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Discurso de Graduación

Si crees en lo que dices, si crees en lo que haces, serás más efectivo, más apasionado y
más auténtico en todo lo que hagas. Seth Goldman
Honorables miembros del Presídium, Padres de familia, queridos alumnos graduados.
Es motivo de satisfacción y alegría para todos los que somos parte del CBT No. 3
Almoloya de Juárez, estar aquí reunidos celebrando un logro más, compartiendo la
alegría de quienes se gradúan en este ciclo escolar en que también festejamos 10 años
de fundación como institución. Es un alto honor entregar hoy 16 de julio de 2019 a
esta sociedad a la __________ generación de Técnicos en Diseño Asistido por
Computadora.

Graduado, apunta al cielo. Porque aunque no llegues, podrás ver las estrellas. Luego,
apunta al espacio y nunca dejes de trazarte metas. El camino apenas inicia. Anónimo

Queridos alumnos hoy es un día especial para todos nosotros; es un inmenso placer
ver como su esfuerzo ahora empieza a rendir frutos

“Decía Aristóteles en algún momento, que las raíces de la enseñanza son amargas, sin
embargo, la fruta es dulce. Qué razón tenía.” Aristóteles

Y poco a poco nos vamos dando cuenta que tras un duro trabajo se halla una grata
recompensa. Pero aún nos queda mucho lienzo sobre el que pintar nuestro paso en este
mundo.

En ese lienzo se reflejará qué tanto hemos hecho, no sólo por nosotros, sino también por los
demás. Por aquellos que nos han brindado su apoyo, su consuelo en momentos críticos.
Aquellos consejos que nos han servido de cimiento para ir construyendo poco a poco esa
escalera que posiblemente nos permitirá llegar a una cima, un lugar donde podremos observar
el mundo que nos rodea con una visión distinta a la que tuviésemos desde lo más bajo.

“Tienes una educación. Tu certificación es tu título. Puede que pienses en él como un ticket
para una buena vida. Déjame pedirte que pienses en una alternativa. Piensa en él como un
ticket para cambiar el mundo”. Tom Brokaw (periodista y autor norteamericano)

Muchos de nosotros tomarán rumbos distintos. Cada uno aportará algo a la sociedad de una
manera u otra. Unos desde el campo científico, como medicina, ingeniería, física, química,
biología. Algunos lo harán desde los medios de comunicación, expandiendo nuevos hallazgos
encontrados sobre la historia de la humanidad. Unos cuantos harán un cambio motivando la
actividad física, la reflexión en el sentido filosófico. Otros se encargarán de aquellos seres que
conviven con muchos de nosotros, los animales. Y finalmente, otros lo harán a través de la
economía. A fin de cuentas, todos tenemos la capacidad suficiente para hacer un pequeño,
pero importante cambio.

No importa desde donde lo hagas. Si el fin es el bienestar de todos y de la naturaleza, lugar al


que llamamos hogar, entonces nunca te rindas. Si fallas una vez, piensa el porqué. A
continuación, levántate y vuelve a intentarlo. Inténtalo cuantas veces sea posible, por más que
falles una y otra vez, porque entonces no estarías fracasando. Estarías luchando por aquello
en lo que crees. Puede ser que otros sigan tu ejemplo. Si consigues eso, podrás decir que has
triunfado. Has logrado comunicar el mensaje y con eso, habrás conseguido que más personas
luchen por aquello que sea bueno, tanto para ellos como para nuestro hogar.

“La educación es la llave para abrir el mundo, un pasaporte a la libertad”. Oprah Winfrey

Si miramos unos años atrás, exactamente seis, veremos a aquellos chiquillos llenos de
alegría, energía, actitud, entrando por aquella entrada que a día de hoy se nos hace una cosa
común. Entramos porque nos tocaba entrar en este lugar, porque teníamos el derecho a
estudiar  y cultivarnos. De toda la masa de renacuajos que entraron por aquella entrada nos
dividieron en 5 clases. Y es desde ese momento donde cada uno comenzó su historia en este
instituto. Muchos se conocían porque habían estudiado en el mismo colegio. Otros no
conocían a nadie. Al final daba igual porque entre todos conseguimos hacer una fuerte unión.

