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~rapia familiar estratégica

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~ ,lCloé Madanes

Amorrortu editores
Buenos Aires - Madrid
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BIBLIOTECA DE CIENCIAS
SOCIALES YHUMANIDADES

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Biblioteca de psicología y psicoanálisis


DirectOres: Jorge Colapinto y David Maldavsky Con amor, a la memoria de mi padre, Víctor Madanes.
Strategic Famüy Therapy, Cloé Madanes
<O Cloé Madanes, 1982
Traducción: Leandro Wolfson
Primera edición en castellano, 1984; primera reimpresión, 1989; segunda
reimpresión,l993; tercera reimpresión, 2001; cuarta reimpresión, 2007
<O 'l1xlos los derechos de la edición en castellano reservados por
Amorrortu editores S.A., Paraguay 1225, 7" piso· C1057AAS Buenos Aires
Amorrortu editores España S.L., C/San Andrés, 28 • 28004 Madrid
www.amorrortueditores.com

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reservados.
Queda hecho el depósito que previene la ley n• 11.723
Industria argentina. Made in Argentina
ISBN 978-950-518-473-6

Madanes, Cloé
Terapia familiar estratégica.· 1" ed., 4" reimp. ·Buenos Aires:
Amorrortu, 2007.
208 p. ; 23x14 cm.- (Biblioteca de psicología)

Traducción de: Leandro Wolfson

ISBN 978-950-518-473-6

l. Psicología. 2. Terapia Familiar. l. Wolfson, Leandro, trad. II. Título


CDD 150.195

Impreso en los Talleres Gráficos Color Efe, Paso 192, Avellaneda, provincia de
Buenos Aires, en enero de 2007.
Tirada de esta edición: 1.500 ejemplares

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\i Indice general

11 Palabras prelirninares,Jay Haley


15 Palabras preliminares, Salvador Minuchin

17 Prólogo
21 l. Dimensiones de la terapia familiar
37 2. Elementos de la terapia familiar estratégica
45 3. Problemas conyugales: el equilibrio del poder
73 4. Problemas infantiles: tres estrategias paradójicas
97 S. Problemas de los padres: la modificación de las interaccio-
nes entre padres e hljos
119 6. Problemas graves de la adolescencia: cómo lograr que los
progenitores se hagan cargo
139 7. Terrores nocturnos: estudio de un caso
162 8. Un hombre deprimido: estudio de un caso
190 9. Resumen: metáfora y poder

201 Bibliografía

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Palabras preliminares

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En nuestros días, se espera que los terapeutas resuelvan los pro-


blemas de la amplia diversidad de personas que acuden a verlos.
La expectativa es que el clínico, sea que se dedique a la práctica
privada o que trabaje en una institución de la comunidad, tratará
a nifios, adolescentes y adultos, y manejará además problemas fami-
liares, conflictos conyugales y formas extremas de comportamiento
sintomático. El psicótico, el que abusa de la gente, de las drogas o
~1 alcohol, y el delincuente, han pasado a formar parte de la jornada
diaria de cualquier terapeuta. La enseñanza universitaria no prepara
al clínico en forma adecuada para este banquete de psicopatología.
En la universidad es posible obtener un título habilitante y la con-
cepción de la terapia que está de moda en un determinado departa-
mento, pero no se aprende el enfoque teórico ni la gama de técnicas
terapéuticas que permitirían abordar una variedad tan grande de
problemas. Este libro brinda al clínico un amplio espectro de inter-
venciones terapéuticas, una visión teórica de la organización familiar
que pennite entender los problemas d~ un cliente, y ejemplos
prácticos como guía para la solución de estos problemas .
. Clínicos y teóricos han tenido siempre dificultades para describir
el contexto social de la gente con problemas. Hace unos años parti-
cipé con Gregory Bateson en un proyecto de investigación en el que
intentamos describir a las personas -en particular, a las que presen-
tan síntomas- en función de su relación con otras personas. Bateson
propuso que la comunicación entre seres humanos puede describirse
en términos de niveles, y sugirió que entre estos niveles puede haber
conflictos de tipo paradójico. Un griego de la Antigüedad (según
Epiménides) podía decir "Yo estoy mintiendo", y si estaba mintien-
do decía la verdad, o (como observó Harnlet) es posible sonreír y
sonreír y matar al mismo tiempo. Durante diez años el proyecto de
Bateson se ocupó en indagar cómo en el juego, la terapia y el ritual,
los mensajes "encuadran" a otros mensajes de manera conflictiva.
Para designar estos mensajes duales que contienen un antagonismo
paradójico se creó la expresión "doble vínculo". En 1962, cuando
fmalizó ese proyecto, habíamos logrado dejar de describir la locura
y otros síntomas como fenómenos individuales, pasando a descri-
birlos como conducta comunicativa entre las personas. Pero aún no
se había descripto el contexto organizacional en que tiene lugar la
comunicación. Una madre le diría a su hijo, de alguna manera:

11
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"Quiero que hagas espóntaneamente lo que yo te digo". Frente a Esta concepción organizacional permite apreciar los niveles con-
este conjunto peculiar de mensajes, el niño respondería de un modo flictivos de mensaje dentro de su contexto: las jerarquías contlic-
peculiar. La razón por la cual la madte se comunicaba con su hijo tivas en las organizaciones en las que se comunica la gente. La madre
en esta forma conflictiva sólo era explicable por referencia a la que le pide a su hijo que espontáneamente la obedezca puede formar
naturaleza de la madre, o a su necesidad de responder a un hijo que parte de una organización en la cual: 1) ella está a cargo del niño
se comunicaba en forma extraña. Ya se tratase de describir a un niño pot el hecho de ser su madre, pero 2) el niño está a cargo de ella
problema o al síntoma de una pareja matrimonial, lo que faltaba era por el poder que deriva de su conducta sintomática o de coalicione~
un procedimiento para conceptualizar el contexto social más amplio con familiares de más alta posición. Así pues, por la índole misma
al cual se adaptaban los miembros de la familia. de su posición como madre, esta se ve obligada a impartir directivas,
Durante las décadas de 1960 y 1970,los clínicos fueron cobrando pero sólo puede expresar, con impotencia, el deseo de que el niño
creciente conciencia de que en la organización social del individuo pudiera hacer lo que ella le dice. Un observador diría que ella está
puede hallarse una nueva explicación de la motivación humana. El expresando un doble vínculo, o un conjunto de niveles conflictivos
foco se desplazó entonces del individuo o de un "sistema" generali· de comunicación, ya que su conducta expresa la idea: "Haz espon-
zado, a la organización del pequeño grupo de trabajo y a la familia táneamente lo que te indico".
nuclear y extensa. Por primera vez comenzaban a delinearse las El concepto de que los niveles conflictivos de comunicación refle-
estructuras de las familiasi por ejemplo, las coaliciones intergenera· jan las jerarquías conflictivas que existen dentro de una organización
cionales en las cuales uno de los cónyuges se une a un hijo contra el tiene numerosas ramificaciones. Para el clínico, una cuestión funda·
otro cónyuge; o en las que una abuela hace una alianza con su hieto mental es la oportunidad que así se le presenta de poner en práctica
contra los padres, o el caso de un hijo "en función parental" que nuevas modalidades de intervención terapéutica. A medida que se
queda atrapado entre sus progenitores y los demás hijos. Sin desesti· aclara el problema estructural, la intervención puede ser planeada
mar la importancia de mantener las fronteras generacionales, se fue con mayor precisión. Madanes expone una variedad de nuevos e
colocando cada vez más el acento en el hecho de que toda organiza. D_tu~es procedimientos de intervención para cambiar la penosa
ción es jerárquica. Situación de las personas con problemas. Uno de los más interesantes
.Más y más, se fue observando que las personas sintomáticas se or· es el uso de técnicas de "imaginación" • en las que se solicita a los
ganizan en jerarquías incorrectas, como por ejemplo cuando los familiares, de diversos modos, que fmjan o simulen su interacción.
padres no ponen límites entre las generaciones, o cuando un nifio Una técnica de imaginación pertenece a la categoría de las inter-
problema determina el acontecer de la familia. venciones paradójicas, en la medida en que puede consistir en
La cuestión que así se planteaba era cómo describir tales jerar· fomentar ~n el cliente la conducta que él quiere cambiar, para lo
quías problemáticas, y para el clínico, cómo pensar en cambiar una CU;al, precisamente, acudió a la terapia; pero esta técnica es en sí
organización jerárquica. Se iba haciendo evidente que la conducta ffilSffia una categoría especial, que atraerá la atención de muchos
sintomática es adaptativa en alguna forma, y que al responder a clínicos. En su mayoría, las intervenciones paradójicas tienden a
estructuras sociales anormales, una persona debe conducirse de ma· establecer confrontaciones, y dependen de que el cliente se rebele
nera anormal. La tarea consistía en describir el contexto social de .contra la defmicíón de la relación implícita en la directiva que se
una familia cuyos miembros presentaban problemas de modo tal le imparte. A muchos terapeutas les incomodan estas confrontacio-
que su conducta resultara explicable, y se pusieran más de manifiesto nes drásticas, en que deben instar al cliente, por ejemplo, a que
los procedimientos para modificar esa conducta. desarrolle el síntoma del cual quiere recuperarse. En ese sentido,
Este libro dio ese paso. Cloé Madanes sugiere que las organiza. las técnicas de imaginación no generan confrontaciones ni se basan
clones sociales de las personas con problemas presentan una jerar· e~ una respuesta de rebeldía. Es posible pedir a una persona que
quía dual, que requiere niveles conflictivos de comunicación, o sea, Slffiule un síntoma, o a una familia que fmja comportarse en la
conducta sintomática. Sus técnicas terapéuticas son procedimientos forma desafortunada que le es habitual, sin que tal directiva inter-
para cambiar esas estructuras de organización a fm de que la conduc- fiera en la relación terapéutica.
ta anormal ya no resulte apropiada ni adaptativa. Bateson había Uno de los méritos de la técnica de "imaginación" es que se
propuesto que cuando los niveles duales de mensaje son incongruen- amolda a una tradición "lúdica" en la terapia. Cuando la gente es
tes, se plantea un dilema humano; Madanes avanza un paso más, y
propone que en una organización puede haber jerarquías duales
. incongruentes. Más aún, sugiere que los niveles duales de mensaje se- • "Pretending techniquer"; esta versión fue sugerida por la autora. (N.
rán incongruentes si la organización posee jerarquías incongruentes. .delT.]

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·irracionalmente pesimista, una conducta lúdica puede ser novedosa Palabras preliminares
y generar alternativas válidas. La poderosa influencia del juego y
la imaginación no debe ser subestimada. Estas intervenciones tal vez
parezcan falsamente triviales a quien no comprenda que la reclasifi-
cación del comportamiento humano es un potente instrumento de
cambio. Es probable que el factor más trascendente de la vida
humana sea la manera en que la gente clasifica, o encuadra, la con-
ducta al comunicarse entre sí. Que algo sea "fmgido" o "real" puede
parecer una trivialidad lúdica, pero no lo es. Una de las cuestiones Jay Haley ha dado una amplia visión, en lo que antecede, de los
capitales de la terapia ha sido siempre si la relación entre cliente y alcances de este libro. Yo quisiera agregar específicamente algunas
terapeuta es "realmente" íntima, o "realmente" autoritaria, o sólo palabras sobre las técnicas de imaginación de Cloé Madanes, que
es una respuesta metafórica a figuras autoritarias del pasado. Análo- son su singular y magistral aporte.
gamente, el meollo de la comprensión de la locura ha sido saber si el Como en el mundo pictórico de Jerónimo Bosch, el campo de la
paciente piensa que es "realmente" otra persona, o que los demás salud mental está habitado por monstruos, que se vuelven tanto
"realmente" lo persiguen. La cuestión del juego y de la imagina- más complejos e interesantes cuanto más alerta está el terapeuta
ción no sólo ocupa un lugar central en el arte y las obras de ficción, de su presencia. La pintura de Madanes, en cambio, no se ocupa de
sino también en las polémicas sobre los rituales y ceremonias en monstruos sino que está contenida en un marco de esperanza. Por
todas las religiones. Si en la misa cristiana el vino y la hostia ·son más que los integrantes de una familia se dañen unos a otros en el
"realmente" la sangre y el cuerpo de Cristo, o si sólo lo son "sim- proceso de vivir dentro de un limitado espacio interpersonal -viene
bólicamente", "en la imaginación", es un tema de controversias a decirnos-, su motivación básica es ayudarse entre sí. Y probable-
heréticas que quemaron a más de uno. Así también, cuando una mente no puedan hacer otra cosa en verdad, ya que como partes
esposa interactúa con un marido deprimido y ante una intervención de un organismo más amplio, la familia, ellos reaccionan frente a
terapéutica n.o sabe con certeza si él "imagina" estar deprimido o en las sefiales de dolor que se presentan' en cualquier lugar de ese
verdad lo está, no se 'trata de un juego divertido sino de un cambio organismo.
serio e importante en el mundo real. Cada familia trae a la terapia su propio y peculiar problema, en-
Tanto al ocuparse de la situación social global como del proble- vuelto en la única respuesta que es posible darle. Ante ello, Madanes
ma conyugal específico, este libro elucida cuestiones que fascinan a desarrolla una alternativa hecha a la medida de cada caso, plena
los terapeutas desde hace varios años, vinculadas con la paradoja, de la creatividad que caracteriza el juego libre de los nifios antes
la metáfora y la jerarquía. Las técnicas terapéuticas expuestas que las reglas del juego estipuladas hayan prescripto cuál es la res-
abarcan toda la gama que va desde la desautorización de alguien puesta acertada. Las estrategias de cambio que emplea Madanes, una
mediante el uso lúdico de la paradoja y de las técnicas de imagina- aguda observadora de nifios, participan de uno de los rasgos más
ción, hasta el otro extremo, requiriendo que los familiares perma- idiosincrásicos del aprendizaje infantil: ella recurre a la fantasía y a
nentemente cumplan normas y resuelvan discrepancias. la ficción imaginativa a fin de crear otras realidades.
El lector aprenderá nuevas e interesantes maneras de hacer tera- · Desaf1a11do la restringida visión de la realidad que los sistemas
pia, que hallará ilustradas con ejemplos tomados de la casuística y familiares cristalizados imponen a sus miembros, Madanes les sugiere,
con detalladas trascripciones de sesiones. Pero el aporte de esta con una sonrisa: "Imaginemos que el mundo es diferente". Crea
obra va más lejos aún. Su enfoque teórico ha sido expuesto con una entonces una terapia del "como si", donde los dragones son simples
claridad y una lógica que alentará a los lectores, no sólo a poner mariposas observadas con una lente de aumento. En esta terapia, un
en práctica las intervenciones sugeridas, sino también a captar el cónyuge deprimido debe fmgir depresión para que la eficacia comu-
punto de vista estratégico y a descubrir y desarrollar por sí mismos nicativa que ese síntoma tiene para el otro cónyuge pierda signifi-
sus propias innovaciones terapéuticas. catividad. Un nifio con pesadillas fmgirá consolar a su madre, teme-
rosa de los ladrones, para así poder superar esas pesadillas, que
Jay Haley surgieron para consolar a su madre en su temor de los ladrones. O tal
Director del Instituto vez sea la madre la que fmja para consolar a su hijo ... En el cam-
de Terapia Familiar de po imaginario del ordenamiento de las realidades, en efecto, los
Washington miembros de la familia se desprenden de las amarras que los man-
Noviembre de 1980 tenían sujetos a una "única" .manera de ser.

14 15
-- · Prólogo
''. El arte de este· enfoque estratégico consiste e~ el uso de. ~glas
muy claramente organizadas con vistas a ~na terap~ de la creat.lVld~_d.
Se aborda un campo limitado de transacción familiar, la orgaruzac10n
de los parientes en tomo de un síntoma, para establecer con ello
una terapia de expansión.
Dos posibles trampas acechan al lector. Una es el peligro de tras-
formar la claridad de esta exposición y el orden lógico de las estra-
tegias en una injerencia mecánica en la vida de las familias. El otro
peligro es que al poner el acento en la ben~~olente dedicación ~el
núembro sintomático, se llegue a ver a la familia desde la perspectiva La terapia fanúliar estratégica surgió a partir del examen del
de un solo participante en la transacción. Madanes es bien conciente poder en las relaciones entre terapeuta y cliente, y entre los integran-
de esto cuando sefiala que "tal vez el nifio se forje la ilusión de que tes de una familia. Las diversas estrategias de psicoterapia fueron
actúa deliberadamente y de que de él depende dejar de hacerlo, cre~das con el objeto de utilizar este poder para producir cambios.
pero de hecho puede ser parte de un sistema dotado de un propósito En este libro se avanza un paso más, ampliando la defutición de
propio". Los miembros de la fanúlia, organismo pluricorpóreo com- poder Y exponiendo nuevas estrategias paradójicas que colocan el
puesto por varios individuos, funcionan con la ilusión de poseer acento en la metáfora y la ficción imaginativa.
una realidad independiente; por ello, el uso del lenguaje de la ayuda Suele pensarse que el poder implica dominación, opresión y mo-
benevolente armoniza con la realidad que sienten las partes indivi- tivaciones desagradables en quienes lo ejercen; pero esta obra no
duales y tiene la ventaja terapéutica de poner en tela de juicio la versa sobre los aspectos de explotación del poder, sino más bien
noción de acto independiente. En tal se11tido, la idea de que el · · sobre sus aspectos positivos o benévolos. Tener poder sobre otra
individuo controla el sistema al cual pertenece se convierte, paradó- persona no significa únicamente tener la posibilidad de explotarla,
jicamente, en una interpretación sistémica. sino, además, la posibilidad de cuidar de ella, de consolarla, guiarla
Uno de los aspectos más nítidos de la labor de Madanes es su y reformarla. Es de esta clase de poder que aquí nos ocuparemos: el
capacidad para trasfomtar creativamente las actividades rutinarias poder que tienen los padres sobre sus hijos, los hijos sobre sus padres
y habituales de la vida en nuevos caminos donde la gente encuentra y los cónyuges entre sí.
formas poco comunes de ser. Su.terapia con familias crea un contex- En el capítulo 1 se sitúa la terapia familiar estratégica en el con-
to en que tanto los integrantes de las familias como los propios tera- texto de otros enfoques de terapia fanúliar, destacando los proble-
peutas recuperan el ejercicio de la curiosidad y de su capacidad de ~as significativ~s ~ue son comunes a la mayoría de las terapias e
exploración. Con esta obra, Madanes hace avanzar la terapia estra- mcluyendo las SigUlentes cuestiones: si el acento se coloca en el pa-
tégica convirtiéndola en una nueva totalidad conceptual. sado o en el presente, si el terapeuta recurre a interpretaciones o a
directivas, si el objetivo que se persigue es el crecimiento personal o
la S? lució~ de problemas concretos, si se toma en cuenta la jerarquía,
Salvador Minuchin
Profesor de Psiquiatría Infantil y Pediatría Y Sl la urudad tratada es el individuo, una díada, una tríada o una
Universidad de Pennsylvania red más amplia. A continuación, se pasa revista a las diversas escuelas
Noviembre de 1980 de psicoterapia, examinando específicamente la clase de informa-
ción que interesaría a los terapeutas de cada escuela y la clase de
acciones que adoptarían para generar un cambio.
En el capítulo 2 se ofrece un panorama de los elementos básicos
que componen la terapia fanúliar estratégica, en el entendimiento
de que este libro representa un aporte a esa escuela de terapia.
En el capítulo 3 se analizan los problemas conyugales, mostrando
de qué manera pueden producirse incongruencias jerárquicas en un
matrimonio cuando uno de los esposos desarrolla un síntoma a fm
de tratar de equilibrar la división de poder que se da en la pareja.
Describimos un ciclo en que el predominio de un cónyuge sobre el
otro es manejado por la pareja centrándose alternadamente en una
. cuestión matrimonial, en el síntoma de uno de los esposos o en el

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1
16 17
problema de un hijo. La tarea del terapeuta consiste en organizar Este abordaje_ es ''J.' 8)·
· un desarrollo
· . ulterior del mét 0 d0 de Haley ·(1Y8
de tal modo a la pareja que la división de poder se equilibre y la para' e11t ratailllento de familias. con adultos J·óvenes perturbados
al bl ,
pareja constituya una jerarquía congruente. En los cuatro ejemplos segun e cu se esta ~ce una JerarqUia en la que los progenítore~
clínicos presentados, se utilizan técnicas terapéuticas directas y se hacen cargo del hijo, y también toma elementos del traba"o
paradójicas. lle_vado a, c~bo po! M~uchin con familias que presentan trastorn~s
El capítulo 4 versa sobre problemas infantiles y cómo resolverlos. pSicosomaticos (Mmuchin, Rosman y Baker, 1978).
Aunque los progenitores, por el solo hecho de serlo, se hallan en una A lo largo de la obra se exponen en total quince ejemplos clíni-
posición superior a la del hijo, el niño problema asume una posición co~, dos de los cuales se presentan con trascripciones directas de
superior a la de sus padres protegiéndolos mediante su conducta sesmne_s, acompañadas de. ~omenta~os (capítulos 7 y 8). En todos
sintomática, que a menudo expresa metafóricamente las dificultades estos eJempl~s se ha modifiCado la mformación que podría identifi-
de aquellos. Se exponen tres estrategias paradójicas destinadas a que ~ a _los Illlembros de la familia, con el objeto de resguardar su
los progenitores resuelvan tanto el problema que presenta el hijo pnvactdad.
como la incongruencia de la jerarquía familiar. las técnicas descrip- En el capítulo 9 se pasa revista a los elementos fundamentales de
tas se caracterizan por el empleo de modalidades de comunicación es~e. enfoque y se ofrece un resumen, con algunos comentarios
como la dramatización, las técnicas de imaginación y el "como si", adicionales.
que son propias de los niños. Se introduce un enfoque paradójico Este lib~o se ba~ ~n ocho años de experiencia enseñando terapia
en el cual un progenitor pedirá al hijo que fmja tener el problema desde detras del VIdno de visión unidireccional. En algunos de los
que en efecto tiene, o que finja ayudar al progenitor. Esta técrii.ca caso~ presentados, yo fui la principal terapeuta, pero en su mayoría
guarda un paralelismo con las observaciones efectuadas por Bateson actue c~~o su~rvisora de programas de capacitación, observando
{1 972) acerca del juego en los animales, y ha sido influida por las ~d~ seston detras del vidrio, planeando el método a seguir, comu-
técnicas hipnóticas de Milton Erickson (Haley, 1967a). Para ilustrar rnc~dome . c?n los terapeutas-alumnos por teléfono durante las
las diversas estrategias se presentan seis casos clínicos. sesto~es, p1d1éndoles a veces que dejaran la sesión para discutir
En el capítulo 5 se analiza la relación entre la comunicación conm1g~ la estrategia, y guiándolos de esta manera a lo largo de
metafórica y la jerarquía, desarrollando la idea de que la conducta la terapia.
perturbada de un niño es una analogía de las dificultades de sus
padres, así como un intento de solucionarlas. La conducta perturba-
da del niño se convierte en el eje de un sistema de interacción que
es una metáfora del sistema de interacción que gira en torno de las Reconocimientos
dificultades de los padres, y lo sustituye. Esta manera de conceptua-
lizar el problema tiene sus raíces en la descripción que hicieron Los ~ro~ramas. de capacitación donde enseñé se llevaron a cabo
Bateson y Jackson {1968) de la comunicación analógica como un e~ las Siguientes mstituciones: Clínica de Orientación del Niño de
signo de un cierto tipo de conducta y a la vez como una parte o Filadelfi~; Centro I~fantil Hillcrest y Hospital de Niños de la ciudad
muestra de esa conducta. La tarea del terapeuta consiste en lograr de Washt~gton; Instituto de Psiquiatría y Comportamiento Humano
que el niño renuncie a la conducta perturbada con que protege a sus del ~?spttal de _la Universidad de Maryland; e Instituto de Terapia
padres, y en motivar a estos para que renuncien a un sistema de Familiar de la ctudad de Washington. En los casos presentados en el
interacción que, aunque es desafortunado, cumple una función útil h~ro_ actuaron. como terapeutas diversos profesionales -psiquiatras,
en la familia. Se exponen tres estrategias terapéuticas y cuatro pSlcologos, aSistentes sociales y enfermeras psiquiátricas- que
ejemplos clínicos. esta_ban aprendiendo est~ particular enfoque. Estos terapeutas fue-
En el capítulo 6 se abordan los problemas de adolescentes y de ron. Judy B_ankhead, Richard Belson, Michael Fox, Diane Gimber
adultos jóvenes con diagnóstico de esquizofrenia, psicosis maníaco- Anne González, Tobías López,_ Virginia López, Thanna Schmmel~
depresiva, alcoholismo y drogadicción. El dilema de la familia se Mascaro, Eug~ne Schwartz, Joan Shapiro y Thomas C. Todd. Ato-
plantea en términos de las incongruencias evidentes en su organiza- dos ellos, ast como a mis demás alumnos que contribuyeron al
ción jerárquica. Con esta conceptualización se deja atrás la teoría de desarroll~- de las ideas expuestas en esta obra, les estoy agradecida.
la comunicación, para penetrar en el marco más amplio de las organi- Ta_~bten _estoy en deuda con Salvador Minuchin, quien me
zaciones en que tiene lugar la comunicación. La terapia tiene como ofrec1o el _pnmer empleo que tuve en Estados Unidos· él fomentó
premisa básica poner en acción una jerarquía congruente, a fm en la Clím~a de Orientación del Niño de Filadelfia u~a atmósfera
de que los padres se hagan cargo de los jóvenes en forma conjunta. donde pudteron florecer nuevas concepcíones y enfoques creativos

18 19
1
en terapia, y me alentó a escribii este libro. Aprecio la ayuda que
me brindaron Richard Belson, Henry Harbin, Nidia Madanes y
l. Dimensiones de la terapia fatniJiAr•.
Braulio Montalvo, quienes tuvieron la amabilidad de leer el manus-
crito y de sugerirme diversas formas de mejorarlo. Guardo particular
gratitud a mi esposo, Jay Haley, sin cuyas provocaciones, influencia,
aliento, desaliento, e inestimable ayuda, este libro no hubiera sido
escrito.
Cuatro de los capítulos que integran el volumen fueron publica-
dos previamente en versiones algo diferentes. El capítulo 1, "Dimen-
siones de la terapia familiar", que redactamos en colaboración con
~n trascurrido veinte años desde que se dio el paso revolucio-
Jay Haley, apareció en Joumal o{ Nervous and Mental Disease, voL
nano de hacer que familias íntegras se sometieran a la observación
165, no 2, 1977, y se reprodujo con el título "Terapias familiares"
diiecta en terapia. Desde entonces se han vuelto más notorias las
en el volumen compilado por George U. Balis, Psychiatric Founda-
dimensiones propias de las diferentes escuelas de terapia familiar.
tions o{ Medicine. El capítulo 3, "Problemas conyugales: el equili-
Hasta hace poco, las cuestiones que separaban entre sí a las distintas
brio del poder", fue publicado en otra versión, con el título "Tera- terapias de familia no eran tan claras como las que diferenciaban
pia matrimonial cuando un síntoma es presentado por un cónyuge",
una ~rie~~c~ó~ f~r de otra individual. Hoy es evidente que la
en lntemational Joumal of Family Therapy, vol. 2, n° 3, 1980. El terapm mdlV!dual es una de las maneras de intervenii en una
capítulo 4, "Problemas infantiles: tres estrategias paradójicas", familia, consistente en atender a uno solo de sus integrantes y no
apareció en una versión distinta en Family Process, vol. 19, marzo al ,r~sto. También e~ ~ada vez más patente que la terapia opera al
de 1980. El capítulo 6, "Problemas graves de la adolescencia: maxuno de sus poSibilidades cuando la persona se encuentra en su
cómo lograr que los progenitores se hagan cargo", se publicó en situación natural cotidiana, en la comunidad de parientes íntimos
forma diferente, con el título "Prevención de la rehospitalización con qui~nes ~?nvive, y que tiene menos éxito si se saca a la persona
de adolescentes y adultos jóvenes", en Family Process, vol. 20, de esa Sltua~ton y se.la trata de manera aislada. Estas nuevas premi-
junio de 1980. ~ h~ . tratd~ const~o novedoS:U explicaciones de los problemas
pSlcologtcos e mnovac10nes terapeuticas.
Cloé Madanes . Hoy ~xiste mayor acuerdo que antes en cuanto a que es la situa-
Chevy Chase, Maryland etón social, y no la persona, el problema que la terapia debe resol-
Noviembre de 1980 ver; pero todavía no hay coincidencias acerca de la manera de
abordar dicho problema. Ciertos terapeutas de orientación familiar
siguen usando un modelo médico aplicable al paciente individual
mientras que otros han abandonado por entero ese marco de refe:
rencia. Algunos basan su enfoque en la teoría del aprertdizaje,
-o~~os no. Muchos emplean como técnica primordial la interpreta-
Clon, otros las diiectivas. Un ejemplo ilustrará estas diferencias.
Un hombre de mediana edad, contador público de profesión,
se presenta .an~e el ter~p~uta con el problema de que se halla grave-
mente depnnudo y apatlco. Ha descuidado su empresa y ni siquiera
ha abonado sus impuestos durante cinco años. Vive continuamente
~r,eocupado por su trabajo: le gustaría verlo realizado, pero la depre-
SJ.on que padece se lo impide. Terapeutas de distintas escuelas
conceptualizarán este problema de variadas maneras y también
adoptarán un enfoque terapéutico diferente. Algunos diián que el

~ Este capítulo es una versión ampliada y revisada de un trabajo escrito ori-


ginalmente en colaboración con Jay Haley (Joumal of Nervous and Mental
DiftllSe, 1977, vol. 165, n• 2), con cuya autorización se publica aquí.

20 21

1
hombre tiéne un problema orgánico o una depresión interior, basada porta actualmente, señalándole, por ejemplo, que su conducta para
en sus experiencias infantiles frente a las figuras dotadas de autori- con el empleador es provocadora y origina dificultades. Otros
dad, y que ese es el motivo por el cual, pese a la tremenda presión terapeutas, que piensan que la situación actual es la causa del proble·
que ejercen sobre él sus colegas y clientes, no ha hecho sus decla· ma, no suponen que la comprensión de la situación lleva al cambio,
raciones de rigor ante la Dirección General Impositiva. Otros ar· y por ende se abstienen de formular interpretaciones. Los expe·
güirán que lo fundamental es si, en caso de que él cumpliera satis· riencialistas someterán al sujeto a una experiencia nueva para él,
factoriamente su trabajo, ello podría tener alguna consecuencia como la de ensayar dentro de un grupo de qué manera debe co,ndu·
para su esposa u otros familiares cercanos. Estos puntos de vista cirse con sus empleadores. Otros terapeutas más directivistas (p. ej.,
contrastantes representan la diferencia entre concebir que el proble· ciertos terapeutas conductistas y terapeutas familiares estratégicos)
ma es la persona o que lo es la situación. · sugerirán de qué modo tiene que conducirse el sujeto con su emplea-
Expondremos aquí las dimensiones en tomo a las cuales discrepan dor real, y no con un empleador simulado. Los experiencialistas
los diversos terapeutas, así como los variados enfoques de la terapia tienden a suministrar experiencias novedosas dentro de la entrevista
familiar que provienen de tales discrepancias. Esas dimensiones familiar, en tanto que los directivistas tienden a requerir del sujeto
reflejan, no tanto la naturaleza de los problemas, como los aspectos que se comporte de una manera nueva·. en su vida real, fuera de
de la terapia que son significativos para una teoría del cambio. la entrevista.

Pasado o presente O'ecimiento personal o problema presentado

Una de las dimensiones en que principalmente discrepan los tera- También discrepan los terapeutas en su concepción de los objeti·
peutas es si debe ponerse el acento en el pasado o en el presente. vos de la terapia. Hay quienes creen que la terapia debe resolver el
En la teoría psicodinámica se ha producido una transición, desde la problema que trae el cliente y que la terapia ha fracasado si no se
idea de que un trauma específico del pasado era la causa de un sín· resuelve este problema, por más que se produzcan otros cambios.
toma actual, a una teoría más compleja, que abarca los objétos inte- A otros terapeutas, si bien los complace la resolución del problema
riores y los procesos de proyección e introyección. Una transición presentado, no les parece que este sea el objetivo básico e insisten,
semejante han atravesado los terapeutas conductistas: si antes en vez de ello, en que lo esencial es el crecimiento y desarrollo de la
·suponían que el problema de conducta presente había sido provoca· persona. Los terapeutas familiares están divididos en torno a esta
do por un determinado trauma del pasado del sujeto, ahora presu- cuestión: algunos se centran en el problema presentado, otros hacen
ponen que los refuerzos actuales son importantes para que perdure hiiÍcapié en el crecimiento y desarrollo de la familia íntegra. Los
esa conducta. Si uno parte de la idea de que la situación actual conductistas se hallan entre los primeros, los psicodinámicos y
tiene un efecto causal en el problema, el pasado deja de ser impres· experiencialistas, entre los segundos.
cindible como explicación significativa para la terapia. La posición
extrema en esta dimensión sería que la situación actual es la causa
del problema, y que el pasado es irrelevante. Método general o plan específico
para cada problema

Interpretación o acción Cuando una terapia cristaliza en una escuela, suele establecer un
método formal de trabajo, aplicando el mismo conjunto de procedi·
Sea cual fuere la causa de un problema, desde el punto de vista mientas y técnicas a todos los casos, no importa de qué problema se
terapéutico la ~estión es qué se hace con él. Los terapeutas que trate. Así, las terapias psicodinámicas ofrecen interpretaciones, y las
ponen máximo énfasis en una causa del pasado tienden también a experiencialistas, ejercicios específicos para individuos o grupos.
presumir que la exploración e interpretación del pasado producirán Otros terapeutas no recurren siempre al mismo método estándar,
un cambio. Por ejemplo, si un individuo rememora y comprende la sino que diseñan un procedimiento especial para cada persona Y cada
relación que tuvo en el pasado con su padre, se conducirá de un problema. Parten de la premisa de que no todas las personas enfren-
modo diferente hacia su empleador actual. Los terapeutas que hacen tan la misma situación, y que no es posible clasificar a la gente en
hincapié en el presente como causa, sin dejar de pensar que la auto· diferentes tipos, usando luego un método específico para cada tipo
conciencia genera cambios, le interpretarán la forma en que se com· de persona. Por ejemplo, ante un adolescente que comete repetidos

22 23
hurtos, un terapeuta adscripto a un "método" particular lo aplicará
siempre -ya se trate de examinar el problema con el adolescente en
forma individual, o en un grupo, o junto a su familia-. Un terapeuta
' .
ta por su manera de concebir el problema. Una familia de ocho inte-
grantes puede concebirse como compuesta de ocho individuos, o de
cuatro diadas, o de un variado número de relaciones triangulares.
orientado hacia la resolución del problema se reunirá con la familia
íntegra del adolescente, o únicamente con sus hermanos, o a solas
con él, o en ciertos casos intervendrá en la escuela. El primero lgualdad o jerarqu.fa
empleará el mismo método aun cuando este fracase; el segundo
tenderá a cambiarlo si no logra éxito. Es decir, el primero seguirá, Si el énfasis está puesto en el individuo y en grupos de personas
por ejemplo, utilizando interpretaciones o entrevistándose sólo que no mantienen una relación permanente entre sí, se considera
con el adolescente y sus padres por más que haya aplicado este que los participantes poseen igual status; pero si se trata de una
método durante meses sin resultado. El terapeuta orientado hacia familia o de algún otro grupo natural, inevitablemente se plantea
el problema, si ve que con las interpretaciones, por ejemplo, no una cuestión de jerarquía, ya que los partícipes no tienen todos
tiene éxito, las abandonará y establecerá un programa de refuerzos Ja misma posición. Sus diferencias de status se basan en cuestiones
positivos; o bien, si antes se reunía con la familia nuclear, pasará como la edad, el manejo del dinero, así como la autoridad y respon-
a reunirse con el adolescente a solas, o con la familia extensa. sabilidad con que los inviste la comunidad. Los terapeutas que
conciben unidades unipersonales suelen tratar a la familia como un
grupo de individuos de igual status. Padres e hijos están autorizados
La unidad problemática: una, dos, tres o más personas a criticarse mutuamente en un pie de igualdad, y todos los miembros
de la familia tienen el derecho de fijar reglas. Los terapeutas que
Lo que tiende a diferenciar al terapeuta individual del familiar piensan en términos de tres personas tienden a preocuparse por las
es su concepción de la unidad problemática: el hecho de que esta cuestiones de status y poder en la familia; respetan los límites gene·
sea una persona, o dos, o tres, o más. Por defmición, la terapia racionales, y no conceden iguales derechos o responsabilidades a
psicodinárnica, que se ocupa de la psique individual, toma como los abuelos, los padres y los hijos.
unidad problemática a una sola persona, centrándose en sus per-
cepciones, ideas, sentimientos y conducta. La terapia familiar puede
también operar con este foco, poniendo el acento en los sentimien- Comunicación digital o analógica
tos mutuos de los familiares y la conciencia que cada cual tiene de
su trato con los demás. La comunicación puede dividirse en dos categorías: digital o
Si la unidad es de dos o más personas, el énfasis se desplaza a la analógica. En la comunicación digital, cada mensaje tiene un solo
relación entre ellas. Un problema psiquiátrico es entendido entonces referente, pertenece a un único tipo lógico y consiste en signos ar-
en términos de un contrato entre por lo menos dos personas. Por bitrarios (Bateson y Jackson, 1968). La palabra "silla", por ejemplo,
ejemplo, si un hombre está deprimido y no puede trabajar, el tera- no guarda semejanza alguna con el objeto que designa, y no tiene
peuta que toma como unidad a la persona procurará comprenderlo . otro significado que el de un signo utilizado para referirse a cierta
y ayudarlo en función de sus percepciones, sentimientos y conducta. pieza del moblaje. Desde el punto de vista de esta clase de comu·
El terapeuta que toma como unidad a la díada presumirá que su nicación, un dolor de estómago, por ejemplo, no es otra cosa que
apatía para el trabajo se relaciona con su esposa: su unidad será la un dolor de estómago. La comunicación analógica tiene más de un
constituida por marido y mujer, ya que parte de la base de que el referente, y un mensaje analógico se asemeja al objeto que designa.
problema es un elemento de la situación conyugal. Un pufio cerrado y apretado es tanto un signo de cierto tipo de
Hay terapeutas que conciben unidades de tres o más personas, en conducta, como una parte o muestra de esa conducta (op. cit.).
lugar de una o dos. Si la unidad es de tres personas, es posible pensar A diferencia de la comunicación digital, la analógica puede expresar
en términos de coaliciones, y de la estructura jerárquica de estas distintas magnitudes. Por ejemplo, dentro de una cierta cultura, los
coaliciones. Por ejemplo, al individuo deprimido que no puede actos de llorar, desgarrarse las vestiduras, mesarse los cabellos o
trabajar tal vez se lo conciba envuelto en una coalición con su ma- golpearse con la cabeza contra la pared expresan, analógicamente,
dre en contra de su esposa. diferentes magnitudes de desesperación. A un mensaje analógico sólo
Aquí la cuestión no radica en la cantidad de personas verdadera- es posible asignarle significado si se toma en cuenta un contexto
mente involucradas en un problema, ni en la cantidad de personas de otros mensajes. Desde el punto de vista de la comunicación
presentes en las entrevistas, sino en la cantidad que abarca el terapeu- analógica, un dolor de estómago no es sólo un dolor en el estómago

24 25
sino que también puede ser' por ejemplo, una manifestación de radoja, y que es esta la que produce el cambio. El método psicoana-
desagrado, una manera de rehusarse a cumplir una tarea o una soli- lítico, por ejemplo, es paradójico por cuanto el terapeuta trata de
citud de cariño. El significado que se le asigne al dolor de estómago, influii en el paciente lo menos posible, dentro del marco de una re-
como mensaje analógico, dependerá de la situación y del conterüo lación cuya única fmalidad es influir en el paciente. Pero si bien
de otros mensajes dentro del cual se emite aquel. hay un elemento paradójico en todas las terapias, puede distinguirse
La conducta sintomática puede ser conceptualizada como comu- a las distintas escuelas según que recurran. o no deliberadamente
nicación digital o analógica. Por ejemplo, los dolores de cabeza de a técnicas paradójicas.
un individuo pueden ser descriptos como un acontecer sin otro Los terapeutas que utilizan directivas paradójicas en forma deli-
referente que un dolor en la cabeza. Esta es una descripción de tipo berada fundamentan de diversas maneras lo que hacen y ofrecen
digital. Otra manera de describir la conducta humana es suponer distintas explicaciones sobre la génesis de lo que lleva al cambio,
que todo acto tiene más de un referente. Por ejemplo, al hablar con pero todos usan, básicamente, esta técnica paradójica: dentro
el terapeuta sobre sus dolores de cabeza, el hombre está hablando de un contexto en que el paciente asiste a la terapia a fm de cam-
de más de una clase de dolor. Desde este punto de vista, la conduc- biar, el terapeuta lo insta a producir más de la misma conducta
ta es siempre comunicación en múltiples niveles. Cuando se piensa que el paciente quiere cambiar, y dentro de un contexto en que se
que la comunicación tiene más de un referente, surgen también sus acepta la naturaleza involuntaria de esa conducta, el terapeuta le
aspectos informativos y exhortativos. Por ejemplo, "me duele la pide al paciente que la produzca voluntariamente.
cabeza.. puede ser una información sobre un estado interno, pero
también puede ser una manera de evitar las relaciones sexuales
o de conseguir que un marido ayude con los nifíos.
Ciertas escuelas de terapia se fundan en la teoría de que, sea cual Escuelas de terapia
fuere la conducta perturbada (temores, afecciones psicosomáticas,
actos antisociales), ella es una expresión metafórica de las dificul- Un terapeuta que pide al paciente que se acueste en un diván y
tades en la situación de vida de una persona. Otras escuelas sef!.alan asocie libremente no parece tener mucho en común con otro que
que lo mejor es concebir al síntoma como una conducta que no reúne a la familia entera en su consultorio para que se conduelan
tiene otro referente que el estímulo que la precede o la respuesta de la muerte de un abuelo. Un terapeuta que requiere de su cliente
que la sigue. Los terapeutas conductistas, que piensan que el sín- que visite a sus parientes lejanos no parece asemejarse a otro que
toma tiene un solo referente, difieren en este aspecto de aquellos indica a los padres de una criatura que deben darle caramelos cada
que consideran que el síntoma es una comunicación sobre la situa- vez que realiza cierta acción. Pero cuán parecidos o cuán diferentes
ción de vida de la persona, y por ende tiene como referente alguna son depende de las dimensiones sobre cuya base se los compara.
otra cosa. Dos terapeutas pueden tener dos enfoques muy diferentes y sin
embargo ambos pueden considerar al individuo como unidad; o
pueden abordar de distintas maneras las situaciones del pasado, pero
Intervenciones directas o deliberadamente · ocuparse ambos sólo del pasado. A veces se piensa que los terapeutas
paradójicas de familia se diferencian de los terapeutas individuales por la canti-
dad de gente que reúnen en su consultorio, ya que tienden a ver en
Algunos terapeutas realizan intervenciones directas, que esperan forma conjunta a grupos íntimos de personas. Sin embargo, idénticos
sean aceptadas o acatadas. Otros realizan intervenciones paradójicas presupuestos terapéuticos pueden guiar una terapia de familia y
destinadas a provocar a la familia para que cambie rebelándose una terapia individual.
contra el terapeuta. La comunicación es paradójica cuando incluye Se pueden comparar los distintos tipos de terapia de acuerdo
dos mensajes que se califican mutuamente de manera conflictiva. con las dimensiones antes descriptas. El cuadro 1 resume lo que a
Los mensajes "Sé espontáneo", "No seas tan obediente", "Quiero continuación expondremos.
que me domines", son paradojas comunes en las relaciones humanas
(Haley, 1963). Su carácter paradójico reside en que si el receptor
del mensaje acata el requerimiento, no está acatando el requeri-
miento. La paradoja ocurre porque una directiva es calificada por
otra, en un diverso plano de abstracción, de un modo conflictivo.
Haley (op. cit.) ha sostenido que toda terapia contiene una pa-

26 27
Una terapia de base psicodinámica tiene corno foco al individuo,
sea que se atienda a una persona sola o junto con el grupo familiar.
Al terapeuta le interesan los recuerdos y motivaciones de cada
miembro de la familia, sus sentimientos respecto de personas signi-
':ficativas, etc. Más específicamente, las dimensiones características de
·Ja terapia de esta escuela son las siguientes. Se hace hincapié en el
'pasado, tanto para hallar las causas del síntoma corno los medios
para cambiarlo. Se presume que los síntomas de una persona pro-
ceden de un conjunto de experiencias pasadas. Estas experiencias
han sido reprimidas y están fuera de la conciencia. El terapeuta se
,centra en el pasado y en traer a la conciencia esas ideas y expe-
riencias. El método de terapia es mayormente interpretativo, ya sea
que se entreviste a una persona sola o a toda una familia; los co-
.mentarios del terapeuta tienen como fm ayúdar a que el sujeto torne
~conciencia de sus conductas pasadas y presentes, y de la conexión
'·entre ellas {Sigal, Barrs y Doubilet, 1976). El terapeuta no ofrece
'directivas ni se hace responsable de lo que sucede fuera de la sesión.
~ampoco realiza intervenciones paradójicas deliberadas. Se pone
:·énfasis en un proceso terapéutico a largo plazo con el objetivo de
1
'ayudar al individuo a crecer y desarrollarse, en vez de simplemente
'tesolver el problema presentado a la terapia. Generalmente se enfati-
.'ia el método y se trabaja con todas las familias en forma similar, no
1Jmporta cuál sea el problema. Lo típico es que se trabaje con un cotera-
_peuta, y se reúna a la familia íntegra en sesiones semanales de una
'hora de duración. La teoría, centrada en la unidad de uno, describe
'habitualmente a las familias como un conjunto discreto de indivi-
:duos, con ideación y emociones reprimidas. No se le da importan-
:aá a la jerarquía. La terapia es básicamente analógica, ya que al
'terapeuta le interesan las metáforas y las enunciaciones acerca del
tignificado de las experiencias para las personas (Ackerman, 1966;
18oszom;¡enyi-Nagy y Spark, 1973; Dicks, 1967; Frarno, 1970;
\lac Gregor et al., 1964; Rubinstein, 1964; Sigal, Barrs y Doubilet,
1976).
Este enfoque de la terapia familiar es el que sienten más afín
los terapeutas que han trabajado con individuos según el método
psicodinámico tradicional. El terapeuta necesita cambiar poco su
teoría, ya que puede continuar con la idea de la represión y con
interpretaciones y comentarios de tipo pedagógico. El objetivo
· es producir insight y comprensión, y expresar emociones.
En el caso del contador deprimido mencionado anteriormente,
.. este enfoque presumiría que la depresión se basa en experiencias
.... pasadas con figuras de autoridad. Si la terapia es individual, el tera-
:f peu~a lo ayud~á a trasferir su depresión desde las figuras originale~
~cta la relac1on con el terapeuta, y a comprender sus causas. S1
~. Ita terapia es de familia, lo ayudará a entender cómo trasfiere su
·(:.
.f(
;:í
~.)~
28 . 29
depresión con relación a figuras autoritarias originales, no sólo al
l
;

aprendizaje y no de la psicología freudiana. Una dimensión común


terapeuta, sino también a su esposa y otros parientes.
es que la unidad es una persona. Comparte con la escuela experien-
cial el énfasis en el presente y en nuevas experiencias; pero en tanto
que para esta escuela tales experiencias son un medio de expresión
Escuela experiencial de las emociones, para los conductistas el objetivo es la modifica-
ción de una conducta específica. En el caso del contador deprimido,
El aporte básico de esta escuela, y el que la diferencia del enfoque
un terapeuta experiencial quizás lo haría dramatizar la situación de
psicodinámico, es su mayor énfasis en el presente y la introducción
cumplir con su trabajo a fm de expresar sus emociones. El terapeuta
de nuevas experiencias en la sesión como instrumento terapéutico.
conductista quizás lo haría dramatizar la situación de cumplir con
El foco en la expresión de emociones sugiere que se trabaja con la
su trabajo con el objeto de que aprenda a desempefíarse correcta-
unidad individual, pero el foco en las nuevas experiencias actuales
ment~ y por lo tanto desarrolle confianza en sí mismo. Lo que sin-
hace que a menudo se involucre a otras personas.
Se pensará que el contador deprimido no sólo está reprimiendo gulanza. a esta escuela, con respecto a las dos anteriores, es que se
su furia contra la autoridad, pero además se considerará su enojo centra mtensamente en el problema presentado, y que pone el
contra una persona determinada del presente, por ejemplo su esposa. acento en el cambio deseado por el cliente más que en su creci-
Los terapeutas experienciales de orientación individual colocarían a miento y desarrollo.
este hombre en un grupo artificial a fm de ayudarlo a vencer sus En vez de emplear un método estándar, muchos terapeutas de
inhibiciones expresando sus sentimientos respecto de los integrantes la conducta disefían un procedimiento especial para cada problema
presentado. No formulan interpretaciones sino que fijan directivas
del grupo. Los de orientación familiar entrevistarán al hombre junto
a cumplir dentro de la entrevista y fuera de ella. No consideran
con su esposa, para ayudarlo a expresar sus sentimientos hacia ella
pertinente la cuestión de la jerarquía, y se ocupan fundamental-
y para ensefíar a la pareja a pelear en forma constructiva. En vez de
mente de actos individuales y no del significado analógico de tales
interpretar las causas pasadas, un terapeuta familiar experiencia}
actos. Recientemente, algunos terapeutas conductistas comenzaron
tenderá a esclarecer a sus clientes con respecto a sus sentimientos y
a emplear en forma deliberac;la intervenciones paradójicas con
sus relaciones mutuas. Esta escuela es la que más subraya el valor de
individuos (Ascher, 1979; Ascher y Efran, 1978).
la sinc~ri~~ en la manifestación de opiniones y sentimientos, y de la
Entre los terapeutas de familia, los conductistas constituyen una
comurucaeton clara para resolver dificultades interaccionales.
minoría (Hawkins et al., 1971; Patterson, 1971 ; Patterson, Ray y
. Como los psicodinámicos, los terapeutas experienciales tienden a
Shaw, 1969; Stuart, 1969). En vez de la orientación hacia unidades
utilizar interpretaciones, a 'veces en la forma de confrontaciones o
enfrentamientos. Ponen el acento en el crecimiento personal más que de tres personas de muchos terapeutas de familia 'tienden a orientar-
en el problema presentado, y no les preocupan las cuestiones de se hacia unidades de dos personas. En el caso det'hombre deprimido,
jerarquía. No recurren a intervenciones paradójicas deliberadas. Se el terapeuta conductista tal vez instará a la esposa a que recompense
cen~ran en un método, y utilizan un coQjunto preestablecido' y
positivamente cada uno de los pasos que puedan llevarlo a una vida
cotidiana más intensa. Esto incrementaría su actividad en el hogar
están~ru: de procedimientos. Son analógicos, ya que les interesan
·Y en ~~ trabajo .Y disminuiría su depresión. Si la madre del paciente
los .Significados de la experiencia más que los actos individuales.
pareciera estar mvolucrada, quizás se instará a esta, y no a la esposa
A diferencia de otros tipos de terapeutas familiares, no sólo reúnen
a que le suministre esas recompensas. Pero como el terapeuta con:
a grupos naturales sin~ que también hacen terapia con· grupos de
ductista no piensa en unidades de tres personas, no se le ocurrirá
extranos que no mantienen relaciones permanentes. En cuanto a
concebir la situación como la de un hombre atrapado entre una
la. clase de experiencias a que someten a los clientes, hay una am-
. esposa que quiere que trabaje y una madre que no se lo permite
plia gama de procedimientos utilizados, desde los más conservadores
ni tomará en consideración que la depresión es consecuencia de e~
hasta los más extremistas (Duhl, Ka.ntor y Duhl, 1973; Gehrke y
Kirschenbaum, 1967; Kempler, 1973; Satir, 1972). circunstancia.

