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ABSTRACT
La presente traducción se realiza exclusivamente para uso interno de los alumnos de la Facultad de
Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires
Los artesanos, los asalariados y los sirvientes estaban entre los grupos
gravados por los subsidios votados por el Parlamento en 1524 y 1525. Estos
subsidios fueron los únicos que diferenciaron a las personas gravadas por sus
bienes personales de aquellas gravadas por su condición de perceptores de un
salario -aunque el gravamen sobre los salarios se realizaba sólo en aquellos
individuos que poseían bienes por un valor menor a las 2 libras, y cuyos
salarios anuales alcanzaban el piso de una libra. Desafortunadamente, el
gravamen sobre salarios era bastante uniforma. Sheail nota que aquellos
gravados por esta vía deben haber pagado una tasa standard de 4 peniques en
concepto de impuesto, por lo que estos datos no pueden usarse como
indicadores del nivel de los salarios. 3 Sin embargo en 1525, en South
Erpingham, 78 perceptores de salarios sobre 250 pagaron más de 4 peniques,
habiendo sido gravados por percibir salarios anuales mayores a una libra. La
mayoría percibía entre una y dos libras, pero ocho fueron gravados por 2 libras,
y uno por tres.4 No se requirieron descripciones adicionales de los gravados en
tanto sirvientes o perceptores de menores salarios, aunque en ocasiones nos
encontramos con información al respecto. En South Erpingham en 1524, 61
personas fueron registradas como sirvientes, de los cuales sólo 35 fueron
gravados por sus salarios antes que por sus bienes personales. El término
“labourer” (trabajador, como sinónimo de asalariado o jornalero; n. de t.) era
usado con menos frecuencia. En los listados definitivos, aquellos
específicamente gravados por sus salarios fueron un 14,3% de las personas
registradas en 1524, y un 19,2 % en 1525. Sin embargo, si agregamos las
personas descriptas como sirvientes o asalariados pero gravadas por sus
bienes personales, los porcentajes suben al 16,5 y 20,3 % respectivamente. Si
cruzamos la información presente en los listados de ambos años,1524 y 1525,
el total de individuos gravados a partir de sus salarios suman 400. De ellos, un
45% apareció sólo en uno de los años, el 18% fue descripto como perceptor de
salarios en ambas listas, mientras que un 36% fue gravado un año por sus
salarios y el otro por sus bienes. 5 Si asumimos que una persona gravada un
año por sus salarios continuaba probablemente siendo jornalero al año
siguiente, los porcentajes revisados de perceptores de salarios son el 22,8%
para 1524 y el 15,3% para 1525. 6 Esta cifra puede ser considerada un mínimo.
La proporción de asalariados que hallamos en los listados de todo el condado
de Norfolk alcanza un máximo de 35,7% en 1524 y un 34,7% en 1525. 7
El gravamen de sirvientes y trabajadores según el valor de sus bienes
personales, el movimiento de personas de una categoría a otra en el lapso de
dos años, y la variación en el número de individuos gravados por sus salarios
entre un período y el otro, indican que las categorías empleadas para la
percepción del impuesto era flexibles e intercambiables. En parte, éste es
seguramente un reflejo de la naturaleza indefinida del trabajo asalariado en esta
época: siempre era casual y siempre estaba combinado con otras estrategias
de subsistencia, tales como la pequeña propiedad. Varios autores han sugerido
que existía poca diferencia entre aquellos gravados a partir de bienes
personales valuados en menos de 2 libras y aquellos gravados a partir de sus
CUADRO 5.1.
MAPA 5.1.
En del distrito de South Erpingham, por lo tanto, los perceptores del impuesto
parecen haber hecho ciertas distinciones entre las personas gravadas por sus
bienes y las personas gravadas por sus salarios. Parece probable que aquellos
gravados por sus jornales fueran más salario-dependientes: tenían menos
probabilidades de poseer tierras, y por lo general eran más pobres que aquellos
gravados por sus bienes. Ello no significa que éstos últimos no derivaban
CUADRO 5.2.
GRAFICO 5.1.
GRAFICO 5.2.
CUADRO 5.3.
En el gráfico 5.3. los niveles salariales son comparados con el precio de la tierra
en el señorío de Hevingham Bishops. Las dos columnas finales muestran el
número de días que un jornalero debía trabajar para comprar un acre de tierra.