Yo no puedo mencionar todos los momentos que cada uno de nosotros ha vivido en este
instituto pero algo que nos une es ese compañerismo que nos caracteriza. Daba igual si
alguien nuevo llegaba a estudiar y la mayoría de nosotros nos conocíamos. Toda la clase
sabía que esa persona ya se había convertido en parte de esa pequeña, pero especial familia.
Hemos compartido muchos momentos juntos, tanto buenos como malos, pero juntos al fin y al
cabo. A eso se llama ser una clase. Acompañarse no sólo en momentos felices, sino también
en aquellos momentos difíciles por los que todos hemos pasado alguna vez.

Estos dos últimos años han sido intensivos, creo que para todos. Pero eran necesarios para
nuestra formación de cara a una nueva y dura etapa que se nos avecina. Tanto para aquellos
que decidan ir a la universidad como los que decidan seguir formándose a través de otro
camino, acabar secundaria y bachillerato es una experiencia que siempre van a llevar consigo.

Cabe mencionar que en todo este proceso hemos sido acompañados por unas personas que
han invertido su tiempo, su energía, sus conocimientos en formar jóvenes que sean
competentes en el futuro. Muchas de esas personas están aquí presentes. Y no sólo me
refiero a familiares, sino a aquellos profesores que han demostrado su interés en que
aprendiéramos. Nos han ayudado a formarnos con un sentido crítico de las cosas que nos
rodean. En cada clase era evidente la pasión que tienen por enseñar y su preocupación por
cada alumno. A todos estos profesores la promoción de 2016-2018 les quiere dar las gracias
por todo lo que han aprendido a su lado y por la enorme paciencia que han tenido con muchos
de nosotros.

A partir de este momento empieza otro capítulo para cada estudiante. Y con esto me refiero
tanto a los que vayan a graduarse como los que no, porque a fin de cuentas esos compañeros
han estado con nosotros estos años compartiendo risas, enfados, alegrías. Ellos empezarán
otra etapa, tanto si deciden repetir como si se dirigen hacia otra dirección distinta al
bachillerato.
Todos nosotros hemos conseguido dejar una huella indeleble en el lugar que ha sido nuestro
segundo hogar durante tantos años.

Muchas gracias por todo y que disfruten de esta celebración.

Estimadas y estimados miembros del presídium, maestras y maestros, madres y padres de


