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Poéticas del desamparo: Una indagación en la literatura chilena de fin de siglo View project
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Antología – Crítica
paginadura.com
“Poetas Actuales del Sur de Chile. Antología – Crítica” de Oscar Galindo
y David Miralles fue editado como libro bajo el sello Paginadura
Ediciones, Valdivia 1993. Dicha edición contó con el auspicio del FONDO
PARA EL DESARROLLO DE LA CULTURA Y LAS ARTES, 1992.
PRESENTACIÓN
(I. NATURALEZA)
Archipiélago I
“Sólo el tiempo más allá de los archipiélagos.
El tiempo convertido en un horizonte desesperadamente vacío...”
Rolando Cárdenas
Canales de antojos,
adelgazándose y abriéndose
abruptamente a ensenadas pacíficas.
Rocas, viento,
Dawson
1
Braun, M. Carta a Kuffe del 13
8
1894 citada por Martinic, M., en “Panorama de la Colonización en Tierra del Fuego entre 1891 y 1900”
en Anales del Instituto de la Patagonia, Vol. IV, No. 1.3, Punta Arenas, Chile, 1973.
2
Borrero, J.M. La Patagonia Trágica, pág. 43., Editorial Americana, Buenos Aires, 1967.
3
Braun, M. Carta a Mc Clelland del 9
Stubenrauch. Mc. Rae; Mr. Bond:
expertos cazadores de indios a sueldo.
5
1884. Cf. Martinic, en ob. cit. (* “Estamos absolutamente preparados para los indios;
en efecto, tengo seid hombres que no hacen más que
mantenerlos a raya”.
4
Gusinde, M., en Hombres Primitivos en la Tierra del Fuego; de investigador a compañero de tribu,
Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1951.
5
Glosa de carta de Braun a Mc Clelland, el 29
1
1896. Cf. Martinic, en ob. cit.
6
Saint John Perse, Crónicas, Compañía General Fabril Editora, Buenos Aires, 1961.
“Ninguna fiera se ha comportado
de manera tan cruel como lo han hecho
los blancos contra indios indefensos”. 7
Urgente fue la eliminación del guanaco,
envenenamiento de alimentos, ropas, baleo
indiscriminado. Fotografías.
7
Gusinde, M., ob. cit.
8
Borrero, J. M. ob. cit. Cf Album editado por la Orden Salesiana en la Tipografía Salesiana de Turín,
1907. (* “Esta instantánea de algunos cazadores de
indios en Tierra del Fuego hará comprender
mejor la mísera condición del fueguino y la
grandeza del beneficio aportado
por los misioneros salesianos”.)
9
Carta de Woodsend a Braun, el 7
11
1896, en Martnic, ob. cit.
10
Pound, E., Cantares Pisanos, Editorial Joaquín Mortiz, S.A., México, 1975. Canto LXXVI.
“... estamos moviendo cielos y tierra
para obtener que el Gobierno chileno
remueva a los que quedan hacia
Isla Dawson”. 11
Y en 1911, Septiembre,
expiró el contrato de la Misión en Dawson
con un cementerio de ochocientas tumbas.
Despedida
Ahora, al terminar,
os agradezco haberme escuchado. Os he hablado
de un mundo que ya no existe: Inviernos atrás,
el Kolliot ocupó
las tierras que Taiyin, por encargo de Temáuquel,
distribuyó entre nuestras treinta y nueve estirpes:
Cada Haruwen, cada territorio, poseía un cielo,
13
Merton, T., Ishi, Editora Pomaire, España, 1979.
14
Vuskovic, Sergio. Dawson. Ediciones Michay, S.A. Madrid. 1894.
un Sho´on. Y había tres cielos. Entonces cada
Haruwen fue ocupado, cada cielo violado.
Violación de Cielos en el Sur. El Kolliot
cercó nuestros cielos y estrellas.
Ató nuestros Haruwen a sus motivos de lucro.
Cazó, no, destruyó
a nuestros guanacos. Blanqueó de ovejas el Sur.
Se nos persiguió y asesinó. Envenenaron
al guanaco blanco para diezmarnos.
Enviaron ropas infectas para que con-
trajéramos enfermedades. Hubo
una gran guerra con el blanco. Y fuimos
expulsados de nuestros Haruwen, de nuestros
Sho´on milenarios.
No hago recriminaciones
ni me lamento. Poco armonizan con nuestro carácter.