Se trata de un cálculo abstracto: ningún trabajador podría dedicar la totalidad de
sus ingresos a la compra de tierra. Las años finales del siglo XV emergen como
un período sorprendentemente caro, pero es a mediados del siglo XVI cuando
se percibe una suba dramática en el precio relativo de la tierra. En este período
de rápida inflación, los salarios permanecieron muy detrás del precio del suelo.
Estas cifras no tienen sino carácter tentativo. Hemos visto en el capítulo 3 cómo
el precio de la tierra variaba enormemente entre una operación y otra. Se
necesita información proveniente de otros distritos antes de poder alcanzar
conclusiones definitivas. No obstante, estos hallazgos iniciales sugieren una
marcada transformación en el equilibrio entre trabajo asalariado y acceso a la
propiedad a mediados del siglo XVI.
Los salarios rurales registrados en estos documentos de Norfolk son
considerablemente inferiores a los pagados a trabajadores y artesanos urbanos
en el mismo período. Para los artesanos, los salarios diarios oscilaban entre 5 y
peniques, entre las décadas de 1460 y 1530. En la década de 1560 oscilaban
entre los 8 y los 12 peniques.39 No está claro si los salarios eran efectivamente
inferiores en el campo, o si eran complementados con pagos en especie, bajo la
forma de comida y bebida. En Norfolk, muchos artesanos y trabajadores rurales
recibían carne, bebida y alojamiento al margen de los salarios en dinero
descriptos en los gráficos 5.1 y 5.2. Usualmente estos pagos eran registrados
por separado y ocasionalmente los documentos nos permiten calcular totales
MAPA 5.2.
CUADRO 5.4.
CUADRO 5.5.
Con respecto a la distribución por sexo, podemos concluir que lo más probable
fuera una distribución pareja entre sirvientes hombres y mujeres, una base del
40 % para cada grupo. A partir de estos parámetros es posible detectar
variaciones según las regiones o el tipo de documentos consultados. No resulta
posible distinguir ningún patrón claro de cambio entre finales de los siglos XIV y
XVI.83 La evidencia confirma que las sirvientes mujeres eran muy comunes en
este condado de Inglaterra en el período que nos ocupa. Pero ¿se ocupaban
también de las tareas agrícolas? Es posible que en hogares menos adinerados
que los de Nathaniel Bacon, las tareas de los sirvientes hayan sido menos
especializadas, una mezcla de actividades domésticas, agrícolas y artesanales.
Mientras que algunas sirvientas empleadas por gentlemen o eclesiásticos
deben haber realizado tareas puramente domésticas -cocina y limpieza-, en los
hogares de los granjeros menos poderosos resulta imposible separar las tareas
domésticas de las agrícolas. Resulta típico que las mujeres llevaran adelante
una serie de trabajos que podían parecer domésticos en apariencia, pero que
en realidad tenían una finalidad productiva, como el cuidado de las vacas
lecheras, la alimentación de las aves de corral, la producción de queso y
manteca, el cuidado de la huerta, el horneado, el hilado, la elaboración de
cerveza, etc. También podían colaborar con los hombres en el levantamiento de
la cosecha.84 De las cinco mujeres referidas en las sentencias que castigaban a
los trabajadores “perezosos”, dos fueron conminadas a hallar empleo en la
agricultura, dos a emplearse como hilanderas, y una simplemente obligada a
emplearse como sirvienta.85 Es muy común que, cada vez que aparecen
sirvientes en este tipo de documentos judiciales, los hombres fueran
catalogados como jornaleros y las mujeres como hilanderas. No se los
catalogaba como sirvientes, porque los tribunales buscaban considerarlos
legalmente responsables de sus actos. Estas sutilezas legales nos ayudan a
comprender las diferencias que desde la perspectiva legal podían existir entre
sirvientes y jornaleros.86
Resulta obvio, de todos modos, que la naturaleza del trabajo de un
sirviente dependía esencialmente de la actividad económica y de la riqueza de
su patrón. La riqueza resultaba determinante para precisar el grado de
especialización que se exigía a los trabajadores. Hemos visto que muchos
hogares exigían un conjunto de tareas diversas, pero en todos los casos
CUADRO 5.7
MAPA 5.3.
