferenciales que están implícitas en todo lo que posee un podemos distinguir la pa~te formal [. ..] de la propiamente material.
contenido de esa clase. Como dice la cita anterior, «se expresa Los signos de la aritmética se corresponden con esta última. Lo que
completamente todo lo que se precisa para una inferencia co­ todavía nos falta es el pegaitieóto lógico que jubte esos elementos de
forma firme [...]. En contraposición, la lógica simbólica de Frege sólo
rrecta». Sobre este proyecto, dice Frege: «Desde el comienzo,
representa la parte formal deUenguaje 9.
tuve presente la expresión de un contenido L..), Pero el conte­
nido ha de ser vertido de forma más exacta de lo que hace el
En contraste, sigue Frege:
lenguaje verbal L.. ], A menudo el habla sólo apunta, mediante
indicaciones no esenciales o mediante la imaginería, lo que una 1) Mi escritura conceptual tiene un objetivo que va mucho más allá
escritura conceptual debería detallar completamente» 8. La es­ que la lógica de Boole, en la medida en que se esfuerza en hacer
critura conceptual es un lenguaje formal para la codificación posjble la presentación de un contenido en combinación con sig­
explícita de los contenidos conceptuales. En el Prefacio de Be­ nos aritméticos y geométricos [...].
griffischrift, Frege se lamenta de que, incluso en la ciencia, los 2) Independientemente del ¿ontenido, gracias a la notación de la
conceptos se elaboran fortuitamente, de forma que quienes los generalidad, también rige sobre Un dominio más amplio [. ..].
3) Se encuentra en disposición de representar la formación de con­
emplean difícilmente son conscientes de lo que significan, o de
ceptos que de hecho son precisos en la ciencia [.. .] 10.
cuál es en realidad su significado. Cuando lo que está en juego
es la corrección de inferencias concretas, esta especie de confu,
Es ese dominio más amplio al que se aplican sus pretensio­
sión puede obstaculizar una consideración racional de la cues­
nes expresivas el que Frege considera como característico de
74 Robert B. Brandorn El inferencialismo semántico y el expresivismo lógico 75

su concepción. Como los contenidos están determinados por mente de las relaciones entre extensiones. Frege está diciendo
las inferencias, la expresión explícita de las inferencias hará po­ que su idea característica --en lo que, al fin y a la postre, es el
sible la expresión de cualquier clase de contenido: «Me parece escrito fundador de la lógica formal moderna- es la de hacer
que es aun más fácil ampliar el dominiQ de este lenguaje de fór­ las cosas de otro modo.
mulas de manera que abarque a,la geometría. Sólo tendríamos ¿Por qué el condicional? Antes de introducir la expresión
que añadir unos cuantos signos para 'las relaciones intuitivas condicional, se podría hacer algo, se podría tratar un juicio
que en ella se dan L.]. La Uansición a la teoría pura del mo­ como si tuviera un cierto contenido (atribuirle implícitamente
vimiento y luego a la mecáiüca y a la física podrían ir aconti­ un contenido) respaldando diversas inferencias que lo impli­
nuación» 11. quen y rechazando otras. Después de que se hayan introducido
La primera concepción de Frege s()bre la lógica ofrece un las expresiones condicionales, se puede decir, como parte del
contenido específico a la noción de expresar explícitamente lo contenido de una afirmación (algo que puede servir como pre­
que está implícito en un contenido conceptual, que es lo que se misa y como conclusión en una inferencia), que una cierta infe­
precisa para cubrir una noción de racionalidad expresiva o elu~ rencia es aceptable. Se es capaz de explicitar las relacionesinfe­
cidatoria que podría situarse jooto a (y quizás incluso se podría renciales materiales entre un antecedente o premisa y un
descubrir que constitllye su supuesto) nociones de la racionali­ consecuente o conclusión. Ya que, de acuerdo con la concep­
dad como representación ajustada, como inferenCia lógi­ ción inferencialista de los contenidos conceptuales, esos conte­
camente válida y como razonamiento práctico instrumef,ltal. nidos conceptuales consisten en esas relaciones inferenciales
Antes de dar el fatal paso, de ver la lógica corno un intento de materiales, implícitamente reconocidas; el condicional permite
codificar las inferencias a considerarla .como si buscara un cier­ que esos contenidos se puedan expresar explícitamente. Si
to tipo de verdad especial, paso que lamenta Dummett, el pro­ existe un desacuerdo acerca de la bondad de una inferencia, es
pósito de Frege es el de introducir un vocabulario que le per­ posible decir sobre qué es la disputa y ofrecer razones a favor o
mita a uno decir (explícitamente) lo que, de otro modo, uno en contra. El condicional es el paradigma de una expresión que
sólo puede hacer (implícitamente). Considérese el condicional, posibilita hacer explícita la realización de compromisos infe"
con el que comienza Begriffsschrift. De él dice Frege: «La rela­ renciales como contenidos de los juicios. De forma similar, la
ción hipotética, precisamente definida, entre contenidos de introducción de la negación hace posible expresar de una for- .
posibles juicios [el condicional de Frege] tiene una significa­ ma explícita las incompatibilidades materiales entre las ora­
ción similar para los fundamentos de mi escritura conceptual a ciones, que también contribuyen a su contenido. De forma
la de la identidad de las extensiones para la lógica de Boole» 12. concordante, la imagen general es que, en primer lugar, la vali"
Creo que resulta difícil sobrestimar la importancia de este pá­ dez forinal de las inferencias se define en función de las infe­
rrafo para comprender lo que es característico del proyecto de rencias materialmente correctas y un cierto vocabulario al que
Frege en Begriffsschrift. Al fin yal cabo, la semántica contem­ se da preponderancia; en segundo lugar, ese vocabulario pre­
poránea, tarskiana, de la teoría de modelos, depende precisa- ponderante se identifica con el vocabulario lógico y, en tercer
76 Robert B. Brandom El inferencialismo semántíco y el expresivismo lógico 77

