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Jane WHITTLE, The Development of Agrarian Capitalism: Land and Labour in

Norfolk 1440-1580, Oxford, Clarendon Press, 2000, capítulo 5, pp.225-304.

El desarrollo del capitalismo agrario. Tierra y trabajo en Norfolk 1440-1580.

ABSTRACT

Estamos en presencia de un nuevo e importante ensayo académico sobre las


raíces del capitalismo. La penetrante investigación de Jane Whittle sobre la
Inglaterra rural de los siglos XV y XVI se interroga por el carácter capitalista de
aquella sociedad, y por las razones del cambio producido durante el siglo y
medio bajo estudio. Su libro relaciona de manera inteligente nociones teóricas
sobre la sociedad campesina y el capitalismo con un estudio local de la región
noreste del condado de Norfolk, un distrito destinado a convertirse en uno de
los calderos de la denominada revolución agrícola. La Dra. Whittle utiliza la rica
variedad de fuentes históricas producida por esta región precozmente
mercantilizada, para examinar una amplia franja de tópicos: el sistema
señorial, la servidumbre, la propiedad del suelo, el mercado de tierras, la
herencia, la distribución de la riqueza, el número de trabajadores sin tierra, la
importancia de los asalariados y la evolución de las leyes laborales.

Jane Whittle es Lecturer en Historia Social y Económica en la Universidad


de Exeter, Inglaterra.

Traducción del inglés: Fabián Alejandro Campagne

La presente traducción se realiza exclusivamente para uso interno de los alumnos de la Facultad de
Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires

Whittle, Agrarian Capitalism 1 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


CAPÍTULO 5

“Sirvientes, asalariados y artesanos rurales”


(pp.225-304)

El desarrollo del capitalismo agrario implicó la expropiación de la tierra para la


mayoría de la población. Como hemos mostrado en el capítulo 4, mucha de la
población del noreste de Norfolk no era propietaria o poseía muy pocas tierras
en el siglo XVI. Pero ¿debemos considerar a estas personas como asalariados
“libres” en el sentido capitalista del término, dependientes tan sólo del mercado
para su subsistencia? A pesar de que las diferencias en las formas de trabajo
son centrales en la teoría marxista sobre el cambio económico de largo plazo,
en el debate sobre la transición falta todavía un examen detallado de cómo las
personas sin tierra vivían y trabajaban en la Inglaterra rural temprano-moderna.
No podemos asumir sin más que los no propietarios se transformaron
necesariamente en jornaleros empleados en grandes granjas. Este capítulo se
pregunta qué formas de generación de ingresos al margen de la propiedad de la
tierra eran evidentes o posibles en el Norfolk de los siglos XV y XVI, y qué tipos
de trabajadores componían la fuerza de trabajo rural. Por ello, nos interesarán
tres tipos principales de ocupaciones: los sirvientes permanentes, los
asalariados eventuales, y los artesanos rurales. Ello nos permitirá conocer
cómo sobrevivían las familias que no tenían acceso tierra, cómo hacían quienes
poseían tierras para complementar sus ingresos, y quiénes estaban disponibles
para trabajar como asalariados rurales.
En conjunto, asalariados eventuales y sirvientes permanentes proveían a
la agricultura una fuerza de trabajo paga. Sin embargo, sus formas de empleo
eran significativamente diferentes. Los sirvientes eran contratados casi siempre
por el lapso de un año entero, y vivían en la casa de sus empleadores. Eran
jóvenes, solteros, y mujeres en igual proporción que los hombres. Muchos
aspectos del empleo de los sirvientes rurales se parecen a las condiciones de
trabajo de los aprendices de artesanos. Pertenecían al mismo grupo de edad y
tenían un mismo origen social. Trabajaban duramente a cambio de casa y
comida, y para entrenarse en la adquisición de ciertas habilidades. El
entrenamiento era un elemento más importante para los aprendices de
artesano: el hecho de que los padres pagaran para que sus hijos aprendieran
un oficio, y el que los aprendices fueran usualmente varones, es un reflejo de
ello. La especial naturaleza del artesanado también implicaba que los
aprendices permanecían con el mismo maestro, usualmente por el término de
siete años, mientras que los sirvientes agrícolas con frecuencia cambiaban de
amo al finalizar su contrato. Sin embargo, el hecho de que los sirvientes eran
descriptos como sirviendo en el “arte” u “oficio” de la agricultura, y que los
aprendices que trabajaban a la par de sus maestros artesanos eran usualmente
descriptos como sirvientes, indica que los contemporáneos percibían ambas
posiciones como semejantes.1 Los artesanos rurales con fortuna diferían poco
en status social de los tenentes promedio; de hecho, a menudo aquellos

Whittle, Agrarian Capitalism 2 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


también poseían sustanciales extensiones de tierra. Su modo de trabajo
también era similar: eran dueños de sus propias herramientas y materiales, y no
se empleaban a cambio de salario. Muchos artesanos rurales, sin embargo,
apenas eran distinguibles de los asalariados agrícolas, puesto que también eran
pequeños tenentes y trabajaban a cambio de un jornal diario. Algunos
asalariados agrícolas, como los pastores, eran considerados trabajadores
calificados y especialistas al igual que los artesanos. Pero incluso asalariados
más convencionales estaban también especializados en tareas específicas,
tales como la siembra o la instalación de cercas.
Lo que estos tres grupos compartían era su independencia respecto de la
propiedad de la tierra. Esto no quiere decir que no tuvieran tierras, sino que no
dependían totalmente de ellas para la obtención de sus ingresos. Su standard
de vida no estaba directamente determinado por la cantidad de acres que
poseían, puesto que generaban ingresos a partir de otras vías. Sin embargo, no
eran marginales en términos sociales o económicos. La disponibilidad de
trabajo asalariado garantizaba la rentabilidad de las grandes granjas, tanto
como el empleo eventual y la producción artesanal otorgaban viabilidad a las
pequeñas explotaciones. Tampoco eran marginales en términos numéricos. Sin
embargo, donde estos grupos han tendido a adquirir carácter marginal ha sido
en la descripción histórica de la economía rural inglesa. 2 En parte, ello es
consecuencia de lagunas en la documentación: tanto el trabajo asalariado como
el artesanal están escasamente documentados en los siglos XV y XVI, mientras
que abundan los documentos relativos a los propietarios de tierra. Pero se trata
también del resultado de errores de concepción acerca de la extensión y
naturaleza del trabajo asalariado. Los estudios referidos a este último fenómeno
muy a menudo han girado simplemente en torno al nivel de los salarios, lo que
tiene poco o ningún significado, a menos que se lo ponga en el contexto del tipo
de trabajo desarrollado, y de la importancia que dichos salarios tenían en el
presupuesto total de la economía familiar. También los sirvientes residentes
tendieron a ser ignorados, ya sea por considerárselos equivalentes a los
asalariados o a al servicio doméstico del siglo XIX. Este capítulo espera
avanzar más allá, para llenar estos vacíos y corregir estos sesgos. La primera
sección intenta cuantificar la presencia de trabajadores asalariados y artesanos
en la economía rural. La sección 5.2 se interesa por el trabajado asalariado y el
artesanal en el contexto de la economía de la pequeña propiedad, y por las
variaciones en los niveles de ingresos. La sección 5.3 examina la naturaleza del
servicio permanente en la agricultura de Norfolk en el siglo XVI. Finalmente, en
la sección 5.4 analizaremos la legislación laboral de los siglos XIV y XVI. Tanto
la naturaleza de las leyes aprobadas como la manera en que fueron aplicadas
proveen valiosa evidencia respecto de las formas del trabajo asalariado, y de
las continuidades que en dicha área se verifican entre finales de la Edad Media
y el siglo XVIII. La conclusión sugiere que la sociedad rural en Norfolk estaba
altamente diversificada en este período: existían muchas fuentes de ingresos
alternativas a la propiedad de la tierra. Sin embargo, no está claro si ésto era un
desarrollo nuevo propio del siglo XVI. A causa de ello, y también porque los
más pequeños tenentes no eran mercado-dependientes, así como los sirvientes
no eran asalariados verdaderamente “libres”, debemos ser cautelosos antes de
equiparar la no propiedad de tierras con el desarrollo del capitalismo.

Whittle, Agrarian Capitalism 3 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


5.1. La proporción de asalariados y artesanos en el Norfolk rural

Los artesanos, los asalariados y los sirvientes estaban entre los grupos
gravados por los subsidios votados por el Parlamento en 1524 y 1525. Estos
subsidios fueron los únicos que diferenciaron a las personas gravadas por sus
bienes personales de aquellas gravadas por su condición de perceptores de un
salario -aunque el gravamen sobre los salarios se realizaba sólo en aquellos
individuos que poseían bienes por un valor menor a las 2 libras, y cuyos
salarios anuales alcanzaban el piso de una libra. Desafortunadamente, el
gravamen sobre salarios era bastante uniforma. Sheail nota que aquellos
gravados por esta vía deben haber pagado una tasa standard de 4 peniques en
concepto de impuesto, por lo que estos datos no pueden usarse como
indicadores del nivel de los salarios. 3 Sin embargo en 1525, en South
Erpingham, 78 perceptores de salarios sobre 250 pagaron más de 4 peniques,
habiendo sido gravados por percibir salarios anuales mayores a una libra. La
mayoría percibía entre una y dos libras, pero ocho fueron gravados por 2 libras,
y uno por tres.4 No se requirieron descripciones adicionales de los gravados en
tanto sirvientes o perceptores de menores salarios, aunque en ocasiones nos
encontramos con información al respecto. En South Erpingham en 1524, 61
personas fueron registradas como sirvientes, de los cuales sólo 35 fueron
gravados por sus salarios antes que por sus bienes personales. El término
“labourer” (trabajador, como sinónimo de asalariado o jornalero; n. de t.) era
usado con menos frecuencia. En los listados definitivos, aquellos
específicamente gravados por sus salarios fueron un 14,3% de las personas
registradas en 1524, y un 19,2 % en 1525. Sin embargo, si agregamos las
personas descriptas como sirvientes o asalariados pero gravadas por sus
bienes personales, los porcentajes suben al 16,5 y 20,3 % respectivamente. Si
cruzamos la información presente en los listados de ambos años,1524 y 1525,
el total de individuos gravados a partir de sus salarios suman 400. De ellos, un
45% apareció sólo en uno de los años, el 18% fue descripto como perceptor de
salarios en ambas listas, mientras que un 36% fue gravado un año por sus
salarios y el otro por sus bienes. 5 Si asumimos que una persona gravada un
año por sus salarios continuaba probablemente siendo jornalero al año
siguiente, los porcentajes revisados de perceptores de salarios son el 22,8%
para 1524 y el 15,3% para 1525. 6 Esta cifra puede ser considerada un mínimo.
La proporción de asalariados que hallamos en los listados de todo el condado
de Norfolk alcanza un máximo de 35,7% en 1524 y un 34,7% en 1525. 7
El gravamen de sirvientes y trabajadores según el valor de sus bienes
personales, el movimiento de personas de una categoría a otra en el lapso de
dos años, y la variación en el número de individuos gravados por sus salarios
entre un período y el otro, indican que las categorías empleadas para la
percepción del impuesto era flexibles e intercambiables. En parte, éste es
seguramente un reflejo de la naturaleza indefinida del trabajo asalariado en esta
época: siempre era casual y siempre estaba combinado con otras estrategias
de subsistencia, tales como la pequeña propiedad. Varios autores han sugerido
que existía poca diferencia entre aquellos gravados a partir de bienes
personales valuados en menos de 2 libras y aquellos gravados a partir de sus

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salarios. Por ejemplo, Poos afirma que ambas denominaciones “pueden haber
sido clasificaciones alternativas para la misma clase social, aquellos que
dependían de un salario”, mientras que Dyer considera que la mayoría de los
gravados por bienes por un valor menor a las 2 libras deben ser considerados
directamente como asalariados.8 Ello es confirmado por los listados de la
parroquia de Marsham. En 1524, 37 sobre 56, es decir el 66% de las personas
gravadas por el impuesto, lo fueron por menos de 2 libras. De estos 37
individuos, 15 poseían una casa o tierra dentro del manor (señorío, n. del t.) de
Hevingham Bishops, cinco adquirieron tierra tiempo después, y 17 nunca
tuvieron tierras en el manor. Entre quienes poseían tierras, uno tenía 13,5 acres
y otro 8 acres, 12 sobre el total de 15 poseían entre 6,5 y 1 acre, mientras que
uno sólo poseía una casa [un acre equivale casi a ½ hectárea; n. del t.]. Sólo en
4 de los 37 casos se especifica que fueron gravados por sus salarios, tres de
los cuales fueron también descriptos como sirvientes. Ninguno de los cuatro
hombres gravados por sus salarios tuvieron alguna vez tierra dentro del manor.
La proporción de individuos de South Erpingham gravados por bienes
personales menores a dos libras -el 58,6% y el 54,3%, en 1524 y 1525
respectivamente- constituyen un número muy superior al de aquellos gravados
por sus salarios. Si concluimos que ellos también eran salario-dependientes, el
número de los perceptores de jornales puede incluso llegar a duplicarse, Sin
embargo, existían ciertas diferencias entre los gravados por sus salarios y los
gravados por bienes personales menores a dos libras. En primer lugar, las
mujeres eran incluidas entre los que poseían bienes menores a dicha cifra,
pues nunca eran gravadas por sus salarios. En segundo lugar, una
comparación entre ambos grupos demuestra que los gravados por sus salarios
eran en general más pobres. Resultaba menos probable que estos individuos
tuvieran tierra en plena propiedad (freehold) y era más probable que en 1522 no
hubieran sido directamente incluidos en el pago de impuestos. Por último, a
diferencia de la proporción gravada por menos de 2 libras, la distribución de
perceptores de salarios en South Erpingham muestra un patrón geográfico
distintivo, con mayores porcentajes concentrados en el sur y en el este del
distrito. Las únicas excepciones al patrón son Irmingland y Mannington,
asentamientos despoblados que consistían en un único hogar de la gentry
antes que en una aldea campesina, y Baconsthorpe, cuyos resultados son
alterados porque Sir John Heydon y sus numerosos sirvientes sólo aparecen en
el registro del año 1525. Los dos asentamientos urbanos en el distrito, Aylsham
y Cawston, no poseían proporciones particularmente altas de asalariados.

CUADRO 5.1.

MAPA 5.1.

En del distrito de South Erpingham, por lo tanto, los perceptores del impuesto
parecen haber hecho ciertas distinciones entre las personas gravadas por sus
bienes y las personas gravadas por sus salarios. Parece probable que aquellos
gravados por sus jornales fueran más salario-dependientes: tenían menos
probabilidades de poseer tierras, y por lo general eran más pobres que aquellos
gravados por sus bienes. Ello no significa que éstos últimos no derivaban

Whittle, Agrarian Capitalism 5 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


también parte de sus ingresos de la percepción de salarios, simplemente que
los salarios constituían un elemento menos importante para su supervivencia.
No hay razones para extender estas conclusiones más allá del distrito que
estamos analizando: es claro que los diferentes perceptores de impuestos
tenían prácticas diferentes. En Rutland, por ejemplo, todos aquellos que
poseían bienes por valor inferior a las dos libras eran directamente gravados
por sus salarios.9 Aún dentro de South Erpingham, las diferencias entre el
impuesto de 1524 y el de 1525 demuestra que los agentes impositivos podían
usar diferentes criterios en un mismo lugar en años diferentes. Podemos
concluir que dentro de South Erpingham aproximadamente un 25% de los
afectados por el impuesto eran predominantemente perceptores de salario,
mientras que poco más del 50% eran al menos parcialmente dependientes del
cobro de jornales.
Aún así estas cifras no representan el techo máximo de perceptores de
salario. Una proporción desconocida de la población no estaba gravada bajo
ningún concepto. Con un salario de 4 peniques por día de trabajo no calificado,
un trabajador casual debería haber trabajado 60 días para alcanzar el umbral
de 1 libra. Ello sugiere que la mayoría de los trabajadores calificados, al igual
que los trabajadores no calificados con empleo estable, eran efectivamente
gravados por el impuesto. Era menos probable, en cambio, que los sirvientes
fueran alcanzados por el pago del subsidio, en tanto no habitaban vivienda
propia. Utilizando fuentes relacionadas con el reclutamiento en la milicia en el
distrito de Bramber, en el centro de Sussex, en las cuales los empleados diarios
y anuales eran identificados por separados, Cornwall halló que la ratio de
asalariados respecto de los sirvientes era de tres a uno. En Rutland, la
proporción era de cuatro a uno. Cornwall concluye que los sirvientes
conformaban aproximadamente un cuatro de los trabajadores que dependían
de un salario. También sugiere que no resulta coincidencia que el umbral para
los salarios fuera fijado en 1 libra, puesto que esta era el máximo pagado a un
sirviente común empleado en tareas agrícolas, según el acta de regulación
salarial de 1515 (las actas eran siempre aprobadas por el Parlamento: n. del
t.).10 Sin embargo, sólo los sirvientes varones adultos debían recibir dicho
monto. Por lo tanto, los sirvientes más jóvenes no quedar necesariamente
registrados, mientras que las mujeres asalariadas quedaban por completo fuera
de toda nómina.11 Como resultado, los registros fiscales subestiman
significativamente la proporción de sirvientes en el seno de la fuerza de trabajo
rural.
Sólo ocasionalmente las ocupaciones artesanales era registradas en los
documentos fiscales. En 1522, 1524 y 1525, un total de 55 hombres poseen
ocupaciones artesanales registradas en el distrito de South Erpingham. El
número real de artesanos entre la población gravada debía ser ciertamente
superior, pero aún así algo podemos conocer de las personas a quienes se
atribuía un oficio. Con 14 menciones, la ocupación más numerosa era la de
tejedor de estambre (paños de lana). Seguían luego los oficios de sastre (13),
reparador de techos (7) y carpintero (5). Otros oficios y ocupaciones poseían
sólo entre uno y tres representantes cada uno: tres herreros, tres zapateros,
dos pastores, dos bataneros, un panadero, un molinero, un grabador, un
esquilador, un ministril.12 La mayoría de los artesanos eran gravados por sus

