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El Síndrome Hubris: ¿Un trastorno de la personalidad?


Un estudio sobre Presidentes de los EE.UU. y Primeros
Ministros del REINO UNIDO de los últimos 100 años.
Autores: David Owen y Jonathan Davidson.

“La historia de la locura es la historia del poder. Porque imagina el poder, la


locura es la impotencia y la omnipotencia. Se requiere de energía para
controlarla. Amenazando las estructuras normales de la autoridad, la locura se
dedica a un diálogo interminable, a veces un monólogo mono maniático, sobre el
poder". Roy Porter

Introducción

Carisma, encanto, la capacidad de inspirar, el poder de persuasión, la amplitud


de la visión, la voluntad de asumir riesgos, las grandiosas aspiraciones y audaz
confianza en sí mismos; estas cualidades se asocian a menudo con un liderazgo
exitoso. Pero hay otro aspecto en este perfil, ya que estas mismas cualidades
pueden estar marcadas por la impetuosidad, el hecho de negarse a escuchar o
seguir los consejos y una forma particular de incompetencia cuando predominan
la impulsividad, la imprudencia y la frecuente falta de atención al detalle. Esto
puede derivar en un liderazgo desastroso y causar daños a gran escala. La
consiguiente pérdida de la capacidad de tomar decisiones racionales es percibida
por el público en general como algo más que "sólo cometer un error". Si bien
pueden utilizarse viejos términos médicos o formas coloquiales, como 'locura' o
'ha perdido la razón", para describir este tipo de comportamiento; es claro que
perciben instintivamente un cambio de comportamiento a pesar de que sus
palabras no logran captar su esencia.

El hilo común que vincula estos elementos es el síndrome llamado Hubris, la


arrogancia u orgullo exagerado, abrumadora confianza en sí mismos y desprecio
por los demás (Owen, 2006). ¿Cómo podemos considerar útil a un líder que
arrogantemente abusa de su poder, dañando la vida de los demás? Algunos
consideran que se trata de nada más que de la manifestación extrema de su
comportamiento normal a lo largo de un amplio espectro de narcisismo. Otros
simplemente desechan el síndrome Hubris como un riesgo ocupacional de los
 

líderes poderosos, políticos o dirigentes en el ámbito de los negocios, los militares


y los intelectuales; un aspecto poco atractivo pero comprensible de aquellos que
buscan poder.

El concepto clave es que el síndrome Hubris es un trastorno de la posesión del


poder, en particular del que se ha asociado con un enorme éxito, que se celebra
por un período de años y con una mínima restricción al líder.

Hubris se asocia en la mitología griega con Némesis. El síndrome, sin embargo, se


desarrolla independientemente de que la persona en el puesto de liderazgo sea
considerado un éxito o un fracaso, y no depende de malos resultados.

El síndrome Hubris es adquirido, por lo tanto, a lo largo de un período de tiempo.


El verdadero y completo síndrome Hubris, asociado con tener un considerable
poder en altos cargos políticos, puede o no ser transitorio. Hay una escala
variable de Hubris, sin corte absoluto en su definición o en la distinción de un
liderazgo totalmente funcional. Eventos externos pueden influir en la variación
tanto en intensidad como en tiempo de inicio.

Los dictadores son particularmente propensos al síndrome de Hubris porque son


pocas, si las hay, las limitaciones en su comportamiento.

Ser elegido para un alto cargo político para un líder democrático es un evento
significativo. Las posteriores victorias electorales parecen aumentar la
probabilidad de convertir un comportamiento arrogante en síndrome Hubris.
Enfrentar una situación de crisis como una amenaza real o potencial de guerra o
desastre financiero puede aumentar aún más el síndrome Hubris. Pero sólo los
casos más desarrollados de Hubris merecen clasificación como un síndrome
expuesto como un riesgo laboral para personas vulnerables por las circunstancias.

Síndrome de Hubris y sus características.