lugar, se explica laque significa que algo sea una pieza de ese
vocabulario lógico en términos de su ftlllción semántica ex­ VITl. EL MODELO DE DUMMETTY GENTZEN
presiva.
Frege no es tan explícito sobre la función de'las inferencias Hasta ahora se han introducido tres temas:
materialmente correctas como lo es Sellars, pero su compromi­
sacan la noción es claro por la relación que tienen dos de las que hay que entender el contenido conceptual en térmi-.

concepcidnes que se han extraído del Begriffsschrift: el expresi­ nos de la función en el razonamiento, y no.exclusiva­

vismo acerca de la lógica yel inferencialismo sobre el Conteni­ mente en función de representación;

do~ El expresivismo acerca de la lógica significa que Frege trata que no hay que identificar excliIsivamente la capacidad

el vocabulario lógicd como poseedor de'una función expresiva de ese razonamiento con el dominio de un cálculo ló­

característica: explicitarlas inferencias que se encuentran: im­ giCO; y


plícitasen los contenidos conceptuales de los conceptos no ló­ que, junto al razonamiento teórico y práctico que utiliza
gicos. El inferencialismo sobre esos contenidos conceptuales contenidos constituidos por su función en las inferen­
significa que hay que considerar que están identificados y dis­ cias materiales, existe una clase de racionalidad expresi­
criminados mediante sus funciones inferenciales; Consideran­ va que consiste en hacer explícitos, como contenidos de
do conjuntamente todo esto, es preciso que sea coherente compromisos afirmables, los compromisos implícitos,
hablar sobre la inferencia antes de la introducción de un voca­ conferido res de contenido. De esta forma, las prácticas
bulario específicamente lógico e; igualmente, previo ala identi­ inferenciales materiales, que rigen y hacen posible el
ficación de cualquier inferencia como buena eh virtud de su juego de dar y pedir razones, entran en el juego y, por
forma. En el contexto de una comprensión inferencial de los tanto, en la consciencia, como cuestiones explícitas ob­
contenidos conceptuales, una concepción expresivista presu­ jeto de discusión y justificación.
pone una noción de inferencia no lógica, las inferencias en vir­
tud de las cuales los conceptos tienen un contenido no lógico. Estos tres temas, que se pueden encontrar en las primeras
Así, eljoven Frege considera un panorama de inferencias mate­ obras de Frege y de Sellars, proporcionan los inicios de la es­
riales que confieren un contenido conceptual a las oraciones tructura en que se desarrolla el inferencialismo moderno. Se
que figuran en ellas. Portanto, aunque Frege no ofrece una ex­ pueden concretar estas ideas considerando un modelo general
plicaCión de ese concepto, su proyecto expresivista, explicita­ de contenidos conceptuales como funciones inferenciales que
dar, en el Begriffsschrtft, le compromete con algo que desempe­ ha sido recomendado por Dummett. De acuerdo con ese mo­
ña la función de lo que más adelante Sellars indicó con la delo, el uso de cualquier concepto o expresión lingüística tiene·
expresión «inferencia material». dos aspectos: las circunstancias en las que se aplica, profiere o
usa correctamente, y las consecuencias apropiadas de su aplica­
ción, proferencia o uso. Aunque Dummett no hace esta obser­
78 Robert B. Brandom El inferencialismo semántico y el expresivismo lógico 79