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bienes antes que por sus salarios. 13 Los artesanos registrados se concentraban
en las dos ciudades del distrito, 13 en Aylsham y 16 en Cawston, pues
sumaban más de la mitad del total. Mientras que la ciudad más grande,
Aylsham, poseía una mayor variedad de oficios, nueve de los artesanos
residentes en Cawston eran tejedores. 14 Otros documentos del siglo XVI
demuestran que los tejedores estaban mucho más difundidos en esta región, un
recuerdo de la subestimación del número real de artesanos en los registros
fiscales.15
Una mayor impresión de las falencias de los registros fiscales para
acceder al mundo de asalariados y artesanos, lo provee la documentación del
tribunal local de Marsham para el año de 1566, que incluye la lista de todos los
empleados, sirvientes, asalariados y artesanos de la aldea. Más de 40 años
separan a esta lista de los subsidios de 1524-1525, y aunque algunos cambios
en la estructura social de Marsham deben haberse producido en dicho lapso, la
evidencia no indica que hayan sido radicales. El listado provista por las fuentes
judiciales incluye a 7 jornaleros, 28 sirvientes, y tres artesanos –un sastre, un
techador y un carpintero, todos residentes en la aldea de Marsham. Había en
total 18 empleadores de sirvientes, incluyendo a los tres artesanos, uno de los
cuales –el techador- era también descripto como jornalero. De los 28 sirvientes,
17 eran mujeres, en tanto que sólo dos sirvientes varones estaban registrados
como perceptores de salarios de adulto. El resto de los sirvientes varones sólo
recibían casa y comida. La documentación fiscal de 1524 para la aldea de
Marsham sólo registra cuatro personas gravadas por sus salarios, tres de las
cuales eran identificadas como sirvientes. También incluyen un único artesano,
un techador. Por lo tanto, si la estructura social de la comunidad era similar a la
de 1566, es posible concluir que los asalariados eran usualmente gravados por
sus bienes antes que por salarios, y que los artesanos no eran descriptos como
asalariados. Las sirvientes mujeres, a pesar de que muchas podían
perfectamente alcanzar el umbral de riqueza de 1 libra, no quedaban nunca
registradas, factor que provoca el mayor índice de distorsión en dicho tipo de
documentación. Los sirvientes varones adolescentes probablemente no
alcanzaban a ganar lo suficiente como para quedar dentro de los registros. La
comparación también indica que la mayoría de las 37 personas gravadas por
bienes menores a las 2 libras tampoco recibían el rótulo de asalariados, aunque
muchos de ellos debían trabajar más o menos esporádicamente en condición
de tales. Es probable que algunos de los gravados por bienes inferiores a las 2
libras fueron incluso empleadores de sirvientes, como el techador cuyos bienes
habían sido valuados en 1 libra. Sólo 8 hombres fueron gravados en Marsham
por bienes superiores a las 2 libras, aunque sin embargo la comunidad tenía 18
empleadores en 1566.
Para sintetizar, del 25% de contribuyentes gravados como perceptores
de salario en el subsidio de 1524, probablemente cerca de un cuarto, es decir el
6% de los individuos afectados por el impuesto, eran sirvientes varones adultos,
mientras que los ¾ restantes eran asalariados jornaleros. Los varones adultos
eran sólo una pequeña parte de la población de sirvientes, la que incluía
también gran cantidad de mujeres y varones jóvenes: una gran parte de la
fuerza de trabajo contratada escapaba al pago del impuesto como resultado del
género, de la edad, o de su falta de riqueza. Llegamos entonces a la conclusión

Whittle, Agrarian Capitalism 7 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


de que cerca del 50% de los contribuyentes eran pequeños propietarios
parcialmente salario-dependientes. Sólo un tercio de éstos eran lo
suficientemente dependientes de sus salarios como para que se los gravara en
calidad de jornaleros o fueran descriptos como asalariados (labourers), en lugar
de ser gravados simplemente por sus bienes personales.
Resulta difícil hallar información ocupacional para el Norfolk del siglo XVI.
Los documentos señoriales, los registros impositivos y los testamentos
raramente proveen descripciones de ocupación u oficio, y los inventarios post-
mortem, una fuente primaria para conocer la estructura ocupacional en otras
regiones, no sobreviven en número significativo antes de 1580. Una fuente que
sobrevive, sin embargo, son los procesos iniciados en los tribunales públicos
del condado (quarter sessions courts). Estas cortes y su documentación son
descriptos más adelantes en la sección 5.4. Lo que aquí nos interesa es el
hecho de que los procesamientos siempre dejan constancia de la ocupación o
el status de las personas acusadas por un crimen, junto con su lugar de
residencia. Los procesos que sobreviven, aunque en forma irregular, son los
posteriores a 1532. Los aquí utilizados datan de los períodos 1532/3, 1539/40,
1542/3, 1558/9, 1561/2, 1567/8, 1571/2 y 1591/2. Para analizar los cambios a lo
largo del tiempo, fueron divididos en dos grupos: antes y después de 1550. Un
número mayor de años debió ser empleado para el período post-1550, debido a
que los procesos no fueron tan numerosos a medida que avanzaba el siglo. 16
Los procesos proveen información ocupacional relativa a la totalidad del
condado de Norfolk y a todos los grupos sociales, desde la gentry hasta los
jornaleros. No demuestran sesgo alguno hacia uno u otro grupo social en
particular17. Aún cuando en las instancias judiciales superiores los rótulos
referidos al status y a la ocupación de los acusados pueden resultar imprecisos,
no ocurre lo mismo con la clase de tribunal local que estamos analizando. 18
Dicho ésto, la evidencia extraída de los procesos debe ser siempre considerada
con perspectiva impresionista. Como nuestro objetivo es estudiar las
ocupaciones rurales, hemos dejado de lado a los residentes de los pueblos y de
las ciudades.19 Incluimos, en cambio, a los residentes de los mercados rurales
más pequeños. Ello puede sobrestimar ligeramente el peso de las ocupaciones
no agrícolas. Sin embargo, dado que muchas aldeas poseían artesanos y
mercaderes, y que en todos los pueblos residían yeomen y labradores, una
distinción rígida entre ciudad y campo, por debajo de los centros urbanos
importantes, resulta siempre inapropiada.
El cuadro 5.2 despliega las descripciones ocupacionales y de status
correspondientes a los acusados por crímenes en los procesos. Hemos dividido
la información en cuatro grandes grupos: aquellos cuya principal ocupación era
la agricultura independiente (yeomen y labradores), los jornaleros, los
artesanos, y aquellos cuya descripción se relaciona con un grupo de status
(mujeres, clero, caballeros). Del grupo de individuos cuya ocupación se
describe, entre el 43 y el 45% corresponde a yeomen y labradores, entre el 28 y
el 31% a jornaleros, en tanto que los artesanos alcanzan el 26%. Resulta
interesante el hecho de que se aprecia poco cambio significativo en estas cifras
entre 1532-43 y la segunda mitad del siglo. Se detecta un incremento en el
número de yeomen y una declinación en el número de agricultores, pero es
posible que ello refleje un cambio en el uso del rótulo yeoman antes que un

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cambio real en la estructura social. Mientras que la información presentada en
el cuadro 5.2 no indica ningún cambio radical a lo largo del tiempo, apoya la
impresión de que muchos hogares no dependían de la posesión de tierra como
fuente principal de ingreso. A lo largo del período, aquellos que eran
parcialmente independientes del acceso a la tierra –jornaleros, artesanos,
comerciantes y trabajadores especializados- conformaban la mayoría de la
población. Considerando que muchos de los artesanos y trabajadores
especializados eran perceptores de salarios, la información judicial sugiere una
proporción de asalariados ligeramente superior a la obtenida para el distrito de
South Erpingham a partir de los registros fiscales de la década de 1520, aunque
la proporción de asalariados coincide con el 35% propuesto por Sheail a partir
del análisis de la totalidad de documentos fiscales referidos al condado de
Norfolk.20 Pero, más importante aún, estos datos no proveen evidencia de un
incremento de la proletarización de la población de Norfolk entre la década de
1520 y finales del siglo XVI

CUADRO 5.2.

5.2. La economía de la pequeña propiedad

Muchos pequeños propietarios en el Norfolk rural no poseían suficiente tierra


como para sobrevivir solamente a partir del trabajo agrícola. Esta sección
investigará tres estrategias que permitían a los pequeños productores
complementar sus ingresos: la explotación de las tierras comunales, el trabajo
asalariado y la industria rural. Existe poca evidencia directa respecto de cómo
se las ingeniaban para sobrevivir año tras año los jefes de hogar casados que
poseían sólo una pequeña explotación. Pero podemos explorar la variedad de
recursos a los que podrían haber recurrido para asegurar su subsistencia
(bastardilla en el original: n. del t.): el potencial de una economía de pequeña
propiedad, que combinaba la explotación de unos pocos acres de tierra -en
ocasiones poco más que un huerto- con otras actividades complementarias. La
variedad era la esencia de la economía de la pequeña propiedad; las fuentes de
ingreso y subsistencia múltiples no sólo eran necesarias para asegurarse la
supervivencia, sino que también conferían una cierta seguridad, al minimizar la
dependencia respecto de una única fuente de ingresos.

5.2.1. El valor de los derechos comunales.


Los debates acerca de los efectos de los cercamientos parlamentarios de
finales del siglo XVIII y principios del XIX, entre los propios contemporáneos
tanto como entre los historiadores, han producido algunos de los más profundos
y detallados comentarios sobre la naturaleza de la economía de la pequeña
propiedad campesina.21 En este debate en particular, se ha insistido mucho en
la relevancia que tenían los derechos comunales para la supervivencia de los
pequeños propietarios. Neeson ha demostrado que los promotores como los
críticos de los enclosures se mostraban de acuerdo en un único punto: la
extinción de los derechos comunales incrementaría la dependencia de las

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clases rurales más pobres respecto de la percepción de un salario. Los críticos
de los cercamientos enfatizaban que los pequeños productores o los cottagers
(individuos que sólo poseían una casa, que carecían de parcelas en el ager: n.
del t.) eran frugales e independientes, en gran medida capaces de cubrir sus
propias necesidades sin recurrir al mercado, mientras que los promotores de los
enclosures describían a las mismas personas como perezosos, ilegales e
inmorales, precisamente porque no dependían de un empleo fijo y permanente
al servicio de los granjeros más ricos.22 Snell ha demostrado que una mayor
dependencia del salario fue de hecho una consecuencia de los enclosures.
Neeson ha ido más lejos aún al describir como campesinos a los commoners
del siglo XVIII (pequeños granjeros, cottagers y squaters [éstos últimos,
personas asentadas en las tierras comunales, más o menos tolerados por la
comunidad de propietarios: n. del t.]) Aunque es probable que esta historiadora
enfatice en exceso la prosperidad de este grupo de gente, es claro que los
derechos comunales podían ser extremadamente útiles. Especialmente
importante era la posibilidad de criar animales propios, en particular vacas, y de
recoger leña, madera y combustible. Arthur Young estimaba que una vaca
proporcionaba, a aquellos que podían mantenerla, recursos por valor de 5 o 6
chelines semanales, un monto equivalente al salario semanal de un trabajador
rural a finales del siglo XVIII. El combustible podía recogerse sin costo alguno
en los comunales. Aunque ello implicaba tiempo y esfuerzo, la tarea era
habitualmente realizada por los niños. La compra de una provisión anual de
combustible luego de los cercamientos costaba un promedio de 2 libras 8
chelines, equivalente a cuatro o cinco semanas del salario de un hombre
adulto.23 La posesión de estos recursos en la Inglaterra pre-enclosure evitaba la
urgencia de poseer dinero en efectivo para comprar productos lácteos y
combustibles, reduciendo así la necesidad de percibir un salario. En este
sentido, el empleo asalariado en la era anterior a los enclosures cumplía la
función de suplementar las necesidades de subsistencia básicas, dado que una
parte de la comida y el grueso del combustible podían obtenerse sin necesidad
de recurrir al mercado laboral.
Este debate tiene importantes implicancias para nuestra comprensión de
la pequeña explotación en el siglo XVI. Si los pequeños tenentes y los cottagers
con acceso a los derechos comunales eran parcialmente independientes y
autosuficientes en el siglo XVIII, deben haberlo sido aún más en el siglo XVI,
cuando los niveles de población eran menores, el enclosure estaba menos
difundido, y las cuotas para la explotación de los comunales eran más
generosas. Hemos demostrado más arriba que los pequeños productores y los
jefes de hogar sin tierras eran numerosos en Norfolk a mediados del siglo XVI.
Que tales personas eran dependientes de los derechos comunales tanto como
del trabajo asalariado era un hecho reconocido ya por los contemporáneos,
tales como el autor de A Discourse of the Common Weal (Un discurso acerca
de la riqueza común: n. del t.), quien en 1549 hacía referencia a “muchos miles
de cottagers en Inglaterra...que no poseen tierras para vivir con sus propios
medios, sino que recurren a los empleos manuales y a la obtención de recursos
en los así llamados comunales”. 24 Everitt, en su trabajo pionero sobre la
pequeña propiedad en los siglos XVI y XVII, exploró la naturaleza económica de
esta clase de tenencia a partir de los inventarios post-mortem.25 En los

Whittle, Agrarian Capitalism 10 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


inventarios del este de Inglaterra, entre 1560 y 1600, Everitt halló que el 82% de
los pequeños productores poseían vacas, terneros y becerras, el 55% poseían
cerdos, el 44% poseía aves de corral, y el 22% poseía ovejas. Ninguno de los
inventarios dejaba de mencionar alguna clase de ganado. En comparación,
para el período 1610-1640, Everitt observó un marcado incremento en el
número de inventarios que no mencionaban ganado alguno, y una disminución
en la cantidad de ganado en posesión de los pequeños productores. 26 En
Norfolk no han sobrevivido en cantidad suficiente inventarios previos a 1580. El
ganado es mencionado esporádicamente en los legados testamentarios: el 29%
de los testamentos de personas clasificadas como “pobres” incluían este tipo de
donaciones.27 Es notable que los terneros y las vacas fueran considerados
como legados apropiados y ventajosos, que los padres pobres podían pasar a
sus hijos cuando no podían dejarles tierra. En 1504, por ejemplo, Edmund Tyler,
un pequeño propietario de Marsham con 2 acres de tierra, legó la parcela a su
esposa, y a su hijo “un ternero de dos años, y gallinas”. De la misma manera,
John Wake de Marsham dejó en 1535 su pequeña explotación a su esposa, 6
chelines a cada uno de sus hijos, a excepción del mayor, que también recibió
“un ternero de color rojo”.28
La extensión y el valor de los derechos comunales variaban de manor en
manor. Los comunales de Hevingham Bishops eran extensos para los
estándares del Norfolk oriental. El señorío poseía 500 acres de terreno baldío
arenoso, de los cuales 300 acres eran comunales. En ellos los tenentes tenían
el derecho de apacentar animales y recoger turba. Los derechos de los
parroquianos sobre los otros 200 acres estaban en disputa en 1606, cuando los
arrendatarios del lord of the manor afirmaban que se trataba en realidad de
parte de la reserva señorial sobre la cual los tenentes enfitéuticos no tenían
derecho.29 Amén de los derechos sobre el baldío mencionado, los campesinos
tenían acceso a algunos prados, amén de derechos sobre las parcelas de
propiedad individual dispersas por el ager entre el levantamiento de una
cosecha y el inicio de la nueva siembra. 30
No está claro si los derechos comunales en Marsham correspondían
solamente a los tenentes señoriales o si otros habitantes del terruño tenían
también acceso a ellos. De acuerdo con los registros del tribunal señorial, sólo
en tres ocasiones entre 1483 y 1558 los no tenentes fueron multados por utilizar
los comunales; pero todas las personas multadas eran al mismo tiempo no
residentes. Adicionalmente, los tenentes también eran multados si vendían sus
derechos a terceros, o si introducían ganado de los no tenentes en los
comunales.31 Todas las otras infracciones referidas a abusos relacionados con
el envío de animales a los comunales corresponden a tenentes conocidos. No
existen en los registros del tribunal señorial casos de no tenentes residentes
multados por enviar sus animales a pastar en los prados comunes.
Presentaciones en contra de tenentes que sobrecargaban los comunales
indican que el número de animales que podía enviarse a pastar estaba
sometido a cuotas, en relación con el número de parcelas poseídas por cada
propietario. En 1558, por ejemplo, John Jaxson fue acusado de sobrecargar “la
pastura común con más animales que los que le corresponden de acuerdo con
el tamaño de su tenencia”.32 Es probable entonces que los sub-tenentes fueran
subsumidos dentro de la cuota que le correspondía a los tenentes directos de

Whittle, Agrarian Capitalism 11 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


quienes habían recibido la tierra. Nunca se establece la naturaleza exacta del
sistema de cuotas. Sin embargo, las multas impuestas por sobrecargar los
prados variaban entre 13 chelines y 3 peniques, probablemente de acuerdo con
el número extra de animales introducidos en la pradera colectiva. 33
La totalidad de los derechos comunales en Marsham ofrecían grandes
oportunidades para los tenentes más allá de sus parcelas individuales. El baldío
comunal también proveía brezos y turba para combustible, aunque sólo para
uso personal, pues estaba prohibida su recolección con propósito de venta.
Estos derechos tenían un valor considerable, y deben haber sido importantes
para le economía del pequeño productor. Dado que los no tenentes residentes
nunca fueron perseguidos, parece probable que también ellos disfrutaran de
estos derechos de pastura y recolección en su condición de subtenentes.
Siguiendo a Snell y Neeson, podemos afirmar que en Marsham el trabajo
asalariado era un complemento de la economía de estas personas antes que
una ocupación de tiempo permanente. En otras regiones del norte y del este de
Norfolk, los comunales eran menos extensos, y es probable entonces que el
trabajo asalariado tuviera allí mayor importancia.

