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Decir el hombre
Icono del Creador, revelación
del amor

Marko I. Rrpnik

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Título original: Dire I'uomo
Traducción, Ignacio Otaño

Diseño de cubierta, Estudio SM

@ i996 Lipa srl, Rorna


Lipa
Via Paolina, 2§
ool84 Roma
O PPC, Editorial y Distribuidora, SA
C/ Agastia, Bo
z\o43 Madrid

iSBN, 84-zBB-160o-X
Depósito legal, M-§656-Zooo
Preimpresión, Grafilia, SL
Impreso en España/ Printed in Spain
Imprenta SM - Joaquín Turina, g9 - ZBo44 Madrid

-T
I
IA YERDAD, ETERNA MEMORIA
DE LA VIDA

Si cuidarnos el rebaño y vivirnos en paz y sin litigios, la ver-


dad nos ilurninará y con sus resplandores deslutnbrará los o.jos
de nuestra alma. Dios es la verdad que en otÍo tiempo se rrta-
nifestó a Moisés en aquella inefable y sobrenatural ilumina-
ción. Y tanpoco resulta inútil para nuestra búsqueda el hecho
de que sea erl urta zarza de espinas donde se enciende la luz que
ilurnina el alma del profeta. Dios es verdad y la verdad es Luz,
y estos excelsos y divinos apelativos el evangelio los atribuye al
Dios que se ha revelado a nosotros en la carne; de ahí se de-
duce que este carnino hacia la virtud nos lleva al conocitnien-
to de esa luz, que se abaja hasta la naturaleza humana, no ilu-
minada por los luminares de los astros, para que no se crea que
esa luz deriva de la rnateria allí presente, sino que los lurnina-
res del cielo son superados con los rayos provenientes de una
zarza terretTu [...] De esta luz aprendemos lo que debenos ha-
ceÍ para estar dentro de los rayos de la verdad y que no es po-
sible correr con los píes calzados hacia esa altura donde se con-
templa la luz de la verdad. Los pies del altna tienen que ser li-
berados del revestiniento de pieles muertas y terrenas, que han
envuelto al principio su naturaleza, cuando por la transgresión
del nandato divino fuimos desnudados. Si conseguimos hacer
esto, llegaremos al conocirniento de la verdad, gue se revelará
por sí tnistna. El conocimiento del ser es purificación de las opi-

Ig
niolaes relativas al no ser, Y, a mi parecet, ésa es la definición t.t por encima del entendirniento de la carne, puede gustar sin
de la verdad: no equivocarse en la comprensión del set. El ,.t't'c¡r el consuelo del Espíritu Santo, diciendo, "Gustad y ved
eÍroÍ es imaginación, relativa al no ser, gue se forma en .¡1ue§- ,¡rté bueno es eJ Serior", y rnantener inolvidable el recuerdo de
tro intelecto, como si ¿uviese existencia real lo que no existe. Itt que ha gustado, por la operación íntima del amor al reco-
La verdad, en carnbio, es comprensión segura de 1o que real- t)<)cer infaliblemnte lo que es rnejor, tal corno dice el santo: "Y
mente es. Así, sólo después de haber rneditado con serenidad t uego glue vuestra carídad sobreabunde cada vez tnás en corTo'

y profundidad durante mucho tiempo, uno cornPrenderá con t itniento y en todo sentido, para que podáis reconocer lo que
dificultad qué es 1o que es, o sea, lo que posee e.l se¡' Por su ,'.: mejor" (Dra¡oco DE ForICA, Definizioni. Discorso asceti-
propia naturaleza, y qué es el no seÍ, o sea, 1o que existe sólo ,'<¡ diviso in cento capitoli pratici di scienza e discernitnento spi -
en apariencia y tiene una naturaleza privada de realidad (GBg- tituale, !o, en La Filocalia, edición italiana a cargo de M.B.
GoRIo DE NlsA, La vida de Moisés, II, lg-Zg). Artioli y M.F. Lovato, I, Türín 1987, p. 359).

Hasta que con la mente no hayarnos salido de nuestra eserl*


cia y de la de todos 1os se¡es que vienen después de Dios, no Vuelve la cuestión de la verdad
habrernos alcanzado eI hábito de la inrnutabilidad segúrt la vir-
tud. Pero cuando, por el amor, hayarnos llegado a esa digni- Hoy día se advierte la dificultad de hablar de la verdad.
dad, entonces conoceremos el sentido de la prctmesa divina. Hay Más aun, estarnos casi inconscienternente convencidos de
que cÍeer que los que son dignos tienen su inantovible mora- rlue cada uno tiene su propia verdad y, por eso, no nos
da allí donde antes el intelecto -mediante el amor- ha radica- interesa hablar de una verdad absoluta y única. IJna de las
do su potencia. Quien no ha salido de sí nistno y de todos los principales conquistas de nuestra época es la convicción del
seres gue de algún modo pueden ser pensados, y no se ha si- pluralismo de las verdades. Pero, por otra parte, tarnbién
tuado en el silencio que sobrepasa el pensarniento, no puede hay algunos que afirman de manera fundarnentalista una
estar completamente libre del cambio (MÁxrrr,ro EL CONFESoR, sola verdad, que debería ser admitida por todos, ligada a
Doscientos capítulos. I Centuria, 8r, en La Filocalia, edición un solo concepto. Otros sostienen que la verdad tiene un
italiana a cargo de M.B. Artioli y M.F. Lovato, II. Turín r9B/, sentido religioso y, por tanto, quien no es religioso no tie-
p' r3r). ne los papeles en regla para acceder a ella. Todo esto es
cornprensible como reacción al período histórico que aca-
Sentido del intelecto es un gusto exacto con el que se dis-
ba de terminar: tras una época histórica en que la religión
ciernen las cosas. Así como cuando nuestro sentido corporal del
era considerada corno la realidad menos moderna, resto de
gusto distingue infaliblemente -si estarnos sartos- las cosas bue'
épocas arcaicas, se llega a tal necesidad de identidades fuer-
nas de las malas y nos inclinamos hacia las buenas, así tanbién
nuestro sentido del intelecto, cuando ernpieza a moverse con tes que hasta los no creyentes empiezan a alinearse reli-
{uerza y sin ansiedad, puede percibir copiosarnente el consue- giosamente.
lo divino y no ser despojado por e) contrario. Corno el cuer- En este primer capítulo, a partir de algunas constata-
po, cuando gusta las dulruras terÍestres tiene una experiencia ciones sobre nuestra cultura, harernos una reflexión que nos
infalible del sentido, así también el intelecto, cuando se exal- llevará a tocar ese punto crucial que en esta cultura supo-

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ne la cuestión de la verdad. Al entrar en la problemática tural realiza su propio discurso, afirrna sus razones, su vi-
de nuestro tiempo, veremos córno se da continuarnente sión de las cosas, su verdad. Cada disciplina hace Io rnis-
un nexo con la cuestión de la <verdad>). Pero si hoy se ,no, la medicina afirma su verdad, lo mismo que la in-
vuelve a hablar de la verdad, ésta debe revelarse a nosotros rIustria, la ecología, la ética, la genética, la econornía, etc.
con una luz nueva, diferente de como nos han hablado de Adernás, dentro de cada disciplina hay numerosas especia-
ella en tiempos pasados, en los tiempos de la rnodernidad. lizaciones que a su vez sostienen su propio punto de vis-
ta, absolutizánclolo. Pero en este marasrno de ideas, équién
(iene razón? Entre tantas ofertas de sentido, ¿cuál es la vá-
I. A TRAVES DEL ESPEJO DESTROZADO lida? Pluralismo parece significar pluralidad de verdades pre-
fábricadas; cada sector de la sociedad parece tener su ver-
IJna esquizofrenia psico - espiritual <lad, legítima, pero a rnenudo antitética a la de otros.
¿,Dónde está 1o verdadero y dOnde está 1o falso? El horn-
Para adentrarnos en esta problemática, varnos a acercarnos bre de hoy, sumergido en esta realidad plural contradic-
al hombre en su sufrimiento. Hoy las personas padecen con {oria, experimenta en su propia piel la desorientación y su-
frecuencia una especie de esquizofrenia psico-espiritual I're sus consecuencias negativas a muchos niveles.
que produce un enorme sufrimiento y lleva a la búsque- Esta fragmentación es un fenómeno que forma parte
da de diversas formas de cornpensación. FIay una división <le la globalización. Y hoy ninguna cultura puede vana-
interna que se puede traducir en una incoherencia perso- qloriarse de estar exenta de ella. No existe un Occidente
nal en la vida, en un dualisrno errtre intenciones y reali- <lescompuesto por la atomización y un Oriente como oa-
dad. Esto puede tener raíces profundasr Que ahondan en sis de la espirituaiidad. Oriente y Occidente se encuentran
la cultura en que vivirnos o en la historia pasada. f'rente a problernáticas sernejantes y retos cornunes. Preci-
Otra gran causa de sufrirniento es la incomprensión, la ¡iamente la atornización en Ia que estamos inrnersos cons-
dificultad para ser comprendido en 1o que se es. Sentirse tituye un motivo más para abandonar definitivamente las
comprendido quiere decir sentirse acogido íntegramente por confrontaciones. Y, corno dice Juan Pablo II, es la hora
alguien, significa que toda tu realidad personal gusta a al- cle abrir los cofres que cada uno tiene guardados y de
guien que es capaz de arnarla. El hombre no puede exPe- apuntar hacia Cristo. El hombre contemporáneo de Orien-
rirnentar esa acogida con só1o el pensarniento; no existe un re y Occidente tiene derecho a considerar como suyo todo
concepto que pueda englobar todas sus experiencias tan lo que pertenece a Cristo.
antagónicas. Y, a nivel psicológico, tarnpoco se encuentra
rrna perso na capaz de acoger al otro siernpre de un modo El superrnercado de los deseos
satisfactorio.
Támbién nuestra cultura revela una especie de esquizo- Hasta la persona rnás ernpapada del espíritu consumis-
frenia. Vivimos hoy lo que Solov'év profetizó et el siglo ta de nuestra época, hasta el aparentemente rnás superfi-
pasado: la atomización de la civilización. Cada grupo cul- cial, tiene todavía dentro de sí necesidad de encontrar una
respuesta a las preguntas fundamentales de la existencia. [-a pseudológica
Q..ie.e {<realizar>) la existencia, o sea, quiere encontrar su Varnos a entrar ahora en los bastidores de esta frag-
sentido, dar a su vida una motivación profunda. Repito, rnentación para cornprenderla, afrontarla rnejor y, sobre
incluso cuando no lo parece. Y así se pone a buscar... todo, intuir las vías de salida más adecuadas de la que se
Incluso cuando parece perseguir el espejisrno de la carre- ha llamado <<niebla de la cultura posrnoderna>>.
ra o de las satisfacciones inmediatas, el pensarniento bus- La situación actual es como si el tiernpo hubiese con-
ca y entra en contacto con rnil posibilidades que ia cultu- vertido en migajas la realidad que ensalnblaba todos los as-
ra plural de hoy le ofrece. Le seducen muchas opciones que l)ectos de la cultura humana. Ha perdido sentido la ver-
suscitan deseos y que piden ser experimentados. Pero su- clad pensada como objetiva, ideal, elaborada por los dife-
cede que el deseo, una vez satisfecho, no produce paz, rentes sistemas filosóficos a 1o largo de la historia. La
sino que se aviva más dolorosamente el malestar existen- verdad objetiva existe -lo advertimos por una especie de re-
cial que está al origen de ese rnismo deseo. Me explico con velación interior, una especie de intuición que no se pue-
un ejernplo muy sencillo. La exigencia profunda de1 horn- de borrar-, pero es como si hubiesen fallado nuestros rno-
dos de presentarla. Como si detrás de los grandes conceptos,
bre es la de ser acogido, la de ser arnado y arr,ar. Puede
de las ideas <<objetivas>), no hubiese en realidad 1o que se
suceder, por ejernplo, que el sentirse arnado vaya asocia-
afirmaba sino sólo la voluntad de que venciese la propia
do a una caricia recibida. Entonces el hombre experimenta razón. Corno si los distintos sisternas filosóficos más que
que una caricia es agradable. Nace en é1 el deseo de rnu- de la verdad se hubiesen preocupado de su dernostración.
chas caricias, pero ellas solas no satisfacen la exigencia Parece que algo ha pasado con el propio rnétodo filo-
profunda de ser acogido sino que, al contrario, lo dejan sófico, como si se hubiese desplazado el acento de la re-
rnás solo todavía, cada vez rnás dividido por tantos deseos alidad conocida, de la verdad, a la rnodalidad del conoci-
y sin satisfacer la exigencia fundarnental. Ei hombre se de- miento. Como si poco a poco estuviérarnos cada vez rnás
silusiona y presta atención a otras ofertas del superrnerca- atentos al itinerario del pensarniento, con el fin de llevar
do del mundo, donde cada una se presenta con una pu- a los otros a nuestra rnisrna verdad. Ese itinerario, decla-
blicidad tan eficaz que se impone inrnediatamente como in- rado obiigatorio, ha sido llamado <<lógicat>. En realidad es
dispensable, absoluta y garattízando total satisfacción. Pero, una <<pseudológicar>, una <<lógica>> absolutizadora que fá-
cambiando de oferta, no carnbia el resultado. Satisfacer cilrnente excluye otros caminos y que se presenta corno el
los deseos no significa realizar las exigencias existenciatres único recorrido que puede garantizar a todos la llegada a
la misma visión de la verdad. En este sisterna de pensamiento
de lo profundo, sino rnás bien habituarse a convivir con
el otro no existe como sujeto. Se puede cornprobar tam-
un sufrimiento que va creciendo incluso cuando parece bién cuántos problernas ha creaclo esa lógica en el en-
que ha sido alejado con una vida cotidiana aparenternen- cu.entro con otras culturas y con otros modos de pensar.
te tranquila. Resulta despersonalizador creer que el rnismo recorrido
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de pensamiento va bien para todos. Alguien ha dicho que visión, rnás concretamente la racionalidad del sujeto, en-
para defender esta autodenorninada <lógica>> ha habido r()nces afirrnar una verdad suya es afirrnarse a sí misrno. Eso
necesidad de la ley, y, para proteger esta ley, ha sido ne- significa que, poco a poco, esa vía del conocimiento y del
cesario un ejército. ¡rensarniento lleva a la afirmación del sujeto, no de la ver-
Paradójicarnente, esta capacidad de argumentación de ,lad como tal. Entonces, o Ia verdad coincide con el su-
nuestro pensarniento rnanifiesta una cosa: la desconfianza jeto, o el su.jeto la sustituye. Pero así el sujeto se convier-
ante la verdad. Es corno si no creyésemos que la verdad exis- te en criterio de la verdad rnisma. Incluso su certeza res-
te, o que, si existe, es un apéndice nuestro, algo que he- l)ecto al propio conocimiento se convierte en criterio de
mos creado nosotros y que nosotros debernos dominar, es la verdad. En cierto modo, eso es lo que ha sucedido en
una (<ysrdad>) pasiva, sin una autonomía propia y sin un todos los sistemas de pensamiento que han servido de fon-
radio de acción propio. No creemos que la verdad pueda <lo a las principales ideologías de la época moderna, ca-
revelarse e implicar al pensamiento humano. racterizadas por su subjetivismo intelectualista, que ha sido
Eso hace que sea irnportante la demostración, el pro- una poderosa enferrnedad de la filosofía europea después
cedirniento racional, la dialéctica. En las argumentaciones de Descartes.
se vence procurando hacer valer una mayor objetividad A veces, nuestra actitud respecto a la verdad se parece
propia. Pero se trata de un procedimiento paradójico en a la de un ladronzuelo que quiere vendernos un reloj que
algunos aspectos: para conseguir una objetividad lo rnás no vale nada, posiblemente robado, haciéndolo pasar por
absoluta posible se usa el principio de la afirrnación indi- un reloj de oro. Trata de vendérnoslo con entusiasrno, se
vidualista, la habllidad del propio razonamiento. Es una ra- enciende para demostrarnos que el reloj es bueno, perfecto,
cionalidad en función del dominio, pero con escasa ca- todo de oro... Pero no le irnporta nada el reioj, ni la
pacidad de tener en cuenta al otro. En ese razonamiento persona del que lo cornpra, lo único que le interesa es la
no se percibe la actitud de servicio a la verdad que quie- ganancia que puede obtener. Si en su rnodo de razonar asu-
re llegar a todos los hombres y que tiene en cuenta los in- miese también la perspectiva de los otros, ya no podría se-
nurnerables carninos para hacerse conocer. guir cornerciando de la rnisma manera y ganando 1o rnis-
mo. Se vería obligado a cambiar de vida, a renunciar a un
La racionalidad se descornpone si está en función modo de ver las cosas que le hace pensar sólo en 1o suyo
de la autoafirrnación y que le lleva a vender relojes de oro falsos.
Autoafirmación significa aquí una afirmación absolu- Con el paso del tiernpo, nuestra cultura, corriendo de-
tista, exclusivista, por parte de un yo. El proceso cognos- trás de la pseudológica y del imperativo de tener razón, ha
citivo se produce siernpre con un horizonte axiológico, o ido separando cacla vez rnás el conocimiento y la vida. Así
sea, de valoración de lo conocido. Esta valoración puede tener razírt se ha convertido en algo separado de la ver-
ser también totalrnente inconsciente. Si el horizonte de la dad. Lo importante era tener razórt', mientras que la ver-
valoración es el yo misrno, o sea el sujeto con su propia dad desaparecía del horizonte de la búsqueda.