vación, se puede conectar este modelo con el inferencialismo a


través del principio de que el contenido con el que uno se com­ IX. CIRCUNSTANCIAS Y CONSECUENCIAS PARA LAS ORACIONES
promete mediante el uso del concepto o de la expresión se
puede representar mediante la inferencia que uno respalda Dummett realiza una notable contribución a los enfoques in­
implícitamente con ese uso, esto es, la inferencia que va desde ferencialistas del contenido conceptual al mostrar cómo se
las circunstancias de un empleo correcto a las consecuencias puede generalizar ese modelo, desde las conectivas lógicas
correctas de ese empleo. hasta un tratamiento uniforme de los significados de las ex­
La fuente original del modelo reside en un tratamiento de presiones que pertenecen a otras categorías gramaticales, en
la categoría gramatical de conectivas oracionales. El modelo concreto las oraciones, los predicados y los nombres comu­
doble de Dummett constituye una generalización de una forma nes, y los términos singulares. La aplicación a los contenidos
habitual de especificar las funciones inferenciales de las conec­ proposicionales expresados por oraciones completas es direc­
tivas lógicas que en última instancia se debe a Gentzen. Como ta. Lo que corresponde a una regla de introducción para un
es sabido, Gentzen definió las conectivas especificando reglas contenido proposicional es el conjunto de las condiciones su­
de introducción, o condiciones inferencialmente suficientes ficientes para afirmarla, y lo que se corresponde con una regla
para el empleo de la conectiva, y reglas de eliminación, o con­ de eliminación es el conjunto de consecuencias necesarias de
secuencias inferencialmente necesarias del empleo de la conec­ afirmarla, es decir, lo que se sigue de hacerlo. Dice Dummett:
tiva. Así, para definir la función inferencial de una expresión «Aprender a utilizar un enunciado de una forma determinada
«&» de conjunción booleana, se especifica que todo el que esté entraña, pues, aprender dos cosas: las condiciones que justifi­
comprometido con p y comprometido con q cuenta por ello can que uno haga ese enunciado; y lo que constituye su acep­
como comprometido con p&q, y que todo el que esté compro­ tación, esto es, las consecuencias de aceptarlo» !.l. Dummett
metido con p&q está por ello comprometido tanto con p como presenta su modelo de modo que especifique dos aspectos
con q. Mediante expresiones que no contienen la conectiva, el fundamentales del uso de las expresiones lingüísticas , una
primer esquema especifica las circunstancias en las que se com­ idea sobre la que volveré. No obstante, en lo que sigue, la
promete uno con afirmaciones expresadas por oraciones que aplico en el contexto de ideas previas para poner de relieve el
contienen (como conectiva principal) la conectiva cuya función contenido inferencial material e implícito que adquiere un
inferencial se está definiendo, es decir, el conjunto de premisas concepto o expresión en virtud de usarse en las formas espe­
que las implican . Mediante expresiones que no contienen la co­ cificadas por estos dos «aspectos». El eslabón entre la signifi­
nectiva, el segundo esquema. especifica las consecuencias de cación pragmática y el contenido inferenciallo proporciona el
encontrarse comprometido con afirmaciones expresadas por hecho de que afirmar una oración consiste en adquirir implí­
las oraciones que contienen (como conectiva principal) la co­ citamente un compromiso con la corrección de la inferencia
nectiva cuya función inferencial se define, esto es, el conjunto material que va desde las circunstancias a las consecuencias
de consecuencias que implican. de su aplicación.
80 Robert B. Brandom El inferencialismo semántico yel expresivismo lógico 81