5.2.2. Nivel de los salarios y jornales.


Como la obtención de un salario era una ocupación esporádica y
complementaria, los valores cotidianos de los jornales son difíciles de calcular.
Raramente los trabajadores se empleaban el máximo de días posibles. Smith
ha estudiado a los asalariados de la aldea de Stiffkey, en Norfolk, recurriendo a
los libros contables del lord residente, Nathaniel Bacon. Smith halló que muchos
trabajadores se empleaban tan sólo un par de días al año. Por ello, mientras
que en 1593-94 los empleados contratados con mayor regularidad alcanzaban
a ganar 7 libras al año, la mayoría de los asalariados –12 en total- percibían
menos de 2 libras.34 Sin embargo, estas cifras nos indican el potencial que los
salarios poseían como medio alternativo de generación de ingresos. La
documentación referida a niveles salariales es extremadamente escasa para
finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI. Las cuentas de los
administradores de las propiedades eclesiásticas son una fuente útil. No sólo
mencionan con frecuencia los salarios pagados a trabajadores calificados
-como albañiles, plomeros y carpinteros- sino también los salarios más bajos
abonados a los aprendices, a los sirvientes, a los ayudantes y a los
trabajadores menos calificados. En sólo 7 pequeñas parroquias de Norfolk esta
clase de documentos ha sobrevivido para el período 1440-1580. 35
Adicionalmente, los investigadores han descubierto una lista de salarios
pagados a albañiles y agricultores en el manor de Blickling en 1472-73, por
tareas relacionadas con la reparación de molinos, el cavado de zanjas y el
levantamiento de cercas.36
En conjunto, estas fuentes proveen un total de 445 empleos para los
cuales resulta posible calcular el monto de los salarios por jornada para el
período 1460-1580. El gráfico 5.1. muestra los salarios pagados a artesanos
especializados en el Norfolk rural. Había pocas variaciones entre los diferentes
oficiales calificados, los albañiles, los vidrieros, los plomeros y los carpinteros.
Los techadores recibían salarios menores, por lo que los hemos excluido del
análisis. El salario diario promedio a finales del siglo XV era de 4 peniques,

Whittle, Agrarian Capitalism 12 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


excluyendo la provisión de carne, bebida y alojamiento. Se trata de cifras
ligeramente inferiores a las halladas por Farmer: 5,4 peniques para los
carpinteros en la década de 1460 y 5,7 peniques para los albañiles. 37 Luego de
1500, los salarios crecieron. Los promedios decenales variaban entre 4,5
peniques en la década de 1510 y 5,1 peniques en 1500 o en 1530. Sin
embargo, el promedio se mantuvo en 4 peniques entre 1510 y 1549, antes de
saltar a un nivel de 8 peniques y a un promedio superior a los 7 peniques entre
1550 y 1579. Los salarios abonados a trabajadores no calificados y a los
hombres jóvenes son desplegados en el gráfico 5.2. Incluimos también a los
aprendices y asistentes de los trabajadores calificados, al igual que a quienes
realizaban trabajos menos remunerados: cavadores, embadurnadores,
limpiadores de diques, aserradores, deshollinadores, reparadores de cercas,
etc. Sus salarios siguen un patrón similar al de los empleos calificados. A finales
del siglo XV percibían jornales bajos: 2 peniques diarios. Luego de 1500 se
perciben mayores variaciones, pero el promedio permaneció entre 2,9 y 3,8
peniques diarios entre 1490 y 1540. Smith afirma que 8 peniques era el salario
usual de un trabajador no calificado en Stiffkey en la década de 1590. 38

GRAFICO 5.1.

GRAFICO 5.2.

CUADRO 5.3.

En el gráfico 5.3. los niveles salariales son comparados con el precio de la tierra
en el señorío de Hevingham Bishops. Las dos columnas finales muestran el
número de días que un jornalero debía trabajar para comprar un acre de tierra.
Se trata de un cálculo abstracto: ningún trabajador podría dedicar la totalidad de
sus ingresos a la compra de tierra. Las años finales del siglo XV emergen como
un período sorprendentemente caro, pero es a mediados del siglo XVI cuando
se percibe una suba dramática en el precio relativo de la tierra. En este período
de rápida inflación, los salarios permanecieron muy detrás del precio del suelo.
Estas cifras no tienen sino carácter tentativo. Hemos visto en el capítulo 3 cómo
el precio de la tierra variaba enormemente entre una operación y otra. Se
necesita información proveniente de otros distritos antes de poder alcanzar
conclusiones definitivas. No obstante, estos hallazgos iniciales sugieren una
marcada transformación en el equilibrio entre trabajo asalariado y acceso a la
propiedad a mediados del siglo XVI.
Los salarios rurales registrados en estos documentos de Norfolk son
considerablemente inferiores a los pagados a trabajadores y artesanos urbanos
en el mismo período. Para los artesanos, los salarios diarios oscilaban entre 5 y
peniques, entre las décadas de 1460 y 1530. En la década de 1560 oscilaban
entre los 8 y los 12 peniques.39 No está claro si los salarios eran efectivamente
inferiores en el campo, o si eran complementados con pagos en especie, bajo la
forma de comida y bebida. En Norfolk, muchos artesanos y trabajadores rurales
recibían carne, bebida y alojamiento al margen de los salarios en dinero
descriptos en los gráficos 5.1 y 5.2. Usualmente estos pagos eran registrados
por separado y ocasionalmente los documentos nos permiten calcular totales

Whittle, Agrarian Capitalism 13 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


diarios. El valor usual de los pagos en carne y bebida, entre 1460 y 1520, era
de dos peniques. Se elevó a 2,5 peniques en la década de 1530. Entre 1550 y
1570 los valores oscilaron entre 4 y 5 peniques. El alojamiento con pensión
constituía una parte importante del pago total recibido. Entre 1460 y 1520, un
artesano promedio recibía diariamente un salario de 4 peniques y alojamiento
por un valor equivalente a 2 peniques. Woodward descubrió que la provisión de
comida era rara entre los artesanos y trabajadores de los pueblos y ciudades
del norte de Inglaterra, pero señala que “resulta siempre más probable que
fueran parte de los empleos rurales”.40
Los salarios variaban de acuerdo con la edad, la capacidad o la dificultad
de la tarea requerida. El gráfico 5.2 muestra por ello el mayor grado de
variaciones, dado que incluye salarios pagados a hombres de edades y
habilidades diversas. Por ejemplo, los aprendices de artesano recibían salarios
de acuerdo con lo avanzado de su formación. 41 Las diferencias salariales se
perciben claramente en la donación que un vicario realiza en 1544 para la
reparación de caminos en North Elmham. El legado especifica los salarios que
debían pagarse según el siguiente detalle:

“pagando a cada hombre por su trabajo, caballos y carreta, salarios y provisiones


por valor de12 peniques diarios, por espacio de tres jornadas. Y a cada trabajador
por la misma cantidad de días, salarios y provisiones por valor de 5 peniques
diarios, si son buenos y suficientemente trabajadores. A los trabajadores comunes
deberán pagarse 4 peniques diarios, y a los muchachos 3 peniques...” 42

En consecuencia, los hombres con caballos y carretas propios recibían pagos


extras, en tanto que la edad y las habilidades personales justificaban
variaciones en los jornales percibidos. Todos recibían carne y bebida como
complemento de los salarios en dinero especificados.
Los salarios también variaban de acuerdo con el género. Sin embargo,
de 445 ejemplos de salarios extraídos de los documentos sólo hallamos uno
referido a una mujer: los “jornales pagados a la esposa de Hodd por dos días
dedicados a secar paja como ayudante de un techador”. 43 Recibió 2 peniques
por día. En Stiffkey, en 1592-93, las trabajadoras agrícolas recibían 4 peniques
diarios, la mitad del monto abonado a los hombres. 44 Nathaniel Bacon empleó
más mujeres que hombres en sus estados de Stiffkey. Las mujeres no sólo eran
más, sino que además trabajaban mayor número de días que los asalariados
varones. Ello deja abierta la posibilidad de que el trabajo femenino fuera en
realidad muy común durante los siglos XVI y XVII, aún cuando las fuentes con
frecuencia lo ignoran. De todas maneras, las prácticas patronales de Bacon
eran peculiares en varios sentidos. En primer lugar, se trataba de un gentleman
que explotaba sus tierras en forma directa. En segundo lugar, los sirvientes
residentes eran mayoritariamente masculinos. La evidencia que
proporcionamos más arriba demuestra que las mujeres constituían entre un
40% y un 60% de la servidumbre residente en Norfolk durante el siglo XVI. 45 Si
Bacon resulta peculiar por el hecho de no emplear sirvientes mujeres, también
puede haberlo sido cuando empleaba como jornaleros eventuales a más
mujeres que hombres. Por último, la mayor parte de la fuerza laboral femenina
se destinaba a la cosecha del cultivo de azafrán. Se trataba de un cultivo
especial, cuya recolección debía ser especialmente cuidadosa y esmerada, por

Whittle, Agrarian Capitalism 14 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


lo cual era una tarea reservada a las mujeres. No debemos descartar el trabajo
asalariado de las mujeres como una fuente suplementaria del ingreso familiar
campesino, pero la falta de documentación nos impide conocer cuán extendido
se hallaba el fenómeno en estos siglos.
Adam Smith consideraba que la división del trabajo entre tareas cada vez
más especializadas era un signo del progreso y la vía más eficaz para el
incremento de la productividad.46 Algunos trabajadores agrícolas ejercían tareas
especializadas a lo largo de toda su vida, como los pastores y vaqueros. Los
artesanos calificados eran especialistas en el sentido de que habían recibido un
largo entrenamiento que les permitía percibir mayores salarios. Pero en el siglo
XVI la principal habilidad consistía, en cambio, en la combinación de actividades
diversas. Desde el punto de vista del artesano o del campesino, la habilidad
para combinar el empleo asalariado con la posesión de tierra era siempre una
fuente de seguridad. Mayor independencia podía obtenerse aún con la
propiedad de herramientas e instrumentos de trabajo. Estudiando los
inventarios post-mortem de 67 carpinteros rurales en el condado de Lincoln,
entre 1550 y 1600, Woodward descubrió que todos ellos poseían herramientas,
mientras que 49 de ellos también poseían stock de materiales o productos
terminados.47 Un trabajador agrícola que pudiera realizar una multitud de tareas
diferentes y proporcionar sus propias herramientas, tenía mayores posibilidades
de encontrar trabajo. La diversidad de tareas y oficios que un trabajador
individual podía encarar era considerada como un signo de habilidad y
entrenamiento antes que como una desventaja. 48 La diversidad tenía sentido
para un pequeño productor del siglo XVI, cuya prioridad no era la eficiencia
productiva de Adam Smith, sino una más directa preocupación relacionada con
el desempleo y la pobreza.

5.2.3. La industria rural textil en el nordeste de Norfolk.


Además de albergar a numerosos artesanos, como los carpinteros y los sastres,
la Inglaterra rural estaba plagada de otras industrias más especializadas, que
en gran medida producían para mercados distantes. El nordeste de Norfolk se
especializaba en la producción de paños de lana basta, worstead cloth, que
tomaban su nombre de la aldea de Worstead (Mapa 5.2.). Aunque la existencia
de esta actividad resulta bien conocida, la naturaleza de la industria rural textil
en Norfolk no ha sido casi explorada más allá de los límites de Norwich. 49 Para
comienzos del siglo XIV, la producción rural de paños de lana se estableció en
varias aldeas y mercados del nordeste del condado tanto como en la
mencionada ciudad. Allison sostiene que la industria rural estaba en manos de
“un gran número de pequeños e independientes maestros artesanos”, que
usualmente se encargaban ellos mismos del tejido de los paños. Empleaban
aprendices y viajantes, aunque sólo en pequeña escala. Con tales
características, se trataba de una actividad diferente de las industrias de
Suffolk, Kent y el West Country, más organizadas en términos capitalistas, y
dominadas por ricos pañeros que proveían a sus trabajadores con la materia
prima y los telares.50 El objetivo de esta sección radica en la comprensión del
peso que la industria textil tenía en la economía rural de Norfolk. La industria
textil era un elemento significativo, aunque difícil de cuantificar, de las aldeas de

Whittle, Agrarian Capitalism 15 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


Marsham y de Scottow, otra de las parroquias para las cuales existen
suficientes estudios referidos los siglos XV y XVI.
La industria textil de Norfolk encaja dificultosamente en las teorías sobre el
desarrollo de la industria rural en las economías pre-industriales o teoría de la
protoindustrialización. En su clásico artículo sobre las industrias rurales, Thirsk
afirma que tres factores principales impulsaban por lo general el desarrollo de la
industria rural en una determinada región: una populosa comunidad de
pequeños productores, tenencia segura o freehold y una economía pastoril.51
Mientras que el nordeste de Norfolk cumple con los dos primeros requisitos, su
régimen agrario no puede ser descripto como pastoril. Se trataba de una región
de economía mixta, con un sector agrícola altamente productivo. Pese a ello,
historiadores posteriores han continuando enfatizando la estrecha correlación
entre el desarrollo de la industria rural y la economía ganadera. 52 Si tomamos
en consideración el caso del nordeste de Norfolk, el predominio de la pequeña
propiedad antes que la ganadería aparece como el factor más importante. La
significación de la producción pastoril residía en su asociación con la pequeña
propiedad, y en el hecho de que demanda mano de obra en forma más
constante pero menos intensa que la economía agrícola. En East Anglia, sin
embargo, durante la Edad Media y el siglo XVI también eran común la
presencia de pequeñas propiedades en las áreas agrícolas. Con poca tierra
para trabajar, los pequeños productores agrícolas también se volcaron a la
industria rural en busca de empleo. El caso del nordeste de Norfolk no resulta
único a este respecto. Poos nota que la industria pañera del norte de Essex se
desarrolló durante el período medieval cuando la región no sólo estaba
dominada por la agricultura sino densamente poblada por pequeños
productores.53
El mapa 5.2. muestra los pueblos y aldeas que Allison y Hilton señalaron
como centros de la industria de la lana en el siglo XIV, y aquellos en los que
hallamos tejedores en los documentos que hemos estudiado. 54 La mayoría de
los asentamientos en los que hemos hallado tejedores de lana se hallan en el
área compacta entre Norwich y la costa del norte de Norfolk. De todos los
documentos estudiados, los testamentos proporcionan la evidencia más
detallada acerca de la naturaleza e incidencia de la industria rural, demostrando
que las fuentes señoriales son altamente engañosas e incapaces de detectar
más allá de un puñado de tejedores individuales. 55 Para descubrir tejedores
debemos leer la totalidad de los testamentos en busca de telares legados a los
herederos. Entre los testamentos que han sobrevivido en Marsham y Scottow,
12 fueron realizados por hombres que legaban telares o que se describían a sí
mismos como tejedores de paños bastos (ver cuadro 5.4.). Constituían un
11,3% de los testadores masculinos no eclesiásticos en Scottow, y un 15% en
Marsham, para el período 1440-1580. Todos los tejedores de Marsham eran al
mismo tiempo tenentes del el manor de Hevingham Bishops. Cuatro de ellos
eran pequeños propietarios, que explotaban tenencias enfitéuticas que
oscilaban entre 2,5 y 1,5 acres. De los dos restantes, uno poseía una tenencia
enfiteutica de 14,5 acres, mientras que el otro, Christopher Mollet, era el hijo de
uno de los más grandes tenentes de todo el manor. Si recurrimos a la definición
que en el capítulo 3 empleamos para clasificar como pobres, ricos o medianos a
los testadores, cuatro de estos hombres eran pobres, y los otros dos

Whittle, Agrarian Capitalism 16 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


pertenecían a los grupos intermedios.56 Sugestivamente, ninguno de estos
testamentos menciona equipamiento artesanal alguno, como telares o
hilanderías.

MAPA 5.2.

Aunque no podemos reconstruir las propiedades de los seis tejedores


identificados en Scottow, sus testamentos los muestran como personas
bastantes diferentes de las hallados en Marsham. Cinco de estos hombres
mencionan telares en sus legados, pero no se describen a sí mismos como
tejedores. Los seis dejaron extensiones de tierra a sus herederos. Todos menos
uno explotaban simultáneamente freeholds y copyholds. Cuatro de estos
hombres pueden ser clasificados como ricos, uno como pobre y el otro como
perteneciente a los sectores medios. Por lo tanto, los tejedores de lana de
Scottow eran usualmente hombres ricos, dueños de sus propios telares,
mientras que los tejedores de Marsham eran más pobres y carecían de
herramientas propias, o al menos no las mencionaban en sus testamentos.
Considerando los escasos bienes de los tejedores de Marsham, sería esperable
que de haber poseído telares los mismos aparecieran mencionados en sus
testamentos. Una conclusión tentativa sería que algunos tejedores de paños de
lana se empleaban como trabajadores externos durante el siglo XVI,
produciendo con materiales y equipamiento que no les pertenecía. Resulta
también interesante que los tejedores más ricos estuvieran localizados en
Scottow, donde la industria estaba establecida desde hacía más tiempo, y no en
Marsham, donde no existen evidencias de producción textil antes de comienzos
del siglo XVI.

CUADRO 5.4.