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Pero si la verdad objetiva se aleja y se pone el acento en ,liscontinuo y que rro avartza nunca sin presupuestos de
el sujeto, se abre la posibilidad cada vez más real o de rrrr'ácter axiomático. Ninguna investigación científica es-
dictaduras o de anarquías subjetivistas. Dentro de esos ho- ¡,t'cializada se hace desde el origen sino que, en cierta ma-
rizontes cognoscitivos será difícil la existencia de un plu- n('r-a, parte <.de la rnitad>>, de modo que la posibiiidad mis-
ralisrno sano. Si se trata de lógica, no de verdad, rni 1ó- ,¡r¿r cle su existencia se debe a una serie de prernisas con-
gica equivale a la tuya, y yo sigo la rnía porque me apete- u'«'ncionales o absolutas sin demostración. Eso significa,
ce. No es pues de extrañar que proliferasen tantas lógicas. ( ()mo decía Sergej Bulgakov, que una investigación está
Los carninos rectos y seguros se perdieron. Explotó esa siempre dogmáticarnente predeterminada y que la ciencia
realidad cornpacta en que vivíarnos y a la que parecíarnos (' agarra a esas prernisas convencionales como a un ancla
dernasiado habituados. Las tendencias subjetivistas hicieron ,1ue lanza en el océano del conocimiento discursivo- Y
que las iógicas no sirviesen para la comunicación. Esas ló- t'sto sirve también para la filosofía. Qué quiere ser la fi-
gicas, en un antagonismo ilimitado, se fueron cerrando cada l,rsofía, qué interés le orienta, eso es lo que predetermi-
vez más en sus extremos. Cada uno empezó a pensar con rra el sistema. Dicho de otro rnodo, la fiiosofía está siem-
una óptica propia, según la propia conveniencia, por lo que pre orientada por algo que ha sido dado fuera de ella mis-
carnbiar el modo de pensar significaba abandonar las pro- n1a y que ha sido ya <.hallador>. Apelar a la <<cientificidad>>
pias certezas. En ese contexto, rornper el sistema de co- ('omo parámetro para tornar en consideración o excluir la
nocimiento y de pensarniento equivale a cambiar de vida. ;rrgrrrnentación de otro puede ser un recurso demasiado có-
Por eso se prefiere un rnodo de conocer alejado de la rnodo, de forma que las reglas previarnente establecidas
vida, porque así se garantiza el propio subjetivismo camu- ¡ror nosotros fácilmente pueden ser selectivas y funcionar
flado. lJn conocimiento erradicado de la vida, desengan- ('omo criterio para recorrocer sólo a los que giran en tor-
chado de toda realidad existente, puede ser completamen- rrc¡ a nuestra órbita. A fin de cuentas, un juego de salón.
te manipulabie por el egoísmo del sujeto, que, con esa
filosofía, puede argumentar y justificar su vida. Así el no El arnor por la sabiduría, filosofía para la vida
cambiar de vida se ve hasta racionalmente apoyado. Tene- Hubo un tiempo en que la filosofía reflexionaba de ve-
mos el ejempio de lo que a menudo se ha escondido de- .as sobre el hombre y sobre la vida. Después, el mito de
trás de la llamada <<cientificidad>, que con frecuencia en Narciso ha contagiado también a la gran reina de las cien-
filosofía y teología no ha querido decir más que creerse en cias, que ha caído en la trampa de mirarse al espejo y ha
el carnino justo. De hecho, toda la idolatría de la cienti- empezado a ocuparse de sí rnisma. Sus especulaciones se han
ficidad y el atacar como (<no científica>> toda afirrnación lrecho cada vez más abstractas e inútiles para la vida del horn-
diferente de la propia, superada la época ingenua del po- bre, y la distancia entre la vida y el conocirniento se ha ido
sitivismo, se ha visto que en algunos aspectos era una fic- haciendo cada vez mayor. Después de Descartes, el inte-
ción dictada por la comodidad. Toda auténtica persona de lectualismo es una especie de enferrnedad crónica de la
ciencia sabe que el conocirniento científico es parcial y lilosofía europea. Según ella, tanto la vida como la per-
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sona exigen un fundarnento racional recibido de la filo- ro, el árbol, y ies habla de tú a tú. Es un sabio y, por eso
sofía. Pero una filosofía erradicada de sus raíces, aunque rnismo, un enamorado de la vida. Según la tradición he-
pueda crearse su propio mundo, poblado de fantasmas y lrrea, la sabiduría consiste en reconocer la verdadera vida,
sueños a veces rnagníficos y seductores, es una realidad sin ('n reconocer de dónde viene y a dónde debe ir. El temor
vida porque establece la ecuación entre cogitare=esse=yi- .le Dios entendido como principio de Ia sabiduría es vi-
vere. vido por el hombre teniendo en cuenta al Señor de la
Ahora bien, un conocimiento que no enriquece la vida vida sin osar pensar tan siquiera que pueda ser el Señor
no es conocimiento, es sólo una proyección racional, una otro distinto de El.Qrri".t no obra así es <<estúpido>>, la
fijación abstracta, idealista, sin contenido vital. No se pue- cstupidez -el no ternor de Dios- Ileva a Ia muerte, por-
de llarnar (<conocimiento>) a 1o que no crea una relación (lue se considera corno vida lo que no lo es y corno Dios
entre tú y la vida que te está haciendo conocer. No es sa- ir quien tampoco es Dios. lJn pensarniento filosófico que
biduría un conocirniento que no te une a la vida real. IJn no esté empapado de la verda<iera vida puede ser una acro-
verdadero conocimiento es una sabiduría del discerni- bacia lógica, una bonita construcción conceptual, pero no
rniento. cs filosófico, no es sapiencial. ¿Y para qué sirve una fi-
El térrnino filosofía sugiere amor por la sabiduría. Todo Iosofía científica si ya no es filosofía? Esta situación expresa
carnpesino sabe que sabiduría significa saber distinguir el bien el cuadro de ia disgregación e inorganicidad del co-
grano de la cizaña, la hierba buena de la mala. óQué cla- nocimiento.
se de amor por la sabiduría es si no te hace entrar en la Los dos conceptos fundamentales de la filosofía *el
plenitud de los carnpos rnaduros, en la fatiga que lleva a amor por la verdad y la vida- se perdieron o falsificaron
gustar sus frutos? éQuien seguiría las indicaciones de un cn el rnornento en que la filosofía perdió su anclaje en la
viejo que está siempre contando bonitas historias sobre un vida. Una filosofía que ya no ama a la persona, que no con-
país rnaravilloso, si se descubriese que é1 nunca ha estado sigue liberarse de la prohibición de trabajar con el hori-
al1í y que todo es invención suya? Qrrie.r intentase seguir zonte de la alteridad, de lo religioso entendido como re-
sus indicaciones se encontraría antes o después perdido conocirniento absoluto del otro, es una filosofía que tar-
en 1a nada. de o temprano trata de la nada, convenciéndose de que eso
Por otra parte, no podernos definir Ia sabiduría como cs todavía filosofía. Entonces el filósofo se aísla de la vida,
un sirnple arte de saber vivir ni corno una ética. El arnor se encierra en los sistemas y en la metodología que le han
por la sabiduría es sobre todo un arte para conocer 1o impuesto. Y pudo darse esa imposición porque el filóso-
verdadero, lo existente, 1o que no engaña y no se confunde Fo, erradicado de la vida, se encontraba frágil, inseguro y
con la apariencia. sentía Ia necesidad de Ia aprobación de las disciplinas que
El viejo Dersu Uzala de la película de Kurosawa es el sa- en ese momento gobernaban una civilización en que la
bio, el que habla con todo, porque descubre ia vida en todo vida y la verdad ligada a ella sólo forrnalrnente, pero no re-
y todo le habla de la vida. Dersu habla con el fuego, el vien- almente, eran los verdaderos valores.