Yo estoy en paz. Les he hablado de la vida
y de la muerte. Nuestros hombres
habitaron Karukinka desde tiempos
remotísimos. Y cada río, ave o cerro
testimonian nuestro paso como petrifi-
caciones.
Mar yámana
I
He aquí un canto
más hermoso aún
que una tribu de yaganes
navegando en la aurora o
más todavía,
que ese pastoreo de peces en
las santas aguas de Onashaga.
Leyes
casi inexistentes por su fortaleza.
Tempestades de tranquilidad
en las que divisamos desde lejos
la misteriosa pincelada del gaviotín
monja.
II
(Y te invoco, mar,
aliéntame a cerrar los ojos.
Te invito a cantar en tu nombre).
(V. QAWASHQAR)
Qawashqar
Nómades pequeños,
independientes, cohesionados por una canoa
de troncos. Sin jefes. Ni ciudades.
Su economía: mariscos, caza, pesca
y ballenas varadas en cualquier orilla.
Rudimentarias sus técnicas,
móviles sus fuegos protagónicos.
Expertos imitadores del vuelo de las aves,
del ronquido de las focas, de los discursos
humanos. Taciturnos,
como paisaje que esculpe un desmembramiento
de glaciares que se licúan.
Archipiélago II
Archipiélago de Occidente.
Fiordos. Anónima Travesura.
Insignificante cordillera patagónica
de infranqueables muros verdes.
Gigantescos glaciares
cepillan los archipiélagos.
Archipiélago,
conmovedor como un templo
a la hora de la tarde.
(VI. DESPEDIDA)
Preguntádsela al kolliot.
Murieron de Occidente.
15
Kay, Ronald. Revista “CAL”, Arte y Expresiones Culturales, No. 3. Santiago, Chile, 1979.
MARIO CONTRERAS VEGA
Y yo
no oso abrir la boca, alzar
el vaso trémulo para anunciar tu canto.
No me preguntes
No me preguntes cómo pasó el tiempo.
Tal vez
no tengo tiempo propio. Mi tiempo es de los árboles
del río
que me cuenta la historia de la tierra o
del humo
que azul recorre el cielo del verano
y otea
el camino por el que vienen
corriendo los verdugos.
Descubrimiento
Descubro
mi poca pinta de héroe o joven de película.
Jane –o cualquier otra- se moriría de hambre
entre mis brazos.
Espera
Está asustado
Desde la jaula
Vienen a observarnos
atenta, atentamente los pajareros
quieren
que repitamos las mismas necedades que ellos,
que digamos...
El pájaro
ya no nos comprende.
Tiempo
Un día más
para avistar
el árbol
lento mástil en torno a quien
gira la tierra.
Renacen
las oquedades
mientras del tren aéreo
desciende
el viento
el sol
el dedo
de Dios lleno de agua.
Y el día pasa
entre una y otra abertura de los ojos.
El gallo
Mucho tiempo
para rememorar los días felices de la memoria
el oscuro café bebido antes que el sol se yerga
el oloroso pan como la flor del ulmo.
Tiempo
airoso tiempo para tirarnos boca arriba
a escuchar con miedo los ruidos subterráneos.
Tiempo
Infinito tiempo para marchar por el interior de los gusanos.
La barca
Declaración de guerra
Huye
Corre
Salmos: 26-2.
Aposentado allí
donde se forman ocultos designios,
las pasiones violentas se encienden,
puede el maestro saltar de gozo
al escuchar su voz en el discípulo,
también estremecerse ante la apostasía).
Lugar sustraído a las miradas
de los hombres, en donde sólo
ÉL
escudriña
(“emblema de la potente fecundidad
de las celestes inteligencias”)
allí, en el exacto, en el mismísimo
ha quedado traspasado por la prueba.
Delitos de aflicción
Con pena de muerte
padre
reclamo ahora
airado
tu abandono.
Status de náufrago
Bien lo sabíais;
(y de su fe irrenunciables en ellas).
Eso sí,
de mixtura y proporción exacta.
Ustedes,
los ufanos verborreicos
no bastáronles el desangre de esos días
en que campeaba la anemia
tanto y tan perniciosa.
Desatendisteis las palabras que importaban
dandoos con gula al festín parlante.
(Dilema de facultativos el atender
las veleidades de la semiología).
¡No le escuchéis!