La evidencia referida a los derechos comunales y a la industria rural


sirven como un fuerte recordatorio de que, en los siglos XV y XVI, los niveles de
riqueza en el campo no se basaban únicamente en el acceso a la tierra. El
estudio de Sutton sobre la temprana industria pañera demuestra que dicha
actividad no era producto de un desarrollo reciente. Hallamos evidencia más
específica en un documento impositivo de 1381 referido al distrito de Tunstead,
que Hilton analiza en Siervos liberados. Tunstead era un distrito vecino de
South Epingham, y uno de los corazones de la industria rural de paños de lado
en la Edad Media. Tejedores e hiladores aparecen mencionados en las cuatro
aldeas para las cuales se conservan registros, y en mayor número aún en el
pueblo de North Walsham. En estas listas, sólo el 25% de los trabajadores
textiles mencionados eran campesinos, 55% eran artesanos y comerciantes,
mientras que 18% eran asalariados y sirvientes. 57 Esta diversificada estructura
económica no era exclusiva del nordeste de Norfolk en los siglos XIII y XIV.
Otras áreas del este de Inglaterra muestras características similares. 58 Aunque
nuestra descripción de las ocupaciones no agrícolas tiene como objetivo
analizar las tareas complementarias a que recurrían los pequeños propietarios,
no podemos dejar de decir que no todos los artesanos eran pequeños
productores o individuos particularmente pobres en los siglos XV y XVI. Muchos

Whittle, Agrarian Capitalism 17 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


de los tejedores de lana de Scottow pertenecían a la clase de los yeomen.
Otros grandes tenentes demuestran haber combinado la agricultura con el
comercio o la artesanía, como John Bisshop, que poseía al menos 30 acres de
tierra, pero que en su testamento de 1473 se definía a sí mismo como
panadero; o Robert Louthe, que en 1558 se consideraba como tonelero a pesar
de sus 58 acres de tierra. Ambos vivían en Marsham como tenentes del manor
de Hevingham Bishops.59 La disponibilidad de recursos colectivos y el
predominio de la industria rural también demuestra que los sin tierra no se
orientaban necesariamente hacia el trabajo agrícola. La pregunta acerca de
cómo se las arreglaban los grandes granjeros para conseguir una fuerza de
trabajo asalariada no puede responderse simplemente en término de individuos
sin acceso a la tierra. Mucho del trabajo contratado era provisto por los
sirvientes residentes, cuyas razones para buscar empleo eran bastante
diferentes.

5.3. Los sirvientes en los trabajos agrícolas.

Siguiendo los trabajos pioneros de Laslett y Kussmaul, en la última década se


ha producido una explosión de ensayos sobre los sirvientes en el Medioevo
tardío y en la modernidad temprana. 60 A pesar de ello, la importancia numérica
de los sirvientes en el total de la mano de obra contratada, y las implicaciones
de la naturaleza particular del servicio como forma de trabajo, permanecen aún
pobremente integradas a los modelos de cambio económico de largo plazo.
Adicionalmente, los sirvientes rurales del siglo XVI permanecen virtualmente
olvidados, con la excepción del revelador microestudio de Smith sobre la aldea
de Stiffkey.61 La sección 5.3.1. explora algunas de las implicancias del servicio
permanente para la sociedad y la economía, antes de analizar en la sección
5.3.2. su naturaleza misma en el Norfolk del siglo XVI. La sección 5.4. también
se refiere principalmente a los sirvientes, examinando la manera en que los
asalariados y los desempleados eran controlados por las leyes laborales en el
Norfolk rural.

5.3.1. Sirvientes y servicio: implicaciones generales.


Los sirvientes pueden ser definidos como jóvenes solteros de entre 15 y 25
años, que viven con sus empleadores, usualmente contratados por el término
de un año a cambio de pensión y alojamiento, y de un pago en dinero y/o en
especie al finalizar el contrato. 62 Debe diferenciárselos de los asalariados
eventuales, quienes eran contratados por plazos más breves, en ocasiones sólo
por el día, que vivían en sus propios hogares, y que podían ser jefes de su
propia familia. Los sirvientes se ocupaban de una extensa franja de actividades,
tanto productivas como domésticas. En una muestra de 63 listados parroquiales
para el período 1574-1821, Laslett halló que el 13,4% de los habitantes eran
sirvientes.63 Empleando las mismas fuentes, Kussmaul estableció que los
sirvientes constituían aproximadamente el 60% de la población entre los 15 y
los 24 años, y que el 16,4% de los granjeros contrataban empleados

Whittle, Agrarian Capitalism 18 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


permanentes. Entre “un tercio y la mitad del trabajo pago en la agricultura
temprano-moderna era realizado por sirvientes”. 64
La importancia del servicio para la sociedad inglesa temprano-moderna fue
reconocido por primera vez por los demógrafos históricos, que estudiaban la
evolución del “patrón matrimonial europeo” en la isla. 65 Este patrón se
caracteriza por el matrimonio tardío tanto para hombres como para mujeres,
con una proporción relativamente grande de personas que permanecían
solteras. El servicio permanente, ligado al ciclo de vida de los trabajadores, era
un componente integral de este modelo de familia, pues permitía a los jóvenes
ganar algunos ingresos, independientemente de sus padres, antes de formar
sus propios hogares.66 Resulta de particular importancia que tanto las mujeres
como los hombres se emplearan como sirvientes. Permitía a los mujeres pasar
un período de sus vidas fuera de la influencia de su padre o marido. Las
mujeres podían acumular riqueza generando sus propios ingresos, adquiriendo
así una independencia de sus padres respecto de cuándo casarse y con quién.
La disponibilidad de empleo para las mujeres puede ser vista como un factor
clave que les permitía retrasar la fecha de sus matrimonios. 67 El servicio tiene
también implicaciones más generales para la estructura y las relaciones
familiares. Se esperaba que los adolescentes y los adultos jóvenes dejaran el
hogar para mantenerse por sus propios medios. Pero ello debía ocurrir
precisamente en el marco del servicio permanente, bajo la protección de otra
familia. Si bien este arreglo ofrecía a los jóvenes independencia respecto de la
influencia parental, los sirvientes quedaban siempre sometidos al jefe de familia
en cuyo hogar estaban trabajando. Se los clasificaba como dependientes, con
un status similar al de la mujer y al de los hijos del empleador. El servicio
aflojaba los lazos económicos entre padres e hijos de dos maneras. En primer
lugar, los jóvenes dejaban el hogar justo cuando comenzaban a ser
económicamente productivos, por lo que la posibilidad de contar con mano de
obra familiar en el futuro dejaba de ser un incentivo para incrementar el número
de hijos. En segundo lugar, el servicio permitió a los hijos dejar de depender de
sus padres para la provisión de una herencia, porque les permitía acumular sus
propios ingresos. Ninguno de estos factores debe ser exagerado. Las mujeres
deben haber ganado alguna libertad ingresando al servicio, pero sus salarios
eran siempre más bajos que los de los hombres de edad similar. También eran
muchos hijos permanecían en su hogar antes de casarse, contribuyendo con la
economía hogareña de sus padres. Los lazos entre padres e hijos continuaron
siendo estrechos: bajo circunstancias normales, los padres siempre parecen
haber contribuido con algo al matrimonio de sus hijos. Pero el hecho indudable
es que el servicio contribuía a flexibilizar las relaciones sociales y familiares.
Si consideramos al servicio permanente desde la perspectiva de la
economía, debemos catalogarlo como un medio para crear una fuerza de
trabajo con independencia de la evolución demográfica del grupo familiar. Si las
tierras de una familia eran demasiado extensas para ser trabajadas por los
miembros del grupo, podía recurrirse el empleo de sirvientes antes que a la
venta de la tierra sobrante. De la misma manera, si las tierras eran demasiado
escasas para proveer al mantenimiento de la familia, los hijos podían enviarse a
los hogares de los propietarios más ricos para emplearse como sirvientes. Ello
contrasta con el sistema de la economía campesina descripto por Chayanov, en

Whittle, Agrarian Capitalism 19 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


el cual las posibilidades de incorporación de mano de obra no familiar en las
explotaciones campesinas eran muy reducidas, por lo que la modificación de la
extensión de las tierras era la única variable de ajuste disponible. Por el
contrario, el servicio permitía que los miembros del hogar fueran entregados o
contratados sin necesidad de variar el tamaño de la explotación familiar. 68
Además de ser característico de muchos hogares temprano-modernos, el
servicio era también una forma de trabajo asalariado: usualmente era de origen
extrafamiliar, y se realizaba como contrapartida por la percepción de un salario.
Los sirvientes eran altamente móviles en el radio de distancias cortas. Sus
condiciones de empleo se negociaban al comienzo de cada período de servicio,
en un contrato con el empleador verbal y de carácter vinculante. Aunque las
leyes laborales fijaban los salarios máximos permitidos, los sirvientes podían
regatear con sus empleadores el monto de los jornales y las condiciones de
empleo. Sin embargo, el servicio no puede ser considerado como una fuerza de
trabajo “libre” o capitalista. Los sirvientes eran en gran medida independientes
de las fuerzas del mercado. Recibían sus salarios primariamente en alojamiento
y pensión, e incluso su salario anual era en parte pagado en especie. Tampoco
eran libres una vez iniciado el año de servicio. Se convertían en dependientes
del jefe del hogar que los empleaba, en términos legales tanto como sociales, y
tenían prohibido abandonar su empleo antes de la finalización del plazo
convenido. El empleo de los sirvientes estaba controlado y sostenido por
estatutos legales. Desde el punto de vista del trabajador, las ventajas de este
sistema estribaba en que quedaba protegido de los caprichos del mercado
laboral. Una vez contratado, se garantizaba al sirviente comida y alojamiento.
Las fluctuaciones de los precios de corto plazo dejaban de ser una
preocupación para él. Para los sirvientes más jóvenes, el trabajo también les
permitía entrenarse y adquirir experiencia.
Según Macfarlane, la existencia del servicio doméstico es uno de los
factores que demuestran que Inglaterra no poseía ya una economía campesina
en el Medioevo tardío.69 Precisamente, lo que caracteriza a los hogares
campesinos es su dependencia primaria del trabajo familiar. De todas formas,
como dijimos antes, resulta difícil describir al servicio doméstico como una
forma de trabajo plenamente capitalista. Las semejanzas entre la contratación
de sirvientes permanentes y el trabajo familiar sugieren que aquella era en
realidad una solución campesina al problema de la adquisición de trabajo no
familiar, puesto que los sirvientes realizaban prácticamente las mismas que el
resto de los integrantes del hogar. El servicio permanente tampoco era
exclusivo de la Inglaterra temprano-moderna. También existía en Escandinavia,
en los Países Bajos, en el norte de Francia, en Austria y en regiones de
Alemania.70 En consecuencia, no puede ser considerado como una
característica distintiva de la vía inglesa hacia el capitalismo.
La evidencia de los siglos XVII y XVIII indica que el número y el sexo de
los sirvientes empleados variaba según las épocas y las regiones. La
producción pastoril, con su necesidad de mano de obra a lo largo de todo el
año, se prestaba mejor para el servicio permanente que la demanda estacional
de trabajadores generada por la agricultura. La demanda de sirvientas era más
alta en las regiones dedicadas a la producción de lácteos: la elaboración de
leche, manteca y quesos era prácticamente monopolio de mujeres. Desde la

Whittle, Agrarian Capitalism 20 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


perspectiva de los empleadores, el atractivo de los sirvientes como una forma
de trabajo pago era mayor allí donde la mano de obra era relativamente escasa
y el precio de los alimentos bajo, puesto que los sirvientes eran una fuerza
laboral confiable y fácil de mantener. Estas circunstancias se dieron durante los
siglos XV y XVII. Cuando prevalecían las condiciones opuestas la contratación
casual de asalariados se volvía más atractiva, dado que los jornaleros podían
contratarse estacionalmente, sin obligación de mantenerlos durante todo un
año. El número de sirvientes empleados por año declinó a finales del siglo XVIII
en las regiones agrícolas de Norfolk, siendo reemplazados por jornaleros
asalariados. Para mediados del siglo XIX, los sirvientes habían desaparecido
casi por completo en la región. 71 ¿Era habitual la contratación de sirvientes
domésticos en el siglo XVI? La siguiente sección rastreará en especial la región
nordeste de Norfolk, zona de granjas mixtas con fuerte presencia agrícola
durante el período que estudiamos. 72

5.3.2. Los sirvientes en las tareas agrícolas en el Norfolk de fines del


siglo XV y durante el siglo XVI.
El servicio doméstico no era una institución nueva en el siglo XVI. Tanto la
legislación laboral como los listados impositivos de finales del siglo XIV indican
que la práctica estaba para entonces bien establecida. Los rollos de
contribuyentes son los documentos más antiguos a los que podemos recurrir
para determinar la proporción de sirvientes sobre el total de la población. Esta
metodología no está exenta de dificultades: las mujeres y los adultos jóvenes,
dos grupos que seguramente contribuían intensamente a la conformación del
universo de sirvientes, solían ser grandes evasores. En un estudio de los
listados de contribuyentes de 1377 para 170 lugares de toda Inglaterra, Smith
encuentra que cerca del 8% de las personas mencionadas eran sirvientes
permanentes.73 Una indagación similar para el distrito de South Erpingham, en
Norfolk, revela una proporción similar: 8,3 %. 74 Otras cifras de Essex y
Yorkshire, que rondan entre el 4,4% y el 2,7%, parecen estar entonces
reflejando una evasión generalizada.75
El siguiente análisis sobre la naturaleza de los sirvientes en el Norfolk de
los siglos XV y XVI se basa en tres fuentes principales: documentos judiciales
datados entre 1532 y 1572; 234 testamentos provenientes de 6 parroquias
rurales entre 140 y 1579, y una pequeña lista de sirvientes originada en el
tribunal señorial de Hevingham Bishops. Sobre un total de 234 testamentos, el
13,5% incluían legados y donaciones a favor de determinados sirvientes. Por
contraste, las listas de hogares que esporádicamente han llegado hasta
nosotros demuestran que en 1599 el 34 % de las casas en Ealing, Middlesex,
albergaban sirvientes. En Clayworth, condado de Nottingham, la cifra se
mantenía en 1676 en torno al 31%.76 Sería esperable que la presencia de
sirvientes apareciera sobredimensionada en los testamentos, dada la posible
correlación positiva entre riqueza y la confección de dicho tipo de documentos.
Sin embargo, lo más probable es que ocurriese lo contrario por dos motivos. En
primer lugar, porque sólo podemos contar como sirvientes a aquellos individuos
explícitamente sindicados como tales, por lo puede haber habido entre los
beneficiados con donaciones y legados muchos sirvientes no identificados. En
segundo lugar, resulta obvio que no tenemos por qué suponer que todos los

Whittle, Agrarian Capitalism 21 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


patrones sentirían la obligación de dejar en sus testamentos algún legado para
sus sirvientes.
El estudio que Smith dedica a la aldea Stiffkey, una comunidad no muy
alejada de la costa norte de Norfolk, dio pie para sostener que en los tiempos
modernos, pocas mujeres trabajaban como sirvientas en tareas agrícolas en el
sudoeste de Inglaterra.77 Los libros contables de Nathaniel Bacon, de Stiffkey,
demuestran que entre 1582 y 1597 este representante de la gentry local empleó
un total de 69 sirvientes diferentes. Anualmente contrataba entre 8 y 10
sirvientes varones y dos o tres mujeres. Estas últimas servían como lecheras, y
algunas incluso estaban casadas, por lo que no vivían en la residencia de su
patrón. Por lo tanto, deberíamos considerarlas como una forma especializada
de trabajo asalariado antes que como sirvientas permanentes. En sentido
opuesto, las empleadas mujeres cumplían para Bacon con más tareas no
especializadas que sus colegas masculinos. Smith halló que 8 sobre 12 familias
de Stiffkey con hijos en edad laborable tenían al menos una hija contratada
diariamente por Bacon, lo que implicaba que las jóvenes siempre dormían en
sus propios hogares.78 En síntesis, el panorama que emerge de Stiffkey es el
predominio de sirvientes varones en las tareas agrícolas, mientras que las
mujeres de la misma edad permanecían en sus hogares empleándose como
asalariadas sólo en forma eventual. Pero ya hemos notado en la sección 5.2.2.
que los trabajadores empleados por Bacon no eran para nada típicos. Las listas
de contribuyentes de la década de 1520 demuestra la existencia de
considerables variaciones en el número de asalariados y en la riqueza de los
habitantes de las distintas aldeas. Resultaba entonces posible que un solo
hogar de la gentry, como el de Nathaniel Bacon, dominara la totalidad de la
fuerza de trabajo asalariada de la región circundante. También existen
contrastes entre los tipos de sirvientes empleados por un terrateniente o por
patrones de inferior status social –campesinos ricos, artesanos, granjeros. Un
hogar aristocrático empleaba una cantidad superior de trabajadores, exigiendo
entonces un mayor grado de especialización. Smiths limita su análisis tan sólo a
los trabajadores agrícolas. Los sirvientes contratados para servir dentro de la
casa de Bacon, que con toda probabilidad debían ser mayoritariamente
mujeres, no son tomados en cuenta en su estudio.
El cuadro 5.5. muestra la distribución por sexos de los sirvientes de
Norfolk según se desprende de diversos documentos entre 1379 y 1572. La
mayor proporción de mujeres aparece en las listas de los tribunales señoriales,
como el de Marsham. 17 sobre un total de 28 sirvientes eran mujeres. 79 Las
mujeres también predominan en el caso de los sirvientes que recibían
donaciones en los testamentos de sus patrones: 34 mujeres, 26 varones, y tres
sin especificar. Otros documentos, en cambio, registran una proporción menor
de mujeres. Pero en todo caso no resulta imposible que el nordeste de Norfolk
fuera una región peculiarmente favorable para el empleo femenino. La industria
textil debe haber convertido al hilado en una actividad particularmente
redituable, en tanto que la ganadería incluía un sector de producción de lácteos
muy importante.80 De todas formas, el condado no tenía una economía
predominantemente pastoral. En las listas de contribuyentes de 1379 para
South Erpingham, sólo el 43 % de los sirvientes cuyo sexo se especifica eran
mujeres (aunque persiste siempre el problema de la evasión de impuestos al

Whittle, Agrarian Capitalism 22 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


que éstas eran más propensas). En la documentación de los tribunales reales el
número de los sirvientes hombres también supera al de las mujeres. Sobre 207,
sólo el 33% eran mujeres. En las listas de testimonios prestados ante los
tribunales, el número de sirvientes mujeres resulta particularmente bajo: 12%. 81
Las certificaciones y las sentencias presentan un número más plausible de
mujeres: el 50% y el 41% respectivamente. Particularmente confiables resultan
las sentencias en contra de los infractores de los estatutos laborales, puesto
que no existen razones para que los tribunales favorecieran en mayor o menor
medida a los infractores de uno u otro sexo. Es más, la presencia mayoritaria de
hombres en la conformación de jurados debe haber actuado como prejuicio en
contra de las mujeres infractoras.82

CUADRO 5.5.