3r
Hoy asistimos a una especie de agotamiento de esa fi- rrrente es todo. Pero también é1 tiene que terrninar bebiendo
losofía y vemos surgir jóvenes filósofos que quieren deci- str poción de veneno. La muerte, la finitud, es la espada
didarnente hacer una filosofía realrnente filosófica. se sien- ,le Darnocles del pensarniento filosófico griego. La tensión
te la necesidad de una filosofia desligada de un concepto lrrcerante entre el cuerpo, encarcelado en un rnundo de con-
reductivo de la cientificidad, no atada a lógicas preesta- trastes, de mal y de muerte, y el intelecto, que contempla
blecidas y, sobre todo, libre de tantos intereses subjetivos l:r idea perfecta y la belleza, es el terreno en que nace la
(aunque sean de sociedades enteras), corrro h.." yu algu- tragedia, que es la modalidad rnás característica del arte grie-
nos decenios escribía Berdjaev. Nace la búsqueda de una r1o, sobre todo de la literatura.
filosofía de la inteligencia profunda, libre y creativa. Pero el hornbre que ha conternplado el mundo de las ide-
,,s se esfuerza de todos modos en corregir el rnundo ma-
LIna relación difícil entre idea-forrna y rnateria tcrial según la imagen de la arrnonía vislumbrada. Quiere
Es interesante ver que la cuna de la filosofía-sabiduría lracerlo seme.jante a la belleza conternplada. Si no puede ha-
del mundo occidental, Grecia, ha sido también la cuna ,'er bajar a la tierra el rnundo de las ideas, qwízá podrá
del arte corno vía del conocimiento de la verdad y su ex- crear aquí un poco de esa belleza contemplada. Así el ar-
presión. Observemos ese estrecho Iazo entre el nacimien- lista griego no esculpe la irnagen dei hombre y de la mu-
to dei arte clásico y Ia filosofía. Me refiero sobre todo al jcr como son en realidad sino corno Apolo y Venus, como
arte visual, porque ayuda más a comprender el desarrollo scrían idealrnente en e1 rnundo de las ideas. Es el arte clá-
de la cultura en su complejidad. sico. Es la respuesta a la necesidad de abrir una vía entre
Para un griego, la única realidad verdaderarnente existen- ,'l mundo de las ideas y el mundo rnaterial. Es embellecer
te es la idea, que é1 concebía como una realidad viva. El ,'l mundo a irnagen de la idea conternplada. Es un ideali-
mundo de las ideas es el único seguro, mientras que el rar, un hacer según la idea. Está claro que no estamos te-
rnundo material es más bien el mundo de la apariencia, niendo en cuenta las diferencias y matices del pensamien-
de la sombra, del engaño. El griego ve el mundo rnaterial to griego. Pero esta generalización que intencionadarnente
primero como límite y después como prisión dei intelec- iqnora las diferencias está rnotivada por el hecho de que el
to y del alma. El drama del griego es la irnposibilidad de .lualisrno entre finito e infinito, entre corporeidad y pen-
pasar del mundo material al rnundo de las ideas. Con el samiento, entre materia y espíritu, es realrnente la piedra
notts, ei hornbre puede conternplar el mundo puro de las r[e tropiezo del pensamiento griego, aurrque el rnismo dua-
ideas, que es un rnundo sin fisuras, límites, contradiccio- lismo haya tenido después distintos subrayados y acentos: sea
nes, conflictos, agresiones ni violencias. Es un mundo en rnás formal, sea más idealista, sea más materialista...
el que reina la arrnonía: ése es el ideal de la belleza en la Corno se ve claramente en el museo de la Acrópolis de
época clásica. Atenas, el arte clásico está concebido según el modelo de
Sócrates decía que el saber constituye ya la salvación y lir idea, según un ideal que no tiene correspondencia en
que conocer la idea, la belleza, y contemplarla intuitiva- ,'l mundo cósrnico. Pero, poco a Poco, el ideal se va iden-
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tificando con la potencia física, con la fuerza corporal. El El concepto de rnodelo puede generar conflictos. El in-
arte clásico, al trabajar sobre todo en la forma, cae en flujo del modelo depende de córno es entendido el mis-
una trarnpa refinada, la forrna presupone la materia. ¿Y
rno. IJn rnodelo concebido de rnanera dinámica sobre el
cuándo es perfecta la rnateria? La trarnpa consiste en que-
rer responder que es perfecta cuando es fuerte, cuando es lbndo del amor y de la rnisericordia destierra esos peli-
qros. Pero cuando el modelo es entendido corno norrna
potente. Así empiezarr a encontrarse y a confluir turbu-
lentarnente forma(lisrno) y materia(lismo). En ese rnismo con la que uniforrnarse, ¿quién decide cuál es el mode-
museo se ve que ya en el período helenístico las figuras hu- lo justo? éQuien ve la idea verdadera? ¿Por qué debo se-
rnanas se hacen más rnusculosas que los caballos. El mo- guir un modelo propuesto por otro, si yo veo de rnodo
delo ideal adquiere fwerza material. rlistinto la misrna cosa? En este punto el sujeto que ha cre-
irdo el modelo tratará por todos los medios de dernostrar
Un dualisrno no resuelto la objetividad de la propia visión, intentará argumentar
Por rnuy alta e intelectual que fuese la idealización, en <1ue lo que é1 ha pensado es váiido universalmente y que
el arte clásico estaba siernpre presente el aspecto de Ia rna- cs mejor para todos pensar corno piensa é1. Pero su ra-
terialidad, porque en todo caso el artista tiene que entrar zonamiento permanece siempre dentro de un mundo ce-
necesariamente en contacto con la superficie de una ma- lrado err su intelecto, es una pseudológica. Tratará de
teria. La escultura es siempre el trabajo sobre una piedra rlemostrar que la idea propuesta se puede conocer inde-
o un rnetal, que perrranece frágil y sornetido a destrucción. pendientemente del sujeto, o sea de é1, pero al misrno
EI proceso creativo clásico no ofrece una solución on* tiempo propondrá un camino para llegar a é1. Y estarnos
tológica al estado dualista del hombre. El esfuerzo de ide- <le nuevo en la pseudológica. El criterio del modelo si-
alización y corrección de la realidad produce una situación gue siendo el hornbre.
psicológica conflictiva en la que se empieza a sentir el peso
Toda idea que proviene de un principio subjetivista aca-
de no ser coÍro se debería. El arte clásico crea siempre una
ba casi siempre basándose en una autoridad' el rey, el h¿-
especie de rnodelo, de ideal. Pero ante el <<modelo>) inac-
cesible puede crecer el sentido de inferioridad. roe, la idea absoluta, el bien cornún, la humanidad, la
El concepto del modelo, la irnportancia del rnodelo, ha naturaleza, la sociedad, el partido, la patria, las autorida-
entrado fuertemente en nuestra cultura. En el rnodelo se rles religiosas... Para mantener el orden y la arrnonía so-
refleja también lo que uno no es todavía. Pero, o bien el cial se terminará recurriendo a la fuerza, a la coacción y,
rnodelo es inalcanzable y nosotros no le correspondernos, f inalmente, a \a violencia. En la época rnoderna hernos

sufriendo entonces la frustración de la irnperfección, o sido testigos hasta nuestros días de cómo las ideas al final
bien el modelo es err cierto rnodo conforrne a lo que uno se afirman con la fuerza. Y tenemos que constatar que a
es ya: así, personas que consideran que ya han llegado fá- rnenudo esta fuerza se entiende en un sentido rnuy con-
cilmente se arrogan el derecho de juzgar a los demás. ('reto, o sea, económico o también rnilitar.
3+ 35
Una visión dualista no está a favor de la r.ida A propósito de Grecia: una pequeña aclaración
necesaria
Volviendo de nuevo al arte clásico, vemos que en é1 la
idea es la realidad rnáxima y que la idealización de la ma- La antigua Grecia es grande y cornpleja. Ha tenido la
teria es 1a obra creadora por excelencia. Pero, poco a poco, intuición de una arrnonía, pero le han faltado las coor-
el modelo ya no sirve para llevar la rnateria hacia la idea, .lenadas para resolver la fisura entre rnaterial e ideal. El
sino rnás bien para conforrnar la rnateria con la idea de un rnundo griego es un universo cornpuesto de realidades
hornbre, del creador-artista o filósofo que sea. El subje- ¡rlurales, no sólo en lo que respecta a las corrientes del pen-
tivismo que unce la idea a uno rnismo le quita credibili- samiento y de las artes, sino sobre todo por sus diversas
dad, de rnodo que esa idea, que en un tiernpo fue consi- Weltanschauungen. En Grecia están las raíces de muchos
derada divina, viene a ser reducida al ámbito de la relati- rrspectos de nuestra historia. Basta recordar todo lo que el
vidad. Todo esto ha acentuado el dualismo idea/materia y cristianismo ha absorbido de la cultura griega por rnedio
ha abierto la conflictividad entre ios modelos. Tenernos rle los Padres de la Iglesia. La gran tradición litúrgica y ar-
aquí un ejernplo típico de cómo un conocirniento que no tística, la mística, la teología y tarnbién la pintura rnoder*
na, la filosofía, la ciencia y la técnica deben mucho a los
esté basado en la vida, sino sólo en conceptos, no lleva a
griegos.
la verdad y no puede servir de paradigrna a favor de la vida.
Al final de la Edad Media, tras un período de fuerte im-
IJn pensarniento que no tenga sus fundamentos en la vida
no puede constituir la base del pensar global de una so- ¡>ulso espiritual, visto todavía corno algo totalizante, nace
un nuevo entusiasmo debido al descubrirniento del mun-
ciedad y rnenos todavía puede servir de fundamento para
rlo griego y de la antigüedad en general. Se descubrían
una civilización. El paso entre idea y realidad sóio puede sobre todo las fuentes que nutrían un rnodo de razonar hu-
resolverse teniendo como fondo la Persona, que es un or-
rnanista, en que los valores del hornbre aparecían rnás in-
ganisrno vivo y personal. Las verdaderas ideas son las que rnediatos y sin enganches con el cristianismo. Y hoy Gre-
están fundadas sobre un Organismo vivo y personal. Un cia es nuevamente de gran actualidad. Se empiezan a de-
pensarniento fundado sobre el Organismo viviente absolu- senterrar los tesoros que hasta ahora eran casi desconocidos
to y eterno es r-ln pensarniento para la vida, que nunca se r¡ incluso mal interpretados. La misma rnodernidad con-
puede volver contra la vida y contra las personas. Só1o así tribuyó a una lectura dernasiado parcial de la cultura grie-
nacerá un pensarniento <<útil> y sabio para el hornbre, ga. Nos habíamos reducido tanto al filón aristotélico que
que es también un organismo vivo y personal. hasta podemos dudar si se llegaron a comprender otras
IJn prirner dato significativo de nuestra exploración so- realidades de la misma Grecia, corno la tradición patrís-
bre las raíces de la crisis actual de la verdad es el despla- tica. El trenzado griego-judío-cristiano contiene muchas po-
zamiento de la idea viva, divina, de la verdad corno belle- sibilidades todavía no exploradas. Támbién el diálogo he-
za omnicomprensiva, a los conceptos de esta idea y a la breo-cristiano nos hace poder esperar en destellos de una
rnodalidad de elaboración de esos conceptos. luz nueva.