Los estatutos laborales aprobados entre mediados de los siglos XIV y XVI –en
particular, la Ordinance and Statute of Labourers de 1349 y 1351, y el Statute of
Artificers de 1563- proporcionan mucha información sobre el trabajo asalariado
en nuestro período. Nos permiten apreciar, esencialmente, las actitudes
sociales hacia esta forma de empleo. Estas piezas de legislación pueden
completarse con la documentación judicial, que en el caso de Norfolk resulta en
extremo abundante. Estos procesos judiciales demuestran que las normas del
siglo XIV estaban en plena vigencia en el siglo XVI, y que los tribunales locales
buscaban imponer su cumplimiento, un hecho que no había sido claramente
aceptado hasta hace muy poco. 112 A este tópico se dedica la sección 5.4.1. del
presente apartado. Para contextualizar la realidad del condado de Norfolk, la
sección siguiente analiza a las leyes en sí mismas, su aplicación a lo largo del
país entre c.1300 y c.1750. Finalmente, en la sección 5.4.3. analizaremos las
implicancias que el cumplimiento de la legislación laboral tiene para nuestra
comprensión del trabajo asalariado rural en la Inglaterra del período moderno.
Antes de firmar con sus nombres, los condestables agregan una nota final:
“Thomas Donne, carpintero de Bawsey, es una persona poco confiable, pues
promete a sus patrones que aceptará emplearse con ellos y luego, o no cumple
directamente con su palabra, o llega tarde y no respeta los horarios
estipulados”.134
Las infracciones registradas en las certificaciones pueden ser recogidas
en tres grupos: la no asistencia a los tribunales, el monto de los salarios, el
incumplimiento de los plazos de servicio convenidos. Los trabajadores debían
acudir compulsivamente a las petty sessions. Los empleadores también tenían
obligación de acudir, para certificar que estaban pagando los salarios
legalmente permitidos. La mayoría de las infracciones se relacionan con la
negativa de los trabajadores a hacerse presente ante los magistrados (154
casos). En 11 ocasiones hallamos testimonios de patrones acusados de no
permitir a sus sirvientes asistir a la corte. En siete casos los propios
condestables son acusados por no hacer cumplir los estatutos como
correspondía. En tres casos se registran empleadores que pagaban sueldos
excesivos, pero en otras 31 instancias son los trabajadores los señalados por
recibir pagas indebidamente altas, o por negarse a servir a menos que se
cumplieran sus elevadas exigencias salariales (19 casos). Amén de la negativa
a buscar empleo y del mantenerse ocioso (20 casos), éstas eran las violaciones
a las leyes laborales más frecuentemente citadas en los tribunales
Este conjunto relativamente completo de fuentes nos permite observar la
forma en que la legislación laboral era aplicada en todos los niveles. Los
listados confeccionados en las petty sessions de Marsham expresan el nivel
más bajo del sistema administrativo local.135 Sus listas no incluyen sólo a los
infractores, sino a todos los sirvientes, jornaleros y artesanos dentro del radio
de jurisdicción del tribunal. Los condestables tenían obligación de confeccionar
un listado con todos los asalariados, observando que no se mantuvieran
ociosos y que los términos de empleos no contradijeran la legislación vigente.
De esta forma, toda infracción podía ser denunciada ante el alto condestable
del distrito, y éste a su vez se encargaba de presentar el caso ante los jueces
de paz durante las quarter sessions courts. Es en esta última instancia donde
se dictaban sentencias, se presentaban garantes, y los empleadores
defraudados demandaban a sus antiguos trabajadores o a los nuevos amos que
aceptaron contratarlos.
Administrado con eficacia, el sistema podía ser efectivo, de largo alcance
y opresivo para los trabajadores. El hecho de que los estatutos laborales fueran
aplicados en las décadas centrales del siglo XVI revela que las relaciones entre
empleadores y empleados eran a menudo tensas, tanto como las relaciones
entre los asalariados y los agentes de la justicia. Aún los casos de los patrones
que arrebataban los sirvientes de otros patrones adquieren una perspectiva
diferente si recordamos que muchos de estos trabajadores estaban sirviendo
porque habían recibido la orden compulsiva de hacerlo, y muchos de los nuevos
empleadores con los que buscaban refugio eran en realidad sus parientes.
También hemos visto que muchos hombres y mujeres rehusaban emplearse a
pesar de la orden expresa de los magistrados. Muchos otros evitaban
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