Con respecto a la distribución por sexo, podemos concluir que lo más probable
fuera una distribución pareja entre sirvientes hombres y mujeres, una base del
40 % para cada grupo. A partir de estos parámetros es posible detectar
variaciones según las regiones o el tipo de documentos consultados. No resulta
posible distinguir ningún patrón claro de cambio entre finales de los siglos XIV y
XVI.83 La evidencia confirma que las sirvientes mujeres eran muy comunes en
este condado de Inglaterra en el período que nos ocupa. Pero ¿se ocupaban
también de las tareas agrícolas? Es posible que en hogares menos adinerados
que los de Nathaniel Bacon, las tareas de los sirvientes hayan sido menos
especializadas, una mezcla de actividades domésticas, agrícolas y artesanales.
Mientras que algunas sirvientas empleadas por gentlemen o eclesiásticos
deben haber realizado tareas puramente domésticas -cocina y limpieza-, en los
hogares de los granjeros menos poderosos resulta imposible separar las tareas
domésticas de las agrícolas. Resulta típico que las mujeres llevaran adelante
una serie de trabajos que podían parecer domésticos en apariencia, pero que
en realidad tenían una finalidad productiva, como el cuidado de las vacas
lecheras, la alimentación de las aves de corral, la producción de queso y
manteca, el cuidado de la huerta, el horneado, el hilado, la elaboración de
cerveza, etc. También podían colaborar con los hombres en el levantamiento de
la cosecha.84 De las cinco mujeres referidas en las sentencias que castigaban a
los trabajadores “perezosos”, dos fueron conminadas a hallar empleo en la
agricultura, dos a emplearse como hilanderas, y una simplemente obligada a
emplearse como sirvienta.85 Es muy común que, cada vez que aparecen
sirvientes en este tipo de documentos judiciales, los hombres fueran
catalogados como jornaleros y las mujeres como hilanderas. No se los
catalogaba como sirvientes, porque los tribunales buscaban considerarlos
legalmente responsables de sus actos. Estas sutilezas legales nos ayudan a
comprender las diferencias que desde la perspectiva legal podían existir entre
sirvientes y jornaleros.86
Resulta obvio, de todos modos, que la naturaleza del trabajo de un
sirviente dependía esencialmente de la actividad económica y de la riqueza de
su patrón. La riqueza resultaba determinante para precisar el grado de
especialización que se exigía a los trabajadores. Hemos visto que muchos
hogares exigían un conjunto de tareas diversas, pero en todos los casos

Whittle, Agrarian Capitalism 23 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


aparecían siempre tareas relacionadas con la agricultura. La mayoría de los
testamentos no especifican las ocupaciones de los sirvientes, aunque sí nos
indican el nivel socioeconómico de los testadores (ver Cuadro 5.6). A excepción
de dos de los casos (una viuda y un funcionario), todos los hogares de los
testadores se relacionaban de uno u otro modo con la agricultura. Las
actividades agrícolas resultaban comunes en las casas de los clérigos, de los
artesanos y de las viudas. Por ejemplo, un grupo de tejedores de paño basto de
Scottow también eran ricos granjeros. Uno de ellos, que hizo su testamento en
Hevingham en 1571, le legó a su sirviente no sólo sus herramientas textiles sino
una carreta y un arado. Los clérigos aparecen frecuentemente en los listados de
contribuyentes como compradores y vendedores de tierra, y cuando vemos
aparecer en sus inventarios animales de tiro nos quedan pocas dudas de que
también se dedicaban activamente a la producción agrícola. Por supuesto, los
empleadores que dejaban legados a sus sirvientes tendían a ser más prósperos
que el resto de las personas que redactaban testamento, aunque ninguno
llegaba al nivel socioeconómico de un miembro de la gentry como Nathaniel
Bacon.

CUADRO 5.7

No existen razones para considerar que la mayoría de los artesanos rurales


eran ajenos a las tareas agrícolas. La gentry, al igual que los clérigos, empleaba
una mezcla de sirvientes para tareas domésticas y rurales. Sin embargo, la
evidencia derivada de las sentencias no está exenta de problemas. En la
mayoría de los casos, las demandas eran presentadas por patrones cuyos
sirvientes habían sido arrebatados por otros empleadores. En consecuencia, los
documentos judiciales dejan constancia de la ocupación de los primeros, pero
pocos veces mencionan el nivel socioeconómico de los últimos. 87 Nos falta
entonces el detalle de la ocupación de muchos empleadores. Pero al menos
resulta posible determinar la existencia de una notable diferencia de status
social entre los nuevos y los antiguos patrones. Los empleadores previos, que
iniciaban los procesos judiciales, poseían un status más elevado. Esto incluye a
25 miembros de la gentry (esquires, gentlemen, ladies, knights) y 6 yeomen.
Por el otro lado, entre los nuevos empleadores hallamos tan sólo a un
gentleman y a cuatro yeomen, ampliamente superados por 30 granjeros y 32
artesanos.88
La gentry era ciertamente una importante empleadora de sirvientes, en
particular cuando sus miembros se dedicaban activamente a la administración
de sus propiedades rurales, como era el caso de Nathaniel Bacon. 89 Ello se
traduce en el número de sirvientes contratados por los hogares más ricos. De
18 patrones que aparecen en la documentación judicial del tribunal de
Marsham, 11 empleaban tan sólo un sirviente. Los patrones más ricos llegaban
a dar trabajo a por lo menos cinco sirvientes. 90 Podemos concluir entonces que
la mayoría de los hogares que empleaban servidumbre permanente en las
áreas rurales pertenecían a campesinos ricos, artesanos rurales o a sus viudas.
En ocasiones, aún los asalariados podían contratar sirvientes. John Baytley, de
Marsham, que aparece en los documentos judiciales como jornalero, aparece
también como empleador de una sirvienta. Esta era joven y no recibía salario

Whittle, Agrarian Capitalism 24 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


alguno, sólo casa y comida. Por lo tanto, mientras que muchos exponentes de
la gentry deben haber empleado sirvientes para que trabajaran exclusivamente
en tareas domésticas, la mayoría de los hogares rurales no guardaban una
clara distinción entre tareas domésticas y productivas. Muchos hogares de
yeomen y campesinos ricos podían emplear entre uno y cuatro sirvientes, de los
cuales varios eran mujeres. Resulta por lo tanto inconcebible que estas últimas
no contribuyeran a incrementar los ingresos de sus patrones trabajando para
ellos en tareas productivas –cuidado de animales, hilado, elaboración de
lácteos, etc.
Cuando un granjero rico contrataba un jornalero existía una clara
diferencia de clase entre empleador y empleado. El servicio, en cambio, era un
estadío ligado a ciertas etapas de la vida. No siempre los sirvientes habían
nacido en familias de asalariados. Tampoco era necesario que, luego de
casarse y presidir sus propias familias, tuvieran que seguir trabajando como
asalariados eventuales. Las fuentes documentales indican que los sirvientes
provenían de familias de agricultores, artesanos y jornaleros. 91 Los nuevos
patrones podían ser tanto empleadores reales cuanto miembros de la familia del
sirviente. De los 23 nuevos patrones que comparten el apellido de sus sirvientes
–se trata en todos los casos de empleadores acusados de privar de sus
sirvientes de otros empleadores- ocho eran jornaleros, seis artesanos, cuatro
agricultores y tres mujeres. En ocasiones, la relación familiar era explícita. En
julio de 1542, el granjero Thomas Andrews fue acusado de arrebatarle a otro
patrón su sirviente. El nombre de este último era precisamente Thomas
Andrews: su nuevo patrón era su padre. 92 Las listas de contribuyentes
presentan casos de hijos rotulados como sirvientes en las casas de sus propios
progenitores, aunque también es posible que ésta fuera una estratagema
defensiva en contra de los estatutos laborales: si un niño aparecía como
empleado por sus padres, no podía condenársele a un trabajo en forma
compulsiva. Pero también parece que en muchos casos los progenitores
trataban a sus hijos genuinamente como sirvientes domésticos, pagándoles
incluso un salario.93
En la documentación provista por los tribunales señoriales de Marsham,
hallamos dos casos de padres que contrataban como sirvientes a sus propios
hijos: uno de ellos tenía 16 años y no recibía salario alguno; el otro trabajaba
junto con su padre, como reparador de techos. Es casi seguro que Margaret
Marsham, empleada por Robert Marsham, fuera la hermana de éste último. El
padre de ambos había muerto cinco años antes, por lo que resulta probable que
Robert se llevara a su hermana como sirvienta. Margaret tenía 21 años en 1566
y no percibía salario alguno. Al año siguiente, sin embargo, aparece recibiendo
una paga de 13 chelines más un trozo de tela.
El hecho de que los sirvientes y sus empleadores tuvieran orígenes tan
diversos, podría tomarse como un índice de la inexistencia de tensiones de
clase entre las familias que proveían y contrataban trabajadores permanentes.
La evidencia acerca de la contratación de familiares parece reforzar esta tesis.
De todas formas, distintos tipos de fuentes proporcionan imágenes
diferentes sobre las relaciones entre sirvientes y patrones. Mientras que las
sentencias de los tribunales detectan la existencia de conflictos, los testamentos
dejan ver mayores afinidades entre sirvientes y amos. Desafortunadamente no

Whittle, Agrarian Capitalism 25 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


conocemos las razones que impulsaban a los sirvientes a abandonar sus
trabajos. Podemos especular con que los dos factores principales deben haber
sido el maltrato o la aparición de empleos más atractivos. Las opiniones de los
patrones acerca de sus sirvientes han quedado registradas con mayor profusión
en los siglos siguientes. En casi todos los casos son negativas: los sirvientes
casi siempre son considerados como ignorantes y desvergonzados, y a menudo
se los acusa de ladrones.94 El panorama que se desprende de los testamentos
no puede ser más diferente. Aquí los patrones enfatizan la lealtad y el buen
servicio de sus empleados. Hemos visto, de hecho, que las donaciones
testamentarias destinadas a los sirvientes no eran en ningún caso infrecuentes.
Cuando Robert Crosse, de Hevingham, murió sin hijos, le legó a su sirviente
Thomas Lamkyn todas sus herramientas textiles, más una carreta y un arado.
Cuando la viuda del patrón murió un año después, le dejó el resto de sus
posesiones.95 Pero aún aquellos amos que poseían hijos solían dejar
importantes legados a la servidumbre. Cecily Balye, de Marsham, recibió 20
chelines, una jarra de bronce, una pava, dos panes, tres bandejas de peltre,
una bata, un tapado de lana basta, y una madeja de lana: debía hacerse con
estos objetos el día de su casamiento. 96 La mayoría de los legados monetarios
significaban sumas importantes en relación con los ingresos normales de los
sirvientes.97 En síntesis, mientras que en sus peores expresiones la relación
entre el sirviente y su patrón podía conformar una relación de explotación, en
los mejores casos se percibe cercanía y confianza.98
De todos modos, conviene recordar que los sirvientes entraban a servir a
partir de un contrato. Usualmente recibían salario en moneda, comida y
alojamiento, aceptaban servir por un período de tiempo claramente estipulado, y
cambiaban de patrón con frecuencia. Los salarios fijados por la ley no siempre
coincidían con los salarios efectivamente pagados. En el cuadro 5.8 pueden
verse varios ejemplos. En la práctica, los salarios máximos estipulados por la
legislación eran sobrepasados con frecuencia. En la documentación de los
juzgados de paz de Essex del año 1389, los salarios nominales de los
sembradores podían alcanzar los 52 chelines, aunque el monto más común
rondaba los 26 chelines. En ambos casos, estamos por arriba de los salarios
legalmente permitidos.99 En el siglo XVI los montos legales se habían acercado
bastante a los salarios reales.100
En una lista de 1566 provista por los tribunales señoriales de Marsham,
14 sirvientas sobre 28 no recibían salario alguno: tan sólo vivienda y comida. 101
De hecho, la justicia de paz del condado de Buckingham estipuló en 1561 que
ningún sirviente varón menor de 16 años y ninguna mujer menor de 18 años
debían recibir salarios en dinero, sino sólo comida, bebida , telas o ropa, “según
el correcto discernimiento de su ama o amo”. 102 De todas formas, siempre
resulta juicioso cuestionar las listas de salarios del período temprano moderno.
En algunas fuentes, sólo dos sirvientes aparecen recibiendo salarios
monetarios. En 1562 John Norman, un sirviente de North Erpingham, exigió un
salario de 46 chelines anuales para continuar junto a su amo, tras un año entero
de trabajo por tan sólo 26 chelines.103 Todo indica entonces que las listas de los
tribunales de Marsham están escondiendo salarios reales más altos,
estipulados en privado entre amo y sirviente.

Whittle, Agrarian Capitalism 26 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


CUADRO 5.8.

En su enorme mayoría, los contratos de los sirvientes de Marsham eran


por un año, con la excepción de un sirviente cuyo plazo de servicio no se
estipula, y de una mujer empleada por tres meses. Sin embargo, existían
grandes variaciones en lo que respecta a las fechas ingreso y egreso del
servicio. En la mayoría de los contratos de 1566-67, la fecha de inicio más
común era el 1º de agosto, seguida por el 24 de junio –17 y 12 contratos sobre
42, respectivamente.104 En ocasiones el contrato comenzaba más avanzado el
otoño –cinco contratos iniciados el 29 de septiembre, uno el primero de
noviembre. Hallamos tres documentos que establecen la Navidad como ingreso
al servicio, y en un solo caso el 21 de enero. Esta evidencia desestima la
posibilidad de que existieran ferias para contratar sirvientes de periodicidad
anual o trimestral. Parece entonces que los sirvientes tenían tiempo libre entre
contrato y contrato, y que el inicio de las contrataciones laborales no se
relacionaba con patrón regular alguno. Smith encuentra la misma flexibilidad en
el mercado laboral de Stiffkey, donde el 24 de junio era la fecha de inicio más
común. Según Smith, la irregularidad también alcanzaba al periodo de duración
de la prestación laboral, porque en pocos casos alcanzaba el año de
duración.105 Todo ello sugiere que cuando un sirviente no se hallaba a gusto en
su empleo, tenía amplias oportunidades de hallar nuevas posiciones a lo largo
de todo el año. Estas conclusiones contrastan irremediablemente con los
patrones hallados por Kussmaul para los siglos XVII a XIX. Este historiador
había hallado, en sus ya clásicos trabajos, que en el 90 % de los casos los
contratos comenzaban y terminaban en Michaelmas, Martinmas o May Day [29
de septiembre, 11 de noviembre y 1º de mayo, respectivamente; n. del t.] En los
condados de Norfolk y Cambridge, en un 98 % de los casos el inicio y la
finalización tenían lugar en Michaelmas.106
La movilidad geográfica era una característica importante del servicio
permanente. En la lista de Marsham, los 15 sirvientes nacidos en la localidad
eran superados por los 17 forasteros. En la documentación que refleja los
litigios judiciales, en ocasiones hallamos el lugar de residencia de los dos
empleadores que se disputaban a un determinado sirviente. 107 En un 37 % de
los casos, los sirvientes permanecían en el mismo lugar de residencia. De los
52 sirvientes que se mudaron de parroquia, 19 (el 23%) lo hicieron a localidades
vecinas. Sólo dos empleados emigraron fuera del condado de Norfolk: se trata
del caso de movilidad más importante registrado en las fuentes, pero concierne
a un aprendiz de artesano y no a un trabajador rural. 108 Detectamos seis casos
de sirvientes que tuvieron que atravesar más de cinco parroquias para alcanzar
la residencia de su nuevo patrón, y dos de estos sirvientes recorrieron más de
20 millas cada uno.109 Podemos concluir entonces, como Kussmaul lo hizo para
el período posterior, que aunque los sirvientes eran un grupo social con amplia
movilidad, sus movimientos quedaban restringidos a distancias relativamente
cortas.110

MAPA 5.3.

Whittle, Agrarian Capitalism 27 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


Aunque los documentos que hemos empleado en esta sección poseen varios
defectos, las evidencias son tales que nos permiten afirmar que los sirvientes
eran parte importante de la sociedad y de la economía de Norfolk en el siglo
XVI. Tanto hombres como mujeres trabajaban en tareas agrícolas en condición
de sirvientes permanentes. Provenían de diversos contextos sociales (aún los
hijos de campesinos acomodados podían prestar servicio periódicamente). Su
trabajo estaba regulado por leyes laborales, y las demandas presentadas contra
trabajadores por sus ex patrones revela un cierto grado de tensión entre ambos
grupos. Aunque por otra parte, los testamentos enfatizan que podían llegar a
darse relaciones armoniosas entre amos y sirvientes. Los patrones de
contratación parecen haber sido muy irregulares, a diferencia de lo que ocurriría
en los siglos posteriores. El mapa 5.3 demuestra, por su parte, que los
sirvientes eran frecuentes en toda la extensión del condado durante el siglo XVI.
No parecen existir áreas más especializadas que otras en el empleo de esta
clase de mano de obra.111

5.4. Legislación laboral y actitudes hacia el trabajo asalariado.

Los estatutos laborales aprobados entre mediados de los siglos XIV y XVI –en
particular, la Ordinance and Statute of Labourers de 1349 y 1351, y el Statute of
Artificers de 1563- proporcionan mucha información sobre el trabajo asalariado
en nuestro período. Nos permiten apreciar, esencialmente, las actitudes
sociales hacia esta forma de empleo. Estas piezas de legislación pueden
completarse con la documentación judicial, que en el caso de Norfolk resulta en
extremo abundante. Estos procesos judiciales demuestran que las normas del
siglo XIV estaban en plena vigencia en el siglo XVI, y que los tribunales locales
buscaban imponer su cumplimiento, un hecho que no había sido claramente
aceptado hasta hace muy poco. 112 A este tópico se dedica la sección 5.4.1. del
presente apartado. Para contextualizar la realidad del condado de Norfolk, la
sección siguiente analiza a las leyes en sí mismas, su aplicación a lo largo del
país entre c.1300 y c.1750. Finalmente, en la sección 5.4.3. analizaremos las
implicancias que el cumplimiento de la legislación laboral tiene para nuestra
comprensión del trabajo asalariado rural en la Inglaterra del período moderno.