Pero, nada.
Bien sabíais que no se trataba de exorcismos ni taumaturgias.
Sólo alimentar el verbo.
SIMPLEMENTE ALIMENTAR EL VERBO.
y ahora,
que ya no sois más mis compañeros deste juego
junto a tácita convicción
yazgo
YO
el dialítico
el dialéctico
status d náufrago
Cirujano o legista,
bisturí o escalpelo. Da lo mismo.
¿Y que de mi identidad?
¿Qué hay con mi identidad?
Declaro sin embozo ante los notorios,
cualquier ministro de fe
allí van mis huellas dactilares, plantares.
mi impronta,
los pabellones de mis orejas, dono
Dono mi nombre
Dono mi nombre.
Mi nombre también dono.
¿Desea alguien servirse de mi nombre?
si no testaferro de Dios!
Recado para eventuales lectores y a todos
aquellos que de él fueron
Yo soy el otro,
Mi situación es buena
Desde la amanecida
el polvo que cubre el silencio de los árboles
ha comenzado a ocultar esos recuerdos
que asocio con las últimas frambuesas de diciembre
Tú te enredas
en una madeja de silencios gastados
allá –al final de ese camino
donde el polvo transforma el rostro de las cosas-
mientras yo paseo la mirada por las islas
como un vagabundo que aún no comienza a caminar
y encuentro una razón hermosa para existir
en el cacareo de una gallina
que se niega a abandonar sus huevos sobre un cajón con paja.
3
Al final de la calle
el muelle introduce sus pies descalzos
en el mar
y las gaviotas con sus alas abiertas
semejan un saludo de paz al forastero.
Te miro
Aunque sé que no estás
Como todos los días
Quizás barriendo el patio
O colgando la ropa recién lavada
O quizás
Recordándome un momento
Como yo lo hago
Te miro
Aunque sé que estás más allá
de esos cerros
Más allá de lo que puedo
caminar en un día.
Pero te miro
Porque para nosotros
no existe el tiempo
Ni el espacio
Y te veo en cada una de las flores
En el río que canta
En el agua que moja mis pies
Y mis manos.
10
11
12
14
Territorio de la esperanza
La esperanza no es primavera
así sea.
De: Los que no vemos debajo del agua (1986)
Yo limito
Yo limito
Yo limito
Yo limito
Yo limito con el escapulario que me colgaba del cuello,
y con la imagen de la Virgen del Carmen entre dos oficiales de barba,
y con el mes de María,
y con los crucifijos oxidados sobre los marcos de las puertas,
y con la salvación eterna
escondiéndose siempre bajo distintos sombreros
Yo limito
(1981)
ELICURA CHIHUAILAF
un día de invierno
de bandurrias
sus abuelos
mis costumbres
KallfuMALEN
Si vienes, me digo
te ofreceré, al salir el sol, mis cantos
y metawes
junto al agua
Pero eres la visión la sombra, y estoy solo:
los treiles se van perseguidos por granizos
en vano las ramas del árbol intentan
espantar al invierno
En el infinito, me digo
Carta de infancia
del paisaje
en mi corazón
en el mar
Xanakvnukifilmvn
liwkwnko
mvlekeymi
Kvnuge mi puh
No lo dejen solo
del alba
Tierra de Arriba
del sol.
de la fertilidad
Pewmafiñ ta we kvyh
feypi
ka liftukefiñ lelfvn
Petu ñi nienun dugu
ka rayen rume ñelay
(alv kamapu mvleken)
Tvfawla ñi pu ñawe deumalkefiñ
pvlata ruka
ka kvrvf negum mekeyma enew
ñi logko
viento
Trufvn ko pewma
de la confusión
ni a mi mujer
se cierran
Kisulen, piwvn
wenu bewfv Pvnon Coyke
rume pvjelelu xokifiñ
Awvgejan Gvnecen dew akun
revlkantumekeal mvten
ban akuafuy:
pile.
nada más
tañi kadi
ta kvxal
mi costado
apagado el fuego
y la primavera retorna
y me saluda llorando
mientras aleja la balsa
de las orillas de mi Sueño Azul.
CLEMENTE RIEDEMANN
Shalamankatun
“Viviréis en reducciones.
Cada lonko o jefe de familia
dispondrá de un cuadrado de tierra
el que le será permitido dividir
en nuevos cuadrados
para los hijos varones al casarse.
