Amenazas internas
El patrimonio biocultural Además, la gente construye a partir de la naturaleza. Los usos y manejos del otate y
de los pueblos de la región de Huehuetlan
El Grande, Puebla
Este cártel nace de las mujeres y hombres que caminan el territorio de la región
de Huehuetlan El Grande. Nace de sus parajes: El Tonale, La Cruz Chiquita, Copayaca,
La Tierra Grande, Tlalixtaca, Atlameyaya, Copichapa, El Purgatorio, Timicho. De sus
utensilios y enseres siempre presentes: petates, molcajetes, chiquipextles, metates. De
sus plantas: temecates, aguacates, anonas, pápalos, pipichas, nopalachis, atlampanchis,
huitlachis. De sus animales: cuetlas, mermejos, chilpas, chicatanas, iguanas, conejos,
venados. Del corazón mixteco.
La región de Huehuetlan El Grande se ubica al sur de la capital poblana y su
origen se remonta a tiempos anteriores a la conquista española. Actualmente incluye
los pueblos de San Agustín Ahuehuetla, San Miguel Atlapulco, Santa Ana Otzolotepec,
San Nicolás Huajuapan, San Martín Atempan, San Pedro Ajalpan, San Juan Coatetel-
co, la Colonia Agrícola, Santa Marta Yancuitlalpan. Además, durante la época colonial
también incluyó a San Miguel Acuexcomac y San Juan Tzitlacacoyan. (Acuña 1985,
Kirchhoff et al. 1989).
El clima predominante en la región es el semicálido subhúmedo con lluvias en verano,
en tanto que el clima templado y el cálido subhúmedo cubren una menor superficie
(INEGI 2009). Esta variedad altitudinal y climática permite que en la región haya una
gran diversidad biológica. Es en este escenario que desde hace muchos años grupos de
origen popoloca, mixteco y mexicano han existido y dejado su huella cultural.
¿Qué es el patrimonio biocultural?
El patrimonio biocultural engloba la riqueza biológica y cultural de un pueblo
o región. En el contexto del patrimonio biocultural, la riqueza de la naturaleza toma
nuevo sentido ya que es considerada tanto por sus características biológicas como por
el uso cultural que los pueblos le dan.
Consideremos el caso de los montes de la región de Huehuetlan El Grande.
Estos montes son ricos en agrupaciones de árboles y animales; algunas de estas agru-
paciones se llaman selvas bajas caducifolias. Son selvas por tener una gran variedad de
árboles, bajas por contar con árboles de baja estatura (altura máxima de 15 metros) y
caducifolias por perder su hojas durante la parte seca del año. Otras agrupaciones son
los bosques de encino, comúnmente llamados ahuacoxtleras.
Estos montes, estas selvas y ahuacoxtleras desde un punto de vista ecológico y
biológico son sumamente importantes en términos de la variedad de plantas, animales,
hongos y en general por la diversidad de vida que albergan. Además, nos proporcionan
de beneficios ecológicos fundamentales entre los que destacan la captación y purifica-
ción del agua así como la provisión de polinizadores y otros animales.
Aún más, un acercamiento a los pueblos vecinos a éstas selvas y bosques nos
muestra como estos montes y los pueblos que los rodean tienen una relación muy es-
trecha y robusta. La cultura y vida diaria de los pueblos gira en torno al monte, al cerro,
a las ahuacoxtleras. De estas selvas y bosques se obtiene leña, remedios medicinales
y alimento como los huitlachis y los guajes. Y en tiempo de lluvias, la gente obtiene
muchos más beneficios, destacando las plantas para la vendimia (orégano, damiana,
semillas de yoyote, zacatechichi, etc.) y por supuesto las plantas, hongos y animales
comestibles.
¿Cómo cambiar, cómo proteger la vida y nuestro patri-
la palma ilustran dicha transformación. La gente al usar y transformar estas plantas
del monte y elaborar casas de palma y chiquihuites incorpora estos elementos como
parte de su patrimonio biocultural.
Así, los conocimientos, usos, prácticas y enseres que la gente tiene alrededor
de su naturaleza constituyen parte del patrimonio biocultural del pueblo o región de
la que hablemos. Desafortunadamente, desde hace más de cuarenta años en México
la población mundial ha quedado expuesta a intensas campañas publicitarias que
promueven el consumo de comida chatarra y la vida fácil.
Las campañas publicitarias de las grandes empresas junto con los flujos mi-
gratorios y el debilitamiento del Estado Mexicano han favorecido que sea fácil en-
contrar en pueblos relativamente alejados de las ciudades, niñas y niños que solo co-
men sopas instantáneas, toman aguas de sabor hechas con polvos colorantes, comen
en trastes desechables, etc.
Este cambio hacia una cultura de lo desechable es alarmante porque aparte de
los daños culturales (pérdida de alimentos locales) y ambientales (contaminación de
ríos, presencia de basureros a cielo abierto) que genera; también daña a la salud de
los habitantes al causar obesidad, caries en los dientes y propensión a enfermedades
degenerativas.
De tal forma, el patrimonio biocultural de la región de Huehuetlan El Grande
está amenazado por factores internos y externos que han ido mellándolo. Las ame-
nazas las hemos divido en internas y externas.
Amenazas Externas
Las amenazas externas tienen que ver con agentes fuereños de la región y/o
pueblos que intentan proponer “alternativas para mejorar la calidad de vida de la
población”. La minería es el elemento más emblemático de este tipo de amenazas.