Terapia de la conducta Sistemas de famüiJJ exte1lSil


. En las escuelas hasta ahora consideradas, la terapia de la familia
La escuela de terapia de la conducta difiere de las anteriores en
se desarrolló a partir de una terapia individual previa. En cambio,
que tanto su doctrina como su práctica proceden de la teoría del
. otras terapias familiares adoptaron ideas procedentes de diversos

30
e ~
BIBliOTECA DE CIENCIAS
SOCIALES YHUMANIDADES
..,

tipos de terapias individuales, pero les af[adieron novedosos adelan- el foco está puesto en la tríada. La teoría postula la inestabilidad
tos, de modo tal que no es posible decir que procedan de una escue~a de la díada, en el sentido de que dos personas envueltas en una
particular de terapia individual. Uno de esos grupos es el que podna relación emocional intensa tenderán a involucrar a una tercera
denominarse "terapeutas de la familia extensa"· , . persona. Al asistir a una pareja, el terapeuta debe cuidar de no
La principal característica de este grupo es su enfas1s en la estruc- quedar emocionalmente envuelto en ese triángulo.
tura amplia de parentesco (Bell, 1962). Los terapeutas de este grupo Un tipo de terapia familiar que aquí no se considera, por cuanto
conceptualizarán la situación en términos de una unidad de uno, su teoría es semejante a la de otras escuelas, es la que reúne a dife-
dos o tres, pero congregarán en la terapia a muchos parientes. La rentes familias en un gran grupo, con énfasis en el proceso grupal;
tendencia es que la terapia tome uno de dos enfoques: o bien el se la ha denominado ''terapia multifamiliar" (Lacqueur, Laburt
terapeuta reúne en las sesiones a todas las personas significativas y Morong, 1964). En la terapia de familia extensa o de red, tam-
en la vida del cliente, o bien envía al cliente a visitar a todas esas bién se reúne a veces a grupos de parejas, en vez de familias en-
personas. teras; pero, a diferencia de los enfoques multifamiliares, no se
La terapia del grupo grande o "terapia de la red familiar" suele promueven procesos grupales entre las parejas: el terapeuta trabaja
asemejarse a la terapia experiencial por su acento en el crecimiento con una de ellas, y a continuación con otra, mientras las demás asis-
y desarrollo de los integrantes de la familia y, a veces, por ofrecer ten en calidad de observadores.
una experiencia de confrontación (Attneave, 1969; Speck y Attneave,
1973). El foco recae en el presente y no en el pasado, y en un
método general más que en un plan específico para cada problema. Comunicación
La conducta sintomática se concibe en términos analógicos. Se
modifica una serie de relaciones dentro de la red familiar a fm de Más que una escuela terapéutica, este enfoque constituye un
generar un cambio en otra serie de relaciones. En el enfoque que cuerpo de teoría adoptado por otras escuelas. Fue el primer tipo
requiere que el cliente tome contacto con las personas significativas de terapia familiar que no tuvo sus orígenes en alguna variante de
de su vida, se considera que las relaciones son analógicas, en el sen- terapia individual, sino que surgió más bien de las ciencias bioló-
tido de que cambiando un conjunto de relaciones en la red familiar gicas y sociales.
se producirán cambios en otro conjunto de relaciones. Por ejemplo, Si la teoría psicodinámica tuvo sus raíces a principios de este
si un individuo presenta un problema de depresión, se piensa que siglo, la teoría de la comunicación se desarrolló casi cinco décadas
habrá de cambiar activando a su amplia red de parentesco e iniciando después. En 1948, Norbert Wiener publicó su Obemética, y a lo
un trato diferente con sus progenitores y sus demás familiares. largo del decenio de 1950 todas las ciencias comenzaron a estudiar
Según esta escuela, los problemas familiares presentes en una gene- los sistemas homeostáticos dotados de procesos de realimentación
ración se reproducen en la siguiente, repetición que puede evitarse que les perrniti:m autocorregirse. En el campo terapéutico, este enfo-
si el terapeuta instruye o dirige al paciente a fm de que logre una que fue parte del movimiento de terapia familiar. En varios tipos de
mayor diferenciación respecto de los demás conduciéndose de terapias salieron a la luz estas ideas; la difusión del enfoque de la co-
manera distinta con su familia extensa. municación cobró auge princi{'almente por el proyecto de investiga-
Al igual que las escuelas psicoanalítica y experiencia}, este enfo- ción que dirigió Gregory Bateson entre 1952 y 1962 (Bateson, 1972;
que enfatiza el crecimiento personal y el método; a diferencia Haley, 1963, 1976a; Jackson, 1968a, 1968b; Jackson y Weak-
de aquellas, pone el acento en las directivas, los procesos intergene- land, 1961; Weakland, 1962). El concepto de "doble vínculo", cuya
racionales y la jerarquía. En contraste con la escuela experiencia}, en publicación original data de 1956 (Bateson et al.), estimuló a mu-
que se alienta a las familias a expresar sus emociones en las sesiones, chos terapeutas, que comenzaron a adoptar una perspectiva comu-
aquí se eluden los intercambios emocionales y se abordan preferen- nicacional. Sostenía. este enfoque que el intercambio de mensajes
temente los procesos racionales. Se utilizan intervenciones para- entre las personas defme relaciones que son estabilizadas por pro-
dójicas deliberadas. cesos homeostáticos, bajo la forma de acciones que los individuos
En gran parte de la bibliografía correspondiente a esta escuela llevan a cabo dentro del marco de la familia. Se consideraba que
(Bowen, 1971, 1975, 1978; y el artículo titulado "Hacia la diferen- la unidad mínima era de dos: el emisor y el receptor de los mensajes.
ciación del sí-mismo en la propia familia", incluido en la compila- Esta concepción generó un tipo de terapia que ponía el acento en
ción de Framo, 1972) se recurre con frecuencia a la terminología cambiar el sistema familiar organizando a los integrantes de la
de la terapia individual (masa yoica indiferenciada, diferenciación familia para que se condujeran o comunicaran de otro modo entre sí.
de la escala del sí-mismo, sistema emocional), no obstante lo cual No era una terapia que tuviera en cuenta el levantamiento de las

32 33
comprensión de sí mismo; tampoco habrían sido en una terapia basada en la asociación libre 0 en Ja
represiones ni el logro ~e una ndicionamiento. Como el foco de autoexpresión individual.
se fundaba en una teona de\ ~ente se comunicaba en el momento El enfoque de la comunicación tendió a integrarse a otros enfo-
atención era la fo~~ en '¿~~s~tuir una cuestión cardinal. A lo largo ques. Satir (1972), luego de participar en grupos experiencialistas de
actual, el pasado deJO de d'd que se fue concibiendo a la Esalen, desarrolló un enfoque comunicacional más "experiencia!".
de la década del cincuenta, a mea:u:ación Y de una estructura, la También las teorías relativas al tratamiento de familias extensas
familia como dotada de_ una org , ser la compuesta por tres o fueron influidas por el enfoque de la comunicación. Pero, básica-
unidad dejó de ser la ~ada ~~a:~ :elación con dos adultos, o un mente, este dio origen a dos ramas de terapia: una, estructural,
más personas; en gener ' un d na generación anterior' etc. Se ponía el acento en la organización jerárquica de la familia y en la
adulto en relación con otro. e. ~n analóaica más que en la digital descripción de sus distintas estructuras comunicacionales, y la otra,
• • f · en la comurucac1o 1:>"
poma e1 en aslS . f descriptos por Bateson como una estratégica, si bien destacaba asimismo la estructura organizativa, se
(aunque estos térmmos ueron. " centraba en mayor medida en las secuencias reiteradas sobre las
manera de clasificar toda co~u:::~ue emplearon este enfoque cuales se basan aquellas estructuras.
Los primeros terapeutas ba. fruto de una toma de concien-
. do que el caro 10 era
seguian pensan . b tilizando interpretaciones, ya que no
cía, Y por ende continu~ ~ u péuticas amoldadas a esta nueva Comunicación: enfoque estructural
habían surgido nuevas te~~c~s ~:~sesenta el terapeuta que aplicara
manera de pensar·. En .la al e; ~. defende~e si empleaba irlter'preta- El enfoque estructural adoptó muchas ideas comunicacionales para
el enfoque comurucacion m~J:d no era educar a la familia. o.entr.o la terapia de familias de clase baja, con las cuales no había resultado
clones Y asegurar queds~ fi r sentado que toda nueva expenencm útil la terapia tradicional (Minuchin, 1974; Minuchin y Montalvo,
de este enfoque, se a a po
1 sistema familiar- es generadora 1967; Minuchin et al., 1967). Se puso el acento en la jerarquía,
-o sea, una nueva condu·c!a e~ :mpleaban directivas con el objeto partiendo de la .premisa de que la familia no es una organización
de cambios. En las entreVIs as s . . • (p ej tal vez se re- entre iguales y de que los padres deben hacerse cargo de sus hijos.
de alterar las vías habituales ~~ com:~:~~~e do~lmente no lo Se concibió a la familia como compuesta de subsistemas: marido
quiriera que ciW:laran entr:: le~~~uera de la entrevista, en partí- y mujer, madre e hijo, hennanos. Con un enfoque analógico, se
hacían), Y tamblénd se dlasl . pfluencia que tuvo en este enfoque la consideró que la patología aparece. en aquellas familias que se
cular com.o re~ulta 0 ~ a mErickson (Haley, 1967 a, 1973). Se hallan demasiado enredadas (donde existe escasa o nula diferencia-
terapia directiVa _de Mil:d ''icas deliberadas. En los primeros
usaban irltervenc¡ones l .
tiempos, hubo una ten enCia
kcia el crecimiento personal, por la
ás aro lia de conductas comuni-
ción de subsistemas) o desconectadas (donde cada persona constituye
un subsistema independiente). Centrando la atención en el presente
y no en el pasado, tendía a concebirse a la tríada com9 unidad. Una
inquietud de foment~r una~~· más ~arde algunos adherentes pauta transaccional en la familia puede ser la siguente: la madre
cativas dentro del SISte:doa a E:ickson, fue~on apuntando más alienta a la hija para que desobedezca al padre, quien ataca a la
de este enfoque • emu e incluso en esos casos lo que hija cuando está enojado con la madre. En este caso, el conflicto
hacia el problema presentado, ~unqu lejidad del sistema. Pero el entre los progenitores da un rodeo y pasa por la hija.
se perseguía era incrementar co;:ba como "un mero síntoma", Un objetivo primordial de la terapia es la diferenciación de Jos
problema presentado nun~a se d~sc ta sintomática era una respuesta subsistemas. Por ejemplo, se alienta a los progenitores a dialogar
ya que _se estirnab~ ¿ue alaco~::ucta comunicativa que la había entre sí sin ser interrumpidos por los hijos, o se les prohíbe a los
necesaria Y apropia a a . t oco se prestó mucha padres interrumpir a los hermanos cuando estos dialogan entre sí.
provoc:ado. E~ los P.~ero~e~~~;o:,lo~embros de las famili~s En las familias desconectadas, el terapeuta procura intensificar el
atencion a la JerarqUla: sed . ldad En algunos casos, lo que mas flujo comunicativo entre los subsistemas para que los familiares se
·carse en un p1e e tgua · " · 1964)
a comuru . la 'd d de la comunicaclon (Sattr, . relacionen y apoyen mutuamente.
interesaba era la mayor e n ~ erés el status de cada integrante En nuestro ejemplo anterior del hombre deprimido, este enfoque
Más adelante fue. co~~ando ~~ Jackson (1968a, 1968b; Jackson · partiría del supuesto de que su depresión se vincula con los demás
dentro de la orgaruzactOndfa;nm rlncipales innovadores de este enfo- integrantes de la familia, y los reuniría a todos ellos. Si tanto la
y Weakland, 1961), uno ~ os P talar la autoridad de los padres esposa como la madre del sujeto deprimido estuvieran irlvolucradas,
que, destacó 1~ n;tport~nc:o d~eaf:Snhijos como psicótico. Padres e el terapeuta se centraría en la diferenciación del subsistema de la
cuando se defm1a a gu las entrevistas como lo pareja conyugal, de modo que el marido, más confiado en esa rela-
hijos no eran considerados como pares en ,

34 35
ción, pudiera desarrollar temporariamente sus actividades extrahoga- 2. Elementos de la terapia familiar
refias, por ejemplo su trabajo. estratégica
La principal técnica terapéutica aplicada en Jas sesiones consiste
en modificar las relaciones entre las personas disponiendo quiénes
habrán de dialogar, sobre qué temas y de qué manera. Esto se funda
en la convicción de que los cambios introducidos en las vías de co-
municación conducen a importantes cambios estructurales en la
familia. El terapeuta asigna tareas fuera de las sesiones con el objeto
de que esos cambios prosigan; puede, por ejemplo, solicitar al padre
que destine un rato todos los días a charlar con su hijo acerca de La terapia familiar estratégica se desarrolló a partir de la terapia
un tema determinado. estratégica de Milton Erickson (Haley, 1967a, 1973). Incluye diver-
En esta forma de terapia, se aplican interpretaciones "pedagó- sos enfoques, todos los cuales poseen ciertos denominadores co-
gicas" de un modo particular. De ordinario, las interpretaciones munes. Un rasgo primordial de todos ellos es que el terapeuta asume
se apoyan en la creencia de que las personas cambian una vez que Ja responsabilidad de planear una estrategia a fin de resolver los pro-
comprenden cómo se tratan mutuamente. Aquí, se las formula para blemas del cliente (Haley, 1963, 1967a, l961b; Herr y Weakland,
definir una situación que tal vez no sea un cuadro preciso de lo que 1979; Montalvo, 1973; Montalvo y Haley, 1973; Palazzoli et al.,
realmente acontece, pero que es una situación que el terapeuta 1978; Papp, 1980; Rabkin, 1977; Watzlawick, Weakland y Fisch,
puede cambiar. Por ejemplo, señalará a los padres que la hija los 1974). El terapeuta establece objetivos claros que siempre-entrañan
gobierna y los divide; quizás esta "interpretación" sólo sea una ver- Ja solución del problema presentado. No aplica un mismo método
dad a medias, pero a los padres les disgustará que se piense así de a todos los casos sino que diseña una estrategia específica para cada
ellos y se unirán para hacerse cargo de la hija. problema. Como la terapia se centra en el contexto social de los
Esta escuela pone el acento más en los problemas estructurales dilemas humanos, la tarea del terapeuta reside en programar una
de la familia que en el problema presentado, salvo en situaciones que intervención en la situación social en que se halla el cliente.
ponen en peligro la vida de alguien, como en los casos de anorexia y Entre la serie de objetivos que se propone alcanzar la terapia
de coma diabético (Berger, 1974; Liebman, Minuchin y Baker, familiar estratégica se encuentra el de ayudar a las personas a sobre-
1974a, 1974b; Minuchin, Rosman y Baker, 1978). La terapia se llevar las crisis que enfrentan en determinadas etapas de la vida
orienta hacia el crecimiento personal y no recurre a intervenciones familiar, a fm de pasar a Ja etapa siguiente. Tales etapas han sido
paradójicas deliberadas. Tampoco emplea un método preestablecido enunciadas por Haley (1973) como sigue: l) período del noviazgo;
sino que lo varía de acuerdo con la estructura familiar. 2) primeros tiempos del matrimonio; 3) nacimiento de los hijos y
Siendo este libro un aporte a la escuela de terapia estratégica, se trato con ellos; 4) período intermedio del matrimonio; 5) "destete"
presenta en el próximo capítulo una descripción más detallada de las de Jos padres respecto de sus hijos; 6) retiro deJa vida activa y vejez.
principales características de esta escuela. Particular interés tiene para este enfoque el período en que los
jóvenes "sueltan amarras" y abandonan el hogar (Haley, 1980).
Li grave patología que suele aparecer entonces (v.gr., esquizofrenia,
delincuencia juvenil, drogadicción) se entiende como una dificultad
para atravesar esta etapa del ciclo de vida. Y de hecho, todas las
categorías diagnósticas tradicionales son concebidas, en el contexto
de la situación familiar del individuo, como dificultades para avanzar
de una etapa a Ja siguiente del ciclo de vida.
"Se defme a un problema como un tipo de conducta que forma
parte de una secuencia de actos entre varias personas" (Haley,
1916b, pág. 2). Síntomas como las "depresiones" o las "fobias"
son entendidos como contratos entre seres humanos, y, por consi-
guiente, como adaptados a las relaciones que ellos mantienen.
El terapeuta está incluido en tales relaciones, puesto que él es
quien defme el problema: rotular a alguien como "esquizofrénico",
"delincuente" o "maníaco-depresivo" es participar en Ja creación

36 37
del problema que la terapia debe resolver. A veces, el rótulo mismo
origina el problema, tomando más difícil su solución: eliminar una
"depresión,. es más difícil que eliminar un problema de "pereza";
realidad no tiene (un dolor a
puede pedir a un paciente ue .
~a padecer un d e.....
que la verbalización cumple el ~~stomago, por~) 4éí,4
curar una "esquizofrenia" no es asunto sencillo, mientras que toma, eximiéndolo del dolor SeJS_~o propósito metafórko del di:-
resolver la "dificultad para mantener un empleo" se aviene mucho pueden decir "Tú me produ~s ~l~r.!Jale~o que algünas personas
mejor a un posible cambio. Así pues, este enfoque destaca la dife- tanto qu~ otras deben desarrollar el d { padecer el dolor, en
0
rencia entre: l) identificar un problema presentado en la terapia, y clarar su Situación. or como un modo de de-
2) crear un problema mediante la aplicación de un diagnóstico o Los obj~tivos de la terapia son ante todo . .
una determinada caracterización de un individuo o familia. Rara de secuencms e introducir mayo; com .. • llilped1r la repetición
vez se utilizan en este enfoque los criterios diagnósticos de la psiquia- ejemplo, una secuencia típica es a pleJ:dad Y alternativas. Por
tría y la psicología, y la primera misión del terapeuta consiste en ~ el hijo de una pareja cuando ::n~en 11 a cual surgen problemas
definir de tal modo el problema presentado que sea posible solucio- ciden permanecer juntos a fm d a separarse, los padres de-
nario. cuando el chico empieza a come :uparse del_niño problema y,
El enfoque es sensible a la red social más amplia que la familia y padres vuelven a amenazar con se po ese con mas normalidad, los
la incluye, en particular a los profesionales que tienen poder sobre problemas en el chico. La labor d~r~arse, lo cual n~evamente genera
la persona que presenta el problema (Laing, 1967, 1969). Si se esta secuencia de modo tal ue :ra~eutaconSJste en modificar
1
trata de un adolescente internado en un hospital, la unidad social .Jada de si los padres se separ! 0 :omeJona del niño quede desvincu-
será, para el terapeuta, no sólo el joven y su familia, sino además Para alcanzar los objetivos ·
los profesionales que deciden su medicación, internación y alta etapas en la terapia. Se defme a ~ropuestos, se programan varias
(Haley, 1980). Análogamente, si el caso en cuestión es el de una no menos de dos personas y h b'tadala problema como abarcando a
· 1, e1poder que so bre esa persona ttene
persona en libertad con dic10na · debe discernir a 1 u mente
· el terapeuta es uiéne • . tres · Lo pnmero
· que
el magistrado a cargo de la causa y los tribunales es tal, que no puede bJ.~ma presentado, y de qué r!ner s {stan Involucrados en el pro-
menos que incluírselos en los planes terapéuticos. Tratándose de un intervenir a fin de modificar la or~an _ueg?; r7:olverá cómo ha de
niño, se supone que el terapeuta gravitará con su opinión en los problema presentado ya no sea nec ~a~on iuniliar para que el
maestros y el personal de la escuela a que asiste, quienes a veces le planea en etapas· de manera esano. ?r lo común, el cambio
Wl conjunto de rel~ciones prov¿ue : cambto en una situación o en
1
cumplen un papel determinante por su forma de identificar y rotular
al niño. En ocasiones, es preciso focalizar la terapia en las discre- Y luego otro más hasta que tod cal ra. otro cambio en otra relación
pancias que existen entre diversos profesionales. ·
ClOnes '
están programadas para ·a a1sttuació n caro b'te. Las interven-'
Por su manera de conceptualizar un problema, el enfoque estra- 0 desconectar a varios nu·e b mvo ucrar 0 desinvolucrar, conectar
em . m ros entre sí A m d 1
tégico hace hincapié en lo analógico. Se presume que el problema pteza por crear un nuevo problema · enu o e terapeuta
de un niño o el síntoma de un adulto son modos que ellos tienen tal que el cambio lleve a la 80 1 . . d Y por resolverlo de modo
de comunicarse con los demás. Si se trata de un hombre deprimido tado la familia origínahnente. UCion el problema que había presen-
que no quiere trabajar, se supondrá que esa es la· forma en que él se En este enfoque interesa la jerar uía f: ..
comunica con su esposa (y/o su madre, padre, hijos, etc.) respecto eap~ que se hagan cargo de sus hi\s amiliar. De los padres se
de ciertas cuestiones específicas -p. ej., si la esposa aprecia al COalictones intergeneracionale ~ ' al par que se bloquean las
marido y la labor que desempeña, o si este debe hacer lo que quieren ~ se alía con un hijo contr!' ~o~~ cuando ~no de los progenito.
su esposa o su madre, etc.-. Quizá la pareja se vuelva inestable CUidado en el lugar en que se s"t'
1
° progerutor. Se pone especial
con relación al problema presentado, y entonces un hijo desarrolle que no forme inadvertidament~ ~~~ t_erapeuta en la jerarquía, para
un síntoma que exija al padre prodigarle activos cuidados en vez de OCUp~ los escalones inferiores en e CI~nes deo~ los miembros que
deprimirse y comportarse incompetentemente. Se da por sentado IUpenores. on ra e os que ocupan los
que analógica o metafóricamente un síntoma es expresión de un Según Haley (1976b), los sistem t ..
problema y también una solución (aunque a menudo insatisfactoria) ;:: en términos de una jerarquía asu~a f:olor.:cos ~ pueden descri-
para todos los que tienen que ver con él. braya este autor que una de las q unciOna mcorrectamente.
El foco de la terapia está puesto con frecuencia en la modifi· ea SUstituir el sistema que prese ~~eras d~_planear una estrategia
cación de analogías y metáforas. Erickson, por ejemplo, cambia las ;:;;:~al, antes de pasar a reorga~ a a/amilia por o!ro diferente,
1
analogías del paciente narrándole historias que guardan similitud ¿tonal. llustra este· concepto e a~ a _ent_ro de ~na Jerarquía más
con su problema (Haley, 1967a). Haley (1963) sugiere que se le ~.122-23): on osstgutentese.~emplos(op. cit

38 3g
1/

''En el.,.,. de uno madre que ocupa una posición ~xcesi~men;e esto lo oliriaci de su depresión, pero de hecho lo que el tempeuto
central con relación a sus hijos, de modo que no hay Jerarquia en ~ está haciendo es modificar la relación entre marido y mujer -p. ej.,
familia y todos los niños funcionan en torno de la ma.dre como s~
1¡1
contribuyendo a que la esposa aprecie mejor los esfuerzos de su
fuera el cubo de una rueda, tal vez convenga crear un sistema en e marido en el trabajo,. o haciendo que la tarea sea una .empresa
ue un hijo mayor releve a la madre, haciéndo~ cargo des~~ hennaj
~os. ~-na jera~~Ula e~:
conjunta de marido y mujer, de la que otras personas (v. gr., las
En esencia, este cambio crea con un runo amistades y parientes de la esposa) están excluidas-.
1 arental [o sea una organizacmn familiar en la que un J_ Al focalizarse en la solución del problema presentado, esta terapia
ro p f unciOna
mayor · co:no adulto, dtomando albajoserásuposible
cuidadopasar
a losa mas
una no está orientada al crecimiento personal ni se preocupa por el

peque ~s;
JerarqUia
ñ ] De este nuevo esta o anonn
tamiliar más razonable ' .en. lad que todos los niños puedan
pasado: el acento está puesto en la comunicación en el presente. Si
....uws
bien es cierto que, siguiendo las directivas del terapeuta, las fr-:l:-s
articipar con diferentes responsabilida es. .- JObreflevan nuevas experiencias, estas no representan una meta en
p "A lo lnvusa, ,¡ lo frunilio está o<ganizada okededo< de ":;runo o{ uúsmas. Tampoco se insiste en la <eelabornción de olgún tema o
en rol parental una posible alternativa es convertir a la· ma re ~n
dem~iado e~~pa
en tomar conciencia de la fonna en que se produce la comunicación;

P""nta~izo<!o.
rsona'e central como primera de la terapia. si la familia puede superar el problema sin enterarse de cómo o por
:te ,!bio hben ol nifio pudiendose luego pas" qw! lo lo..-6, e.w se conside<a sufiCiente y satisfactorio, teniendo
de esta nueva jerarquía anonnal a otra mas nonnal. • . en cuenta que forzosamente muchas cosas quedan fuera de la con-
"Si la secuencia involucra a una abuela que se alta ~on su meto ciencia (Montalvo, 1976).
t a la madre cruzando los límites entre las generacmnes, pued~ Las directivas impartidas pueden ser directas o paradójicas;
con'
ponerse ,¡ nifio baio
• la total "'pon01bilidad de la abuelo. Se pasam
rnial en que toda la res- ....ma., involucrnndo a sólo una o dos penonas, o compleias, J

~solutamente
0
lue de esta etapa a otra igualmente ano ' euglobando a toda la familia. Las directivas directas se planean con
:sol>ilidad """á en lo madre, prolubiéndosele ...., a modifica< ciertas secuencias de intemcción familia<. Las
:;"la abuela disciplliw ol niHo, Y po• último podrn """'"' a un lntemnclones del tempeuta tienen como propósito involu"'' a
estado más nonnal. .• . d . integrantes de la familia que pennanecían desligados, promover
"Si madre e hijo mantienen una relacmn mtensa e? . emasta, con el acuerdo mutuo y los buenos sentimientos hacia los demás, aumen-
un padre periférico, la primera etapa puede consistrr en ~r al tar los interca.inbios positivos, suministrar inforrilación a la familia
padre el control absoluto del niño, excluyendo a la mat.~· stst~~a Y ayudarla a organizarse de modos más funcionales mediante la
anonnal del que es posible pasar a otro más nonnal. ~am ten po ~Ia fijación de reglas, la defmición de las fronteras generacionales y el
darse un rol parental a un hennano mayor para des~r a la ma re establecimiento de objetivos individuales y de planes destinados a
del niílo introduciendo así como primera etapa un ststema con ~n · · alcanzar dicho~ objetivos.
niño en función parental, o bien hacer intervenir a la abuela crean ° El primer paso al impartir una directiva es motivar a la familia
la respectiva jerarquía". pan. que la acate. El terapeuta abordará esta instigación de la fa.
mWa de acuerdo con la naturaleza de la tarea por realizar, la índole
Las intervenciones suelen cobrar la fonna de d~ectivas sobre de- la familia y la clase de relaciones que sus integrantes mantienen
ue los miembros de la familia tien~n que .realizar, den~ro Y con él. Debe impartir directivas precisas, para que surtan el efecto
fu~ra ~e modifi~r
0
al
la entrevista. Estas directivas estan desttnadas a deseado. Si la tarea que se solicita ha de tener lugar fuera de la se-
en que las personas de la familia se relacionan en.tr~ st Y sión, por lo general todos los integrantes de la familia intervendrán
,~"':;'~:':.peuta. """"~f.,.
1
También " usan las directivas pam_ ea olla, y a menudo ,. la ensayaní previamente durnnte la sesión.
mación observando cómo responde cada cual ~ las ~st~cctones. Sostiene Haley (1976b, pág. 80) que "impartir directivas que vayan
El enfoque parte de la base de que toda teraplll es directiVa~ que derecho al grano {v. gr., llevar al niño a la escuela) es una manera
le es imposible al terapeuta evitarlo, ya que hasta en las cuestiOne~ de abordar la cuestión. Con aquellas familias en que el enfoque
ue eli e comentar y en su tono de voz hay directivida~. Pero aqul directo es ineficaz, el terapeuta recurrirá a un plan alternativo
~ W:ctivas son planificadas dehbemdamente, _constltuFdot
principal técnica terapéutica. ~o se hac: hincapié en el mszgh
~ '~!"' motive a suo integnmtes hacia el objetivo; si esto tampoco
diera resultado, echará mano de otro plan". Cuanto más clara-
la comprensión, ni se fonnulan mterpretac10nes. . 'd mente conceptualizados estén el problema y el objetivo de la te-
Tomemos nuevamente como ejemplo el del contador de~rlffil 0~ ~· más sencillo será planear las directivas. He aquí algunos
ex uesto en el capítulo anterior. Tal vez el terapeuta ptda ~ 1 eJemplos de directivas impartidas por este autor (op. cit., págs.
es:osa que controle el trabajo de su marido; en el plano ostenSible, 60-63):

40 41
"[l.] Se les pide a padre e hijo q~e hagan algun~ e~~ ~o muy .im· "4. Se le indica a uno de los cónyuges que aliente al otro para
rtante que la madre no aprobana; a ella le sera ~if1cil organiZar que tenga el síntoma que este presenta habitualmente".
k que van a hacer su esposo y su hijo si lo que ellos tienen que hacer
Palazzoli y sus colegas (1978) utilizan sistemáticamente una es-
va a disgustada. trategia paradójica con las familias de esquizofrénicos. Se prescriben
"[2.] Al padre que se alía con su hijita pequeña contra su es?osa
puede hacérsele lavar las sábanas de la niñ~. cuando e~ta moJa l.a a. todo~ _los miembros de la familia las conductas que perpetúan la
cama; la tarea tenderá a alejar al padre de la hija, o curara la enurests disfunciOn; Cuando el terapeuta recomienda benévolamente que
se pe~tuen las reglas que gobiernan el sistema, la familia puede
de esta. 1 hi' ser moVIda a modificar tales reglas.
"[3.] Una madre que se sentía in_capaz de co~tro ar a su ~o
varón de doce años dijo que lo pondna como pupilo en un c~le~o ~pp (1980~ distingue las directivas directas o basadas en el aca-
de tipo militar; afirmó que no le agradaba la idea, pero era lo u~co tamiento, refendas a la expectativa del terapeuta de que la familia
que podía hacer. El terapeuta le sugirió ~ue, pu~st~ que el niño habrá de acatarlas, y las directivas paradójicas o basadas en el desa-
ignoraba en realidad cómo eran esos coleg¡os,, sena JUSto que ~lla fío, referidas a la expectativa del terapeuta de que la familia habrá
lo instruyera al respecto antes de enviarlo alh. La m~dre con_vmo de resistirse a ellas. Entre las primeras (que pueden adoptar la forma
en hacerlo y, bajo la dirección del terapeuta, comenzo a ensenarle de consejos, explicaciones o sugerencias) están el fomento de una
a1 hijo a pararse en posición de flfiDes, a ser cortés, a l~vantarse comunicación franca, el aleccionamiento de los padres acerca del
temprano y tender enseguida su cama; la tarea se trasformo en una m?do ~e controlar _a sus hijos, la redistribución de tareas y de
:1
especie de juego entre madre e hijo en que e~a er~ el sargento Y
pnvileg¡os entre los mtegrantes de la familia, la fijación de normas
disciplinarias, la regulación de la privacidad y el suministro de in-
él el soldado raso. En dos semanas, el niño habta me~orado s~ con-
ducta lo suficiente como para que su madre creyera mnecesano en· fomación de la que c_arecen los miembros. Las directivas paradójicas
o bas:"das e~ el de~10 dependen, para lograr éxito, de que la familia
viarlo a un colegio de tipo militar. La madre había hallado un~ ~o~~ desafte las mstrucctones del terapeuta o bien las siga hasta un extre~
li'! de tratar a su hijo, y este, una manera de hacer lo que ella le ptdiera .
~; ,: mo a?surdo, negándose a partir de ahí a continuar acatándolas.
mr Descnbe_ Papp_ tres pasos para impartir una directiva paradójica:
En ocasiones el terapeuta imparte las directivas metafóricamente,
1) defintr el smtoma como motivado por la intención benévola de
sin explicitar ~ué quiere que suceda. Como sugiere Eri~kso~, ~
preservar la estabilidad familiar; 2) prescribir el ciclo de interaccio-
gente se muestra a menudo más dispuesta a acatar una directiVa SI
nes gener~dor del síntoma, y 3) coartar a la familia toda vez que
no sabe que se la han impartido (Haley, 1967a, l97~b).. , muestre Slgllos de querer cambiar.
En este enfoque, se planean deliberadamente directlvas parado·
C~o en la terapia familiar estratégica se establece un plan
jicas. Su carácter paradójico radica en que el terapeuta ~e ha asegu~a­ espectfico para cada problema, no existen contraindicaciones en
do a la familia que desea que cambie, pero al mismo t!empo le ~~~e CWI"to a la selección de los pacientes a los que resulta aplicable.
que no cambie. Esta técnica se basa en la idea de que ctertas familias El enfoque ha sido utilizado con pacientes de las más variadas
acuden en busca de ayuda pero se resisten a ser ayudadas; por ende, e~des Y_ clases socioeconómicas, que presentaban problemas de
el terapeuta procurará provocar la resistencia de los miembros _de dive~. mdole: psicosis, lesión cerebral, dificultades conyugales,
la familia para que puedan cambiar. Haley (1963, 1976b) descnbe senttmtentos de soledad, temores, comportamiento delictivo sínto-
varias estrategias a tal fin: mas psicosomáticos, etc. En cada caso, el terapeuta diseña ~na es-
~tegia, y si des!més de algunas semanas no logra con ella los obje-
"1. El terapeuta se esfuerza en refrenar a los miembro~ de la farni· tivos de la terapia, formula una estrategia diferente. En este enfoque
lía de una posible mejoría, discutiendo con ellos las poSibles conse·
el_terapeuta no continúa ofreciendo más de lo mismo si no tiene
cuencias de resolver el problema presentado, y en cada una de las éXlto. A la vez, el enfoque lo habilita a tomar elementos de todos los
sucesivas entrevistas no habla de otra cosa. . modelos Y técnicas terapéuticas que podrían ser útiles para solucio-
"2. A una pareja que se trenza regularmente en reyertas tmpro·
nar el problema presentado. Es un método pragmático; y se espera
ductivas se le pide que tengan una reyerta. . . que_los tera~eu_tas lleven un registro de los progresos terapéuticos y
"3. Se le pide a uno de los cónyuges que se que.Je sobre un smto·
realicen s~gutmtentos con regularidad una vez finalizada la terapia.
ma en momentos en que este no se produce, de modo tal que el otro
ti Este libro agrega a la terapia estratégica lo siguiente: 1) u.n en-
cónyuge no sepa si la sintomatología de su esposo ~s re~ente
oque .en ~?s niveles de organización, en lugar de los niveles de
una sintomatología, o sólo su acatamijmto de las mstrucctones
comurucacton; 2) una preocupación por las incongruencias jerárqui-
impartidas por el terapeuta.

