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Estudio para las células bereanas de crecimiento espiritual

Una Gran Recompensa Espiritual

Nuestra gran recompensa espiritual es algo que toda persona, si logra conocer su valor, lo quisiera tener.
Dios claramente nos revela lo que debemos hacer y cómo hacerlo, para así darnos ese excelente galardón.

Jeremías 23:16-18, 21-24, 28-29

¿Qué es lo que debemos hacer, y cómo hacerlo para que Dios nos dé esa recompensa?
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Israel era un pueblo perverso que se había apartado del Altísimo de una manera terrible. Durante este
período, surgieron personas que vivían desordenadamente las cuales se hacían pasar por profetas.
Aparentemente, estas recibían un mensaje del Señor y lo comunicaban al pueblo; pero, en realidad, estaban
mintiendo. Estos supuestos «profetas» no buscaban a Dios, no estaban en su secreto; y, cualquier cosa que
ellos decían, era de una forma atrevida.

La clave es estar en lo secreto, buscando al Todopoderoso y escudriñando las Escrituras, para poder
proclamar lo que Él nos está mandando a hablar. Muchos individuos desean traer mensajes y expresar cosas
bonitas que calmen las almas. Sin embargo, lo que revelan no necesariamente son palabras que Él está
enviando; ellos hablan de lo que sale de su propio corazón. Anhelemos estar en armonía con el Señor,
reconociendo que Él es soberano, altísimo, omnisciente; y que es nuestra obligación comunicar fielmente
lo que nos dice que hablemos con el fin de no ofenderlo. Él ordena que la Biblia sea expuesta de una manera
clara, nítida y pura, como Él la envía.

Hebreos 4:12
¿Qué hace la Palabra de Dios en nuestras vidas? ____________________________________________
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Cuando la Palabra de Dios penetra en alguien, todo queda revelado allí. Solo entonces podrá entender la
realidad y cambiar su forma de vivir. Es vital conocer las Sagradas Escrituras y explicarlas, o hablarlas
correctamente en un tiempo preciso.

Lucas 8:11-15
A través de la parábola del sembrador, Jesucristo quería dar a entender que algunas personas escuchan; pero
sin la atención debida. Ellas no reciben, no aprecian o no le sacan provecho a lo que se les enseña. La
Palabra se siembra y dependerá ahora que quien la reciba disponga su corazón para atender y poner en
práctica lo que el Altísimo le está enviando. El pasaje señala que unos la escuchan, pero viene el adversario
y se las arrebata del corazón; empieza la duda, su mente a divagar, a pensar otras cosas, y el diablo entonces
les roba esa preciosa semilla que posee el potencial de transformar sus vidas.

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El Señor espera que cada individuo que escuche su Palabra produzca fruto. Si no lo da, de nada sirvió el
haberla escuchado. Esa persona, entonces, estará en peligro porque posee un corazón tan endurecido que
esa Palabra, la cual es como un martillo, todavía no ha podido ablandar ese corazón. Normalmente, como
última opción, sucede que lo que podría ablandarlo sería un terrible castigo; pero Él no quiere que llegues
a ese punto, sino que cambies; que la recibas y la apliques diligentemente a tu vida.

1 Juan 2:15-17
¿Qué afecta nuestra recompensa espiritual? _________________________________________________
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No envidies lo que hacen los que están en el mundo; no envidies su manera de vivir; no quieras ser como
ellos, ni ames lo que ellos aman. Esos desórdenes son los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la
vanagloria de la vida. ¿Quieres tener vida eterna y el favor divino contigo? ¡Haz la voluntad de Dios!

Mateo 5:14-16
¿Cómo podemos hacer la voluntad de Dios? ________________________________________________
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Los discípulos, los creyentes, los que se hacen llamar cristianos, son aquellos que conocen la Escritura;
pero el decir es una cosa, y el hacer es otra. Si alguien proclama que la Biblia es su autoridad y hace cosas
incorrectas, de nada le sirvió haber dicho tal cosa. Es un hipócrita. La gente no aceptará el mensaje que se
les comunica ya que están rechazando al mensajero. Por tal razón, el Altísimo espera que nosotros demos
ejemplo de lo que significa ser un verdadero creyente; que seamos luz en medio de estas tinieblas en las
cuales estamos viviendo. Él ofrece la gran recompensa para aquellos que lo buscan, lo honran y hacen Su
perfecta voluntad. Ellos estarán llenos del Espíritu Santo y tendrán entonces la Presencia misma del Señor
en sus vidas, guiándolos, dirigiéndolos y respaldándolos en todo. Podrán vivir vidas plenas sin vanidades,
buscando lo que proviene de lo alto, lo que es verdadero.

1 Corintios 2:12-16
¿Cuál sería otra recompensa espiritual? ____________________________________________________
El hombre natural necesita primero venir a Cristo, que es la Luz, para que entonces su vida sea iluminada
y pueda recibir la dirección del Espíritu Santo; y así comprenda las cosas espirituales. Por eso, primero que
todo, tenemos que llevar al mundo perdido el conocimiento de la gracia de Dios, de lo que Jesús ha hecho
a favor de la humanidad, para que ellos puedan reconocer sus pecados y abandonen ese estilo de vida
ofensivo que Dios aborrece. Cuando Él transforme sus vidas, ellos entenderán lo espiritual. Ya no será una
locura porque ahora el Espíritu Santo en ellos les enseñará todo lo que necesitarán. El que está en Cristo y
está lleno de la presencia divina inmediatamente sabrá cuándo un pensamiento proviene de Él, o si es el
maligno que lo pone allí tratando de engañarlo.

Nota: para ampliar este estudio, puedes revisar la predicación del pastor Julio Rodríguez del 24 de mayo
de 2020 publicada en YouTube (youtu.be/BavG2nK8QJc).