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Universidad Católica “Redemptoris Mater”

Facultad de Humanidades.

Carrera: Psicología.

Turno Sabatino.

Trabajo de Psicología de la Personalidad

Incidencia de las

Hormonas en la Personalidad

Elaborado por:

María Celeste Sánchez 20180181

Prof. Jorge Ortiz.

Sábado 23 de febrero de 2019


Hormonas y Conducta Humana
Los diferentes tipos de hormonas de nuestro organismo no solo cumplen funciones vitales
para controlar determinados procesos biológicos. Lo queramos o no, condicionan nuestro
comportamiento e incluso nuestro estado de ánimo. Es más, en ocasiones cualquier
desequilibrio hormonal nos puede llevar a una depresión o a ver y sentir nuestra realidad de
un modo muy diferente.
A todos nosotros nos gusta pensar que tenemos pleno control sobre nuestro
comportamiento, nuestros pensamientos y cómo no, sobre cada una de las conductas que
llevamos a cabo. Sin embargo, estamos supeditados por completo a ese universo diminuto,
poderoso y a instantes caótico que son nuestras hormonas. Estos mensajeros proteicos
encargados de regular infinidad de procesos metabólicos impregnan también
nuestro cerebro, mediando en nuestra conducta e incluso en el tipo de pensamientos que
podemos llegar a tener.
Las hormonas son los mensajeros químicos del cuerpo. Viajan a través del torrente
sanguíneo hacia los tejidos y órganos para mediar en nuestro desarrollo, nuestro equilibrio
interno y en nuestro bienestar. Sin embargo, cualquier pequeña alteración puede suponer
un impacto en nuestra salud y en nuestra conducta.
Somos conscientes de que, visto de este modo, puede sonar algo inquietante, porque pocas
cosas pueden llegar a ser tan perturbadoras como no tener un control total sobre nuestros
estados de ánimo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que muchos de esos
desequilibrios hormonales pueden regularse favoreciendo un correcto estilo de vida. Así,
algo tan importante como alimentarnos de forma correcta, practicar deporte, gestionar
nuestro estrés y establecer revisiones periódicas con nuestros médicos puede sernos de
gran ayuda.
No podemos olvidar, por ejemplo, que un gran número de personas experimentan diversas
alteraciones, estados de indefensión y apatía sin saber que padecen algún tipo de alteración
en la glándula tiroides. Por tanto, gran parte de esas irregularidades asociadas a los diversos
tipos de hormonas pueden tratarse, bien mediante fármacos o mejorando los hábitos de
vida.
Tipos de Hormonas y los Estados de Ánimo Asociados
Veamos ahora cuáles son las principales hormonas que orquestan en nuestro
comportamiento y estado de ánimo.
1. Cortisol
Como todos sabemos, el cortisol es la hormona que media en los estados de estrés y
ansiedad. Sin embargo, su mera presencia en nuestro organismo no significa que de forma
casi irremediable vayamos a perder el control o a experimentar un estado de alarma. La
clave está en el nivel que se libere, en el equilibrio.
El cortisol es una hormona glucocorticoide que se sintetiza a partir del colesterol justo en
unas glándulas situadas sobre nuestros riñones. Gracias a ella, obtenemos la energía
suficiente para levantarnos por las mañanas, para iniciar nuestras tareas y actividades
cotidianas, y nos ayuda también a reaccionar ante situaciones que nuestro cerebro
interpreta como peligrosas.
Ahora bien, el problema con este tipo de hormona está cuando se segrega de forma
constante. Cuando nuestra mente considera que solo nos envuelven problemas, cuando la
vida se torna demasiado exigente y todo parece escaparse de nuestras manos…
Así, en el caso anteriormente señalado, cabe decir que la ciencia ya ha podido
demostrar que aquellas mujeres que experimentan un aumento de cortisol en sangre
durante las 25 semanas de gestación tienen un mayor riesgo de sufrir depresión postparto.
2. Oxitocina
La oxitocina es una “hormona multipropósito”. Este oligopéptido, compuesto de nueve
aminoácidos, favorece la mayor parte de nuestras conductas prosociales, como las