36
Respecto a la aportación de nuevas aproximaciones a la ¡rulación. El hornbre se hace dios y, cargado de Ias res-
verdad, se presta también una mayor atención a 1o que ¡ronsabilidades de Dios, se ve aplastado bajo un rnundo
han intuido las iglesias que' por diversos motivos, no han ('uyo peso no logra llevar, inaugurando una era de neu-
visto la rnodernidad, que ha estado tan presente en nues- rosis que acaba por volverle patoiógicamanete irresponsa-
tro mundo espiritual e intelectual. lrle. Lo que creía suyo se le escapa de las manos. Así, al
I'inal de la época rnoderna, se encontrará incapaz de go-
Ahora vaÍros decididarnente hacia un paradigrna l¡ernar 1o que ha creado, que ahora se rebela contra é1.
antropocéntrico En los cuadros del Renacimiento hay un continuo jue-
eo de sornbras;los objetos son ilurninados por el sol cós-
El Renacimiento es e1 período de gran descubrimiento rnico, o bien por un sol que proviene del punto de vista
e incluso rnitificación de la cultura griega, en la que tie- rlel que rnira el cuadro, de la mente del pintor. El color
nen sus raíces casi todos los cornponentes de la cultura varía del claro al oscrlro, y esto crea el volurnen. Con el
rnoderna. El triunfo de la visión hurnanista de la tercera volurnen cada objeto resalta más, adquiere rnayor irnpor-
dirnensión -la de la profundidad- predomina en toda la tancia, atrae la atención sobre é1, pide que ei espectador
pintura renacentista. El actor principal es el hombre, el pin- se detenga en algún detalle corno si fuese lo único. El
tor. La terceÍa dinensión subordina todo elernento del t'uadro llega a ser una combinación de cosas juntadas por
cuadro al espectador' que se convierte en el centro del
una proporción visual, una auténtica obra rnaestra de ar-
que parten todos los puntos de la perspectiva. El hombre
rnonía formal, el rnáximo de refinamiento estético para el
se transforrna así en punto focal del espacio y del tiempo,
centro del universo: todo Ie está sometido y quiere que todo ¡rlacer de 1a vista.
El maestro renacentista no imita la realidad que ve sino
le esté sornetido. Thmbién a Dios se le pinta como es vis-
que la somete a una idea de belleza que é1 identifica con
to por el hombre, también Él está subordinado al espacio
la armonía de las diversas formas, figuras y superficies de
y tiempo humanos.
La tercera dinensión fácilrnente puede convertirse en la color. El arte está subordinado a una estética. Según eso,
hay dos principios de unidad del rnundo rnoderno que se
dimensión del ateísmo, colno diría Florenskij' Porque es
nos cornunican ya en las obras renacentistas. LJno es la
corno si el hombre renacentista se fuese liberando pro-
idea de estética, de equilibrio, que normalmente es un
gresivarnente de Dios para afirmar su propio punto de
riguroso equilibrio racional. Los objetos y los personajes
vista. En la bóveda de la Capilla Sixtina, en las pinturas de
Ia Creación, Dios, sornetido al espacio y al tiempo' enve- pintados se representan aquí según esa visión estética. El
jece y se retira, dejando cada vez rnás rnargen al hombre otro principio de unidad es el rela¿o, la narración que el
(cf . De la experiencia a la sabiduría, PPC, Madrid 1999, cuadro desarrolla. Debe ser una narración que, al interior
p. rr). El hombre se va atribuyendo de modo creciente la de una idea interpretativa, contiene todo un idealisrno
función de creador y dueño de la tierra, que ahora, sin nin- simbólico. Se podría profundizar en estos dos principios
guna rémora religiosa o moral, está sornetida a su mani- para ver cómo están contenidos en el paradigma de la rno-

38 39
dernidad, donde, por un lado, existe realmente una es- z¡rción es el reverso de la rnedalla del hombre que se hace
trtrctura legalista, formal, y, por otro, un sisterna filosó- ccntro de todo.
fico ideal que rnás tarde el pensarniento posmoderno lla- Vamos a detenernos ante el Cenáculo de Leonardo da
rnará narración. Vinci' es una obra maestra renacentista, una obra maes-
Así pues, en el arte renacentista lo que se pinta es colno tra de la perspectiva, de la tercera dimensión Estando de-
la visión parcial de una gran realidad' un poco corno cuan- lante del cuadro, todos no lo vemos del misrno modo;
do se mira en el interior de una rnáquina fotográfica y se <lesde cada diferente posición carnbia la perspectiva. Sur-
ve sólo el trocito de rnundo delirnitado por el objetivo. La ge entonces una preg\rnta: ¿quién ve mejor la pintura? Se-
pintura renacentista no habla ya de una relación ontoló- g'ún la técnica pictórica, la visión rnejor la tiene el que está
gica entre las cosas sino de un nexo concordado, conven- cn el centro: el hornbre es el centro. Pero la tercera di-
cional. mensión, la perspectiva, interviene en este cuadro hacien-
do ver que, aunque sea el hornbre el que rnanda, al mis-
De la centralidad del hornbre a la atornización de la mo tiernpo busca el punto convergente de la perspectiva fue-
corrciencia ra de é1. En el cuadro el punto convergente es Cristo.
El hombre se desliga de un fondo unitario vivo y des- Pero, entre la gente que rnira el cuadro, la única que lo
cubre eI detalle, la individualidad de las cosas que se en- ve bien es la persona que de las cuatro distancias está en
cuentran en el rnundo. Su intelecto se hace analítico. Es- el centro, de frente al cuadro.
tudia casi todo con la perspectiva del conocirniento empí- El rnensaje es doble' el principio unitivo no es un con-
rico, naturalista, o, en el campo de la sociedad, con una cepto o una cosa, sino una persona absoluta. Y esa per-
perspectiva sociológica o psicológica. Esto sirve también sona sería Cristo. Cada espectador tendría que sorneterse
para el conocimiento histórico, entendido cada vez rnás u É1. Todo hace pensar que estos grandes del Renacimiento
de una manera positivista. se dan perfecta cuenta de que están en juego los grandes
Poco a poco, cada ciencia afirma su independencia de paradigmas. Eran conscientes de la novedad absoluta apor-
las otras y busca la realidad absoluta en el propio calnpo tada por el cristianisrno, pero al mismo tiempo veían que
y del propio carnpo. Ernpieza la era de las autonornías, na- Ia irnplantación de una societas christiana tan totalizante y
cen las especializaciones. La tradición ética, cierta idea de absoluta, sin considerar al hombre en su libertad, no po-
la religión y la iógica absoluta, que servían de fondo del día llevar al bien. El cristianismo ha liberado al hombre
conocimiento rnanteniéndolo en unidad, se resquebrajan. de la oscuridad de las potencias cósmicas y lo ha hecho con-
IJna consecuencia natural es e1 desarrollo autónorno de sanguíneo de Dios, un (<dios creado). Esa realidad, uni-
cada disciplina. Hoy día, en el culmen de la atomizacíón, da a la visión griega explicada rnás arriba, ha hecho que el
hay una vía de Ia informática, de Ia psicología, del arte, de hornbre pudiese dorninar el rnundo. I-a üsión cristiana, uni-
la ética, de la medicina, de la genética, de la industria, etc., da a la estructura del pensamiento de la Grecia clásica, ha
cada campo con sus exigencias y afirmaciones. La atomi- permitido un desarrollo sin precedentes de la ciencia y de
la tecnología. Pero Leonardo es consciente de que, si no hornbre está desgarrado entre 1o pensado y lo vivido. Se
es Cristo e1 punto de convergencia y si domina una pers- busca superar esta escisión de modo que el pensamiento
pectiva puramente humana como único epicentro, el mun- pueda encajar con lo vivido, ya sea justificando 1o vivido
do corre el riesgo de deshacerse en pedazos a todos los ni- o empobreciendo el pensarniento hasta que coincida con
veles. Así corno es verdad que en la pintura todo parece lo vivido. Así sigue sin colmarse el abismo entre lo ideal
sometido al hombre, también es verdad que todo esto pue- y lo real.
de rebelarse contra el hombre y venírsele encirna corno En esta situación hay dos elernentos que se ponen en evi-
ternible arfienaza. dencia. Por un iado, el hecho de que la idea ha ido per-
diendo su carga vital y ontológica. Ha sido privada de su
La gnosis rnoderna contenido ligado a la vida, ha quedado reducida al con-
cepto, y este hecho ha sellado prácticamente la rnuerte de
Aunque la época moderna se vanaglorie del alto nivel de la filosofía y de la cultura. Ya no se opera con las ideas sino
conocirniento alcanzado, ese conocimiento se plantea de un
con los conceptos. El paso siguiente ha sido que, en lu-
rnodo idealista. Y a pesar de tanto hurnanismo, la vida
gar de los conceptos, ha prevaiecido la imagen, o sea, en
humana vale menos que deterrninados concePtos y se le pide
lugar de una irnagen conceptual, ha prevalecido una lógi-
ser sacrificada en aras de grandes eslóganes humanistas.
ca de la imaginación. Así, liega la era de la imagen mó-
Cuánto sufrimiento y hasta cuánta violencia ha sufrido el
vil, de lo visivo. Es Ia época en que la dimensión más ab-
hornbre moderno a causa de esta idolatría de los conceP-
solutizante del hombre es precisarnente la de la irnagina-
tos y de sus sistemas. Se ha terminado por elaborar tam-
ción, y se prefiere crear 1o irnaginario rnás que elaborar
bién conceptualmente un hombre ideal, una especie de
sistemas de pensamiento.
prototipo que domina a la persona concreta, viviente. La
Por otro lado, el sujeto es un punto absoluto de irra-
persona concreta debe llegar a ser conforme ai rnodelo
diación y de creatividad, pero esa creatividad ahora se si-
propuesto, si no quiere ser rnarginado de esa cultura.
Aunque la época moderna se vanaglorie tarnbién de tanto
túa en un horizonte subjetivo, irnaginario. El sujeto eia-
bora interiormente, en el ámbito de su irnaginación, con-
progreso material, precisamente el mundo concreto, cor-
ceptos, ideas, sisternas enteros y los hace presentes al exterior
póreo, rnaterial, se queda aislado. Hoy el hombre está lite-
de él rnismo. Asi se puede dar vida a todo un paradigrna,
ralmente sofocado por el rnaterialisrno, Pero su cuerPo
a una estructura entera de Ia civilizacíót, pero que se apo-
queda desenganchado del conjunto de la persona. Basta pen-
sar en tantos problemas ligados a una falsa comprensión ya sobre un fundamento frágil como el cristal, aunque
del cuerpo. tenga Ia apariencia de un palacio. Corno dimensión fun-
En la modernidad, no sólo el cuerpo sino todo el dante de este paradigrna, se proponer por un lado, una ima-
mundo material se ha visto perturbado por diversas ruP- ginación subjetiva y sensual, /, por otro, unos conceptos
turas. Por e.jernplo, las distancias que se han creado en- y una ciencia concebidos y elaborados de manera fantasiosa.
tre la economía y la justicia han dado y dan miedo. El Es una imaginación sensual y subjetiva que prácticarnente