5.4.1. El cumplimiento de la legislación laboral en Norfolk 1432-1592.


Las sesiones trimestrales [Quarter sessions courts] eran tribunales locales que
se reunían en ciertos condados y ciudades, en presencia del juez de paz, para
administrar la justicia real.113 Entre los documentos judiciales de Norfolk
hallamos en primer lugar las certificaciones que los altos condestables
[funcionarios encargados de la seguridad y poder de policía a nivel local; n. del
t.] presentaban ante los jueces de paz durante estas sesiones trimestrales. 114
Las certificaciones incluían listas de transgresiones legales detectadas en las
petty sessions [instancia judicial inferior a la de las quarter sessions, con
carácter local, y cuyas decisiones debían ratificarse en las instancias
superiores; n. del t.] Por exigencia de los estatutos laborales, todos los
trabajadores debían presentarse ante las petty sessions para declarar el monto

Whittle, Agrarian Capitalism 28 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


de sus salarios y la duración de sus contratos. Los desempleados también
debían participar de las sesiones de estos tribunales inferiores, para conseguir
empleo o para solicitárselo a las autoridades. Las infracciones tratadas en estas
instancias tenían como protagonistas tanto a patrones como a empleados. Un
segundo tipo de documento judicial, al margen de las certificaciones, eran las
órdenes judiciales (warrants), que impulsaban determinadas diligencias en
relación con los infractores de los estatutos laborales. El tercer tipo de
documentos eran los sureties o garantías, que mencionaban a los infractores y
registraban los nombres de dos vecinos que aceptaban actuar como garantes
de la presentación de aquellos en la próxima sesión del tribunal. El cuarto tipo
de documento son las acusaciones o indictments, que registraban el
procesamiento de los infractores de los estatutos laborales, describiendo el
delito y a la persona que lo había cometido.
El cuadro 5.9. muestra el número de acusaciones, órdenes y
certificaciones previos a la puesta en práctica del Statute of Artificers de 1563.
Las sureties o garantías sobreviven en forma más esporádica. 115 En muchos
años normales, el número de acusaciones relacionadas con los estatutos
laborales eran el 2 o 3% de los procesos iniciados en las sesiones trimestrales.
1561/1562 fue un año excepcional, en el que treparon al 7%. Tras la aprobación
del Statute of Artificers de 1563 se registra una sustancial baja en el número de
acusaciones. En 1591/1592 directamente no existen procesos relacionados con
las leyes laborales. En 1571/1572, sólo el 1 %. 116 Todo parece indicar que
hubiera existido una preocupación por hace cumplir la legislación laboral en los
años previos al nuevo estatuto, seguida de un notable desinterés luego de la
aprobación de éste último. Entre diciembre de 1561 y octubre de 1562 se
detectan, por ejemplo, 39 acusaciones por incumplimientos de las leyes
laborales, y 52 ofensas entre 1562 y 1563. La cifra se reduce a sólo tres en
1564, a una en 1565, a tres en 1566, y a ninguna en 1567.
La excepcional actividad judicial de finales de la década de 1550 se debe
a una combinación de factores legales y económicos. Hemos visto que los
salarios no lograron seguir el ritmo de la inflación en las décadas de 1540 y
1550. La crisis de mortandad de finales de los 1550 provocó una relativa
escasez de mano de obra, lo que permitió que los trabajadores intentaran
recuperar parte del valor de sus salarios perdido en las décadas previas. Los
jornales diarios se incrementaron notablemente por entonces. El hecho provocó
preocupación en la élite. En las acusaciones judiciales resulta difícil distinguir la
consternación de los empleadores de la preocupación de los jueces de paz.
Desde 1558 en adelante, el Parlamento había comenzado a discutir las
reformas a los estatutos laborales. 117 En los tribunales de Norfolk se percibe
claramente esta tensión entre los años 1558 y 1563. De todas formas, esta
explicación no ayuda a entender por qué el cumplimiento de la legislación
laboral fue impulsado en las décadas de 1530 o 1540, o por qué su número se
redujo dramáticamente después de 1563. Tal vez haya el nuevo Statute de
1563 permitió que las contravenciones se resolvieran al nivel de las petty
sessions, sin llegar a las quarter sessions; o que los jueces de paz resolvieran
directamente los conflictos, provocando una reducción de la presentación de
casos en las instancias superiores.118

Whittle, Agrarian Capitalism 29 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


CUADRO 5.9

Cuatro situaciones diferentes se encuentran en las acusaciones presentadas en


las sesiones trimestrales. La gran mayoría –88 sobre 98 casos- tienen que ver
con sirvientes arrancados de su empleo previo antes de que terminara el plazo
estipulado por contrato. Por lo normal, el principal acusado era el nuevo patrón.
Por ejemplo, William Wygge, de Beeston, y su esposa Margaret, fueron
acusados de arrebatarle el sirviente William Johnson al caballero Simon Nunne.
Johnson abandonó a su anterior amo sin su permiso. 119 Ocasionalmente era el
trabajador quien podía convertirse en el primer acusado en este tipo de
situaciones. Alice Lawes, una solterona al servicio de Edward Tyler, de Thwaite,
fue acusada de retirarse “sin causa razonable o licencia” del servicio en agosto
de 1549. En la misma acusación, otros dos vecinos eran acusados de haber
recibido y retenido a Alice en contra de los estatutos laborales. 120 La mayoría de
los procesos legales hacen mención a las leyes del siglo XIV –“la ley de
Eduardo III”, el “Statute of Servants”, “los estatutos vigentes en estos temas”,
“las leyes de 1349 y 1351”, etc.121 En algunos casos, amén de la violación de la
legislación del siglo XIV, la parte acusadora aducía también el uso de violencia
y la provocación de daños a la propiedad. Peter Smyth, un carpintero de
Elmham, fue acusado de ingresar por la fuerza en la casa de Robert Gottes, de
Little Ryburgh, en septiembre de 1532, portando armas, para llevarse al
sirviente Joan Smyth, en contra de lo dispuesto por el Statute vigente,
desafiando al Rey y alterando la paz pública. 122 Las acusaciones posteriores al
nuevo estatuto laboral de 1563 no muestran grandes diferencias respecto de las
anteriores.123
Las otras acusaciones relacionadas con la legislación laboral eran mucho
menos comunes. Cinco procesos mencionan a sirvientes que abandonaron a
sus patrones antes del plazo convenido, pero sin hacer mención a ningún nuevo
empleador. La más temprana de esas acusaciones data de junio de 1542, y cita
a las Ordenanzas de 1349 para justificar que dicha conducta merece la pena de
encierro.124 Otros dos procesos se refieren a trabajadores que demandaban
salarios excesivos, negándose a seguir trabajando a pesar de haber aceptado
previamente los términos que luego rechazaron. El segundo caso se refiere
simplemente a dos trabajadores que recibían salarios por encima de la
estipulado en el Estatuto de 1552.125 Tres últimos casos acusaban a hombres
“perezosos” por negarse a trabajar. En 1551 el jornalero Robert Gyllam, de
Hanworth, que era “fuerte de cuerpo y tenía cerca de 20 años”, sin oficio,
propiedad o medio de vida alguno, fue obligado a servir a Thomas Pidgeon,
gentleman, por el lapso de un año entero. En 1562 una obligación similar fue
impuesta a Nicholas Emneth, de 16 años de edad, a resultas de lo cual se
produjo un motín del que luego hablaremos. Ambas condenas citan la
Ordinance of Labourers de 1349. En 1556 Thomas Balles, de Ludham,
jornalero, fue acusado de “evitar el trabajo como un vagabundo” y de “participar
de juegos ilegales”.126
Las órdenes judiciales (warrants) se relacionan con un estadío previo en
este tipo de disputas laborales. Las 70 órdenes que han sobrevivido se dividen
en dos grupos prácticamente iguales. 38 ordenaban a sirvientes que habían
abandonado su trabajo antes de tiempo que retornaran a sus empleos, o que en

Whittle, Agrarian Capitalism 30 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


caso contrario se presentaran en la próxima sesión del tribunal, bajo pena de
prisión.127 El segundo tipo de orden judicial, de la cual hallamos 32 ejemplos,
ordena a personas desempleadas aceptar compulsivamente determinados
puestos. En octubre de 1542, los subcondestables de Blofield recibieron la
orden de arrestar a John Bodyfant, descripto como “ocioso y vagabundo”, sin
medios o propiedades suficientes para vivir “correcta y honestamente”, y
colocarlo al servicio de John Bussy, para trabajar en faenas agrícolas por el
lapso de un año y según los salarios estipulados por el Statute of Servants. Si
Bodyfant abandonaba su nuevo empleo, debía esperar en prisión la próxima
sesión del tribunal.128 Las órdenes eran todas similares. En muchos casos se
estipula que el servicio compulsivo debía concretarse en relación con trabajos
rurales.129 Aunque permanecer ocioso, con menos de 60 años y estando
físicamente apto para trabajar, era un delito según el Estatuto de 1351, no dejar
de sorprender que esta cláusula continuara siendo aplicada en el Norfolk del
siglo XVI. Es bien conocida la creciente preocupación en la Inglaterra de
mediados del siglo XVI por el vagabundeo, pero no hay menciones en la
literatura existente de que órdenes similares fueran impulsadas en algún otro
lugar del país en la misma época: Norfolk proporciona hasta ahora los únicos
casos conocidos para este período.
Las garantías (Sureties) recogen avales presentados por personas a
favor de trabajadores que habían violado alguna norma de los estatutos
laborales, para garantizar que se harían presentes en las próximas sesiones de
los tribunales ante los cuales habían sido denunciados. 130 En Mayo de 1543,
dos agricultores se acercaron a uno de los jueces de paz del condado, y
garantizaron bajo pena de multa de 5 libras, que Cecily Deynes, una solterona
de Easton, asistiría a la próxima reunión de las quarter sessions courts que
tendría lugar en Norwich, para responder por una transgresión al Statute of
Servants.131 Muchas de las garantías pueden vincularse con otros documentos
existentes en los archivos de los tribunales, como ordenes (warrants) y
acusaciones (indictments).132
Como documento, las certificaciones de los altos condestables describen
la mayor variedad de violaciones a las leyes laborales. La mayoría menciona a
personas que no cumplieron la orden de presentarse ante los tribunales. Pero
en otros casos se registran otro tipo de infracciones. En septiembre de 1532, un
condestable certifica que William Watt, carpintero de Northwold, estaba
cobrando mayores salarios que los legalmente estipulados. 133 La certificación
más extensa data de diciembre de 1571 y merece ser analizada en detalle. Los
dos condestables del distrito certifican en septiembre de 1571 que varias
sirvientas y trabajadores conminados a presentarse ante el tribunal local no
cumplieron con la orden, que un patrón retenía a una sirvienta y no la dejaba
presentarse ante los jueces, que un trabajador se negaba a emplearse,
obstinándose en llevar una vida ociosa, que una mujer se negaba a trabajar
para nadie que no fuera su suegro (una persona pobre e incapaz de
mantenerla). En un momento, el documento observa:

Katherine Tyler, de Middleton, vive ociosa, como vagabunda, y merodea por la


región, afirmando que no tiene intenciones de emplearse por el resto del año.
Margaret Palmer, de West Winch, va de lugar de lugar como una mendiga sin
empleo alguno. Richard Gaylily, de Gayton, amenazó y atacó a su patrón. John

Whittle, Agrarian Capitalism 31 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


Bettes, de Gaywood, zapatero, emplea y retiene sirvientes por menos tiempo que
el permitido por el Estatuto...

Antes de firmar con sus nombres, los condestables agregan una nota final:
“Thomas Donne, carpintero de Bawsey, es una persona poco confiable, pues
promete a sus patrones que aceptará emplearse con ellos y luego, o no cumple
directamente con su palabra, o llega tarde y no respeta los horarios
estipulados”.134
Las infracciones registradas en las certificaciones pueden ser recogidas
en tres grupos: la no asistencia a los tribunales, el monto de los salarios, el
incumplimiento de los plazos de servicio convenidos. Los trabajadores debían
acudir compulsivamente a las petty sessions. Los empleadores también tenían
obligación de acudir, para certificar que estaban pagando los salarios
legalmente permitidos. La mayoría de las infracciones se relacionan con la
negativa de los trabajadores a hacerse presente ante los magistrados (154
casos). En 11 ocasiones hallamos testimonios de patrones acusados de no
permitir a sus sirvientes asistir a la corte. En siete casos los propios
condestables son acusados por no hacer cumplir los estatutos como
correspondía. En tres casos se registran empleadores que pagaban sueldos
excesivos, pero en otras 31 instancias son los trabajadores los señalados por
recibir pagas indebidamente altas, o por negarse a servir a menos que se
cumplieran sus elevadas exigencias salariales (19 casos). Amén de la negativa
a buscar empleo y del mantenerse ocioso (20 casos), éstas eran las violaciones
a las leyes laborales más frecuentemente citadas en los tribunales
Este conjunto relativamente completo de fuentes nos permite observar la
forma en que la legislación laboral era aplicada en todos los niveles. Los
listados confeccionados en las petty sessions de Marsham expresan el nivel
más bajo del sistema administrativo local.135 Sus listas no incluyen sólo a los
infractores, sino a todos los sirvientes, jornaleros y artesanos dentro del radio
de jurisdicción del tribunal. Los condestables tenían obligación de confeccionar
un listado con todos los asalariados, observando que no se mantuvieran
ociosos y que los términos de empleos no contradijeran la legislación vigente.
De esta forma, toda infracción podía ser denunciada ante el alto condestable
del distrito, y éste a su vez se encargaba de presentar el caso ante los jueces
de paz durante las quarter sessions courts. Es en esta última instancia donde
se dictaban sentencias, se presentaban garantes, y los empleadores
defraudados demandaban a sus antiguos trabajadores o a los nuevos amos que
aceptaron contratarlos.
Administrado con eficacia, el sistema podía ser efectivo, de largo alcance
y opresivo para los trabajadores. El hecho de que los estatutos laborales fueran
aplicados en las décadas centrales del siglo XVI revela que las relaciones entre
empleadores y empleados eran a menudo tensas, tanto como las relaciones
entre los asalariados y los agentes de la justicia. Aún los casos de los patrones
que arrebataban los sirvientes de otros patrones adquieren una perspectiva
diferente si recordamos que muchos de estos trabajadores estaban sirviendo
porque habían recibido la orden compulsiva de hacerlo, y muchos de los nuevos
empleadores con los que buscaban refugio eran en realidad sus parientes.
También hemos visto que muchos hombres y mujeres rehusaban emplearse a
pesar de la orden expresa de los magistrados. Muchos otros evitaban

Whittle, Agrarian Capitalism 32 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


directamente hacerse presente en las sesiones de los tribunales, pues sabían
que se les impondría un determinado empleo en forma compulsiva. Por
ejemplo, los condestables de Brooke informaron que Margery Fidell, “vivía
ociosa y no permanecía en ningún servicio”. Se le ordenó presentarse ante la
petty session court que debía tener lugar en Brooke en septiembre de 1555,
para explicar por qué motivos no se mantenía empleada durante un año tal
como ordenaba el Statute of Servants and Labourers. A pesar de varias
citaciones, la mujer no se hizo presente. 136 Muchas de las certificaciones que
dan cuenta de inasistencias a las sesiones de los tribunales pueden estar
escondiendo casos como éste. Por otra parte, no sólo muchos trabajadores
desobedecían a los magistrados, sino que también muchos condestables no
cumplían con rigor sus obligaciones. Los subcondestables de Stanford, en el
distrito de Grimshoe, faltaron a la petty session court realizada en West Tofts en
1558/1559. Tampoco se hicieron presente ese año los infractores citados. 137
La resistencia abierta resultaba menos común. Al menos un hombre del
sur de Norfolk parece haber hablado en contra del control de salarios a fines de
la década de 1550. El alto condestable de Diss reportaba en septiembre de
1558 que:

Richard Goolde, de Dickelburgh, jornalero, había cobrado salarios excesivos


durante el invierno y el verano, negándose a trabajar en caso contrario... y
aconsejó a muchos otros jornaleros que actuaran de igual manera, diciendo
mentiras e inexactitudes entre personas de diversos lugares, con muchas
expresiones oprobiosas para desasosiego de muchos hombres honestos. 138