relaciones de pareja, la sexualidad, la amistad, la necesidad de cuidado, la crianza, la
lactancia… Ahora bien, un descenso en nuestros niveles de oxitocina puede mediar en la
aparición de estados depresivos, tristeza, indefensión y en un tipo de proceso igualmente
llamativo: la falta de empatía.
Tal y como se reveló en un trabajo publicado durante una de las conferencias anuales de
la Sociedad Británica de Endocrinología, las personas con un nivel bajo de oxitocina
demuestran peores resultados en tareas de empatía.
3. Melatonina
La melatonina ha suscitado siempre un gran interés por parte de los organismos
científicos. Sabemos que media en nuestros ciclos de sueño y vigila, sin embargo, en los
últimos años se está demostrando que esta hormona también frena el envejecimiento
prematuro y actúa como protector neurológico.
La melatonina o N-acetil-5-metoxitriptamina es una hormona que se sintetiza a partir
del triptófano y que se produce en la glándula pineal.Un nivel adecuado de este compuesto
favorece nuestro descanso y sincroniza además los ritmos de nuestros neurotransmisores
cerebrales.
Por su parte, un déficit en melatonina no solo media en la aparición de insomnio. Podemos
experimentar un debilitamiento en nuestros procesos cognitivos (menor atención, pérdidas
de memoria…) e incluso mayor riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas.
4. Hormonas tiroideas
Las hormonas tiroideas son macromoléculas cuyo preciso equilibrio, lo queramos o no,
favorece nuestro bienestar, nuestro estado de ánimo y una buena salud. Intervienen en
prácticamente todos los procesos metabólicos y funcionales de nuestro organismo
mediando en ese universo endocrino donde las  T1, T2, T3, T4, TSH cumplen un papel
indispensable.
Así, y para que la tiroides pueda realizar su trabajo en armonía y precisión necesita materias
primas, como el yodo o la vitamina B 12. Curiosamente, son dos elementos que no suelen
abundar en nuestras dietas occidentales…
Cualquier irregularidad en la tiroides, tanto si trabaja de un modo deficitario o si lo hace en
exceso, originará trastornos como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo.
5. Adrenalina
Tal y como suele decirse, la ansiedad es un monstruo que se alimenta de la adrenalina. Sin
embargo ¿es realmente tan negativa este tipo de hormona? En absoluto, no nos quedemos
con las etiquetas. Estamos ante una sustancia polivalente, como lo es la dopamina o la
oxitocina.
El impacto que la adrenalina tiene en nuestra conducta es inmenso y vale la pena tenerlo en
cuenta. Gracias a ella activamos nuestro instinto de supervivencia, nos motivamos para
superarnos día a día, para disfrutar de nuestras relaciones, para ser productivos en el
trabajo o el deporte…
Ahora bien, un exceso de adrenalina en nuestro organismo, media en estados de
ansiedad. Un déficit en los niveles de adrenalina cursa con depresión, baja motivación,
desinterés, apatía, indecisión…
6. Endorfinas
Las endorfinas son sin lugar a dudas nuestras hormonas favoritas. Hay cerca de 20 tipos de
endorfinas en el cuerpo humano y se distribuyen por varias zonas: en la glándula pituitaria,
sobre todo, en otras partes del cerebro y en el sistema nervioso.
Estos compuestos químicos interactúan con los receptores de opiáceos para reducir la
percepción del dolor y actuar casi del mismo modo que la morfina y la codeína.
Asimismo, un buen “torrente” de endorfinas supone experimentar fabulosos estados de
euforia y de bienestar, algo que suele suceder cuando por ejemplo llevamos a cabo tareas
que nuestro cerebro considera como “positivas”, tales como el deporte, disfrutar de
nuestras amistades, de la comida, de la sexualidad.
Las hormonas anteriormente mencionadas suelen ser las más comunes, las que más
alteraciones suelen experimentar en nuestro organismo y las que sin duda deberíamos
atender cuidando nuestros hábitos de vida.
Asimismo, hay más tipos de hormonas que median en nuestro estado de ánimo, tales como
la progesterona, la testosterona o las catecolaminas. 
Principal Hormona Sexual Masculina