42 43
pierde toda carga creativa y positiva, transforrnándose en las cosas superfluas, consurnistas, y las realmente útiles
una fantasía lúdica. Este juego de la fantasía está a plena para el hombre porque toda esa enorme cantidad de co-
disposición de los irnpulsos irnprevisibles del sujeto. sas, objetos, ideas, ideologías y convicciones -absoluta-
Esa estructura puede llegar a sofisticadas soluciones for- mente superfluas para la vida- son necesarias para el sis-
rnales, estéticas, o a complejos sisternas conceptuales de tema rnismo.
pensarniento, pero, a pesar de toda su apariencia de ob- Es verdad que también son muchos los progresos y las
jetividad, un día puede derrumbarse precisamente por su mejoras en la calidad de vida. Pero precisamente aquí se
falta de nexo con la vida. Es una construcción postiza. abre el abismo no colmado entre el conocirniento' junto
Tánto una objetividad constituida por reglas forrnales, pero con todo 1o que él produce, y la verdad objetiva de la
sólo irnaginarias, como una objetividad conceptual, sólo pen- vida, incluida la del hombre misrno. La verdad conocida
sada, son una objetividad <<en el aire>), sin ningún nexo a menudo ha sido elaborada subjetivarnente. El sujeto era
real y objetivo con la vida. A menudo estas reglas rneto- el garante de 1a verdad que proponía. No se trataba de una
dológicas llegan a compromisos con gravosos intereses eco- verdad que convencía por sí misrna sino que 1o que im-
nórnicos o políticos. portaba era el poder de su presentación, la fuerza con la
En sí mismos estos sistemas no dicen nada de la cali- que era argrrrnentada y sobre todo el asPecto práctico o sen-
dad de vida, puesto que hasta se glorían de ser exclusiva- sual que debía asurnir. El hombre moderno trata de estar
mente cuantitativos. Todo el gran movimiento cienticista en el centro del mundo y de realizarse corno su dueño. Y
y el positivismo ernpirista no van más alla de la mera des- lo que ha conseguido es producir una forrna de ser de la
cripción de la realidad fenornenológica. Se trata siempre creación que es pura ficción. El mundo construido según
de descripciones y constataciones de datos, y éstos nor- e1 pensarniento moderno es un mundo cada vez más ex-
malmente sometidos, ordenados según una visión, según traño, con serios daños a la creación, al aire, al agua y so-
una idea que es en realidad sólo una <<hipótesis de traba- bre todo ai hombre. Ya hace algunos siglos, en el perío-
jo>), o sea, una proyección imaginaria. do entre el racionalisrno cartesiano y el idealismo, el hom-
Está claro que el producto de este conocimiento sin re- bre razonó según el rnodelo de la ficción televisiva que
lación con la vida real no es significativo para la vida ni después ha consegrrido realizar también técnicamente. Nues-
necesario a la vida. Por eso, se necesitarán crear mode- tra época es un producto de siglos pasados. Entre el tiern-
los de convencirniento y clichés sociales que induzcan a dar po presente y esos siglos pasados hay sorprendentes coinci-
crédito a estas realidades ficticias. Se necesitará elaborar dencias y sernejanzas. Efectivarnente, un pensarniento como
todo un sistema pasional y sensual de información y de proyección conceptual es el Precursor de un mundo como
educación para que los productos y las elaboraciones de ficción, como elaboración en el vacío. De la misma rna-
ese conocimiento sean adquiridos, bien corno conviccio- nera que se proyecta una película sobre una pared blan-
nes subjetivas o como objetos de verdadero y auténtico con- ca, así hoy es proyectado el hombre en un mundo aliena-
sumo. Se producirá entonces una refinada rnezcla entre do, alejado de la vida.
Por tanto, es perfectarnente lOgica la actitud de los hom- como un péndulo, se Pasará a asurnir un pensamiento ra-
bres conternporáneos respecto a la vida, aI nacirniento, a dicalrnente opuesto. Si antes ha predominado el idealisrno,
los niños y a los ancianos. Pienso que no es posible re- luego le ha tocado el turno al materialismo; si antes el le-
solver esa cuestión sólo en el campo rnoral. En su origen galisrno, después se ha pasado a una actitud acomodaticia,
está toda una epistemología, una visión de la verdad y del y así sucesivarnente. La vida real de la Iglesia, o sea de las
hombre que se ha revelado completamente abstracta y que personas que forrnan parte de ella, se alejará inevitablernente
ha producido como contrarreacción una ausencia de la de la ciencia teológica o de las prograrnaciones ideales que
verdad, su eclipse en la cultura contemporánea y una con- las diversas instituciones eclesiásticas puedan forrnular. O
creción pasional, sensual, profundamente subjetivista. El bien se elaborará una teología que trata prácticamente de
hornbre misrno ha llegado a ser extraño a la vida. Se ha en- legitimar la concreción, e1 modo de vivir de la gente, si-
cerrado en sus propios pensarnientos, amputándose fuera guiendo la regla de que lo que no se puede practicar no
de la historia, de la mernoria y de la naturaleza. es ni verdadero ni justo (sin tener en cuenta la irnportante
distinción entre hornbre viejo y hornbre nrlevo, entre rnen-
Cristianos gnósticos te que hay que purificar y mente espiritual, sin tener en
Támbién la religión sufre el misrno principio gnóstico, cuenta tampoco la gracia...).
que perrnanece en cierto sentido colrro el horizonte inte- Los sacrarnentos se encontrarán cada vez rnás expropia-
lectual de la cultura rnayoritaria, corno un destino común. dos de la dinárnica espiritual, de la fuerza vital y transfi-
Se puede reducir la fe a un rnundo intelectual psicológi- guradora, cada vez serán rnás objeto o de grandes especu-
co imaginario, se pueden proyectar sobre una gran pan- laciones conceptuales imaginarias o de sentirnentalismos
talla sistemas espirituales, teológicos, éticos e incluso as- devocionales iguaknente imaginarios.
céticos. Se puede creer que se vive siendo fieles si se pien- Algunos preveían que el final de este plantearniento
sa dentro de determinados sistemas y se adhiere a gnóstico-intelectualista iba a ser una violenta reacción sen-
instituciones religiosas y eclesiales concretas. Podemos es- timental y de absolutización de la sola praxis, y, sin em-
tar convencidos de ser perfectos y espirituales porque cum- bargo, ha desernbocado en una nueva gnosis libremente pa-
plimos 1o que nos hernos proyectado sobre la pantalla de gana. Así pues, ya no es una gnosis atea y profundarnen-
la religión. Pero un inevitable y drarnático dualismo se irá te subj etivista, aunque atrincherada detrás de la
abriendo cada vez rnás entre este mundo solarnente pen- <<cientificidadr>, sino una gnosis que querría ser <.reli-
sado y la realidad de la vida y de nosotros rnisrnos. Una giosa>) a su rnodo.Hoy son cada vez más numerosos los
crisis espiritual cornernará a poner en dificultad esa visión que afirrnan que el neopaganismo establece una relación
gnóstica porque la vida recorrerá otros carninos distintos religiosa entre el sujeto y el mundo, en Ia que el rnundo
de los pensados. O se elegirá el camino de las inevitabies aparece de nuevo con toda su fascinación mística, miste-
componendas prácticas con lo que constituye la realidad de riosa, y en la que el hornbre puede nutrirse de una (<es-
la vida, de Ia sociedad o del propio cuerpo humano, o bien, piritualidad intensa>).
+6 +7
En el ámbito de la fe, el sujeto se ve perdido en su pro- Y ahora, cuando parece que esto ya se ha acabado, nos
yección religiosa y se encierra en el mundo psíquico, con encontramos también -entre otras reacciones- con una
lo que se está afirmando un espiritualisrno psicológico cierta nostalgia. Así se abren camino tendencias funda-
(onu especie de religiosidad entre el yo y el mundo psí- rnentalistas o integristas, Precisamente porque muchos ex-
quico) que sustituye al tiempo en que ia fe significaba Ia perirnentan un extravío y una fragmentariedad en que todo
doctrina, la ortopraxis y vivir un cierto ascetismo. lJna es- parece precario. Entonces se ofrecen posibilidades a un
pecie de psicología de lo profundo sustituye a un deter- retorno de verdades fuertes, de lógicas unificantes, de éti-
rninado espiritualisrno ascético y rnoralista que a veces se cas tradicionales.
podía encontrar más acentuado en el pasado. En todo Támblén los valores de la rnodernidad y su estmctura in-
caso, estas reacciones no son una conquista en el orden telectual, auténticos sistemas unitivos de la época rnoder-
de la fe y de la espiritualidad sino que continúan ence- na, han llegado a una fase de dramática transición. Y has-
rradas dentro de un sisterna gnóstico. Así pues, hay tres ta los que en este período histórico, siguiendo su evolu-
vías en las que, según el punto desde el que se mira, la ción cultural, habían abandonado una visión religiosa en
gnosis acaba o empieza su recorrido, el yo-ideal, el yo- favor de otras visiones, hoy se encuentran igualrnente des-
rnundo (sea corno naturaleza, sea como sociedad) y el yo- concertados porque también sus valores están sometidos a
psique. una profunda crisis, desautorizados por los distintos mo-
Este neopaganismo <<politeísta>) sería una especie de virnientos cornúnmente clasificados con el prefijo (<post).
<<metafísic¿>), dejustificación del individualismo y del ais- Así pues, parece que nos encontramos en una época en que,
larniento subjetivo al que se ha llegado. junto a las certezas religiosas que todavía se mantenían en
Y también ia verdad se desrnenuza en muchas (<verda- algunos ambientes, se ha acabado tarnbién definitivarnen-
des>> que corresponden a las exigencias concretas de una
te la certeza racional de la rnodernidad, atributo de la cul-
sociedad ecléctica.
tura dominante. Las dos características que parecen irre-
nunciables en este rnomento histórico son la de standatd
¿q-é valores? tecnológico y la de libertad ¡nd¡viduaJ, entendida como
En ei pasado reciente se hablaba mucho de <<crisis de una ilimitada posibilidad de autorrealización y autodeter-
valores>). Es ei extravío debido a la pérdida de las coor- rninación dei lndivlduo. La libertad, entendida corno vida
denadas culturales que pertenecían a un mundo totalrnente según Ia propia voluntad, Parece ser el aspecto rnás irn-
religioso, un rnundo en que todo estaba unificado en el portante en este rnomento. Respecto a nuestro tema, es inte-
árnbito religioso, en que la religión era el punto de re- resante la afirrnación de un joven que me ha dicho' con
ferencia para el individuo y para toda la sociedad. Algr- toda su convicción personal, que prefiere ser estúpido,
nos de los valores de este rnundo religioso, así como al- pero libre. Creo que, en la óptica del análisis cualitativo
gunas de sus estructuras culturales -aunque sea de mane- de 1o que hoy pueda significar la verdad, esta expresión es
ra aislada- han sobrevivido en la época moderna. significativa.

48 +9
El liberalisrno en la necesidad de una pertenencia. El liberalismo crea un
En la cultura dominante de hoy la libertad se pone pre- mundo imaginario de deseos y nos lo presenta haciendo
ponderantemente en el ámbito de un clirna, de un esta- que nos sintamos co-partícipes en su creación. El pro-
do de ánimo que podría denominarse <<liberalisrno>). No ducto propuesto se hace desear y escoger, pero en reali-
entiendo aquí el liberalisrno en el sentido histórico de las dad no existe esa diferencia entre las ofertas. La globali-
'¿ací6r económica y financiera es la red que está detrás de
doctrinas políticas y econórnicas, sino propiamente corno
el estado de ánirno que ha hecho de la iibertad un ídolo, cualquier opción que un individuo haga.
unificando bajo este estandarte los diversos significados El liberalis..ro (considerado como fenómeno, sin entrar
del liberalismo. Ese estado de ánirno liberal a ultranza se en matizaciones precisas) puede presentarse corrro una ex-
ha creado con la derrota de las acepciones cornunes de traordinaria ocasión para un redescubrimiento de valores,
verdad, de bien común y de tradición, y ha nacido como puesto que sólo los valores vividos con plena conciencia per-
espacio de evasión de la verdad una y absoluta, o sea, con- sonal son los que, en este contexto, no se corrompen.
tra toda ideología. Vemos que ese liberalismo ha tenido gran Todo lo que no es plenarnente fruto de una adhesión per-
aceptación en todas partes donde hasta ahora estaban en sonal va desapareciendo poco a poco bajo la presión de las
vigor sisternas y certezas indiscutibles. Pero, poco a poco, múltiples y seductoras ofertas. Cuando está oprimido, el
se revela no como una anti-ideología, sino rnás bien como hornbre se siente más empujado a resistir al veneno que le
una nueva ideología. (<Nueva>) por el modo como se pre- oprirne, le resulta rnás fácil identificar de dónde viene la
senta y (<nueva>) tarnbién porque no pone delante la es- muerte. Pero el liberalisrno no provoca opresión. Es corno
tructura ideal, conceptual, sino la pasional de la ideolo- un tiernpo sin viento, o como cuando cae la niebla y en
gía. En efecto, toda ideología tiene un sistema de conceptos ella brillan muchas luces y no se sabe con precisión qué
y una dimensión más subcutánea de carga pasional que es 1o que viene y de dOnde viene.
apoya y sostiene el aparato ideológico con una represen- El liberalismo envuelve al hombre entre algodones y,
tación irnaginaria que provoca el deseo. Y el liberalismo sin ernbargo, el hornbre puede andar sólo en virtud de una
ha hecho palanca sobre esta dimensión pasional que tra- opción personal, de una lucidez y voluntad de reaccionar,
baja más a través de lo irnaginario, logrando derrotar al viviendo las valores auténticos frente a los sucedáneos y la
rnundo de los ideologías porque obra según lo imagina- realidad frente a lo irnaginario. El liberalisrno no hace
rio y no en base a razonamientos y conceptos. El liberalismo ninguna presión aparentemente sobre la persona. Al con-
crea una realidad irnaginaria que sirve de fondo también trario, crea un espacio agradable y placentero en torno a
a la mentalidad y a la estructura de pensarniento. Por eso, ella. Así no se siente ninguna necesidad de oponerse, sino
porque se presenta corno una anti-ideología, es aceptado simplernente de abandonarse.
más fácilmente. Aun así, el liberalismo puede ser providencial para no-
Pero el liberalismo carnina al misrno tiempo sobre dos sotros los cristianos porque, alrn cuando sea de un rnodo
líneas paralelas. lJna es el subjetivisrno puro. La otra se basa equivocado -por unilateral e idolátrico-, afirrna la liber-

5r

¿"
tad. Nos obliga a reflexionar teológicamente sobre ia libertad El gran reto de la verdad
y a salir al encuentro del hornbre de hoy, tan sensible a Todo este excursus nos lleva a ver la necesidad de sal-
este aspecto, testirnoniando la libertad como dimensión var el camino del hombre. Subrayo intencionadamente el
del arnor relacional y mostrando su verdadero significado. aspecto negativo de la modernidad porque desearía que
Por tanto, en la actual crisis de valores se puede ver un no fuésernos rniopes e hiciésernos una lista de las cosas bue-
mornento providencial. Podemos hablar efectivamente de nas y negativas (cf. De la experiencia a la sabiduría, PPC,
crisis de valores pero tarnbién de liberación de los estere- Madrid rgg9, pp. rg-85). Se podría hacer enseguida una
otipos, de las carnisas de fuerza y de una especie de fari- lista de las adquisiciones positivas de la rnodernidad' el
seísrno biernpensante. Es el momento del análisis, del exa- desarrollo de la autoconciencia del sujeto, la afirmación
men de conciencia, de la recuperación de Ia identidad. de la libertad personal, del pluralisrno y de la dernocra-
Esperemos que el hornbre contemporáneo sea lo sufi- cia, el progreso de la técnica y de la medicina, conquis-
cienternente sobrio como para no decidir una política de tas todas ellas gracias a las cuales el hombre vive rnucho
mano dura, un neototalitarisrno de derechas o de izquierdas mejor que en el pasado. Pero esto sería un enfoque sirn-
corno vía rnás fácil, rnenos exigente. Es un momento ex- plista, porque se da por descontado que es así. En rni re-
cepcional que permite aI hombre ernerger en su verdad. Hoy flexión quiero hacer ver que ios indudables avances con-
se nos ofrece la extraordinaria posibilidad de r:egenerar Ia seguidos en la época rnoderna sorr aspectos parciales,
cultura con valores y significados de nuevo vitales, aun mientras que la dirección tornada no va globalmente en
cuando puedan ser valores de siempre. En todo caso, la luz la dirección del hombre. En realidad, estarnos lanzados
proyectada sobre ellos sería nueva y su reapropiación ten-
en la órbita del vacío, de 1o imaginario. Pero, a pesar del
declive del recorrido, a pesar de que las señales sean de
dría un sabor cornpletarnente nuevo: aquí estaría la gran
un camino hacia la destrucción, empujados por una ten-
ocasión de crecirniento de la humanidad. Se trata de des-
dencia muy unilateral, a pesar de todo ello, se va hacia
cubrir los valores que emergen en la verdad de la vida.
un nuevo encuentro con la verdad. Efectivamente, si re-
La pérdida de los puntos de referencia, de las coorde-
conocemos que la verdad es una Persona, se abren pers-
nadas estables, un extravío general comporta tarnbién la in-
pectivas irnprevisibles para un camino que parece marca-
terrupción de la comunicación y de 1a cornprensión recí- do por una marcha negativa. En todo caso, no se puede
procas. Es una situación que podría compararse con un es- olvidar que para Cristo todo escenario de la historia es
pejo roto, en el que cada uno se ve en cada trozo pero no lugar de revelación del alrror, como lo ha sido la cruci-
totalrnente, porque no se tiene una percepción del cuadro flxión.
global, del conjunto. Los valores se han eclipsado bajo la Hoy se trata de encontrar en todo el recorrido moder-
presión centrífuga del carnbio cultural. Bajo el subjetivis- no el gran sentido, el sentido que llena de inmortalidad
mo autoafirrnativo se ha hecho pedazos aquel rnundo con- la vida y la actividad del hombre. Hay que ayudar a ver Ia
vencionalmente concertado y consolidado. rnodernidad a la luz de la verdad. Se trata de ver la his-