No crezcáis, no os multipliquéis en demasía
porque, como veréis, los cuadrados
se irán tornando más estrechos cada día.
miedo
hambre,
descendieron de la tragedia
a la comedia
labraron
edificaron,
desposeídos...
“Dämmerung,
dämmerung niederkommend.
No me queda nada.
De todo lo que me dieron
no me queda nada.
Dämmerugn, dämmerung
alles auslüschend”.
1953
aquí comienza la Edad Dorada
la época de la más lúcida locura, molino
de oscuridades que iluminan
las musgosas vastedades del otoño.
1953
El agua escurre lenta
por entre los adoquines de la calle Beauchef.
De la sombra brota otra sombra
y entre paréntesis el que venía, llegó.
¡Oh 1953!
Destruidos están para siempre
los negativos de la aurora.
Sólo se tienen las palabras
para defenderse de la muerte.
Rewind
Zulema en gris
La ventana
de mi pieza en Valparaíso
no daba al mar: nunca vi las caracolas
caer de rodillas en la playa
expulsadas por el mar, ni produje
sombra con mi mano para ver al tope
las banderas de los barcos que traían automóviles.
Sorda es la noche
y mi corazón se encuentra a tono
con el universo.
En la puerta del bar compongo
una canción que no levantará polvo.
Me alegro de la vida,
de sus festines y tragedias,
en esta noche en que todo lo oigo:
rumos de papeles
Que el viento arrastra por las calles,
palabras que alguien vocifera
y luego escribe
en los muros sudorosos del WC,
aullidos de monedas que se despiden
en la puerta del bar.
En la puerta del bar se detienen,
por un momento, los cometas.
No me pondrán entre rejas
por entonar esta canción.
¿Quién va a ponerme tras las rejas
por entonar una canción?
MAHA VIAL
y excremento
en el tiempo
4
Me hiero la espalda con el condensado
universo
en tu mano.
Camino.
Con lo que hay de humano sonrío.
Y la bestia gruñe.
Cae un edificio a mil Kms. de mi estatura.
otras ventanas
otros muertos.
Detrás de la niebla
en el planeta minúsculo de mi cuerpo
saboreé plantas y sexo
antes de crecer trágica – mente
bajo los mandatos del siglo.
de la corrupción
el placer de quebrar
cabezas.
de huesos.
Es extraño:
Y yo apoyada en un muro
(disfrazada de frívola)
musito en inglés:
12
mi reflejo es la confusión.
esperando
Septiembre, 1981.
La cuerda floja
(selección)
Anduve destripándome
torturante y ajeno.
De pronto
en otra esfera
macabra
Nos gritan fuerza desde abajo
nos gritan paciencia
resistencia
(¿o resignación?)
Dos en la cuerda
y aquí te amo
extremo mío.
agazapadas
del subconsciente.
9
10
abejas
pequeños placeres
con tu sexo solitario.
Y estoy como tú
en la misma circunstancia histórica
conspirando con mi retrato
en contra de imbéciles gobernadores.
12
Te seduzco
te saco los zapatos
te amo.
(Continúas la escena del llanto)
vivir y morir.
13
Decídete
pájaro mío
pósate en el último alambre
de la colina.
Ríete, ríete, ríete.
Y aunque estamos tan cerca de la nada
yo quiero vivir
a pesar del temor.
14
Me duele amarte.
Gimes.
Construyo volteretas.
La maravillosa circunferencia del sexo
te canto.
Alguien me lanza piedras
no me doy de bruces.
Aún no es tiempo.
16
Anhelo reír
ponerme en el claro
de tu mirada
el dolor de ser
trapecistas de la muerte.
18
No logro tu sonrisa
ni una media hojarasca de la burla.
Amado
Ven
acerquémonos de frente
boca a boca
vulva a falo
corazón a corazón
tengo una infancia que mostrarte.
21
vitales.
Nos quejamos
(bestias al final del trayecto)
trasvasijamos células y misericordia.
La cuerda cede
(había de ceder)
y sin rostros sin Dios
nos vamos
como pequeñas hojas
contra el viento.
Septiembre, 1981
TOMAS HARRIS
II
III
IV
A la hora última
se van focalizando los incendios hacia la noche,
se propagan desde los cuerpos
que estallan como invocando el sol de mediodía.