43
42
en las que dos estructuras incompatibles d: poder se de~men 3. Problemas conyugales:
e~ ultáneamente en la familia; 3) una preocupaCión por la metáfora el equilibrio del poder
sll11 resada por un síntoma y por la interacción f~r; Y 4) una
;~~ocupación por entender la especl?cidad de cada stntorna, vale
decir, las razones por las cuales es eleg¡d?. . , . .
En lo tocante a las estrategias y tecmcas terapeutlcas, el libro
aporta: 1) un nuevo enfoque del uso de la par~~oja, que no se funda
en el desafío o resistencia opuesta por la familia; 2) nuev~s estrate-
gias para la resolución de problemas presentados ~r ~areJas Y ~ara
lo ar una relación más igualitaria en ellas; 3) el enfaSis en técmcas Toda pareja se debate con el problema que representa com-
es~ciales para modificar las metáforas expresadas por la conducta partir el poder y organizar una jerarquía tal que las esferas de control
sintomática. y 4) técnicas para persuadir a los padres a que asuman la y de responsabilidad estén divididas entre los esposos. Este poder no
responsabilidad que tienen hacia sus hijos y resuelvan sus problemas. sólo se refiere a la posibilidad de dominar al cónyuge, sino también
de reconfortarlo, cuidarlo, reformarlo y asumir responsabilidad por
él. Las parejas se dividen el poder de muy diversas maneras. En
algunas, uno de los cónyuges toma, por ejemplo, todas las decisiones
vinculadas al hogar y los hijos, en tanto que el otro torna todas las
referentes al contexto social extrafamiliar. En otras parejas, uno de
los cónyuges puede tener poder de decisión sobre todo lo atinente
al dinero, en tanto que el otro lo tiene en lo atinente a los familiares
y amigos. A veces la pareja resuelve la lucha por el poder extra-
yéndolo de una situación de desvalimiento. Por ejemplo, puede
ocurrir que los progenitores capitulen ante un hijo adolescente que,
colocándose en una posición su~rior a ambos en la jerarquía, los
sitúa en un pie de igualdad. O bien uno de los cónyuges tomará la
mayor parte de las decisiones mientras el otro se alía en su impoten-
cia con los hijos, de un modo que socava la autoridad del primero.
Hay parejas que escogen como fuente de poder un síntoma en vez de
un hijo. Este capítulo trata de las parejas que eligen un síntoma para
equilibrar el poder en su relación. Síntomas como la depresión,
el alcoholismo, temores, ansiedad o afecciones psicosomáticas
pueden cumplir este propósito. (Para otro análisis del poder de los
síntomas en el orden interpersonal, véase Haley, 1963.)
Una manera de describir a un matrimonio con un cónyuge sinto-
mático es en términos de una incongruencia jerárquica en la pareja.
Lo típico es que el cónyuge sintomático se halle en una posición
inferior al otro, que trata de ayudarlo y de hacerlo cambiar; pero a la
vez el cónyuge sintomático se halla en una posición superior, por
cuanto se rehúsa a ser ayudado y a cambiar. Si bien solicita consejo
Y ayuda, el cónyuge sintomático se niega a dejarse influir. De esta
manera, quedan defmidas en la pareja dos jerarquías incongruentes.
En una, la persona que presenta el problema se encuentra en posi-
ción inferior porque necesita ayuda, y el cónyuge no sintomático
se encuentra en la posición superior propia del que puede brindar
a~da. En la otra, al no admitir la influencia y la ayuda del esposo, el
conyuge sintomático se sitúa en una posición superior al no sinto-
mático, quien se afana en vano por influir en él y modificarlo. Si se

45
44
J
abandona la conducta sintomática, el esposo que presenta el pro·
blema pierde su posición superior respecto del otro, quien no se equidad entre ambos esposos, suscitando con frecuencia una interac-
afanará más por influir en él y cambiarlo. Si el esposo ''normal" ción más benevolente e impidiendo una separación- no ayuda
logra influir exitosamente en el otro para que abandone su síntoma, a los cónyuges a abordar y resolver las cuestiones que los preocupan,
él 0 ella pierde la posición superior de ser el miembro no sintomático y, en verdad, impide la resolución de estas cuestiones.
de la pareja.
La conducta sintomática de uno de los cónyuges puede deter-
minar la conducta del otro cónyuge de diferentes maneras. La forma
El sistema como metáfora
de pasar el tiempo libre, de usar el dinero, de vincularse con la
familia extensa, son algunos ejemplos de esferas que pueden ser
dominadas por el desvalimiento del esposo sintomático. Hasta la En torno del síntoma de uno de los esposos se desarrolla un
forma en que el esposo no sintomático debe prestar ayuda, y el he- sistema de interacción que se convierte en una analogía de la lucha
cho de que siga intentándolo a pesar de sus permanentes fracasos, conyugal, que la pareja no puede resolver. Vale decir, el síntoma es
son a menudo instrumentados por el esposo sintomático. La páreja en sí mismo una metáfora (v.gr., una esposa que vomita compulsiva-
está atrapada en una interacción que defme simultáneamente el po- mente puede estar expresando su desagrado por el marido), y la
der y la debilidad de cada cual respecto del otro. forma en que la pareja aborda el síntoma es una metáfora sistémica
Importa subrayar el concepto de una posición que es simultánea- de otros tipos de interaccion que mantienen en diversas esferas de
mente superior e inferior. En un matrimonio, cada cónyuge puede su vida en común. Supongamos que A y B, marido y mujer, discuten
hallarse respecto del otro en una posición superior o inferior alter- permanentemente si B debe obedecer a A en cuanto al manejo del
nadamente y en diferentes áreas de su vida. Por ejemplo, uno de ellos dinero, o si los problemas de trabajo de B son más importantes que
puede ser más carifioso y el otro más intelectual; uno puede admi· cualesquiera otras cuestiones. Si la lucha mutua es tan grave que
nistrar bien el dinero y el otro tener habilidad para las reparaciones el matrimonio corre peligro de disolverse, o si la desigualdad en la
de la casa. Esta pericia en distintas esferas puede llevar a una división división del poder se torna disfuncional o intolerable, uno de los
del poder y a un ordenamiento jerárquico satisfactorios para ambos; esposos puede desarrollar un síntoma. Si B se deprime, por ejemplo,
pero a veces la división del poder resulta insatisfactoria para uno de o produce un síntoma psicosomático, entonces A y B pueden
los dos, y la pareja no halla un modo de equilibrar el poder que los centrar sus ·reyertas en el síntoma en lugar de hacerlo en sus otros
deje a ambos satisfechos. Entonces puede aparecer una conducta problemas irresueltos. En vez de discutir si B debe seguir las indica-
sintomática (el umbral de insatisfacción para el desarrollo de un ciones de A en cuanto al manejo del dinero, pongamos por caso,
síntoma es peculiar de cada pareja). Uno de los cónyuges puede discutirán si B debe o no obedecer a A en cuanto a cómo proceder
desarrollar un síntoma en su intento de cambiar el ordenamiento con respecto al síntoma. En vez de discutir los problemas de tra-
jerárquico y la división del poder en la díada. Pero la conducta bajo de B, discutirán la conducta sintomática inapropiada de B. El
sintomática de un cónyuge es una solución desafortunada, ya que en sistema de interacción en tomo del síntoma es una analogía de otros
vez de equilibrar el poder en la relación produce una incongruencia sistemas de interacción en el matrimonio; permite a los cónyuges sa-
jerárquica en el matrimonio. La pareja queda confmada a una ber dónde se encuentra situado cada uno en relación al otro, con res-
situación en la que una conducta defme simultáneamente para cada pecto a ciertos problemas, sin tener que discutir expresamente esos
problemas y así poner en peligro el matrimonio.
esposo una posición superior y una inferior respecto del otro. Si el
síntoma mejora, marido y mujer perderán poder en su relación La secuencia de acontecimientos sería la siguiente. En la pareja
recíproca, pues lo que mantiene la igualdad es la defmición simul- de A y B, A ocupa la posición dominante; su carrera profesional
es considerada más importante que la actividad de B, y A toma
tánea de la superioridad e inferioridad respectivas de ambos. En caso
de desaparecer la conducta sintomática, los esposos recaerán en la las decisiones relativas a la manera de gastar el dinero, dónde vivir,
lucha por la división del poder que dio origen a la conducta sinto- etc. En cierto momento, B desarrolla un síntoma, con el cual se
mática. Tal vez se debatan con esta cuestión durante un tiempo, subordina en la relación y confiere poder a A, quien, en contraste
hasta que surja un sfutoma que será, una vez más, un intento de con B, parece cada vez más idóneo y competente y aconseja a B
cambiar el ordenamiento jerárquico y equilibrar el poder. Este ciclo qué debe hacer para librarse del síntoma. Está implícito que A
puede mantenerse sin cambios durante muchos años. Es posible que debería resolver el problema, que la propia existencia del síntoma
el cónyuge sintomático no empeore progresivamente ni tampoco es, de alguna manera, asunto de su responsabilidad; pese a lo cual,
mejore. Su conducta -aunque útil, en cuanto genera una cierta A fracasa repetidamente en sus intentos de ayudar a B y de resolver
el problema de B. Además, ahora A tiene una cantidad de cosas que

46 47
hacer por B, o en lugar de B, y a su vez el estado de B priva a A de negocios d_urante cinco anos a causa de la depresión. La esposa
hacer una serie de cosas. Por esta vía, el síntoma conr:ere poder a era u~a ps1cotera~euta que, al crecer los hijos, había retomado sus
B sobre A. y este sistema de interaccíón en tomo del smtoma de B estudios c~n el aliento Y apoyo del marido y estaba ahora exitosa-
es análogo al que existe en tomo de otras cuestiones de la vida mente dedicada a su carrera. La presunta "depresión .. del marido
de ambos. Es decir, A y B interactúan, respecto del síntoma de B, se había constituido en el foco de un sistema de interacción que
de una manera análoga a como lo hacen respecto de otros asuntos: defmía la existencia de una jerarquía incongruente en la pareja.
A le dice a B qué tiene que hacer con el síntoma y se queja porque Aparentemente las cosas ocurrieron así. En los primeros años de
B no lo hace, o no lo hace como debería hacerlo; B se queja de su matrimonio, el marido había ocupado una posición dominante.
que lo que A le manda hacer no es apropiado, y que A le ofrecería Luego la esposa desarrolló intereses fuera del matrimonio y comenzó
mejores soluciones si se interesara más por ella (o él), o si fuera a dedicarse a su carrera de terapeuta. Cuanto mejor le iba a ella en
más sensible, comprensivo o atento. Al discutir sobre el síntoma, su trabajo, peor le iba al marido en el suyo. A medida que aumenta-
están discutiendo sobre la posición dominante de A y la infelicidad ban las dificultades de él, ella era defmida cada vez más como la
que esta situación le provoca a B. Por intermedio de la conducta profesional competente de la pareja. El comenzó a "deprimirse"
sintomática, B manifiesta tanto su propósito de no dejarse dominar -problema que estaba dentro de la especialidad de su mujer como
como el desvalimiento en que se halla. La posición de esposo de una terapeuta-. Para el marido, la depresión era tanto una fuente de
persona sintomática confiere a A poder e impotencia al mismo poder sobre su esposa como una fuente de debilidad en relación con
tiempo. Si B abandonara su conducta sintomática, volverían a ella. La mujer estaba en una posición superior, competente, apoyan-
discutir sobre la carrera profesional de A o sobre si A debe ser do y aconsejando a su marido; pero también estaba en una posición
quien decida el uso que se dará al dinero; y en la medida en que inferior porque fracasaba en ayudarlo. La interacción en tomo de la
estas cuestiones no se resuelvan, B volverá a producir un síntoma depresión del marido era una analogía de la interacción de la pareja
y el ciclo se repetirá. Puede ocurrir que un hijo de ambos desarrolle en torno de la reacción del marido frente al creciente éxito de su
un síntoma y salve a B de tenerlo, ya que ambos cónyuges se cen- esposa y su progresivo apartamiento del hogar. La depresión era
trarán entonces en el síntoma del hijo así como antes lo hicieran una metáfora de las dificultades conyugales y a la vez una solución
en el síntoma de B. Por ejemplo, el niño puede comenzar a robar para tales dificultades, al mantener a la esposa preocupada por el
o a fracasar en la escuela. La interacción de los esposos en torno marido.
del problema de su hijo se convertirá en una metáfora de su interac- El marido acudió solo a la primera entrevista, diciendo que su
ción en torno de otros problemas. Así pues, puede haber una varia- esposa había tenido imprevistamente un compromiso en su trabajo.
ción cíclica del foco de la interacción (a veces será la carrera de A, Tras escuchar el relato· del problema, el terapeuta le dijo al hombre
otras veces el manejo del dinero, los síntomas de B o el problema que se trataba de un caso de diagnóstico erróneo: él no era un caso
de un niño), pero el ddo se reproducirá igual. de depresión, era simplemente irresponsable. Había sido irresponsa-
Los casos clínicos que siguen ejemplifican cómo se puede resolver ble al descuidar durante cinco años su trabajo, y su problema consis-
el problema que presenta uno de los cónyuges cuando se resuelve tía en hacerse responsable nuevamente. El hombre quedó sorprendi-
la incongruencia jerárquica en la pareja.
1 do, pero aceptó el diagnóstico de irresponsabilidad en vez de depre-
sión, y así aceptó que su conducta era voluntaria y podía ser volun-
tariamente modificada.
Al redefinir el problema como irresponsabilidad, se restaba en
Caso 1: Un hombre deprimido 1 parte el poder que la "depresión", como síntoma, había conferido
al marido, y también se sacaba el problema de la esfera de respon-
Un hombre de 60 años de edad había sufrido una grave depresión y competencia de la esposa. La interacción en torno de
durante varios años. La terapia individual y de grupo había fraca- la irresponsabilidad del marido no podía ser utilizada como la misma
sado. Se levantaba de madrugada preocupado por sus serias dificul- analogía que la interacción en torno de la depresión. En el pasado,
tades de trabajo, que eran el resultado de haber descuidado sus al interactuar en torno de la depresión, el marido había sido el des-
valido y ella la persona competente, comprensiva, encargada de
reanimarlo, por exasperada que se sintiera con él. Si el terapeuta
1 Los terapeutas fueron Richard Belson, Eugene Schwartz, Joan Shapiro y hubiera aceptado el diagnóstico de depresión, le habría sido difícil
la autora. no entablar con el hombre la misma relación que su esposa; y así
2 En el capítulo 8 del presente volumen se encontrará una trascripción tex-
tual de algunos fragmentos de esta terapia, acompañada de comentarios.
como esta había fracasado en sus intentos de ayuda, también hubiera

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fracasado él. Al aceptar el marido el diagnóstico de "irresponsabi- descuidado a su marido durante muchos años, desde que se dedicó
lidad" en vez de "depresión", el terapeuta podía exigirle acción a su propia carrera. Le encargó que la semana siguiente destinara
(ocuparse de su trabajo en forma responsable) en lugar de emo- dos veladas a su marido y dedicara media hora por día a examinar
ciones (estar contento); además, podía disponer que la esposa se con él su vida en común.
vinculara con su marido como lo hacía el terapeuta. El marido ya Al. indagar acerca ~e la vida. sexual de la pareja, el terapeuta se
no podría derivar poder del desvalimiento de su síntoma, y ambos entero de que el mando era Siempre quien :Í(liciaba las relaciones
cónyuges tendrían que tratarse mutuamente de otro modo. sexuales. Solicitó entonces a la esposa que, en la próxima semana,
En la primera sesión, el terapeuta le indicó al marido que la ella lo buscara a él en alguna oportunidad para tener relaciones.
próxima semana tendría que poner el despertador todas las noches El terapeuta explicó que el marido había tratado de proteger hasta
para levantarse a las tres y media de la madrugada y, durante media tal punto a su esposa que no dio a esta nunca la oportunidad de
hora, preocuparse por su situación. No debía preocuparse por su tomar _la iniciativa sexual. Al defmir al marido como protector de
situación en ninguna otra hora del día. También le demandó po- su muJer en esta esfera, se lo situaba en una posición superior a ella.
nerse al día con su trabajo atrasado, pues de lo contrario la se- Dos semanas después, la mujer informó que al marido le iba
mana subsiguiente iba a tener que prolongar el tiempo dedicado a mucho mejor en su trabajo, que había estado animado e incluso
preocuparse. 3 había hecho un aporte importante dentro de su especialidad. El
En la segunda sesión, el hombre comentó que había puesto el mari~o ~inimizó este logro, y se lamentó diciendo que las cosas
despertador a las tres y media en una sola oportunidad y que se se~1~ Igual que antes. El terapeuta afirmó que era evidente que
negaba rotundamente a volver a hacerlo, porque era una tontería. eXJSha un desacuerdo entre ambos al respecto, y que necesitaban
Sin embargo, esa semana había dormido bien. (No volvió a traer una nueva manera de verificar la comunicación entre ambos. Indicó
este problema en toda la terapia.) Tampoco se había entregado a al marido que durante la próxima semana él debería fmgir en tres
preocuparse demasiado, y había empezado a reordenar su oficina. ocasiones, ser irresponsable e inepto, y la esposa debía trata; de des-
A esta segunda entrevista concurrió su mujer. El terapeuta le cubrir si realmente se sentía así. El marido se quejó de que eso era
explicó que el problema de su esposo no era depresión sino irres- una tontería, pero fmalmente aceptó hacerlo. De este modo, el
ponsabilidad, y pidió su ayuda para hacer que él recobrara su respon- terapeuta dispuso las cosas de tal suerte que si el marido se mostraba
sabilidad. La esposa, una mujer agradable y que obviamente quería irresponsable e inepto, la mujer no sabría si se sentía verdaderamente
mucho a su marido, en apariencia había sido informada por este del así o si estaba acatando las instrucciones del terapeuta. Por consi-
nuevo diagnóstico y aftrmó que probablemente el terapeuta estu- guiente, ella no reaccionaría en su forma acostumbrada.
viera en lo cierto. Dijo que cada vez la exasperaba más la conducta En la sesión siguiente, sin embargo, el terapeuta se enteró de que
de su marido, ya que la situación económica de ambos se veía el ~arido no había seguido sus directivas. Le pidió entonces que
seriamente amenazada por su negativa a trabajar. El terapeuta fmg~era irresponsabilidad e ineptitud en la sesión misma; el marido
compartió los sentimientos de la mujer y le pidió que hiciera un lo hizo, con gran diftcultad y bajo una andanada de críticas de la
plan, fijando ciertas obligaciones en materia de trabajo que el marido esposa y del terapeuta, que encontraban muy poco verosímil su
debería cumplir. Si en determinado período él no las cumplía, iba conducta irresponsable e inepta. En el pasado, lo habitual en la
a tener que hacerlo ella, aunque eso implicara para ambos una con- interacción entre marido y mujer había sido que él se lamentara
siderable pérdida de dinero, ya que el marido era experto en esa de sus problemas y que ella le brindara apoyo y consuelo. Ahora
tarea y ella no. Ella también debía telefonear al marido a la oficina el marido fmgía lamentarse y ella lo criticaba por no fmgir co~
en forma regular a fm de asegurarse de que estuviera trabajando. Con suficiente realismo. En esta nueva interacción estaba implícito
estas directivas, el terapeuta exageraba un aspecto de la jerarquía in- ~ue al marido le era difícil mostrarse irresponsable e inepto. Como
congruente, según el cual la mujer se hallaba en posición superior a e! ya no estaba deprimido sino que estaba trabajando duro y ha-
su incompetente marido. Se presumía que la pareja habría de respon- et~ndo grandes progresos, el terapeuta sugirió que, en vez de concu-
der reorganizándose en una jerarquía más razonable y congruente. mr a la próxima sesión planearan un almuerzo los dos juntos. Así,
Dos semanas más tarde, el marido había mejorado en el desem- el. terapeuta comenzaba a separarse de la pareja antes de poner tér-
peño de su trabajo. El terapeuta le dijo a la esposa que ella había mmo al tratamiento.
Dos semanas más tarde, tanto el marido como la esposa informa-
ron que to~o iba mejor. El terapeuta les propuso terminar la terapia.
3 Haley (1963) y Erickson (Haley, 1967a) han descripto la aplicación de Ellos ~stuv1eron de acuerdo, y convinieron en reunirse para una
sacrificadas tareas paradójicas para producir un cambio. entreVIsta de seguimiento unos meses después. El trabajo del marido

1¡1

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51

1
Los vómitos eran la expresión del desvalimiento de la esposa, pero
la casa, y, lo peor de todo, desperdiciarían treinta y cinco
también de su poder. Ella era la madre y ama de_ casa perf~cta, ·AJ~,J<~r·~~por semana. Antes, los vómitos habían apartado a la pareja;
excepto que mientras realizaba sus quehaceres, vormtaba. El st~:o­
ehora contribuirían a mantenerla unida. Si la mujer vomitaba, el
ma era una 'metáfora tanto de su sumisión como ~e su rebehon.
marido iba a obligarla, con cariño y ternura, a que se llenara de
El sistema de interacción de la pareja en torno d~l smtoma era una
welta. Antes, la mujer vomitaba porque se había dado un atracón;
metáfora de su interacción en torno de otras ~uesttones, e~ las cuales ahora, tendría que darse un atracón porque había vomitado.
la esposa se presentaba ostensiblemente sumtsa y dependiente, ~ro
, El marido respondió a la directiva sonrojándose y dijo, riendo:
en fonna encubierta desaprobaba a su marido, socavaba su autondad
tt¡Pero yo soy escocés! El dinero es muy importante para mí".
y se rebelaba contra él. . ,
Se planeó una directiva· tal que el poder en~ubierto ~el smtoma
Bn un momento posterior de la terapia la pareja contó que habían
pasado toda su vida de casados en la pobreza, a causa de que él
fuera remplazado por un acto de abierto de~afto al_ ~ando, aun~u~ invertía en propiedades todo lo que ganaban. Aunque poseían ahora
este desafío habría de manifestarse en acciones ludt<_:as que -~I­
mizarían la disrupción en el matrimonio. La estrategta terapeutica una fortuna considerable, continuaban viviendo igual e invirtiendo
se fundó en el concepto de que el síntoma confería a la esposa .un todas las ganancias. Este estilo de vida había· sido sugerido por el
beneficio interpersonal: era una manera de veng~rse. del mando marido y a su esposa le complacían los resultados, aunque a lo largo
por dominarla. Si era posible mantene_r este benefi':Io_ mterpersona~ de los años había pasado muchas penurias para criar a sus hijos con
por alguna otra vía que no fuera el smtoma, este ultuno des~p:Ue tan poco dinero. Arrojar a la basura cinco dólares por día era infligir
una gran ofensa al marido.
- Vale decir
cena. ..., si el síntoma era un modo de vengarse del
, marido,
f · t
y si se le podía proveer de _algún otro. modo tanto o mas e teten e Con esta directiva, la terapeuta exageraba, en forma paradójica, la
de hacerlo, la esposa dejana de vomitar. Pa~a que esa ~on.ducta incongruencia de la jerarquía marital. Por su sfutoma y su desvali-
sustitutiva resultara más eficaz tenía que_ser sunple, constlturr una miento, la esposa tendría que tirar treinta y cinco dólares semanales
especie de juego, y estar vinculada c~n ~1 smtoma. . . en comida; y el marido debería participar en ello pese a que contra-
Se le dijo a la pareja que los vomitos de la muJer no eran mas riaba todos sus valores. O sea que la directiva colocaba a la mujer
que una manera de tirar comida a la basura haci~ndola .pasar primero en una posición de mayor desvalimiento pero a la vez de mayor
poder sobre el marido.
por el estómago. ¿Por qué entonces no arroJarla drrectame.nte ;
evitar el desagrado y los efectos destruc!ivos sobre su, orga?Ismo. La pareja obró como se le indicó, y cuando regresaron, dos sema-
La pareja concordó en que, de ser postble, esto sena, meJor. La nas más tarde, la mujer no había vomitado. En esa sesión, la tera-
terapeuta pidió, pues, a la mujer q~e arrojara todos los dias al ta~ho peuta predijo que la semana siguiente la pareja tendría una seria
de la basura comida por valor de cmco dolares; cada vez que t~vtera disputa -previniendo por vía paradójica la discordia que siempre
ganas de vomitar, tenía que ir a la cocina y en lugar ~e ~llo tira~ la ~e a la rápida mejoría de un síntoma en uno de los cónyuges-.
comida. Si no le venían ganas, de todas maneras deb.ta tirar comt~a Si el terapeut~ predi~e que habrá una pelea entre los cónyuges,
por ese valor, a razón de tres veces por día. El mando colaborana estos se afanaran parttcularmente para mantener una relación armo-
en esta empresa encargándose esa seman~ de to~as las co~pras Y niosa y así probar que aquel estaba equivocado. La pareja no tuvo
asegurándose de que hubiera todos los dtas sufi:tente ~o~tda para una disputa luego de esa sesión, ni tampoco luego de la siguiente, dos
tirar sin que los niños pasaran hambre. Ademas, revisana por ~a semanas después, en la que también se les hizo idéntica predicción.
noche el tacho de la basura a fin de verificar que su ~sposa _habta ~ misma directiva de arrojar comida les fue impartida durante
arro"ado la cantidad indicada de comida por valor de cmco dolares. vanas semanas, en cuyo lapso la terapeuta expresó su preocupación
Mie~tras permaneciera en el hogar, vigila:ía cuidad~samente ~ su de que la esposa pudiera volverse obesa (en realidad era sumamen-
esposa para ver si vomitaba; si ella lo hacta, la llevana a la cocma, te delgada). Fue necesario abordar el problema del control del peso,
la haría sentar, y tomando cariñosamente la mano de ella entr~ las ya _que los atracones y vómitos autoprovocados {bulimia) están
suyas la obligaría a darse un atracón. En caso de qu~ ella_ vomit~ra habttualmente asociados con una preocupación extrema por en-
cuando él no estaba en casa, ella debería contarle que habta COI_Iudo gordar. De hecho, al comienzo de la terapia la mujer había comenta-
antes de vomitar, y él la obligaría a que volviera a comer eso mismo do que durante muchos años creyó padecer una anorexia nerviosa.
hasta el hartazgo. La terapeuta esperaba que la mujer pudiera controlar su peso de
De esta manera, el vómito fue remplazado. por otra c~nduct.a ~~e;a más_ apropiada que con los vómitos·. El marido dijo que tam-
que cumplía el mismo fm de vengarse del mando, .Y~ que el debta bten el temta que ella se pusiera demasiado gorda. La terapeuta pidió
ir de compras, escudriñar en el tacho de la basura, VIgilarla a ella por a.t~ esposa que anotara su peso todos los días y practicara ejercicios
ftstcos y deportes. Ella decidió incorporarse a un equipo de fútbol.

54 SS
marchaba bien, aunque todavía tenía mucho que_ hacer, ya ~~e,~?
Caso 2: Atracones y vómitos
sus palabras , "debía resolver cinco años de total Irresponsabilidad
d · ·d .
En la entrevista de seguimiento cuatro :neses esp~es, man o Y
mujer estaban contentos. El marido h~bia conseguido ~ecuperar Una atractiva enfermera de 35 años de edad, madre de tres hijos,
en su trabajo cuatro afios de tiempo perdido;_su ma?re hab1a muerto consultó a causa de un problema de vómitos compulsivos que una
ese lapso y también había nacido el primer meto de ambos, Y anterior terapia individual y de pareja no había logrado resolver.
en ambas o~siones la pareja se apoyó mutuamente. Ahora se dab_a Desde hacía trece años, pocos meses antes de contraer matrimonio,
~:enta, dijo él, que tenía que asumir sus responsabilidades y_cump~ vomitaba todos los días, en ocasiones hasta cinco veces en una
con su trabajo, y coincidió con el terapeuta en que no deb1a segurr misma jornada. Sólo había dejado de vomitar en semanas aisladas a
desperdiciando su tiempo en la terapia. . . . . Jo largo de esos años, y en sus períodos de embarazo, por temor
Las intervenciones terapéuticas en este caso fueron las siguientes. ,;' a dañar a la criatura.
Su marido había completado el doctorado de dos carreras univer-
1. El terapeuta se negó a aceptar la def~ición que df~ del proble- sitarias y se desempeñaba en un campo complejo como prestigioso
ma la pareja, cambiándola de depresión a rrresponsabili~ad. Co~~e­ ejecutivo. La mujer mantenía impecable el hogar (diciendo de sí
cuentemente, también debió modificarse el sistema de mteracc10n misma que era obsesiva con la limpieza), cuidaba bien de los niños
en torno del síntoma. (que no presentaban problemas) y trabajaba unas horas todas las
2 Se utilizó con éxito una consigna paradójica, la de levantarse noches como enfermera temporaria. Varias veces al día, en especial
en ~edio de la noche para preocuparse, a fm de resolver la pertur- mientras limpiaba la casa o preparaba la cena, se daba un atracón
bación del dormir. . de comida y después vomitaba. Comentó que los quehaceres domés-
3. La esposa fue puesta a cargo de ayudar a su mando~ volve~e ticos la ponían particulannente ansiosa debido a su obsesividad por
más responsable, con lo cual se exageró un aspecto ~e. ~a Jerarq_uia la limpieza. Cuando la pareja salía a cenar afuera, a menudo ella
incongruente, según el cual la mujer estaba en un~ ~oSICion sup~nor, sentía que había comido en exceso y vomitaba en el restaurante,
de poder, y el marido en una inferior, de desvalimíent~. Esta mter- volviendo a hacerlo cuando regresaban a la casa. Acostumbraba
vención paradójica estaba destinada_ a pr~vocar ~ mando para que visitar de vez en cuando a su madre y también allí vomitaba. A
se rebelase contra esta situación, y el lo hizo hac1endose cargo de su menudo lo hacía antes de acostarse, por la noche. Interrogados sobre
trabajo. . su vida sexual, el marido admitió que no era muy buena, ya que su
4. Se impartió al marido la conSigna paradójica de que fmgiera esposa estaba habitualmente demasiado cansada por los vómitos
tener la conducta sintomática. como para querer tener relaciones sexuales, y él mismo estaba per-
diendo interés, por el disgusto que los vómitos de su mujer le provo-
La interacción entre marido y mujer mejoró; come_nzaron _a caban. Poco tiempo atrás había tenido un "affaire" con la muchacha
pasar más tiempo juntos y sus relaciones se~uales se volv1er~n mas que venía a cuidar a los niños, pero eso había terminado. El marido
variadas. Al mejorar su relación, ya no neceSitaron ~pelar al ~~tema explicó con enojo que él sabía cuándo vomitaba su mujer porque
de interacción en tomo del síntoma como analog1a y solucton de cerraba la puerta del baño (de lo contrario dejaba la puerta abierta).
sus dificultades. . . La mujer apuntó que su marido procuraba que ella dejase de vomi-
En este caso, un marido que antes era el_do~nant: en la ~areJa tar, y que días antes de iniciar la terapia él le había dicho: "Ahora
desarrolló un síntoma de depresión, y quedo ast defiruda una Jerar- que me voy de la ciudad por unos días, puedes vomitar todo lo que
se te antoje".
quía incongruente. La depresión era una fuen~e__de po~er s~br~ su
esposa y, simultáneamente, lo situaba en posicmn de mfenondad Observando a la pareja, la terapeuta notó que el marido se pre-
con respecto a ella. Por su parte, la esposa se encontraba en una po- sentaba como el profesional de prestigio que proveía al bienestar de
sición inferior por su incapacidad de ayudarlo, pese a que ~yudar a la familia, y la mujer como la clásica ama de casa y madre, cuyo
los demás era su oficio. El terapeuta comenzo por organt_Z~J.r a la trabajo de enfermera era secundario comparado con el trabajo de él
pareja de modo tal que el poder y la debilidad no. ~stuv1eran. ya como ejecutivo. En su comunicación mutua y con la terapeuta, el
centrados en la conducta sintomática, y luego cambto la orgaruza- marido mostraba una gran estabilidad y suma precisión en sus expre-
ción del matrimonio. siones; ella, por el contrario, se veía emocional y ansiosa, y se reía
juvenilmente por cualquier cosa. Ella solicitaba de continuo la apro-
bación y acuerdo de su marido, que en cambio no se la pedía a ella.
En todos los aspectos, salvo sus vómitos, ella era la esposa sometida
Ydependiente.

52 53
_En la sexta sesión, la esposa se quejó de que, aunque no vomitaba traba extravagante. La conducta sintomática fue remplazada pri-
mas y tampoco había aumentado de peso, seguía ansiosa, en especial mero por el acto de tirar la comida -la metáfora expresada en los
los lunes, cuando tenía tanta tarea en la casa que se se sentía abru- vómitos-, y luego por el dispendio de dinero en cosas superfluas
n;ada por. el desorden y temía volver a vomitar. La terapeuta solici- ~tra metáfora, aunque este era un acto más normal-.
to al mando que se encargara de planear la actividad de su mujer La pareja comunicó que iba a salir de vacaciones. Se le mandó
los días lunes. Al poner al marido expresamente a cargo de la esposa a la mujer practicar ejercicios físicos durantf< media hora diaria y
una vez a la semana, la batalla conyugal se tornó menos encubierta. registrar su peso; y al marido, que llevara una balanza en el viaje
La mujer debía o bien obedecer abiertamente al marido, o bien para que ella pudiera pesarse, y que la obligase a darse un atracón
rebelarse contra él más abiertamente que antes. Por su parte, el mari- si vomitaba. También se le indicó a ella que tirara un dólar de comi-
do .de~ía o bien requerirle explícitamente que cumpliera con sus da por día y que se comprara alguna frivolidad de treinta y cirtco
obligaciOnes hogareñas, o bien orientarla explícitamente hacia dólares. En el viaje siguieron todas esas indicaciones. En una sola
otra clase de actividades. Se le dijo a la mujer que, cuando se sintiera oportunidad, ella se sintió mal del estómago y vomitó, y el marido
abrumada y ansiosa, telefoneara a su marido a la oficina, le pre- le hizo darse un atracón. La primera sesión después del viaje, el
guntara qué debía hacer y siguiera su consejo, ya que él la conocía marido comentó que deseaba pasar más tiempo junto a su mujer,
Y comprendía mejor que nadie. La mujer llamó al marido el lunes y programaron para los quince días siguientes salir dos noches
siguie~te, Y él le pn~guntó qué es lo que más le gustaría hacer, y cenar juntos otras dos en su casa.
supomendo qu~. pudiera hacer _cu~quier cosa que se le antojase. Durante la terapia se había hablado con la mujer respecto de su
Ella le respondm que le gustarla rr a la biblioteca a efectuar una carrera, con la idea de que se aplicara más a ella como fuente de for-
investigación relacionada con su trabajo, pero eso era imposible taleza extrahogareña. Pero ella sentía que había progresado en su
por lo atrasa~as que estaban _las tareas de la casa. Elle dijo que dejara carrera tanto como quería, y que en cambio deseaba dedicarse más
todo lo demas y pasara el d1a entero en la biblioteca· así lo hizo ella a los deportes. La terapeuta planeó junto con ella este tipo de
Y su ansiedad desapareció. Marido y mujer estaban ahora más unidos' actividad.
En ~sa s~s~ón y en varias de las que siguieron, la terapeuta alabó aÍ Hacia el fm de la terapia, marido y mujer pasaban más tiempo
mando d1~1endo que era un h?mbre particularmente "comprensivo", juntos y disfrutaban de su mutua compafiía. La mujer había llegado
con el obJ~to. de to~~rlo ~s atractivo ante los ojos de su mujer. incluso a comer y beber en exceso sin vomitar. No había tenido
. ~n la septlma seSion, se mstruyó a la mujer para que arrojara vómitos en cuatro meses. Semanas más tarde se puso fm a la terapia
diariamente comida por valor de un dólar en lugar de cinco, y se estableciendo un programa de seguimiento. En la última sesión el
c~mprara para ella alguna frivolidad innecesaria por treinta y cinco marido declaró que había resuelto no trabajar más de cuarenta
dolar~s. La esposa ins!stió en que le era imposible hacer eso, y horas semanales, para así poder pasar más tiempo en su casa. Ambos
afrrmo. que no entendm la idea de "frivolidad". La terapeuta pidió coincidieron en que su vida matrimonial había mejorado.
al mand~ que le ~iera los treinta y cinco dólares allí mismo, ya que Cuando volvieron a reunirse con la terapeuta cinco meses después,
era e~ _dinero de el el que la esposa debía gastar de ese modo. El la esposa confesó que había vomitado en algunas ocasiones. Se
p:rrec1.o sorprenderse de la dificultad de su mujer para aceptar esa decidió retomar la terapia, pero sin días ni horarios preestablecidos.
directiva. La terapeuta repitió una serie de directivas que ya habían demostra-
La semana siguiente la mujer vino a la sesión con dos faldas do su eficacia para unir a la pareja y a la vez impedir los vómitos.
dos ~l~sas, un par de zapatos, un mantón y un repasador, que habí~ Tres meses más adelante, la pareja informó que su matrimonio
adqumdo con los treinta y cinco dólares en un negocio de artículos iba mejor, en el plano sexual y en otros, pero que en los cuatro
de segund~ mano. Se le comunicó a la pareja que, visto que la últimos días la esposa había vomitado a razón de cuatro veces
esposa obviamente no entendía el concepto de "frivolidad innece- diarias. Se le mandó entonces al marido que en las dos semanas
saria", !a. sesión terminaría temprano. Así tendrían tiempo para siguientes llevara a su esposa tres veces por día al baño y la hiciera
concurrrr J~ntos a alguna tienda de prendas fmas, donde el marido vomitar. Ella debería colaborar y hacer lo posible por vomitar
le comprana una bata frívola e innecesaria que costase no menos cuando su esposo se lo indicase. Era esta una directiva paradójica,
de treinta Y c~c~ dólar;es. Por este medio él le enseñaría qué signi- y se esperaba que la esposa se rebelara contra su marido y se rehu-
ficaba un.a fnvohdad_ mne~esaria. La sesión siguiente trajeron la sase a vomitar.
bata de_ lujo que ese dta habtan comprado juntos. No obstante, dos semanas después se comprobó que habían
E! smt~ma de la mujer había estado relacionado con la ideología seguido la directiva y que la esposa había vomitado efectivamente
todas las veces que su marido se lo requirió, y no en otras oportu-
de VIda miSerable que sustentaba el marido; ahora el marido se mos-

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"d d s Estos vómitos fueron más desagradables que lo habitual, Se dio término a la terapia. Seis meses más tarde volvieron a tener
ru a e . .d d · d
ue comúnmente ella vomitaba ensegUI a espues e comer, unas pocas sesiones, porque en los últimos tres meses la esposa había
~:roq su marido la hacía vomitar cuando la comida ya estaba ~~r­ estado vomitando a razón de cinco días cada mes y medio aproxima-
cialrnente digerida. La terapeuta les pidió ~ue simular~n en la ses10~ damente. Ambos atribuyeron esto al distanciamiento que se había
que el marido la llevaba al baño y le dec_Ia que vo~ut_e; ella deb~a producido entre ellos a causa de las largas jornadas de trabajo del
representar todos los movimiento~ propios _del_ vorruto_ P~.ro Sll1 marido. La terapia volvir; a unirlos y cesaron los vómitos.
vomitar realmente. La mujer lo hiZo a reganad1e~tes, ~~tiendose El tratamiento abarcó veintidós sesiones, en un lapso de veintitrés
muy mortificada. Se les indicó que repitieran esta sunulaciOn du_ran- meses. Durante dieciocho de esos meses, por lo menos, la esposa no
te cinco minutos diarios en el baño, y luego pasar~ otros cmc_o vomitó. Al empezar la terapia lo hacía cinco veces por día. A su tér-
minutos tranquilos juntos. Como la directiva de vo~tar no h~~Ia mino, había vomitado unas treinta y seis veces en veintitrés meses.
surtido efecto paradójico, se la sustituyó por la directiva para~OJ~Ca La secuencia de intervenciones terapéuticas fue la siguiente:
de fmgir el vómito. Si lo que unía a marido y mujer er~ el vorruto
fmgido, no necesitarían el vómito real para m~teners~ urudos. , 1. La metáfora expresada por la conducta sintomática fue defini-
Tres semanas más tarde, la mujer no hab1a vorrutado Y hab1an da como "arrojar comida", utilizando con éxito la directiva paradó-
seguido la instrucción de simularlo .. La terapeuta les pidió en esa jica de hacer más de eso mismo (arrojar comida) que el síntoma
sesión que confeccionaran un horano de tareas y un presupuesto expresaba metafóricamente.
de gastos entre ambos. Luego les encomendó que continuaran 2. Se requirió del marido la penosa experiencia de obligar a su
simulando los vómitos en el baño. · mujer a darse un atracón si aparecía el síntoma, trocando de este
Dos meses después la mujer no había tenido vómitos. E~a _tele- modo la conducta sintomática de vomitar como consecuencia de
foneó a la terapeuta y le preguntó si le parecía bien que partiCipas~ un atracón, por la de atracarse como consecuencia de los vómitos.
en una "experiencia de crecimiento personal". La terapeut~ contesto 3. Se recurrió con éxito a la directiva de remplazar la conducta
que no veía nada malo en ello. Esto fue un error: tendna qu~ ha- sintomática del vómito y el arrojar la comida, por la de gastar
berle respondido que no había nada malo en ~llo en ta?to mando~ dinero en cosas superfluas.
mujer estuvieran de acuerdo. Pocos días _des pues el man~? telefoneo 4. La terapeuta cuidó que el peso de la mujer estuviera bajo con-
y dijo que se sentía muy mal '! ~uena ten_er una ses10n, porque trol, para que dejar de vomitar no tuviera efectos infortunados.
había encontrado un charco de vorruto en el sotano. . . , 5. Al hacer que el marido estuviera más a cargo de la esposa, la
En la sesión se vio al marido trastornado, deprun1do; confeso terapeuta exageró uno de los aspectos de la jerarquía incongruente,
que se le habían atravesado ideas de suicidio. Su mujer había estado y provocó a la mujer a rebelarse contra el marido, y a este, a abando-
sumamente dedicada a su propio desarrollo, leyendo mucho Y ha- nar el exagerado control que ejercía sobre ella. Más adelante, se res-
ciendo cursos. El se sentía celoso por su participación en el grupo ponsabilizó al marido por el hecho de que su esposa se volviera más
de crecimiento personal, ya que ella no le había hablado de sus independiente de él.
planes ni quiso tampoco discutir la experiencia con él. Lo perturbaba 6. Se utilizó con éxito la directiva paradójica de que el marido
que su esposa no mostrara suficiente interés por él, y le retaceara .forzara a la mujer a simular el vómito en su presencia (cuando la
el afecto el apoyo y el sexo. A lo largo de toda la sesión el marido directiva paradójica de que vomitara de veras no impidió que lo
estuvo ~uy perturbado, al par que ella permanec~a indiferente. La hiciera).
terapeuta les pidió que se tomaran la mano_ m1entr~s hablaban. 7. Se estimuló a la pareja para que se pusieran de acuerdo en
Al término de la sesión prometieron hacer mas co~as JUntos Y no cuestiones financieras, que sólo debían decidirse con participación
·adoptar decisiones por separado. El_charc~ en el ~otano no era de de la esposa.
la mujer; tal vez del gato. Ella no hab1a vorruta~o mas. . , 8. La interacción entre marido y mujer mejoró, de modo tal que
En la sesión siguiente, tres semanas despues, la pareJa conto_ sus pasaban más tiempo juntos, y la jerarquía fue reordenada estable-
dificultades y los esfuerzos que ambos, y en particul~r el man~o, ciendo una relación mutua más igualitaria, en la que la esposa era
estaban haciendo por cambiar. La terapeuta subrayo que hab~an más independiente del marido.
superado muchos problemas juntos y que probable~ente tendna~ 9. A medida que la mujer fue ganando independencia, el marido
que superar otros tantos en el futuro, ya que u~a VIda normal es~a se fue deprimiendo; la terapeuta los ayudó entonces a reorganizarse
llena de dificultades. El marido dijo que estaba mtentando ser mas de manera tal que el marido no empezara a utilizar una conducta
afectuoso y menos despótico, y la esposa confrrmó que lo estaba sintomática como fuente de poder y de debilidad.
logrando. 10. Para prevenir la posibilidad de que la mujer vomitase con el

58 59
j
fm de seguir viendo a la terapeuta, se puso como condición de cual- presionaba en ese sentido, más bajo caía él en la jerarquía marital
quier sesión futura que ella no hubiese vomitado. y más a menudo recurría al desvalimiento como una manera de
adquirir poder. Cuanto más ebrio, incompetente y falto de respon-
En este caso, los vómitos de una esposa sometida defmieron, a sabilidad estaba él, menos seguía las directivas de su esposa y más
lo largo de trece años de matrimonio, una _jerarquía inc~ngru~nte; poder cobraba sobre ella. Su hábito de beber era una solución des-
Ese síntoma le dio a ella poder sobre el martdo y a la vez mtenStfico graciada, que defmía tanto su debilidad como su poder en relación
su debilidad con respecto a él. El marido se encontraba en una posi- con la esposa.
ción superior a causa de los vómitos de ella, pero en una posici?n En este caso había dos problemas presentados por resolver: uno
inferior por no ser capaz de controlarlos, y porque sus consecuenctas era el de la ebriedad, y el otro las dificultades conyugales vinculadas
e implicaciones lo humillaban. La. terapeuta utilizó directivas paradó- con aquella. La. pareja estaba envuelta en un ciclo en el que pasaban
jicas para solucionar el síntoma y reorganizó a la pareja _a fm de de centrarse en la ebriedad del marido a centrarse en sus problemas
que la esposa quedase en una posición de menor so~etimtento, de conyugales, y luego volvían a centrarse en la ebriedad del marido.
modo que la conducta sintomática no fuera ya el eJe en tomo del En la primera sesión, el marido se entregó a una larga diatriba
cual giraban el poder y la debilidad. Ílobre la forma en que sus superiores habían abusado de él durante
Ja guerra y cómo había sido forzado a beber. El terapeuta desestimó
estas historias diciéndole que muchos hombres debieron sobrellevar
experiencias penosas en la guerra y no por ello se convirtieron en
Caso 3: Ebriedad alcohólicos. La. cuestión no era el pasado sino el futuro, y que él
realmente quisiera cambiar. Respondió que por cierto lo quería, ya
Un hombre de 30 afios de edad fue llevado por su esposa a la que el últinio episodio y sus experiencias de pérdida del conocimien-
sala de emergencia. de un hospital debido a que había vuelto a su to y la memoria lo tenían asustado.
casa en estado. de ebriedad, diciéndole a ella que había tenido una La. terapia se inició con una directiva paradójica. El marido acos-
pelea en un bar y un accidente con el automóvil, aunque según su tumbraba encontrarse con un amigo a la salida del trabajo e ir
esposa este no había sufrido daño alg~no. El hombre af~aba juntos en automóvil hasta alguna playa de estacionamiento, donde
que la gente lo perseguía y se construr_o en la casa un~ harneada bebía hasta ponerse borracho. Luego volvía a su casa ebrio y, por
para protegerse. Bebía mucho y ocaStona~ente castlgab~ .a su lo general, perdía el conocimiento. El terapeuta dedicó primero
mujer, perdía el conocimiento y se conducta. de maner~ erratil. Se cierto tiempo a motivar a la pareja en cuanto a que debían seguir
quejaba de pérdida de la memoria. La. pareJa fue denvada a una sus directivas cualesquiera fuesen estas. A continuación les asignó
terapia conyugal. . esta tarea: la mujer compraría con su propio dinero una buena
llevaban casados siete años, no tenían hijos Y declararon que cantidad de ron (que era la bebida que él tomaba habitualmente,
tenían serios problemas matrimoniales. En una oportunidad se ha- mezclada con una gaseosa); todos los días de esa semana, él volvería
bían separado, asistieron a unas sesiones de asesoramiento psico- del trabajo directamente a su casa y ella le serviría la bebida cariñosa-
lógico para parejas, pero las interrumpieron .al p~co. tiempo. La. _es- mente, hasta que él se emborrachara y se quedara dormido.
posa trabajaba como supervisora en una oficma publica, y el mando La. semana siguiente la pareja informó que, si bien la esposa había
como ordenanza en una escuela. Ella era más instruida que él, que cumplido con lo indicado, su marido se había negado a emborra-
no había terminado la escuela secundaria; además, el empleo de charse dos de las cinco noches. Se le preguntó entonces a la esposa
ella era superior y mejoi remunerado, era una persona más compe- hasta qué punto era capaz de tolerar a su marido, cuáles eran sus
tente y responsable, tenía más amigos, parecía más inteligente Y límites. Dijo que toleraría cualquier cosa y jamás lo abandonaría.
era más locuaz y atractiva que su marido. En todos los aspectos Se les impartió idéntica directiva para la semana siguiente, con el
ella estaba en una posición superior al marido, excepto que él se agregado de que la esposa iba a tener que hacerlo beber también
embriagaba, y esto, si bien por un lado lo tomaba más desvalido durante el fm de semana, y que todos los días, antes de darle de
en relación con ella, por otro le confería más poder, pues ella beber, debería hacer el amor con él durante cuarenta y cinco mi-
debía soportar su conducta errátil e impredecible y su violencia. nutos. La. mujer protestó, pero finalmente aceptó hacerlo.
La. interacción de la pareja en tomo de la ebriedad del marido era Así, en vez de regañar al marido para que dejase de beber, ella lo
una metáfora de su interacción en tomo de otros ejes de su vida. iba a tener que estimular a que bebiera. Antes, el marido adquiría
La. mujer se debatía permanentemente para que su esposo se co~­ poder sobre su esposa bebiendo; ahora, para rehusarse a obedecer
dujera de un modo más competente y responsable, y cuanto mas 1U8 órdenes, iba a tener que dejar de beber. La. directiva de que

