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/ DELITOS
CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PUBLICA)
1. DESCRIPCIÓN TÍPICA
2. MARCO CONCEPTUAL
1
ACOSTA ROMERO, Miguel. “Derecho Burocrático Mexicano”. México. 1995. Porrúa.
p.106.
propias de éste, pero la prueba no permite establecer con precisión si el
incremento patrimonial fue producto de un peculado, de un cohecho, de una
concusión, etc. habría necesidad de absolverlo si no existiera en el Código de
figura del enriquecimiento ilícito, concebida precisamente para suplir esta falta de
precisión probatoria.
Porque si la prueba permite deducir con certeza que el incremento patrimonial fue
el producto del peculado, de un cohecho, pues obviamente al empleado oficial se
le condenará por el peculado, o por el cohecho, o por el delito contra la
Administración Pública que con precisión se hubiese establecido.” 2
2.1 TIPICIDAD
2
Alfonso Gómez Méndez, Obra citada, Páginas 254 y 255.
Si el agente es funcionario público que haya ocupado cargos de alta dirección en
las entidades u organismos de la administración pública o en empresas estatales,
o esté sometido a la prerrogativa del antejuicio y la acusación constitucional, la
pena será no menor de ocho ni mayor de dieciocho años e inhabilitación conforme
a los incisos 1, 2 y 8 del artículo 36° del Código penal.
Se considera que existe indicio de enriquecimiento ilícito cuando el aumento del
patrimonio y/o gasto económico personal del funcionario o servidor público, en
consideración a su declaración jurada de bienes y rentas, es notoriamente
superior al que normalmente haya podido tener en virtud de sus sueldos o
emolumentos percibidos, o de los incrementos de su capital, o de sus ingresos por
cualquier otra causa lícita.
El artículo 401° del Código penal sanciona al funcionario o servidor público que
ilícitamente incrementa su patrimonio, respecto de sus ingresos legítimos durante
el ejercicio de sus funciones y que no pueda justificar razonablemente, lo que ha
sido criticado pues no se describe una conducta peligrosa para los bienes antes
señalados, sino una simple “situación” o “estado económico”. Como acota
SANCINETTI, “enriquecerse” no es un comportamiento, es el resultado de la
comparación entre el estado patrimonial en el momento 1 y el estado patrimonial
en el momento 2; esto constituye, naturalmente, “un hecho jurídico” en el sentido
del Código Civil, pero no un “hecho” en el sentido del Derecho penal de acto
(acción u omisión punible), porque el incremento patrimonial puede producirse sin
ninguna conducta. Bajo esa comprensión y al no evidenciarse un contenido del
injusto, en términos de lesión o puesta en riesgo de bienes jurídicos, estaríamos
frente a una manifestación de “Derecho penal de autor” incompatible con la
exigencia constitucional de lesividad que se deduce del artículo 44° de la Carta
Magna y se recoge expresamente en el artículo IV del Código penal.
A. Sujeto activo
El autor del delito de enriquecimiento ilícito sólo puede serlo el sujeto público
(funcionario y/o servidor) que durante el ejercicio de sus funciones incrementa
ilícitamente su patrimonio. No abarca al particular, ni al sujeto público que se
enriquece al margen del cargo o función, contexto de acciones este último cubierto
por otras figuras delictivas, civiles, administrativas o de irrelevancia penal. Los
sujetos públicos para ser merecedores de sanción penal deberán enriquecerse
teniendo una función o empleo del que abusan o utilizan violando los deberes
institucionales y funcionales que de los mismos se desprenden.
El artículo 401° del Código penal busca garantizar el normal y correcto ejercicio de
los cargos y empleos públicos, conminando jurídico-penalmente a funcionarios y
servidores a que ajusten sus actos a las pautas de lealtad y servicio a la nación.
No es el patrimonio el punto de atención de la norma penal, no obstante que el
sujeto público se haya enriquecido ilícitamente con dinero del Estado o de
procedencia particular y que de su incremento significativo patrimonial como dato
material se concluye la existencia objetiva del delito, sino la necesidad de controlar
los intereses crematísticos desmedidos del funcionario y servidor público. 3
C. Sujeto pasivo
D. Acción típica
7
GALVEZ VILLEGAS, Tomás Aladino. Ob cit, pp. 155-157.
enriquece indebidamente creyendo que sigue siendo un mero particular 8. Siendo
el enriquecimiento ilícito una infracción dolosa, la resolución de estos casos como
error de tipo determinará siempre la atipicidad. 9
3. DERECHO COMPARADO
A. Tratamiento Normativo
8
SAN MARTÍN CASTRO, César Eugenio, CARO CORIA, Dino Carlos y REAÑO
PESCHIERA, José Leandro. Ob cit, p. 224.
9
Ibidem.
10
SAN MARTÍN CASTRO, César Eugenio, CARO CORIA, Dino Carlos y REAÑO
PESCHIERA, José Leandro. Ob cit, pp. 248-249.
responder a las razones por las que los grupos sociales adoptan o no una regla o
principios jurídicos determinados en momentos específicos. No solo es un
“instrumento formidable” en su formación, sino un “potente instrumento
epistemológico”, pues ayuda a descubrir la discontinuidad entre regla y definición,
enunciado y aplicación, poniendo en evidencia los datos profundos y relativamente
constantes del propio ordenamiento.
B. Tratamiento Doctrinario
5. APRECIACIÓN CRITICA
Referencias bibliográficas
1. Abanto, M. (2003). Los delitos contra la Administración Pública en el Código
Penal peruano. Segunda edición. Lima: Palestra.
2. Guimaray, E. (2015). Apuntes de tipicidad sobre el delito de enriquecimiento
ilícito. Recuperado de https:// bit.ly/2se628y. Consulta: 10 de julio de 2019.
3. Pérez López, Jorge A. (2012). El delito de enriquecimiento ilícito y su
tratamiento en la doctrina y norma sustantiva. Primera edición, Lima.
4. Código Penal Peruano. Décimo Segunda Edición Oficial: Mayo 2016
5. Salinas, R. (2019). Delitos contra la Administración Pública. Quinta edición.
Lima: Iustita.
6. Enrique Bernales Ballesteros. La Constitución política del Perú. Quinta
Edición: Setiembre de 1999 Lima, Perú.