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PSI-309 Psicopatología II

Estudio de un Caso: Trastorno Antisocial


Caso de Terrence W.

Terrance, hombre de 50 años y soltero. Terrance fue encontrado


vagando por la calle en una ciudad a 112 km de su casa punto había
estado bebiendo y causando un gran alboroto a la salida de un bar,
haciendo comentarios obscenos a los transeúntes, y que no quedaba
claro de dónde venía.
En la comisaría parecía apático y estuporoso, haciendo muy difícil la
comunicación: permaneció en este estado toda la semana siguiente a
ser encontrado, que pasó en un hospital en observación.
Al estudiar la historia familiar se supo que Terrence era el tercero de 7
hermanos: su madre, una mujer muy trabajadora, murió cuando él
tenía 11 años, y su padre, un timador y un bebedor periódico, murió
cuando Terrence tenía 16 años. Terrence fue el marginado de la
familia, siempre centrado en sí mismo, sus hermanos se reían de él y
sus compañeros le mantenían apartado. Abandonó la escuela a los 16
años, vagabundeando durante un año, trabajando aquí y allá para
poder subsistir: se enroló en la armada durante 4 años y desde
entonces vivió por su cuenta en zona pobre de una ciudad, trabajando
irregularmente como lavaplatos, cocinero y vigilantes de un
apartamento. Tuvo un matrimonio breve mientras estaba en el en el
Ejército y vivió con su esposa “miserablemente” durante unos pocos
meses. Antes de ser licenciado, su esposa desapareció: no lo había
vuelto a ver desde entonces, aunque oyó que se había vuelto a casa.
Nunca se divorció legalmente de Terrence.
Durante algunos años, Terrence se vio implicado en numerosos
problemas, se convirtió en el conductor de un de coche de una banda
de ladrones de banco. Después de realizar esta actividad durante
algunos años, inicio su contacto con las sustancias ilegales: era el
encargado de una tienda de tabaco cuya trastienda servía como centro
de diversas actividades ilegales. Le detuvieron en una redada y le
condenaron a una pena de 10 años de cárcel. Tras 4 años de reclusión,
salió libre y vivió de una forma correcta, por lo menos en lo que se
respecta a los comportamientos criminales.
Cuando no tenía problemas, Terrence no necesitaba a los de las demás
personas: simplemente, prefería estar solo. Cada dos meses se daba un
atracón, una juerga salvaje en la que gastaba todo su dinero, se
emborrachaba y acababa en la comisaría. Entre estos episodios no
bebía ni causaba problemas.
Las entrevistas y las evaluaciones psicológicas que se le hicieron
mostraron que era un hombre que era más inteligente que la media,
desconfiaba de los demás y se sentía humillado por su baja situación
socioeconómica y avergonzado ante sus hermanos por esta razón,
pues ellos habían tenido más éxito en la vida. Solía decir, “nadie da
maldita cosa por ti, especialmente si no lo vales malditas cosas”.
En relación con sus juergas salvajes, decía que “tenía que hacer algo
así” de vez en cuando para “no volverse loco y hacer cosas sin
sentido”. Cuando la monotonía y la soledad se hacían insoportables,
“bebía para notar otra vez una chispa de vida”.
Hay que hay que señalar que este caso retrata un patrón que no
representa el estereotipo de la personalidad antisocial. La gran
mayoría de estos sujetos presentan una clínica variada y a veces es
difícil identificar la hostilidad y las cualidades duras que tienden a
asociarse con estas personalidades. Cuando observamos una figura sí
o no antisocial que incluye tendencias sádicas, podría aplicarse el
estereotipo. No obstante, cuando la figura de rasgo de personalidad
combina elementos antisociales con elementos esquizoides, como en
el caso que se ha comentado, o, por ejemplo, elementos narcisista o
límites, el patrón global difiere sustancialmente del estereotipo.
Las características de este caso antisocial/esquizoide no son muy
diferentes de las que observamos en el perfil del MCMI-III.
A continuación, damos inicio al análisis del caso .

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