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Introducción:

Peter, heredó de su padre Mark, la pasión por las excursiones a pie. Cuando
él tenía sólo 5 años, los dos planearon caminar alrededor de una montaña y
acampar junto a un lago. Mark le dijo a su hijo que sería un recorrido muy
duro. Le avisó que se cansarían mucho pero que tendrían que seguir
caminando para poder llegar al lago antes del anochecer.
El trayecto fue aún más largo y duro de lo esperado. El niño empezaba a
cansarse, pero siguió caminando. Se resbaló con unas piedras sueltas, pero
continuó. Se cayó y se rasgó los pantalones por la rodilla, pero siguió
andando.
Finalmente, después de deslizarse una vez más, se sentó en una piedra
grande y comenzó a llorar. Al acercarse su padre y empezar a hablarle, Peter
le interrumpió diciendo: “Lo sé, papá. Está bien que llore, siempre que siga
caminando”.

Título: Sigue caminando


Pablo dijo: Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que se vea
que la excelencia del poder es de Dios, y no de nosotros, que estamos
atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no
desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no
destruidos; siempre llevamos en el cuerpo, y por todas partes, la muerte de
Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nosotros. (2
Corintios 4).
En la condición humana, el sufrimiento y el gozo van de la mano, atados a la
fragilidad de la vida. El Apóstol Pablo reconoció esta situación en sus escritos,
donde una y otra vez habla sobre cómo enfrentar el sufrimiento que produce
el servir como líder pastoral. Sin embargo, en la Segunda Epístola a la Iglesia
en Corinto trata el tema del sufrimiento de manera ejemplar.
Pablo era un hombre buscado, perseguido, debido a lo que él era para Jesús.
En Hechos 23:12 , 40 se nos dice que hubo hombres que conspiraron para no
comer o beber hasta que asesinaron a Pablo. Pablo sabía lo que era ser
perseguido.
Una aflicción trae un sentimiento persistente de angustia y desesperación.
No deseamos que ninguna preocupación pequeña y temporal crezca y se
convierta en una situación permanente, persistente, que asesine nuestro
deseo de vivir.
Una aflicción puede destruirnos si lo permitimos. Lo que nos ampara y
protege contra la corrosiva fuerza de cualquier aflicción, es la presencia de
Dios en nuestras vidas. Su presencia determina si la aflicción desaparece, o
nos destruye. El poder de Dios en nuestras almas nos dice si la situación no
pasará de ser solo una preocupación. Sin la presencia de Dios en nuestros
corazones cualquier aflicción nos puede llevar a la locura y hasta la muerte.

El vivir como una persona perseguida, un hombre buscado, da por hecho un


estrés terrible, el cual es experimentado en cualquier momento del día; pero
Pablo no estaba angustiado. Él aún podría servir al Señor de una forma
gloriosa.
Con Dios en nuestras vidas, tal vez seremos perseguidos, pero jamás nos
sentiremos abandonados, seremos golpeados por circunstancias que parecen
imposibles, pero por aferrarnos a su amor y perdón, jamás seremos
derribados.
Sé con certeza que estas palabras son ciertas, y te diré por qué. Cuando
conoces a Dios, tu sabes con certeza que algo mayor, más grande, más fuerte
que tú esta en control de tu vida, de tu futuro, de tu destino.
"...Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará
contra nosotros?" Romanos 8:31
Significado de aflicción: Abatimiento y tristeza, dolor físico
No te sientas culpable por "sentirte afligido", o por reconocer que en verdad
has sido golpeado y que los golpes recibidos duelen. Claro que duelen.
No tengas temor de reconocer que temporalmente te encuentras
confundido, atacado por dudas y que el sentimiento de angustia pelea contra
la paz de Dios en lo más profundo de tu alma. Estas en la lucha, y estas
sufriendo dolor, pero no serás derrotado, no serás vencido…. Sigue
caminando….
Está bien que llore, siempre que siga caminando
Está bien que te aflijas, siempre que siga caminando
Está bien que tengas temor, siempre que siga caminando
Eres de carne y hueso y así como al peleador profesional le toma tiempo
llegar a la madurez suficiente para poder enfrentar contrincantes reales y así
competir por galardones valiosos, a ti te llegará el tiempo en que tu relación
con Dios haya sido tan intensa, que has llegado a un punto donde ya casi
ningún ataque del enemigo tendrá el poder de afligirte, con temor o
desánimo y mucho menos podrás hundirte en depresión.
¿Cuánto tiempo? Entre más rápido te decidas creer firmemente en su
palabra, mejor. Cuando tú sabes que el enemigo te ataca, tu fuente de
fortaleza es la palabra de Dios. No confiamos en emociones y sentimientos,
confiamos en su palabra y si su palabra dice que no estamos derribados, no
lo estamos.
Atribulados [ … ] en apuros [ … ] perseguidos [ … ] derribados : La vida de
Pablo era difícil, y era difícil debido a su devoción apasionada por Cristo Jesús
y su evangelio. Pero mira el triunfo de Jesús en la vida de Pablo: no
angustiados [ … ] no desesperados [ … ] no desamparados [ … ] no
destruidos . Pablo conocía el poder y la victoria de Jesús en su vida porque
estaba continuamente en situaciones en donde solo el poder y la victoria de
Jesús pudo llenar su necesidad.
Si tu viaje es largo y duro hoy, está bien parar y descansar (incluso llorar),
¡siempre que sigas caminando! ‘¿Cómo?’, te preguntarás. “…puestos los ojos
en Jesús, el autor y consumador de la fe…” (Hebreos 12:2).
Puestos los ojos en Jesús: Esta versión de la Biblia lo traduce de una forma
hermosa: puestos los ojos en Jesús. Solo podremos correr esta carrera
mientras veamos a Jesús y tengamos nuestra mirada fija en Él. Él es nuestro
enfoque, nuestra inspiración y nuestro ejemplo.

i. En el griego antiguo, puestos los ojos en Jesús usa un verbo que


implica desviar la mirada de otras cosas y poner los ojos en Jesús.
ii. Se puede decir que Jesús está con nosotros en la línea de salida y en
la línea de llegada y durante todo el camino de la carrera que nos
ha dado por correr.
iii. Permítele que Él sea tu ejemplo, tu inspiración, y tu máximo
motivador.

Hoy, Dios está en tu vida. Si estás abierto a su presencia, probablemente ya


sabes que Dios te puede fortalecer, te puede llenar de alegría y fortaleza para
continuar con tu vida a pesar de las tribulaciones. Si aún no has conocido al
Dios real de quien te hablo, te estás perdiendo de algo maravilloso, como te
he dicho antes, difícil de explicar con palabras.
La presencia de Dios no llegará a tu vida usando formulas humanas para
"alcanzar a Dios". No hay palabras, verbos, frases, enunciados, poemas,
oraciones, que tengan la "llave" para abrirte la puerta a la presencia de Dios.
El lenguaje de Dios es único entre tú y El, solo Él tiene la capacidad de
hablarte a tu corazón. Tu entenderás cuando sea El quien te habla y si tú
quieres hablar con Él, la única llave que si conozco es la voz de un corazón
humilde, que reconoce sus propias faltas, que anhela su presencia y le abre
toda su vida a Cristo Jesús.

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