Aquí no se presenta la comprensión o la captación de un dón y diferentes .consecuencias de su aplicación, <;omo por
contenido proposicional como si se encendiera una luz carte~ ejemplo «Preveo que escribiré un libro sobre Hegel» y «Escri­
siana, sino como el dominio práctico de una cierta clase de ac­ biré Un libro sobre Hegel», Al menos podemos regimentar un
ción, inferencialmente articulada: como una respuesta diferen­ uso de «prever» que hace que' la primera oración tenga exac;:ta­
ciada y acorde a las circunstancias' de una utilización correcta mente las mismas condiciones deafirmabllidadqueli segunda:
de un concepto, que además distingue las consecuencias infe­ Pero~ al sustituir una por la otra, convertimos el inocuo condic
renciales correctas de esas aplicaciones. No es una cuestión de cional «Si escribiré un libro sobre Hegel, entonces escribiré un
todo o nada: el metalúrgico entiende el concepto telurio mejor libro sobre Hegel» en el más arriesgado «Si preveo escribir un
que yo, porque el adiestramiento le ha hecho dominar los veri­ libro sobre Hegel, entonces escribiré un libro sobre Hegel». La
cuetos inferenciales de su empleo de una forma que sólo puedo posibilidad de que pudiera atropellarme un autobús no afecta
imitar muy toscamente. En esta explicación inferencialista, a la evaluación de la inferencia que codifica el primer condicio­
pensar de forma clara es una cuestión de saber a qué se está nal, pero es muy relevante para la valoración de la segunda.
comprometiendo uno con una afirmación, y qué habilita a uno
para ese compromiso. Escribir claramente es proporcionar su­ . Al comienzo de este capítulo, la discusión de la aplicación
ficientes pistas a uri lector para que pueda inferir con qué pre­ que Sellars hace de las ideas inferencialistas a la comprensión de
tende uno comprometerse con cada afirmación, y qué es lo que los informes no inferenciales versab ll sobre que los loros y las fo­
uno considera que le habilitaría para ese compromiso. Si no se tocélulas y demáspoclrían discriminar de forrpa fiable las cir­
captan estos componentes, no se capta tampoco el compromi­ cunstancias en que se debería aplicar el concepto de rojo, sin por
so inferencial que entraña el uso del concepto, y se deja de cap­ ello dominar el concepto, precisamente porque no adquirirían
tar su contenido conceptual. dominio sobre las consecuencias de esa aplicación -porque no
Si no se piensa tanto en las circunstancias como en las con­ pueden decir que, de que algo sea rojo, se sigue que tiene color,
secuencias de la aplicación, se ve uno abocado a teorías semán­ que no es un número primo, etc-o No me explicas el contenido
ticas que son literalmente unidimensionales. Los verificacionis­ del concepto globa dándome un aparato infalible de globidad,
tas, los afirmabilistas y los fiabilistas cometen el error de tratar que se enciende sólo cuando se ve expuesto a cosas globas. En
el primer aspecto como si agotara el contenido. Se considera ese caso sabría qué cosas serían globas sin saber qué es lo que
que la comprensión o la captación de un concepto reside en el estoy diciendo sobre ellas cuando las llamo así, qué es lo que he
dominio práctico de las circunstancias en las que uno se en­ descubierto de ellas o con qué me he comprometido; Dummett
cuentra habilitado o comprometido con el respaldo de una ofrece dos ejemplos de conceptos, filosóficamente importan­
afirmación, independientemente de cualquier captación de tes, que resulta provechoso recordar en este momento:
aquello en lo que uno se encuentra habilitado o comprometido
mediante ese respaldo. y esto no puede ser cierto. Porque pue­ Por muy precisa que sea una explicación de las condiciones en las
de haber afirmaciones con las mismas circunstancias de aplica- que un predicado se aplica correctamente, se pueden perder impor­
· 82 Robert B. Brandom El inferencialismo·semántico yel expresivismo lógico 83

