Si bien la psicología cognitiva se encarga del análisis de los procesos mentales que se
manifiestan en el individuo, le resultará necesario establecer términos y fundamentos que le
permitan encasillar en palabras, las bases cognitivas, y como respuesta a esto nace lo que se conoce como: proceso y estructura cognitiva, metacognición, y, por último; estilos cognitivos. Los procesos cognitivos se basan en la comprensión de cómo el sujeto realiza la solución de una tarea determinada en su “cabeza” y, que estos van circunscribiéndose a las representaciones mentales. Podemos considerar que un medio para conocer este proceso, es a través del lenguaje tal y como lo afirma Wittgenstein: el lenguaje permite conocer la realidad del sujeto, al igual que su pensamiento. Mientras que los procesos cognitivos se encargan de la representación de las ideas y las acciones mentales, la estructura cognoscitiva se basará en conocer el modo en cómo la persona almacena y utiliza los conocimientos que ha adquirido, para la solución de problemas y tareas, es decir; cómo tomamos las ideas ya existentes en nuestra memoria y la nueva que estamos adquiriendo justo en ese momento; para apuntar ambas a la solución de un problema complejo y compuesto que se responde haciendo unión de conocimientos que fueron adquiridos previamente, y posteriormente. Por otro lado, el conocimiento se adquiere a través de un aprendizaje, uno que está sumido en procesos, metodologías y estrategias llevadas a cabo por el educando, y es aquí donde se ven las estrategias cognoscitivas, estas se definen así mismas como la identificación de saber cuándo, dónde y por qué se enseña algo; es adecuarse al ambiente en que se pretende estudiar y enseñar, viendo contextos y vivencias por parte del ser que aprende/aprenderá. Hablando un poco por el contexto educativo e institucional: el estudiante deberá reconocer hasta donde llegan sus capacidades conceptuales, es decir, los métodos que le funcionan para aprender y captar las ideas; no obstante, también deberá ser consciente de la capacidad para la aprehensión del contenido estructural. Todo lo que se mencionó anteriormente se conoce como la metacognición. Ya por último, y como última base de la psicología cognitiva, se acarrea el concepto de los estilos cognitivos, y estos se componen por ser de un carácter de diferencias heterogéneas de los sujetos; hay individuos analíticos, críticos, intuitivos, reflexivos, objetivos, etcétera, estas diferencias también incluyen la reacción o la no reacción a diferentes estímulos que sean condicionado hacia el individuo.