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f

toria rnoderna como el salmista, que lee la historia de Is- donar los fundamentos cientificistas y conceptualistas por-
rael en clave sapiencial. Se trata de hacer una lectura es- que ésta es precisamente la novedad que nos desafía. El diá-
piritual de toda la creatividad humana de la época rnoderna logo debe hacerse a niveles nuevos, vivos, no sólo pensa-
/r en base a esa lectura, recomponer los resultados de las dos, sino dentro del organisrno vivo, para no dañar de
ciencias, de los conocirnientos, en una verdad superior nuevo a la vida. Y es en ese árnbito donde tienen que de-
que se inclina humildernente para acoger 1o que se ha cre- sarrollarse también las normas jurídicas de la convivencia
ado en estos siglos. Y hay que acornpañar al hornbre a re- de las ciencias y de los conocirnierrtos, y sobre todo de las
visitar todo lo que ha hecho, para llegar a esa humildad que nuevas rnentalidades. El desafío de hoy es la cornunión de
renuncia a la autoafirrnación y, al mismo tiernpo, no de- las rnentalidades, que hay que buscar en las relaciones in-
sespera en las terribles hurnillaciones que ha vivido y vive terpersonales.
en la modernidad. Nuestro reto es hacer que se encuen- Ha llegado el rnornento en que eI hombre puede ver
tren las verdades secas, imaginarias, conceptualistas y cien- juntas la vida y la verdad, de modo que estas dos reali-
fistas con la verdad viva y eficaz. dades fundarnentales y existenciales no estén aisladas de
La búsqueda típica de la época rnoderna realizada en la la persona viviente. Está claro que esa conjunción no
autonornía de cada sector, desentendiéndose de un enfo- puede hacerse basándose en un concepto abstracto sino
que global, se ha acabado, y ha llegado al punto de en- en una realidad viva y, sobre todo, con ur1 asentimiento
contrarse de nuevo con el conjunto para una nueva sín- libre. Está volviendo la antigua sabiduría que buscaba
tesis, superior. Igualmente, la comprensión religiosa de la Ia verdad en la vida y consideraba que 1o sabio es saber
verdad ha llegado a la rnadurez de renunciar a su domi- vivir para que la vida permattezca, para que el hombre
nio absolutizador. Los conocirnientos, las ciencias, que en no se deje quitar la vida de las manos y no se destruya
la rnodernidad se han rebelado contra la tiranía de la re- él misrno.
ligión cristiana de siglos pasados, hoy están rnucho más
dispuestas a contribuir a un conocimiento más integral y La crisis hace ernerger el tejido vivo de la verdad-valor
superior, y sienten su necesidad. El conocimiento espiri- Esta situación de crisis hace emerger 1a vida que resuci-
tual y teológico, apartado, ridiculizado y rechazado, hoy ad- ta de la tumba de los sistemas constituidos por conceptos
rnite a los otros conocimientos y está dispuesto a incluir- abstractos y estructurados. El desmigajamiento de los valo-
los en una conciencia de cornunión siguiendo el princi- res hace que vuelva a emerger el organismo vivo del verda-
pio de la libertad y de la libre adhesión. clero valor que permanecía sumergido en tantas conven-
Es el momento favorable para una luz nueva sobre las ciones y abstracciones. Por fin aparece la cuestión más an-
ciencias y sobre el conocirniento espiritual y teológico. A ligua: ¿qué es verdad? ¿Qrré es lo que permanece? ¿Existe
nosotros corresponde no dar espacio a las nostalgias y re- todavía la verdad? Y, si existe, ¿es verdad que existen mu-
tornos al pasado. Es nuestra la tarea de una búsqueda hu- chas verdades? O la pluralidad de verdades ¿es ya un in-
milde y de un diálogo paciente. Pero el diálogo debe aban- rlicio de la no existencia de la verdad en cuanto tal?
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Cansados de la atomízacíórt y de la fragmentación ocul- bo significa perder la memoria, olvidar. Detrás de esos
tas detrás de todo lo imaginario y de los esquemas primero térrninos se oculta un antiquísirno modo de entender la
construidos y después dernolidos, detrás de tantas teorías rnuerte, concebida como un retorno aI olvido, al estado os-
primero dernostradas como verdaderas y después desen- curo de no conciencia de sí mismo. Esta visión encuen-
mascaradas en su falsedad, nos preguntarnos si es posible tra su eco en la irnagen simbólica de la rnuerte represen-
la existencia de una sola verdad. Si diflcil es vivir en este tada por las sornbras que beben el agua del río subterrá-
caos de exclusivismos, autoafirrnaciones y etnocentrisrnos neo del olvido, el Lete. Metá léthes quiere decir <<en el
narcisistas, resulta también temible para el hombre con- olvido>>. Por tanto, la verdad es lo contrario del olvido,
ternporáneo pensar que existe una verdad única y absolu- 1o que no se consume con el tiernpo, 1o que no muere'
ta. Incluso se ha elaborado un concepto de tolerancia para 1o que no se sumerge en las aguas del Lete- La verdad es
defender y legitimar el propio mundo, e1 propio espacio, lo que se recuerda, lo que Permanece descubierto, visible'
pero teniendo corno fondo un relativismo despiadado. lo que es posible revisitar. La verdad es, por tanto, la de-
Cuando Pilato preguntó a Cristo <.éQue es la verdad?'>, rrota del gran enemigo que es 1a muerte, identificada con
no experirnentaba esa angustia respecto a la verdad porque el olvido. Ei olvido está condicionado por el tiempo' y el
su irnperio y su ejército no dejaban ver todavía las grietas tiempo hace sentir el fin, la muerte.
del sistema. Pero hoy el hombre ha experimentado el en- A pesar de que el Krónos-tiempo gobierna tan trági-
gaño de los sistemas y de las ideologías. Y la pregunta so- camente y devora a sus proPios hijos, es continuamente des-
bre qué es lo que permanece, si es que aigo Perrnanece, rnentido en el hornbre por una exigencia metaternporal, o
es una pregunta que sacude tan existencialmente a nues- sea, por una exigencia que libre a las secuencias vividas en
tro tiempo que es posible que el hombre se decida por otro el tiempo de la trágica ley del olvido y de la desaparición.
orden político y social, y hasta religioso, sólo por evitar una Existe también el reverso, que demuestra que el chtónos,
indagación sobre ia verdad que parta del reconocimiento si no está abierto a la aletheia, a lo no olvidado, sigue
de la vida, para no encontrarse con la nada detrás de los siendo antropófago.
sistemas imaginarios. La verdad en los griegos se puede entender corno algo
que se recordaba continuamente, Puesto siempre a la vis-
ta, nunca sepultado, algo que vence al tiempo' que no
II. PARA ACOGER TA VERDAD pasa, que, al escapar del olvido, se puede descubrir y con-
templar. Así pues, la verdad ss <<1a eterna msmoria>>, el
Netheia (<rnemorial perenner). Por tanto, para los griegos, la co-
Los griegos llamaron a la verdad aletheia. Es un térmi- lumna de la verdad es la mernoria. Pero el recuerdo pe-
no compuesto por el aifa privativa y léthos, forma jónica. renne pertenece al mundo divino, sobrenatural; la reali-
El verbo l¿tho significa rehuir, permanecer desapercibido, dad humana, según algunas corrientes del pensamiento
no descubierto, no visto. En la voz media-pasiva este ver- griego, es eI reino de la sornbra y puede llegar a adquirir

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56
fl.

solamente (<opinione5>>. La mernoria, Mnetnosíne, es la ma- fíci1 acceso. La misma raíz ha dado en ruso u"ru (f.) y ve-
dre de las Musas, de las actividades espirituales, de las cre- riú' (creer). e"i pues' la atención ernpieza a desplazarse
aciones artísticas. Por tanto, lo que es verdad en la tierra decididamente a 1a vertiente religiosa. Resalta aun más esta
son las inspiraciones, las creaciones, las ideas eternas de los dirnensión si la examinamos en la acepción que tenía en
filósofos, artistas y poetas, que participan en cierto modo sánscrito, vratafi7, acción sagrada, voto.
de la verdad divina. En latín, la misrna raíz var ha producido la palabra ve-
La verdad que realmente perrnanece pertenece al rnun- .eo. (rr.^erar, pero también tener miedo). Aparece aquí
do de los dioses. Al mundo de los hombres pertenecen, el sentido del ternor rnístico de quien se acerca a lo sagrado,
sin embargo, los rayos de luz que consiguen <<contener>> una especie de ternor ante algo inmenso' como si lo que
en este rnundo de la opinión fragrnentos de verdad que ha- irnpulsa al hombre a venerar fuese al misrno tiempo prohi-
cen de mojones indicativos. Percibimos así dos elernentos bido; o sea, sacro. Reverendus es la Persona a la que hay
muy irnportantes para el pensamiento contemporáneo: la que tratar con respetoi verecundus significa púdico, mo-
verdad corrro memoria, como lo que permanece, y la ac- desto, pero también terrible. Verus es lo que está prote-
cesibilidad por parte del hornbre a lo que Perrnanece, o gido, que es tabú y rernite al ámbito del culto. Después,
sea, a la verdad. Respecto a esta accesibilidad, quiero su- bajo este aspecto de io protegido, lo intocable, el conte-
brayar el significado de la inspiración, del recorrido ar- nido ha pasado a asurnir, Por un desiizamiento semánti-
tístico. Es una forma de interrogarnos sobre en qué con- co, una fuerte connotación jurídica, o sea' la verdad es lle-
siste lo que perrnanece y cuál es la relación entre la ver- vada por la colurnna que es el derecho. Esta dirnensión fi-
dad y la historia, los hornbres. losófico-jurídica es tarnbién la dirnensión que habitualmente
Vemos que, al interior de la aletheia, se está abriendo podernos encontrar en el mundo romano y en el que se
una dirnensión -la de la (<eterna memoria>)- que quizá en deriva de é1 y recibe su influencia. Todavía hoy la socie-
los últirnos siglos no ha estado tan presente. La corriente dad civil se basa en esta interpretación. Pero nosotros va-
aristotélica y, sobre todo, las de Descartes y Kant de des- mos a detenernos aquí y a seguir la dimensión subrayada
pués han puesto más de relieve la dimensión ideal de la ver- hasta ahora, que, en todo caso' no se contraPone al sig-
dad y, por consiguiente, su aspecto conceptual. nificado convencional. Incluso el aspecto subrayado por
nosotros se mantiene junto al significado acostumbrado, para
Veritas dar a este concePto rnás convencional una (<nueva>) luz que
Para seguir acercándonos más a lo que Permanece y es qluizá era la de los orígenes. Así se intuye una visión rnás
verdadero, podemos exarninar la raíz latina de la verdad' cornpleta de la verdad que, quizá debido en gran parte a
var. La misrna raíz se encuentra en alernán, ert wáhren, con- su desarrollo histórico, corre el riesgo de ser reducida a
servar, preservar, ett wehren, prohibir o ser fuertes, y en una visión unilateral filosófico-jurídica.
wahre y wahrheit, verdadero, verdad. Se empieza a entre- Hay algo en la verdad que suscitaba en el hombre un res-
ver un significado de la verdad corno algo grande, de di- peto, incluso una veneración. Para referirse a algo tan
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fi