Mar de la esperanza
La calle última
La fisura
Aclaraba,
Pero de pronto se encendieron todas las luces,
los fuegos artificiales a través de la niebla,
eran neón magro, cartilaginoso y vivo,
magentas y turbias brillaban como por cuenta propia,
fantasmagorizándonos;
al verlas supimos que eran un llamado,
un guiño de cuenca,
una advertencia,
parpadeaban calientes,
salpicaban esas luces la calle enmierdando el amanecer
sobre la niebla vencida,
Cotton Club, decía el letrero luminoso,
nos dimos cuenta que era una palabra mágica,
un efecto especial,
estábamos en el Cecil Bar,
el Cotton Club de Concepción,
derrumbado tantos años atrás,
el edificio se configuraba a través de la niebla,
espeso,
cadáver,
amarillento,
música había,
había hembras,
había quejidos,
y el amor,
estábamos en los tiempos de la prohibición.
Mar de la disolución
Finis terrae
Si queréis morenas,
la piel como la uva,
la piel cebada,
la piel tostada y suave, toda terciopelo estará abierta,
será higo partido y ya maduro, revelando rojo su interior.
Entre el humo.
Interiores.
Entre el humo:
mancebos neoyorquinos visitando ruinas arqueológicas,
flagelándose en las calles llenas de alta hierba y coke,
“aún no hemos visto nada” dice uno.
“Subiremos a ver las ruinas desde arriba” agrega el otro.
Entre el humo:
de la tierra levantando el vuelo,
en el transbordador se inicia la primera orgía del espacio.
Durará cuarenta vueltas a la tierra.
Se contemplarán diversas ruinas desde las alturas.
El nuevo diluvio será blanco, por cuarenta días y sus noches
será blanco cayendo hacia la tierra.
Entre el humo:
cruzan los motores rojos por un cielo rojo.
Un transbordador todo de oro sube a encontrarse con el alba.
Los mancebos medio hastiados ya, exclaman:
“deseamos, queremos ver las ruinas”.
Se escuchan risas en el aire, en todas partes, periódicas se oyen.
Entre el humo
un mancebo mira por un hueco en la carlinga,
se da vuelta, ajusta los controles y levanta la copa de champaña
Después dice, hablando a otro, “salud, hemos de volver
hacia la tierra, hemos de parar en las montañas”
Abajo brilla el mundo recién amanecido,
entre sombras redondas, azules y plateadas
Entre el humo:
la gran luz cruzando el alba, siguiendo una perfecta
curva parabólica,
la gran luz toda de oro la gran luz.
La mujer tierra
La mujer Nazca
Una mujer
Pero si descendemos,
Detrás del ojo está el cuerpo,
detrás del tajo está el vientre,
adentro del aire, la gente.
En el cuadrante azul
Aprendiste a reír
bajo una dictadura,
a hacer el nudo de la rosa,
a escribir la palabra Chile
en la oscuridad del pizarrón
Y aprendiste a amar años más tarde
o simplemente a fornicar
en las esquinas de tu vida
Pero aún no sabes
cuál de todas las estrellas
es la estrella
atrapada en el cuadrante azul
del universo
que ahora nos reúne
como las rotas palabras
de una fábula.
(3: 45 A.M.)
3: 45 A.M.
El viento dispersa el polen de las flores
bajo la claridad lunar.
Una muchacha cruza el puente solitario
bella y transparente como una medusa.
El viento la arrastra bajo sus brazos tumultuosos
y extrañamente no peina sus cabellos,
3: 46 A.M.
Mis binoculares la captan
envuelta en el fascinante nimbo de la madrugada
hacia el final remoto del puente
donde desaparece acaso
con un grito que el viento ahoga
en la turbulencia de las aguas
3: 47 A.M.
Recuerdo entonces
la afamada letra de un bolero
y con los ojos cerrados canto tristemente
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero
Dictados
(selección)
IV
VII
XII
Me leo a mí mismo
Me leo a mí mismo
y no puedo celebrarme
al comprobar que toda ficción
se reproduce a sí misma
ante los propios ojos del fabulador
que toma por suyo
aquello que abandona
en los campos vacíos de su imaginación
Me leo y me obligo
a este acto sacrílego.
En un oscuro principio
En un oscuro principio
el verbo tal vez se retorcía.
Amenazaban con castrarlo
con las primeras luces del alba.
Pero el verbo consiguió reproducirse.