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hicieran el amor era un intento de deslindar su vida sexual de sus había pensado que estaba loco. El padre y la abuela le aclararon
otros problemas y crear mayor proximidad entre ambos. que había sido una evaluación psicológica por un problema de
La siguiente semana se comprobó que la mujer había hecho su
aprendizaje, y que nunca había habido motivos para pensar que
estaba loco. El padre añadió que su hijo se le parecía mucho: era
parte pero el marido no quiso beber, ni respondió a sus acerca-
mientos sexuales. Se les asignó la misma tarea para la semana siguien- tímido como él, con dificultad para hacer amigos, y siempre renuen-
te, agregan_do !a ?_irectiva de que el domingo fueran al cine juntos. te a salir de la casa. No obstante, gracias a su empeño, había tenido
éxito en su trabajo y en su vida social, y pensaba que el hijo podía
La pareJa stgmo todas las directivas durante cinco días. El mari-
hacer lo mismo.
do sólo había aceptado una o dos copas cada noche. Al sexto día
La semana siguiente la pareja informó que el marido había estado
~uviero~ una d~puta debido a que la mujer estaba celosa, porqu: bebiendo mucho. El terapeuta dijo que probablemente él los había
el quena estudiar con una compañera de un curso que él estaba
haciendo. presionado demasiado, que necesitaban avanzar mucho más despa-
cio, y que deberían postergar toda decisión relati~a a ~~e el mand?
Con posterioridad a esto la bebida dejó de constituir un pro- bebiera menos o progresara en su trabajo. El marido diJO que habta
ble~a, salvo en dos episodios, en sendas semanas, a lo largo de un resuelto no beber nunca más. El terapeuta subrayó que era muy im-
penodo de nueve meses. Fueron dos ocasiones en las que el marido
portante obrar gradualmente y no tomar resoluciones drásticas.
si bien bebió mucho en su casa, no tuvo una conducta errátil ni Su intención era incitar a la pareja a mejorar en contra de los deseos
perdió el c?nocimiento o la memoria, como ocurriera al principio del terapeuta.
de la terapia. Tampoco golpeó a su mujer ni le volvieron las ideas Dos semanas después informaron que el marido sólo había toma-
paranoides.
do una cerveza en todo ese lapso. El terapeuta simuló sorprenderse
.Esos dos episodios de alcoholismo fueron manejados de la si- y desconcertarse, y expresó su admirac!ón p~r el rápido_ progreso
gmente manera. En el primero se realizaron sesiones con cada uno del marido. Después de comentar cuanto tiempo habta pasado
por separa_do. El marido habló de cuán menospreciado se sentía
desde que marido y mujer se divirtieran juntos, resolvier~n _hacer
por _su muJer, pero sostuvo que no quería abandonarla. Dijo que se
una fiesta e invitar a ella al terapeuta. En las semanas que stgmeron,
habta ~c~cado mucho por ella. Por su parte, la esposa contó todos el marido remplazó temporariamente a su supervisor, y continuó
los sacnfic10s que había hecho por él. Luego se reunió a ambos
absteniéndose de beber.
Y e~ t~rapeuta les reveló que ambos pensaban que habían hecho
Los problemas conyugales fueron más difíciles de resolver que la
~c~fic10s. en su matrimonio. Se le indicó a la esposa que la semana ebriedad del marido, ya que algunos eran de origen externo y rela-
stg,mente ~ba a tener que cuidar aún más de su marido y sacrificarse
cionados al empleo del esposo. No se los podía resolver si no mejo-
mas por e~. Ella montó en cólera y replicó que no haría tal cosa.
Era .una directiva paradójica destinada a incitar a la mujer a que se raba la situación laboral del hombre, ya que esa situación de inferio-
sacrificara menos y no fuera tan tolerante. ridad lo definía también como inferior frente a su esposa, de un
Dos semanas después, la pareja platicó acerca de los sacrificios modo que a él no le satisfacía y derivaba en sus intentos de balanc~ar
que ha~ía h~cho realmente ~ada uno en el pasado, descubriendo que la distribución de poder en la pareja mediante su conducta desvalid~
n~ habtan sido tantos. Analizaron los cambios que podría traer a su y sintomática. Cuando dejó de beber, por un breve lapso el foco paso
VId~ el hecho de sacrificarse menos por el otro, y hablaron sobre sus a los celos de su mujer, pero rápidamente ·se desplazó a los intensos
amistades y la posibilidad de tener hijos. Una semana más tarde celos que él sentía hacia ella -otra esfera en la cual el marido estaba
estaban planeando tener un bebé, visitar a los amigos y organizar en posición de inferioridad-. Durante unos meses, se concertaron
una fiesta para festejar que se habían mudado a una nueva casa. varios contratos y acuerdos entre marido y mujer para. abordar
El segundo episodio de alcoholismo comenzó cuando el marido este problema de celos. Como el marido acusaba de contmuo a su
tuvo. problemas en el t!abajo con uno de sus supervisores. Dijo que mujer de serie infiel pero nunca presenta~a-~guna prueb~ o toma-
las dificultades se deb1an a que a su supervisor no le gustaban los ba ninguna iniciativa al respecto, se le p1d1o que, ~ volvta a tener
hombres de color como él, y que ya había despedido a siete. El tera- sospechas, empacara de inmediato sus pe'!ene~ctas, _abandonara
peuta examinó con él qué podía hacer en cuanto a su situación el hogar y pusiera fm al matrimonio. Llevo varias sesiones lograr
la?o~al, Y le dij~ que, com?. había vuelto a beber, iban a tener que que el marido se comprometiera a cumplir este plan, pero una v~z
asistir a la terapia sus famtliares. Acudieron a la siguiente sesión el que lo hizo sus sospechas desaparecieron. N_o obs~ante, ~ pa~eJa
padre d~l- marido y 1~ abuela, que había criado a su nieto y que siguió sihtiéndose mutuamente infeliz: _Se 1~ lffi_partteron drrecti~as
ahora. VIVIa en otra cmdad. El marido les dijo que, desde que lo paradójicas a fin de que cada uno lo htctera mfeliz ~1 otro, Y re~ccto­
sometieron a un examen psiquiátrico cuando era chico, siempre naron pasando buenos momentos juntos. El mando fue denvado

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¡1
~rl
a orientación vocacional, como consecuencia de lo cual se inscribió cesaron y la pareja pudo reorganizarse en una jerarquía más con-
en un curso que le penrutiría rendir equivalencias para obtener su gruente. y equitativa. En este lapso, se contuvieron dos episodios
título de enseñanza secundaria y así estar mejor calificado para de ebriedad, 1) estimulando a la esposa para que se sacrificara aún
aspirar a una situación de trabajo mejor. Un año más tarde, fue nom- más por su marido, como modo de instarla a sacrificarse menos y
brado supervisor en su trabajo. a volverse menos tolerante de su ebriedad, y 2) reuruendo a la fami-
En el trascurso de la terapia, a medida que mejoró el problema lia de origen del marido, a fm de aclarar cuestiones vinculadas
de la ebriedad y la relación de la pareja, esta fue centrando más y con su sentimiento de inferioridad y su fracaso en la vida. Para mejo-
más su interacción en pasar buenos momentos juntos y en hacer rar la posición del marido en el matrimonio, se le indicó que no
planes para su futuro. debía progresar demasiado rápido y luego se le atribuyó todo el mé-
Las intervenciones terapéuticas en este caso fueron las siguientes: rito de sus progresos.
l. Las presiones externas y la violencia fuerón descartadas como
causa de ebriedad, defmiendo a esta como un acto voluntario en
vez de involuntario. Caso 4: Parálisis histérica
2. Se utilizó con éxito una directiva paradójica para que la esposa
alentara al marido a beber, con el resultado de que la ebriedad del Un médico que estaba haciendo su residencia en psiquiatría
marido dejó de ser el eje de las peleas conyugales y él empezó a JJamó para una consulta, diciendo que quería someter sus casos a
beber con más moderación. control, y a la vez tener un tratamiento de pareja con su esposa.
3. En lugar de la ebriedad, los celos del marido fueron entonces La terapeuta le explicó que tenía planeado un viaje al exterior
usados por la pareja como fuente de poder y de debilidad. A estos dentro de tres semanas, y que no había tiempo suficiente ru,para
celos se los abordó de diversos modos durante un lapso de varios el control ni para la terapia. Pero como el joven insistió en tener
meses, mediante directivas francas y paradójicas. una entrevista junto con su mujer, se estableció día y hora.
4. Se mejoró la posición del marido derivándolo a orientación Cuando concurrieron a la entrevista, el marido traía bajo el
vocacional, discutiendo con él proyectos de trabajo y aclarando brazo el libro Estrategias en psicoterapia, de Haley (1963). Presentó
su situación respecto del padre y la abuela, con la consecuencia de a su esposa, una psicóloga que estaba haciendo el internado. Eran
que un año más tarde fue promovido a supervisor. una pareja atractiva: ella, de ojos claros e inocentes y cabello rubio,
5. La pareja quedó uruda en una relación más igualitaria, de tal Jugo y lacio; él, un muchacho elegante de tez oscura. Explicaron
modo que ya no recurrió a una conducta sintomática para defmir que tenían un serio problema, cuyo tratamiento por otras terapias
una jerarquía incongruente. había fracasado: la esposa padecía una parálisis histérica de la
6. La posición del marido en la jerarquía mejoró. más aún cuando lengua, que se le ponía rígida y apenas le permitía hablar; sólo
el terapeuta restringió su ritmo de progreso y luego le atribuyó el mascullaba algunas palabras y emitía sonidos extraños en su afán de
mérito de su mejoría. hacerse entender. El síntoma sólo desaparecía si tomaba Valium
Y luego descansaba durante una hora. Hacía un año y medio que le
En este caso, quedó definida una jerarq~ía inc~ngrue~te P?r el sucedía esto con frecuencia; pero ahora debía empezar a trabajar
abuso de alcohol de un marido cuya posición s?cial era mfenor a con pacientes y presentar casos clínicos en reuruones científicas,
la de su esposa. El hábito de la bebida le ~?nfena poder sobre esta, Y temía que la parálisis no le permitiera hablar y todos se enterasen
y simultáneamente, incrementaba su debilida~ respecto de ell~. -~ de su problema. La terapeuta comentó cuán interesante y exótico
~ujer aunque estaba en una posición supenor por ~~, co~dtci~n eza ese síntoma; podría tratarse de la .última parálisis histérica
social' y por la ebriedad del marido, estaba en una po~clOn mfenor f~udiana en el mundo occidental. Marido y mujer se sonrieron, y
or su permanente y fracasado afán de hacer_ que dejara de beber, COincidieron, no sin cierto orgullo, con este comentario.
p or aceptar de él abusos y violencias sin línute. El terapeut~ recu· El marido explicó que no habían logrado éxito ni una terapia de
Y-~ a directivas paradójicas para resolver el problema de la ebnedadi orientación psicoanalítica ni un psicoanálisis clásico. La lectura del
n:anteándose entonces como problema los ~~los extre~os de libro d: Haley le infundió la certeza de que la terapia conyugal
~arido. Estos celos defmían, como antes lo hictera la be~I?a, una ~té.gtca, con el uso de paradojas, podría resolver el problema.
·erarquía incongruente, y eran una fuente de _poder ~ debilid~d e~ l sabta que el síntoma tenía relación con el matrimonio.
Jel matrimonio. El terapeuta los abordó impartt_endo diversas drrecti . La terapeuta preguntó qué había ocurrido con las terapias ante-
vas francas y paradójicas en el curso de vanos meses, hasta que nores Y se le respondió que el último terapeuta había sido el supe-

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·or del marido en su trabajo, quien se había interesado en el sín- trataba de un caso de parálisis histérica sino de un espasmo psico-
~oma y había atendido a la mujer. Esta e~p~có que, según ese somático en ~n sect~r del apa:ato digestivo, la len?ua, provocado
psiquiatra, el síntoma se vinculaba con sentm:uentos de culpa _P~~ por la angusha. Mando y muJer declararon, con cierta reticencia,
fantasías en tomo de relaciones sexuales de tipo oral. ~lla dec~dio estar de acuerdo.
oner fm al tratamiento cuando el psiquiatra intento seducirla. Un espasmo psicosomático es menos interesante e inusual que
~stuvo a punto de ceder a s~s propuestas_, cuando se dio cuenta U?a parálisis histérica. La, terapeuta_ formuló_ e'sta redefmición del
de que, por más que él le dec 1a que se hab ta. e?amorado, se estaba s~t,oma al par que eludta ~oda dtscrepanct~ o, enfrentamiento,
a rovechando de ella. Entonces se fue precipitadamente ~el con- uruendose a la esp~~, al dectrle que ella tema smtomas similares
s~ltorio y no volvió más. Este episodio hizo que el ~a~tdo, que y apelando a la condic10n de experto en medicina del marido.
debió seguir trabajando en la misma sala con ese pstqmatra que La terapeuta dijo a continuación que necesitaba ubicar al síntoma
lo supervisaba, quedara en una situacióR sumamente molesta Y dentro de la perspectiva general de todas las cosas horribles que
embarazosa. , podían ocurrirle a un terapeuta mientras hacía terapia; por eje m-
La terapeuta inquirió cuándo se había presentado el smto~a plo, vomitar, desmayarse, tener que salir corriendo al baño. La
por primera vez. Ambos lo recordaban_ ~laramente. No se habtan rigide_z ~e la lengua era una espantosa posibilid~d, p:ro podían
casado todavía; un día que estaban de VISita en la casa de los padres ocurrrr sm duda muchas otras cosas horribles, y aun mas horribles
de él, la madre les comunicó que había resuel_t? ab~donar a s~ que las que ella había mencionado. Marido y mujer coincidieron
esposo, y que dentro de una hora partía en av10n ~~-ta o~ro pats en esto.
con su hija. Quería despedirse de ellos, pero les ptdto que no le El síntoma había sido definido ahora, no sólo como una afee-
dijeran nada a su esposo hasta que el avión h~biera des.~egado, ción psicosomática en vez de una exótica parálisis histérica, sino
para que le fuera imposibl~. ~ete~er}a: La pareJa obedeciO, Y la como u~ f~nómeno orgán_ico molesto dentro de una serie de fenó-
joven tuvo su primera paralists histenca cuan~o su sue~a hubo menos similares que podtan acontecerle a cualquier terapeuta. El
partido. Se sintió aterrada, y su ~1arido le dto un V~um para énfasis estaba puesto en la mujer c?mo terapeuta.
calmarla; después de una hora, aproxunadamente, se rec~bro:, La terapeuta entonces pregunto acerca de la carrera de la esposa.
La terapeuta dijo que seguramente habí~ sido una sit?aciOn ~uy Ella habló de su inseguridad, de la rivalidad con su marido y de su
penosa para ambos, en especial para el mando, Y ?estaco lo senstbl~ incertidumbre en cuanto a si alguna vez sería una buena terapeuta,
que parecía ser la muchacha a las dillculta~es de el. La_ esposa exp~· teniendo problemas emocionales tan serios.
có entonces que la relación con sus propios padres stempre habta La terapeuta pidió a la pareja que describiera su vida en común
sido mala, y que su padre había sido un ~co_holista. . y las dificultades en su matrimonio. Explicaron que el marido no
El síntoma de la mujer parecía constiturr un aspecto, Importa~te sólo estaba más envuelto que ella en su carrera, sino que además
de la carrera profesional de su marido, ya que le ~aba a el un motivo desarrollaba más vida social y pasaba los fmes de semana en el
para entrar en contacto con profesores que le mteres~ban. En su club, jugando al tenis y otros deportes, mientras ella se quedaba
primera llamada telefónica a la terapeuta, no f~e claro stlo que bus· e? casa, sola y resentida. La esposa padecía ansiedad con frecuen-
caba era un control de sus casos o una terapia. Er~ un experto e~ eta, y a veces no podía dormir, levantándose en medio de la noche
el problema de su mujer, e indicó a la t~rapeuta q~e enfoque debta con un ataque de angustia. Despertaba entonces al marido pidiéndole
utilizar en la terapia. Aunque no habta consegUido ayudar a su ayuda, aunque no había nada que él pudiera hacer para calmarla.
esposa, su fracaso no era un fracaso corriente, ya ~ue el _prob~e~a Uoraba y se ponía regresiva, hablando en forma infantil; a veces
mismo nada tenía de ordinario. Para que la teraprn tuviera extto la lengua se le ponía rígida. Por lo general se dormía después de
había que modificar el carácter exótico del síntoma. , , tomar un Valium, pero esta solución no agradaba a ninguno de los
La terapeuta dijo que para tratar de entender el smtoma, tema dos, ya que temían que la esposa estuviera volviéndose adicta. La
que compararlo con síntomas propi~s. Cuando ella, 1~ terapeuta, pareja pensaba que había entre ellos problemas de comunicación,
estaba angustiada o perturbada, tema dolores de estomago~ que Yque debían empeñarse en mejorar su comunicación mutua.
eran el resultado de una contracción del músculo correspondiente, La terapeuta dijo que pensaría si podía ayudarlos de algún modo
un espasmo. El estómago se volvía rígido Y le provocaba dolor. en el breve tiempo que quedaba antes de su viaje, y concertó una
¿Aceptaría el marido, como médico, que dado que la leng~a e; cita con ambos para unos días después.
también un músculo, su rigidez era un espasmo mus~ular seme~an~~ En la segunda entrevista, les dijo que había estado reflexionando
al del estómago? El marido concordó en que podta _c~n~ebuse mucho acerca del significado del síntoma porque a su entender la
de ese modo. La terapeuta dijo entonces que, a su JUICIO, no ~ explicación relacionada con la sexualidad 'oral no era satisfactoria.

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La pareja coincidió en que no lo era. La terapeuta afrrrnó que ' noamente en un• posición superio< e inferio< """"o del otro. Esto
había llegado a la conclusión de que la rigidez en la lengua se vincu- ; incongruencia era una manera poco feliz de alcanzar una relación
laba con una dificultad para guardar secretos. Dijo que probable- ; más igualitaria y contrarrestar la superioridad del marido en su
mente la esposa siempre había sido muy abierta y sincera, Y había · carrera y en su vida social. Al defmir el problema como de cornuni-
tenido dificultades en guardar secretos. Estas dificultades habían al- . cación excesiva y excluir al marido de la terapia, e incluso mantener
canzado un grado extremo cuando su suegra le pidió que conser- a esta ;n secreto para él, la terapeuta rnodificó'la jerarquía. La espo·
vara ese horrible secreto. La lengua se le había puesto rígida, impi- sa P?so a gozar de mayor poder y de menor desvalimiento, por tres
diéndole hablar y revelar un secreto que tanto conflicto le causaba .nu~ti~os: porque el síntoma era sólo suyo, porque se le bloquéo el
mantener. En relación con esto, creía la terapeuta que el problema B?lic~tar el soc~r~o 'del marido, y porque sólo ella gozaría del pri-
de comunicación entre marido y mujer no era falta de comunica- vilegiO de participar en esta "terapia paradójica estratégica". El
ción, sino demasiada comunicación. Esas largas noches de los ataques marido tenía ahora menos poder, porque le estaba vedado socorrer
de angustia de ella, en que ambos hablaban y hablaban y se revelaban a su mujer, pero también quedaba menos desvalido, ya que dejaba
todo uno al otro eran evidencia de demasiada comunicación. La de formar parte del problema o de ser responsable por su solución.
terapeuta estaba segura de que la esposa nunca había mantenido Cu~do quedó a solas con la esposa, la terapeuta le dijo que lo
un secreto, ni siquiera de su marido. La esposa dijo que eso era aproptado era una intervención paradójica. Abrió Estrategias en
psicoterapia en la página en que se explica la intención paradójica
verdad.
Por consiguiente, continuó diciendo la terapeuta, era imJ?ortante de ~r~ y le pidió a la mujer que leyese. Una vez que lo hizo,
poner cierta distancia entre marido y mujer y bloquear en parte le ~IdiO ;I~e se :m~eñase lo más ~osible por que la lengua se le
esa comunicación. A su juicio, el síntoma era un problema com- puSiera ng¡da alli rrusmo, en la sesion. La mujer trató y trató pero
pletamente individual de la esposa, vinculado con su dificultad para no lo consiguió. Le impartió entonces la directiva de esforzarse deli·
guardar secretos, y no tenía nada que ver con la vida matrimonial. ~radarnente en tener el síntoma tres veces al día, a razón de quince
Así pues, la terapeuta dijo que tendría que trabajar con la esposa rnm~tos cada vez,. durante toda la semana próxima. La terapeuta
individualmente, sin el marido, y todo cuanto sucediera en latera· hablo luego con la JOVen esposa acerca de su carrera y los ámbitos en
pia sería un secreto entre la terapeuta y ella. Creía que de ese modo que necesitaba desarrollarse; ella dijo que precisaba una supervisión
podría proporcionar algún alivio a la esposa con una U:t~~~nció_n más intensa, y aprender más sobre la práctica de la terapia.
muy breve. Levantándose de su asiento, la terapeuta_se dmgto h~cta En la siguiente sesión la joven sostuvo que había seguido la direc-
la puerta y, abriéndola, le pidió al estupefacto mando que tuviera tiva _Y no tuvo el síntoma; no le había contado nada al esposo sobre
a bien salir del consultorio.
la directiva. La terapeuta le dijo entonces que algo tenían que hacer
El sistema de interacción entre marido y mujer en torno del Rspecto de sus ataques nocturnos de ansiedad, y le dio las siguientes
síntoma era una metáfora de su interacción en torno de la posición instrucciones. Colocaría cerca de la cama un escritorio con hojas
inferior y desvalida de la mujer con respecto al marido, así corno ~ papel y lápices, las anotaciones que hacía en las sesiones terapéu-
del poder que ella extraía de esa posición. El era el experto com· ~ y los textos sobre terapia que le hab!an resultado más útiles.
petente e idóneo, que debía ayudarla pero había fracasado en ha- Si -estaba ansiosa y no podía dormir, si se dormía pero se despertaba
cerlo· además el síntoma gravitaba negativamente sobre él Y sobre con angustia, o si se le ponía la lengua rígida, no despertaría alma-
el rn~trimonio, insumiendo gran parte de su tiempo y energías. rido, ni le diría a este una sola palabra. En vez, se levantaría de la
Al vincular el síntoma con el primer episodio en que surgió y defi· ~· iría al escritorio y dedicaría una hora a escribir una descrip-
nido como una dificultad para guardar secretos, la terapeuta pudo CIÓn de alguna de·las sesiones que hubiera tenido esa semana con
cambiar la metáfora que el síntoma expresaba, de modo tal que u_no de SljS pacientes. Debía registrar lo dicho por el paciente, o,
en lugar de representar el problema de falta de comunicación entre li se trataba de un niño en terapia de juego,lo que el niño había he-
los esposos viniera a representar demasiada comunicación entre ellos. ~o en la sesión. También debería explicar y fundamentar sus
Antes, la metáfora expresada por el sistema de interacción en torno llltervenciones terapéuticas. Podía recurrir a los textos para explicar
del síntoma había sido del poder y desvalimiento del marido, en sus lilao que había hecho o para dar la fuente de su comprensión de un
repetidos fracasos al tratar de comprender y ayudar a su m~~er, Y ~- Tra~currida una hora, volvería a la cama; si pasaban quince
del desvalimiento y poder de su esposa, quien buscaba el auxilio del :autos_ sm que pudier_a dormirse, se levanta~ía otra vez y repetí-
marido pero se aseguraba de que este fracasase. El sistema de intera~· la rrusma tarea. Hana esto aun cuando tuviera que pasarse la no-
ción alrededor del síntoma era una metáfora de la incongruenc1a t!laD .entera escribiendo. Traería a la próxima sesión lo que hubiera
jerárquica del matrimonio, donde marido y mujer estaban simultá· tllaito, la terapeuta lo leería y lo analizaría junto con ella, a fm de

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ayudarla a mejorar en su trabajo. Si en vez de tener el ataque de Las intervenciones terapéuticas fueron en este caso las siguientes:
angustia durante la noche lo tenía de día, pondría el despertador
para que sonase a las tres de la madrugada, ~e levantad~ a esa hora l .. La terapeuta modificó el sistema de interacción en torno
y redactaría un caso por una hora. Su mando no deb1a saber una del smtoma ~ambia~d~ el síntoma de parálisis histérica por el de
palabra de todo esto, ni siquiera que estaba relacionado con la espasmos, psicosomaticos, y cambiando la metáfora expresada
terapia. La joven protestó; dijo que así no dormiría lo suficiente, por aqu~l, de fantasías sexuales y falta de comunicación conyu-
y que tendría grandes dificultades para escribir en medio de su gal, a dificultad para guardar secretos y excesiva comunicación
angustia; no obstante, aceptó con reticencia hacer todo lo indicado. conyugal.
El síntoma de la rigidez de la lengua fue bloqueado de este modo 2. El marido fue excluido de la terapia y se le solicitó a la mujer
mediante una intervención paradójica que prescribía ese mismo que . no le revelara nada sobre el proceso terapéutico para que la
síntoma. El segundo síntoma, los ataques de ansiedad, fue bloquea- pareJa .Y.a no pudiera recurrir al síntoma como fuent~ de poder y
do imponiendo una penosa tarea en caso de que ~e presentase. Esta de debilidad.
tarea había sido planeada de modo tal que, o bien la joven mejoraba _3. Se utiliz? .con éxito la consigna paradójica de producir volun-
y sus ataques se tornaban menos frecuentes, o de lo contrario pro- tariamente la ng¡dez de la lengua.
gresaría en su carrera de tanto escribir y recibir supervisión sobre .. 4. El síntoma de la ansiedad fue abordado mediante la prescrip-
sus casos. Antes, su angustia había impuesto un penoso sacrificio al ClOn d: un penoso sacrificio que debía realizarse cada vez que aquel
marido; ahora, la consecuencia sería un penoso sacrificio pat;a ella aparec1a, de modo tal que, o bien la mujer quedara menos desvalida
misma. al no !ener l?s at~ques de ansiedad, o incrementara su competencfu
En la sesión siguiente, la muchacha relató que no había tenido profeSion~ s1 tema que cumplir con el sacrificio.
rigidez en la lengua pero sí un ataque de angustia. Trajo consigo • S. ~hizo frente a la necesidad de terminar prontamente latera-
unas pocas hojas escritas sobre uno de sus casos; después de escribir pm de~lVando el caso a otra terapeuta, quien se desempeñaba como
durante una hora, había vuelto a dormirse. Sus anotaciones conte- ~pervtsora: a :m de a~gurar que fuera cumplida durante algún
nían diversos comentarios insidiosos sobre la terapeuta, mezclados tiempo la directiva de realizar el sacrificio penoso.
con otros confusos comentarios acerca de la sesión terapéutica de
un niflo. Dijo que al escribir eso había sentido una enorme furia E~ est~ caso, quedó definida una jerarquía incongruente en el
y odio hacia la terapeuta por obligarla a ese arduo sacrificio. La ma~oruo cuando la esposa, dependiente e insegura desarrolló
.terapeuta le respondió que eso era muy comprensible, y pasó a un smtoma "histérico". Su "parálisis histérica" era un~ fuente de
analizar su escrito, explicándole cómo podía aclarar mejor sus ~derdsobre ~~ marido, Y simultáneamente la situaba a ella en posi-
ideas sobre el caso, perfeccionar su descripción, etc. Le impartió CJ.On . e debilidad frente a él. El marido se hallaba en posición
las mismas instrucciones para la sesión siguien te.
Esa semana la joven no tuvo síntoma alguno, y como la tera-
::fe:~r a causa. de 1~ .'•!ñsteria" de su esposa, pero en posición
sist' por su 11Iiposibllidad de ayudarla, aunque su oficio con-
peuta estaba por viajar, fue su última sesión. La terapeuta le dijo la en ayudar a la gente. La terapeuta organizó a la pareja para
que continuara siguiendo la directiva referente a sus ataques de ~ el _P?der Y la d~~ilidad -y_a no giraran en tomo de la conducta
ansiedad, y de sobrevenirle alguno, llevara sus escritos a otra tera· ~tomat1ca, Y recumo a una mstrucción paradójica y a la prescrip-
peuta, con quien ya se había puesto en contacto para que la supe;· c:aon de una tarea penosa a fin de resolver los síntomas.
visara. A fm de desalentar sus ataques, esta terapeuta le cobrana
el doble de lo habitual por cada hora de supervisión.
En una entrevista de seguimiento realizada dos aflos más tarde, la
joven ratificó que la rigidez de la lengua no había vuelto a presentar· Resumen y conclusiones
se más. Había asistido a unas pocas sesiones de supervisión con la
otra terapeuta, pero decidió interrumpirlas porque, si bien estaba to!emos p~opuesto aquí que un cónyuge puede desarrollar un sin-
ansiosa en ocasiones, nunca había vuelto a tener ataques de·angustia
en mitad de la noche. Maridq y mujer seg~ían unidos y participaban
librar ~m~ ~.t:nto de modificar el ordenamiento jerárquico y equi-
defJn _diviSIOn de poder de la pareja. La conducta sintomática
juntos en diversas actividades propias de su profesión. Se debatían que ~·.Sin embargo, una jer~rquía incongruente, en el sentido de
con la decisión de tener o no un hijo, y pensaban que aunque su Oniénd Iguald~d d~ ambos miembros de la díada es mantenida de-
relación había mejorado, había cabida aún para mayores avances Y ltl ot olos Simultaneamente a cada uno como inferior Y superior
para su crecimiento. ro. Para el terapeuta, el problema radica en organizar a la

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7J
pareja de modo tal que el poder y la debilidad ~o giren en tomo
de la conducta sintomática, en cuyo caso el smtoma puede ser 4. Problemas infantiles: tres estrategias
resuelto. paradójicas
Un síntoma es una metáfora sobre la situación en que se encuen-
tra una persona, y la man~ra en_ q?e la pareja ~teractúa e~ torno
del síntoma es una analogia sistenuca de otros Slstemas de mt~rac­
ción en el matrimonio. Puede generarse un ciclo en que cada nuem-
bro de la pareja ejerce dominio sobre el otro al cen:rarse alte~ada­
mente en un problema conyugal (el dinero, los panentes pohticos,
la carrera profesional), en el sfutoma de uno de los esposos o. e~ .el
problema de un hijo. Vale decir. _que p~fe~e haber una ~anac10n Si un nifi.o presenta una conducta problemática, queda singulari-
cíclica en el foco de la interacc10n pero sm que se m??-ifique ~1 zado dentro de la familia como una fuente especial de preocupación
ciclo, y la interacción es una analogía del poder y debihdad reCi· para los padres, que se ven envueltos en una lucha por modificarlo.
procos de los cónyuges., ., El nifi.o puede tener un síntoma cualquiera dentro de una amplia
La conducta sintomatica es una soluc10n, aunque desafortunada, variedad (terrores nocturnos, dolores de cabeza, piromanía, enu-
para las dificultades de la pareja, por cuant~. equilibra el. ~oder resis), pero sean cuales fueran sus dificultades, su conducta pertur-
de ambos y proporciona un foco de interacc10n que estabiliza la bada mantiene a los progenitores involucrados en el intento de
ayudarlo y de cambiar su comportamiento.
vida matrimonial. .
En los casos expuestos se siguieron ciertos pasos a fm de modi- Un progenitor puede tener problemas en su trabajo, roces con sus
ficar este ciclo de interacción y resolver el problema presentado: parientes o enfrentar una amenaza de separación de su cónyuge, pero
la pareja dejará de lado sus propios problemas, al menos tempora-
1. El terapeuta se negó a ser colocado en una c~e~a posición riamente, para asistir a su hijo o controlarlo. Procurarán superar
dentro de la relación de la pareja aceptando la defiruczon que esta sus propias fallas y mantenerse unidos con el objeto de ayudar al
hizo del problema. chico. En tal sentido, la conducta perturbada de este último es
2. En lugar de eUo, el terapeuta modificó la definición del sfuto- beneficiosa para sus padres, ya que les da un respiro en sus tribula-
ma o la metáfora expresada por él, o ambas cosas, y consecuente- ciones y una razón para vencer sus dificultades. Ya sea que la con-
me~te modificó el sistema de interacción centrado en el síntoma. ducta del nifío genere la solicitud, protección o castigo de sus proge-
3. Impartió instrucciones paradójicas con el objeto d_e producir nitores, hace que la inquietud de estos se centre en él y que se vean
la conducta sintomática, o la conducta expresada metafoncamente a sí mismos como padres de un nifío que los necesita, en lugar de
verse, como individuos abrumados por dificultades personales,
por el síntoma. . , . econornicas o sociales. En este sentido, el nifío cumple en su familia
4. Le prescribió directamente al esposo. s~t?matico una ta~ea el papel de benefactor o protector solícito de los demás.
penosa vinculada con el síntoma, o bien le mdico al esposo no sm-
Este punto de vista difiere del que adoptan otros enfoques estra-
tomático que se ocupara del cumplimiento de esa .tar~a pen~sa.
tégicos y estructurales de la terapia familiar. En estos, si bien se
5. Exageró paradójicamente la incongruencia Jerarqmca de la
comprende la función protectora del síntoma (Hale y, 1967 b,
pareja mediante directivas destinadas a instar a los esposos a reor-
1976b; Minuchin, 1974), lo típico es que se conciba al nifío envuel-
ganizarse en una jerarquía más congruente. . . .,
to en una coalición con uno de los padres contra el otro, o con un
6. Fomentó la unión de la pareja y el meJoranuento d~, su relac10n
abuelo u otro pariente contra uno de los padres, o envuelto en
mutua, para que ya no recurrieran al sistema~~ interaccio~ centrado
un conflicto entre los progenitores, donde el nifío proporciona el
en el síntoma como una analogía y una soluc10n de sus dificultades.
lazo que mantiene unidos a estos. Tales enfoques sostienen que el ni-
ño es utilizado por sus padres en el conflicto que libran, el cual se
desvía pasando por el nifío, de modo tal que, por ejemplo, la madre
alienta a su hija para que desobedezca al padre, que ataca a la hija
cuando está enojado con la madre (Minuchin, 1974). La involucra-
ción del nifío en un conflicto familiar ha sido considerada también
corno una réplica de problemas familiares de una generación anterior
(Bowen, 1978). A primera vista, desde un ángulo teórico las diferen-
cias tal vez no parezcan importantes, pero lo son por las irnplicacio-

72 73

J
nes que estos diferentes puntos de vista tienen para la elección de dentro de la jerarquía en.. una posición su penor
· a 1os """ • con-
'"Jos. S1la
ducta perturbada del hiJo es protectora de los pad ha
la estrategia terapéutica. En nuestro enfoque, en lugar de que el '-_,1 , • •, • , res, y en 1a
f:anuua una organ1Zac10n Jerarquica incongruente. Vale dec;r
terapeuta aborde a la familia pronto a ver conflictos, coaliciones . b' 1 d l ~. que
y adversarios, puede contemplarla en términos de ayuda benévola :U , ten. ospa r~s, por e ~echo de serlo, se hallan en una posición
y de cuidado. No se considera al niño un partícipe pasivo en los Jerarqu~ca supenor ~ su hiJo, de quien son legalmente responsables
conflictos de los padres, sino un iniciador activo de secuencias de Y a qmen deben cmdar y proveer, el hijo, con su conducta pertur-
interacción protectoras. A menudo los terapeutas encuentran en una bada, protege a los padres ayudándolos a esquivar sus dificultades
familia lo que buscan en ella, y las posturas teóricas pueden conver- Y a pasar por encima de sus defectos. En este sentido, por el hecho
tirse en profecías que provocan su propio cumplimiento. En este de ayu~ar a sus padre~, el niño se halla en una posición superior a
sentido, es mejor buscar la ayuda benevolente y el cuidado solícito ellos. St su comportatruento fuera normal, el hijo perdería el poder
que buscar el conflicto y la desavenencia. que s~ conduc:a. ~erturbada le otorga sobre sus padres, y, en conse-
La conducta problemática de los niños puede servirles a los padres cuencta, la postbilidad de ayudarlos. Para conseguir modificar la con-
de maneras muy específicas. Por ejemplo, un niño puede desarrollar ducta del rufío, los padres deben abordar sus propias dificultades de
un problema que obligue a su madre a permanecer en su casa para manera t~ que la protección del hijo ya no les sea indispensable.
cuidarlo, con la consecuencia de que la madre no deberá enfrentarse Cuanto :nas tratan lo.~ padres de cambiar la conducta de su hijo, más
con la búsqueda de un trabajo. El problema del niño ofrece al proge- se mantiene la func10n cumplida por la protección de este. Esta
nitor una excusa conveniente para eludir situaciones desagradables. protección quizás ayude temporariamente a los padres a eludir sus
Si cuando el padre vuelve a su casa turbado y preocupado el hijo problem~, pero no los ayuda en absoluto a enfrentar y resolver
se porta mal, en vez de seguir preocupado por su trabajo el padre las cuesttones que les conciernen, y aun puede ·llegar a impedir que
puede descargar su enojo contra el chico; el mal comportamiento las resuelvan.
del niño es útil para él. Además, haciendo que su padre se enoje Para el terapeuta, el problema radica en hacer que el niño renun-
con él, le ahorra a su madre tener que ayudar a su marido, ya sea cie a la conducta perturbada que es la base de su poder. El terapeuta
compadeciéndose de sus problemas o discutiendo con él. De este no puede lograr esto en forma directa. El niñP" tiene poder sobre sus
modo, pues, el niño ayuda a sus dos progenitores. padres, y son estos quienes deben quitárselo.' Ahora bien: el dilema
La conducta con que el niño protege a sus padres es función del es que cuanto más se afanan los padres por cambiar al niño más
sistema de interacción familiar. Esto no significa que el niño planee se mantiene la función del síntoma. Ante este dilema, los tera~utas
deliberadamente proteger a los padres suscitando su preocupación han optado por seguir diversos caminos. Uno consiste en alentar
-aunque a veces así ocurre-. No es mi intención afmnar que para a los padres a que ignoren el síntoma del hijo. Otro es hacer que los
entender todos los síntomas de los niños lo mejor es considerarlos . padres presten atención al nifio y lo recompensen sólo cuando no
desde el punto de vista de su función protectora. A veces un proble- presenta el síntoma. Hay otras maneras de abordar el problema
ma presentado es resultado de la negligencia o de un padecimiento entre la~ cuales están las que describiremos aquí, y que consisten e~
físico. A veces el elemento protector se pierde en la tiranía que el c~n~guu que la conducta perturbada del hijo. no cumpla ya el pro-
niño impone a sus padres (nos ocuparemos de esta tiranía en el capí- posito de ayudar a los padres, y en ofrecer una manera más apropia-
tulo 6). En ciertas ocasiones, la conducta perturbada del niño se da en que el nifío puede series útil.
entiende mejor como un pedido de poder a través del desvalimiento Para alcanzar el objetivo de la terapia, el terapeuta debe reinstau-
o la disrupción. Pero ya sea que se vea en el niño sintomático a un rar en la familia una ?~~anizació? jerárq~ica única, en la cual los pa-
protector o a un tirano, lo cierto es que su conducta perturbada dr.es ocupen una poStcton supenor al hijo; o sea, en la cual lo pro-
cumple en la familia una función útil, aunque infortunada. te~an Y lo ayu~en, en _vez de ser protegidos por él. Si se pretende
En toda organización existe una jerarquía, en el sentido de que r~~staurar ~na Jera~~ula familiar en que los padres se hallen en po-
una persona posee más responsabilidad que otra para determinar lo SlClon supenor al hiJO, son los propios progenitores los que deben
que sucede. 1 En la organización familiar, los padres están situados resolver el problema del hijo. Ellos, y no el terapeuta por sí solo,
deben estar involucrados en el cambio que se pretende lograr en la
conducta del hijo.
1 Minuchin (1974) y Haley (1967 b, 1976b) han destacado la importancia de En los enfoques terapéuticos que aquí expondremos, el terapeuta
la organización jerárquica de la familia. El primero de ellos pone el acento en planea una estrategia para resolver el problema del niño. El objetivo
la definición de los subsistemas familiares mediante claras fronteras generacio- está siempre claramente establecido, y consiste en resolver el proble-
nales, en tanto que para Haley la patología de un niño involucra una coalición ma presentado.
que trasciende los límites generacionales.

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l. El terapeuta supone que un síntoma expresa analógica o meta- vez un intento de solucionarlo, ya que el padre se olvidará de sus
fóricamente un problema y es también una solución, aunque por lo propios "dolores de cabeza" mientras procura ayudar al hijo con los
general insatisfactoria, para las personas en cuestión. Por ejemplo, suyos. Cuanto más se empefian los padres en cambiar al hijo, más se
si un nifio habla sobre sus dolores de cabeza, está hablando acerca mantiene la función del síntoma. La relación entre padre e hijo se
de más de una clase de dolor. Vale decir que la conducta es siempre basa en la ayuda benevolente; o sea, el nifio, con su síntoma, ayuda
una comunicación en muchos niveles. El mensaje "Tengo dolor de al progenitor, y este intenta infructuosamente ayudar al nifio para
cabeza" es un informe acerca de un estado interior, pero también que supere el síntoma. Un modo de resolver el problema es lograr
podría ser una manera de negarse a hacer las tareas domésticas o que el progenitor estimule al nifio a tener el síntoma; así, quedan
de conseguir que el padre lo ayude con los deberes escolares. bloqueadas la ayuda benevolente tanto del nifio como de su proge-
2. El terapeuta comienza por determinar quién es el foco de la nitor. El síntoma ya no cumplirá la función de ayudar a los padres
preocupación del nifio, a quién protege este y de qué manera. Luego, ni de suscitar la ayuda de estos, y será abandonado. 2
resuelve intervenir de un modo que modifique la organización fa-
miliar, convirtiéndola en una organización con una jerarquía única
en la que los padres están en una posición superior. Habitualmente,
la intervención del terapeuta adopta la forma de una directiva sobre COso 5: Enuresis
algo que la familia debe hacer dentro y fuéra de la sesión. Las
directivas pueden ser directas o paradójicas, e involucrar a una o dos Un nifio de 12 afios fue traído a terapia porque se orinaba casi
'personas o a toda la familia. Su fmalidad es modificar la interaccióR todas las noches; habían sido excluidas las causas orgánicas. Su
de los miembros de la familia entre sí y con el terapeuta. madre había estado internada en una oportunidad por depresión.
3. Al terapeuta no le preocupa que los miembros de la familia El padre trabajaba muchas horas por día, y la madre se quejaba
cobren conciencia de la manera en que se produce la comunicación; de que no tenía interés en ella y le atraían otras mujeres.
si un problema puede resolverse sin que la familia sepa cómo o por El terapeuta y la supervisora partieron de la hipótesis de que la
qué, eso es satisfactorio. enuresis era una expresión metafórica del inadecuado comporta-
4. La terapia se planea en etapas, y se supone que por lo general miento del marido en la cama y, al mismo tiempo, un intento de
el problema presentado no puede resolverse en una sola etapa. ayudar Ji los padres solicitando su atención y distrayéndolos de sus
5. En cada familia las relaciones son idiosincrásicas, y aun cuando otros problemas. El síntoma del chico hacía que la madre pudiera
los problemas presentados por diversas famllias sean similares, pue- centrarse en los problemas de él más que en su propia depresión,
den requerir ~ferentes planes terapéuticos. y que sus regafios hacia el marido estuvieran dirigidos a que este
pasara más tiempo con su hijo y no a que pasará más tiempo con
Una manera de reinstaurar en la familia una organización jerárqui- ella. El padre podía así discutir con la madre en tomo de las moja-
ca única en la que los padres estén en una posición superior al hijo, duras nocturnas del nifio, en vez 'de discutir su inapropiada conducta
es que el terapeuta consiga que los padres resuelvan el problema en la cama con su esposa y las dificultades conyugales de ambos.
del hijo. A continuación expondremos con ejemplos algunas técni- Madre y padre podían juzgar qué pensaba cada uno del otro mien-
cas paradójicas para lograr esto. tras debatían el problema del nifio, quien de este modo ayudaba a
sus dos progenitores.
La terapia comenzó con ciertos procedimientos de rutina para
lograr que el padre resolviera el problema del hijo. Si este mojaba
Estrategias y ejemplos de casos clínicos la cama, era el padre, y no la madre, quien debía lavar las sábanas.
Las mojaduras del nifio serían un inconveniente para el padre más
que para la madre. Además, el padre debió comprar un reloj desper-
Estrategia 1: El progenitor pide al niño tador para que el chico pudiera despertarse en medio de la noche e
que tenga el problema ir al bafio, y le tenía que dar alguna recompensa si no se mojaba.
El padre nunca hizo lo que se le pidió, aunque se excusaba por ello
A veces el síntoma de un nifio expresa analógicamente el proble- y prometía siempre que lo haría la semana siguiente.
ma de uno de sus progenitores. Por ejemplo, si el trabajo del padre
es un "dolor de cabeza", tal vez el chico sufra dolores de cabeza. 2 En los casos que siguen, los terapeutas fueron Judy Bankhead, Michael
El síntoma del nifio expresa el problema del progenitor y es a la Fox, Tobías López, Virginia López y Thomas Todd.

