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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE TEOLOGÍA
Materia: Síntesis teológica
Profesor: Silvio Cajiao SJ – Luis Escalante SDS
Alumnos: Emanuel Vega, SJ.
18 de abril de 2021

INFORME DE LECTURA: «INVESTIGAR EN TEOLOGÍA»1

- ¿Cómo entender este tema o problema desde la perspectiva de integración


teológica?

El texto que Alberto Parra busca problematizar la labor investigativa en teología. Para ello,
señala que «investigar» supone perseguir los vestigios de Dios en la creación y en la historia de
la salvación. Por tanto, este ejercicio requiere –en el teólogo– del horizonte abierto de la fe y la
revelación. Ahora bien, a Dios no se lo puede conocer de manera directa: “no se lo puede ver”,
señala Parra siguiendo la herencia veterotestamentaria. De Él, los que hacemos y vivimos la
teología, sólo podemos hacer experiencia mediada por lo que Él mismo, gratuitamente, desee
manifestar y brindar como luz de sí mismo (principalmente, a tavés de la encarnación del Hijo).

Por tanto, este «perseguir las huellas de Dios» exige no sólo de la revelación que hace de Sí
mismo por medio de las Escrituras (teología bíblica), sino también de su presencia, por medio del
Espíritu, en la vida de fe del pueblo creyente y en la sistematización de esa misma vida de fe a lo
largo de los siglos (teología sistemática). Sin embargo, estas dos perspectivas teológicas no son
suficientes: el horizonte del actuar de Dios, y del actuar humano inspirado (movido) por Dios,
también entran en juego: el proyecto de Dios es, esencialmente, liberador. En consecuencia, se
manifiesta de manera particular y plena de sentido en las gestas liberadoras que el hombre y la
mujer de nuestro tiempo, a imagen del mismo actuar de Dios, desplieguen en la historia (teología
práctica).

La investigación, para Parra, debe valorar estas tres realidades en tensión, sabiendo que las
consecuencias vitales que aquella genere representarán un criterio de «veracidad» de la
pertinencia de su contenido y su propuesta. Ir tras las huellas del Dios que se dona revelándose
es la tarea del teólogo, y como es Dios mismo el que se da auto-comunicándose, su
comunicación no puede no ser vital, generadora de sentido, provocadora de un nuevo sistema de
cosas en el amor, liberadora, salvadora.

- ¿Qué preguntas permite plantear este documento? (formular tres preguntas)

¿No debiera la teología, como ha hecho en gran parte la filosofía, superar el mero paradigma de
la praxis (hijo rebelde del paradigma de la razón) para encuadrar su pensar y vivir desde el

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PARRA, ALBERTO. Investigar en teología.
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paradigma de la relación o del encuentro? O mejor, ¿no debiera integrar más este último
paradigma y correlacionar ambos? A mi parecer, el ego constituyente de la realidad (razón
premoderna), que ha devenido en ego hacedor cuasi omnipotente (praxis moderna), arrastra el
peligro de ser tirano, egocéntrico, violento.

¿Debiera la teología superar la terminología liberacionista para acceder a otras de tipo más
personalistas? ¿

¿Por dónde marchan las investigaciones más recientes en teología? Tengo la sensación de que,
en la Facultad, tal vez por privilegiar sólo una determinada óptica teológica o tal vez por
desconocimiento de los profesores, no nos han abierto el camino para conocer y repensar otros
modos de hacer y vivir la teología.

- ¿Cuáles son las características del trabajo investigativo propio del saber teológico
para que este asegure una articulación entre sus diversas especializaciones y
responda a los signos de los tiempos?

El trabajo investigativo en teología debe enmarcarse en la revelación y en la fe, es decir, en el


manifestarse de Dios y en el horizonte de la creencia que acepta y entrevé dicho darse. Estas
realidades esenciales hacen de la teología una hermenéutica de la realidad desde los criterios
del Evangelio.

La teología debe integrar en su reflexión las realidades vividas y sufridas por el Pueblo creyente.
Debe tener en su centro el deseo de servicio a un Dios que es amor y que se ha manifestado en
Jesucristo. Debe tener en su centro, también, al Pueblo mismo al cual sirve a través de sus
reflexiones e investigaciones. Y, por ende, debe tener presente el modo como este Pueblo se
expresa, vive su fe, ama a su Señor, perpetúa la alianza con Él. Una teología que sólo sea de
escritorio y aséptica está condenada a no palpitar al ritmo de la vida.

La pretensión teológica de encajar su discurso en el ámbito de otros discursos ha dañado su


potencial simbólico, su capacidad de dotar de sentido a la humanidad, de vibrar con los anhelos
y con los dolores de los creyentes. Es en el Pueblo, con el Pueblo, para el Pueblo como debe
repensarse la teología. Y desde el Pueblo debe articular sus diversas perspectivas, a fin de
responder de mejor manera al clamor de Dios en medio de la realidad (signos de los tiempos).

Finalmente, si bien Parra no lo menciona explícitamente, creo importante que la teología sepa
integrar –en su reflexión– otras ramas del saber con el fin de ampliar sus miras, de dejarse
interpelar, y de estar conectada a las búsquedas profundamente humanas.

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