Contrariamente a la mayoría de los trastornos de personalidad, que aparecen a


comienzos de la edad adulta, se considera que el síndrome Hubris sólo se
desarrolla cuando el poder ha sido mantenido por un período de tiempo, y por lo
tanto se manifiesta a cualquier edad. En este sentido, sigue una tradición que
reconoce la existencia de cambios patológicos de la personalidad, como los
cuatro tipos en la CIE-10: constante cambio de la personalidad después de un
trauma, enfermedad psiquiátrica, dolor crónico o de tipo no especificado (CIE-10,
1994), aunque CIE-10 implica que estos cuatro diagnósticos son poco probable
que mejoren.

Estableciendo las características de diagnóstico de síndrome de Hubris.


 

La importancia potencial del síndrome deriva, sin embargo, de los considerables


daños que se pueden hacer por el pequeño número de personas que se ven
afectadas.

Características clínicas.

El síndrome Hubris se formuló como un patrón de comportamiento de una


persona que: (i) ve al mundo como un lugar para la auto-glorificación a través del
uso del poder; (ii) tiene una tendencia a tomar acción primordialmente para
mejorar su imagen personal; (iii) muestra desproporcionada preocupación por la
imagen y la presentación; (iv) demuestra un entusiasmo mesiánico y exaltación
en el discurso; (v) vincula su persona con su nación u organización; (vi) utiliza el
plural mayestático en las conversaciones; (vii) demuestra un exceso de confianza
en sí mismo; (viii) manifiestamente siente desprecio por los demás; (ix) rinde
cuentas sólo a un tribunal superior (historia o Dios); (x) muestra inquebrantable
creencia que será reivindicado por ese tribunal; (xi) pierde el contacto con la
realidad; (xii) recurre a la agitación, a acciones imprudentes e impulsivas; (xiii)
permite que la rectitud moral evite considerar la practicidad, el costo o el
resultado; y (xiv) muestra incompetencia y desprecio por los procesos de toma de
decisiones políticas.

A la hora de definir las características clínicas de la enfermedad, es necesario algo


más que la simple enumeración de los síntomas. En el caso del síndrome Hubris,
un contexto de poder sustancial es necesario, así como un cierto período de
tiempo en el poder, aunque la duración no ha sido especificada, variando en los
casos descritos de 1 a 9 años. Esta afección puede tener características de
personalidad que lo predisponen pero es adquirida, ya que su aparición es
posterior a la adquisición de poder.

Determinar si el síndrome Hubris puede ser caracterizado biológicamente será


muy difícil. Esta en la naturaleza de los dirigentes que tienen el síndrome resistirse
a la idea de que puedan sufrir esta enfermedad, ya que es visto como una señal
de debilidad.

Tabla 1: Los síntomas de síndrome Hubris.

Criterios propuestos para el síndrome Hubris, y su correspondencia con las


características del grupo B de los trastornos de la personalidad en DSM-IV.

1. Una propensión narcisista a ver su mundo principalmente como un ámbito


para ejercer el poder y buscar la gloria; DNP.6
 

2. La predisposición a tomar medidas que hagan ver al individuo de manera


positiva y favorable, es decir, para mejorar su imagen; DNP.1

3. Una desproporcionada preocupación con la imagen y la presentación; DNP.3

4. Una forma mesiánica de hablar sobre la actualidad y una tendencia a la


exaltación; DNP.2

5. Una identificación con la nación, o una organización, en la medida en que el


individuo considere que su perspectiva y los intereses de la misma son idénticos;
(único).

6. La tendencia a hablar en tercera persona o utilizar el plural mayestático;


(único).

7. Exceso de confianza en la opinión propia y el desprecio de la opinión o la


crítica de los demás; DNP.9

8. Exagerada creencia en sí mismo, al borde de una sensación de omnipotencia,


en lo que personalmente puede alcanzar; DNP.1 y 2 combinados.

9. La creencia de que en lugar de tener que responder ante el tribunal de colegas


mundanos o de la opinión pública, el tribunal de justicia a la que deben
responder es: la Historia o Dios; DNP.3

10. Una inquebrantable creencia de que en ese tribunal se lo reivindicará; (único)

11. Pérdida de contacto con la realidad; a menudo se asocia con aislamiento


progresivo; APD 3 y 5.

