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II Procesos infecciosos
12. Amberes, 20 de septiembre de 1941
Jan Schmitt de Wandaleer un joven delgado, pelirrojo, rostro redondo, lampiño y con pecas
(mitad alemán, mitad flamenco), ya está afiliado a las Juventudes Hitlerianas, se quiere
alistar a la Legión Flamenca; habla español, alemán y un poco de italiano
Es hijo de Marijke de Wandaleer, quien nació en un cuarto pequeño del barrio de La Boca.
Sus padres ya la esperaban al abordar el barco en el barco en el que partieron de Amberes
en 1891. Tan pronto como pudieron se mudaron a un conventillo del barrio de San Telmo,
ahí tenían una vivienda, sin embargo, seguían compartiendo patio con personas ruidosas y
poco agradables. Así creció Marijke, la mayor de tres hijos, una niña pálida, pelirroja, a quien
no le dejaban jugar con sus vecinos ruidosos. Su padre Peter de Wandaleer alquiló un piso
de tres habitaciones en la calle Perú, no tan lejos de la plaza de Mayo, un almacén de grano
qué montó con otros tres socios.
Su padre, un alemán llamado Klaus Schmitt, hijo de un joyero de Hamburgo, sus hermanos:
Johann, quién se hizo cargo de la joyería; Josef, abogado; Martin, Jefe de taller. Klaus se
fue a Buenos Aires acudió a la Exportadora Europea de Granos y Semillas, salió con la
secretaria por unos meses, pero se quedó finalmente con Marijke, quien siempre intentó
hacerlo feliz.
Jan logró enlistarse con ambos apellidos porque ya estaba acostumbrado a llamarse así.
Este joven envidiaba la tez tan perfecta de su hermano Martin; tenía otra hermana llamada
Josefine quien acababa de cumplir 18 años. Marijke y sus hijos se irían a vivir a Bélgica, a
estos no les agradó la idea por lo que Martín no los siguió y Josefine disgustada fue con
ellos, sin embargo en 1939 Josefine escapó de regresó con Martín, dejando una nota a su
madre.