tantes propiedades intuitivas <de su significado; en concreto, se puede ello se pueda decir que se-comprenden las afirmaciones impli­
dejllr fuera lo que pode~Qs , considerar¡;entral en el uso del predica­ cadas', si no se tiene ni idea de cuándo es apropiado hacer esas
do. Ona expli<;ación.fil9~ófica cle. lanoqón 'de vercl~d no necesaria­ obse~aciones o aplica!" .e sos conceptos.' Si uno ,está clasificado
m<r nte es recogida mediante un~ cI~finición d~l predi,cado «verdacb>, como AWOL (Absent,Without Leave,desertor) tiene la' conse.
i~éluso aunque sea posible una, porque esa definición puede ser cuencia de que es probable que le arresten, pero las circunstan­
correcta únicamente en dsentido de qu~ especifica apro'piadamente
cias'específicas en que uno cae ,bajo esa posibilidad son igual.
la aplicaciÓn del prediCado, mientras que deja en la oscuridad las co­
mente esenciales para el'(¡oncepto.
nexionesentre eSe predicado y otras nociones 14 .

De forma incluso más clara:


X. «DEWVACIÓN», PRIOR, BE,LNAP y LA PRESERVACIÓN
Un buen ejemplo sería el del término «válido» cuando se aplica a di­
ferentes formas de argumentos. Podemos' pensar que la caracteriza­
ción sintáctica de la validez nos proporciona el criterio para aplicar el P()r supuesto, esas teorías uQi9im~nsion.ales no se lin:1Ítan a ig­
predicado «válido» a un argumento, y que la caracterización semán­ norar los aspectos del contenido que no tratan como centrales.
tica de la valfdez nos provee de la,s consecuencias de esa aplicación EscribeDummett: .
[...J. Si a uno se le enseña de una forma no muy imaginativa, se puede
considerada clasificación de los argumentos ~ ~álidos y no válidos Lamayor parte de l~ observaciones filosóficas sobre el significado en­
como similar a la Clasificación de los poemas en sonetos y no sonetOs tr~an la afirmación de que s'e percibe LJ una pauta simpl~: el signifi~
y, por tanto, no captar que el hecho de que un argumento sea válido cado de una oraCión consiste en las condiciones de su verdad y false­
nos proporciona el fundamento para aceptar la conclusión si uno dad,oen su método de verificación, o en las consecuenCias prácticas
acepta las premisas. Naturalmente, deberíamos decir que no. se ha de aceptarla. Esas fórmulas no se pueden considerar ran inocentes,
captado la distinción 15. como si significaran que se pasa por alto el hecho de que existen mu­
chos otros aspectos del uso.de una oración además del que se seleccio­
na como el constitutivo delsignificaqo: más bien, la esperanza es que
Los pragmatistas cláskos, por el contrario, incurren en el
seremos capaces d~ propor,ciqnaJ;'WJ.aexplicación de la cone~iónqu,e
error inverso de identificar exclusivamente los contenidos pro­ eriste entre los diferentes aspectos ci~l significado. Un aspecto parti­
posicionales con las consecuencias de respaldar una afirmación ~ular 'se escogerá ' ~orÍl.O central, como constitutivo del significado de
al considerar la función de la afirmación como premisa en el ra­ cüalquier oración dada [ .. .]; se dará 'cuenta entonces del resto de los
zonamiento pr,áctico e ignorando sus auténticos antecedentes. aspectos del uso de laoradón mediante una explicación uniforme de
(Para lo que ahora interesa, poco importa que se ponga el énfa­ su derivación a pahir de ese aspecto que se considera como central 16.
sis en las consecuencias prácticas). Sin embargo, se puede saber
qué se sigue de la afirmación de que alguien es responsable de Pienso que esa es una forma de pensar sobre las teorías
una acción en concreto, qUe una acción es inmoral o pecamino. acerca del significado en general que es de gran ,a yuda, pero ha­
sa, que una observación es de buen o mal gusto, sin que por bría que hacer dos observaciones. En primer lugar, el principio
84 Rohert B. Brandom El inferencialismosemántico y elexpresivismo lógico 85