grande que va más allá de ios tiempos y de las genera- ligro, y de aquí deriva el significado de <<fiel>>.
ciones, el hombre tiene que recordar la verdad. Por eso, Es un sentido que encontrarnos también en el Apoca-
la verdad es la memoria misma. La rnemoria es una rea- lipsis, Esto dice eI Amén, el testigo fiel y ueru, (3¡4)' L"
lidad viva y remite a un organisrno vivo, no sólo a aque- que es fiel, fidedigno, permanece y es sólido- Ei hombre
llos en los que la rnemoria hace Presente el recuerdo, sino experirnenta que el único que Permanece de veras y da
a la mernoria rnisma, o sea, a la verdad rnisma. Si, como testirnonio de su Permanencia es Dios. Dios mantiene por
hernos visto tanto en la terminología latina como en el siernpre su fidelidad (Sal r46,6). Israel no conocía toda-
sánscrito, aparece el mundo religioso, cultual, se ve que lo vía el rostro de Dios, no conocía todavía la verdad, pero
que se venera en Ia acción sacra no está muerto. Aquí po- experimentó en la propia historia la fldelldad de la Pala-
dría también iluminarnos la antropología cultural, que bra y de la promesa. La vida misrna con su historia ha
nos enseña que, en los ritos sagrados que se celebran en demostrado al pueblo que el hombre no está solo, aisla-
las distintas realidades culturales con ocasión de la muer- do, abandonado, sino que hay una realidad que Permanece
te, se deja entrever una continuidad, aunque sea en mil for- siempre, que precisamente Por eso se distingue de todo el
rnas posibles; se trata, por tanto, de una acción que en su resto y que por medio de los hombres elegidos -los pa-
núc1eo tiene la vida. Podemos ahora avanzar sigrriendo esta triarcas y profetas- se interesa por el destino del hombre'
estela y ver cómo entender en realidad esta rnernoria, que Ser fiel es el primer rasgo del rostro de lo que es sólido
en definitiva es 1o que permanece y que, porque Perma- y permanece por siernPre.
nece, es tan grande que suscita veneración. La experiencia hebrea parte del camino de un pueblo,
de una llamada que hace levantarse y ponerse en camino'
Arnén Por eso se comprende muy bien que su contribución a la
Continuamos en esta nuestra búsqueda procediendo en búsqueda de la verdad sea la de identificar decididamen-
espiral, dejándonos enriquecer en cada paso por un con- te 1o sólido con el que es fiel. La fidelidad se experimen-
tenido ai que se llega por una búsqueda espiritual; se 11e- tará en la Palabra. Señor, tu palabra es etetna, más esta-
ga así a un conocirniento orgánico, de rnodo que 1o co- ble que el cielo (Sal rr9,89). Israel experirnenta, desde el
nocido se rnanifiesta tarnbién en todos sus nexos vitales y principio de su historia, que la Palabra del Señor es la ver-
pensados, necesarios para responder a una episternología dad. S¡, rni Dios y Señor, tú eres Dios, y tus palabras sotT
para hoy. verdaderas (z St t 7,28). Y ¿u palabra se {unda en la ver-
Por eso varnos a ver ahora el sentido que tiene para los dad (Sal ri9,r6o). Por eso tu palabta es la vetdad (Jn
hebreos y los pueblos semitas el térrnino 'emet ("erdad). ü,ü). Esa certeza ha rnadurado en el hornbre una di-
Este término proviene de la raíz 'rnr7, que se encuentra en mensión religiosa tan grande que el hornbre se siente re-
'amar1, que signifisa <<fue sostenido>)' <<fue firrne>), (<só- generado por la Palabra. Nace así una relación completa-
lido>> , err 'orttnaá, columna, en 'arn6n, constructor. Asi mente personal con este Dios de la Palabra. Habéis vuel'
pues, 'ernet es aquello en 1o que se puede aPoyar sin pe- to a nacer, no de una sernilla rnottal, sino de una inmortal:

6r
I
pieron su alianza (z Re r8,rz). Aunque el hornbre sea un
;

a través de la palabra viva y eterna de Dios (r Pe r,2!)' Lu


ser metido en todo io que la historia y el pecado comPortan
gran contribución de Israel es' por tanto, la de identifi-
lu verdad con la realidad religiosa, prevaleciendo en lo en el contexto veterotestamentario, tiene un acceso al co-
"ur
religioso el carácter personal, el Fiel es sólo Dios, el Se- nocirniento del Señor, o sea' de la verdad, gracias a la re-
ñor, que es una realidad personal. Para los hebreos lo só- lación fiel que el Señor establece con los hornbres rnediante
lido, lo eterno, 1o indestructible, es conocido por la fi- su Palabra y sus prodigios. En una relación de esa solidez
delidad a ellos, a su historia. Y lo contrario, lo que aca- y fidelidad, el hornbre experimenta que realrnente hay Uno
rrea la inestabilidad y la desgracia, es la desobediencia a esa qrre permanece siempre. ¿Acaso olvida una mujer a su
verdad, -A/o Jremos obedecido tu vetdad (Dtt 9,r3)' Es una hijo, y no se apiada del fruto de sus entrañas? Pues aun-
aportación extraordinaria, por la experiencia hebrea se que ella se olvide, yo no te olvidaré (Is 49,15). Por eso,
desc..bre que la verdad es absolutamente inaccesible por- an7er7 significa <<rni palabra es firme>). (En verdad'), Arnen
que se identifica con el rostro misrno de Dios, que, sin ern- <<así debe ser>>, Amen (<así ssa>>. Así es la palabra de Dios.
bu.go, el hombre conoce por la propia historia' Todas las Es la verdad que inspira confianza. El cielo y la tierra pa-
obras de Dios son verdad (Dn 4,34). Dios es grande, in- sarán, pero mis palabras no pasarán (Mt 24,35). El cielo
corruptible, pero 1o es en su fidelidad. Los hebreos aPor- y la tierra están fundados sobre el Amen, sobre el Fiel. Por
tan la dirnensión relacional y personal en la búsqueda de eso, ese fundarnento permanece Por siempre. Los cielos y
la verdad. Hay un inmenso abismo entre el Fiel -el Señor- la tierra pueden pasar, pero su fundamento, el Fiel, la
y la historia, su pueblo. Pero existe un Puente' El horn- Palabra fiel, perrnanece por siernpre. Dios rnisrno es' Por
bre y Dios son interlocutores. Dios hace una alianza con tanto, Amen, fuerte, seguro, fiable y leal (Is 65,16). Por
los hombres y en esta alianza el hombre experimenta la fi- tanto, tarnbién en los hebreos la verdad, 'en7et, se ha am-
d.elidad y veracidad de Dios que Permanece Por los siglos pliado a (<justo>), (.digno de confian2¿>), (<justicia>>. Es la
de los siglos. Y es un Dios de vivos, de todos los que se justicia del Fiel la que hace de Puente, que recoge al in-
fían de su fidelidad, de los patriarcas, de Abraham, Isaac fiel, y por eso el amén con que glorificamos a Dios lo
yJacob. Establecí una alianza con vuestros antepasados (Jr decimos por medio de él (z Cor r,20).
g4,r3). La aliarlza expresión cuasijurídica-social de la re- Así pues, en la tradición hebrea se abre para el hom-
lación del Fiel, logra unir dos realidades abismalrnente bre una interesante vía como posibilidad del conocimien-
antónimas: la verdad del Señor y la vulnerabilidad de la his-
to de la verdad. Gracias al carácter personal de la verdad,
toria y de los misrnos hornbres. La aliatza es, al rnisrno gracias a su dirnensión relacional interpersonal, que es su
tiernpo, un árnbito de ia rnernoria y de la experiencia de fidelidad y su justicia, el hornbre puede entrar en relación
la fiáelidad. [...] -, acordaré de la alianza eterna (Gn
con la verdad. El hombre se ve alcanzado por la verdad por
9,16).En efecto, en la Biblia se dice mucho de la fidell- medio de ia justicia de la rnisma verdad, o sea, por lne-
dad de Dios a su alianza, pero se escribe también mucho
sobre la infidelidad del hombre a esa misma alíanza' Rom-
dio de la fidelidad del Señor.
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fi

Istina, la verdad respira ñalado. Istina evoca isti, que quiere decir <<el rnisrno>), o
sea, el que no carnbia ni desmaya. Esto sería el engaño, la
Ahora se está abriendo paso la pista de que lo que per-
manece, la rnernoria perenne que se abre en la esfera re-
mentira de la verdad' fingir ser, vivir y respirar. La men-
ligiosa de la veneración, es una realidad personal caracte- tira necesita presentarse con una fuerza que impresione, con
una grandeza que asombre. La mentira es irnponente por-
rizada por la relacionalidad, o sea, por la fidelidad. Lo que
que sabe que no existe realrnente. I-a mentira tiene que con-
permanece es el que es fiei. Es rnás fiel que el mundo, más
vencer porque sabe que no permanecerá. Tiene que ha-
seguro que el cielo y más fundado que la tierra.
Varnos a entrar ahora en el mundo de los pueblos es-
cer mucho ruido, moverse rnucho, tiene que presentarse
toda brillante, porque de hecho no vive, está rnuerta. Por
lavos para ver qué es lo que, en los inicios de su historia
eso, usa métodos constrictivos, aPlastantes, de soberbia y
y de su cultura, yacía detrás de los velos de la verdad ha-
jactancia, sabiendo que sin esta ostentación exterior no
cia la cual dirigían sus rniradas y en la cual se inspiraban.
atraería a nadie, porque nadie se enamora de la nada, del
La verdad era llarnada istina. Istina proviene de la raíz
vacío, de lo que está muerto.
est'. Est-e-stv-o quiere decir existir. En polaco, istota es
lo que existe. En ruso istina adquiere un carácter más vi-
La verdad es lln arnor libre
tal todavía. Existir quiere decir vivir; por tanto istina re-
cuerda todo un territorio interior del existir en sentido on- ¿q*é puede haber que sea tan sólido, tan fiel como para
tológico y vital. perrnanecer siempre, eternamente, suscitando una venera-
Ese fondo de la vida que evoca la istina pronunciada se ción, abrazando los abisrnos de las autonomías' y Perma-
cornprende si se ve de d¿nde proviene. Deriva de una raíz necer siernpre viviente, hacer sentir siempre su cálido res-
todavía rnás antigua, es, que en sánscrito es as (asrni; so/, piro? ¿qré puede ser vital sin tener nada de violento, de
asti: es). En el eslavo eclesiástico, la primera persona del rígido, de prepotente, de dominante, Puesto que todo esto
verbo ser se decía esrni, que en griego es eirní (esmí) y en constituye la mentira, la apariencia?
latín (e)sum. En latín también, Ia tercera persona del pre- ¿q..é puede haber que sea rnás fuerte que las antoni-
sente de indicativo del verbo ser es es¿, en alernán ist. El mias, rnás fuerte que las contraposiciones? ¿Q,ré es 1o que
significado prirnario de la palabra es, o sea as, es respirar. puede colrnar las distancias de todo 1o existente sin ser, al
Entre los antiguos eslavos la verdad evocaba el vivir, la misrno tiernpo, una totalidad aplastante que domina con
vida, el respiro. Lo que permanece debe ser vivo y defi- un régirnen de fuerza?
nitivamente arrancado a la rnuerte. L,a verdad es verdad por- La respuesta viene casi sola de distintas partes, de dis-
que respira y el hombre sabe, por la fideiidad de ese res- tintas épocas, de las diversas experiencias de la historia y
piro, que la verdad existe y existirá, y que no llegará el dia de los pueblos, como hemos visto en los griegos, hebre-
en que una generación no sienta ya más su soplo, no lle- os, latinos y eslavos, y ernerge también de Ia experiencia per-
gará el momento en que ella muera. En eslavo hay toda- sonal del propio hornbre en su vivir concreto. La res-
vía otro significado que refuerza la intuición que hemos se- puesta es un encuentro entre lo revelado y lo constatado,