Aunque siempre se ha considerado que la testosterona es una hormona perteneciente
únicamente al cuerpo masculino, lo cierto es que el sexo femenino también es capaz de
segregar dicha hormona sexual. Es más, toda mujer lo tiene en su organismo, aunque no tan
desarrollado como en el cuerpo de un hombre, claro está. Esto pasa porque en el caso de las
féminas la creación de este tipo de gen solo encuentra en una proporción de una sexta
parte frente al caso del masculino.
Por lo tanto, la testosterona forma parte, principalmente, del desarrollo hormonal de los
hombres. Esta es la encargada de casi todo el ciclo sexual masculino: regula la producción
de espermatozoides y estimula el desarrollo de la voz grave y el vello. Además, pertenece a
un grupo denominado andrógeno, al cual se le atribuye la función del desarrollo de los
testículos y la masa muscular -que es mayor que en las mujeres-.
La testosterona es la encargada de cualquier ciclo sexual masculino
Cuando la testosterona pasa a ciertas partes del cuerpo, como el hígado o el propio
músculo, esta hormona sexual pasa a tener menor fuerza y acaba pareciéndose a otro tipo
de hormonas masculinas: la androsterona y la androstenediona. Ambas pertenecientes al
grupo andrógeno que antes se comentaba. La testosterona, por lo tanto, es la encargada de
conducir y producir el deseo sexual masculino.
Para garantizar la formación y creación de testosterona necesaria para el cuerpo del
hombre, es recomendable practicar ejercicio anaeróbico moderado y de manera regular, ya
que el ejercicio aeróbico en periodos bastante intensos de esfuerzo produce el efecto
contrario: disminuye su producción.
El Proceso Femenino
Por lo que respecta al sexo femenino, encontramos un par de hormonas sexuales que son
más evidentes. Bien es conocido que el cuerpo de una mujer es más complejo que el de un
hombre, por ello es necesario el desarrollo de mayor número de hormonas diferentes para
diversas funciones, como la producción de óvulos, la regulación del ciclo menstrual, el
desarrollo del cuerpo durante la gestación y la lactancia, y demás efectos post-parto que
varían el comportamiento físico y psíquico.
Los estrógenos son los más conocidos, que es la hormona encargada del correcto desarrollo
del aparato sexual femenino, así como la causante de la formación del ciclo menstrual
-controlado por la hormona LH comentada anteriormente- y del aumento de nuestro deseo
sexual en ciertas etapas de este. Ayudan principalmente el desarrollo de las mamas y la
formación del ovario. No solo eso, sino que son los causantes de la distribución de la
grasa por el cuerpo de la mujer y el ensanchamiento de las caderas durante la pubertad,
además de encargarse de la pigmentación de la piel en las glándulas mamarias y la zona
genital. Aunque son los culpables de retener líquidos en el riñón y ciertas partes del cuerpo
femenino, también causan diferentes cambios de humor. A estos también les debemos el
crecimiento del pelo y las uñas -más largos siempre que en los hombres-.
Los ciclos hormonales femeninos son muy dolorosos
La progesterona es la menos conocida de las dos, pero es igual de importante, ya que de ella
depende la correcta formación del pecho y la producción de leche en las glándulas
mamarias. Se encarga, principalmente, de preparar al cuerpo femenino durante la segunda
parte del ciclo menstrual, como una puesta a punto para acoger en el útero a un embrión.
Estimula la coordinación de desarrollo de los ovarios con las mamas. Durante las épocas en
las que las mujeres sufren los repentinos cambios de humos es cuando más hormonas
sexuales se están produciendo en el cuerpo.
Estas hormonas sexuales son las encargadas de definir el deseo sexual de ambos géneros, ya
que suponen la perfecta compenetración del cuerpo y la mente a través de la genética. Con
el resultado de cada una de las funciones de estas hormonas, ahora solo queda disfrutar de
la pareja y dejarse llevar por la libido producida por estas compañeras del cuerpo humano.