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Trascurridas algunas semanas, el terapeuta le_ dijo al padre qu~, no se había interesado por su mujer durante un año y medio. La
como no había cumplido con lo que promette:a, ahora ~~ndna terapia concluyó con una mejor relación mutua entre ambos.
que realizar una tarea más difícil, que asegurana la curac10n del En su trascurso la madre había dejado de fumar, y al hijo se le
síntoma del hijo. Sin embargo, el terapeuta no revel~ría en qué, con- suprimió el Ritalin, que había estado tomando durante años por
sistía esta curación hasta que el padre se compromet1e~ ~ segurr sus su híperactividad. Su comportamiento mejoró, y los padres ya no
instrucciones. El padre aceptó. El terapeuta le comuruco entonces lo consideraban híperactivo.
que todas las noches le daría a su hijo un gran vaso con agua, lo lleva-
ría a su cuarto y le exigiría que orinase adrede en la cama, y l~ego se
acostara a dormir sobre las sábanas húmedas. 3 El padre _debta que- Estrategia 2: El progenitor pide al niño
darse junto al nifio en la habitación hasta que e~e onn_ase en la que simule tener el problema
cama y se metiese en ella para dormir. Y esto deb1a repetrrse todas
las noches durante una semana. En vez de alentar el síntoma, el terapeuta puede alentar al niño a
A la semana siguiente, cuando la familia vino a sesión, el padre que simule o imagine tenerlo. También puede alentarse al progenitor
informó que se había sentido torturado por el dilema de imponer o para que simule ayudar al niño cuanao este simula tener el problema.
no esta ordalía a su hijo. Comentó que se sentía igual que Abraham En esta situación, el niño ya no necesita tener efectivamente el
cuando Dios le exigió el sacrificio de su hijo. No lo había puesto en síntoma para proteger a su progenitor: para pasar a ser el foco de
práctica; lo intentó un par de veces, pero el ~o se puso a llorar la preocupación de este, basta con que simule tenerlo. Pero como
implorándole que no !e hiciera mojar la cama. Dt~o ent?nces el padre · la propia preocupación del progenitor será fmgida, la situación se
que ahora comprendta que el terapeuta no habta tem~o verdader~­ habrá convertido en un juego de imaginación y fmgimiento. Bateson
mente la intención de que él cumpliera esa tarea; solo prete~dta (1972, pág. 180) describe este proceso en el juego de los animales:
hacerlo recapacitar y mostrarle que si él no ponía su parte, la_ Situa- "El mordisco juguetón denota la mordedura efectiva, pero no
ción no habría de cambiar. Esa semana habta pasado mucho tlempo denota lo que sería denotado por la mordedura". O sea, la simula-
charlando con su hijo, incluso había dejado un día de ir a trabajar. ción del síntoma lo representa a este, pero no representa aquello
Las últimas cuatro noches el chico no se había mojado, Y como que el síntoma representa. Por ejemplo, los dolores de cabeza de un
recompensa, según se había planeado antes, se le permitió ~altar a nifio pueden denotar las dificultades de su padre en el trabajo,
la sesión y en lugar de ello participar de un certamen deportivo que mientras que los dolores de cabeza fmgidos por el niño, si bien
iba a tener lugar en la escuela. El padre manifestó que quería ayud~ denotan sus dolores de cabeza ''reales", no denotan las dificultades
a su hijo a su modo, dedicando más tiempo a conversar con el. laborales de su padre.
Como el chico había mejorado, el terapeuta estuvo de acuerd?. . , La directiva de simular tener el síntoma es menos limitativa y
Las instrucciones paradójicas del terapeuta crearon una Sltuacton restrictiva que la directiva de tenerlo efectivamente. Ofrece la opor-
tal que el niño había d~ado de ayudar a su padre a través de ~u tunidad de responder de maneras menos estructuradas. Frente a la
conducta sintomática ya que esta provocaba ahora gran angustia directiva paradójica de tener efectivamente el síntoma, la respuesta
al padre. El padre se hlzo cargo de 1~ relación con _su ~jo Y p~só más es o bien tenerlo o bien no tenerlo. Frente a la directiva de simular
tiempo charlando con él y aconsejandolo. Quedo ast. ~~fimda u_na tener el síntoma, la respuesta es más impredecible, pero también
jerarquía única, en la que el padre ocupaba una poSlcton supenor más creativa y espontánea. Un ejemplo sobre una adolescente y su
y el hijo ya no lo protegía con sus síntomas. . . . familia aclarará esto.
El chico no volvió a mojarse en la cama, y en las ses10nes stguten-
tes la pareja examinó sus relaciones. conyugal;s. El padre explicó
que en sus relaciones con otras muJe~s habta actuado e~ forma
irresponsable y compulsiva, y que era 'un gato so~r~ un tejado de Qzso 6: Ataques epilépticos
zinc caliente" [aludiendo a la obra de Tennessee W~ams que lleva
ese título]. Los cónyuges comenzaron a tener relac10nes sexw:tes Una muchacha de 15 años fue derivada a terapia porque padecía
con regularidad y están satisfechos con ellas, dado que el martdo de frecuentes ataques epilépticos y no respondía a la medicación.
Habitualmente tenía los ataques durante la noche, y sus quejidos
3 Esta estrategia se funda en un procedi~i~nto. u~lizado por Milton ~rickso,n y lamentos despertaban a sus padres y hermanos, quienes se reunían
(véase el capítulo titulado "Terapia hlpnotica mdirecta de una pareJa enure- en torno de ella sumamente preocupados, tratando de ayudarla. A ve-
tica", en Haley, 1973). ces los ataques le sobrevenían durante el día, y los demás miembros

78 79
de la familia estaban aterrorizados por el dafio que esto podiía Después de la primera sesión los ataques desaparecieron. La mu-
causarle. Fue internada, y uno de los médicos del hospital asistió a
chacha, antes tan dócil y tímida, dos semanas más tarde empezó a
uno de sus ataques nocturnos; quedó así documentado, fuera de
salir sin permiso y a incurrir en distintos tipos de inconductas. Se
toda duda, que se trataba de ataques de "gran mal" con los usuales
pidió a los padres que fijaran normas específicas y las consecuencias
fenómenos postictéricos. Se le dio el alta y su pediatra la derivó a
a que ella debería atenerse si las desobedecía. La muchacha comenzó
terapia. Teniendo en cuenta que los ataques epilépticos son una reac- a ser tratada igual que los demás nifios de fa familia.
ción fisiológica que puede ser desencadenada por factores emocio- A esta altura el terapeuta se tomó una semana de vacaciones, y
nales, el médico que la derivó confiaba en que con la terapia la cuando regresó encontró a la familia en medio de una crisis. Una
frecuencia de los ataques podría disminuir. noche la chica había tenido una alucinación acerca de un hombre
En la primera sesión, los progenitores -particulannente el padre- rubio de ojos verdes que, según ella, la había atacado matando a
se mostraron muy inquietos y perturbados por la chica. Describieron su hermano y hermana. Comenzó a correr fuera de sí por toda la
sus síntomas y su historia con lujo de detalles. También los herma- casa, y el padre tuvo que contenerla. Su conducta tenía similitud
nos de la chica se mostraron interesados y dispuestos a participar con la que desarrollaba cuando le daba un ataque, y también la res-
y a suministrar información. En cuanto a la muchacha, permaneció puesta de los padres era similar. Los progenitores la llevaron a una
la mayor parte del tiempo envuelta en un tímido silencio. El te- . sala de guardia, donde el residente que la atendió no la rotuló de
rapeuta suponía que su síntoma cumplía una función protectora en esquizofrénica, aunque pensaba que lo era, y la remitió otra vez
la familia, pero no había indicio alguno de cuál pudiera ser esa al terapeuta.
función . . . excepto que su misteriosa enfermedad confería a la En días posteriores la chica continuó hablando de su temor a
vida de todos ellos una cierta animación. En esa primera sesión, el un rubio de ojos verdes que, dijo, la perseguía y había tratado de
terapeuta le pidió a la chica que tratara de tener un ataque allí violarla. Por algunos días la familia hizo que todo el vecindario
mismo, en el consultorio, y a sus parientes (madre, padre y varios buscara a este individuo, a quien la chica dijo haber visto repetidas
hermanos) que actuaran como habitualmente lo hacían en su casa veces. Como vivían en un barrio de personas de color, el hombre
en tales ocasiones. La muchacha se tiró en el piso rodeada por habría sido fácilmente identificable; esto llevó a los padres a con-
la familia y comenzó a emitir ruidos y a agitarse, procurando tener cluir que su hija estaba mintiendo. Súbitamente, aterrorizada por
el ataque. La familia, cernida sobre ella, en particular el preocupado este hombre rubio, la muchacha huía de su familia, fuera de todo
padre, la alentaba y le daba indicaciones. La chica no consiguió control. Estos episodios eran como berrinches y acontecían cuando
tener el ataque y el terapeuta le solicitó entonces que simulara ella no quería hacer algo que sus padres querían que hiciese.
tenerlo, y a su familia, que simulara hacer lo que hacía habitual- El terapeuta hizo que la familia representara la escena de la noche
mente en esas circunstancias. La chica comenzó a sacudirse con aquella en que los hermanos habían sido asesinados por el hombre
un poco más de entusiasmo, y la familia se cemió aún más sobre rubio y el padre de la muchacha tuvo que sofrenarla. Les pidió que
ella, en especial el padre, tocándola y sosteniéndola. reprodujeran una vez en su casa los sucesos de esa dramática noche,
Junto con estas directivas, se le explicó a la familia que si la siguiendo el mismo programa que les había dado para los ataques:
chica podía primero controlar voluntariamente el tener los ataques si la chica se despertaba en medio de la noche, tendrían que levanta-
(produciéndolos de manera deliberada), luego ella podría controlar se todos y volver a simular.
voluntariamente no tenerlos. Como no pudo producir voluntaria- El terapeuta reformuló el proceder de la muchacha como incon-
mente el ataque, el próximo paso consistió en que simulara tenerlo, ducta y rebeldía, y estimuló a los padres para que le fijaran reglas
lo cual le daría la práctica que necesitaba para dicho control. La estrictas y se hicieran cargo de ella. Cada vez que huyera de la casa
familia debía ayudarla mediante indicaciones e instrucciones a fm la obligarían a .permanecer en ella todo el día si.,guiente. Pocos días
de que su ataque fuese lo más auténtico posible. después estos episodios desaparecieron, y a medida que la muchacha
Se les dijo a los padres que debían realizar esta dramatización se iba haciendo más madura y responsable su inconducta disminuyó.
en su casa todas las noches, con la familia entera. Si durante la noche En este período, el terapeuta debió brindar especial apoyo al
la chica tenía un ataque "real", los padres despertarían a los demás padre, quien había estado tan ligado a su hija y tan deseoso de
nifios y la chica simularía el ataque en presencia de todos. Esto ayudarla en sus padecimientos, y que a medida que ella mejoró,
debía hacerse en cualquier momento de la noche y sin importar lo comenzó a perturbarse y deprimirse, peleándose con su esposa y
cansados que estuvieran. Esta ordalía estaba destinada a alentar a saliendo más a menudo fuera del hogar.
los miembros de la familia a modificar la manera en que se protegían Pocos meses después de terminada la terapia, los padres llamaron
unos a otros. para decir que nuevamente la chica había tenido ataques nocturnos.

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Se hizo una sesión familiar, repitiendo la dramatización. Se instruyó en una especie de juego. Un aspecto de la jerarquía incongruente,
a los miembros de la familia para que pusieran en práctica el mismo aquel en que el hijo se encuentra en posición superior, será un
procedimiento anterior: la chica debió simular un ataque en la "como si", un juego imaginario, y la incongruencia quedará resuelta.
sesión, y la familia repetir la dramatización en la casa. Al fmal de Algunos ejemplos aclararán este enfoque.
la sesión, los padres solicitaron al terapeuta que les extendiera una
carta donde certificase que el delicado estado de la hija estaba
empeorando a causa de las condiciones en que vivía la familia, y
requiriese de las autoridades correspondientes que esta fuera tras- Caso 7: Te"ores nocturnos 4
ladada a una vivienda más adecuada. El terapeuta se avino a ello
(aunque en la carta hizo referencia a la nerviosidad y los temores Una madre acudió a terapia porque su hijo de diez años sufría
de todos los hijos). Hasta ese momento, él había supuesto simple- terrores nocturnos. La mujer era portorriqueña y hablaba poco el
mente que el síntoma de la muchacha cumplía cierta especie de inglés. Tenía otras dos hijas mayores y un varoncito. Sus tres hijos
función protectora en la familia; ahora quedaba en claro que su mayores eran fruto de un primer matrimonio que terminó en di-
enfermedad conllevaba además un beneficio económico. El terapeuta vorcio. Su segundo marido había muerto. Obviamente, hubo un
manifestó a la chica, sus padres y hermanos que en el futuro se tercer hombre en su vida, ya que el varoncito tenía apenas unos
alegraría mucho de poder ayudarlos en todo lo posible, tuviera la meses de edad, pero al comienzo de la terapia la madre negó que
chica ataques o no. De ese modo, esta no tendría que padecer ata: viviera otro hombre con la familia. Más tarde se comprobó que temía
ques para obtener la ayuda de su familia. perder los beneficios sociales si admitía que un hombre contribuía
Dos años más tarde, la chica no había tenido ningún nuevo a su sustento.
ataque, pese a estar sin medicación, ni se había comportado de El hijo de 10 años se mostraba taciturno y preocupado. La tera-
maneras extrañas. peuta y la supervisora sospecharon que le inquietaba la situación
de su madre, quien había perdido a sus dos maridos, era pobre,
no hablaba inglés y estaba ligada a un hombre en una relación que
Estrategia 3: El progenitor pide al niño debía mantenerse en secreto, pese a ser el padre de su hijo.
que simule ayudar al progenitor Como el chico tenía terrores nocturnos, la terapeuta pidió a cada
miembro de la familia que le contase sus sueños. Sólo la madre y el
Un niño que protege a sus padres mediante una conducta sinto- hijo tenían pesadillas. Ella solía soñar que alguien irrumpía con vio-
mática los está ayudando en forma encubierta. Si la situación se lencia en la casa, y el chico describió una recurrente pesadilla en la
toma explícita y se dispone que el niño los proteja manifiestamente, que era atacado por una bruja. La terapeuta preguntó qué ocurría
su conducta sintomática deja de ser necesaria. En el caso típico, cuando el chico tenía pesadillas. La madre replicó que lo llevaba con
cuando un niño presenta un problema, los padres están, manifiesta- ella a la cama y le decía que pensara en Dios y rezara, haciéndole la
mente, en una posición superior a él en la jerarquía; pero encubierta- señal de la cruz en la frente para protegerlo del demonio. Explicó
mente están en una posición inferior, a causa del poder de su sín- que, a su juicio, el problema de su hijo se debía a la influencia
toma. Si el terapeuta alienta a los padres a colocarse manifiesta- del demonio.
mente en posición inferior al niño, tanto los padres como el hijo Se partió de la hipótesis de que los terrores nocturnos del hijo
se resistirán ante la incongruencia de esta organización jerárquica, y eran tanto una expresión metafqrica de los temores de la madre como
la familia se reorganizará de modo que los padres recuperen su una tentativa de ayudarla. Si era el chico el temeroso, la madre
posición superior. tenía que ser fuerte y cobrar ánimo para reconfortarlo y proteger-
Un enfoque semejante consiste en alentar a los padres a simular lo; consiguientemente, ella no podía tener miedo. Pero al protegerlo,
hallarse en posición inferior, Ungiendo necesitar la ayuda y protec- lo aterrorizaba más aún, hablándole de Dios y del demonio. Madre
ción del niño. Puede entonces alentarse a este para que simule ayu- e hijo estaban atrapados en una situación en la que su ayuda mutua
dar a sus padres cuando los padres simulan necesitar su ayuda. En era desafortunada.
tal caso, para proteger a sus padres el niño ya no necesitará recurrir En la primera sesión, se solicitó a los miembros de la familia que
a su conducta sintomática, dado que los padres le pedirán expresa-
mente su ayuda y él los ayudará manifiestamente. Puesto que tanto
4
la necesidad de ayuda de los padres como la benevolente ayuda del En el capítulo 7 se presentan fragmentos textuales de esta terapia con
hijo serán fmgidas, en este marco padres e hijo quedarán envueltos comentarios.

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simularan estar en casa y que la madre se hallaba muy asustada por· chico participara en actividades con sus pares (una banda de rock,
que escuchaba ruidos, como si un ladrón estuviera tratando de e~trar un equipo de fútbol), y fue alentada por la terapeuta en lo tocante
por la fuerza. Una de las hermanas representó el p_apel del ladro~, y a su trabajo como profesora de danzas, y apoyada en sus dificultades
se le pidió al hijo que protegiera a su madre. ~1, se le requena ~ con el padre de la criatura.
la madre que simulara necesitar la ayuda de su hiJO, en vez de neceSl· Un afio después, una entrevista de seguimiento permitió compro·
tarla efectivamente. s Se instó al chico para que fingiera ayudar a la bar que las calificaciones del chico en la escuela habían sido tan
madre atacando al presunto ladrón. De este modo, la necesidad de buenas que su madre, como premio, le compró una bicicleta. Ella
ayuda de la madre y la ayuda benevolente que le brindaba el hijo se había empezado a trabajar como asistente comunitaria en un centro
habían convertido en un juego. de salud mental.
Hubo dificultades con la dramatización, porque la madre atacaba Esta terapia tuvo dos etapas. En la primera, se bloqueó merced a
al ladrón antes de que su hijo pudiera acudir en su auxilio. Latera· una intervención paradójica las formas desafortunadas en que madre
peuta debió pedirles que lo intentaran una y otra vez. De esta e hijo se protegían mutuamente; en 1~. segunda, .se estimuló a la
imposibilidad de representar la escena correctamente derivó el madre para que se hiciera cargo de su hiJO en lo atm:r:te a sus estu-
siguiente mensaje: la madre era una mujer capaz de defenderse que dios y las actividades con sus pares, y para que se hic1era cargo de
no precisaba el socorro de su hijo. Esto ejemplifica hasta qué pun- su trabajo y de la organización de su familia.
to pueden ser impredecibles las consecuencias de la directiva de
simular. La madre pudo haber respondido de muy diversas mane-
ras, pero escogió esta. Si la terapeuta hubiera querido planear una.
intervención que hiciera aparecer a la madre como una mujer fuet!e, Caso 8: Dolores de cabeza
no necesitada de protección, no lo podría haber hecho mejor.
Una vez que la dramatización se llevó a cabo correctamente y el Una pareja consultó porque su hijo de 7 afios sufría frecuentes
hijo pudo atacar al ladrón, todo el mundo se sentó para analizarla. dolores de cabeza. Describieron con tanta vaguedad el problema
La terapeuta criticó a la madre su dificultad para expresar su temor del chico, que fue imposible determinar la verdadera ~recuencia
y para refrenarse de modo que el hijo tuviera la posibilidad de atacar de los dolores de cabeza, y si habían empeorado o meJorado en
al ladrón. A esto ella replicó que era una persona competente, capaz los últimos tiempos. También mencionaron problemas de conducta
de defenderse bien, y que por eso le era tan difícil representar ese en la escuela, aunque no quedó claro en qué consistían; aparent~­
papel. Era un mensaje espontáneo en el que le decía al hijo que no mente se los había resuelto cambiando de escuela. La madre dio
precisaba su protección. a ent~nder que el chico estaba celoso de su hermanita de 5 afias
La terapeuta pidió a la familia que, durante la semana siguiente, porque ella era más brillante que él; el padre coincidió. En varias
se reunieran todas las noches en la casa y repitieran la dramatización. oportunidades la madre y el padre hablaron acerca del hijo de un
Por la noche, si la madre oía al chico gritar en sueños, debía levantar- modo tal que al terapeuta se le hacía difícil determinar si se estaban
se, despertarlo, despertar a las hermanas, y llevar a cabo la misma refiriendo al hijo o al padre.
dramatización. Esto tenía que hacerse a cualquier hora de la noche La vaguedad y confusión en la maner~ de pre~ntar el proble~,
y por cansados que estuvieran. Esta ordalía estaba destinada a que las palabras escogidas por los padres, mas aprop~das ~a~ descnb~
madre e hijo se vieran instados a modificar la manera infortunada a un adulto que a un niño, y la dificultad para discenur Slla pareJa
en que se protegían uno al otro. se refería al hijo o~~ padre, todo ello llevó a formular la hipó~esis
El niño no volvió a sufrir terrores nocturnos. La familia siguió de que el padre tenía problemas que a la pareja le era penoso dis~u­
en terapia varias semanas, y se resolvieron por diversas vías otras tir, y que esta había adoptado la pauta de h~blar acere~ ~e las difi-
cuestiones. La terapeuta ayudó a madre e hijo a abordar el desem- cultades del hijo como una manera de refenrse metafoncamente a
pefio de este en la escuela, y tanto la conducta como las calificacio· las tribulaciones. del padre. Más adelante se confirmó que el padre
nes del chico mejoraron. El padre del bebé acudió a una sesión y / tenía de hecho serios problemas. Estaba recuperándose de su alcoho-
fue instado, aunque sin mucho éxito, a que se relacionara más con lismo existía la posibilidad de que perdiera su trabajo y había escri-
el hijo sintomático. ·La madre arregló las cosas de modo que el to un'a novela que no consiguió publicar. E! objetivo de la terap~a
consistió en liberar al niño de ser una metafora a la que la pareJa
s Este enfoque se inspiró en lln procedimiento similar empleado por Mariano podía recurrir para discutir los problemas del padre.
Barragán en la Clínica de Orientación Infantil de Filadelfia con una madre y De ordinario al chico le comenzaban los dolores de cabeza cuan-
su hija, la cual sentía temor de entrar de noche en un garaje. do volvía de la' escuela y cuando el padre volvía de su trabajo sin·

84 85
tiéndose a la miseria. En la primera sesión, el terapeuta pidió a la para gran algazara de toda la familia. También se instruyó al hljo
familia que representase una escena en la que el padre simularía para que cada vez que tuviera ganas de molestar a su hermana, en
volver a su casa por la tarde con un terrible dolor de cabeza. El chlco lugar de ello molestase a su madre, quien saldría chillando en busca
debía tratar de reanimarlo jugando con él a diversos juegos, a la vez de la pequeña, la cual, por su parte, le contestaría que se arreglase
que trataba de descubrir si e1 dolor de cabeza del padre era real por su cuenta. Madre e hljos cumplieron estas instrucciones en su
preguntándole cómo se sentía y cómo había pasado el día en su casa durante dos semanas, y la relación entre los hermanos mejoró
trabajo. El padre le respondería reftriéndole problemas imaginarios tanto que para la madre dejó de ser, según lo confesó ella misma, un
de su trabajo, y evitando hablar de los verdaderos problemas. Mien- problema. El hljo, que debía inciar la secuencia, lo hizo varias veces
tras padre e hljo interactuaban de este modo en la sesión, la madre la primera semana, pero de ahí en más sólo de tanto en tanto.
y la hlja debían simular que estaban preparando la cena. (Cuando Con esta secuencia, el terapeuta prescribió uno de los aspectos
se imparte una directiva de simulación, todos los integrantes de la de la jerarquía incongruente, aquel en el cual los niños estaban, res-
familia deben participar.) pecto de la madre, en posición superior. Esta directiva paradó~ica
Se solicitó a los padres que representaran esta escena en la casa estaba destinada a provocar a la madre de modo que respondiera
todas las noches, durante una semana. El padre simularía llegar al actuando más idóneamente y trazando una línea demarcatoria
hogar con dolor de cabeza, el hljo lo reanimaría, el padre no confe- entre su generación y la de sus hijos. Asimismo, el terapeuta quitaba
saría si su malestar era real o fingido. Madre e hlja, entretanto, poder al hljo al asumir control del síntoma e indicarle a quién debía
prepararían la cena. dirigir sus impertinencias y de qué manera. La familia respondió
La familia siguió la directiva y la semana siguiente informó que· resolviendo el problema para que los hermanos no estuvieran ya en
el hljo estaba mucho mejor. Continuaron dramatizando la escena una posición superior a la madre acosándola con sus reyertas, y esta
tres semanas más, y los dolores de cabeza desaparecieron. dejara de quejarse de su incompetencia para manejar las dificultades
La hlpótesis en que se sustentó la intervención fue que el hljo de sus hljos.
estaba protegiendo al padre al tener un síntoma que despertaba la La familia acudió para su sesión final antes de irse de vacaciones.
preocupación de este, y por ende lo ayudaba a recobrarse para asis- El padre, que estaba a menudo deprimido, parecía en ese momento
tir a su hljo en vez de sentirse avasallado por sus propies problemas. particularmente triste. El terapeuta resolvió actuar sobre su depre-
Asimismo, el chlco proporcionaba una metáfora que los progenitores sión para que la familia se fuera en un estado de ánimo más alegre.
podían emplear para discutir los problemas del padre, y que de ese Se le pidió al padre que simulara estar muy deprimido, considerándo-
modo les ahorraba tener que hablar directamente de cuestiones se un fracasado en la vida, y que les trasmitiera esto a los suyos;
demasiado penosas como para ser charladas explícitamente. pero debía aducir buenas razones que justificaran sus sentirnient?s.
Al pedir al padre que fmgiera tener dolores de cabeza todos los Tan pronto el padre comenzó a hacer esto, el terapeuta empezo a
días y justificarlo reftriéndose a los problemas imaginarios en su criticarlo, diciéndole que no simulaba suficientemente bien su
trabajo, el terapeuta creaba una situación en la que el hljo ya no depresión y sobre todo no daba buenos motivos acerca de esta.
sabía a ciencia cierta si el padre estaba o no perturbado, y por lo Mientras lanzaba estas críticas, la esposa acudió en apoyo de su
tanto no podía ayudarlo a su manera habitual. Se dispuso que prote- marido manifestando cuán difícil era para él estar deprimido. Final-
giera al padre de otro modo: jugando y charlando con él. Ya no era mente, el terapeuta aceptó como motivo válido de la ~epresión el
preciso que el chlco tuviera dolores de cabeza para ayudarlo. Las sentimiento de fracaso del marido por no haber podtdo reparar
cefaleas imaginarias del padre se trasformaron en una metáfora de adecuadamente la pileta del lavadero de su casa. Al término de la
sus verdaderos problemas y fueron discutidas por la familia en tono sesión, el padre manifestó que resulta muy difícil simt)lar una
lúdico. El hljo dejó de ser utilizado como metáfora. depresión cuando en verdad uno ~stá de b?~m tal~te. .
El problema de los dolores de cabeza había sido solucionado, Se instó a los cónyuges a modificar su mteraccton habttual, en
pero la madre se quejó entonces de que el hljo importunaba y moles- la que el esposo se deprimía y la esposa trataba de reconfortado.
taba a su hermana. La pequeña acudía, dando chlllidos, a su madre, Cuando el terapeuta criticó al marido por no fmgir bien su depre-
y esta debía reprender al varón constantemente. El teupeuta pidió sión, la esposa lo apoyó diciendo que él no podía deprimirse, en vez
a la madre que simulara ser la hlja, y al chlco, que la molestara e
importunara como solía hacerlo con su hermana. La madre debía
salir corriendo entonces entre chillidos hacia su hlja, quien represen-
1 de hacerlo como de costumbre, porque él estaba deprimido. De
esta mane:a lúdica e imaginativa se había generado entre marido
y mujer una nueva secuencia de interacción.
tando el papel de madre le diría: "No me molestes. Es un problema Cuando la familia acudió a terapia, el hijo era una metáfora de
tuyo, no mío". Esta escena fue ensayada varias veces en la sesión, las dificultades del padre y sus síntomas protegían a este. Las reyer-

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tas entre los hermanos eran una analogía de las desavenencias entre sin intervenir en absoluto. Una vez apagada la fogata, la terapeuta
los padres, siendo el mensaje implícito que el marido estaba celoso le dijo al chico que ahora sabía encender y apagar el fuego correcta-
de la inteligencia de su esposa. De hecho, la mujer había abandonado mente, señalándole con énfasis a la madre que podía confiar en su
su carrera dedicándose a apoyarlo a él en su depresión. Al final de hijo porque este sabía todo lo que había que hacer. Luego le indicó
la terapia, los niños ya no protegían a sus padres, los síntomas que, durante una semana, se hiciera un tiempo todas las noches para
habían desaparecido y los padres debatían más abiertamente sus reunirse con su hijo, encender una fogata y ·simular que se autoinci·
problemas y les hallaban solución. neraba, mientras él la ayudaba a apagar el incendio. Los demás
Meses después de la fmalización del tratamiento, el marido niños sólo debían asistir como espectadores.
escribió al terapeuta que a todos les iba muy bien. El hijo se estaba La interacción entre madre e hijo fue modificada de modo tal
comportando apropiadamente, tenía un buen desempeño escolar que, en vez de ayudar a su madre ofreciéndole un blanco para su
y participaba en actividades con sus pares. La madre había retomado ira, el chico la ayudaba de una manera lúdica cuando ella fmgía auto-
los estudios para obtener un título superior y al padre sus cosas le incinerarse. Antes, el chico la ayudaba amenazándola con provocar
estaban yendo mejor. La pequeña, como antes, no tenía dificultades. incendios; ahora la ayudaba por haberse convertido en un experto
en fogatas. Mientras el niño encendía fogatas en forma imprevisible,
se hallaba en una posición superior a su madre; cuando comenzó a
hacerlo bajo la dirección de su madre, quedó situado debajo de ella
Olso 9: El incendiario en la jerarquía.
Una semana después la familia retomó al consultorio e informó
Una madre consultó con motivo de que el mayor de sus cinco que el chico no había provocado incendios; repitieron el mismo
hijos, un chico de 1O años que tenía un hermano gemelo, era un procedimiento de prender una fogata y apagarla, pero esta vez fue
incendiario. La familia tenía muchos otros problemas: el padre de mayores proporciones, dentro de un canasto de desperdicios. La
los había abandonado poco tiempo atrás mudándose a otra ciu- terapeuta instruyó al niño acerca de diversos métodos para extinguir
dad, y no ayudaba económicamente a la madre, una portorriqueña incendios; luego le dijo a la madre que, dado que él se había conver-
que no hablaba inglés y no sabía cómo hacer para obtener el auxilio tido en un experto, tenían que concedérsele ciertos privilegios de
que necesitaba. La madre no se animaba a dejar a su hijo ni un que sus hermanos no gozaban, como prender la cocina en el hogar.
minuto solo, por temor a que prendiera fuego a la casa. La madre aceptó esto y manifestó que estaba segura de que el chico
En la primera entrevista, la terapeuta le dio al chico algunos fós- no volvería a provocar incendios nunca más.
foros y le dijo que encendiera uno, solicitándole luego a la madre En los dos meses siguientes, la terapeuta procedió a auxiliar a la
que actuara como de ordinario lo hacía cuando descubría al niño madre en sus otros problemas. El hijo no volvió a originar incendios.
encendiendo una cerilla. A continuación, la terapeuta dejó la habi- Con la ayuda prestada a la madre frente a sus demás dificultades, la
tación y pasó a observar desde detrás del vidrio de visión unidi- propia terapeuta la estaba protegiendo, y por consiguiente el chico
reccional. El chico encendió un fósforo a regañadientes, y la madre ya no precisaba hacerlo.
se lo sacó, quemando al chico al hacerlo.
Al ofrecer a la ira de la madre un blanco apropiado, el niño la
estaba ayudando: de ese modo ella podía culparlo y castigarlo. El
chico la hacía montar en cólera en vez de deprimida, contribuyendo COso JO: E/ Increíble Hulk
a que ella sacara fuerzas de flaquezas frente a todas sus tribulaciones.
La terapeuta dijo al chico que le iba a enseñar a prender bien los Profesionales del departamento de psiquiatría infantil de un
fósforos. Le explicó que hay que cerrar la cajita que los contiene hospital universitario recomendaron hospitalización para un niño
antes de encender uno, y que cuando el fósforo termina de arder hay de 5 años que tenía rabietas y cuya madre se declaraba incapaz de
que depositarlo con cuidado en el cenicero. Pidió luego a la madre controlarlo; Cuando la madre ya había iniciado todos los trámites
que hiciera una fogata con algunos papeles dentro de un cenicero y para su internación, el padrastro del chico, que lo había adoptado
simulara prenderse fuego a sí misma; el chico debía socorrerla legalmente, se negó a ello y manifestó su airado disgusto con los
apagando las llamas con un poco de agua que la terapeuta hizo traer profesionales por haberlo sugerido. El niño tenía una pequeña her-
al consultorio a ese fin. El hijo debía demostrar a la madre que manastra de dos años, hija de la madre y del padrastro.
sabía perfectamente cómo extinguir un incendio. Mientras sucedía La madre recurrió entonces a la atención ambulatoria del hospi-
esto, a los otros hijos se les permitió asistir como espectadores pero tal, y el caso fue derivado a terapia familiar. Se estimó necesaria

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la intervención de un terapeuta que supiera manejar con habilidad cual cerrarían la presunta puerta de ese cuarto y comenzarían a abra·
al padre, considerándose que este estaba socavando los intentos zarse y besarse. Se alentó al chico para que se condujera como el
de los profesionales por ayudar a la criatura. Increible Hulk, con gran despliegue de ruido y de acción. Lo hicie-
A la primera sesión asistieron la madre con sus dos hijos. El padre ron en dos oportunidades; a continuación, la terapeuta pidió a la
no lo hizo porque no obtuvo el correspondiente permiso en su madre que fmgiera tener ella una rabieta; el chico debía abrazarla,
trabajo. La madre era una mujer joven, atractiva e infantil. Cuando besarla y apaciguarla. Ambas dramatizaciones fueron b.~en realizada~,
el chico golpeaba sistemáticamente a su hermanita cada vez que deparando placer a madre e hijo. La terapeuta les diJO que quena
esta intentaba sacarle algún juguete, la madre observaba impotente. que practicaran esas escenas todas las mafianas en su casa, antes de
La terapeuta dijo al chico que no estaba permitido golpear a los que el chico se fuera a la escuela. o sea, el chic? rm~ía una rabie~a,
demás en la sesión, y él dejó de hacerlo. Los niños eran dos criaturas y la madre lo consolaría; luego, la madre !a ~mgma y ella con_sola.r_Ia,
hermosas y traviesas; su madre los contemplaba con una especie tal cual habían hecho en la sesión. Al termmo de la dramatizaciOn,
de maravillado estupor, como si no terminara de convencerse de que irían ambos a la cocina a tomar la leche y comer bizcochos. Por las
ella los había gestado y no supiera qué hacer con ellos. Trabajaba tardes cuando el niño regresara del colegio, volverían a representar
parte de la jornada como camarera, por las noches, para contribuir las rabietas, terminando también con leche y bizcochos. Además,
al sustento de la familia. Mientras ella estaba en su trabajo, los niños la madre llevaría registro del comportamiento del chico, mostrándole
se quedaban un tiempo con una niñera y el resto con el padre; ni un semblante feliz cada vez que él tuviera un día bueno Y frunciendo
la niñera ni el padre se habían quejado de la conducta del varón. el ceño cada vez que él tuviera un día malo.
No obstante, según la madre, la maestra del chico sí se había quejado· A la semana siguiente la madre telefoneó para decir que no necesi-
de su comportamiento en clase. taban venir a sesión, ya que el chico se había comportado ~u y bien
La terapeuta pidió al chico que dramatizara en la sesión una de y no había tenido más berrinches. Habían. ~ulado las rabietas t_al
sus rabietas a fm de mostrar cómo eran. El chico replicó: "Muy bien, como se lo indicara la terapeuta. Esta replico que eso la complacm,
voy a ser el Increible Hulk" .6 Infló el pecho, curvó sus brazos, hizo y que no había necesidad de que vinieran. También en las siguientes
un gesto horrendo y empezó a vociferar y a patear los muebles. Se semanas la terapeuta pudo saber, a través de llamadas telefónicas,
solicitó a la madre que hiciera lo que acostumbraba en esas circuns- que el niño seguía comportándose bien. La maestra informó, asirnis·
tancias. Ella procuró detenerlo, diciéndole en tono débil y poco mo que su conducta en la escuela había mejorado. Esta mejoría
persuasivo que debía calmarse. Quiso simular que lo llevaba a otro codtinuó pese a que la madre sufrió un accidente automovilístico Y
cuarto, como lo intentaba hacer en su casa, fracasando casi siempre debió dejar su trabajo y permanecer en su casa n:ucho tiem.~o. En u?
porque el chico se ponía a gritar y a golpear las puertas y ella temía seguimiento varios meses después, se comprobo que el runo seguia
que los vecinos la acusaran de maltratar a la criatura. Se le preguntó con su buena conducta y no tuvo rabietas.
si juzgaba que el chico estaba dramatizando su rabieta correcta- Explicitemos las hipótesis que sustentaron la intervención tera-
mente, y si en verdad esa era la forma en que él se comportaba en péutica en este caso. Si bien la madre se encon~raba, apa~entement~,
su casa cuando tenía tales berrinches. Ella respondió que la dramati· en una posición superior a su hijo, porque cUidab.a.~e ~1 Y ~rove1a
zación era correcta; la terapeuta pidió al chico que lo hiciera una a su sustento encubiertamente se hallaba en posicton mfenor por
vez más. El chico dijo entonces: "Voy a ser Frankenstein", e inició su incapacidad de gobernarlo. Al pedírsele a la madre q?e fmgiera
su rabieta, esta vez con el cuerpo más rígido y el rostro adecuado una rabieta y al chico que la consolara, la terapeuta coloco el acento
a la fisonom~a del monstruo Frankenstein. en uno de los aspectos de la jera quía incongruente: aque_l en :~cual
La terapeuta charló más tarde con el chico acerca de Frankenstein la madre se hallaba en posición inferior al hijo. Pero la s1tuac10n en
y el Increible Hulk, interrogándolo sobre sus programas de televisión su totalidad -las rabietas fmgidas del chico, las rabietas fmgidas de
predilectos, y felicitando a la madre por haber criado un hijo tan la madre y su desvalimiento, y la ayuda solícita que, el chico ~~
inteligente e imaginativo. prestaba- era una simulación imaginaria y lúdica; y asi se res~lv10
Se solicitó luego a madre e hijo que simularan en la sesión que el la incongruencia. Además, los besos y abrazos, la leche y los bizco-
chico tenía una rabieta y la madre se lo llevaba al otro cuarto, tras lo chos, acercaron a madre e hijo, sin incluir a la hija menor (evidente
objeto de celos).
Otra hipótesis formulada en este caso fue que la madre actuaba d~
6 Se refiere a la popular serie televisiva en la que el personaje central, un mé- manera incompetente y desvalida como una forma de elevar la p~si­
dico buen mozo, se convierte en un monstruo de fuerza sobrehumana cada vez ción del padrastro en la familia, en particular :~n res~ecto al hiJO.
que se comete una injusticia, y emplea su poderío para enderezar entuertos. Cuanto más se lamentaba la madre de que su hiJO era mgobernable,

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má~ co"?pe~ente y eficaz parecía el padre frente a este, ya que no que el niño, a través de sus síntomas, está protegiendo a uno o am-
tema nmgun problema para controlarlo. Esta es una maniobra bos progenitores, o a algún otro familiar.
común de las madres que procuran dotar a un padrastro de poder 3. Planea una intervención en la forma de una directiva que el o
y autoridad sobre sus hijos, y lograr que se haga respetar por ellos. Jos progenitores tienen que impartir al niño. Los otros miembros de
La negativa del padrastro a internar al chico y su enfrentamiento la familia participan con funciones auxiliares. La directiva incluye
con el personal del hospital robustecieron aún más su condición una prescripción de: a) tener el problema, o b) simular tener el pro-
de jefe de la familia. En este sentido, la madre había triunfado. El blema, o e) simular ayudar a los padres.
problema ahora era resolver el "síntoma" del chico manteniendo la 4. Por lo general, la directiva es practicada primero en la sesión y
posición superior del padre y suscitando una conducta más idónea luego cumplida en el hogar.
de la madre. Para resolver este problema, no era menester ver al 5. En la sesión siguiente, se requiere un informe sobre el cumpli-
padre. En lugar de ello, la terapeuta brindó a la madre un foco cari- miento de la directiva, y el terapeuta continúa prescribiendo la mis-
ñoso y lúdico en tomo del cual relacionarse con su hijo. Como re- ma directiva.
sultado de esto, ella pudo desenvolverse en una nueva esfera de 6. A medida que sobreviene un cambio y desaparece la conducta
interac~ión (con s_us simulaciones, sus besos y abrazos, y la leche problemática, el terapeuta abandona la cuestión del síntoma y em-
Y los ?~_cochos) sm entrar en competencia con el padre ni minar pieza a abordar otros problemas de la misma o de otra manera, o
SU pOSIClOn. bien pone término a la terapia, cuidando siempre de que la mejoría
del niño le sea atribuida a los padres.