Un documento de la parroquia de Upwell, en el límite con el condado de


Cambridge, describe con gran detalle otro caso de resistencia comunal en
contra del servicio compulsivo al que había sido condenado Nicholas Emneth,
un jornalero de 16 años. Los altos condestables de Clackclose reportaron que
cinco trabajadores de Upwell (entre ellos Nicholas) no habían asistido a la petty
session celebrada en Upwell el 8 de julio de 1562. Un orden judicial de agosto
de 1562 ordenaba a Nicholas que aceptaran servir de inmediato en la casa de
Adam Bellamye. Detrás del documento se aclara que este empleador
compulsivo era el condestable de la localidad. Cuando Bellamye arrestó a
Nicholas para obligarlo a tomar el empleo estalló un motín. Diez hombres y tres
mujeres identificados rescataron por la fuerza y con armas a Nicholas de la
custodia de su captor.139 Curiosamente, cuatro de los revoltosos residían en la
parte de la aldea que quedaba ya dentro del condado de Cambridge.
Precisamente, el hecho de que los estatutos laborales estuvieran siendo
aplicados con rigor en Norfolk e ignorados en Cambridge puede explicar los
motivos del estallido, junto al hecho de que la comunidad de Upwall estuviera
repartida entre ambas jurisdicciones. De todas maneras, Nicholas fue acusado
ante la instancia judicial superior, las quarter sessions courts, por permanecer
ocioso en contra de lo estipulado por la Ordenanza de 1349, al igual que por
resistirse al arresto.140 Este relato de abierta resistencia data de 1549, el año de
la rebelión de Kett. La petición presentada por los líderes de esta gran revuelta
demuestra que el movimiento estaba más preocupado por temas relacionados
con la propiedad de la tierra que por las regulaciones del trabajo asalariado. De
todas formas, no caben dudas de que estos estatutos represivos estaban

Whittle, Agrarian Capitalism 33 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


siendo aplicados en Norfolk desde al menos 1532, y que el hecho provocaba
tensiones entre la población rural del condado. Resulta interesante que el
mismísimo Robert Kett, el líder que dio nombre a la revuelta, fuera acusado de
arrebatarle un sirviente a otro empleador en diciembre de 1547, en un proceso
que hacía mención explícita de las leyes del siglo XIV. Resulta claro entonces
que Kett conocía el contenido de las normas y que estaban siendo
rigurosamente aplicadas en la región.141

5.4.2. Las leyes laborales y su cumplimiento c.1300-c.1750.


Debemos analizar en más detalle el contenido de los estatutos laborales y
buscar registros de su aplicación antes y después del siglo XVI. Luego de la
Peste Negra se produjo una catarata de leyes reguladoras del trabajo. Las más
importantes fueron la Ordinance of Labourers de 1349, el Statute of Labourers
de 1351, y el Statute of Cambridge de 1388. Muchos de los principios básicos
de estas leyes se repiten en el Statute of Artificers de 1563, y continuaron en
vigencia hasta el siglo XVIII.142 La aplicación temprana de estas leyes ha sido
estudiada por muchos historiadores. 143 No ocurre lo mismo, sin embargo, con el
estatuto del siglo XVI.144 La mayoría de los trabajos existentes no trazan
comparaciones entre la situación de ambos períodos, y se concentran
esencialmente en la evolución del monto de los salarios. En esta sección
buscaremos comparar la información acerca del Norfolk del siglo XVI con los
períodos previo y posterior.
Hemos visto que las acusaciones más comunes en la Inglaterra de
mediados del siglo XVI eran la demanda de un amo en contra de otro amo que
le arrebataba sus trabajadores. Este tipo de infracciones a la ley laboral tiene
más historia que otros tipos de violaciones. Los casos por incumplimiento de
contrato pueden oponer a un empleador en contra de su sirviente por
abandonar el servicio sin consentimiento del primero, a un amo en contra de
otro amo por dar empleo a un sirviente fugado, y a un sirviente en contra de su
empleador por terminar el contrato prematuramente. Estas conductas podían
penalizarse a partir de la common law, independientemente de los estatutos
laborales. Los tres tipos de infracciones aparecen en los tribunales reales desde
finales del siglo XIII, cuando aquellos no existían aún. 145 La nueva legislación no
hacía sino reforzar lo que la vieja legislación contemplaba. La Ordenanza de
1349 autorizaba a un empleador a recuperar por la fuerza a un trabajador que
hubiera abandonado el servicio antes del tiempo convenido. El sirviente se
exponía a prisión si rehusaba obedecer. Adicionalmente, si el jornalero
profugado había hallado otra colocación, el nuevo amo debía devolverlo, porque
de lo contrario era él quien se exponía a sufrir encarcelamiento. Resulta
plausible que estas nuevas disposiciones, sumadas a la falta de trabajadores
posterior a la plaga, hayan provocado un aumento en el número de procesos. 146
Sin embargo, esta clase de conflictos continuó siendo llevada adelante como
casos de acción privada, al margen de la vía administrativa abierta por las
nuevas leyes. En la década de 1350 algunos casos citan los estatutos recientes
pero otros no, y las palabras empleadas por los funcionarios no difieren de los
términos anteriores a 1349.147 Casos similares a los que venimos describiendo
continúan apareciendo en los tribunales públicos durante todo el siglo XVII. 148

Whittle, Agrarian Capitalism 34 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


Los contratos eran en cierta medida socialmente neutrales. Los sirvientes
podían, y de hecho lo hacían, demandar a sus amos por despidos ilegales.
Hallamos casos de este clase antes de 1349 tanto como en los siglos XVII y
XVIII.149 Sin embargo, siempre fue más frecuente que los empleadores
demandaran a sus antiguos sirvientes, y eran las facultades de aquellos lo que
las leyes buscaban precisamente reforzar. Hemos visto que algunos
incumplimientos de contrato se refieren a trabajadores que habían sido
obligados a aceptar un determinado empleo por los oficiales de justicia, una
medida claramente opresiva. La Ordinance de 1349 consideraba obligatorio el
empleo para todas las personas físicamente aptas menores de 60 años.
Quedaban exentos aquellos que ejercían el comercio o un oficio, quienes tenían
suficientes medios para vivir, quienes tenían tierras que trabajar ellos mismos, o
quienes ya tenían personas a su propio servicio. No caben dudas de que el
estatuto apuntaba a los trabajadores asalariados, y su objetivo era
indudablemente forzarlos a abandonar la práctica del empleo eventual como
contrapartida de salarios altos, obligándolos a servir en forma permanente. 150 El
servicio debía ser apropiado, presumiblemente para el genero, edad, habilidad y
status de cada persona. Los salarios debían pagarse según los niveles usuales.
Esta cláusula de 1349 no fue rebatida hasta el Statute de 1563, que ampliaba la
lista de las personas exentas, aunque no presentaba mayores cambios en los
restantes aspectos. El servicio compulsivo fue aplicado en la segunda mitad del
siglo XIV en los condados de York, Lincoln y Suffolk; mientras que entre las
décadas de 1570 y 1680 los hombres y mujeres ociosos fueron procesados en
áreas tan diversas como Norfolk, Yorkshire y Devon. A mediados del siglo XVIII
lo eran en el condado de Essex.151 La evidencia del Norfolk de mediados del
siglo XVI no hace más que reforzar la continuidad de esta patrón.
La duración del plazo de servicio era tal vez el aspecto más vago de la
legislación laboral. El Statute de 1351 estipula que “el sirviente será contratado
por el lapso de todo un año, o por otros períodos habituales, y no sólo por el
día”, mientras que el Statute of Artificers establece que nadie “será retenido,
contratado, o puesto a servir por un período inferior al año” para el caso de 30
ocupaciones específicas, pero no incluye semejante precisión en lo que
respecta a los trabajos rurales. De todos modos, se suponía que el término de
duración del trabajo compulsivo en las tareas agrícolas debía ser también de
duración anual. Las medidas para controlar la movilidad se fueron haciendo
más severas con el paso del tiempo. La Ordinance de 1349 simplemente le
daba a los señores el derecho de recurrir al trabajo a sus tenentes en primer
lugar, una medida que de haber sido aplicada hubiera limitado sensiblemente la
movilidad geográfica de la mano de obra. En 1351 se estipulaba que los
sirvientes no debían abandonar el lugar en el que habían servido durante el
invierno para emplearse en otro lugar distinto durante el verano, si había
empleos disponibles en la primera localidad. En 1388 se exigió que todo
trabajador que buscara trabajo en un distrito que no fuera el propio (hundred;
jurisdicción sobre la que tenía imperio una determinada quarter sessions court;
nota del t.), debía llevar consigo una carta patente con el sello real. Finalmente,
en 1563 se especificó que los sirvientes no debían abandonar sus parroquias
sin una carta testimonial con la firma del condestable de la aldea y de otros dos
vecinos honorables.152

Whittle, Agrarian Capitalism 35 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


El control de la movilidad geográfica era necesario para que los
condestables pudieran mantener control sobre los trabajadores y detectar las
infracciones a los estatutos. Se relacionaba también con otras preocupaciones
del gobierno, como el vagabundeo, la ociosidad y el control social. El sistema
de las cartas testimoniales protegía a los trabajadores que tenían buenas
intenciones y permitían detectar a los ociosos. Sin embargo, también
presuponía que toda persona que se movilizaba sin permiso lo hacía
únicamente porque estaba buscando violar los estatutos laborales (escapando
de un antiguo patrón, evitando el trabajo compulsivo, buscando salarios más
altos). La retórica que describía a los vagabundos como ociosos
despreocupados puede estar encubriendo personas que se estaban
trasladando con el objetivo de buscar trabajo. El rechazo que el gobierno sentía
por el vagabundeo no puede comprenderse en forma aislada de sus
preocupaciones respecto de la ociosidad de la clase trabajadora, de los altos
salarios, y de las dificultades que implicaba mantener un efectivo control social
sobre este sector de la población del país.
Los controles a la movilidad y la cuestión de la duración del servicio
parecen haber sido menos aplicados que los otros aspectos de las leyes
laborales. Existen unas pocas evidencias al respecto de fines del siglo XIV y del
siglo XVII.153 En el siglo XVI estos asuntos apenas aparecen mencionados en
algunas certificaciones de los condestables locales. La falta de acusaciones
relacionadas con estos aspectos tiene que ver con que se los trataba
indirectamente, cuando se perseguía el incumplimiento de otras cláusulas de
los estatutos. Quienes se rehusaban a aceptar plazos largos de servicio eran
condenados a aceptar compulsivamente los empleos, y quienes eran hallados
trasladándose innecesariamente por la región eran catalogados como ociosos y
obligados a buscar empleo.154
Un último aspecto esencial de control era la regulación de los salarios y
el establecimiento de montos máximos. Los métodos variaban según los
estatutos. La Ordenanza de 1349 y el Estatuto de 1351 afirmaban que los
salarios debían fijarse según los niveles anteriores a la Peste Negra. Para que
ello resultara viable, los precios de los alimentos también debían someterse a
controles. El Estatuto de Cambridge de 1388 adopta una estrategia diferente,
aceptando que los salarios han subido luego de la plaga, pero incluyendo un
listado con los montos de allí en más permitidos. Al año siguiente los jueces de
paz recibieron listados que contemplaban diversas situaciones locales, en
particular los valores de los artículos de consumo esenciales. El Estatuto de
1563 finalmente sostenía que los valores de los salarios máximos debían ser
fijados anualmente por los jueces de paz durante las sesiones de los tribunales
que tenían lugar durante Pascua. Debían incluir montos anuales para distintos
tipos de trabajadores y jornales diarios para artesanos y otros oficios. En
algunos condados, los salarios máximos tuvieron fuerza de ley hasta la
segunda mitad del siglo XVIII. 155 En la segunda mitad del siglo XIV, la cláusula
referida a los salarios máximos era la más aplicada de todas las normas
incluidas en las leyes laborales. En el siglo XVI, por el contrario, eran más
comunes otros tipos de infracciones.156
La regulación de los contratos laborales, el cumplimiento de los trabajos
compulsivos y el control de salarios requerían una administración eficiente. Las

Whittle, Agrarian Capitalism 36 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


leyes servían de poco si la fuerza de trabajo no podía ser monitoreada y las
infracciones a la ley sistemáticamente reportadas. El marco impuesto por el
Statute de 1351 era idéntico al que estaba vigente en el siglo XVI. Sirvientes y
jornaleros debían contratarse en un espacio público antes que en un ámbito
privado, y dos veces al año debía exigírseles juramento de que respetarían los
estatutos laborales. Los condestables debían actuar con diligencia, y la justicia
debía controlar a los condestables.
El Statute de 1563 no introdujo grandes cambios en esta estructura.
Tanto antes como después de 1563, las infracciones a las normas laborales
eran denunciadas en Norfolk con frecuencia. Los condestables que no asistían
a las petty sessions eran denunciados. También lo eran los patrones que no
acudían cuando se los citaba. Los registros de trabajadores que no cumplían
con las citaciones judiciales resultan, en cambio, menos frecuentes. Los
sirvientes permanentes, de hecho, debían acudir junto con sus patrones, por lo
que la tasa de ausencia debía ser mayor entre los jornaleros eventuales. A
partir de la segunda mitad del siglo XVII, las petty sessions courts
crecientemente se convirtieron en meros ámbitos para la contratación de mano
de obra. Sus atribuciones judiciales habían sido apropiadas por los jueces de
paz, quienes resolvían los conflictos laborales en el ámbito privado o bien ante
la instancia superior, las quarters sessions courts.157 La detección de
vagabundos y ociosos debió correr a partir de entonces por cuenta de los
funcionarios encargados de administrar las leyes de pobres [no deben
confundirse con los estatutos laborales; n. del t.].
A pesar de la fuerte evidencia sobre la continuidad en la aplicación de las
principales cláusulas de la legislación laboral, no nos resulta posible afirmar que
el empleo en Inglaterra entre 1349 y c.1750 fuera regulado de acuerdo con un
sistema unificado. En primer lugar, diferentes mecanismos fueron empleados en
distintos momentos. En segundo lugar, no existen evidencias de que las leyes
laborales se aplicaran efectivamente entre comienzos del siglo XV y el segundo
tercio del siglo XVI. En tercer lugar, parece extremadamente probable que
existieran grandes diferencias regionales en el grado de cumplimiento de estas
normas. Todas las cláusulas de las leyes de 1349 y 1351 fueron aplicadas en la
segunda mitad del siglo XIV. Putnam, sin embargo, halla divergencias entre los
distintas clases de tribunales. Algunos se ocupaban de hacer respetar los
salarios máximos y otros del cumplimiento de los plazos establecidos. Sólo las
quarter sessions courts trataban todas las clases de infracciones posibles. 158
Luego de 1563 se percibe que los jueces de paz comenzaron a actuar a
menudo por fuera de la jurisdicción de las quarter sessions. Las petty sessions
tuvieron su apogeo en la segunda mitad del siglo XVI, pero declinaron durante
el siglo siguiente. Aunque estos cambios no impliquen necesariamente que la
aplicación de los estatutos laborales variaba, poseen un importante impacto en
el tipo de documentos legales que generan, y por lo tanto en las posibilidades
de reconstrucción de los procesos por parte de los historiadores.
Tal vez ello sea la causa de la falta de evidencia respecto de la
aplicación de estos estatutos entre principios del siglo XV y la década de 1560.
Putnam halló apenas unas pocas acusaciones producidas en 1415 en unas
quarter sessions, pero ninguna de ellas se relacionaba con infracciones a las
leyes laborales.159 También se hallaron algunos registros documentales de las

Whittle, Agrarian Capitalism 37 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


quarter sessions de Essex en las décadas iniciales del siglo XVI 160, lo que nos
deja un hiato de casi cien años, de 1415 a 1532, cuando los registros de las
quarter sessions de Norfolk comienzan. Entre esas dos fechas, no se conservan
en Inglaterra indicios de que en las petty o quarter sessions se aplicaran los
estatutos de trabajadores y sirvientes. De todos modos, la afirmación de Penn y
Dyer respecto de que para comienzos del siglo XV los tribunales ingleses
habían perdido interés en la aplicación de unas leyes que ya para entonces
parecían pasadas de moda, debe revisarse a la luz de la evidencia del siglo XVI
aportada por las cortes de Norfolk. 161 En este último condado, las petty sessions
hacen cumplir las leyes laborales desde al menos 1532. El Statute de 1563
hace referencia a la necesidad de continuar convocando a las petty sessions, lo
que nos da a entender que la aplicación judicial de las normas anteriores estaba
ya en vigencia para entonces. Tampoco existe evidencia de que las petty
sessions hubieran sido reinstauradas en el siglo XVI. La reaparición de un
sistema tan opresivo como éste, luego de una etapa de aflojamiento de los
controles, hubiera dejado sin dudas rastros en las fuentes. En consecuencia,
podemos concluir que los tribunales locales continuaron funcionando sin
interrupciones desde 1351.
Las lagunas en la documentación también influencian nuestro
conocimiento de los patrones regionales de aplicación de los estatutos. Una
cantidad importante de las fuentes sobrevivientes se concentran en unos pocos
condados –Norfolk y Suffolk, por ejemplo. 162 En el siglo XIV, uno de los
condados que más casos registran es el de Essex. 163 Resulta interesante el
hecho de que las regiones que presentan un alto número de casos referidos al
cumplimiento de los estatutos laborales, sean al mismo tiempo las regiones más
implicadas en la revuelta campesina de 1381. 164 Tan sólo después de 1563 la
documentación judicial sobrevive en forma más pareja en los distintos
condados, sugiriendo que a partir de entonces los estatutos laborales fueron
aplicados de forma más uniforme en todo el país.
En síntesis, la evidencia existente sugiere que la aplicación de estas
normas varió según las épocas y las distintas regiones de Inglaterra. Parece, de
hecho, haber sido efectiva tan sólo en algunos condados, particularmente en los
de East Anglia. Los estatutos parecen haberse aplicado a conciencia en la
segunda mitad del siglo XIV y en la segunda mitad del siglo XVI. A partir de
comienzos del siglo XVII las fuentes sugieren que la aplicación de las leyes
comenzó por primera vez a hacerse efectiva en todo el territorio del reino. Y a
pesar de una declinación gradual, no fue sino hasta 1750 que las principales
cláusulas de las viejas leyes fueron abolidas o quedaron obsoletas.