Modelo de la Personalidad de Cattel


Sin duda el modelo de Cattell es uno de los más famosos y su intento de describir la
personalidad ha llegado hasta nosotros a través de su famoso test, el 16 PF. Por supuesto,
hoy no se utiliza la versión original del propio Cattell, pero sí se mantiene gran parte del
espíritu inicial de la prueba.
Por otro lado, Cattell destaca por haber propuesto dos tipos de inteligencia: la inteligencia
fluida y la inteligencia cristalizada. La inteligencia fluida sería más cercana al concepto actual
de inteligencia. Por ejemplo, la emplearíamos a la hora de resolver problemas de lógica en
los que poco importa la experiencia de la persona y sí su pericia para trabajar con el reto en
sí. La inteligencia cristalizada recogería toda la experiencia de la persona y serviría para
contestar a preguntas y problemas relacionados esencialmente con la memoria.
Siendo muy interesante el tema de la inteligencia y el desarrollo que hizo Cattell del mismo,
en este artículo vamos a centrarnos en su interesante modelo sobre la personalidad y en el
cuestionario que sirve para aplicarlo, el 16 PF.

Cattell y el 16 PF
El estudio de la personalidad ha sido uno de los más polémicos dentro de la psicología. Esta
especie de propiedad del yo, condicionada por el ambiente y su genética ha dado lugar a
infinidad de modelos que han peleado por disputarse la hegemonía.
No sólo se ha discutido el origen de la personalidad (genética-ambiente), sino que también
hay un debate abierto sobre hasta qué punto la personalidad puede mutar o tiene influencia
sobre el comportamiento de una persona. Otro de los debates interesante respecto a la
personalidad está relacionado con su división, segmentación y dinámica.
En este sentido, podemos considerar a Cattell como un sintetizador de los trabajos
realizados por autores británicos y americanos en el campo de las aptitudes mentales
básicas y de personalidad. Tanto para el estudio científico de la inteligencia como para el
estudio científico de la personalidad, utilizó una metodología muy potente para la época. Su
objetivo fue el de aislar diferentes factores primarios.
Para sus estudios, como técnicas de recogida de datos empleó tres fuentes.
Q (cuestionarios).
L (calificaciones o entrevistas).
T (test objetivos).
Metodológicamente su trabajo se caracteriza por ser un intento serio y riguroso por analizar
y construir un modelo sólido, estable y fiable a partir de las tres fuentes que hemos
enumerado. Además, el desarrollo de su modelo lo podemos entender en tres fases:
Primera fase: parte nada más y nada menos que de 171 rasgos de personalidad. Identificó
esta ingente cantidad de rasgos a partir de la lista todavía más larga que habían
hecho Allport y Odbert pocos años antes. En esta peculiar lista, estos dos curiosos
incluyeron todos los términos relacionados con la personalidad que había encontrado en los
dos principales diccionarios ingleses de la época.
Segunda fase: se centró en la información obtenida en las calificaciones o entrevistas para
intentar darle un contenido teórico a dichos factores.
Tercera fase: utilizó la información de cuestionarios (Q) y test objetivos (T). Al final de todo
el análisis de contenido y matemático llegó a la conclusión de que existen 16 factores de
personalidad, dimensiones en las que de alguna manera todos nos podemos clasificar.
Matemáticamente son el producto lógico de un análisis factorial de primer orden. Estos se
presentaría de manera bipolar:
Expresividad emocional (alta-baja).
Inteligencia (alta-baja).
Estabilidad (fortaleza del Yo-debilidad del Yo).
Dominancia (dominancia-sumisión).
Impulsividad (surgencia/impulsividad-desurgencia).
Conformidad grupal (superego fuerte-superego débil).
Atrevimiento (parmia/atrevimiento-trectia/timidez)
Sensibilidad (premsia/sensibilidad-harria/dureza).
Suspicacia (alexia/confianza-protensión/desconfianza).
Imaginación (praxemia/pragmatismo-autia/imaginación).
Astucia (sutileza/ingenuidad).
Culpabilidad (conciencia-imperturbabilidad).
Rebeldía (radicalismo-conservadurismo).
Autosuficiencia (autosuficiencia/dependencia).
Autocontrol (autoestima/indiferencia).
Tensión (tensión-tranquilidad).
Factores de segundo orden en el 16 PF
Los factores de personalidad que hemos enumerado no serían independientes
(ortogonales), sino que presentarían correlaciones positivas y negativas, dando lugar a otros
factores básicos (factores de segundo orden):
QS1. Introversión Vs Extraversión.
QS2. Poca ansiedad Vs Mucha ansiedad (tranquilidad).
QS3. Susceptibilidad Vs Tenacidad.
QS4. Dependencia Vs Independencia.
A partir de estos factores de primer y segundo orden referidos a la personalidad, Cattell creó
uno de los cuestionarios más famosos y con más recorrido de la historia. Por otra parte,
Cattell clasifica a estos rasgos de personalidad por dos dimensiones:
Su origen: hereditario Vs ambiental.
Su contenido: temperamentales, motivacionales e intereses.
Así, este autor e investigador ya defendía una idea que hoy se sigue siendo aceptada por la
mayoría de especialistas en el estudio de la personalidad. Esta idea es la que enuncia que la
composición de la personalidad de un individuo es el producto de su genética y del
ambiente en el que la ha desarrollado.
Finalmente, destacar que para controlar posibles anomalías en las respuestas, el 16 PF se
vale de cuatro escalas: escala de estilo de respuesta (fiabilidad y validez), manipulación de la
imagen (para controlar la deseabilidad social), aquiescencia (para controlar la tendencia a
dar una misma respuesta con independencia de la pregunta), índice de infrecuencia o índice
de azar (para detectar aquellos cuestionarios que han sido contestados al azar e invalidarlos:
se basa en la consistencia de las respuestas dentro de cada factor).