Las técnicas terapéuticas descriptas se caracterizan por el uso de


Resumen y conclusiones modalidades de comunicación apropiadas a los niños, como drama-
tizaciones, simulaciones y juegos de imaginación. Estas directivas
Se ha_ propuesto aquí que la conducta perturbada o perturbadora "imaginarias" han sido empleadas con éxito en todas las clases
?e _los ~Iños es resultado de una incongruencia en la organización socioeconómicas y en familias de diversos antecedentes étnicos.
J~rarqmc~ de la familia. Los padres se hallan en una posición supe- Son útiles para superar las resistencias, a causa del goce que extraen
nor al milo por el hecho de ser padres, pero el hijo se halla en una las familias del carácter lúdico de esas directivas. En una terapia
po_si~ión superior a ellos porque los protege con su conducta sinto- directiva hay necesidad de intervenciones flexibles, del tipo de estas
matica, que a menudo expresa metafóricamente las dificultades de directivas "imaginarias", para dar cabida a la flexibilidad en el cam-
los cónyuges. Se expusieron tres enfoques terapéuticos para pro- bio y a la espontaneidad en la reestructuración de las relaciones.
curar que los padres resuelvan el problema que presenta el niño al Estas técnicas obran con máxima eficacia cuando hay entre padres
par que se soluciona la incongruencia en la jerarquía fantiliar. e hijo un vínculo básico de amor y solicitud benévola. En cambio,
La ventaja que el niño deriva de su conducta sintomática es que cuando entran en juego la violencia y el abuso, debe utilizárselas
p~otege a los padres suministrándoles un foco de inquietud que con- con precaución, ya que el juego, si es forzado, puede convertirse
tnbuye a que esquiven sus propias dificultades y pasen por alto sus en una ordalía o en un castigo.
fallas; Esta ven~aj~ es la gananc~ interpersonal que el niño extrae Las directivas paradójicas de simulación presentadas en este
~e~ smtoma -similar a la ganancia secundaria de la teoría psicoana- capítulo y en el anterior incluyen dos estrategias: 1) La persona
htica, que en este enfoque pasa a ser la ganancia primaria-. En las sintomática es alentada a que simule tener el síntoma; en el caso
tres estra~:gias terapé~ticas aquí presentadas, la ganancia interperso- de un adulto, se insta a su cónyuge a que critique el cumplimiento
nal_del nmo se mantiene en tanto que el síntoma desaparece. Vale de la directiva; en el caso de un niño, puede instarse a un progenitor
dec.rr, en los ejem~los ofrecidos, el terapeuta logró que el niño man- a que simule ayudar al niño cuando este simula tener el problema.
tuVIera la ganancia interpersonal organizando una manera distinta 2) Los padres de un niño sintomático son alentados a simular que
en que él podía proteger a los padres, y/o brindando otras soluciones están necesitados de la ayuda y protección del niño, y a este se lo
para las dificultades de estos. alienta a simular que ayuda a sus padres cuando ellos simulan nece-
Al llevar a cabo esta terapia, el terapeuta sigue ciertos pasos: sitar su ayuda.
En una y otra estrategia, la segunda etapa de la terapia, luego de
, l. Defme con claridad el problema y establece objetivos espe- haber solucionado el síntoma, consiste en intervenir en la organiza-
Cificos.
ción jerárquica de la familia. Si se trata de una pareja, el terapeuta
2. Conceptualiza el problema (para sí solamente) considerando se afana por establecer una relación más igualitaria entre ellos, de

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93
modo que un esposo no recurra al poder que le confiere el desvali· lar un problema analógico con respecto al síntoma del niño dicho
miento provocado por el síntoma. Si el problema se presenta en un síntoma se vuelve una metáfora del problema "simulado" del' proge-
~o, _se estimul~ a los padres para que se hagan cargo de sus hijos nitor: se ha convertido en una metáfora de una metáfora y ha dejado
bnndandoles gUia. y apoyo, y también de sí mismos -específica- de expresar lo que denotaba originalmente. Si los terrores nocturnos
mente, de su trabaJO y de la organización de la familia-. de una criatura son una metáfora de los temores de su madre, y se
Las dos estrategias expuestas -las directivas de simular tener el pide a esta, en el contexto de auxiliar a su hijo para que supere sus
síntoma y de simular ayudar a los padres (mientras estos simulan terrores nocturnos, que simule tener miedo, queda implícito que a
que tienen un problema)- son semejantes, pero no iguales, a las de la madre se le pide que tenga miedo como lo tiene el niño. Los terro-
o~ros e~foques paradójicos. Veamos cuáles son sus semejanzas y res nocturnos de este, metafóricos con respecto a los "reales" temo-
diferencias. res de la madre, son ahora metafóricos respecto de los temores
''fmgidos" de la madre, que a su vez son una metáfora de los terro-
l. Cuando a una persona con un problema se le pide que simule res nocturnos del niño. El síntoma, como metáfora, ya no representa
tenerlo, no se la supone incapaz de esa simulación (como ocurre un problema ''real", sino un problema metafórico. De la misma ma-
cuando s~ prescribe el síntoma). Por el contrario, se la ayuda e ins· nera, si los dolores de cabeza de un niño son metafóricos respecto de
t~ye cmdadosan:ente para que simule lo mejor posible, ya que sí los "dolores de cabeza" de su padre, y se pide al padre, en el con-
snnula tener el smtoma no puede tenerlo "realmente" -de no ser texto de la terapia destinada a curar a su hijo los dolores de cabeza,
así, no estaría simulando-. Si alguien simula tener un dolor de que simule tener dolores de cabeza -siendo que, de heého, el padre
cabeza, no puede sufrir un "verdadero" dolor de cabeza. La simula: los tiene habitualmente-, el síntoma del niño deja de ser una analo-
ción impide que sobrevenga el fenómeno mismo que la simulación gía de los dolores de cabeza "reales" del padre y se convierte en una
representa. analogía de sus dolores de cabeza "fmgidos", que a su vez son una
2. La directiva paradójica de prescribir el síntoma ha sido com- analogía de los "reales". El síntoma del niño deja, pues, de expresar
prendi~a en términos de la !esistencía de los pacientes. Vale decir, un problema "real".
e~ paciente acude a la terapia porque no puede dejar de actuar de 5. Un síntoma infantil no sólo expresa un problema parental, sino
cierto modo, aunque preferiría no actuar así, y ni sus familiares ni que es además un intento de resolverlo, ofreciendo un foco para la
sus amigos han sido capaces de ayudarlo. Es previsible que se resista inquietud del progenitor y suscitando atención benévola o ira puni-
a la tentativa del terapeuta de influir en él para que cambie. Pero si tiva, al par que orienta a los padres respecto de su situación como
en lug~r de influir en él para que cambie, el terapeuta le requiere tales y así los aparta de cualquier otra situación turbadora que pudie-
esa n:1s~~ cond~cta que se. supone que debe impedir, el paciente ran estar vivenciando. La directiva de que el progenitor simule tener
se resistua cambiando y dejando de actuar de manera sintomática. el problema y el rtiño simule ayudarlo remplaza la situación "real",
~n la directiva par~dójica de simular el síntoma, se espera del pa- en la que el padre de veras tiene el problema y el niño de veras lo
Ciente, no que se reSista, sino que coopere en la simulación. ayuda, por un "como si". Como el padre fmge necesitar la ayuda
3. Cuando una persona sintomática simula tener el síntoma del niño, con ello está indicando que no necesita "realmente" esa
se solicita a sus familiares que critiquen la manera en que lo hace: ayuda y que el niño no está ayudándolo "realmente". Cuando este
para que la persona realice una simulación más realista. Así, se intro- mensaje es claro, el niño abandona su comportamiento sintomático
duce un cambio en la conducta de la familia, que es parte intrínseca y la simulación deja de ser necesaria.
de !a conducta sintomática y habitualmente consiste en ayudar 6. Este enfoque se asemeja al de la prescripción de las reglas del
benevolamente a la persona para que supere el síntoma. En vez de sistema {Palazzoli y otros, 1978). Pero aquí lo que se prescribe es
pedir a lo~ dem~s. miembros de la familia que brinden apoyo y con- ..._una nueva puesta en práctica de esas reglas a modo de un juego; las
suelo .al smtomatlco, se les pide que lo critiquen; en vez de instar reglas son "imaginarias", no "reales". No se supone que la familia
al pacient~ a q~: deje el síntoma, se lo insta a que lo realice mejor. va a resistirse cambiando las reglas; se supone que va a simular.
Cuanto mas cnbcos se muestran los familiares, más se infiere de esto Como consecuencia, las reglas dejan de ser "reales" y se trasforman
que la conducta sintomática del paciente no es algo natural en él, 0 en un "como si".
sea, que es una clase de persona diferente de lo que aparenta. 7. Al impartir la directiva de.simular, la metáfora deja de repre-
, 4. A veces, en vez de pedir al niño sintomático que simule tener el sentar a la realidad: se convierte en la representación de una realidad
smtoma, el terapeuta le pide al progenitor que simule tener un sín- "fmgida" o en una realidad metafórica, y, por ende, en una metáfora
toma parecido al del niño. Cuando el síntoma de un niño es analógi- de un orden diferente: una metáfora de una metáfora. La realidad
co con respecto al problema de un progenitor, y se pide a este simu- ha desaparecido. Ya no puede discernirse la metáfora de primer

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orden de la de segundo orden, y no puede expresarse con ella una 5. Problemas de los padres:
realidad o empleársela para intentar cambiar la realidad. Si la "de-
presión" de un marido es una metáfora de la situación de rechazo en
la modificación de las interacciones
que se encuentra así como una tentativa de involucrar a su esposa, y entre padres e hijos
se pide al marido que simule estar deprimido para que su esposa
no sepa si está fmgiendo o si "realmente" está deprimido, la "simu-
lación" de la depresión es una metáfora de la "depresión", que a su
vez es una metáfora de la situación del marido. La depresión "real"
ya no se distingue de la "fmgida" y por consiguiente no puede ex-
presar la realidad de una situación o ser utilizada para modificar La conducta perturbadora de un niño ayuda a sus padres al ge-
dicha realidad. nerar un sistema de interacción que es analógico de otro sistema
8. Cuando a una secuencia de interacción se la rotula "Esto es de interacción farrúliar. La secuencia de acontecirrúentos sería la
imaginario", les resulta difícil a los participantes volver a un marco siguiente. El progenitor A se conduce en una forma perturbada o
rotulado como "Esto es real". El terapeuta puede usar esta dificul- perturbadora, como parte del Sistema de Interacción A de la familia.
tad para confundir y eliminar la realidad de un síntoma, y para En deterrrúnado momento, un hijo se conduce de una similar manera
cambiar el sistema de interacción en que dicha realidad se basa. perturbada o perturbadora, como parte del Sistema de Interacción B
En el capítulo 3 vimos que rrúentras un marido deprimido fmgía es- (que es similar al Sistema de Interacción A). El Sistema de Interac-
tar deprimido, su esposa y el terapeuta criticaban su dramatización. · ción B remplaza en la familia al Sistema de Interacción A. Si el
Luego de varias tentativas para parecer deprimido, el hombre dijo, Sistema B es abandonado, la farrúlia podría retornar al Sistema A,
exasperado: " ¡Cómo puedo simular estar deprimido si me siento que a la postre llevará a que se reinstaure el Sistema B. El rrúsmo
en el mejor de los mundos!". A lo cual su esposa replicó: "¿Real- sistema de interacción puede reiterarse varias veces, con variaciones
mente te sientes así?". El sistema de interacción entre los cónyuges cíclicas en el foco de la interacción (1. Sojit, comunicación per-
ha ca111biado, y la esposa ya no sabe si la depresión o el optimismo sonal, 1979).
de su marido son fmgidos. En ciertas familias, no es preciso que un niño tenga efectivamente
un "síntoma" para servir de foco a la preocupación de sus padres:
la misma función puede cumplirla un rasgo de personalidad (tirrúdez
extrema, retrairrúento, sarcasmo, crueldad, egoísmo o frivolidad).
Los rasgos de personalidad observados en los llamados "problemas
caracterológicos" cumplen en la familia idéntica función que los
síntomas aquí descriptos, y les es aplicable el rrúsmo enfoque tera-
péutico (N. Madanes, comunicación personal, 1979). El terapeuta
debe abordar estos casos pensando que el rasgo del niño es una
metáfora de la situación en que se encuentra alguna otra persona
de la familia.
El problema del terapeuta consiste en conseguir que el niño
renuncie a su conducta sintomática, provechosa para los padres,
Y en conseguir que estos renuncien a un sistema de interacción que
cumple una función útil pero desafortunada en la familia. Para resol-
ver este problema, se expusieron en el capítulo 4 varias estrategias
paradójicas. Aquí presentaremos otra perspectiva.

Estrategias y ejemplos de casos

En lo que sigue se describen tres enfoques para modificar el


sistema de intefcción y resolver los problemas del hijo: I) el cambio

96 97
de la acción metafórica; 2) el suministro de una metáfora para el1 comprara, u_na caja con cien alf1leres y la llevara a casa; esa tarde
éxito en lugar del fracaso; 3) el cambio de la solución metafórica. se sentarla Junto a su hijo mientras este introducía todos los alfileres
en la muñeca, uno por uno, contándolos a medida que lo hacía.
De esta manera, practicaría la inserción de los alfileres en el lugar y
Estrategia 1: El cambio de la acción metafórica la forma apropiados, y a la vez ejercitaría su aritmética, lo cual sin
duda alguna lo beneficiaría en sus tareas escolares. Una vez que
El terapeuta puede modificar la conducta perturbada de un hijo hubiera puesto todos los alfileres a la muñeca, se los retiraría uno
remplazando su síntoma por otra acción, de modo tal que la nueva por uno y los volvería a colocar en la caja. 2 Madre e hijo harían
acción metafórica cumpla una función positiva en la familia sin las esto juntos todas las noches en un cuarto a solas, con las puertas
consecuencias infortunadas del comportamiento sintomático. Los cerradas, para que los otros hermanos no interfirieran. Era un asunto
ejemplos que siguen ilustran este enfoque. entre ellos dos.
La familia volvió a sesión la semana siguiente. Habían hecho todo
lo indicado, y el chico no se había clavado alfileres en ese lapso
ni se los había clavado a otros.
Caso JI: La herida autoinfligida Tras eso, el síntoma no apareció más. El próximo paso de la
terapeuta era auxiliar a la madre con sus problemas de salud y sus
Un niño de 8 años fue derivado a terapia porque tenía en la parte dificultades económicas y laborales, orientándola hacia los organis-
media del cuerpo, en la zona del estómago, una herida de alrededor mos de asistencia médica y social que podrían ayudarla. También
de cinco centímetros de largo y dos de ancho, que no cicatrizaba y dedicó cierto tiempo a organizar actividades para el chico y sus
estaba continuamente infectada. Era el resultado del hábito que hermanos, de modo que no quedaran tantas horas solos en el de-
tenía el niño de clavarse alfileres, hábito en el que persistía para partamento. Planeó junto con la madre las actividades de esta,
in
ijl consternación de sus pediatras.
tendiendo a que pasara más tiempo con sus hijos y por lo menos
,, La madre, una mujer corpulenta y obesa, estaba abrumada por una vez a la semana hiciera algo especial con ellos. Se dispuso que
~~
";: las dificultades sociales y económicas y padecía serias dolencias los niños fueran directamente de la escuela a un centro recreativo
; :
físicas vinculadas con su obesidad. Tenía tres hijos varones, todos a practicar deportes. Mientras se iban desarrollando estos planes,
los cuales escapaban a su control. Ella trabajaba como mucama y se aproximó el verano, y se hicieron nuevos planes para todos los
los chicos se quedaban muchas horas solos en el departamento chicos, adecuados a la temporada. Madre e hijo continuaron cla-
cuando regresaban de la escuela, dedicándose a destruir el mobiliario. vando y desclavando agujas en la muñeca durante dos o tres sema-
nas, y luego la terapeuta abandonó el tema.
No vivía con ellos ningún hombre adulto.
El chico de marras no sólo se insertaba alfileres en su propio Al comienzo de la terapia, la conducta perturbada del chico era
cuerpo sino que también lo hacía en el de su madre y en el de otras una metáfora de las dolencias de la madre. El hijo se insertaba
personas que estuvieran junto a él. Ya en la escuela se habían que- alfileres en el vientre causándose una herida; la madre comía dema-
jado de que pinchaba a otros niños. La madre había intentado casti- siado y se enfermaba. El sistema· de interacción entre el hijo, la
garlo de diversas maneras, pero sin lograr modificar su conducta. madre y los médicos era una metáfora de la interacción entre la ma-
A la primera entrevista acudieron la madre y los tres hijos. La dre y los médicos. El hijo se clavaba alfileres; la madre le decía que
terapeuta explicó a la madre que el problema del chico consistía en no lo hiciera; el hijo lo hacía de todos modos; la madre lo llevaba al
que no insertaba los alfileres en el lugar adecuado: su vientre no médico, y el médico le decía que no lo hiciera. La madre comía
era un buen lugar, ya que le provocaba esa horrible herida y que, en exceso aunque sabía que no debía hacerlo; entonces se enferma-
como todo el mundo sabe, hace mal meterse alfileres o metérselos ba e iba al médico, quien le decía que no debía comer en exceso.
a otros. Pidió a la madre que la ayudase y se comprometiera a
trabajar con el niño para que este aprendiera dónde y cómo debía 2 La estrategia terapéutica empleada en este caso tiene alguna similitud con
meter los alf:tleres. La madre prometió cooperar. La terapeuta le dio la utilizada por Mil ton Erickson (cf. Haley, 1973, pág. 209) con un chico que
una muñeca de goma con aspecto de duende y le dijo que únicamen- no dejaba de hurgarse una llaga que tenía en su frente. Erickson sustituyó esa
te la utilizaría con ese hijo y no con los otros dos. Le encargó que lamentable compulsión por la de escribir sin errores de ortografía, dando así
al niño la oportunidad de responder a las exigencias estrictas de su padre.
Aquí. la compulsión a clavarse alfileres en el vientre es sustituida por la com-
1 Los terapeutas en los casos que ilustran estos enfoques fueron Michael Fox, pulsión de clavárselos a una muñeca, permitiendo que este niño solitario esta-
Anne González y Virginia López. blezca una relación más estrecha, afectuosa y positiva con su madre.

'1 98
ti
:,11
El síntoma del hijo era beneficioso para su madre porque centra- mal de ojo. La terapeuta procuró persuadir de muchos modos a
ba su atención en él más que en sus propias dificultades físicas o la pareja de que su hija tenía que someterse a ese examen, pero
sociales La madre luchaba contra la conducta autodestructiva del ellos se mantuvieron firmes en su posición: estaban bajo la influen-
nifio e~ vez de luchar contra su propia conducta autodestructiva, cia del mal de ojo, y la medicina nada podía hacer.
y se ponía en contacto con médicos que procurab~ camb~ar ~hijo. la terapeuta consultó con su supervisora y planeó una interven-
El primer paso de la terapia consistio en cambiar el Sig~~ado ción estratégica. Dijo a la familia que esa semana había pasado mu-
de la acción metafórica, de modo tal que clavar alfileres .no sign~fica­ cho tiempo reflexionando sobre ellos, llegando a la conclusión de
ra ya infligir una herida, sino que fuera una conducta mapropiada, que en efecto estaban bajo el influjo de un mal de ojo. Sólo esto
con respecto al lugar en que debían ser clavados los alfileres. podía explicar el hecho de que tanto el padre como la hija estuvie-
El segundo paso consistió en cambiar la acción del niño, par~ que sen enfermos. Les dijo que había consultado a su supervisora, una
en vez de clavarse alfileres a sí mismo se los clavara a una muneca. argentina más experimentada que ella, quien le contó que en su
Además ese acto dejaría de tener la característica solitaria y hostil país existía para el mal de ojo una cura infalible. ¿Les interesaría
que tuv~ en el pasado, ya que tendría lug~r en p;esencia de la ma- conocerla? Ellos respondieron que por cierto les interesaba, y que
dre, quien tomaría la iniciativa y colaborana con el._Antes, la madre harían todo lo posible para librarse de esa influencia maligna.
se dirigía a su hijo fundamentalmente para reganarlo; ahora, se la terapeuta dijo que la madre debía ir de inmediato a la tienda
estableció entre ambos, en tomo del clavar alf:tleres a la muñeca, un y comprar algunos metros de cinta roja, con la cual confeccionaría
lazo emocional positivo. El chico seguía ayudando a su madre al unos lazos para cada integrante (padre, madre, hija y hermanos),
mantener la atención de ella centrada en él, pero ahora podía ha· que cosería por dentro en su ropa interior. Todos tenían que usar
cerio a través de una acción metafórica diferente. La. conduc~a estas cintas rojas cosidas a su ropa permanentemente, en particular
del nifio -clavar alfileres a una muñeca cien veces por dia- segu_1a cuando salían de la casa. Con esto el mal de ojo sería neutralizado.
siendo anormal, pero ya no se dañaba a sí mismo ni a _Jos demas. la familia volvió a sesión la próxima semana. La madre había
En el tercer paso, la terapeuta ayudó a la madre de '!Jversas. ~­ hecho lo que se le dijo, y la hija no había tenido ataques. El padre
neras a mejorar su situación. Al modificarse en un sentido poSitivo se sentía mejor. Conversando con la familia, la terapeuta comprobó
la situación de la familia y al abordar la madre sus problemas en que padre e hija estaban siempre juntos, ya que por sus dolencias
forma directa, el sistema metafórico de interacción que incluía al tenían que quedarse en casa, en tanto que la madre, por su trabajo,
hijo dejaba de ser necesario. estaba muy apartada de ellos y en gran medida había renunciado a
su posición como esposa y como madre. La terapeuta puso de
relieve que los padres tenían que ponerse de acuerdo en las deci-
siones acerca de su hija y del hogar, y comenzó a orientarlos hacia
Cilso 12: El mal de ojo una función ejecutiva conjunta, en vez de la abdicación de la madre
en favor de su hija quinceañera.
Una pareja portorriqueña llevó al hospital a su hija de 15 años Una semana más tarde, la chica seguía sin ataques y se había
porque tenía frecuentes ataques. Se la sometió a examen, Y el. pe- reintegrado a la escuela, al par que el padre estaba tomando los
diatra recomendó un electroencefalograma (EEG) para detenrunar recaudos para volver a trabajar. la terapeuta dijo que tal vez ahora
si eran de origen epiléptico. Los padres se negaron a que se le hici~­ fuera posible sacarse las cintas rojas, dado que la familia no parecía
ra esa prueba. Se pidió la intervención de una terapeuta portom· seguir.,.¡.stando bajo la influencia del mal de ojo. la familia aceptó.
queña para que se comunicara con la familia en español Yla conv~~­ Volvieron la próxima semana y comentaron que habían eliminado
ciera de la necesidad de practicar el EEG, por la preocupante posibi- las cintas pero que la hija había tenido un ataque. la terapeuta re·
lidad de que hubiera epilepsia. plicó que evidentemente había sido un error sacar las cintas, y que
la terapeuta conversó con la familia y pudo enterarse de que la debían continuar usándolas, ya que a todas luces eran esenciales
chica faltaba permanentemente a la escuela por el temor de sufrir para preservarlos del mal de ojo.
un ataque allí. También el padre estaba siempre enfermo, con la familia volvió a usar las cintas rojas y los ataques cesaron. la
dolencias no del todo claras, y no trabajaba. la madre salía a tra- chica retomó sus estudios y el padre su trabajo. la terapeuta se
bajar mientras padre e hija permanecían en el hogar. reunió con la familia unas semanas más, procurando restaurar la
Los padres afirmaron que no querían que se practicase el EEG apropiada posición de la hija en la jerarquía y la posición superior
porque estaban convencidos de que no se trataba de un problema del padre, que parcialmente había perdido por quedarse enfermo
médico: lo que estaba afectando a la familia era la influencia de un en casa mientras la mujer trabajaba.

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_,_.,"
100 ~ BIBLIOTECA DE CIENCIAS
iff SOCIALES YHUMANIDADES
los a superar su situación hogareña y laboral, ellos se fueron adaptan-
En este caso los síntomas de la hija y la negativa de los padres a do mejor a la cultura, y el sistema metafórico de interacción que
avenirse al pedido del médico eran una metáfora del desafío a la involucraba a la hija dejó de ser necesario.
cultura norteamericana por la familia. Vale decir que el ~roblema
presentado, que no eran sólo los ataques de la mucha~ha, smo tam·
bién la renuencia de los padres frente al EEG, constituta un acto Estrategia 2: El suministro de una metáfora para el
metafórico de desafío a la cultura: el mal de ojo era más ~deroso éxito en lugar del fracaso
que la medicina estadounidense, qu_e l.a escuela e~tadourudense a
la que se quería enviarla y que la fa~nca estad~?rudense donde_ ~1 Si un hijo ayuda a los padres en formas desafortunadas, el tera-
padre debía trabajar. Al aceptar la mterpretacton _que la f~ peuta puede procurar otras formas, más positivas, en que brinde
hacía de su propia situación, la terapeuta se les sumo en su desafto.
esa ayuda. Un hijo sintomático expresa metafóricamente los fraca-
No obstante, el hecho mismo de aliarse con ellos contra el mal de
sos de un progenitor. El terapeuta puede organizar las cosas de modo
ojo cambió la metáfora expresada por su c.o~ducta perturbada.
que se acredite por adelantado a ese progenitor la mejoría de su
Antes de la terapia, la !amilia desafiaba metaf?n~amente la cultu.ra
hijo. Esta mejoría debe definirse, antes de que suceda efectivamente,
representada por los medicos, la escuela y la fabnca. Con la terapta,
como un índice de que el progenitor tiene éxito y es una persona
la familia, junto con la terapeuta, desaftaron metafóricamente el
idónea, que ha superado las dificultades de su vida y puede auxiliar
mal de ojo y lo derrotaron.
a su hijo para que haga lo mismo. las nuevas conductas apropiadas
El síntoma de la hija había sido útil a los padres al prove~rlos .d_e
una metáfora mediante la cual podían desafiar a la cultura sm sufnr del hijo pueden entonces convertirse en metáforas de los éxitos, y no
las consecuencias que podría haber acarreado un cuestion~ento de los fracasos, del padre o de la madre. Si el progenitor triunfa, la
más directo. Su síntoma era, particularmente, una proteccton para conducta problemática del niño pierde su función, ya que deja de
ser una analogía de los fracasos del progenitor.
el padre, ya que lo eximía hasta cierto punto de ser _el eje de ~se
desafío a la cultura, por su enfermedad y su renuencta a .~~baJar.
la afección de la chica también ayudaba a la madre, perrruttendole
acudir a su trabajo en la certeza de que su hija le haría compañía
al padre y lo atendería. , Caso 13: Un niño deprimido
El primer paso de la terapia consistió en aceptar la metafora de
la familia, según la cual ellos eran víctimas de un poder más gran~e Se trajo a consulta al departamento de psiquiatría a un niño de
que el de la medicina norteamericana. El segundo paso fue cambt~r 13 años a quien se le había diagnosticado una depresión infantil
la acción metafórica de la familia de modo tal que, aunque contt· grave en una agencia de servicios asistenciales para la familia. En el
nuaban desafiando la cultura circundante, no lo hacían mediante examen psiquiátrico en el hospital se averiguó que también su madre
ataques o misteriosas enfermedades sino venciendo al mal de ojo X y uno de sus primos habían estado gravemente deprimidos. Los
tornándolo inocuo. Esto se logró cuando la terapeuta les ofrecto miembros del personal inclinados a una terapia biológica considera-
una cura "infalible" proveniente de una cultura latina como la de ron interesante esta información, pero se aconsejó someter el caso
a la evaluación de un terapeuta de familias.
ellos, pero aún más distante de la cultura norteamericana que la
de Puerto Rico. Además, al encargar a la madre que comprara y El chico tenía accesos de llanto, pasaba la mayor parte del día
sentado sin hacer nada, los dos últimos meses se había negado a
cosiera las cintas, la terapeuta puso bajo s_u control la acción qu~
concurrir a clase, y amenazó con suicidarse. Había estado en trata-
condujo a la cura, y de este modo comenz?. a restau~arla en l_a poSI-
ción que le correspondía dentro de la familia. la chica seguta ayu- miento individual con una terapeuta que mantenía la firme opinión
de ·que no debía sometérselo a tensiones, y que pidió la consulta
dando a los padres atrayendo sobre sí su atenci~n, pero a través. ~e
una diversa acción metafórica. El comportamiento de la familia porque le preocupaba que el chico empeorase. Corno parte del plan
continuaba siendo anormal -no es normal tener que usar cintas de tratamiento, su madre también había sido atendida individual-
mente en la misma agencia.
rojas en las prendas íntimas para evitar ataques y dolencias-; n~
obstante el intento de cambiarlo por parte del terapeuta resulto Como el personal del hospital había barajado la posibilidad de
prematu;o, ya que provocó un ataque. Así, las cintas debieron internar al niño y someterlo a una terapia individual de largo plazo
ser colocadas de nuevo, y padre e hija mantuvieron ~u buena ~ud. -con la posible consecuencia de que iniciara una "carrera" de enfer-
En el tercer paso de la terapia, la terapeuta junto a la pareJa en mo mental-, antes de la primera entrevista se resolvió que el tera-
su doble condición de progenitores y de marido y mujer. Al ayudar- peuta aconsejaría a los padres que lo obligasen a ir a la escuela

102 103 ..
cuanto antes, para retomar así la vida normal de un chico de 13 mente el padre insistiera entonces en que ella debía mostrase activa
afios. Se presumía que, por las depresiones que sufriera la madre en y cuidar de sus hijos y del hogar, y probablemente la madre repli-
el pasado, la "depresión" de su hijo era una metáfora de la de ella, caba que no podía hacer eso porque estaba deprimida y no toleraba
y que el nifio permanecía en la casa haciéndole compafiía a la madre el stress. El sistema de interacción en tomo de la depresión del chico
y suscitando su inquietud y protección porque de ese modo la madre era idéntico al que tenía como eje la depresión de la madre. Ambos
quedaba centrada en los problemas de su hijo en lugar de ocuparse desembocaban, probablemente, en que el padre retiraba sus deman-
de los suyos propios. Se ignoraba qué sistema de interacción podía das y hacía alguna cosa especial para la madre, tan abrumada por su
haberse desarrollado en tomo de los síntomas del niño. propia depresión o la de su hijo. Si el chico estaba deprimido, la
Se planeó que al comienzo de la sesión el terapeuta redefmiría el madre no necesitaba deprimirse para que se produjera el mismo
problema como una negativa a asistir a la escuela, y la depresión, sistema de interacción.
como una consecuencia de quedarse en casa sin hacer nada. El Es probable que la participación de los profesi<vtales fuera idénti-
terapeuta apelaría entonces a la madre en su condición de experta ca en ambos sistemas de interacción. Cuando el padre afirmaba que
en superar depresiones, definiéndola como una persona competente debía forzarse el chico para que asistiera a clase, los profesionales
que, en vez de seguir deprimida, había logrado s~perar su depresión. lo sofrenaban. Cuando la madre se deprimía, quizás el padre era tam-
Basándose en este éxito, la madre tendría la responsabilidad de hacer bién refrenado de plantear mayores demandas a la madre por el
que su hijo fuera a clase. Así, si el chico se quedaba en la casa, su médico de esta, que preocupado por su depresión la tenía bajo ·
conducta era una metáfora de la depresión de la madre, pero si iba medicación. El sistema de interacción que abarcaba a madre, padre,
a la escuela, era el resultado del éxito y la competencia de la madni. 3 hijo y profesionales era una metáfora del que abarcaba a madre,
Al comenzar la primera sesión el terapeuta dijo que, según él lo padre y médico, y lo sustituía.
entendía, el problema por el cual lo consultaban giraba en tomo de Los padres describieron la posición del pediatra, la asistente so-
la negativa del hijo a concurrir a la escuela. La madre lo corrigió de cial y la psicóloga que intervino en el caso, cuyo consejo era que no
inmediato, replicando que lo consultaban por la grave depresión del se presionara al chico para volver a la escuela. El terapeuta explicó
hijo, cuya consecuencia era que no iba a la escuela. Sin embargo, que él tenía otro punto de vista. Creía que si el chico se quedaba en
el padre afirmó que él pensaba que los llantos y trastornos del chico su casa sentado sin hacer nada no podía sino intensiflcarse su tris-
eran problemas normales en un adolescente, y que había que obli- teza, y que debía hacer lo que hacen todos los chicos normales de
garlo a ir a clase. El terapeuta aprovechó esta oportunidad para su edad: ir al colegio.
definir el problema: el chico solía estar normalmente triste, pero El plan consistió en utilizar la analogía entre el comportamiento
se deprimía cuando dejaba de asistir a la escuela. Presentó así la de la madre y el del hijo, para que pudieran igualarse no sólo en su
depresión como la consecuencia, y no la causa, de su negativa a ir depresión sino también en su éxito en vencerla. Por esta razón el
a la escuela. terapeuta preguntó a los padres si alguno de ellos había tenido ~ro­
En el pasado, cuando el padre proponía que obligasen al chico a blemas semejantes a los del hijo. La madre contó que, luego de
ir a la escuela, o bien la madre planteaba objeciones, o bien interve- haber dado a luz a mellizos, que eran unos afios menores que este
nía algún profesional (su terapeuta o su pediatra) para impedir que chico, se había puesto muy deprimida y se le dio medicación. Los
los padres iniciaran cualquier acción. El sistema de interacción era mellizos estuvieron enfermos en su primera infancia, y debieron ser
este: el chico se ponía a llorar y decía sentirse apesadumbrado, de- atendidos en forma ambulatoria y con internación; y ella había
primido, y que no quería ira a la escuela; el padre afirmaba que debía tenido que hacer frente a todo esto cuando acababan de mudarse a
ir; y la madre vacilaba y al fm impugnaba esa decisión, agregando otra ciudad y estaba lejos de sus parientes, que la habían ayudado
que tal vez ellos no debían presionarlo. Es problable que este sistema a cría~ a sus hijos mayores. El terapeuta se condolió de ella y le dijo
de interacción fuera la analogía de otro sistema de interacción: el que sm duda alguna era una experta en superar depresiones. y, por
que se producía en el pasado cuando se deprimía la madre. Probable- 1<? tant<?, nadie mejor que ella podía ayudar a su hijo. Ella sabía muy
bten lo Importante que es mantenerse activo y cumplir con las propias
obligaciones, y que en verdad esa es la única manera de salir de una
3 Si en este caso se hubiera tomado como foco las coaliciones trasgeneracio-
depresión. Ella coincidió.
nales (Haley, 1976b), se hubiera visto a madre e hijo como ex_cesivamen:e
involucrados entre sí, y al padre como marginal; en consecuencia, se habna Los padres parecían suficientemente motivados, y el terapeuta
hecho responsable al padre de cuidar que su hijo asistiera a la escuela. Esto procedió a fijar un plan para que el chico volviera al colegio. La
podría haber incrementado el sentimiento de inferioridad de la madre Y su madre lo interrumpió diciendo que traía un mensaje de la terapeuta
depresión, dando por resultado dificultades conyugales. del chico, que debía trasmitirle en privado; el terapeuta pidió al

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chico que abandonara el cuarto. Entonces la madre volvió a plantear s~r boy scout argun;entando que ello no era necesario, pero en cam-
las objeciones de los otros profesionales acerca de presionar al bJ~ no ~u~o. negociar. 1~ cuestión de la iglesia, y se resolvió que el
chico. El terapeuta insistió en que su posición era diferente, y que chico aSJstina. al semeJo religioso cada vez que fuera su familia.
ellos debían optar. Agregó que no tenía inconvenientes en hablar Estas cuest10nes ocuparon cuatro o cinco sesiones tras las cuales
con la otra terapeuta, pero que la terapia debía entrar en receso se interrumpió la terapia. A1 comienzo del próxim~ ciclo lectivo
hasta que el chico concurriera normalmente a clase. Los padres el chico llamó al terapeuta y le dijo que no quería seguir yendo ~
aceptaron este plan, y el terapeuta fue a buscar al chico para que la escuela, Y que le gustaría tener una charla con él sobre esto. El
ingresara a la sesión. Les dio a los padres estas consignas: al día ter.apeuta le respo~dió que mejor sería que hablara con sus padres,
siguiente, los padres pondrían al chico en el auto y lo llevarían a la qwenes ya lo hab1an ayudado antes y lo volverían a hacer ahora
escuela; si el chico no ponía objeciones en ir a clase, los padres lo En un seguimiento hecho un año y medio después de la primer~
dejarían allí; en caso contrario, la madre lo acompañaría a todas entrevista, se averiguó que el chico concurría a clase 'regularmente
las clases sentándose junto a él y tomándolo de la mano todo el tenía amigos y practicaba deportes. '
tiempo para infundirle coraje. Se hizo hincapié en que la madre A1 principio de la terapia, la depresión del chico había sido una
estaba en condiciones de comprenderlo y reconfortarlo porque metáfora de la depresión de la madre. A su término, el éxito del
ya había atravesado dificultades similares. El terapeuta pidió luego niño en su concurrencia a la escuela era una metáfora del éxito de la
que los padres explicaran al hijo este plan para el día siguiente. ma~e en la s~peració~. de su depresión. A1 principio de la terapia~
Hacia el final de la sesión, mientras los padres hablaban, el chico, el.. s1stema ~e mteracc10n -donde el padre se quejaba de que su
que había permanecido quieto y sólo habló cuando se le preguntó hiJo no hac1a lo que se esperaba de él, el chico estaba triste y la
algo, empezó a sollozar. El terapeuta dijo que, si bien es incómodo madre ~stenía qu.e no podía hacer nada por sí mismo y que había
para los padres ver llorar a sus hijos, hoy en día se considera normal que deJar de presiOnarlo- era una analogía de las quejas del padre
que los varones expresen sus sentimientos y lloren al par de las niñas; acer~a de la madre y de sus argumentos en cuanto a que ella no
de modo que era natural que llorara, y los padres no tenían por qué pod1a hacer nada por sí misma y no debía presionársela. A1 término
turbarse por sus lágrimas. El énfasis en la diferencia entre varones y <;fe. la terapia, el é~to de la madre con el chico era una analogía del
niñas redujo el impacto dramático de la conducta del chico. De eXIto que ella habta logrado en su propia vida, y el padre se sentía
súbito, lanzó un grito con todos sus pulmones de que no quería orgulloso de la capacidad de su mujer.
· ir a la escuela. El terapeuta seiialó que esa era una típica conducta
adolescente y un buen signo de desarrollo y madurez.
Esa tarde el chico se escapó de la casa y un par de horas después Estrategia 3: El cambio de la solución metafórica
telefoneó a su madre diciéndole que sólo regresaría si ella le pro-
metía que no lo obligaría a ir a la escuela. La madre así se lo prome· La co~~ucta perturbada de un niño es a la vez una metáfora y
tió, y él volvió. La madre llamó al terapeuta y le preguntó qué debía una sol~cto~ del problema de un progenitor. A veces la solución que
hacer, ya que ahora había prometido no llevar al niño a la escuela. da ~1 niño t1ene que ver con las consecuencias que le traería al pro-
El terapeuta le dijo que simplemente le informara al chico que a gemtor la conducta perturbada del hijo, Si el terapeuta puede cam-
veces las madres mienten, y que debía ir. Esa noche el chico lloró biar estas consecuencias, de modo que se conviertan en un sacrificio
y vomitó, pero a la mañana siguiente concurrió a la escuela sin para el progenitor o en una solución desagradable para el hijo, su
ofrecer resistencia y la madre no debió quedarse junto a él. conducta perturbada ya no cumplirá su función y será desechada.
El chico siguió asistiendo a clase normalmente y se dedicó mucho Un ejemplo ilustrará este enfoque.
a practicar patinaje. Se reunió con el terapeuta un par de veces para
ver de qué manera podía mejorar sus hábitos de estudio, pues que-
ría hacer sus deberes lo antes posible a fm de poder ir al parque.
El padre resultó ser un hombre muy exigente. Quería que su Ozso 14: Negativa a ir a la escuela
hijo se incorporara a un grupo de niños exploradores, y pidió al
terapeuta que aplicara para ello el mismo procedimiento mediante Mary, una muchacha de 14 años, la menor de seis hermanos se
el cual había logrado que volviera a la escuela. A1 chico no le gusta- negaba a ir al colegio. Su madre había muerto cuando ella tenÍa 5
ban los niños exploradores y no tenía ninguna gana de realizar esas años, y el padre la había criado con ayuda de una-hermana mayor
actividades. El padre pretendía también que asistiera regularmente de Mary. Esta hermana asistía ahora a una universidad en una ciudad
a la iglesia. El terapeuta pudo negociar la decisión del niño de no cercana, y no se hablaba con su padre, desde. que este había descu-

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bierto que cohabitaba con un joven. El padre, obrero de la construc· podría dividirse con Mary los quehaceres hogareños, y así no se
ción, quería mucho a Mary y tenía un gran apego por ella. sentiría tan avasallada al ingresar en un hogar donde había varios
La terapeuta dispuso que el padre llevara a Mary a una reunión hijos crecidos. La terapeuta insistiría en que para el padre, el mejor
a celebrarse en la escuela, en la que la terapeuta estaría presente; curso de acción era casarse. Si la hija hasta ese momento se había
luego de la reunión, el padre la acompañaría a su curso y se senta- conducido de manera díscola para impedir que su padre se volviera
ría junto a ella si fuese necesario. No obstante, tan pronto Mary llegó a casar, ahora esa conducta suya tendría ·la consecuencia exacta-
con su padre a la escuela se desprendió de él y echó a correr. La reu- mente opuesta: que contrajera matrimonio.
nión se hizo sin ella; el padre estaba sumamente perturbado. Nadie Se siguió este plan, y la idea del nuevo matrimonio del padre
entendía en la escuela por qué motivo la chica no quería asistir, ya originó murmullos y risas en la entrevista. El padre contó que había
que tenía buenas calificaciones y era apreciada. El psicopedagogo tenido citas a menudo, pero que nunca trajo una mujer a la casa.
comentó, empero, que Mary le había confesado que no quería que Mary manifestó que no le importaba que se casara o no, pero, a
su padre se casase de nuevo. El pensaba que tal vez esto guardara medida que iba avanzando la sesión, dio vuelta la espalda a los
alguna relación con el problema. demás y permaneció así un largo rato.
La terapeuta reunió a la familia (padre, hija y hermana mayor) En un momento, mientras conversaban sobre la hermana que se
para una consulta con su supervisora, quien observó la sesión detrás había mudado a otra ciudad, Mary comentó que le gustaría verla.
del vidrio de visión unidireccional. Supervisora y terapeuta exami- La terapeuta inquirió al padre si Mary podía visitar a su hermana
naron el caso antes de la sesión, y decidieron partir del supuesto en caso de que esa semana fuera todos los días a la escuela. El padre
de que la conducta de Mary era una metáfora, que ella quería ser respondió que sí, y que la llevaría él mismo en su automóvil. Al
la esposa de su padre. Si no iba a la escuela, podía quedarse en casa término de la entrevista, la terapeuta hizo hincapié en que el padre
y hacer los quehaceres domésticos para el padre como los haría debía pensar en la idea de casarse.
una esposa. La analogía parecía particularmente oportuna por la Al día siguiente Mary fue a la escuela por propia voluntad y
disputa que mantenía el padre con la hermana mayor de Mary, continuó asistiendo luego regularmente y con buen talante. Ese fin
quien había estado en posición de esposa y madre y había ayudado de semana visitó a su hermana. Un año más tarde, un seguimiento
a criarla. permitió averiguar que Mary siguió asistiendo a clase y le iba bien
Se planeó una estrategia según la cual la terapeuta seguiría varias en su tarea, y que el padre se había reconciliado con la hermana de
etapas. En primer lugar, debía alabar al padre por haber criado con Mary y no se había vuelto a casar.
éxito tantos hijos. Luego le preguntaría por qué motivo nunca se ha- Al principio de la terapia, la conducta perturbada de Mary era una
bía vuelto a casar, comentándole que realmente se merecía la compa· metáfora de su condición. de esposa del padre. En vez de ir a la es-
ñ.ía de una mujer. Luego, volviendo otra vez al tema anterior, le cuela, como todas las chicas normales de su edad, se quedaba en el
repetiría qué airoso había sido como padre, señalándole que todos hogar y hacía de ama de casa como una esposa. Hasta cierto punto,
sus hijos, a excepción de Mary, trabajaban o estudiaban. Examina- también estaba sustituyendo a la hermana que había abandonado
ría junto con el padre y con la hermana de Mary qué posibilidades el hogar y con la cual el padre estaba peleado. La terapeuta invirtió
de trabajo tenía esta dado que no había completado siquiera el ciclo la situación, de modo tal que la conducta perturbada de Mary, su
básico secundario; consideraría la posibilidad de que trabajase como negativa a ir a la escuela, se convirtió en una razón por la cual el
camarera o como niñera. A continuación, la terapeuta mencionaría . padre debía contraer matrimonio. La conducta de Mary no sólo
la infortunada posibilidad de que se le impusiera al padre una multa había dejado de ser una metáfora de su condición de esposa del
de cincuenta dólares diarios mientras Mary no asistiese a clase, ya padre, sino que daba lugar a lo opuesto, el casamiento del padre. La
que ella, la terapeuta, no podía testimoniar que sufría una pertur- terapeuta también consiguió que Mary retomara una situación
bación emocional, puesto que no era cierto, y esa era la multa familiar previa que había sido mejor para ella, al sugerirle que,
habitual por faltar injustificadamente a clase en el distrito en que si asistía a la escuela, podría visitar a su hermana. Eso permitió
vivía la familia. (Padre e hija estaban enterados de esto desde tiempo que Mary instara a su padre a reconciliarse con su otra hija, y, de
atrás.) Por último, la terapeuta retomaría el tema del posible matri· ese modo, que recobrara en parte la situación vivida por ella de
monio del padre, y diría que como Mary no iba a la escuela, lo chica, cuando su hermana había ayudado a criarla.
mejor que podía hacer su padre era casarse, ya que de ese modo
habría en la casa una persona que cuidara de Mary y esta, a su vez,
le haría compañía a la nueva esposa, que por las largas jornadas de
trabajo del padre pasaría tantas horas sola. Además, la nueva esposa

108 109
La comprensión de la metáfora
Cuando el terapeuta cree haber encontrado la clave de la metáfora
implícita en la conducta perturbada del niño, puede obtener ulterior
El problema del terapeuta radica en lograr que el niño renuncie
información inquiriendo acerca de la salud de los miembros de la
a su conducta perturbada y que los padres renuncien a un sistema
familia y sus relaciones con otros parientes cercanos. También es
de interacción que cumple una función útil en la familia, pero
útil indagar si alguno de los progenitores o algún pariente tiene o
desafortunada. Para ello, el terapeuta debe descubrir la metáfora
ha tenido problemas similares a los del nifio. ·
implícita en la conducta perturbada del nifio y en la interacción Una vez que el terapeuta ha formulado una hipótesis acerca de
familiar en tomo de dicha conducta. la analogía inplícita en el problema del niño, su acción metafórica
Las pistas que orientan al terapeuta son indicios de que hay puede ser modificada, ofreciéndole una metáfora de éxito en vez
similitud entre el progenitor y el hijo en cuanto al problema de uno de una de fracaso, o bien puede cambiarse la solución que brinda
y otro su situación sus comportamientos respectivos, sus fracasos la acción metafórica del niño.
o tem~res. El terap~uta debe atender a lo que los padres se dicen
entre sí o le dicen al terapeuta con referencia al niño en un plano
literal, pero suena como si pudiera estar referido a uno de los padres
en un plano metafórico. , , . Redefinición del problema
Por ejemplo: Una madre pidio una consulta en una chmca de
orientación infantil a causa de que su hijo le pegaba a las niñas o a En dos de los casos expuestos en este capítulo, el terapeuta
los varones más pequeños que él, mientras que con sus pares se redefmió el problema del nifio antes de proceder con una estrategia
mostraba en cambio inseguro y temeroso. Resultó que el padre le de cambio. En el caso del niño que se clavaba alftleres en el vientre,
había pegado a la madre en varias oportunidades, y era un homb:e se cambió el problema, que ya no fue el de infligirse una herida,
inseguro de sí mismo y temeroso, que acababa de perder su trabaJO sino el de clavar los alfileres en un sitio equivocado. En el caso del
y todo su capital. El comportamiento agresivo del hijo hac~ !as chico deprimido, su negativa a ir a la escuela dejó de ser la conse-
niñas y niños más chicos permitió a la madre consultar en una chmca cuencia de su depresión para pasar a ser su causa. En ambos ejem-
de orientación infantil en vez de tener que sufrir la humillación plos, el problema no fue tan drásticamente redefmido como se lo
de buscar auxilio como esposa· maltratada. A veces la pista la da el hizo en dos casos de adultos presentados en el capítulo 3: la mujer
contenido de lo que el progenitor dice, como en este caso, y otras con parálisis histérica, cuyo síntoma fue re-rotulado como espasmo
veces las palabras que escoge, su tono de voz y su comportamiento muscular, y el hombre deprimido, a quien se le dijo que no estaba
no verbal. Por ejemplo, una madre declaró: "Mi hijo tiene más deprimido sino que era un irresponsable.
dolores de cabeza de los que creo que debería tener un chico de su -En casos en que está envuelto un nifio sintomático, los padres
edad", al par que hacía un vago ademán en dirección al lugar donde pueden estar apegados a una cierta defmición de un problema, en
estaban padre e hijo. La comunicación metafórica es como la visión cuyo caso el cuestionamiento de esa defmición por el terapeuta
doble, en el sentido de que lo visible en un canal lo es también en el debilita la posición de los padres y es contrario al objetivo que
otro canal. Es como si uno pudiera mirar cierto lugar y obtener una persigue el terapeuta: reorganizar la jeraquía para que los padres se
imagen de lo que acontece en otro lugar. Las secuencias de interac- hagan cargo de sus hijos. Esto no significa que no deba recurrirse
ción se repiten a sí mismas en distintos niveles, y cada uno de nunca a la redefmición del problema, pero sí que debe usársela con
estos niveles lleva al otro. cautela y en circunstancias especiales; por ejemplo, cuando el rótulo
Por lo general, las analogías entre la situación del progenitor y que debe cambiarse no ha s~do puesto por los padres sino por otros
la del niño son bastante evidentes. Una madre obesa tiene un hijo profesionales, y cuando la redefmición implica cambiar la relación
que se clava alftleres en el vientre; un padre con "dolores de cabeza" entre causa y efecto, pero sin entrar a una redefmición completa
en su trabajo tiene un hijo con dolores de cabeza; una madre depri- del problema. También puede utilizársela cuando los padres parecen
mida tiene un hijo "deprimido"; el hijo de una madre temerosa dispuestos a aceptar la redefmición sin ofenderse.
tiene miedo de ir a la escuela. La interacción familiar en tomo de El defecto que tiene la redefmición del problema es que si el
la situación del progenitor es remplazada por la interacción en tomo terapeuta no procede con tacto, respeto y persuasión, puede colo-
del problema del hijo. El foco en las analogías entre la situación del carse en la posición de un adversario de la familia, y no de alguien
progenitor y del nifio explica la especificidad de un síntoma -tema que coopera con ella. En este enfoque rara vez se apela a la confron-
este que otros enfoques de terapia familiar estructural y estratégica tación, y la actitud del terapeuta ante las demás pe-rsonas tiene que
no destacan suficientemente (Haley, 1976b; Minuchin, 1974)-. ser de respeto. Este respeto explica, asimismo, por qué los padres

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no se resisten a esta terapia tanto como podría preverse, y por qué
peuta logró la preservación de la ganancia interpersonal organizando
no surgen grandes luchas por el poder entre los padres y el terapeuta. las cosas de modo que el niño o el terapeuta pudieran ayudar de
Tampoco se hacen interpretaciones que susciten resistencias. Las otro modo a los padres con sus dificultades.
trascripciones incluidas en los capítulos 7 y 8 ejemplifican el tono Para realizar esta terapia, se siguen ciertos pasos:
y estilo en que debe conducirse la terapia.
Tal como se la emplea en este enfoque, la redefmición del pro· l. El terapeuta parte de la base de que un síntoma expresa ana·
blema no implica forzosamente una connotación positiva o una lógica o metafóricamente un problema de los padres y es también
re-rotulación positiva de la conducta de alguien. Su meta es cambiar una solución, aunque desafortunada, para ellos.
la defmición de un problema para que se lo pueda solucionar. La 2. El terapeuta determina qué metáfora expresa la conducta
irresponsabilidad es, quizás, algo más negativo que la. depres}ón, perturbada del niño, y a quién está el niño ayudando.
pero más fácil de resolver. Un espasmo muscular se av1ene mas al 3. El terapeuta determina cuál es el sistema de interacción que
cambio que una parálisis histérica. A un niño que se niega a ir a la gira en tomo de los síntomas del niño, y de qué otro sistema de
escuela se lo puede manejar con más facilidad que a un niño de- interacción es aquel una metáfora.
primido. Así pues, el propósito de la redefmición debe ser el de 4. El terapeuta planea una intervención que modificará la acción
defmir un problema resoluble, no subestimar el problema ni inter- metafórica, o suministrará una metáfora alternativa, o cambiará las
pretar la conducta de manera positiva. consecuencias que tiene la metáfora para los padres. Por lo ~neral,
su intervención adopta la forma de una explicación de las causas
del problema, una descripción de sus consecuencias, y una directiva
acerca de algo que la familia debe hacer -en particular el progenitor
Resumen y conclusiones con el que se vincula la conducta metafórica del hijo-.