familia, compañeras y compañeros, gracias sinceras por estar aquí acompañándonos. Mi
nombre es Pablo Rojas Sánchez y es un verdadero honor para mí poder compartir con
ustedes este momento y estas palabras, aquí y ahora. Hablar sobre todo en representación
de todas y todos los que egresemos hoy de las Escuelas de Negocios y Humanidades.
Debo confesarles que me tomó un mes lograr poner las manos en el teclado para escribir
todo esto. Lo intenté un par de veces y lleno de nervios por la responsabilidad de hablar en
un día como hoy, no logré más que escribir la fecha. Y es que claro, como suele pasar, uno
no siempre puede escoger el momento, los momentos lo escogen a uno.
Hace unas semanas estaba en casa de una muy buena amiga junto con su hija Andrea de
seis años y estábamos jugando a construir una casa. Que sí sería de varios pisos, que si las
ventas, que si el jardín, las flores, las mascotas; llevábamos un rato en silencio buscando
piezas para hacer las ventanas cuando de repente y sin decir agua va, Andrea me preguntó:
“¿Oye Pablo, tu qué quieres ser cuando seas grande?” ... Jaque.
Yo me quedé completamente helado: intenté disimular la cara de sorpresa que traía y le dije
algo así como “Yo quiero ser periodista Andrea, quiero trabajar en los periódicos contando
historias sobre lo que pasa en el mundo” e inmediatamente después le pregunté ¿A ti qué te
gustaría? Ella, con la mirada clavada en las piezas para encontrar las ventanas de la casa,
me dijo con esta certeza tan envidiable de los niños: “Yo quiero construir casas para la
gente” ... Jaque Mate. Pensé, “si Andrea decide aprender a jugar ajedrez va a ser
campeona nacional” y hasta el día de hoy me siento completamente seguro de esto.
Desde la tarde de ese día hasta el momento en que escribo estas palabras que hoy les
comparto, anduve más complicado que nunca en la carrera y en mi historia. Andrea me
había planteado la pregunta más importante de toda mi vida y por supuesto que no era la
primera vez que alguien me cuestionaba algo así, pero claro, uno, distraído y jugando a la
certeza, se anda de aquí para allá con tantas respuestas en las manos que se olvida de
cargar también con las preguntas.
Andrea no me estaba preguntando por lo que quiero HACER de grande, esta pregunta
eventualmente se responderá caminando. Andrea me estaba preguntando por lo esencial:
qué quieres SER cuando seas grande. Compañeras y compañeros, hoy somos más grandes
que nunca en nuestra historia y ya no podemos ni debemos prescindir de esta
pregunta.
Quizás el mayor aprendizaje de cursar las licenciaturas que hoy finalmente terminamos no
tenga nada que ver con lo técnico o lo teórico de nuestros estudios. Esta formación es
naturalmente útil y valiosa; pero quizás el aprendizaje que, al menos personalmente
agradezco con todo lo que soy, es la práctica cotidiana de cuestionarse hasta la raíz: desde y
para la verdad.
De nada habrá servido todo el trabajo de nuestras familias y nuestra universidad, todo
nuestro esfuerzo individual invertido y todo el sudor vertido si no somos capaces de hacerle
frente al espejo y respondernos esta pregunta con honestidad.
¿Quién quiero ser?
Habrá quienes, como yo, por miedo e indiferencia decidan responder dándole la espalda al
espejo y a sí mismos. Habrá quienes por miedo también, decidan responder lo que sea con
tal de no arriesgar su comodidad y sus privilegios. Pero estimadas y estimados, tenemos
que haber quienes, con el coraje en una mano, la prudencia en la otra, la voluntad en el
pecho y en lo alto de la frente la esperanza, nos atrevamos a responder esta pregunta con la
verdad.
Nos toca ser parte de una generación que se enfrenta a una realidad nacional radicalmente
desigual e injusta, atravesada por la violencia, la pobreza, la inseguridad y la impunidad.
Por lo mismo y precisamente, a partir de este ejercicio continuo de desnudarse frente al
espejo y hablarse desde el fondo, tenemos que asumir el deber inherente de responder por
nosotras y nosotros y esto, inevitablemente, significa responder por todos.
Esta responsabilidad de la que hablo no debe de estar motivada por un sentimiento de culpa
o de deuda, mucho menos debe ser una coartada para permanecer falsos, esta
responsabilidad debe estar fundada en un profundo y pleno reconocimiento de quiénes
hemos sido, quienes nos han acompañado, quienes somos y quiénes tenemos que ser... con
el objetivo final, de que, si vamos a construir hoy, un mañana, lo vamos a hacer para todas
y todos.
Personalmente me ha tomado cuatro años encontrar el sentido profundo del lema de nuestra
universidad: para sí, para todos. Si mañana habrá salud, comida, casa y educación, si
mañana habrá justicia, paz, dignidad e igualdad, si mañana habrá vida, compañeras y
compañeros, tendrá que haberla para todos. Y para esto, con nuestros conocimientos,
valores y compromiso sincero hasta hoy y aquí cosechados, desde ahora en adelante, en
algo hemos de contribuir.
Queridas y queridos colegas, el día que tanto hemos esperado y por el que tanto hemos
luchado ya llegó. Hagámosle honor con nuestro caminar.
Muchas gracias y muchas felicidades.

La educación es lo que sobrevive cuando todo lo que se ha


aprendido se ha olvidado.  B.F. Skinner

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