Críticas a la teoría de Cattel


Sus propuestas han tenido influencia en el diagnóstico clínico y en la psicología de las
organizaciones. Sin desmerecer su propuesta, cabe hacerle varias críticas:
Aunque hay base empírica para la mayoría de su teoría, el modelo econético no ha
sido probado. Además, aunque se reconoce su papel, los factores ambientales no se
incluyen en la predicción de la conducta.
La teoría ha generado relativamente poca investigación, probablemente debido a su
lenguaje técnico.
Los 16 factores no son independientes entre sí, por lo que no son totalmente
distintos.
Aunque el AF es una técnica objetiva en general, depende en última instancia de
ciertas decisiones (técnica de extracción, por ejemplo) tomadas por el investigador.
La varianza que explica cada factor (como factor aislado) decrece a medida que el
número de factores aumenta (siendo el 1º más importante que el 2º, y así
sucesivamente). Esto implica que la supuesta igualdad en la importancia de los
factores no ha sido contrastada empíricamente.
Modelo de la personalidad de Eynsek
Hans Eysenck fue uno de los psicólogos más polémicos y prolíficos del siglo XX. En el
momento de su muerte, en 1997, era el investigador más citado en psicología. Eysenck hizo
una contribución significativa a este campo, publicando alrededor de 80 libros y escribiendo
cientos de artículos. También fue el editor fundador de la influyente revista “Personality and
Individual Differences”.
Nacido en Alemania en 1916, debido a su oposición al partido Nazi se vio obligado a huir,
primero a Francia y luego a Gran Bretaña, donde completó su doctorado en psicología en la
Universidad de Londres (1940). Durante la Segunda Guerra Mundial, Hans Eysenck trabajó
en el hospital de emergencia Mill Hill como psiquiatra. Entre 1945 a 1950 fue psicólogo en el
Hospital Maudsley. Después fue director del departamento de psicología en el Instituto de
Psiquiatría de la Universidad de Londres, cargo que ocupó hasta 1983.
Hans Eysenck desarrolló una teoría de la personalidad muy influyente, ya que entre otras
virtudes cuenta con la de girar en torno a puntos muy concretos y fáciles de relacionar con
el discurrir cotidiano. Su teoría de la personalidad está basada en factores biológicos,
argumentando que los individuos heredan un tipo de sistema nervioso que afecta su
capacidad de aprender y adaptarse al medio ambiente. No obstante, el trabajo de Eysenck
generó críticas por sugerir que los factores biológicos o genéticos influyen en la
personalidad y en la susceptibilidad de un individuo a involucrarse en conductas delictivas.
Dimensiones de la personalidad de Hans Eysenck: el modelo PEN
Utilizando el análisis factorial para diseñar su teoría, Hans Eysenck identificó tres factores de
personalidad: extroversión, neuroticismo y psicoticismo (PEN). Cada uno de los factores de
la teoría de Eysenck es una dimensión bipolar, lo que significa que cada uno tiene su
opuesto:
Extraversión vs. Introversión.
Neuroticismo vs. Estabilidad Emocional.
Psicoticismo vs. Autocontrol (agregado al modelo en 1966).
Eysenck creía que los factores biológicos, incluida la excitación cortical y los niveles
hormonales, junto con los factores ambientales, como el comportamiento aprendido a
través del condicionamiento, influyen en la puntuación de una persona en estas
dimensiones de la personalidad.