5.4.3. Algunas otras implicancias sobre la legislación laboral.


En su tiempo, las Ordinance y Statute of Labourers fueron normas
revolucionarias.165 Señalaron el declive de la economía feudal en muchos
aspectos. Eran una clara indicación de que para mediados del siglo XIV la
economía inglesa dependía del trabajo asalariado. Aunque la Ordinance
otorgaba a los señores prioridad en la contratación de sus propios tenentes,
para comienzos del siglo XV esta cláusula había caído en desuso. Antes que
buscar reforzar el poder de los señores sobres sus campesinos, el gobierno
buscaba reforzar el poder de los patrones sobre sus trabajadores. En forma

Whittle, Agrarian Capitalism 38 Traducción Campagne (FFyL-UBA)


adicional, el Statute señala una marcada erosión de los poderes de las cortes
feudales o señoriales (manorial courts) a favor del sistema local de
administración de justicia (petty sessions, quarter sessions, jueces de paz,
condestables) responsable ante el gobierno central. Aunque las leyes laborales
se aplicaron en ocasiones en los tribunales del señorío, en la mayoría de los
casos se hacían cumplir en los tribunales públicos. Los condestables que
presentaban los casos ante las petty sessions eran campesinos ricos
(freeholders) y no señores feudales. Los jueces de paz surgían de la gentry y de
la nobleza poseedora de señoríos y manors. Por lo tanto, la monarquía no
buscó atacar la carencia de mano de obra a partir del reforzamiento de la
servidumbre, sino a partir de la regulación del trabajo asalariado en los
tribunales reales.
La continuidad en el marco regulatorio propuesto por las leyes laborales
es clara entre los siglos XIV y XVIII.166 Los cambios que se perciben reflejan tan
sólo diferencias de énfasis en alguna cláusula respecto de otra. El preámbulo
del Estatuto de 1351 sostiene que su objetivo era contraatacar “la malicia de los
sirvientes que eran perezosos y no querían servir si no era solicitando salarios
extraordinarios ... que tales sirvientes, hombres y mujeres, debían ser obligados
a trabajar a cambio de las remuneraciones que eran usuales antes de la plaga”.
El preámbulo del Estatuto de 1563, en cambio, afirma que su objetivo era “
desterrar la ociosidad, fomentar la agricultura y derivar hacia los asalariados un
monto conveniente de salario tanto en tiempos de escasez como en tiempo de
abundancia”. El primer estatuto refleja una mentalidad cercana a la
servidumbre: el asalariado tiene obligación de servir a su amo a partir de los
términos establecidos por la costumbre. El segundo estatuto posee ciertas
connotaciones de justicia distributiva y bienestar social. Los medidas concretas
adoptadas por ambas leyes, sin embargo, difieren muy poco entre sí.
Ambos episodios legislativos surgen a partir de una coyuntura de
escasez de mano de obra: las leyes de 1349-1351 a causa de la Peste Negra y
el Estatuto de 1563 a raíz de la crisis de mortalidad de fines de la década de
1560, sumada a los problemas de inflación. Pero analizado en el largo plazo, el
objetivo excluyente de la legislación laboral no era asegurar la provisión de
trabajadores, sino controlar la naturaleza del trabajo asalariado y las vidas de
quienes lo proveían. Los estudios sobre la legislación laboral y sobre la
economía pre-industrial en general siempre se han centrado en el estudio del
valor de los salarios, con el concomitante énfasis en el trabajo eventual antes
que en las formas permanentes de servicio. Los salarios y el empleo diario son
fenómenos autoevidentes, fácilmente comprensibles para los hombres del siglo
XX. Pero su simpleza es engañosa: no se los puede comprender fuera del
contexto del que forman parte. Ello demando un conocimiento mayor de las
formas de trabajo y de la naturaleza del trabajo asalariado, una comprensión
que incluye el servicio permanente en tareas rurales. Al controlar la naturaleza
del trabajo, la legislación tenía otras preocupaciones además del control de los
salarios. Buscaba reforzar el cumplimiento de los contratos por parte de los
trabajadores, obligar a los trabajadores eventuales solteros y a los
desempleados a transformarse en sirvientes, y controlar la movilidad física de
los trabajadores.

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¿Qué razonamiento yace detrás de estas medidas? Los trabajadores
eventuales, no atados a ningún amo, preocupaban ampliamente a las elites
preindustriales, a la nobleza, a la gentry, y a los campesinos ricos que actuaban
a nivel local como condestables. Las personas con escasa propiedad y alta
movilidad escapaban a los mecanismos de control social existentes. Y ésto era
cierto tanto para las épocas de altos salarios como en tiempos de bajos salarios
y desempleo. Los jornaleros que poseían alguna propiedad que limitaba su
movilidad, o los sirvientes que vivían con sus amos, no resultaban en cambio
amenazantes. Tenían un lugar aceptado en la sociedad. Los desocupados, los
no propietarios y los trabajadores eventuales eran en cambio descriptos como
vagabundos y ociosos en las fuentes oficiales. Los medios para controlarlos era
amenazarlos con sanciones y obligarlos a servir compulsivamente durante un
año en el hogar de alguna persona de fortuna.
Pero la movilidad geográfica del trabajo asalariado no era el único factor
que impulsaba la aplicación de las leyes laborales. Parece poco probable que
con sus 16 años Nicholas Emneth fuera un vagabundo, en el sentido de
dedicarse a recorrer en forma constante la provincia, o que pudiera
catalogárselo como ocioso, en el sentido de evitar toda forma de empleo
ocasional.167 Su colocación compulsiva como sirviente en 1562 fue un medio
para asegurar una forma práctica y relativamente barata de trabajo para su
empleador potencial, Adam Bellamye, pero parece también haber estado
motivada por la idea de que el joven debía indefectiblemente estar bajo
responsabilidad de otro. El servicio permitía obtener un entrenamiento y una
educación prácticas, pero también disciplinaba al trabajador y facilitaba los
controles por parte de sus patrones. Las leyes laborales estaban diseñadas
para que los sirvientes aceptaran la autoridad de sus amos. En este sentido,
caben dentro de un reconocido patrón cultural de la Inglaterra temprano
moderna respecto del tratamiento de los adultos jóvenes, estudiado con cierto
detalle por Griffiths.168 Pero tampoco deberíamos enfatizar el hecho de que los
jóvenes eran disciplinados por el sólo hecho de serlo. Personas como Margaret
Adison, de West Acre, que en 1571 se negaba trabajar con nadie que no fuera
su suegro John Palmer, un hombre de escasos recursos que no podía pagarle
ni mantenerla, no desafiaba a las autoridades por ser perezosa, por cambiar
constantemente de residencia o por negarse a establecerse en un hogar
determinado, sino simplemente por ser pobre. 169
Los historiadores de la Edad Media tardía han percibido la hostilidad que
los trabajadores asalariados sentían en contra del servicio permanente. En su
estudio sobre Essex, Ritchie encuentra que el empleo diario y el trabajo
artesanal eran las preferencias claras de los trabajadores asalariados. Penn y
Dyer detectan igual antipatía hacia los contratos anuales de trabajo, porque
asociaban el servicio doméstico con los empleos serviles en las reservas
señoriales.170 En la segunda mitad del siglo XVII, el número de sirvientes
aumentaba cuando los salarios eran altos en relación con el precio de los
alimentos. En esta coyuntura, a los patrones les resultaba más racional emplear
sirvientes permanentes que contratar jornaleros diarios, dado que los “salarios”
de los primeros eran cubiertos mayormente en especie, y sus servicios estaban
asegurados por todo un año. Esto llevó a Kussmaul y a Smith a inferir que en el
siglo XV, cuando la situación económica era similar a la descripta, el número de

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sirvientes debió ser muy elevado.171 Por lo tanto, Ritchie, Penn y Dyer refuerzan
el punto de vista lógico de los trabajadores, y Kussmaul y Smith hacen lo propio
con la visión de los patrones. Debemos recordar de todos modos que muchos
jóvenes pueden haber preferido emplearse como sirvientes si encontraban el
empleador apropiado: el servicio permanente implicaba menores salarios y
menor cuota de libertad personal, pero también aseguraba una mayor
seguridad, estabilidad, aceptación social y entrenamiento. De todas formas, en
períodos en los que el mercado laboral no estaba sobrepoblado, el empleo
eventual debe haber sido una alternativa más atractiva en lo que hace a libertad
física e ingresos.172
Es posible interpretar la evidencia provista por las leyes laborales en el
sentido de que los trabajadores ingleses de los siglos XIV y XV rechazaban el
servicio permanente, pero de igual forma puede argumentarse que el principal
blanco de los estatutos eran los trabajadores eventuales. De igual manera,
mientras que un aumento en el número de contratos rotos puede interpretarse
como evidencia de la aversión en contra de los empleos permanentes, 173 podría
también entenderse como el resultado del mayor número de personas
empleadas como sirvientes, lo que ayudaría a explicar la mayor cantidad de
contratos incumplidos. Sin embargo, aún cuando el siglo XV se parece en
ciertos aspectos al siglo XVII, existen dos diferencias importantes. En primer
lugar, en el siglo XV era más fácil conseguir tenencias campesinas en
condiciones favorables, y debemos recordar que el empleo asalariado eventual
eran más fácil de combinar con la posesión de tierra propia que el servicio
permanente. En segundo lugar, el recuerdo de la servidumbre de la gleba era
más fuerte en el siglo XV que en el XVII, y los términos impuestos a los
sirvientes tenían más puntos de vista con la servidumbre que con el trabajo
libre. Es posible que estos dos factores hicieran que en el siglo XV el trabajo
asalariado eventual fuera más aceptable para los adultos jóvenes que el
servicio permanente. En el siglo XVII, las posibilidades de acceder a la tierra o
de hallar trabajo rural eventual eran más raras, por lo que el empleo como
sirviente podía resultar más atractivo que en el siglo XV.
Resulta imposible calcular el número de jornaleros o sirvientes que
existían en la Inglaterra tardomedieval o temprano moderna, aunque es posible
pensar que, si los estatutos laborales fueron aplicados a conciencia, su impacto
sobre la vida rural debe haber sido muy importante. De todas formas queda
demostrado sin duda alguna que sirvientes y jornaleros eran parte importante
en la economía inglesa para mediados del siglo XIV. Aún más, el hecho de que
las leyes laborales cambiaran tan poco entre esta fecha y finales del siglo XVII
sugiere que las características del trabajo asalariado siguieron siendo las
mismas en este período, una mezcla de servicio permanente y empleo
asalariado eventual. La situación no sufrió grandes cambios hasta la segunda
mitad del siglo XVIII. Para entonces, la población trabajadora había crecido
suficientemente y había sido privada de otros medios de subsistencia, de tal
forma que su pobreza aseguraba su servilismo y dependencia respecto de la
clase empleadora. Con la disponibilidad de una fuerza de trabajo que era
flexible y servicial, el servicio permanente comenzó a desaparecer, y la vieja
legislación laboral, que imponía topes salariales y apostaba al trabajo
compulsivo, se volvió anacrónica e innecesaria.

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5.5. Conclusión: una economía rural diversificada.

Los documentos fiscales de 1524-1525 demuestran que al menos 25% de los


habitantes del distrito de South Erpingham eran perceptores de salarios, o
dependían preponderantemente del cobro de salarios. El análisis de una
localidad del mid-Sussex en 1522 muestra que la proporción entre jornaleros y
sirvientes era de 3 a 1. La proporción es similar en Marsham en 1566. Sin
embargo, las fuentes de éste último distrito también prueban que el 60% de los
sirvientes eran mujeres. El relevamiento de otras clases de documentos enseña
que las mujeres constituían el 40% de los sirvientes en el Norfolk de los siglos
XIV y XVI. Las listas de trabajadores presentadas en las petty sessions courts
indican que muchos sirvientes eran jóvenes, y que recibían poco más que
comida y alojamiento como retribución de su trabajo, por lo que probablemente
no aparecerían en los documentos fiscales. Teniendo ésto en cuenta, los
sirvientes detectados por los listados de contribuyentes eran apenas la tercera
parte del total de empleados permanentes. Es probable entonces que los
sirvientes alcanzaran el número sugerido por Kussmaul, de entre un tercio y la
mitad del total de la fuerza de trabajo rural. Si en las listas de contribuyentes los
individuos que dependían mayoritariamente del trabajo asalariado alcanzan un
25 % del total, un 30 % restante corresponde a personas cuyas propiedades
totales tenían un valor inferior a las 2 libras, por lo que se supone que también
debían recurrir ocasionalmente al trabajo por jornal. Las personas con este nivel
de riqueza debían ser pequeños propietarios. La pequeña propiedad, sumada a
la explotación de los recursos comunales de la aldea (pastoreo, recolección de
madera y leña, etc) garantizaba que el trabajo asalariado cumplía una función
suplementaria antes que central en el total de ingresos de estas personas.
La información obtenida a partir de las fuentes fiscales resulta confirmada
por una lista de ocupaciones registradas en las quarter sessions courts entre
1532 y 1592. De las personas acusadas de delitos en estos tribunales cuyas
profesiones aparecen mencionadas, entre el 43 y el 45% son agricultores y
yeomen, un 28 y 30% son jornaleros, y el resto artesanos y trabajadores
especializados. No se perciben variaciones en estas proporciones entre la
década de 1530 y finales del siglo XVI. Las listas de contribuyentes demuestran
que muchos artesanos eran muy pobres, con el mismo nivel de riqueza que los
pequeños propietarios. Muchos de los no propietarios o de los minifundistas
poseían también un oficio. La presencia de la industria textil en el nordeste de
Norfolk enfatiza el hecho de que las industrias rurales especializadas se
desarrollaron en Inglaterra en regiones dominadas por la pequeña propiedad.
Sin embargo, los testamentos de los tejedores de paño basto de Marsham y
Scottow en los siglos XV y XVI demuestran que podían existir grandes
diferencias de riqueza entre estos artesanos. Los más ricos eran propietarios de
sus propios telares y de grandes propiedades. Los más pobres no eran siquiera
dueños de sus herramientas de trabajo.
Los asalariados y los artesanos abundaban en el Norfolk rural del siglo
XVI, y probablemente lo mismo sucedía en el siglo XV, a juzgar por la

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preponderancia de la pequeña propiedad durante dicho siglo. Pero la gran
mayoría de estos trabajadores no eran asalariados libres o capitalistas, porque
no dependían completamente del mercado laboral. 174 Tanto el servicio
permanente en tareas rurales como el trabajo asalariado por día eran
ocupaciones part-time. El servicio doméstico estaba relacionado con el ciclo
vital de las personas, no con una carrera vitalicia, en tanto que el trabajo
asalariado eventual aparecía siempre en combinación con la pequeña
propiedad. Los asalariados por día cultivaban huertas y criaban animales,
incluso si no tenían suficiente tierra propia como para sembrar uno o dos acres
de trigo, lo que muchos hacían. El pago de salarios muy raramente se realizaba
por completo en dinero. Los sirvientes recibían la mayoría de su remuneración
en concepto de comida y alojamiento, y el monto restante incluía porciones en
especie y en moneda. Los asalariados eventuales y los artesanos a menudo
recibían “meat and drink” como parte de su jornal diario. Para los trabajadores
no calificados y para los jóvenes, el valor de estos extras equivalía al monto que
recibían en dinero.
Otra razón para sospechar que la extendida presencia de trabajadores
asalariados en el siglo XVI no basta como indicador de un nuevo desarrollo
capitalista, es la fuerte evidencia de continuidad respecto del siglo XIV. La
diversificación social y económica de Norfolk no era un fenómeno nuevo del
siglo XVI. La industria rural y el trabajo asalariado eran ya importantes en la
segunda mitad del siglo XIV, y el reducido tamaño de las parcelas campesinas
sugiere que lo mismo ocurría a fines del siglo XIII y comienzos del XIV. Las
leyes laborales son otro fuerte indicio de continuidad: las mismas cláusulas
fueron aplicadas en East Anglia en la segunda mitad siglo XIV y en los siglos
XVI y XVII, lo que indica que la naturaleza del trabajo asalariado y las
preocupaciones de patrones y autoridades continuaron siendo las mismas.
Debemos admitir que los porcentajes numéricos no son exactos para este
período, y que resulta difícil establecer la proporción de asalariados o artesanos
sobre el total de la población rural. En cambio, resulta posible documentar con
cierto detalle los cambios en la tenencia del suelo. No está claro el impacto que
estas transformaciones pudieron tener en la estructura ocupaciones de Norfolk.
Pese a todo, la comparación entre los salarios y el precio de la tierra indica que
la década central del siglo XVI señala un importante punto de inflexión, cuando
el precio de las tenencias enfitéuticas trepó muy por encima de las capacidades
financieras de los asalariados.
La fuerza de trabajo agrícola del siglo XVI no estaba compuesta por
asalariados sin tierra. Gente así existía, pero también había asalariados
pequeños propietarios y un gran número de sirvientes contratados por todo un
año. Muchos de ellos no trabajaban porque eran pobres o porque carecían de
tierras, sino porque eran jóvenes y solteros. Las diferencias de clase entre las
familias que contrataban y las que proveían sirvientes son muy difusas: en
ambos casos surgían de entre los agricultores, los artesanos y los campesinos
ricos. También existían tensiones entre empleadores y empleados, tal como lo
prueba la aplicación de los estatutos laborales, que hacían mucho más que
regular salarios máximos. Las leyes laborales trataban con dureza a los jóvenes
y a los pobres, en muchos casos forzándolos a aceptar trabajos que no querían
con salarios que no consideraban adecuados. Quienes se negaban a cumplir

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las órdenes de condestables y jueces de paz eran criminalizados. No todos
eran obligados a aceptar servilmente el veredicto, como lo demuestra el caso
de Richard Goolde, quien criticó en alta voz el control de los salarios. Resulta
sugestivo que estas leyes cayeran en desuso en el siglo XVIII, al mismo tiempo
que el retroceso del servicio permanente y la fase final del cercamiento de los
comunales (enclosures) transformaran la naturaleza de la sociedad rural en el
sur y el este de Inglaterra. Estos cambios reemplazaron a los sirvientes y
jornaleros anteriores, que sólo dependían parcialmente del mercado de trabajo,
por asalariados rurales totalmente dependientes del cobro de salarios.

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