Se ha propuesto aquí que la conducta perturbada de l~s niños e~ Aunque hay ciertos criterios generales sobre los planes terapéuti·
una analogía de las dificultades de alguno de sus progerutores, as1 cos que pueden aplicarse a una variedad de familias, no existen dos
como una tentativa de resolver esas dificultades. La interacción
¡.,' familiar en tomo de los síntomas del niño se convierte en una
familias iguales entre sí, y para cada familia es preciso establecer
un plan terapéutico específico .
metáfora de la interacción en tomo de los problemas de los padres, y
sustituye a esta interacción. Cuando el niño se conduce en forma
perturbada, el sistema de interacción en tomo de las dificultades de Especulaciones
los padres es remplazado por el sistema de interacción en tomo
del problema del chico. Según el modelo propuesto, un síntoma del hijo genera en la
En tales casos, el problema del terapeuta radica en cambiar la familia un sistema de interacción que es una analogía del sistema
conducta perturbada del niño y modificar la participación de los de interacción en tomo de los problemas de un progenitor, y sus-
padres, dentro de un sistema de interacción que cumpla una .fun- tituye a este último sistema. De ello se infiere lógicamente -aunque
ción útil en la familia. Para ello, el terapeuta debe descubnr la no hay datos que avalen esta hipótesis- que también lo inverso
analogía en la conducta perturbada del niño. Se han descripto en puede ser válido: que la conducta perturbada de un padre o de una
este capítulo tres estrategias para resolver el problema que presenta madre puede generar en la familia un sistema de interacción que
el niño. sea una metáfora de la interacción en tomo de la conducta per·
La ventaja que el niño y su familia extraen de la conducta per· turbada del niño, y la sustituya. Vale decir que así como el padre
turbada de aquel es que el niño se vuelve el foco de un sistema de puede ser una metáfora para el niño, el niño puede ser una metáfora
interacción que es una metáfora del que gira en tomo de las difi. para el padre. Y puede variar cíclicamente el foco de interacción,
cultades de los padres, y toma innecesario a este último. Pueden pasando, verbigracia, del hijo a un progenitor, de este al hijo, del
así tener lugar ciertas interacciones entre los familiares con menos hijo a un problema conyugal, para volver después al hijo. No obs-
peligro de que les acarreen severas consecuencias. Esta ventaja tante, el ciclo seguirá siendo siempre el mismo, en el sentido de
es la ganancia interpersonal que el niño y sus padres derivan de la que los miembros de la familia se ayudarán unos a otros mediante
conducta sintomática del primero. En las tres estrategias presentadas conductas que son metafóricas entre sí.
aquí, se mantuvo esa ganancia interpersonal de la familia, al par Si bien estas ideas no están basadas en observaciones de familias
que desapareció el comportamiento sintomático. O sea que el tera- normales, es razonable formular la hipótesis de que los individuos

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crecen y se desarrollan dentro de una familia ayudándose unos a Preguntas que el terapeuta debe hacer a la familia
otros mediante acciones que son metafóricas de sus conductas
respectivas. O sea que una variación cíclica del foco de interacción Para empezar, el terapeuta debe formular una hipótesis sobre el
puede ser característica no sólo de la patología sino también del problema. Y para ello, debe recoger cierta información de la familia.
crecimiento y el desarrollo normales. Por ejemplo, una joven puede ¿Cuándo se produce el síntoma, de qué manera, dónde y con quién?
luchar con su incertidumbre vocacional hasta determinado momen- ¿Qué hace cada integrante de la familia cuando se produce el sín-
to, en que a su madre comienza a carcomerla la duda acerca de su toma? ¿Cómo desaparece este último? ¿Quién se siente trastornado,
propia carrera. El foco de inquietud de la familia se traslada entonces preocupado, triste, colérico, molesto por el problema? ¿Qué otro
de las cuitas de la hija a las de su madre. Cuando esta logra resolver miembro de la familia tiene o ha tenido un problema semejante?
su dilema y, por ejemplo, cambia de trabajo o retoma sus estudios, ¿Qué miembros de la familia se parecen entre sí? ¿Cómo se desem-
la joven puede resolver el suyo y tomar decisiones acerca de su fu- peñan cada uno de ellos en su trabajo o en sus estudios? ¿Hay algo
turo. Madre e hija habrán, pues, superado sus dificultades y pasado que los inquieta o atribula, o están envueltos en alguna circunstancia
a enfrentar otros obstáculos u oportunidades en su vida. Tal vez especial? ¿Con qué parientes tiene cada uno más relación, y cómo
la principal diferencia entre la normalidad y la patología radique es esta? ¿La persona que presenta el problema se asemeja a alguno
en que las familias normales pasan en este ciclo en tomo de un de esos parientes, o su problema es parecido al de ellos? ¿A q'ftiénes
atributo positivo, mientras que las perturbadas pasan en tomo de une y a quiénes aleja el problema dentro de la familia? ¿Qué cosas
uno negativo. cambiarían si el problema desapareciese?
Desde el punto de vista aquí expuesto, la terapia puede ser dañi~ Al responder a estos interrogantes (ya sea en forma directa o a
na si impide estas variaciones cíclicas. La intervención de profesio- través de su interacción), la familia responde, asimismo, a otros:
nales de la asistencia pueden fijar el ciclo en un cierto punto (con quién es protegido por la persona sintomática, quién extrae una ga-
una internación o una terapia de largo plazo), impidiendo el cambio nancia interpersonal de la existencia del síntoma, y cuál es la índole
espontáneo o bloqueando la variación cíclica en el foco. Asimismo, de esa ganancia. A medida que estas cuestiones se ponen de mani-
la terapia puede a veces promover un más rápido cambio de foco del fiesto, también se patentiza la interacción de los familiares en tomo
hijo al progenitor, o de este al hijo, o del hijo a un problema con- del problema presentado y se va aclarando de qué otra interacción
yugal, haciéndole creer ilusoriamente al terapeuta que está aconte- de la familia es esta una metáfora.
ciendo un cambio efectivo. Si el objetivo perseguido es poner fm a
este ciclo repetitivo, el terapeuta debe disponer las cosas de modo
que padres e hijo se ayuden mutuamente a superar sus dificultades Preguntas que el terapeuta debe hacerse a sí mismo
por otras vías, y no mediante un comportamiento trastrocado.
Al reflexionar sobre el problema presentado, el terapeuta debe
hacerse las siguientes preguntas: 1) ¿Cuál es la metáfora expresada
LA postura del terapeuta por el síntoma? 2) ¿Cuál es el pedido o la orden implícitos en la
conducta sintomática? 3) ¿Quién es el foco de preocupación de la
Hasta ahora hemos hecho hincapié en la comprensión y solución persona sintomática? Vale decir, ¿a quién ayuda o protege la perso-
de los problemas presentados en la terapia. Una síntesis contribuirá na que presenta el problema, y de qué es protegida esa otra persona?
a aclarar cuál debe ser la postura del terapeuta al enfrentarse con 4) ¿Cuál es la ganancia interpersonal que la conducta sintomática
estos problemas. ¿Qué preguntas le permitirán obtener información brinda a la persona que presenta el síntoma y a la familia? 5) ¿Cómo
para formular una hipótesis sobre el problema? ¿Qué debe pregun- puede mantenerse la conducta de ayuda benevolente o la ganancia
tarse a sí mismo el terapeuta con el objeto de aclarar sus ideas acer- interpersonal prescindiendo de la conducta sintomática? 6) ¿De qué
ca de la situación de una familia? Es raro que la gente presente el manera es dable organizar a los miembros de la familia para que se
problema al terapeuta de un modo tal que la estrategia que esta ha ayuden de otro modo unos a otros? 7) ¿Cómo es posible restaurar
de seguir sea evidente. El terapeuta debe descubrir los elementos en una familia con hijos una jerarquía única, en la que los padres
de la situación capaces de conducirlo a enunciar el problema de se hagan cargo de sus hijos? 8) ¿Cómo puede promoverse un vínculo
una manera solucionable. más igualitario en la pareja de cónyuges?
A medida que el terapeuta va respondiendo a cada uno de estos
interrogantes se va formulando otros, hasta formarse un cuadro de
la situación. Si bien este esquema es una versión harto simplificada

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de la compleja interacción de la familia, suministra una perspectiva Fonnulación del problema
a partir de la cual es posible desarrollar una estrategia terapéutica.
La manera en que el terapeuta formula el problema no tiene por
qué coincidir necesariamente con la manera en que lo enuncia a la
Preguntas que llevan a la fonnulación de una jerarquía familia. A veces a esta el problema no le es reformulado en absoluto:
simplemente se le indica lo que tiene que hacer. Una de las razones
Para formular el ordenamiento jerárquico de la familia, el tera- para que el terapeuta no comunique su formulación del problema
peuta debe formular también ciertas preguntas apropiadas: ¿Quién es evitar polémicas inútiles. Cuando se ofrece a la familia una expli-
está a cargo de quién en la familia? ¿Quién tiene que pedir permiso cación o redefmición del problema, ella será siempre al menos
a quién, y en qué casos? ¿Cuáles son las reglas que imperan en e~ parcialmente verdadera. La intención no es engafiar a la familia
hogar? ¿Qué consecuencias trae que se las desobedezca? ¿Que sino proporcionarle una defmición del problema y una explicación
expectativas abrigan los padres con respecto a sus hijos adolescentes acerca de él que permita a la familia actuar al respecto, y al tera-
o jóvenes? peuta, promover un cambio.
Conviene asimismo inquirir el grado de poder que tienen sobre la
familia otros profesionales o agentes sociales. El terapeuta necesita
planear de qué manera habrá de influir en estas fuentes de poder Planificación de una estrategia
para que colaboren con él en vez de oponerse a sus empeños. Necesi-
ta determinar quién tiene poder sobre quién en las siguientes esferas: Mientras el terapeuta va entendiendo el problema y se lo formula
1) el manejo del dinero; 2) el empleo del tiempo (quién decide, ya para sí, desarrolla una estrategia tendiente a resolverlo, la que habi-
sea directamente o mediante exigencias o interferencias, de qué tualmente consiste en directivas impartidas a la familia que hagan
modo ha de utilizar otra persona su tiempo; o bien, dentro de la innecesaria la presencia del síntoma. El número de estrategias
pareja, quién decide cómo pasarán el tiempo juntos); 3) el intercam- terapéuticas posibles es igual o mayor que las posibilidades de
bio de información (quién comunica información y quién guarda reformular los problemas presentados.
secretos; quién determina la información que será intercambiada). Una vez que el terapeuta se ha trazado una estrategia, debe
Si uno de los cónyuges toma las decisiones económicas, determi· traducirla en acciones concretas que le permitan ponerla en Rráctica.
na qué tiempo pasará junta la pareja, y no es una persona comunica· Estas acciones son las directivas y las explicaciones que da a la
tiva, ese cónyuge tiene un poder considerablemente mayor que familia.
el otro, quien tal vez deba apelar en su impotencia a una conducta
sintomática para equilibrar la jerarquía matrimonial. Pero si el
cónyuge poderoso pierde su posición superior, quizá busque poder Instrumentación de la estrategia
en un comportamiento sintomático. En casos de adolescentes y
jóvenes con perturbaciones graves, la incongruencia o inversión Una vez diseñada una estrategia terapéutica, hay que instrumen-
jerárquica se vuelve patente cuando el terapeuta descubre de qué tarla. Deben anticiparse y responderse las objeciones de los miem-
manera gravita el joven en el uso del tiempo y del dinero por sus bros de la familia, redefmiendo y reformulando la situación e impar-
padres, comunicándose en formas que estos no pueden entender tiendo nuevas directivas. Estas se basarán en reformulaciones del
y manteniéndoles ciertas cosas en secreto. problema que el terapeuta planeará con todo cuidado, dedicando
A medida que se van elucidando las relaciones, suele notarse que su tiempo y esfuerzo a motivar a la familia para que haga lo que
es posible aproximarse a las jerarquías incongruentes desde diversos él sugiere.
ángulos; por ejemplo, centrándose en el uso del tiempo, o en el Una directiva puede ser una ordalía destinada a disuadir a la per-
dinero, o en el síntoma presentado. Para planear una estrategia, el sona sintomática de que continúe con su síntoma. Las directivas
terapeuta debe aguzar su visión, descartar información valiosa y pueden ser directas o paradójicas, y ser prescriptas a la persona
elegir, entre varias hipótesis posibles, la que parezca más práctica sintomática para su cumplimiento o bien a un progenitor o cónyuge.
y económica. Por lo común en una estrategia terapéutica se combinan varias
El problema presentado al terapeuta sólo habrá sido compren- intervenciones; cuando una de ellas no tiene éxito, se intenta otra.
dido cuando se lo resuelva. Hasta entonces, la respuesta de la familia La particular combinación de intervenciones necesarias para produ-
ante la estrategia terapéutica forma parte de la información que cir el cambio es distinta para cada familia.
contribuye a dicha comprensión.

116 117
Terminación de la terapia
6. Problemas graves de la adolescencia:
Si una vez resuelto el problema presentado, existen otros, el tera- cómo lograr que los progenitores
peuta decidirá si quiere abordarlos de la misma manera o de una se h~gan cargo
manera distinta. Desaparecidos los síntomas, a veces el terapeuta
debe intervenir ulteriormente en la organización jerárquica de la
familia. En el caso de una pareja, se afanará por establecer entre
ellos una relación más igualitaria, para que ninguno de los cónyuges
recurra al desvalimiento que le procura un síntoma a fm de extraer
poder. Si el problema lo presenta un niño, alentará a los padres a que
se hagan cargo de él y de los demás hijos, ofreciéndoles guía y apoyo En los capítulos anteriores se conceptualizaron de diversas mane-
y asumiendo la organización de la familia. Con frecuencia, al resolver ras los problemas de niños y adolescentes, exponiendo varias estra-
el problema presentado, se reorganiza la jerarquía y no se vuelve tegias terapéuticas (algunas bastante diferentes de las otras). En este
menester una intervención separada. nos ocuparemos de problemas más graves de adolescentes y adultos
Resueltos los problemas presentados, el terapeuta procurará jóvenes, problemas que implican actos agresivos y autodestructivos,
desengancharse rápidamente, con la idea de mantenerse en contacto abuso de drogas o de alcohol, comunicación extravagante y apatía
ocasional con la familia y de ponerse a su disposición si vuelven a o depresión extremas. La incongruencia de la jerarquía familiar suele
surgir dificultades. Se presume que la terapia introducirá ciertos ser en estos casos de larga data, mantenida mediante interacciones
cambios, y que luego la familia continuará cambiando por su cuenta. cíclicas repetitivas. Por ello se recomienda un enfoque terapéutico
Es importante acreditar el éxito a la familia y no esperar de ella coherente, más rígido y menos propenso a la variación que los
ninguna expresión de elogio. Muy a menudo, en una terapia breve e otros enfoques expuestos en este libro. Una cierta rigidez en el
intensiva, los cambios sobrevienen con tanta rapidez que a la familia método impide que el terapeuta sea avasallado por las cuestiones
le resulta inconcebible atribuirlos al terapeuta. También es impor- relativas a la internación, el control social o el peligro de cronicidad.
tante interrumpir la terapia cuando esta ya no es necesaria, ya que En estos casos, las dificultades por las que atraviesa el joven, los
lo mejor es que la gente se halle en situación de resolver sus propios trastornos que provoca y su fracaso en la vida se convierten en tema
problemas y de hacer frente a las dificultades de la vida como predominante en la vida de sus padres. Por más que un progenitor
personas independientes y no como pacientes. tenga problemas con sus propios padres o tropiezos en su trabajo,
se enferme o se deprima, o su esposo lo amenace con la separación,
todas estas cuestiones pasan a segundo plano en comparación con
la tragedia de la vida de su joven hijo. El foco en el joven y la nece-
sidad de estar a su disposición suministra a los progenitores un obje-
tivo primordial: deben superar sus propias fallas y mantenerse unidos
a fm de ayudarlo. En este sentido, el desquiciante comportamiento
del joven ejerce una influencia positiva sobre los padres, aunque los
tiranice, los asuste o los incapacite. Tal vez el joven los amenace
pasivamente con que si lo presionan habrá de enloquecer, o tomará
drogas, o se dañará de algún otro modo; o tal vez agreda a sus padres
físicamente. Los padres quedan imposibilitados de tratar de cambiar
la conducta de su hijo porque temen causarle algún perjuicio, o ser
dañados por él.
Dos jerarquías incongruentes son defmidas simultáneamente en
la familia. En una de ellas, el joven es inepto, deficiente, y depende
para su protección, sustento y abrigo de sus padres, quienes se hallan
en una posición superior, proveen a sus necesidades y cuidan de él;
pero al mismo tiempo queda defmida otra jerarquía en la cual los
padres son dominados por el joven a causa de su desvalimiento, sus
amenazas o su peligrosa conducta. Si los padres quieren ser idóneos
como tales, deben demandar del hijo un comportamiento apropiado

118
119
a su edad, pero esto puede desencadenar acciones extremas y peli- situación. De este modo, puede instaurarse un sistema de interacción
grosas en el joven. Si este se conduce de manera normal, pierde el que se autoperpetúa, en particular si hay algún estigma adscripto a la
poder que sus amenazas de esa conducta extrema le confieren sobre situación del joven y si la sociedad, por intermedio de los organismos
sus padres. · correspondientes, contribuye a mantener dicho estigma. Poco
Las dos jerarquías son incongruentes o están en un conflicto importa que en sus orígenes la conducta. del joven cumpliera una
paradójico; en una, el joven es dominado y queda impotente; en función protectora, que tuviera como propósito impedir la separa-
la otra, él domina o gobierna a sus progenitores. Estar a cargo de ción de los padres o que sólo se vinculara con una pugna por el
controlar a alguien y a la vez ser dominado por este es paradójico. poder. La cuestión es que para resolver el problema debe modificarse
Una jerarquía incongruente es la coexistencia de dos jerarquías la jerarquía, reinstaurando una en la que el joven no domine a sus
conflictivas dentro del marco de una misma organización jerárquica, progenitores con su desvalimiento y sus abusos.
donde una de las jerarquías encuadra a la otra y donde idénticas En estos casos, suele haber sitnilitud entre el comportamiento
personas están envueltas en ambas. del joven y el de uno de sus padres. Tal vez aquel se muestre apático
Puede formularse la hlpótesis de que este poder del joven sobre e inactivo, e igualmente deprimido esté un progenitor; tal vez el
los padres cumple la función de protegerlos o de mantenerlos uni- joven se haya dado a consumir drogas, y este a la bebida; tal vez
dos.1 En muchas fatnilias, un niño ejerce una dominación benévola el joven escuche "voces", y uno de sus progenitores hable solo; o el
mediante un síntoma que lo deja desvalido. Pero si un adolescente, joven incurra en actos de violencia, y su padre someta a malos tratos
por ejemplo, vuelca gasolina en el piso de la casa y luego se dedica a la madre. Esta semejanza indica que la conducta perturbada del
a jugar con fósforos, o cuando golpea a sus padres o profiere amena- joven constituye una metáfora de la conducta perturbada de su
zas para sacarles dinero, poca duda cabe sobre quién tiene poder en progenitor.
la familia, y cuesta concebir este poder como un acto de benevo- En capítulos previos expusimos varias maneras de modificar la
lencia. Más bien cabe presumir que la única función de la conducta conducta perturbadora de un bfo para que dejara de expresar
perturbadora del joven es el poder de explotación que deriva de ella. simbólicamente el problema de uno de sus padres. En esos enfoques,
Originalmente, esa conducta tal vez tuvo una función protectora; el terapeuta operaba sobre la comunicación simbólica de la fantília,
pero cuando las jerarquías incongruentes se estabilizan y el sistema cambiando metáforas y analogías. En el caso de los adolescentes
de interacción se toma crónico, la conducta perturbada persiste gravemente perturbados se recomienda un enfoque distinto, simple
como una función del sistema, con independencia de lo que la y directo. El terapeuta se centrará en resolver la incongruencia de
desencadenó. Quizás en cierto momento ya no haya una incon- la jerarquía fatniliar de modo tal que los progenitores estén perm~­
gruencia jerárquica sino meramente una inversión jerárquica, ocupan- nentemente en una posición superior al hljo. Al cobrar ellos mas
do el joven una posición de poder superior a la de sus padres y con poder, podrán abordar con más éxito sus propios problemas, Y el
pocas o nirtguna situación en que suceda lo contrario. (Esto es lo joven ya no precisará expresar metafóricamente las dificultades
que muy seguido ocurre en casos de conducta violenta, delincuen- de sus padres. En este enfoque, el terapeuta sólo toma en cuenta
cia y adicción, pero a veces también llega a suceder en casos de el significado literal de los mensajes. Si la patología es grave, no es
psicosis.) difícil que el terapeuta se pierda en una maraña de significados
Cuando el joven cobra poder sobre sus padres, estos tratan de metafóricos. Una manera sencilla de evitar quedar atrapado en
recuperar su posición en la jerarquía recurriendo a agentes de control niveles conflictivos de mensajes por los miembros de la fantília
social (la policía o el hospital para enfermos mentales). El joven consiste en ser muy literal y concreto, y en ocuparse únicamente
es recluido, y en consecuencia se conduce en una forma aún más de las cuestiones más básicas y munlanas. En este enfoque, el
desvalida y fuera de control, lo cual incrementa el poder que tiene terapeuta adopta la postura de que el joven debe trabajar o ir al
sobre sus padres, pues estos deben centrarse cada vez más en él en colegio, ayudar en los quehaceres domésticos, evitar las drogas o
sus intentos de ayudarlo. Pero esta ayuda benevolente de los padres la violencia y tener un par de amigos. El proceso terapéutico con-
defme al joven como una persona más desvalida todavía (o más in- siste en organizar a la fantílía para que ello ocurra. En gran parte:
controlable), y contribuye al poder que puede extraer de dicha se hace caso omiso de metáforas y analogías, en el sentido de que si
bien el terapeuta puede entender la analogía que se ~esprende
de la interacción fantílíar, su estrategia no apunta a modtficar esa
1 Haley (1 980) propone que la conducta desquiciadora del joven tiene analogía sino sólo a tratar las cuestiones literales.
como función impedir la separación de los padres, y expone en detalle las
La teoría del "doble vínculo" o de la "doble ligadura" [double-
etapas de esta terapia. bind] (Bateson et al., 1956) describe los niveles conflictivos de men-

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sajes en familias de esquizofrénicos. 2 Influidos por esta teoría, ciones. Si se resuelve la inversión que existe en la organizaci
los terapeutas comunicacionales han procurado durante afios lograr jerárquica y comunicacional de la familia, el joven se conduc
que los integrantes de la familia se comuniquen entre sí de mane- normalmente.
ra clara y congruente. No se advertía que los mensajes incongruen- Estas inversiones jerárquicas postuladas en estas familias 3 podr:
tes son acordes con posiciones incongruentes en una jerarquía no constituir los únicos factores relevantes en la etiología y er
-vale decir, que para que los padres hablen consistentemente como reconstrucción del pasado. No obstante, la hipótesis es releva
padres, deben estar consistentemente en esa posición-. La teoría con respecto a los factores más poderosos que operan en el preser
de la doble ligadura está referida al marco de la comunicación; el Es una perspectiva emanada de la necesidad de seleccionar, d~
concepto de incongruencia jerárquica está referido a un marco más multiplicidad de datos presentados por jóvenes perturbados y
amplio, el de las organizaciones en que tiene lugar la comunicación. familias, aquellos sucesos que componen una pauta _inteligibl·
Si se define a un progenitor, simultáneamente, como una persona útil al terapeuta para modificar al joven y su situación. Otras teo
a cargo de su familia y como una persona tiranizada y explotada etiológicas más complejas pueden tornar más· dificultosa su op
por su propio hijo, los miembros de la familia envueltos en esta cionalización con vistas a promover el cambio.
situación se comunicarán en formas incongruentes, que reflejan su Cabe concebir que la conducta del joven protege a los padrf
posición incongruente dentro de la jerarquía. mantenerlos unidos, impidiendo su separación o divorcio (cf. fu
El enfoque terapéutico aquí expuesto se funda en la idea de que 1980); también cabe concebir que el desquicio del joven im
el terapeuta solamente debe responder a una de estas defmiciones, que sus padres lleguen a un acuerdo o establezcan una alía
aquella según la cual los padres están a cargo del joven, y debe A mi juicio, si el caso implica una primera trasgresión o delit
desalentar y bloquear la otra definición de la jerarquía familiar. unos pocos episodios de consumo de drogas, el terapeuta i
O sea, debe ignorar la forma en que la familia presenta su organiza- sopesar con cuidado si estas conductas desempeñan una fun
ción, en la que es el joven quien está a cargo, y tomar en cuenta y protectora en la familia: ¿Está expresando el joven metafóricarn
alentar solamente aquella otra jerarquía en la que son los padres los un problema de uno de sus padres? ¿Constituyen sus actos un 1
que están a cargo. sacrificio? En los casos más crónicos, cuándo ya ha habido rei
El terapeuta debe obtener de los padres mensajes que los definan naciones o varios enfrentamientos del joven con los organismo!
como personas idóneas y adultos responsables, y desestimar toda velan por el cumplimiento de l;;.ley, el terapeuta debe pen~r
comunicación que implique que son débiles, incompetentes o des- bien en términos de la inversión jerárquica -el poder que t1e
validos. Con respecto a su joven hijo, desalentará los mensajes según joven sobre sus padres-, y entender el ~roblema desde el ~
los cuales él está a cargo de los padres, alentándolo en cambio a que del mantenimiento de dicho poder por vta de la conducta di!
defma su posición como integrante de una generación más joven dora del joven.
e inexperta. En este enfoque, sólo se permiten y estimulan ciertos En esta exposición, hemos puesto el acento en las incongruE
mensajes de ciertos miembros de la familia, en contraste con el jerárquicas de la organización familiar y en. las manio?ra~ comt
enfoque comunicacional que estimula la clara expresión de toda cionales que utilizan los_ padres. para descalific~rse a st,mtsmos,
clase de mensajes. El foco no está puesto en nuestro caso en la con- ocupantes de una posición de autoridad en la Jerar~.JUl~: Este e
gruencia de los mensajes per se, sino en la congruencia de las rela- ha sido el fruto de investigaciones sobre la comumcacmn de 1

2 3 Para datos procedentes de investigaciones que. ~ienen e!l apoyo


la situación de "doble vínculo" o "doble ligadura" ha sido descripta del
siguiente modo: "1) El individuo está envuelto en una relación intensa es hipótesis de las inversiones jerá~quicas en estas familia~, ~onsultese M;
decir, una relación en la que siente que tiene para él vital importancia discrlmi- Dukes y Harbin (1980). Tambien ;:>s resultados terapeuttcos co_n:~
nar con precisión qué clase de mensajes le son comunicados, a fm de responder enfoque. En programas de capacita!ión de terapeutas, con super:-lSI?n ~
adecuadamente. 2) El individuo está atrapado en una situación en la cual el realizados por la autora y Jay Haléy en el Departame.nto de .~siqUiatrl
otro participante expresa mensajes de dos órdenes distintos, uno de los cuales Universidad de Maryland y en el Instituto de Terapia Familiar de la
niega al otro. 3) El individuo está imposibilitado de comentar los mensajes que de Washington, se practicaron seguimientos de_ 28 jó~enes de muy
se trasmiten, para corregir su discriminación del orden de mensaje al que debe diagnóstico (grupo etario: desde la adolescenCia tardta hasta ,cer~
responder; o sea, no puede formular un enunciado metacomunicativo" (Bate- treinta años) atendidos en terapia familiar, todos los cuales h~btan Sld
son et al., 1956, pág. 257). Se postula que, en tal situación, la persona confun- nados una o más veces antes del tratamiento. Seis de ellos debieron ser.
nados luego del tratamiento, o sea que el índice de fracasos_fue del_l
tiempo trascurrido desde la finalización de la terapia ~asta la mdag_actj
de dos niveles de comunicación, el literal y el metafórico, siendo incapaz de
discriminar entre ambos. Según la teoría, esta confusión -la imposibilidad de
discernir de qué clase es un mensaje- origina graves patologías. ba entre seis meses y dos años y medio, con una mediana de un ano 1
1

122 123
1
de esquizofrélílicos, drogadictos y delincuentes (Sojít Madanes, desean hacerle más daño, o porque temen perderlo. Ahora bien, para
1969, 1971; Madanes, Dukes y Harbin, 1980; Singer, 1967). Si un evitar que l¡¡ jerarquía quede así definida, un progenitor comunica
terapeuta es capaz de anticiparse a las maniobras comunicacionales lo siguiente: 1) que el joven no está calificado para participar en
de padres e hijo que procuran mantener el statu quo, puede lograr la terapia, pues no puede ocupar una posición ejecutiva en la jerar-
que esas maniobras resulten ineficaces. quía; o bien 2) que es el otro progenitor quien no está calificado; o
bien 3) que el terapeuta no está calificado para hacerse cargo del trata-
miento. Son estas las maniobras que el terapeuta debe contrarrestar
par<~ que se defina una jerarquía adecuada.
Cómo lograr que los progenitores se hagan cargo
La mayor parte de la tarea en la terapia de estas familias consiste Progenitor que se descalifica a sí mismo
en organizar una jerarquía en la que los padres se encuentren en una
posición superior a sus hijos. Los padres deben explicitar lo que pre- Al comienzo de la terapia, con frecuencia los padres se descalifi-
tenden que haga el joven. ¿Quieren que vaya a la escuela o que carán para ocupar una posición de autoridad invocando la autoridad
se busque un empleo? ¿Cómo suponen que debe comportarse en de otras personas, confiriéndosela al joven problemático o a otros
el hogar? ¿A qué hora debe levantarse por la mañana? ¿A qué hora familiares, definiéndose a sí mismos como ineptos o amenazando
debe regresar por la noche? Los padres tienen que llegar a un acuer- con quebrantar la unidad parental.
do acerca de estas expectativas, que serán formuladas como reglas
para el joven. Tales reglas han de ser lo más concretas y prácticas
que se pueda, estableciéndose las consecuencias de su incumpli- Autoridad conferida a los expertos
miento. La discusión de estas reglas y de sus consecuencias consti-
tuye el trabajo básico de la terapia. Los padres invocarán la autoridad de los expertos diciendo, ver-
Cada semana, el terapeuta repasará con los padres si han seguido bigracia, que es el terapeuta o el jefe de la sala quien tiene que tomar
las reglas y aplicado las con·secuencias. A medida que los progenito- las decisiones relativas al joven trastornado. El terapeuta debe abs-
res demanden del joven un comportamiento más adecuado, se tenerse de otorgar poder a los especialistas profesionales, entre los
fijarán nuevas reglas y consecuencias. Puede preverse que el joven cuales se cuenta, y en cambio debe otorgarlo a los padres. Para
pondrá a prueba a sus padres, y el terapeuta se empeñará en mante- ello tiene que re-rotular el problema del joven, de modo que deje
ner la posición superior de estos. de ser un problema médico o psicológico y pase a la esfera en que
Una jerarquía se defme mediante secuencias de comunicación. los padres son expertos. Si en vez de usar expresiones cc!no enfer-
O sea, si A le dice a B lo que tiene que hacer, A está defmiendo medad mental, esquizofrenia, problemas emocionales y conflictos
para sí una posición superior a B en la jerarquía. Si A y B concuer- psicológicos, el terapeuta se refiere al joven diciendo que tiene un
dan acerca de lo· que C debe hacer, A y B se defmen como iguales mal comportamiento, está confundido, es infantil, es rebelde o
entre sí y superiores a C en la jerarquía. Mientras el terapeuta se tiene necesidad de orientación, los padres, renuentes a hacerse
afana por defmir una jerarquía en que los padres se hagari cargo cargo, protestarán sosteniendo que no es esa la forma en que han
mancomunadamente del joven, procura establecer entre los miem- descripto al joven otros expertos, quienes les mencionaron una
bros de la familia secuencias de comunicación que definan la situa- terapia intensiva de varios años de duración o recomendaron evitar
ción de esta manera. Vale decir, pretende que la madre y el padre cualquier situación de tensión. El terapeuta debe aplicar toda su
conversen acerca del joven y se pongan de acuerdo en lo que este autoridad y el respaldo de la institución a la que pertenece para
tiene que hacer, y pretende que el joven escuche a sus padres y contrarrestar esas declaraciones (hayan sido o no efectuadas real-
obedezca sus reglas. mente por otros profesionales), pues de lo contrario le sería imposi-
En lugar de ello, lo típico es que los padres apelen a una serie ble alcanzar las metas de la terapia.
de maniobras comunicacionales para eludir una defmición de la Cada conducta inapropiada del joven debe ser, pues, cuidadosa-
jerarquía según la cual ellos tendrían poder sobre sus vástagos. mente reformulada para que en vez de un síntoma psiquiátrico, sea
Y obran así porque están perdiendo, o ya han perdido, su posición un comportamiento que los padres pueden cambiar. Importa que
superior en ella, porque el joven es más poderoso que ellos, porque el terapeuta re-rotule aun la conducta más extravagan,te como una
la sociedad ha intervenido quitándoles poder, porque temen equi- comunicación descortés en el sentido de que los demas no pueden
vocarse y peijudícar a su hijo, porque temen ser culpados y no comprenderla o los pert~rba. Luego es posible pedir a los padres que

124 125
exijan al joven com~nicarse en fonna más clara y considerada. Si para encarar los asuntos que ellos estiman importantes; pero si ante
el problema radica en un comportamiento apático, puede refonnu- este requerimiento responden con una manifestación de ignorancia,
lárselo como pereza, instando a los padres a que demanden del debe reducirse la amplitud de la pregunta, a fm de que los padres
jov.en .u~a. actividad regular. Si el caso es de drogadicción, el terapeu- puedan ponerse de acuerdo sobre una cuestión clara. Por ejemplo,
ta mSisttra en que no se trata de una dependencia fisiológica insupe- tal vez el terapeuta empiece pidiéndoles que establezcan de común
rable .. Debe convencer a los padres de que están capacitados para acuerdo qué expectativas tendrán para cuando su hijo vuelva a casa,
maneJar el problema del joven fijando claras reglas y estipulando y qué reglas le fijarán; no obstante, si los padres no parecen capaces
las graves consecuencias que puede acarrear su incumplimiento. de fonnular nirlguna regla, el terapeuta les dirá algo por este estilo:
Si el ~oven recibe medicación, el terapeuta aseverará que reducirá "Apunto a ciertas pautas muy simples y concretas para orientar a su
~a dosis Y, tan P!onto pueda la interrumpirá. En la medida en que el hijo; por ejemplo, ¿se le pennitirá que rompa los muebles de la casa,
JOVen esta medicado, es un paciente mental al cuidado de psiquia- se le fijará una hora para que se levante a la mañana?". Preguntas
tras, en vez de un hijo cuya inconducta debe ser modificada por los como estas, que se responden con un sí o un no, son útiles porque
padres. Suele plantearse una cuestión similar con respecto a si el fuerzan a los padres a tomar una posición y a ponerse de acuerdo,
JOVen debe o no a~ogerse a los subsidios por invalidez; si el terapeuta con lo cual comienza a modificarse la jerarquía.
acepta esto, estara defmiendo al joven como un enfenno mental Con frecuencia, los progenitores harán declaraciones abstractas en
incapaz de ganarse la vida como cualquier persona nonnal. las que aparentemente están manifestando una opinión, pero en
Los. padres se .descalifican con respecto a las tareas de la terapia verdad lo que hacen es expresar de nuevo su ignorancia; ejemplo:
~omumcando ~u tgnorancia de las expectativas y reglas que deben "Quiero que sea una persona decente". El terapeuta dirá que es una
Imponerse al JOVen, o de las consecuencias que debería tener su expectativa razonable, pero ... ¿significa acaso que puede volver a
desobediencia. Característicamente, expresarán dicha ignorancia su casa todos los días a medianoche, o que no se le pennitirá golpear
como re~puest~ a preguntas generales del terapeuta (p. ej., "¿Qué a sus padres? La idea general es que el terapeuta lleve siempre el
expectatlva_s ~Ienen con respecto a su hijo?") o en relación con diálogo hacia las cuestiones y conductas concretas. A los padres les
asunto~ ~ractico~ y concretos (p. ej., "¿Penniten a su hijo usar el será entonces más difícil no hacerse cargo.
?utomov~ los sabados a la noche?"). Los mensajes que trasmiten El terapeuta evitará la tentación de asulf)ir la tarea de los padres
Ignorancia son de este tipo: "No lo sé", "Eso hay que pensarlo fijando él mismo las reglas y consecuencias para el hijo. Ya que quie-
mucho", "Esa es una pregunta difícil", "No sé cómo empezar" re que los padres ocupen una posición superior en la jerarquía, no
"~pende de muchísimos factores", "No me considero capaz d~ puede rebajarlos ante su hijo adoptando él una posición parental.
fiJar reglas que contemplen todas las eventualidades", "¿Cómo Unicamente si tiene la fuerte impresión de que las decisiones adop-
voy a saber yo lo que es bueno para él?". A fin de contrarrestar tadas por los padres sobre el joven son sumamente erróneas, deberá
estos mensajes,. el terapeuta puede enunciar o reenunciar los objeti- minar su autoridad sugiriendo una alternativa; pero en estos casos
vos de la terapia o de esa sesión en particular, y emplear su autori- no debe hacerlo en presencia del joven sino a solas con los padres.
dad para que ese objetivo sea el foco. También puede repetir un
requerimi~n.t~, fundamentándolo de tal manera que a los padres
les sea dificil _presentar objeciones. Por ejemplo, si manifiestan Autoridad conferida al joven problemático
~es_conocer ~u?. re~as pueden fijar a su hijo, el terapeuta dirá:
Se que es diftcil fiJar reglas para él, pero su hijo fue hospitalizado A veces los padres trasladarán su autoridad al joven perturbado.
porque estaba confundido. Para que él tenga las cosas claras en su Por ejemplo, si se les pide que tomen una decisión que le concierne,
mente, ustedes, sus padres, tienen que ser muy claros con él en tal vez se vuelvan a él para solicitar su consejo, o dirán que todo
cuanto a las reglas que gobernarán su comportamiento en la casa depende de lo que su hijo quiera para sí y lo único que ellos quieren
cuando regrese del hospital". Sería un error del terapeuta suponer es hacer lo mejor por él y que sea feliz. El terapeuta insistirá en que
que. los pad~es de veras ignoran todas esas cosas. Sus manifestaciones el joven necesita la guía de sus padres, y que sólo cuando se conduz-
de tgnorancta cum¡~len la fmalidad de que otros se hagan cargo. El ca corre_ctamente podrá hacerse cargo de sí mismo ..si el joven pre-
terapeuta debe partu de la base de que los padres están comprometi- senta objeciones, el terapeuta podrá explicarle_ que le ~frece este
dos en unas secuencias comunicacionales que defmen una jerarquía enfoque; le señalará que vivirá en un mundo mas predeCible, cono-
en-la que ellos no se hacen cargo. ciendo bien cuáles son sus derechos y obligaciones1 y por ende no
El t~~apeuta debería comenzar requiriendo de los padres una se verá envuelto en situaciones en que podría ser castigado o maltra-
declarac10n sobre su posición, lo suficientemente general como tado arbitraria o inopinadamente.