Tomó las caras incomprensibles
de un remoto futuro.
Renovó sus fuerzas
estrellándose cada tanto consigo mismo.
Negando a cada paso su pasado.
Extrañándose de sí mismo.
Repartiéndose en miles de pedazos
enemigos entre sí.
Escapando de su muerte
con pequeños sorbos de veneno.
Abrazando finalmente los repugnantes íconos
de otro dios.
En medio de la niebla
oímos
el murmurar de las playas ahora empobrecidas,
saqueadas, cerradas con alambres de púas
por Trasnacionales.
En medio de la niebla
oímos
la quebrazón del aire que reclama a gritos
nuevos puntos cardinales.
Nosotros sólo soñamos con las hermosas tierras que no son nuestras. En
pesadillas vemos los valle anegados, los animales sin cabeza y las mujeres
de negro y sin rostro que vagan por los caminos perdidos de la lluvia. La
Cruz del Sur señala los cuatro puntos cardinales ¿pero dónde estará el Sur
si no podemos ver las estrellas? Aquí encaramados en los altos, sólo
podemos vernos cuando relampaguea
(MITO – HISTORIA)
Atardecer en Changüitad
Florecimiento
(MURMULLOS Y MISTERIOS)
Testamentario
A Sandra
La anunciación
(Esperando a Ganímides)
(selección)
Todas.
Y yo, pobre tortuga picada de muerte,
tiemblo esperando a Ganímides,
el imposible y definitiva Ganímides
de la copa desbordada.
La bomba de neutrones
podría sorprendernos en el respiro
menos importante.
El beso detenido en la pantalla del Tiempo.
Las hojas de los árboles
El tronco de los árboles
Las raíces de los árboles
inmóviles...
Pero tú vendrás, Ganímides.
Busquemos un lugar
para incluirnos entre los inmortales.
Un nidito
en la trizadura del tiempo.
Travesía
Chacao
Doña Sebastiana II
Butachauques
En el sueño
mi hijo se cruza carapintadas
que allanan poblaciones.
Reconozco sus arcos y flechas infantiles
y lloro encogida
mirando el blando cuerpo
lloverse, recibir el embate del odio
tan desprotegido de mí.
Aulín
Conocerá a tu padre.
El es un callejón de casas altas
y ventanas oscuras.
De estas que hay en las islas.
En la última ventana, una luz.
Y uno recorre toda la calle
y todas las piezas
buscando esa luz.
Papeles
Inauguración
Restos
Cenicero
Texto
Un par de palabras
que alguien lanza al azar
como algunos restos
que se arrojan al centro
de la calle.
Un par de palabras
hijas de la improvisación
dejando caer su dictadura
sobre el fondo blanco de la libertad:
Róbinson en la inauguración
En la noche abierta
soñó que estaba solo
desnudo en medio de la población
y que nadie lo quería
Desgaste
Sale a la luz todo aquello que ahuyentan a los tordos de las ramas
más altas
bajo la niebla parda de un mediodía de invierno (Eliot)
sólo que en una ciudad real
que no está en este cuadro
con ruidos de bocinas y gritos
-la comprobación de estar vivos-
Esa expresión de los hombres
donde el sentido tiene poco precio (H. Bremond)
y se desgasta
mientras el crudo invierno se disuelve (Horacio)
en este hablar roto donde sólo la muerte es la encantadora
de serpientes
En el lugar
donde preparó un té la madrugada especulando sobre
un cambio de giro de las cosas
sin seguridad pero pensando
cualquier cosa es posible
que aún estamos con vida (H. Magnus Ensenberger)
Lo que sobra son huellas, son marcas, son gestos:
la misma trizadura
Cholkiñmangey ñi furi
We kanchatufuy ñi kuwü
alün tralka kontupaeiñmew
tungey ñi fücha casikeyem
ka inchin wüklelngeiñ.
Cholkiñmangey ñi fury
katrüñmangey ñi lonko
iñ fücha wapo casikeyem
ka banderanmangey
ñi truülke-gury
ina ñí lonko
koriontukuñmangen.
Le sacaron la piel
Kedintu-Kedintu
Lautraro-Lautraro
pi ñi wirafün,
ñi pu trewa inanieyew
kürüfreke.
Un hombre va galopando
en la pampa
y su chiripa galopa
sobre su caballo
llamando sus perros.
