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Instituto Bíblico de Teología Evangélica

“Rvdo. Celestino Rodríguez Quero”

Metodología Bíblica
Participante: Gabriel Robles

Método Histórico
Carta a los Filipenses

La ciudad de Filipos fue fundada por Filipo de Macedonia, el padre de


Alejandro Magno, de quien había tomado su nombre. Esta ciudad se
caracterizó porque desde el punto de vista geográfico, se considera un lugar
estratégico para predicar el Evangelio, la misma, tenía por lo menos tres
cualidades que la caracterizaban como tal: Minas de oro y plata ubicada en sus
aledaños, que a pesar de estar agotadas cuando empezó la historia de la
Iglesia, la habían convertido en un gran centro comercial del mundo antiguo; en
sus proximidades se erigía una cadena montañosa que dividen Europa de Asia,
el Oriente del Occidente y un puerto ubicado en esa cordillera, que era el paso
obligado de una carretera importantísima, lo que hacía que esta ciudad
controlara en tráfico entre Europa y Asia, haciéndola el lugar más estratégico
de este continente; y por último, recibió la distinción de ser una colonia romana
(Hch 16:12), lo que la hacía tener un valor militar. (Según W. Barclay 2012,
Tomo 11, Filipenses: pág. 6)

Por consiguiente, podemos inferir que la ciudad de Filipos estaba integrada


por distintas nacionalidades y estratos sociales (la clase más alta, la más baja y
la media): Lidia la vendedora de púrpura, una de las sustancias más caras del
mundo antiguo y representaba la gran industria, además de que era asiática; la
muchacha poseída era esclava y por tanto, para la ley, no era una persona,
sino simplemente una herramienta viva que usaban sus amos como adivina
para sacar dinero, además era griega de nacimiento; y el carcelero era
ciudadano romano, perteneciente a la sólida clase media de la que procedían
los funcionarios. (Según W. Barclay 2012, Tomo 11, Filipenses: pág. 7)
Ahora bien, en cuanto al contexto histórico general de Filipenses, se
demuestra claramente al leer que Pablo escribió esta carta desde la prisión
estando preso en Roma (1:13; 4:22), aproximadamente entre los años 63 o 64
d.C.; la misma, deja en claro que Pablo es su autor (Fil 1:1). Por consiguiente,
el entorno en el cuál se encontraba Pablo era en la cárcel, de allí su categoría
de epístolas del cautiverio en conjunto con la de Filemón, Colosenses y
Efesios. Pablo les dice, que han compartido sus cadenas y su defensa del
Evangelio (Fil 1:7) y los exhorta a que no se dejen atemorizar por los
adversarios, porque ellos están pasando lo que él mismo pasó y sigue pasando
(Fil 1:28-30). (Según W. Barclay 2012, Tomo 11, Filipenses: pág. 7)

En concordancia, la relación que tenía Pablo con sus destinatarios era


colindante. Filipenses es una de las más personales y afectuosas Epístolas del
apóstol, expresa agradecimiento por la ayuda recibida, aliento frente a las
adversidades y llamada a la unidad (Fil 4:1,16). Revela con claridad que esta
congregación tenía un puesto muy especial en sus afectos, se detecta el tierno
vínculo, un nexo de amistad que existía entre el Pablo y esta iglesia, como no
lo tenía con ninguna otra que había fundado (Fil 4:1). (Según W. McDonald
2004, Tomo 3, AT y NT: pág. 2123)

En tal sentido, Pablo escribió esta carta con ciertos propósitos definidos:

1. Quería agradecer la ofrenda que le habían enviado (Fil 4:10, 14–18).

2. Quería hacerles conocer de su propia situación y especialmente


darles la seguridad de que su encarcelamiento no implicaba un
retroceso del evangelio (Fil 1:12–26). Además, de decirles de su plan
de enviarles a Timoteo con otras noticias (Fil 2:19–24), aunque tenía
la esperanza de que sería liberado e ir él mismo.

3. Necesitaba explicarles por qué enviaba de regreso a Epafrodito (pero


este cayó enfermo), cuando los filipenses habían tenido la intención
de que permaneciera junto a él ayudándolo de cualquier manera que
necesitase (Fil 2:25–30).
4. Es una llamada a la unidad. Le Había llegado el conocimiento de una
potencial desunión, dos mujeres que se habían peleado y estaban
poniendo en peligro la paz; quería instarlos a vivir, actuar y
testimoniar en la unidad del Espíritu (Fil 1:27; 2:1–11; 4:2, 3).

5. Había falsos maestros que estaban tratando de seducir a los


creyentes filipenses en dirección al legalismo judaico, por lo que
quiso dejar completamente claro, que ello sería una contradicción
básica con el Evangelio (Fil 3:1–11).

6. Estaba consciente del peligro de una idea errónea acerca de


alcanzar la perfección (Fil 3:12–16), y de las presiones del
materialismo sobre los cristianos en Filipos (Fil 3:18–21).

7. Era una oportunidad de animarlos a soportar el sufrimiento con


valentía, a vivir en una sola mente y confiar sus vidas a su Señor en
todas las cosas, y bajo toda circunstancia (Fil 1:27–30; 2:12–18;
3:17–21; 4:4–9).

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