de que la tarea de una teoría delsigníficado es explicar -el uso monía· entre ambas se puede expresar entonces como el requi­
de las expresiones aJas que se atribuyen significados no impo­ sito de que la adición de, una constante al lenguaje produzca
ne el hecho de que se identifique el significado con un aspecto una ampliación conservadora ·de ese lenguaje»,17. 'El reconoci­
del uso. Quizás haya que utilizar lossígnifieados como se usan miento de la 'adecuación de ese requisito surge de considerar
las entidades teóricas respe.c toa las observables, cuyas travesu­ las conectivas con contenidos «inconsistentes». Como observó
ras se supone que explican. Nonecesitamqs seguir a Dummett Prior 18, si definimos una conectiva que, siguiendo a Belnap,
en su instrumentalismo semáQtico. En segundo lugar, se podría podemos denominar «tonlo> 19 como si poseyera la regla de in­
negar que existen significados en ese senúdo, esto es, negar que troducción propia de la disyunción y la regla de la eliminación
todas las propiedades del uso de una expresión se puedan deri­ propia de la conjunción, entonces la primera regla permite la
var de una forma uniforme de cualquier cosa que sepamos de transición de pa p tonk q, para un arbitrario"q, y la segunda
él. Dummett sugiere que ésa es la concepción del ·segundo permite la transición de p tonk q a q, y tenemos lo que denomi­
Wittgenstein. Alguien que considere que el lenguaje es un ca­ nó «bono inferencial», que permite cualquier inferencia arbi­
leidoscopio de esa clase negará que exista algo así como los sig~ traria. Prior pensaba que esta posibilidad era una muestra del
nificados que sean los objetos de una teoría (por supuestb,sin desastre de las definiciones de las funciones inferenciales al
negar que las expresiones sean significativas). Teniendo en estilo de Gentzen. Pero Belnap muestra que, cuando se,intro­
cuenta estas precauciones, nos encontramos con que ir tras duce vocabulario lógico, se han de restringir s.us. definiciones
esta noción de derivación nos proporciona una perspectiva con la cpndición de que la regla no pennita ninguna inferencia,
provechosa sobre la idea de que los contenidos conceptuales que entrañe sólo el viejo vocabulario, que no esté permitida an­
están articulados de acuerdo con las inferencias materiales, y tes de que se introduzca el vocabulario lógico, es decÍ1:, que las
sobre la función de los permisos inferenciales explícitos, como nuevas reglas proporcionen una extensión inferenc.i almente
los enunciados condicionales, a la hora de expresar y de eluci­ preservadora del ámbito original de inferencias. Esa restricción
dar esas inferencias y, por tanto, esos contenidos. es necesaria y suficiente para evitar los problemas con las defi­
Para el caso especial de la definición de las funciones infe­ niciones al estilo .de Gentzen. Pero la explicación expresiva de
renciales de las conectivas lógicas mediante pares de conjuntos lo que distingue el vocabulario lógico hace patente una razón
de reglas de introducción y de eliminación, lo que motiva el más profunda para esta exigencia; no sólo se precisa para evitar
modelo más general de Dummett, existe una condición espe­ con:secuencias horrorosas, sÍlio también pO'rque, de otrorriodo,
cial que resulta apropiada imponer a la relación entre dos cla­ el vocabulario lógico no puede desempeñar su función expresi­
ses de reglas: «En el caso de una constante lógica, podemos va. A menos que las reglas de introducción y de eliminación
considerar que las reglas de introducción que la rigen especifi­ sean ir:J.ferencialmente preservadoras, la introducción del nue­
can.las condiciones para la aserción de un enunciado, en el cual vo vocabulario permite nuevas inferencias materiales, y altera
es el operador principal, y que las reglas de eliminación deter­ los contenidos asociados con el viejo vocabulario. Así que, si el
minan las consecuencias de ese enunciado: la exigencia de ar- vocabulario ha de desempeñar su función expresiva caracterís­
86 Robert B. Brandom . El inferencialismosernánticci y'el expresivismo lógico 87

ticade explicitar las inferencias materiales originales y, por tan­ que previamente no lo tuviera :produciría una·extensión no preserva­
to, los contenidos conceptuales expresados por el viejo,-voca­ dora,e.s decir,en)a .que ciertos enunciados que no contuvieranc,::Ltér,
bulario, hade haber un criterio de adecuación para Í.tltroducir min;o se ppdría,.n seg\lir.de otros enunciados que no lo con~~vieran,
el vocabulario lógico de .tal modo que,: con ello, ho' resulten enUIlc¡a~os que~~tel¡.n~ er:an inferij;,les 20. .