La concesión de terrenos huehuetecos por parte del Gobierno de México a
empresas mineras ha sido uno de los problemas más graves con el que los habitantes
de la región han tenido que lidiar. La base de datos sobre las concesiones mineras en
México disponible en la página de la Secretaría de Economía señala que en el muni-
cipio de Huehuetlan El Grande hay 3 concesiones mineras (Cuadro 1).
Cuadro 1. Concesiones mineras en el territorio de Huehuetlan El Grande
Las y los huehuetecos han hecho un profundo trabajo de búsqueda de infor-
mación sobre las consecuencias de la actividad minera y han declarado una negativa
rotunda a las actividades mineras promovidas por las empresas y sus prestanombres.
Ejemplo de la defensa que han emprendido es el ejercicio de colectividad y organiza-
ción que tuvo lugar en marzo de 2014 cuando se dieron cita en la cabecera municipal
de Huehuetlan El Grande los representantes de bienes comunales y ejidales de los
pueblos de la región para participar en la Primera Reunión de Información y Recha-
zo a la Minería.
monio biocultural?
Las amenazas internas al patrimonio biocultural de la región de Huehuetlan
El Grande son aquellas actitudes, actividades y acciones de los habitantes de la re-
gión que amenazan el patrimonio biocultural.
Ambientalmente precisamos
Los habitantes de la región al practicar el consumismo de comida chatarra
1) Regular el uso de envases desechables por los comerciantes tanto en días
(refrescos y sopas instantáneas), la contaminación del río con drenajes y plaguicidas
de plaza como en la feria misma, tanto en los centros recreativos como en
y el turismo a gran escala están amenazando y dañando su patrimonio.
los pueblos, incluidas las escuelas
Agua y plaguicidas una mala combinación: En Santo Domingo Huehuetlan
2) Implementar la agroecología y los baños secos
El Grande aún hay gente (visitante y local) que bebe y usa agua de los ameyales, na-
cimientos de agua distribuidos a lo largo de la ribera del río Huehuetlan.
3) No permitir el drenaje de aguas negras hacia el río Huehuetlan
Al mismo tiempo, a lo largo del río hay tierras de cultivo en las que los cam-
4)Disminuir el uso de cloro y no usar plaguicidas
pesinos y agricultores usan una gran cantidad de plaguicidas; entre los que destacan
herbicidas como el faena (Glifosato) y el rayoquat (paraquat), ambos conocidos por
ser promotores de anormalidades y cáncer.
Los baños secos son una gran opción para la región de Huehuetlan El Grande
dado que el clima cálido permite su óptimo funcionamiento (secado y aireación). Se
Asimismo, también usan insecticidas como la cipermetrina y el carbofuran,
les llama baños secos porque su uso y mantenimiento se realiza sin agua, de tal forma
éste último un potente neurotóxico para humanos. Estos venenos o remedios como
que los desechos no son tirados a los ríos y apantles.
algunos los llaman, son altamente nocivos para la vida debido a su toxicidad, solu-
bilidad e invisibilidad en agua, así como por su persistencia en suelo y agua por al
menos 30 días. Así que la relación entre el uso de plaguicidas y la contaminación del
agua de los ameyales es innegable.
Culturalmente necesitamos
Turismo extractivista. Si bien, el turismo es un motor que genera una impor-
tante derrama económica en Santo Domingo Huehuetlan El Grande y San Agustín 1) Recuperar nuestras raíces: promover la comida local y nutritiva
Ahuehuetla sus impactos negativos ya son notorios. 2) Promover un museo comunitario
3) Mantener nuestras palabras mexicanas
Socialmente requerimos
Las complicaciones inmediatas de un turismo extractivista se reflejan en la 1) Realizar actividades que nos permitan integrarnos: murales, bailables
falta de manejo de aguas negras, falta de manejo de basura, oferta de comida y be- tradicionales, limpieza comunitaria
bidas en envases desechables que a su vez genera mayor cantidad de basura, pro-
moción del alcoholismo en población local y visitante, deterioro de la naturaleza y 2) Prestarnos al diálogo. Platicar, preguntar y cuestionar los proyectos que
contaminación masiva de las fuentes de agua entre otras. Por ello, es preciso pensar benefician y perjudican a nuestra región. Ya lo hemos hecho al decirle NO
sobre que tipo de turismo queremos promover. A LA MINERÍA, Sigamos preguntando y defendiendo nuestro territorio.
Ante este panorama es fundamental reconocer que nuestra región, la región 3) Cuestionar la modernidad. Darnos cuenta que los proyectos moderni-
de Huehuetlan El Grande cuenta con un gran patrimonio biocultural que requiere zadores que han tratado de solucionar los problemas de contaminación de
revalorarse. Este patrimonio biocultural es una herencia milenaria recibida y mante- ríos con plantas de tratamiento han fracasado básicamente porque dichas
nida por la gente trabajadora y humilde de la región. plantas tienen limitantes serias.
Las campesinas y los campesinos, los peones, los albañiles, los cuidadores de Solo trabajando como pueblos podremos mantener nuestro río Huehuetlan, nuestros
chivos y muchos otras personas, que aún con jornadas pesadas de trabajo y en un montes y nuestro patrimonio biocultural en todo su esplendor y así tener la vida
contexto totalmente neoliberal mantienen sus costumbres y tradiciones. digna y sana que merecemos.
-Mayo 2020-
Esta revaloración precisa ir acompañada de un proyecto que permita que en
espacios públicos y en actividades colectivas se promueva el patrimonio biocultural Coordinación y texto:
Linda Marín/ lemarinsky@gmail.com
y la vida misma. Indiscutiblemente, las acciones comunitarias y la protección del
territorio demandan el cuidado de los montes y de la gente que en ellos vive.
Ilustración y diseño:
Vecco Gallo,/ ediciones_gallo@gmail.com