Está en la página 1de 2

La historia de las mujeres en Venezuela combina la acción política con la

experiencia de postergación e invisibilidad. Habiendo participado activamente en


las luchas por la independencia, el accidentado proceso político, caracterizado
hasta 1958 por dictaduras y represión, impulsó a grupos femeninos significativos
a la acción rebelde y con frecuencia clandestina. Su aporte a la construcción de
las instituciones políticas y sociales del país fue innegable. Sus organizaciones
surgieron antes que los partidos que dieron estabilidad al sistema político y sus
propuestas fueron tempranamente incorporadas al quehacer estatal.

Obtuvieron el derecho a voto sólo en 1947, tras años de reivindicación, y su


ascenso a posiciones de poder se apoya en su temprana articulación, en la
emergencia, constitución y consolidación del modelo democrático partidista y en
el aumento de la calidad y cuantía de su formación por su incorporación masiva
al sistema educativo.

Las mujeres venezolanas han modificado en forma apreciable sus características


sociodemográficas en los últimos decenios: ahora son principalmente jóvenes-
adultas (en vez de jóvenes, como en los años cincuenta), han acentuado su
carácter tempranamente urbano y han reducido a la mitad el número promedio de
hijos que tienen durante su vida fértil (tenían seis hace cuatro décadas). Como se
sabe, este perfil basado en cifras promedio -útil para su comparación con el de los
hombres- presenta diferencias según sectores.

El aumento reciente del volumen de mujeres que están en edades reproductivas y


productivas, procede tanto de la cantidad de jóvenes acumuladas en el período
anterior, como del notable cauce de inmigrantes que -principalmente en los años
setenta- llegó al país para participar en el crecimiento económico impulsado por
la comercialización del petróleo. Este fenómeno, junto al hecho de que las
venezolanas han aumentado de manera notable su tasa de participación laboral,
ha significado que la fuerza laboral femenina haya crecido extraordinariamente:
se estima que entre 1970 y 1990 ese crecimiento ha superado el 200%, mientras
la masculina lo hizo en un 100%. Ciertamente, este crecimiento ha tenido lugar
modificando sólo lentamente la segmentación profesional: las mujeres siguen
ocupándose básicamente en el sector servicios, principalmente en calidad de
empleadas de oficina y comercio o como empleadas de servicios sociales y
personales. Destaca, sin embargo, la apreciable proporción de venezolanas que se
ocupan como técnicas y profesionales: cerca de un cuarto de la fuerza laboral
femenina.

Esto último guarda relación con el notable avance educativo que muestran las
mujeres de Venezuela. Hoy son mayoritarias en la matrícula de educación media
y ligeramente mayoritarias entre los universitarios, si bien continúan graduándose
en carreras tendencialmente femeninas, aunque lo hacen en menor medida que en
otros países latinoamericanos. Por otra parte, las condiciones de salud también
mejoraron en forma apreciable durante las pasadas décadas, aunque la crisis de
los años ochenta implicó un freno en esta mejoría y aun un retroceso en
determinadas áreas específicas.

Por otra parte, si bien la presencia femenina ha sido baja en cargos de


representación y en el Poder Ejecutivo, sus reivindicaciones se han legitimado
progresivamente a partir de la acción concertada de mujeres de partidos políticos,
de organizaciones sociales y en cargos públicos. En 1979 tuvieron una primera
Ministra de Estado para la Incorporación de la Mujer al Desarrollo y en 1989 la
segunda. Desde ese año disponen de una Comisión Bicameral de los Derechos de
la Mujer en el Parlamento; desde 1990 de una Oficina de Atención a los
Derechos de la Mujer en el Ministerio Público; en 1992 se creó mediante ley el
Consejo Nacional de la Mujer; y recientemente, en septiembre de 1993, fue
promulgada una Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer que pretende la
eliminación de toda discriminación en su contra. También han obtenido cuotas
mínimas para los cargos directivos en varios partidos.

En el ámbito de la acción social colectiva de mujeres, Venezuela cuenta con


organizaciones, centros académicos, organismos no gubernamentales de acción
social, casas de la mujer, organizaciones políticas y asociaciones gremiales y
profesionales. Con una Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales de
Mujeres ha logrado articular demandas y movilizarse por cambios legislativos
destacando la Ley Orgánica del Trabajo aprobada en 1990 y la leyes antes
mencionadas.

La crisis económica, política e institucional que vive Venezuela desde los años
80 representa un gran desafío para el país y para las mujeres en particular. La
agudización de las desigualdades sociales, los frustrados intentos
gubernamentales de implementar una política de ajuste estructural, la corrupción
administrativa y política han llevado al descrédito a las instituciones
democráticas. El triunfo de Rafael Caldera, abanderado de una alianza partidaria
distinta de los dos partidos tradicionales, en las recientes elecciones
presidenciales, expresa las esperanzas que se produzca un cambio y abre
expectativas para la implementación de la Ley de Igualdad de Oportunidades
para la Mujer.

También podría gustarte