Toda la pampa escucha
sus gritos
Kedintu-Kedintu
Lautraro-Lautraro
dice su galopar
y sus perros lo siguen
como el viento.
Rupa-rupagey tripatü,
rupa-rupangey mapu,
kanchalen ka dewma
pepi dunguwelan.
Dios
Trarin pewma,
kimno dungu
ñipülli ñi wirarün
kintunmew ñi pu alwe.
Dios
¿Güyngelaumi?
Dios
Dios
¿no tienes nombre?
Kuwu ñi aukan
Ñi kuwü
ailay wirialu
kiñe fücha profesor
ñi dungu.
Ñi kuwü
ailay wirialu
inchenodungu
Ñiküfalu eimi
pienew
ñi kimngam ñi ñiküfün.
Ñi küwu feipienew
mapu pepi wiringelay.
Rebelión
Mi mano
me dijo que el mundo
no se podía escribir.
Wenumapu leufü
Wenumapu leufü
umagtuy rangin rüpü
kallfüwenu leufüko
witru-witrungey.
Feymew füchkütukey
ñi füchakecheyem
ka müñetukey tüfachi mapu
ñi lifkomew,
wenuku
kiñe alengechi trafuya,
kiñe chokon trafuyamew.
Ti leufü umagkünowi
Wenumapu leufü kanchatumekey.
El río del cielo
Ka-wün
Rüpu
Lefün wenuntumeael
ñi füchake cheyem
ñi ñamkülechi dungu.
Kuyem-mew,
mawidamew,
allkü-ngenochi dungu allküfin
gürken piukeme w
llegpachi antümew
ñi krüf-ngeam pülli
wech-wechngechi dungumew.
16
En este mismo sentido Juan Cámeron señala que los inicios del trabajo neovanguardista se encuentran a
principios de la década del `70 en torno a escritores de Valparaíso: “El lenguaje sincrónico se presenta (y
en esto, por tratarse de datos históricos, concuerdo plenamente con Gonzalo Millán) en la década anterior,
en los trabajos de Guillermo Deisler, Cecilia Vicuña y los habitantes del Café Cinema, en Viña del Mar.
Deisler experimenta con poesía concreta en Antofagasta, cercano a la revista Tebaida. Cecilia Vicuña
(1948) presenta en Junio de 1971, y junto a Matta y Bertoni, su escultura “otoño”, llenando de hojas secas
una sala de la Biblioteca Nacional. Juan Luis Martínez (1942) y Fernando Rodríguez (1949), Eduardo
Parra (1941) y Thito Valenzuela (1944), y algunos desertores de la literatura, experimentan con diversos
elementos lingüísticos, iconográficos, culturales. Tras todos ellos la sombra de Jodorovsky brilla como en
un happening”. (1988: 211-212).
encontraría en términos de vigencia y hegemonía en el contexto de los
movimientos y grupos de ese momento:
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Se trata de un volumen que estudia de manera exhaustiva la poesía chilena actual y particularmente la
escrita en Concepción (1973 – 1988), preparado por Alonso, Mestre, Rodríguez, Triviños (1989), e
incluye además una antología de textos representativos.
autogestionario, en la publicación de revistas de asistemática continuidad y
en la irrupción de una serie de talleres y agrupaciones culturales que han
generado una persistente actividad18.
18
Una visión panorámica de la poesía chilena actual la ofrece Iván Carrasco (1989), como asimismo Luis
Ernesto Cárcamo (1990).
respecto Sergio Mansilla, uno de los más interesantes poetas originarios de
Chiloé, ha señalado lo siguiente:
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La investigación del contexto de producción de la literatura en Concepción durante el período 1973-
1988 ha sido desarrollado por Gilberto Triviños en Las plumas del colibrí (1989) y nos excusa, tal vez, de
un desarrollo más amplio.