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lo alcarzado. La realidad que no mllere, que no se rom- tión de la unidad la que a su vez se convierte a rnenudo
pe, que permanece por siernpre, es la unión libre de las en violencia sobre la vida. ¿Cómo hacer la unidad sin
personas que se aman. Só1o la unidad de las Personas atropellos y mutilaciones? La opresión que a veces produce
completamente libres y totalmente entregadas en amor de un determinado modo de entender la unidad llega a ser
Ia una a la otra garartiza la indestructibilidad. Las perso- causa de rebelión, de autoafirmación de la individualidad.
nas librernente entregadas la una a la otra participan de la Es dernasiado facil pensar en una unidad que es funda-
verdad, o sea, están inmersas en lo que perrnanece, que es mentalrnente mónos, toda de una pieza. La historia de la
fiel, libre y no muere nunca. En este sentido podernos humanidad nos enseña que todas las civilizaciones que han
decir tarnbién <<soy Ia verdadr>. hecho referencia al mónos, al uno, arrtes o después se han
deshecho en migajas bajo las fuerzas centrífugas de una
La verdad, unidad de lo uno y de lo rnúltiple conflictividad anárquica o se han fosilizado bajo una tira-
nía absolutista que sofocaba el principio vital. Todo pare-
Lo que no es destruido es, al misrno tiernpo, libre y ata-
ce indicar que eI principio vital no puede pasar sin el
do, o sea, fiel. El principio que permanece es el que abar-
ca todo, salta la barrera de todos los irnpedimentos, alcarrza
uno. Como si de otra manera ni tan siquiera fuese pen-
sable la vida. Pero existe la necesidad de que sea supera-
las orillas de todos los posibles abisrnos y, al mismo tiem-
po, es cornpletarnente pasivo, corno si estuviese ausente. Sólo do el rnismo mónos, el uno.
Por otra parte, vemos que en la historia de la hurnani-
un principio de presencia y al mismo tiernpo de ausencia
hace de fundarnento a todo 1o que es Perenne, a todo dad tarnbién las civilizaciones que han tornado corno re-
aquello de 1o que se puede fiar. El principio de la liber- ferencia existencial el polús, tarde o temprano se han en-
tad y de Ia fidelidad es el principio de la verdad. Todo el contrado en una situación de inmovilidad a causa de la di-
resto antes o después se quiebra, no logra controlar las ten- versidad predominante o bien han sido objeto de
siones, se desliga de la totalidad y rnuere en las sornbras irnposiciones dictatoriales consideradas (<necesarias>> para
del Lete. poder gobernar y hacer que discurra la vida social. Eso quie-
La cuestión de la vida está unida a la unidad. La vida re decir que también una sociedad, una estructura polús,
está realrnente garantízada cuando está garantizada la uni- de rnuchos, es una necesidad para el principio vital. Pero
dad. Una vida sin unidad de fondo es una Perrnanente arne- de nuevo vemos que ese principio sólo llega a ser auto-
naza del exceso de la contraposición, del exclusivisrno, por destructivo . Mónos y polúst ésa es la tensión del pensamiento
tanto, de Ia agresión. Por eso, eI problerna del que se y de la búsqueda de la humanidad. Parece una tensión
ocupa la humanidad desde sus inicios es córno hacer elner- básica, fuera de Ia cual no se puede andar. Pero hay to-
ger una unidad de base de todo 1o vivido y de todo el davía otra tensión que, cruzándose con ésta, crea 1as co-
universo sin la cual la vida es una aventura que se escaPa ordenadas fundarnentales. Surge para el hombre la pregunta
y un trágico arrojarse en el dolor, del que la única vía de de si la solución entre uno y rnuchos debe realizarse so-
salida es el olvido, la muerte. Pero es precisarnente la cues- bre una base filosófico-ideal y socio-jurídica o bien sobre

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una concreción cósrnica y personal . Si se busca la solución mismo. Si no, la única vía de salida es llegar a un corrr-
sobre un fondo filosófico-ideai, ya hemos visto que se ale- prorniso, que la historia se ha encargado siempre de re-
ja de la vida y, al no tenerla en cuenta de rnanera exPe- velarlo insuficiente. El cornprorniso puede durar sólo un
riencial, tarde o temprano la vida se hace estéril o inclu- breve período.
so se revuelve contra el hombre. lJn resultado parecido Norrnalmente, con la nueva era, Ia naturaleza rnisrna
tiene también la solución jurídico-social. Supone un fun- traspasa los límites de la precedente, y la siguiente gene-
darnento dernasiado estrecho que no consigr-re garantizar la ración hurnana carnbia 1os términos del cornprorniso que
vida sin cortar algunas de sus formas que considera peli- la generación precedente ha establecido con los otros.
grosas. Ninguna de las dos soluciones consigrre sr'rperar la
clásica dificultad entre el pensamiento y la libertad antó- La verdad, la Trinidad en la libertad del arnor
nirna de la vida. La afirmación de todos sólo es posible si el uno se en-
Si tornarnos corrro referencia existencial una realidad trega a todos. Pero esto es su negación, la negación del uno.
concreta como la tierra, el lugar, la sangre, nace una exal- Ahora bien, existe un principio estrechamente ligado a ia
tación de la estirpe que explica por sí sola la insuficien- visión de la Persona que encuentra su afirrnación precisa-
cia de ese fundamento como solución de la tensión entre mente dando espacio a todos. Hay un principio que se
el uno y los rnuchos. En definitiva, inrnediatamente des- t'ealiza hasta e1 suprerno reconocirniento, entregándose de-
pués de la caída del Edén, el hornbre descubre que hay una finitivarnente en manos de todos. Es el princípio agápico,
tierra que cultivar y muchos hornbres. de la Hipóstasis, el principio de 1a Persona. El principio
Si, en vez de reconocer la existencia de más tierras, un agápico es el principio que convence al uno, ilurninándo-
individuo se pone como fundamento de la unidad, es ine- lo, de que resucitará precisarnente por el sacrificio de sí
vitable el rnartirio o el genocidio bajo las diversas formas mismo. Y es ese principio agápico el que convence tam-
de fanatisrno y de sacrificios, injustificados e insensatos' bién al múltiple de que, al afirmar al uno, él no dismi-
Como 1a vida existe, eso quiere decir que hay también nuye. A1 contrario, entregándose al uno, sacrificando lo
un principio que afirrna 1o uno afirrnando muchos, todos, múltiple, lo múltiple resucita.
todo lo existente. Hay un principio que afirma muchos afir- Y la verdad se sitúa en este rnisterio dei que sólo la Per-
rnando lo uno. Y esta afirmación de los dos principios debe sona es capaz, en su realidad relacional de sacrificarse li-
ser un principio único, completamente libre, basado pu- bremente y reconternplarse en el otro como ser pecu-
ramente en una libre adhesión, porque sólo ésta es la ga- liar. La verdad, que sólo se encuentra aquí porque aquí
rantía de que no habrá nada que sea violado, abandona- se encr.rentra el arnor que es la unidad a la que libremente
do ni descuidado. Se trata de una realidad Puramente per- se adhiere, tiene por eso los caracteres de la indestruc-
sonal, pero en sentido absoluto, es decir, de la Persona que tibilidad y de la incorruptibilidad. Se trata, por tanto, de
acoge y afirrna a todos sin exclusión y que no se acaba en la verdad que permanece porque es el amor libre de tres
esta afirrnación. Para afirrnar al otro hay que negarse a sí I)ersonas eternarnente entregadas la una a la otra y que

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eternamente permanecen tres y uno. Resplandece así la tán entretejidas las categorías para una inteligencia de la ver-
Santísima Trinidad en todo su esplendor de verdad. Y esta dad. En la segunda Persona, en Cristo, reposan las cate-
unidad de arnor personal es tarnbién un amor perfecta- gorías de la verdad que a nosotros se nos comunica corno
mente objetivo. No hay sólo un (<yo>) y un (tú>), sino fundarnento de todo lo existente y como aquel en el que
también un <<tercero>>. Ya san Agustín hablaba del ob- todo subsiste. lJna epistemología que quiera presentarse
jetivo del amor refiriéndose a la Persona del Espíritu coÍro verdaderamente renovada tiene que ser una episte-
Santo. mología trinitaria y cristológica, teniendo bien claro que
El principío agápico se realiza por excelencia en una Per- es la tercera Persona Ia que abre los rnisterios de la ver-
sona, Jesucristo, en la cual por el arnor se unen la hu- dad en Cristo y, por El, en la Santísirna Trinidad. Pero
rnanidad y la divinidad. En la humanidad y en la divini- todo conocimiento de la verdad será siempre sólo parti-
dad de Cristo se abre la posibilidad de la subsistencia de cipado. Nosotros podemos conocer la verdad de rnodo
la humanidad creada con la divinidad. En Ét el principio análogo a corno, en la Nueva Jerusalén, viviremos con
agápico es unidad de lo creado y lo eterno. La Divinohu- Dios, o sea, estaremos en Dios, gozaremos el amor de sus
rnanidad es, por tanto, una realidad del ágape que suPe- relaciones interpersonales, aunque ahora Ia Santísirna Tri-
ra todo conocirniento. Ya no se trata de un conocirnien- nidad quede todavía rnás allá de las rnurallas de la Ciudad
to externo de la verdad y dei ágape, sino de una partici- Santa.
pación en el Eterno, en lo que perrnanece' una unión
personal de toda la hurnanidad con Dios. Así la verdad mis- Conclusión
ma, o sea la Trinidad, Por su arnor eterno, por medio de De todo lo dicho se concluye que la verdad se cornu-
una Persona eterna de la misrna tinidad, no sólo hace de nica, y se cornunica en el ámbito relacional por el prin-
puente con la humanidad sino que incluso realiza con ella cipio agápico. En ese sentido, la verdad no es ni una con-
una unión hipostática. La Divinohumanidad de la segun- quista ni una posesión. Y tarnpoco se puede ser poseído
da Persona de la Santísirna Trinidad contiene el misterio por la verdad. Hay forrnas de hablar no apropiadas para
fascinante de la modalidad de la revelación de la verdad, la verdad y el conocirniento. El conocimiento de la ver-
o sea el modo agápico, el modo de la rnuerte y de la re- dad es, sobre todo, cuestión de relacionarse con ella, de
surrección. Pero, al mismo tiernpo, la tercera Persona de establecer una relación con ella, de acoger su revelación.
la Santísima Trinidad tiene las claves de acceso a los mis- Y la verdad se revela y se hace percibir como arnor. Por
terios. Y es la dirnensión del Espíritu la que nos es Par- eso, es urgente reestructurar nuestra epistemología y, so-
ticipada por la gracia y nos hace de principio de conna- bre todo, abandonar cuanto antes metodologías y enfoques
turalidad, para que en la Divinohumanidad del Hijo se extraños particularmente para las disciplinas que se ocu-
pueda reconocer a toda la Humanidad. En las Personas di- pan de la verdad. Ha llegado el rnornento de liberar so-
vinas subsiste la idea de la verdad, idea ernpapada de vida, bre todo la filosofía, el arte y la teoiogía para que puedan
de vida personal, de1 amor interpersonal. En esta idea es- elaborar una epistemología apropiada.

c.l
*I

Recordando Ia situación descrita rnás arriba respecto al - V. Sor-ov'Ev, Filoso{skija naéala cel'nago znanija, err
final de la modernidad, en que se produce una fragmen- Sobr. §oó., I, Bruselas 1966, PP. 250-406, trad. it. par'-
tación, una gran sensibilidad del individuo por sí mismo cial I principi filosofici del sapere integrale.
y una autoafirrnación subjetiva, podernos ver en segrrida que Introduzione storica generale, en V. Sol-ov'ilv, Sulla
Ios dogrnas principales de nuestra fe congenian con las Divinoumanitá e altri scitti, O. cit., pp. r$2-2r8.
expectativas actuales. Efectivamente, afirrnar el principio - ID. , Kritika otvleéennych naéal, en Sobr. Soó., II,
de la libertad en el amor como principio de la verdad Pu- Bruxelles 1966, pp. r-397, trad. it. parcial La critica dei
rece una solución revolucionaria. principi astratti, en V. Solov'ilv, Sulla Divinoumanitá e
Así, la episternologíaya no formaría parte de una cu1- altri scritti, O. cit., pp. r92-2r8.
tura de sólo ideas sino que sería una cultura sobre todo
de relaciones en las que las ideas reciben cuerPos de vida.
Sería una epistemología que trabaja sobre el conocimien-
to de una verdad que es vida de amor de las Santísimas Per-
sonas y que, por eso, no puede elaborar concePtos o sis-
ternas de pensamiento que puedan revolverse contra la
persona y contra la vida.

Algunos títulos de la bibliografía utilizada,


- O. Ct-Éu¡Nr, Questions sur l'hornme, París 1972,
traducción italiana RilTessioni sull'uorno, Milán r$/J, cap.
r: Conversione corne fondamento dell'antropologia
- S. Feusrl, Elogio del nostro tenPo, Casale Monferrato
rg96
- P. FIoBENSKIJ, Stolp i utverádenie istiny, Moskva r9r{,
trad. it. La colonna e el {ondamento della veritá, Milano
rg7+, segunda carta (Il dubbio) y tercera (Triunitá)
- V. IveNov, Disco rso sugli orientamenti dello spirito
rnoderno (en italiano), e.t Sobr. Soc., III, Bruselas r979,
pp. {92-484
- G. KocIJANÓrÓ, Biva.ioéi in bivajoée, <<Nova Revija>>
rrr/rr2, X (r99r), pp. ro§84076
- ID., Introducción, notas, comentario y traducción de
PARtr,tENIo, Fragmenti, Maribor r$$§

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