12. Inquietud, imprudencia e impulsividad; (único)

13. La tendencia a permitir que su "visión", sobre la rectitud moral de un tema,


obviando la necesidad de considerar practicidad, costo o resultados; (único)

14. Incompetencia “Hubristica”, cuando las cosas van mal por poseer demasiada
confianza en sí mismo, lo que ha llevado al líder a no preocuparse por los
procesos de toma de decisiones políticas; HPD.5.

Referencias: APD = Trastorno de personalidad antisocial; HPD = Trastorno de


personalidad histriónica; NPD = Trastorno Narcisista de la personalidad.

Al hacer el diagnóstico de síndrome Hubris, sugerimos que ≥3 de los 14 de los


síntomas característicos deben estar presentes, y al menos uno de los mismos
deberá estar entre los cinco componentes identificados como exclusivos.
 

Es tratable el Síndrome Hubris?

El beneficio más evidente de una mayor conciencia social sobre el síndrome


Hubris es que, como las expectativas cambian, los dirigentes, en cualquier etapa
de su vida, puede sentir una mayor obligación de aceptar y no resistir los cursos y
restricciones obligatorias de la sociedad democrática; aceptar las limitaciones
legales, como a los 8 años de mandato de un Presidente en los ESTADOS
UNIDOS, y cuando se le informa sobre su comportamiento, renunciar
voluntariamente a su cargo o no buscar la reelección y renombramiento como
líder.

Debido a que un dirigente político intoxicado por el poder puede tener efectos
devastadores en muchas personas, hay que crear un clima de opinión
promoviendo que los dirigentes políticos rindan más cuentas de sus acciones. La
limitación más importante para un Jefe de Gobierno es el miedo a no ser capaz
de ganar la reelección. Otra limitación son los periodos fijos o establecidos, como
los dos mandatos de 4 años de presidentes estadounidenses. Los miembros del
Gabinete, que son nombrados por el Jefe de Gobierno, no han tenido mucho
éxito en la restricción del síndrome Hubris, en parte porque deben su
nombramiento al Jefe de Gobierno, pero también debido a que les resulta difícil
detectar el desarrollo del síndrome. Solo las renuncias de los miembros del
Gabinete han sido a menudo importantes desencadenantes para advertir a la
gente sobre lo que está sucediendo a puertas cerradas. En los Estados Unidos, la
amenaza de juicio político es una limitación y en el Reino Unido, el retiro del
apoyo de los miembros del Parlamento ha sido un elemento crucial para forzar a
todos los cuatro primeros ministros, Lloyd George, Chamberlain, Thatcher y Blair
(diagnosticado con síndrome de Hubris) a renunciar. Las revueltas parlamentarias
no se hubiesen producido si Thatcher y Blair hubiesen estado sólo 8 años en el
cargo.

El Síndrome Hubris en los políticos es una amenaza mayor que la de


enfermedades convencionales debido a la calidad de su liderazgo y el buen
gobierno de nuestro mundo. Las estrategias para identificar y limitar el síndrome
Hubris se han propuesto (Storr, 1997; Hillman, 1999; Owen, 2008). Las
cualidades claves contra la arrogancia desproporcionada (Hubris), como el
sentido del humor y el cinismo son dignas de mención. Pero nada puede
reemplazar la necesidad de auto-control, la preservación de la modestia mientras
se está en el poder, de la capacidad de permitirse el ridículo, y la capacidad de
escuchar a aquellos que están en condiciones de asesorar. Otra cualidad
importante proviene de practicar el interés en las necesidades de las personas, y
no simplemente en una causa mayor (Storr, 1997; Hillman, 1999). Los esfuerzos
 

para la rehabilitación resultaran exitosos en la medida en que sean capaces de


inculcar algunas de estas cualidades.

http://brain.oxfordjournals.org/content/132/5/1396.long

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