De continuidades y rupturas
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Javier Campos, en uno de los estudios más completos que se han escrito sobre la poesía de los 60,
señala la impropiedad del apelativo de “lárica” para esta poesía: “La poesía de Jorge Teillier, aquella que
buscaba un tiempo de arraigo en las comunidades donde la naturaleza del sur chileno, parecía no
desvastada, dejaba en los poetas “láricos” de la joven poesía, por el contrario, una relación bastante
conflictiva con aquel espacio provinciano. El idílico mundo rural teillierano desaparecía cada vez más por
el avance inminente de cierta civilización que irrumpía en la “casa natal” (Jaime Quezada, Omar Lara,
Floridor Pérez, Enrique Valdés, entre otros, son los ejemplos más relevantes)”. (1987: 23)
Resulta evidente que ni Trujillo, ni Torres, ni Contreras,
por citar algunos, visualizan la infancia o lo lárico como espacio
privilegiado o de refugio ante el mundo que los agrede; más bien al
contrario, destaca en ellos un sentido de desencanto y de evidente
desmoronamiento de esa hipotética Arcadia, como vemos en el texto “Los
viajes” de Jorge Torres:
............
“Si digo
LA POESÍA ES UNA TORRE DE BABEL,
Me acusarán de poco original.
Si digo:
LA POESÍA ES LA ORDENACIÓN DEL CAOS
EN LA PALABRA
me acusarán de cursi.
Si digo:
LA POESÍA ES UNA CASA DE PUTAS
Y LOS POETAS SUS CAMPANILLEROS,
me acusarán de obsceno y procaz.
Por eso cierro el pico.
So pena, me acusen de complicidad”.
“Y yo
no oso abrir la boca, alzar
el vaso trémulo para anunciar tu canto”.
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Una visión de la poesía y cultura mapuche actual la encontramos en el texto de Elicura Chihuailaf:
“Mogeley mapu ñi püllü chew ñi llewmuyiñ (Está vivo el espíritu de la tierra en que nacimos)”, que
además incluye una antología de textos relevantes (1992: 119-154).
Los poemas son, así, elementos que pertenecen a la
memoria de un pueblo y, por lo mismo, su opción se alejará de la
persistentemente anunciada, inutilidad de la poesía.
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Sobre las relaciones de la oralidad y la escritura en la literatura mapuche, Sonia Montecinos afirma que
“junto a la literatura oral, de la cual hemos dado cuenta sumaria, se ha desarrollado una escritura mapuche
que comienza a manifestarse en las primeras décadas de este siglo y que hoy día se plasma y cristaliza en
una “generación” de poetas que combinan formas de la oralidad mapuche con expresiones literarias
occidentales. Su voluntad de escribir, de producir textos, evidencia la “otra realidad” que compone al
pueblo mapuche: los urbanos, los profesionales, los intelectuales indígenas que sin negar su identidad, la
rearticulan en un “proyecto” cultural que “supera y conserva” la tradición”. (1992: 160-161)
“Entiendo la poesía como una revelación donde el papel del que escribe es tan
importante como el del que lee o escucha para establecer ese terreno o territorio
especial donde el encuentro trasciende las palabras”.
cabaret situado en los contrafuertes incaicos, en un cercano futuro. Un cabaret fantástico donde habríanse
de encontrar –sin unirse ni juntarse para corporizar una entidad común- dos realidades: la miseria del
cuerpo y la condición social de la explotación, junto a la riqueza, la sobreabundancia de lo que sea la
técnica y los “bienes culturales” de los pueblos que se dicen ser parte del mundo “desarrollado”. A mi
parecer, la explotación es, en países como el nuestro, condición social necesaria para el bienestar de otros
pocos países. Planeé después el libro completo, como una estructura de pruebas, de vistas a distintos
sectores de un cuerpo-mapa acotado. El libro se constituye como una utopía pero en negativo, un vistazo
icónico al posible futuro de América, en que todo se vuelve objeto de transacción y de venta. Es un libro
irónico, mordaz, dolorido a veces, pero rebelde, en el que sus personajes al final siempre dicen “aún soy
persona, soy esa que existe, que vive, que es”. ¿Qué podría ser esto?: La América marginal, la de los
bordes de la gran ciudad”. (1988: 11)
Los textos a que hacemos alusión, en particular Harris,
Figueroa y Miralles, constituyen un interesante proceso de reflexión que
escapa de las vertientes antipoéticas, para situarse en una atmósfera de
pluralidad, de diversidad conceptual que los alejan de las afirmaciones
totalizadoras.
Notas finales
31. MAACK, Anamaría. 1987 “Desde el silencio de los mares del sur: la
voz de Juan Pablo Riveros en la Tierra sin fuegos”, Extremos 3-4,
51-59.
37. MUÑOZ, Rosabetty. 1981 Canto de una oveja del rebaño (Prólogo
de Mario Contreras), Santiago de Chile, Ed. Ariel.