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¿Qué son y para qué sirven las habilidades sociales?

Las habilidades sociales se caracterizan por ser un conjunto de comportamientos que nos permiten
relacionarnos con los demás de forma satisfactoria y efectiva.

Algo importante que debes saber sobre ellas es que se pueden aprender, potenciarlas y mejorarlas e
ir llevándolas a cabo día a día. Aunque es importante que sepas que no siempre será sencillo lograr su
correcta finalidad debido a que algunas de ellas son bastante complejas, pero no resulta imposible.

Algo fundamental que debemos tener presente es que la cultura y las variables sociodemográficas son
totalmente necesarias para evaluar, entrenar y mejorar las habilidades sociales, ya que, en función del
sitio en el que estemos, los hábitos y maneras de relacionarse sin diferentes.

Por todo ello, no solo importa tener buenas habilidades sociales, sino que hay que tener claro cuándo
y dónde ponerlas en práctica. Esto se denomina “competencia social”

Así, el hecho de tenerlas ayuda a evitar la ansiedad y el estrés en situaciones sociales complicadas o
novedosas, ayudando a facilitar la comunicación de las emociones, la resolución de problemas y la
relación con los demás, siempre y cuando sean adecuadas para ese contexto.

Si existe un déficit en una persona de ciertas habilidades sociales, el afrontamiento de las situaciones
que viva será pasivo, evitándolas y cediendo a las peticiones y exigencias de los demás. Pero también
puede llevar a la agresividad, imponiendo ideas y decisiones e infringiendo los derechos de los otros.

Por lo tanto, como ya sabes, desarrollar habilidades sociales en uno mismo es necesario para conseguir
unas relaciones sociales óptimas. Poner en práctica adecuadamente las habilidades sociales, es
beneficiosa para:

• Aprender a expresarnos.
• Ser comprensivos con los demás.
• Mejorar nuestra salud mental y nuestro bienestar personal,
• Conseguir lograr nuestros objetivos sin que nadie nos lo pueda impedir.
• Por otro lado, unas buenas habilidades sociales nos permiten:
• Interactuar correctamente con los demás, de forma efectiva y satisfactoria.
• Expresar nuestros sentimientos, nuestros deseos, opiniones o derechos de modo asertivo.
• Tener en cuenta las necesidades e intereses de los demás.
• Resolver un problema de la manera más satisfactoria para todos/as.

Como ya sabes, las habilidades sociales te permiten relacionarte de manera adecuada con el resto de
personas de tu alrededor.
Mucha gente no posee estas habilidades tan importantes y suelen pasarlo mal y sufrir cuando les toca
interactuar con otras personas.

Por ello, las habilidades sociales son imprescindibles en tu vida porque:

• Tenemos relación habitualmente con otras personas. Las relaciones interpersonales que
establecemos suelen ser algo que favorece nuestro bienestar o, todo lo contrario. Tener
problemas en las relaciones interpersonales provocados por unas malas habilidades sociales
pueden llevar a ansiedad, estrés malestar emocional …
• Suelen afectar a nuestra autoestima. El tipo, la calidad y la cantidad de nuestras relaciones
interpersonales tiene un efecto directo sobre la forma de vernos a nosotros mismos y también,
en lo que pensamos de nosotros. Cuanto mejor sean las relaciones interpersonales que
tenemos y de mayor calidad, mejor será nuestra autoestima.
• Cuando tenemos unas malas habilidades sociales, puede llegar a afectarnos negativamente en
nuestras emociones y provocarnos frustración, ira, emociones de rechazo, sentirnos
infravalorados o desatendidos por los demás.
• La ausencia de buenas habilidades sociales puede generar malestar emocional. Los individuos
con pocas habilidades sociales son más propensos a sufrir problemas psicológicos (ansiedad o
depresión) o psicosomáticas.
• Ser hábil socialmente ayuda mucho a mejorar nuestra calidad de vida. Esto se debe a que nos
ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos y a conseguir lo que queremos de una manera
adecuada.

Ayudar a que el paciente desarrolle unas buenas habilidades sociales es el objetivo a conseguir en
terapia por parte del/la profesional.

Trabajando con ellos/as podemos ayudarles a:

• Cómo pueden interactuar con las demás personas


• Qué habilidades poner en práctica en cada ocasión.
• Cómo recibir demandas y hacer peticiones
• Otros muchos comportamientos socialmente aceptables e inteligentes.
Tener unas buenas habilidades sociales quiere decir que existen diferentes formas, buenas y malas de
comportarse con los demás. Los adultos, es decir padres, madres y otros educadores de referencia,
deben enseñar a niños y niñas cómo deben comportarse cuando están en distintos lugares y con
distintas personas.

Como profesionales nuestra obligación es enseñar y hacerles ver que existen buenas y malas maneras
de, por ejemplo, hablar con los demás.

Así debes recordar:


• Que es imprescindible escuchar mientras que los demás hablan
• Que cuando alguien les habla intentamos mirarle a los ojos
• Que deben respetar el turno de palabra y dejar hablar a los demás
• Que deben aprender a decir no

A nivel de terapia para mejorar las habilidades sociales, en la medida que los pacientes aprendan
formas adecuadas de relacionarse con ellos mismos y con los demás, habrá más probabilidad de que
tengan más amistades y una buena convivencia con familiares, compañeros, amigos y vecinos. Algo
que lo que los hará sentir mucho mejor.
Existen muchos estudios e investigaciones que demuestras que las personas con buenas habilidades
sociales son mucho más exitosas en sus trabajos y consiguen más rápido los objetivos que se proponen.
Por esto resulta tan importante hacer hincapié en la importancia de las habilidades sociales, porque si
se aprende a trabajarlas y a ponerlas en práctica, la persona va a desenvolverse mucho mejor y más
eficazmente en la vida, con todas las personas que conoce y con las que vaya conociendo a lo largo del
tiempo. Además, al influir también a nivel laboral, estas personas pueden llegar a cumplir sus objetivos
y a ganar mucho más dinero que aquella que tienen un déficit en habilidades.
Como profesional debes tener claro cuales son los objetivos a conseguir con el paciente y trabajar en
esa línea.
Es importante que tengas en cuenta que la finalidad de la terapia será que el paciente sea capaz de
relacionarse de forma sana y adecuada con los demás. Una vez conseguido estos objetivos principales,
la terapia podrá ser dada por terminada.

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