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¿Consideras que nos acercamos a un quiebre de la dominación neoliberal?

De ser así ¿qué rol


deberíamos jugar los socialistas para darle un cauce revolucionario? De no serlo, ¿qué
debemos hacer para generar condiciones hacia ese momento?

Me parece importante señalar que el concepto “neoliberalismo” es un término que pertenece


a la economía liberal (nace en el Consenso de Washington y la Escuela de los Chicago Boys) y
que marca cierto quiebre del paradigma de estado de bienestar capitalista luego de la crisis de
1930 promovido por el discurso keynesiano en occidente. El estado de bienestar, como
régimen capitalista, se materializa en la Alemania de Bismarck, y aparece de forma
intermitente en Estados Unidos luego de la primera y segunda guerra mundial, al igual que en
Europa. Sin embargo, El neoliberalismo es simplemente una fase más del imperialismo
capitalista que sigue vigente, y que Lenin ya describía a inicios del siglo XX. Es el capitalismo
quien fomenta la división entre países de exportación de capitales (Europa, Estados Unidos,
ahora también China y Rusia) de los países dependientes de capital (lo que la economía liberal
señala como “países del tercer mundo”).

En ese sentido, el imperialismo capitalista sigue vigente, las divisiones sociales del trabajo
entre países exportadores de capital y los dependientes de capital siguen vigentes, y el
“neoliberalismo” como fenómeno que recorta el gasto público, aumenta la presión tributaria
en los trabajadores y pequeños emprendedores empobrecidos (que nacen de la población
desempleada) y precariza aún más los servicios públicos se ha recrudecido. Sus discursos
hegemónicos basados en torno a “mayor eficiencia” y una asignación eficiente de los precios
basados en el intercambio “natural” del mercado, están siendo duramente criticados por la
crisis capitalista que enfrentamos, pues se demuestra a todas luces que no existe libre
mercado en un sistema imperialista, donde predomina la presencia de los monopolios del
capital transnacional. Son los monopolios quienes imponen sus precios a todos los mercados,
sobretodo a los países de capital dependiente como el Perú.

En ese sentido, hay en definitiva un quiebre del discurso neoliberal por la crisis del covid-19,
pero el imperialismo capitalista no va a desaparecer de forma espontánea. (El capitalismo no
se va a destruir sólo, al contrario, fortalece el interés de los ricos en tiempos de crisis).
Terminar con la división de países de capital dependiente y exportadores de capital implica
terminar con la eliminación del capitalismo en el mundo, cosa que sólo puede darse si los
trabajadores asumen las riendas de la economía.

El rol de los socialistas

Los socialistas deben evidenciar que este sistema basado en el lucro y acumulación de riquezas
para los dueños del capital, de ingresos pasivos a favor de paraísos fiscales no resuelve la
pobreza ni el problema del pleno empleo. En ese sentido, debemos señalar qué personas y qué
grupos económicos impiden la formación de trabajo, de industrialización, y de mejores
derechos laborales.

De igual forma me parece importante que los socialistas tengan una noción clara de qué es
mínimamente el socialismo y de su programa transicional. El socialismo es un régimen
democrático, contrariamente a las democracias burguesas donde el pueblo participa
mínimamente con su voto cada 5 o 4 años, el régimen socialista debe involucrar una
participación cotidiana en el manejo de la economía fuera del Estado, en contraposición al
manejo burocrático de los capitalistas en el MEF con sus leyes cotidianas todos los días. El
socialismo no es un régimen dictatorial so pretexto de dictadura del proletariado, es todo lo
contrario, el socialismo aspira a eliminar el Estado y dar más protagonismo a la organización de
los trabajadores, por ser ellos quienes manejan y conocen mejor la técnica industrial y quienes
pueden socializar las ganancias de las fábricas y minas si ellos las administran, economía
obrera con los medios de producción socializados. Los socialistas deben dar voz a los
trabajadores que están suspendidos, despedidos, sin ingreso alguno, sin CTS ni AFP, y también
a los millones de desempleados (lo que Marx llama el “ejército de reserva” de fuerza de
trabajo).

Estratégicamente, debemos fomentar el proceso de sindicalización, fortalecer la organización


de los trabajadores, luchar contra las detenciones arbitrarias de obreros, y demostrar las
limitaciones del capitalismo (y no sólo del neoliberalismo) para los trabajadores y el pueblo
desempleado, en alianza con los trabajadores agrarios y los campesinos empobrecidos.

Me parece importante también fomentar el debate entre las corrientes que se llaman
socialistas, pues considero que muchas de ellas aún son estalinistas y buscan primero
consolidar una revolución capitalista o progresista (el programa mínimo), y no claramente las
consignas de una expropiación de los medios de producción y eliminación de las instituciones
burguesas.

Respecto a los Frentes Populares

Considero más importante fortalecer la organización sindical tanto en las urbes y minas, como
en el agro, además de espacios de solidaridad popular en los barrios y fomentar su unión con
los obreros que involucrar la construcción de frentes amplios. Los frentes amplios son
relevantes sólo si tienen una fuerte consigna de clase obrera, que priorice la hegemonía
obrera sobre otras organizaciones, incluso sobre las barriales (pues no olvidemos que muchos
barrios en Perú apoyaron al fujimorismo y sus métodos dictatoriales). Es importante la
hegemonía obrera para fortalecer el carácter democrático del socialismo al que aspiramos,
pues los obreros sindicalizados ejercen democracia clasista todos los días.

En la Historia existen Frentes Populares de carácter chauvinista, populista, nacionalista, y anti-


obrero, esto es sumamente alarmante pues limita enormemente la capacidad de
transformación del movimiento que se quedará únicamente en el plan de reformas. Por eso es
importante analizar la experiencia Chilena de la Unidad Popular, experiencia que fue más
radical que la Izquierda Unida Peruana pero que, por aspirar a cambios dentro del estado
burgués (como, por ejemplo, respetar en todo momento el boicot de la oposición en el
congreso sin atreverse a disolverlo) fue creer que la burguesía va a cooperar con el
movimiento obrero y popular bajo una consigna “nacional”, y esto es un error. En épocas de
crisis, la burguesía saca a relucir sus intereses de clase y la clase obrera NO PUEDE ASPIRAR A
UNA UNION POPULISTA CON ELLOS.

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