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Los distintos estudios realizados durante los años anteriores mostraron que, pese a la radicalidad
y masividad de las afectaciones de tierras, el proceso no incluyó a los minifundistas y pequeños
propietarios y menos a los campesinos sin tierras. A pesar que la Ley de Reforma Agraria –en el
título relativo al minifundio– anunció la realización de acciones de Concentración Parcelaria y
Reordenamiento Rural, es sabido que fue prácticamente nulo lo que se avanzó en este campo
sin entrar a la discusión de si la totalidad de los adjudicatarios reciben beneficios efectivos, puede
afirmarse que la mayoría del 13 Gorriti, Jorge. “¿Rentabilidad o Supervivencia?: La agricultura de
la costa peruana” En Debate Agrario, Nº 35, Lima, CEPES, enero 2003. LAUREANO DEL CASTILLO
PINTO 267 millón de minifundistas con menos de tres hectáreas. ha quedado totalmente
marginado de la reasignación de tierras”14.
Parte de los problemas que derivan luego en la crisis de las cooperativas agrarias creadas por la
reforma agraria tienen que ver con dicho problema
Los conflictos que surgieron entre el campesinado y los terratenientes caracterizan por lo tanto
este período, que muestra la incapacidad de los últimos para lograr los cambios a su favor ante las
luchas campesinas por la tierra, que abarcaron los años 1948–1964. Cuando el gobierno militar
dictó la ley de Reforma Agraria de 1969, sólo asestó el golpe final a este sistema de propiedad de
la tierra.
Los movimientos guerrilleros en el Perú en la década de 1960 surgieron a raíz del problema
agrario y campesino expresado en las movilizaciones campesinas antilatifundistas, especialmente
las del sur andino. Las guerrillas de los años 60 no lograron convertirse en el brazo armado del
movimiento campesino pues políticamente, eran bastante débiles, ni habían logrado comprender
la complejidad de las áreas rurales y urbanas, ni contaban con un modelo de gobierno viable. En
el plano militar, no pudieron enfrentar con éxito la ofensiva policial y de las fuerzas armadas y
demostraron escasa capacidad de influencia en las poblaciones locales.
El 24 de junio de 1969, el gobierno de la Fuerza Armada promulgó la Ley de Reforma Agraria, que
sí expropió los complejos agroindustriales, iniciando con ello un proceso de cambios radicales. La
extensión máxima de las propiedades se estableció en 150 has. en la costa, 1 500 en las haciendas
ganaderas, y de 15 a 55 has. en la sierra y ceja de selva. Se establecieron asimismo diferentes
formas de propiedad cooperativa y asociativa, donde destacaban las Cooperativas Agrarias de
Producción (CAPs), formadas sobre la base de los complejos agroindustriales de la costa; las
Sociedades Agrícolas de Interés Social (SAIS), integradas por los trabajadores de los antiguos
latifundios y comunidades dedicadas a la agricultura y la ganadería; los Grupos Campesinos, para
beneficiar a asalariados; y las Comunidades Campesinas, reestructuradas para participar de los
beneficios de la Ley de Reforma Agraria.
Puno. Porcentaje de tierras poseídas según tipo de organización Puno Individual 777 71 346 4%
CAP 14 6 417 486 639 25% CC 77 11 314 47 413 2% SAIS 23 12 877 1 004 937 52% Empresas
propiedad social 5 736 221 877 11% GC 39 1 011 105 691 5% 158 33 132 1 937 903 100% Como
vemos, más del 60% de la tierra quedó en manos de grandes empresas, sobre todo SAIS, por ello,
a pesar de que la estructura tradicional desapareció violentamente en el campo puneño y la clase
terrateniente como clase social casi se diluyó social y políticamente, no se resolvió la
contradicción principal entre gran propiedad y comunidades campesinas. La gran propiedad
terrateniente fue reemplazada por las grandes empresas asociativas. Se produjo una nueva
concentración de la propiedad de la tierra: en 1969 había 950 grandes propietarios y 1,000
propietarios medianos, que poseían en total casi 3'000,000 has.; para 1980, 100 empresas
reformadas poseían más de 1'800,000 has.
Fuente: Elaborado por la autora a partir del cuadro precedente y de datos en V. Caballero 1991:141.
Se puede decir “técnicamente” que Sendero era un partido de cuadros, militarizado, que en su
nacimiento y desarrollo tuvo un rol fundamental la Universidad de Huamanga, que el contingente
inicial con el que inicia la lucha armada estaba principalmente conformado por estudiantes, que
Ayacucho era una región muy pobre, etc. Pero comprender esa realidad solo será posible si nos
acercamos a su ideología, a la naturaleza fundamentalista de sus ideas y desde allí a su
concepción del partido (“el partido es todo”), y a la importancia central de la violencia como el
instrumento privilegiado para la construcción de la nueva sociedad. Ese núcleo ideológico fue
eficazmente transmitido a sus militantes, a quienes desde muy temprano se les educó para
“desdramatizar la violencia” y, de este modo, despojar a la lucha política del respeto por la vida y
las personas, no se diga ya de las organizaciones populares en las que nunca confiaron y a las que
siempre infiltraron, debilitaron y amenazaron formando organizaciones paralelas.
XIV ANIVERSARIO
ASOCIACION REGIONAL
DESPLAZADOS PUNO-ARDIRP