Eysenck consideraba los rasgos elementos fundamentales para conocer a una persona. En
palabras del autor: “los rasgos son factores disposicionales que determinan nuestra
conducta regular y persistentemente en muchos tipos de situaciones diferentes (1985)”. 
El equipo de Ortet i Fabregat (2001) considera su teoría como una teoría disposicional. Una
disposición o rasgo es una tendencia de conducta que da estabilidad y consistencia a las
acciones, las reacciones emocionales y estilos cognitivos de los sujetos.
Extraversión – Introversión
Las personas con altos niveles de extraversión participan más en actividades
sociales. Tienden a ser más comunicativas y se sienten más cómodas en grupo. En general,
los extravertidos disfrutan siendo el foco de atención y, a menudo, acumulan una red social
más grande de amigos y asociados. La extraversión se mide en un continuo, que va desde
alto (extravertido) a bajo (introvertido).
Por su parte, los introvertidos tienden a ser más silenciosos, se alejan de las grandes
reuniones sociales y pueden sentirse incómodos al interactuar con extraños. En cambio,
mantienen grupos más pequeños de amigos cercanos y es más probable que disfruten de
ejercicios contemplativos.
El psicoanalista suizo Carl Jung sugirió que los niveles de extraversión-introversión
dependen del enfoque de la energía psíquica de un individuo. En los extravertidos, creía que
esta energía se dirigía hacia afuera, hacia otras personas, lo que resultaba en más
interacciones sociales. Mientras tanto, la energía psíquica de los introvertidos se proyecta
hacia adentro, lo que los lleva a dedicarse a actividades menos sociables, centradas en lo
interno (Jung, 1921).
Sin embargo, Eysenck cree que la extraversión está relacionada con los niveles de actividad
cerebral o la excitación cortical. Los extravertidos experimentan niveles más bajos de
excitación cortical, lo que los lleva a buscar excitación de estímulos externos. Los niveles de
activación más altos en los introvertidos los llevan a evitar estímulos que pueden llevar a un
mayor aumento de la excitación.
Por otro lado, y como apunte, de acuerdo con la ley Yerkes-Dodson, los niveles de excitación
pueden afectar las capacidades de rendimiento de un individuo. La teoría postula que la
excitación y el rendimiento siguen una curva en forma de campana, y la segunda disminuye
durante períodos de excitación alta o baja (Yerkes y Dodson, 1908).
Neuroticismo – Estabilidad Emocional
Hans Eysenck también propuso una segunda dimensión: estabilidad emocional frente a
inestabilidad emocional o neuroticismo. Las personas con una puntuación alta en medidas
de neuroticismo tenderían a experimentar niveles más altos de estrés y ansiedad. Se
preocupan por asuntos relativamente insignificantes, exageran su significado y se sienten
incapaces de lidiar con los factores estresantes.
Un enfoque en los aspectos negativos de una situación, en lugar de los aspectos positivos,
puede llevar a una persona a adoptar una perspectiva desproporcionadamente negativa.
Pueden sentirse envidiosos o celosos de otros que sienten que están en una posición más
favorecida.
El neuroticismo también se caracteriza por el perfeccionismo y la insatisfacción. Por otro
lado, una persona con una puntuación baja en neuroticismo generalmente experimentará
una mayor estabilidad emocional. Hablamos de personas que, por término general, se