apropiadas nuevas inferencias que entrañen sólo el antiguo vo­


cabulario. , . ~~~e pasaje crucifi1 contiene, un conjunto de observ\lcipnes
qj-le ¡::nerec,y la pena desentraña{. En primer,lugar, muestra
cómo se pueden criticar <;iertos cOl)¡::eptos, spbr~ la b,a se qe
creenc~~ssust~ntivas. Si l:Ipo no cree que sea buena la ~er<:;n­
~j.~ qesde lanacionaliqad germ¡ma a la crueldad,se .deQe uno
XI. «BOCHE» Y LA ELUCIDACIÓN DE LOS COMPROMISOS
~bstener ,delconceptqo deJa'expresiól), ·«bQch~». Porqu.e nase
INFERENCIALES
pueqe negar que haya boches, ~e~o es como negar que haya
alem~nes, lo cu~ es obviamente faiso---:-. No se pue~e admitir
No obstante, el problema de lci que Durnmettdeúomina «ausen­
qu~hay~boche~y neg~r qUe sonc~eLes -porque eso e~ como
cia de "armonía"» entre las circunstancias y las consecuencias
ÍnteQtar desha~erse de una, atirmación con I'aQ4e !-lno se ha
de la aplicación de un concepto puede suscitarse respecto a los
cqmprofl?etido medi.ante o~ra-. ~ólo se Plleqe negar uno a
conceptos con contenidos materiales. Cuando veamos por qué,
eO)plt~a~ el concepto sobre la hase de que entraña una inferen­
eso nos propotcionaráuna ayuda adicional para comprendet lá
cia q~e no se respalda. . . .
noción de racionalidad expresiva, y la forma en que la función
. Jonathan Bennett me c~nt9 que el físcal del proc~so de Os­
explicitadora del vocabulario lógico contribuye a la aclaración
c~r Wilde, en un detepn~~1o momerto drÍ juicio, leyó algunos
de los conceptos. Porque el cambio conceptual puede estar
de los pasajes más espeluzn~ntes 9é The, 1111portance 01 ¡3eing
Earnest (Laj¡:nportancia qc:: llamarse Ernesto) y dijo: «A Vd. se
motivado por el deseo de alcanzar o preservar una armonía entre los
19 qejol Sr; Wilde. ¿Es est~ bla~/emia, o no?». Wilde respondió
dos aspectos del significado de una expresión. VA caso simple sería el
de una expresión peyorativa, por ejemplo, «boche». La condición exactamente como debía -en realidad, del único modo que
para aplicar la expresión a alguien es que l¡ea de nacionalidadalema­ pqdía- dadas las consid~racion~s.qu~, se 4~bían hecho y las ~ir­
na; las consecl,lencias de su aplicación son q\lees bárbaro y más pro­ ctllstancias y las consecuencia~ de1a aplicación del concepto'en
clive a la crueldad que el resto de los,europeos. Deberíamos conside­ cJlt;!stión. Dijo, «Señor, "blasfeInia"no es una de mis palab~as».
rar que las conexiones en ambas direcciones son l¿ suficientemente ' A algllnas per~on~s, las palabras'muy mar~~das, como <~ne­
estrechas como para estar insertas en el significado mismo de la pala: gro», «puta», «maricó.n», «señorona» *, «comupista», <~l:ep4bli~
bra: ninguna podría suprimirse sinálterar su signifiCado. Alguien que
rechace la expresión lo hace porque no quiere hacer posible ima tran­
sición desde el fundamento de la aplicación de la expresión a las con. '*tN. de los T]. La expresión' inglesa es lady, pero se traduce de este
secuencias de hacerlo. La adición del término «boche» a un lenguaje modo para que el ejemplo tenga sentido en español. .

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