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Source: El Ciervo, Año 28, No. 338 (ABRIL 1979), pp. 14-15
Published by: El Ciervo 96, S.A.
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/40807942
Accessed: 29-04-2020 03:21 UTC
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Declaración, en la versión del Pacto internacional suscrito (Art. 38). Por ello no es aventurado derivar de ello
por España (B.O.E, de 30.IV.1977), establece ya en su la conlusión de que sólo es preceptiva aquella libertad
apartado 3 que la libertad de información y de expresión de empresa en los sectores en que se de el mercado,
por medios de comunicación social "entraña deberes no así en los demás: caso de la RTV, en que el mercado
y responsabilidades especiales" y que puede estar sujeta es imposible que exista. En esa idea establece
a ciertas restricciones fijadas, por ley. Luego es correcto la Constitución que: "mediante ley se podrá reservar
interpretar gue son lícitas las restricciones legales, y más
al sector público recursos o servicios esenciales,
aún que serán constitucionales, sí se efectúan para especialmente en caso de monopolio" (Art. 128,2).
garantizar precisamente el disfrute efectivo de los derechos De lo que se desprende nuestra interpretación,
humanos por todos. En esta línea y por lo que se refiere que pensamos completa del texto constitucional,
a los medios dependientes del Estado o de cualquier ente que permite mantener sustraído a la iniciativa
público, señala la Constitución que la ley que regule y participación económica privada -y aún, llegar
su organización ha de sujetarlos al control parlamentario, al monopolio- la actividad del servicio esencial
y precisamente para garantizar el acceso a tales medios de televisión, siempre que así se garantice adecuadamente
de los grupos sociales y políticos significativos, respetando y a nivel de ley, que con ello se posibilitan los derechos
el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas humanos de todos, que no haya discriminación en
de España (Art. 20,3). el acceso al medio y que este se adscriba a los objetivos
Mirando ahora el plano económico, es claro que de posibilitar el ejercicio generalizado de los derechos
humanos arriba mencionados.
la Constitución reconoce la propiedad privada, con un * * *
contenido delimitado por su función social (Art. 33),
pero no es derecho de rango fundamental. También Naturalmente, ésta
lo es que se subordina toda la riqueza al interés general que es más acorde al
y se reconoce la iniciativa pública en la actividad de lucro que, al socai
económica (Art. 128), que coexiste con "la libertad^ unas pocas y conocid
de empresa en el marco de la economía de mercado" E.G.
La juventud de haee
diez año* v la de ahora
En la juventud de 1968 alentaba una esperanza, una expectativa de cambio...
en la juventud de hoy se percibe una impresión de desaliento, de cansancio.
14 - El Ciervo
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De otro lado, à través de la nueva Constitución,
los españoles han buscado garantizar para todos
la convivencia en un clima de respeto mutuo, de justicia
y de paz.
Ahora bien: si la madurez de un individuo, su ingreso
a la edad adulta, se mide por su capacidad de superar
el egocentrismp infantil, es decir, por la conciencia de
su propia identidad y su capacidad de alteridad,
de relación con los demás (relación de la que el amor
de la pareja es la culminación); si, igualmente, la madurez
de una época, de un pueblo, se mide por su conciencia
de la dignidad de la persona y su sentido de la solidaridad
entre sus miembros, podríamos suponer que España y,
en ella, la juventud española, vive un momento de una gran
calidad humana, de una excepcional madurez.
¿Es esto así?
El acento de la Constitución en la unidad y solidaridad
del pueblo español, ; no es en realidad un intento
de cancelar el individualismo imperante por el que cada
uno mira por sí... y "que arda Troya"?
El deseo, el anhelo de los jóvenes españoles de amistad,
de carítaradería, ¿no acusa en el fondo una insatisfacción
profunda, una gran soledad?
IMPRESIÓN DE DESALIENTO
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