sienten más capaces de hacer frente a los eventos estresantes y de establecer metas más
ajustadas a sus capacidades. Las personas con un bajo nivel de neuroticismo suelen ser más
tolerantes con las fallas de los demás y permanecen más tranquilas en situaciones
exigentes.
Psicoticismo – Normalidad
El psicoticismo fue una adición tardía a la teoría de la personalidad de Hans Eysenck, y se
incluyó en 1976. Esta tercera dimensión de la personalidad va desde la normalidad (bajo
psicoticismo) hasta el alto psicoticismo.
Las personas con puntuaciones de psicoticismo más altas tienen más probabilidades de
participar en un comportamiento irresponsable o mal calculado. También pueden
contravenir las normas sociales aceptadas y estar motivados por una necesidad de
gratificación inmediata, independientemente de sus consecuencias.
Sin embargo, el psicoticismo también tiene asociaciones más positivas. En un estudio de
1993, Eysenck comparó las puntuaciones de los participantes en Barron-Welsh Art Scale y
Eysenck Personality Questionnaire y descubrió que las personas con alta puntuación en
psicoticismo tendían a poseer habilidades creativas más avanzadas.
Eysenck sugirió que el psicoticismo estaba influenciado por factores biológicos y se
correlacionaba con niveles de hormonas como la testosterona. Según el modelo PEN, los
altos niveles en psicoticismo reducen la capacidad de respuesta de una persona al
condicionamiento, lo que significa que le costaría más adaptarse a las normas sociales que
solemos aprender a través de la recompensa y el castigo.
Como resultado, la teoría sugiere que las personas pueden ser más propensas al
comportamiento delictivo en la medida que buscan satisfacer sus propios intereses,
mientras violan las reglas de comportamiento aceptadas por otros. La asociación de rasgos
de personalidad, como el psicoticismo, con tendencias criminales, junto con el énfasis de
Eysenck de la genética que afecta tales rasgos, ha llevado a algunos a criticar su teoría por
adoptar una visión determinista del comportamiento.
Críticas a la teoría de Eysenck
Los estudios de gemelos se pueden usar para ver si la personalidad es genética. Sin
embargo, los hallazgos son contradictorios y no concluyentes. Shields (1976)
encontró que los gemelos monocigóticos (idénticos) eran significativamente más
parecidos en las dimensiones Introvertido – Extrovertido y Psicótico que los gemelos
dicigóticos (no idénticos). Loehlin, Willerman y Horn (1988) encontraron que solo el
50% de las variaciones de las puntuaciones en las dimensiones de la personalidad se
deben a rasgos heredados. Esto sugiere que los factores sociales también son
importantes.
Una virtud de la teoría de Eysenck es que considera como factores de influencia
tanto a la naturaleza como a la educación. Sostiene que las predisposiciones
biológicas hacia ciertos rasgos de personalidad, combinadas con el condicionamiento
y la socialización durante la infancia condicionan nuestra personalidad.
Este enfoque interaccionista puede, por lo tanto, puede acumular una mayor validez
que una teoría biológica o ambiental pura. También se relaciona muy bien con
el modelo de conducta de tensión diatésica, que argumenta a favor de una
predisposición biológica que se combina con un desencadenante ambiental para un
comportamiento particular.

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