126 127
. Cuando los pfldres empiezan a dialogar entre sí y existe la posibi-
lidad de q~e esta~lezcan una alianza mutua, lo cual les dará poder de expulsión muy rara vez se pone en práctica; ~e todos modos,
sobre su hiJo, el JOven adoptará conductas extravagantes y disocia- cuando ello sucede, lo más probable es que al poco tiempo los padres
doras. La amenaza de alianza parental se terminará cuando los padres y el hijo estén otra vez trenzados, y el ciclo se re~ita.
se centren en el joven. Es importante para el terapeuta estar adver- A menudo los padres discrepan en cuanto a SI hay que echar o no
tido de que al comienzo es probable que el joven intervenga tratando al hijo de la casa como consecuencia de su inconducta. Lo más
d~ atraer la atención sobre sí cada vez que los padres empiezan a frecuente es que el padre amenace con echarlo, mientras ~a madre
dialogar. El terapeuta debe calmarlo o pedir a los padres que lo se alía con el joven para protegerlo y le esconda al padre mforma.
hagan. ción acerca de las actividades de su hijo, por temor de que la expul-
Al describir estas secuencias de interacción, Haley (1980) ha sión se concrete. A veces la madre amenazará al padre con separarse
0 divorciarse si él echa al joven. Otras veces, el padre insistirá dicien-
puesto de relieve que los jóvenes se conducen de esta manera diso-
ciadora para impedir una desavenencia entre sus padres. Hay dos do que o el joven se va, o se va él. En tales casos, la ~ena~a de
formas de conceb~ la _función de esta conducta del joven: puede expulsión del hogar es utilizada, a todas luces, para unpedir un
pensarse que ella unpide la desavenencia y el conflicto 0 bien acuerdo entre los padres y que se hagan cargo conjunt~ente del
que interfiere ~n 1~ posibilidad de alcanzar un acuerdo. A ~juicio, hijo. El joven está entonces en una posición superior en la Jerarquía,
la conducta . disociadora del joven tiene como función impedir el ya que tiene el poder de dividirlos. El terapeuta debe apelar a toda
acuerdo o alianza entre los padres. Si estos dialogan en un contexto su autoridad y al respaldo de su institución para bloquear esta
en que el ter~peuta pro.~ura mancomunados para que se hagan amenaza, de manera que el abandono del hogar se posponga ha_sta
carg~ de su hiJo, y el hiJO estalla, lo que su estallido evita es el tanto se lo pueda planear adecuadamente y ya no sea u~ castigo
comun acuerdo de los padres de asumir la autoridad, no su desa- para el joven sino un paso adelante de este, con anuencia de sus
cuerdo. Aunque la conversación empiece con un desacuerdo en la pn;>genitores. ..
medida en que los padres puedan conversar y cuenten con la ~yuda
A veces el joven hace una fuerte apuesta para adqulflf poder
del terapeuta, existe la posibilidad de que expresen sus discrepancias amenazando con suicidarse. Se le plantean entonces al tera~euta
hablen a~erca ~~ ellas ~ se pongan de acuerdo. Es esta posibilidad 1~
dos opciones: 1) hospitalizarlo, lo que significa que la terapia se
reanudará cuando le den el alta, o 2) hacer que los padres se _hagan
que la dis~pcion del JOven bloquea. Esta diferente interpretación
cargo del hijo y ayudarlos a organizarse de man~ra de evitar el
de la funcwn de la conducta disociadora del joven da origen a
diferentes intervenciones terapéuticas. suicidio. Esta es una decisión difícil, que dependera de la graved~d
de la amenaza de suicidio, de que haya habido o no intentos ante~o­
Si una familia con un joven gravemente perturbado acude a la
terapia, sin duda existe entre los padres una división, pero probable- res, de la evaluación del interés de los padres por conservar ~on VI~a
mente. esta será el resultado y no la causa de los pesares, altercados, al hijo y de su capacidad para trabajar de con~uno_ a fm de ~pedir
acusacwnes y culpas que rodean inevitablemente esta clase de que el acto se concrete. Si el terapeuta no quiere ~temar al Joven,
problemas .. La_ conducta. perturbadora del joven perpetúa este pro- debe planear con cuidado la forma en que colaborara con los ~adres,
blema; y SI bien suele un pedir una separación o divorcio de los quienes deberán vigilarlo durante las veinticuatro horas tumandose
pa~res -ya que estos deben permanecer juntos para cuidar de su para que nunca quede solo. Por lo comú~, esto pone a pr:ueba la
fallido ~astago-, también impide que los padres puedan gozar y paciencia de los padres y los lleva a adoptar una postura mas firme
compartrr buenos momentos en su vida en común. Puede ocurrir ante el joven, exigiéndole que se comporte en forma normal. . ..
que el joven se dé a esa conducta tanto cuando los padres se hallan Si el joven hace amenazas extremas y hasta amagos de s~ICidi?,
muy distantes entre sí (p. ej., si amenazan con separarse o divorciar- el terapeuta puede a su vez plantear una amenaza al mat~oruo
se) como cuando están demasiado juntos (en común acuerdo) vinculada con esta conducta disociadora, de modo tal que SI esta
porque en ambos casos el joven pierde poder frente a ellos. ' continúa los padres se verán perjudicados. Así, el terapeuta exagera
A ve.ces los padres conferirán autoridad al joven problemático paradójicamente una de las dos jerarquías incongru~~tes, aq~ella
en la que el joven tiene poder sobre sus padres. La familia reacciOna-
a~enazandol~ ~?n echarlo de la casa; con esto insinúan que renun-
rá reorganizándose de manera más congruente, para que los padres
c~~n a su posiciOn en la jerarquía como padres responsables de su
se hagan cargo. 4
hiJO que se hac_en. cru:go de él. Esta amenaza debe ser bloqueada.
E_l terape~ta deJara bien en claro que dicha separación del hogar
solo podra tener lugar cuando el joven se conduzca apropiadamente·
Y los padres sepan y aprueben dónde y cómo va a vivir. La amenaz~ · · • f u e Diane Gimber•
4 La terapeuta del caso que se expone a continuaciOn
supervisada por la autora.

128
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Caso 15: Una muchachil autodestructiva de la siguiente semana se puso en cont~cto c?n su pa~re verdader~,
que vivía a unos pocos kilómetros de _distancia, y le ~IJO que ne_c~Sl- .
Una muchacha de 15 años había tenido una conducta extravagan- taba verlo -hacía años que no lo hacta- y que quena que se vtstta-
te y varios intentos de suicidio, c1avándose agujas en los brazos, ran en forma regular. El padre se sintió com~lacid?, fue a ~:r a su
cortándose las muñecas con hojas de afeitar e infligiéndose otras hija y prometió repetir las visitas. Restablectda ast la relac10n co~
diversas heridas. Decía oír voces que proferían palabras obscenas su padre, la chica siguió conduciéndose nor;nalm~nte y aband~~o
y la impulsaban a dañarse. La terapia se llevó a cabo con ella, su la posición de poder disociadora que habta terudo con relac10n
madre y su padrastro. Este último era un hombre bien parecido, al matrimonio de su madre.
diez años menor que la madre y otros tantos mayor que la hija.
La chica era muy bonita y se mostraba muy interesada por el matri-
monio de su madre. En cierta oportunidad le dijo en privado a la Autoridad conferida a otros parientes
terapeuta que el padre leía novelas sobre relaciones sexuales entre
adolescentes, y que esto preocupaba a la madre. Resultaba claro que Cuanto más perturbado se halle el joven al comienzo de la t.era~~a,
con su loco comportamiento la chica ponía en peligro la estabilidad mayores son las probabilidades de que, tan pronto la organtZacton
del matrimonio, ya que el padrastro debía aguantar a una hija de- jerárquica de la familia nuclear empiez~ a tomarse c_ong~ente, se
masiado grande para ser suya, que actuaba constantemente en forma sume un pariente que influya sobre el JOVen y ~ alte a el, con. ~o
insensata y suicida. La madre y el padrastro sentían temor ante la cual se corre el peligro de que vuelvan a defmtrse en la familia
peligrosa conducta de la hija, quien estaba a cargo de la situación. dos jerarquías incongruentes. El ~erapeuta debe lograr que en vez
Tras varias sesiones durante las cuales se logró que los padres de aliarse con el joven, esos panentes apoyen a los padres en su
se hicieran cargo de la hija, el comportamiento de esta mejoró, empeño por orientarlo.
pero comenzó a faltar a la escuela y a emborracharse. Se le dijo
a la familia que si bien la chica había mejorado, no estaba aún del
todo bien, y como el terapeuta pensaba que las dificultades conyu- La autodefinición como inepto
gales podrían estar de algún modo vinculadas a los problemas de
la muchacha, la pareja tendría que traer esas dificultades a la terapia Al afanarse por ofrecer orientación al. joven, ~s p.osible que un
para su análisis. La madre respondió que no quería hacerlo, porque progenitor se percate mejor de sus propias defict~noias y. fallas, Y,
temía que eso pusiera en peligro la relación con su marido. El en consecuencia, se trastorne o deprima. En oc~stones, dtcho tr~s­
padrastro, que era un hombre tranquilo, musitó que concordaba tomo se relaciona con una lucha librada por _el con sus ~~optos
con su mujer. La hija declaró enfáticamente que sus problemas padres, a quienes trata de impedirle que se alten con los JOVenes
nada tenían que ver con el matrimonio de sus padres. La terapeuta saltando las barreras generacionales. ..
insistió, arguyendo que, por m:ú; que eso fuera desagradable, debían A medida que el joven mejora, las relaciones entre los fan;iliares
discutirse abiertamente las dificultades conyugales, y que ese era un pueden cambiar en formas a veces penosas para las personas mvolu-
sacrificio que debía hacer la madre en aras de su hija. La madre soltó cradas. Tal vez sea entonces el propio progenitor quien ~enace
el llanto y dijo que ya había sufrido un divorcio y sabía que también con suicidarse 0 con un colapso psíquico, y sea necesarno. tener
este matrimonio se quebrantaría si se trajesen esas cuestiones. La algunas sesiones a solas con él, o con la pareja de progerutores,
hija se puso a llorar también y afmnó que el matrimonio de su madre para ayudarlos a soportar este mal trance.
era irrelevante con respecto a sus problemas, y que de todos modos
ella no tenía ningún problema ni causaría ningún trastorno. El
padrastro permaneció en silencio. La terapeuta puntualizó que la La amenaza de quiebra de la unidad parental
muchacha ya había hecho esa promesa antes y por lo tanto mal se
podía creer en sus palabras, y volvió a insistir en que los padres Al modificarse las relaciones, las dificultades de los padres pued:n
hablaran acerca de su vida matrimonial. Así siguió la sesión durante exacerbarse. Estos empiezan a ponerse más exigentes con su hiJO
hora y media, cada uno aferrado a su posición. La intervención de y quizá también entre sí, lo cual quizás origine una amenaza de
la terapeuta magnificó el poder de la conducta disociadora de la divorcio. En tales circunstancias, a veces es útil exage~ar el pod<;~
muchacha sobre el matrimonio de sus padres. La familia abandonó que tiene el joven al unir a sus padres para que lo cutden, a rat
la sesión sin haber llegado a ninguna solución. de su conducta incompetente y extrema. Si se pres~nt~ este fúder
A partir de ese día la chica se condujo correctamente. En el curso como benévolo, destacando la inquietud y autosacnficto del JOVen,

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la familia no se sentirá hostigada, ya que nadie será acusado de peuta quiere que haga el progenitor, que a lo que hace realmente.
abrigar malas intenciones; y reaccionará reorganizándose de manera Si redefme a un progenitor crítico diciendo que le está ofreciendo
más apropiada. apoyo al otro, ese progenitor brindará en lo sucesivo más apoyo
Esta clase de intervención es similar a la descripta por Palazzoli y al otro.
sus colegas (1978). Lo cierto es que el comportamiento extremo del Un ejemplo ilustrará este enfoque. 5 Los padres de una joven de
jove.n de hecho fuerza a los padres a unirse para cuidar de él, y que 17 años habituada al consumo de un alucinógeno sintético, el
~1 ttpo de. poder que el joven tiene sobre sus padres requiere una
hidrocloruro de fenciclidina (PCP), la trajeron a regañadientes a
mvolucracton extrema, al precio de abandonar otros vínculos. Pero terapia familiar. En la primera entrevista, la madre se opuso al
si bien la conducta del joven impide que los padres se separen uso de videocintas y a la presencia de un asesor detrás del vidrio
causa tanto desquicio y dolor en la familia que también impid~ de visión unidireccional. También rechazó el enfoque de que su
que vivan unidos y felices. hija necesitaba orientación y que se le fijaran claros límites a su
comportamiento. Quería investigar el motivo de que ella estuviera
tan deprimida como para recurrir a las drogas. Cuestionó rotunda-
Progenitor que descalifica a otro progenitor mente los méritos de la terapeuta y los resultados de su método,
aun cuando la derivación había sido recomendada en un seguimiento
A veces un progenitor defmirá al otro como incompetente o de- por la clínica donde la chica había estado internada. Al fmal de
ficiente. Si uno de ellos es así incapacitado y descalificado para ha- dicha sesión, el padre, que concordaba con el enfoque, le propuso
cerse cargo del hijo, no podrán alcanzar entre ambos un acuerdo· a la madre una serie de reglas que le fijarían a la hija, junto con las
Y aliarse para hacerse cargo conjuntamente de aquel. Para contra- consecuencias que le traería desobedecerlas. La madre vaciló; temía
rrestar esta maniobra de los padres, el terapeuta .puede recurrir a ser demasiado dura con la chica y que no se tomasen en cuenta los
una serie de tácticas. Puede decir que no está en discusión la con- sentimientos de esta. No obstante, en la segunda sesión los padres ya
ducta del progenitor en el pasado; poco importa que haya sido una habían llegado a algún acuerdo, pero la madre seguía descalificando
persona_ demasiado_ dura o débil con su hijo, o demasiado deprimida permanentemente al padre; decía que no comprendía a su hija,
o retra1da. ~ e~ta ahora ante una nueva situación en que ambos que no se comunicaba con ella, que pretendía instaurar un control
deben trabaJar JUnto con el terapeuta, qujen los ayudará a que dictatorial, etc. Cuando esta segunda sesión se aproximaba a su fm,
mancomunen sus fuerzas frente 31 hijo. El terapeuta puede también el padre propuso que la muchacha elevara todas las semanas un
reformular la descalificación de un progenitor por el otro de modo resumen de sus gastos, ya que en el pasado había utilizado el dinero
que su debilidad se troque en sensibilidad, su dureza y brutalidad para comprar drogas. La terapeuta dijo que era una buena idea, y
en un desesperado intento por ofrecer una clara orientación a un antes de que la madre planteara sus objeciones agregó: "Y su esposa
joven que no la tiene, su depresión e inestabilidad emocional en está muy dispuesta a apoyarlo; va a acompañarlo en esto". El diálogo
preocupación solícita. Una vez que su incompetencia· ha sido prosiguió así:
reformulada, puede desestimársela.
Madre: Oh, sí, lo apoyo mucho.
Los padres sostendrán en ocasiones que es imposible que se pon- Terapeuta: Así lo ha hecho hasta ahora.
gan de acuerdo, porque sus puntos de vista sobre la manera de Madre: Sí, casi siempre coincidimos y nos apoyamos uno al otro.
trat_ar al joven son_ muy diferentes. En tales casos, el terapeuta recal- Ese, al menos, no es uno de nuestros problemas.
~ara que, esta sera u~a nueva experiencia en ese sentido, ya que
el actuara como mediador y los ayudará a encontrar un común La madre decía esto conmovida, con lágrimas en los ojos, mien-
acuerdo. A veces los padres iniciarán una reyerta en la sesión· el tras el padre la miraba con carifio. Concordaron en que debían
. t~r~peuta puede impedir que la pelea se le escape de las rna~s vigilar el uso del dinero y la sesión concluyó en una atmósfera
p1~endo_ a cada_ uno que en Jug_ar de dirigirse al otro se dirija a él, cordial.
qmen as1 actuara a modo de mterprete entre ambos. Habitualmente Si un progenitor descalifica al otro en cuanto a su posición
esta táctica hace que los padres se muestren más corteses entre sí superior en la jerarquía, el terapeuta puede hacer caso omiso de esta
e impide una escalada que podría terminar con el abandono de la descalificación y proseguir como si nada hubiera pasado. Trasmitirá
sesión por uno de ellos. , así un fuerte mensaje acerca de lo irlapropiado de tales declaraciones.
~stas descalificaciones de un progenitor por otro se evitan 0
comgen a veces reformulando la conducta de quien la realiza. Esta
reformulación tal vez sea inexacta, acercándose más a lo que el tera- 5 La terapeuta fue Thanna Schmmel-Mascaro.

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A veces un progenitolinsinuará que hay en la vida del otro proge- otros profesionales que tienen una posición diferente, o asegurar
nitor ciertos hechos secretos y desagradables que lo inhabilitan para que va a fracasar como han fracasado otros terapeutas en el pasado.
ocupar una posición superior en la jerarquía. Por ejemplo, puede Para contrarrestar con eficacia estas maniobras, el terapeuta debe
dar a entender que su cónyuge mantiene relaciones extramatrimo- reparar en que a menudo los padres hacen estos cuestionamientos
niales; o bien el padre dirá, como al pasar, que la madre tiene el para no tener que enfrentarse con la difícil tarea de hacerse cargo
mismo temperamento violento que su joven y trastornada hija; de su familia. Sin embargo, los padres tienen derecho a informarse
o la madre deslizará que el padre está envuelto en negocios turbios acerca de los antecedentes y títulos del terapeuta. Por consiguiente,
y, en consecuencia, no está en condiciones de dar a su hijo normas si así se lo solicitan, el terapeuta les describirá brevemente sus
morales. Frente a estos mensajes, el terapeuta actuará más o menos calificaciones sin decirles que han traído a colación ese asunto para
de la misma manera que ante las acusaciones de un progenitor eludir ocuparse de otros.
sobre la falta de competencia o de idoneidad del otro; o sea, pun- Cuando se trae a la palestra la cuestión de las opiniones divergen-
tualizará que esta es una situación distinta, en la que el pasado poco tes de otros profesionales, el terapeuta debe declarar que sabe
importa, o reformulará la descalificación de modo de trocar un que hay en este campo posiciones discrepantes, y que no concuerda
defecto en una virtud, o simplemente ignorará el mensaje des- con algunas de ellas. Al vaticinio de que fracasará como han fracasa-
calificador. do otros, responderá que este enfoque es diferente y que la familia
Suele ocurrir que la insinuación de que hay en la vida de uno de debería darle la oportunidad de cumplir su tarea. Puede sugerir que
los cónyuges hechos secretos o desagradables se haga con el pro- prueben durante un lapso limitado, por ejemplo tres meses, en cuyo
pósito de despertar la curiosidad del terapeuta, para que llevado poi trascurso comprenderán esta modalidad terapéutica y podrán deci-
su interés se centre en las dificultades conyugales más que en la dir si quieren continuar o no. Además, en tres meses puede ocurrir
cuestión de que los padres se hagan cargo conjuntamente de su hijo. que el joven se halle ya bien plantado sobre sus pies y la terapia no
El terapeuta debe evitar estas cuestiones que lo distraen de su meta. siga siendo necesaria.
Puede ser oportuno que afrrme que se interesará por examinar esas A veces los padres, como manera de descalificar que el terapeuta
dificultades conyugales si así lo desea la pareja, pero sólo después se haga cargo del tratamiento, se negarán a cumplir con sus requeri-
de que el joven perturbado comience a llevar una vida normal. mientos. Tal vez el terapeuta pida al padre que le hable a su esposa,
La prioridad actual es el joven, que necesita que sus padres se encar- y en vez de ello el padre se ponga a hablar con su hija; o bien los
guen de él y lo guíen. Este mensaje implica que, sea cual fuere el miembros de la familia discutirán acaloradamente ignorando los em-
secreto o el hecho desagradable de la vida de uno de los progenitores, pefíos del terapeuta por que hablen de a uno por vez y escuchen
tendrá que hacerse cargo del joven y proporcionarle la indispensable lo que dicen los demás; o los progenitores se rehusarán a abordar
orientación. Asimismo, de este modo el terapeuta sólo pospone, cuestiones que el terapeuta estima importantes, charlando en cambio
. sin rechazar, el pedido de atención de los padres. Esta posposición sobre otros temas que nada tienen que ver con la terapia; o un
es imprescindible, pues de lo contrario el terapeuta se encontraría miembro de la familia no querrá participar en la conversación Y
al poco tiempo tratando de ayudar al progenitor con sus cuitas abandonará el cuarto abruptamente; o no se acatarán las simples
sin resolver, en definitiva, ni las dificultades de este ni las del hijo. directivas impartidas por el terapeuta para el hogar, y semana tras
semana la familia informará que el padre, por ejemplo, no quiso
ponerse a revisar el periódico todas las mafíanas con el hijo para
Progenitores que descalifican al terapeuta encontrarle un empleo, o que la madre no dio cuenta a su marido
por la noche de las actividades realizadas por el hijo durante la
Los progenitores pueden desestimar los requerimientos que les jornada. . .
formula el terapeuta para que se hagan cargo de su hijo, mediante El terapeuta necesita recurrir a ciertas tácticas para asegurarse de
el ardid de descalificar al terapeuta para hacerse cargo de la terapia. que sus directivas sean cump~das. J?eberá fo~~lar ~ reformular el
Si los padres menoscaban al terapeuta, a este le será difícil ayudarlos objetivo de la terapia, que es tmpedrr la hospttalizaciOn o encarc~la·
a que alcancen una posición superior en la familia, ya que no se miento del hijo y organizar para este una vida normal. Puede explicar
sentirán obligados a seguir las directivas de alguien a quien no que, si no se resuelven los problemas, se instaurará un ciclo d_e
respetan. internación, alta y nueva internación. A veces la conducta que el
Los padres pueden descalificar al terapeuta insinuando que es demanda se desestimará diciendo que ya se la llevó a cabo muchas
incompetente y no sabe lo que hace; pueden impugnarlo por su veces en el pasado. A esto el terapeuta replicará que ahora la situa-
edad, su sexo o su título profesional; pueden citar la opinión de ción es distinta, ya que él está involucrado con la familia. Repetirá

134 135

su demanda tantas veces como sea necesario hasta lograr éxito. La madre soltera
Muchas de las tácticas aplicadas en este enfoque exigen que la
demanda sea tenaz y repetitiva. En los casos en que hay una madre soltera, lo mejor es obtener
Si el comportamiento del joven es extremadamente extravagante, la cooperación de un pariente -una abuela, una tía, el amante de
quizá los padres amenacen con hospitalizado. Aparte de otros efec- la madre-, que sea en la vida del joven el sustituto parental más
tos negativos, la hospitalización suele significar que el terapeuta significativo. La terapia se desarrollará de la misma manera, salvo
pierda control del caso y lo asuman otros profesionales. Además, que en vez de dos progenitores habrá un progenitor y un sustituto
constituye un error, porque invalida todos los empefios del tera- parental. Aun cuando no pueda hacerse participar en la terapia
peuta para que los padres se hagan cargo del problema. Ante una a ningún pariente o persona cercana, las etapas y el plan del trata-
amenaza de esta índole, el terapeuta debe declarar que esa opción miento no se modifican; la única diferencia radica en que en vez
ha dejado de ser válida, porque los padres coincidieron con él en de hacer que los padres tomen decisiones conjuntas, el terapeuta
que el objetivo de la terapia es mantener al joven fuera del hospital. tendrá que intervenir más en la discusión de las soluciones con el
En ocasiones, para impedir una reinternación, es menester medicar único progenitor que asiste, vale decir, tendrá que empefiarse más
al joven durante un breve período a fm de reducir su sintomatolo- en alentarlo a que tome las decisiones necesarias en el curso de
gía aguda y calmar la angustia parental. El terapeuta puede sugerir la terapia.
otras medidas si el joven continúa comportándoSe mal: no darle
dinero o comida, recluirlo en su cuarto. Si hay violencia o amena-
zas de violencia, sugerirá que los padres llamen a la policía; si hubo
internaciones anteriores, es probable que la policía vuelva a confmar Organicidad
al joven en el hospital; pero es mejor esto y no que los propios
padres deban reinternar al hijo. Lo ideal es que el terapeuta goce Para esta terapia no tiene mayor importancia que ciertas clases
de poder suficiente dentro de un establecimiento hospitalario de patologías típicas de los jóvenes, como la esquizofrenia o los
como para afirmar que en caso de que el joven sea llevado allí, no cuadros maníaco-depresivos, tengan una base orgánica o gené-
será admitido; no obstante, los padres siempre podrán llevarlo a otro tica. Por más que la tengan, las medicaciones conocidas hoy sólo
hospital. Por ello es tan importante que el terapeuta comprometa hart probado ser útiles en la fase aguda, para reduciJ: la sintomato-
a los padres para que no internen al joven. Otra posible medida que logía, pero han fracasado rotundamente en la rehabilitación psico-
puede sugerirles es que lo confmen en su cuarto, encerrándolo con social de los pacientes, y debe usárselas con parsimonia y precau- ,¡'

llave si es menester; puede presentar esto como una ayuda benevo- ci{;ln a causa de sus peligrosos efectos colaterales. La meta del tera- !. J¡

lente, tendiente a proporcionar al joven una experiencia semejante ~~


peuta" seguirá siendo organizar para el joven la vida más normal 1

a la que "tendría si fuera encarcelado. Otra posibilidad es encerrar posible, manteniéndolo fuera del hospital psiquiátrico. En verdad,
al joven durante una noche entera fuera de su casa, en especial el mismo enfoque ha sido utilizado con jóvenes que padecían retardo
cuando aquel no vuelve al hogar a la hora que le ha sido estipulada. mental, dafio neurológico irreversible como consecuencia del consu-
A veces el propio joven pide que lo internen en un hospital mo de PCP, y epilépticos.
psiquiátrico. El terapeuta se anticipará a esta posibilidad indicando
a los padres que, en caso de que ello ocurra, se rehúsen a hacerle
caso: si el joven desea ir al hospital, que vaya por sus propios medios.
Si se produce la internación, la terapia debe comenzar otra vez Resumen de la estrategia terapéutica
desde cero y seguir los mismos pasos que se dieron antes.
En resumen: en el curso de la terapia, el terapeuta debe operar En casos de jóvenes gravemente perturbados, lo característico es
simultáneamente a fm de modificar la organización para que en vez que el terapeuta se encuentre ante una situación de incongruencia
de jerarquías incongruentes haya una sola y clara jerarquía, en la en la jerarquía familiar: basándose en su comportamiento trastor-
cual son los padres los que se hacen cargo. Debe cambiar la conducta nado y desvalido, el joven se halla en una posición de poder superior
incompetente y conflictiva de los padres de modo que se hagan a la de sus padres.
cargo conjuntamente del hijo, rechazando sus empefios por adquirir La jerarquía se defme dentro de una familia por secuencias r:-
poder. petitivas de quién comunica a quién lo que se debe hacer. Es mas
habitual que los padres digan a sus hijos lo que tienen qu~ _hacer •
y no que los hijos se lo digan a sus padres. En las familias con jovenes

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gravemente perturbados, el joven sigue dependiendo, económica 7. Terrores nocturnos: estudio de un caso
y emocionalmente, de sus progenitores; sin embargo, las secuencias
más frecuentes son aquellas en que los padres le dicen al joven lo
que debe hacer pero él no lo hace, o en que los padres no le dicen
lo que debe hacer sino que se quejan acerca de lo que hace, o en que
el joven les dice a los padres lo que deben hacer y estos lo hacen.
El terapeuta debe intervenir de modo de modificar estas secuen-
cias, trocándolas por otras en la que los padres les digan a su hijo
lo. que tiene que hacer y él obedezca. Mediante la repetición de estas
secuencias, queda definida una jerarquía en la que los padres se En este capítulo se trascriben fragmentos, re.visa~os y con comer~:
hallan en posición superior al joven. El contenido de las secuencias tarios de una terapia completa. El caso fue smtetizado en el capi-
comunicacionales debe ser tal que los padres fJjen las expectativas 4.
tulo Actuó como terapeuta Virginia López, quien a la sazón se es-
que abrigan con respecto al hijo y las reglas que este debe seguir, y taba capacitando en la Clínica de Orientación Infantil d~ Filad:lfl~.
establezcan las consecuencias que acarreará su incumplimiento. La supervisión estuvo a cargo de la autora, desde detras .d<:l Vldn_o
Como al comienzo del tratamiento los padres se hallan en desventaja de visión unidireccional; ella planeó el enfoque, se comuruco telefo-
en esta situación de poder, el terapeuta debe influir en ellos para que nicamente con la terapeuta durante las sesiones o le pidió que saliera
establezcan reglas y consecuencias lo bastante rigurosas como para de la sesión para comentar juntas algunas intervenciones, y de este
incrementar su poder frente al hijo. Cuando el joven pierde el poder modo la guió a lo largo de la terapia. La finalidad de presentar
que detenta sobre sus progenitores, se conducirá normalmente y esta trascripción y la que figura en el capítulo 8 es familiarizar la
a la larga se volverá independiente. lector con el proceso efectivo de conducción del tratamiento.
La estrategia -empleada en este enfoque terapéutico se basa en Una mujer acudió a terapia porque su hijo de 1O años padecía
la manipulación del poder, que el terapeuta redistribuye entre los terrores nocturnos. La mujer tenía otros tres hijos: dos niñas de 12
miembros de la familia. Para ponerla en práctica, el proceso consiste y 14 años, y un varoncito de 7 meses. Con excepción. ~el bebé,
en generar en los familiares las secuencias .comunicacionales que toda la familia había nacido en Puerto Rico, y estaban VIVIendo en
defmen la jerarquía apropiada, y en contrarrestar las maniobras Estados Unidos desde hacía ocho años. La mujer, de 29 años de
comunicacionales que descalifican dicha jerarquía. edad, profesora de danzas, se había casado en dos oportunidades;
divorciada de su primer marido, se separó del segundo poco antes
del fallecimiento de este el año anterior a la consulta.
A la primera entrevista acudieron la madre y sus cuatro hijos;
eran chicos delgados, de cabello lacio y oscuro y aspecto muy
español. El de 10 años, Raúl, tenía una expresión melancólica Y el
largo cabello a menudo le cubría el rostro. La madre .era algo obe~a
y representaba más edad. Al comienzo de la entrevista. s~ la ve1a
ansiosa mascando goma. La familia se sentó en sermc!fculo; la
madre ~cupó uno de los extremos, Raúl el otro, y !María Y ~Jara se
ubicaron en el medio. María, la hija mayor, sostema al bebe en sus
brazos. La terapia se realizó en español porque era el único idioma
que hablaba la madre, aunque los hijos hablaban bien ~1 inglés. .
Antes de esta entrevista, la terapeuta y la superviSora mantuvie-
ron una reunión en la que esta última sugirió el siguiente plan:

1. Comenzar pidiendo a la madre información acerca del proble-


ma de Raúl.
2. Averiguar de qué manera se distribu~~ p~ra d?rmir en _el ho~r ·
3. Inquirir a cada miembro de la familia s1 tema o hab1a temdo
un problema similar al de Raúl, como un modo de buscar la clave
de la metáfora expresada por el síntoma.

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4. Pedir al chico que dramatizara el síntoma en la sesión, a fm López: ¿Y usted no tiene miedo?
de incorporarlo y ponerlo bajo el control de la terapeuta. Madre (con una risita): Yo no.
S. Averiguar qué ocurría inmediatamente antes y después del López: ¿Duerme bien toda la noche?
síntoma, con el objeto de reunir información en tomo de la o las Madre: Ajá.
personas involucradas con el síntoma del chico. López: ¿No sueña ni nada?
6. Averiguar de qué manera había intentado la madre resolver el Madre: Bueno, sí, sueño, pero no le hago caso a nada de eso.(Sofoca
problema y qué teoría Úmía ella en cuanto a su causa (pero sin con- la risa.)
tradecirla o discutir con ella). López: ¿Qué clase de sueños tiene?
Madre: Bueno, a veces sueño que alguien se mete en la casa, esa clase
de cosas.
López: Ajá.
Primera sesión Madre: Tengo esa tendencia, ¿ve?, tengo cierta tendencia ... como
a veces estoy sola, pues ... oigo cualquier cosa y pienso que alguien
López: Usted me dio un poquito de información por teléfono. se me va a meter. Son cosas que uno pasa, es natural, ¿no?
¿Podría hacer un poco más específica la información que me dio? López: ¿Discute sus sueños con los niños?
¿Cuál es el problema? Madre: A veces. Y a veces ellos discuten los suyos conmigo.
Madre: Bueno, el problema es que a veces él de noche se desvela
hasta tarde de la noche, y dice que oye voces que lo llaman, que · Esta información acerca de los temores de la madre bastó para
oye gente gritando. formular la hipótesis de que el problema del chico era metafórico
López: ¿Y desde cuándo tiene esto? de los temores de la madre, y también para ella tenía utilidad. No
Madre: Desde hace un mes y medio, más o menos. obstante, para poder diseñar una estrategia era menester conocer
López: Y antes de empezarle eso, él no ... un poco más sobre la función que cumplía el síntoma y la involucra-
Madre: Nunca, nunca se quejó ni me habló sobre eso, nunca me cíón de los hermanos.
dijo nada.
María: ~ami, eso le empezó cuando nos mudamos a la casa nueva López: Aja. ¿Tú sueñas, Clara? ¿Qué sueñas tú a veces?
y tú lo pusiste en un cuarto a él solo. Clara: A veces sueño que encontré unos chavos [dinero] .
Madre: Sí, porque antes teníamos un apartamento bastante incómo- López: ¿Que encontraste unos chavos? (Risas.)
do, ¿sabe?, y yo los tenía a los tres en un mismo cuarto. Entonces, Qara: Siempre encuentro unos chavos. (Risa general.)
cuando nos mudamos a la casa nueva, le di un cuarto para él, porque López: ¿Y dónde los encuentras?
es varón y tiene que estar solo en su cuarto, ¿no? Fue entonces. Clilra: En la calle.
López: ¿Y tú Clara, duermes sola? López: ¿De veras?
Madre: No, duermen las dos juntas. Madre: Ajá.
López: En el mismo cuarto. ¿Y usted? López: ¡Mira qué bonito! (A María:) ¿Cómo me dijiste que te lla-
Madre {apuntando en dirección al bebé): Yo duermo con el nene. mabas? ·
Maria: María.
La supeiVisora telefoneó a la terapeuta y le dijo que averiguara López: María. No sé por qué se me olvida, si yo tengo una hija
acerca de los temores y sueños de los demás miembros de la familia. que también se llama María.
Esta indagación tenía dos fmalidades. En primer lugar, era una Madre: Ajá.
manera de llevar a una redefmición del problema como un suceso López: ¿Y tú, María, no sueñas?
más normal (temores y sueños vinculados con fantasías infantiles), María: Sí.
en vez del "oír voces", con su connotación de locura. En segundo López: ¿Sí? ¿Y qué clase de sueños tú sueñas?
lugar, la respuesta de la madre y las hermanas podría proporcionar María: Yo no ... recuerdo lo que sueño.
una clave sobre quién estaba involucrado en el problema presentado
por el nifio. Si la madre tenía temores semejantes, era razonable Las hermanas no tenían pesadillas como la madre, y no parecían
formular la hipótesis de que el síntoma del nifio era una metáfora envueltas en el comportamiento sintomático de RaúL Se mostraban
de los problemas de su madre y cumplía una función protectora amables y solícitas, y se pensó que sería posible granjearse su cola-.
respecto de esta. boración en un plan terapéutico.

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A continuación, la terapeuta indagó a Raúl sobre sus síntomas. la bruja y atacaría al hijo rhientras este dormía. El síntoma dejaría
El chico describió una pesadilla recurrente en la que era atacado por de ser así algo de lo cual sólo se hablaba en la terapia, pero que suce-
una bruja, y el subsiguiente terror que lo invadía. día en la casa, fuera del control de la terapeuta. Traer un síntoma
al consultorio es el primer paso para cambiarlo.
López: ¿Y con qué cosas sueñas?
1
Raúl: Con gente mala. Raúl: Una bruja ... Una bruja ...
López: ¿Cómo es esa gente mala? (Silencio.) ¿Con qué sueñas? Madre: Viene con un cuchillo por encima de él.
Cuéntame uno de los sueños que has sofíado. López: Muy bien. ¿Crees que nosotros podríamos dramatizar uno
Raúl: Un día soñé con brujas y ... de tus sueños? (Silencio.) ¿Eh? (Silencio.) ¿Una mujer que grita y
López: Ajá. (Silencio.) ¿Qué te hacían? va a matarte? ¿Una bruja? Bien, supongamos que mami es la bruja
Raúl: ¿Eh? que viene a matarte. Tú estás soñando. ¿De acuerdo?
López: ¿Qué te hicieron? Raúl: Yo no puedo hacer así.
Raúl: Querían meterse en la casa. López: ¿Por qué?
López: ¿Querían meterse en la casa? Raúl: Porque la ... bruja era más alta.
Raúl: En la casa donde vivíamos antes, en la calle Catorce. López: Bueno, pero supongamos que es ella, ¿sí?
López: ¿Y tú de qué tienes miedo? (Silencio.) Cuando te acuestas Raúl: Era más grande que ella; era una mujer completa.
de noche, ¿te da miedo? López: ¿Y qué piensas que es tu madre?
Raúl: Algunas veces. Raúl: Quiero decir, una mujer bien alta.(La madre se ríe.)
López: ¿Y de qué tienes miedo? López: ¿Una mujer bien alta?
Raúl: A veces oigo gritar. Maria: El dice que se dio cuenta, que vio ... que cuando vio cómo
López: ¿Oyes gritar? le venía a meter el cuchillo ... él no se pudo mover, y se quedó ...
Raúl: A veces. Madre: Ajá, se quedó inerte, y .. .
López: ¿Y qué oyes? ¿Un hombre, una mujer, o un nene? López (al mismo tiempo que Raúl): De acuerdo.
Raúl: Una mujer. Raúl (muy excitado): No, era ... Me desperté y estaba así (aprieta
López: ¿Eh? los brazos rlgidamente contra el cuerpo). Después, cuando todavía
Raúl: Una mujer. estaba quieto así, no pude ... no podía ... no podía dormirme ...
López: ¿Una mujer gritando? (Silencio.) ¿Lo oyés muchas veces? des ... des ... después me desperté pero no me podía mover.
(Raúl asiente con la cabeza.) ¿Cuántas veces sueñas tú cada noche? Madre: Ajá.
Raúl: Sueño siempre. A veces, como tres veces, no soné. López: Muy bien, ese es el que vamos a dramatizar, ¿de acuerdo?
Lúpez: ¿Cómo tres veces no sonaste? ¿Desde que te mudaste a Tú ... Marni será la bruja, y tú te vas a figurar que ella es bien
esta casa? grande, ¿sí? De modo que tú ... tú nos vas a contar el sueno y luego
Raúl: No, siempre sueño. En la otra casa también. · lo vamos a dramatizar.
López: ¡Ah, sonabas! ¿Y qué suenos tenías allí? Raúl: Pero ... pero yo me desperté cuando ella me habló,después ...
Raúl: El que le conté. López: Bien, entonces, cuando ella venga parada encima de tí, tú
López: ¿El de la bruja? ¿Siempre sueñas con la bruja? te despiertas.{Risas.)
Raúl: No.· Madre: Póngala a ella (señala a una de las hijas), póngala a ella, a
López: ¿Qué más sueñas? ver ...
Raúl: A veces no he sonado, en esta casa ... hace como tres noches López: No, quiero que sea usted, ¿de acuerdo? (Risas.)
que no he sonado. Madre: Ella sabe que yo soy artista. (Risas.)
López: Bien. Entonces, usted será la bruja, él está durmiendo. Usted
La familia acudió a consulta presentando el problema de que coja esto (le entrega un IQ.piz) como si fuera el cuchillo. ¿Sí? Y él
Raúl oía voces de noche que lo aterrorizaban. En este punto de la duerme.
sesión, casi inadvertidamente la terapeuta ha reformulado el proble- (Raúl permanece sentado con los ojos ce"ados y los brazos cruzados
ma a la familia como uno de pesadillas. La cuestión ya no era que el sobre el pecho. La madre se incorpora lentamente de la silla con
chico oía voces sino que tenía pesadillas, una experiencia normal el lápiz en la mano como un cuchillo, camina hacia el hijo Y se
para cualquiera. La supervisora telefoneó a la terapeuta y le sugirió detiene frente a él, sosteniendo el lápiz con las dos manos sobre
que madre e hijo dramatizaran el sueño de la bruja: la madre sería su cabeza. Raúl/a mira y se sobresalta visiblemente.)

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La terapeuta averiguó luego qué sucedía en la casa cuando Raúl López: Que rece.
tenía pesadillas. La madre explicó que ella lo llevaba a su cama y Madre: Le hablo del pecado y la tristeza, y le digo que piense en
le decía que pensara en Dios y rezara, haciéndole la señal de la Dios, que le pida a Dios ... porque encima de Dios no va nadie
cruz sobre la frente para protegerlo del demonio. Ella creía que el que le pida a Dios, encima de Dios no ... no va lo malo . . . '
problema de Raúl se debía a la influencia del demonio. López: Ajá.
Madre: Son cosas del diablo.
López: ¿Así fue que tú te despertaste? López: ¿Usted cree que estas son cosas del diablo?
Raúl: Sí. Madre: Claro.
López: ¿Y estabas muy asustado? (Raúl hace Untl señal afirmativa.)
¿Y luego qué pasó? La terapeuta no discutió con la madre respecto de las ideas que
Raúl: Se lo dije a mami. Ella me hizo una cruz en la cabeza y des- esta tenía sobre el diablo, ni procuró modificar su punto de vista.
pués yo me quedé para atrás dormido. Ahora era posible terminar de fonnular la hipótesis sobre el pro-
López: Ajá.¿ Y dormiste más tranquilo? blema. Los terrores nocturnos de Raúl eran una expresión metafórica
Raúl: Estaba así ... Estaba así ... todavía ... este ... después, de los temores de la madre y, a la vez, un intento de ayudarla. Si era
no me podía mover, ¿sabe? él el que tenía miedo, la madre debía ser fuerte y recobrarse para
López: ¿No te podías mover? poder tranquilizarlo y protegerlo. No era posible que también
Raúl: No podía mover las manos. ella tuviese miedo. Ahora bien: cuando la madre procuraba ayudar
López: ¿No podías mover las manos? y proteger a Raúl, lo amedrentaba aún más. Madre e hijo estaban
Raúl: No, ninguna. atrapados en una situación en la cual se ayudaban de una manera
López: ¿Estabas así (hace un ademán con sus manos)? infortunada.
La primera intervención terapéutica apuntó a bloquear la forma
Raúl: Como en un shock.
López: Ajá. Veamos cómo estabas. Pon las manos como estabas. especial en que Raúl protegía a su madre y ella lo protegía a éL
Raúl: Estaba así (lo demuestra poniendo el cuerpo rígido). La supervisora llamó a la terapeuta fuera del consultorio y le indicó
López: Ajá. ¿Y qué pasó después? que pidiera a la familia simular que estaban en la casa y que la madre
Raúl: Tampoco podía hablar. sentía un gran temor porque oía ruidos y pensaba que alguien estaba
López: No podías hablar. ¿Y después de eso, qué pasó? tratando de entrar. Una de las hennanas haría el papel de un ladrón
Raúl: Después de eso, cuando volví a acostanne, me pasó otra vez. que quería entrar, y el hijo protegería a la madre atacando al ladrón.
López: ¿Te pasó dos veces en la misma noche? De este modo, se le solicitaba a la madre que fmgiera necesitar la
· Raúl: No, como tres veces.
ayuda de Raúl, en vez de necesitarla efectivamente; y al hijo, que
López: Como tres veces en la misma noche. ¿Las tres veces era la fmgiera ayudar a su madre. Entonces estaría en juego la necesidad
de ayuda de la madre y la necesidad del hijo de ayudar. Veamos
bruja que te iba a matar?
Raúl: No, este ... Las tres veces fue que yo ... que yo no me la primera tentativa de dramatizar esta escena.
podía ... mover.
López: Pasó tres veces que tú no te podías mover. ¿Y qué te hizo López: Ahora vamos a dramatizar que tú (a Maria) eras un ladrón
tu mamá?
que iba a entrar aquí.
Madre: Lo acosté conmigo. ¿No fue así, que te acosté conmigo? María: ¿Un qué?
(Llora el bebé y la madre se lo da a Clara mientras prepara una López: Un ladrón. (Se lo explica en inglés.) Alguien que entra a
mamadera. Qara se pasea por la habitación con el bebé en brazos.) robar en la casa.
López: ¿Después que tú sueñas y viene tu mamá, ella habla contigo María: ¡Oh! (María ha termintldo de dar el biberón al bebé, y Clara
y se va, y eso se te quita? lo pasea por la habitación.)
López (a la madre): Usted va a estar muy asustada, muy nerviosa,
Raúl: Sí, me lo quita.
I..ópez: ¿Después que ella te habla? ¿de acuerdo? (Los hijos se ríen.) Bien. (A María:) Tú vas a entrar
Raúl: Sí, algunos sneños. como si quisieras robar en la casa, ¿sí? Y luego ...
López: Entonces tú te acuestas a donnir. Madre: No tengo la impresión de que van a robar.
López: No, pero eso es lo que quiero ver, ¿comprende? Usted se va
Raúl: Ajá.
López: ¿Qué habla usted con él, señora? a asustar, se va a asustar mucho. Entonces tú, Raúl, tratarás de ayu-
dar a tu madre, ¿de acuerdo?
Madre: Le digo que rece.

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Maria: Veamos qué pasa. Si alguien entra en casa, ¿qué harás? ¿Te Mientras la terapeuta observaba la escena desde detrás del vidrio,
vas así (hace un ademán de esconderse)? la supervisora le propuso el siguiente plan: 1) La terapeuta discutiría
Madre: Sale corriendo.(Risas.) la dramatización con la familia, criticando a la madre por su dificul-
López: Bien, veremos qué pasa. ¿Está bien? (Los niños hablan todos tad para expresar su temor y por contenerse de tal manera de dar
al mismo tiempo. Maria se levanta de la silla y va a pararse cerca de al hijo la posibilidad de atacar al ladrón. 2) Alabaría a la madre por
la puerta de la habitad/m.) Raúl, tú vas a ayudar a tu mamá, ¿st'? su empefio en ayudar a Raúl, y la comprometería a acatar las instruc-
Ella está muy asustada, le vienen a robar. ciones que le diese. 3) Le daría a la madre las siguientes instruccio-
Maria: Mamá, párate porque ... nes: a) Raúl dormiría en su cuarto permanentemente; b) todas las
López: No tiene necesariamente que estar parada. noches la familia simularía, durante unos minutos, que la madre
Maria: Yo sólo decía ... estaba aterrada porque alguien estaba entrando a la casa, y Raúl
López: Sal al pasillo y entra como si fueras a robar. (Maria sale.) acudiría en su auxilio; e) la semana siguiente, si Raúl se despertaba
Raúl: ¿Y yo qué voy a hacer? gritando, la madre despertaría a toda la familia para simular la misma
López: Bien, ve lo que puedes hacer. escena que habían practicado todas las noches.
(Raúl busca algo en sus bolsillos; Maria entra en puntas de pie; nadie La terapeuta volvió al consultorio, discutió la dramatización con
se mueve. La madre le dice algo en voz baja a Raúl. Después de unos la familia y criticó a la madre por su dificultad para expresar su te-
segundos, Maria y la madre se miran y sonríen. María se acomoda mor y por contenerse. Lo que sigue mostrará de qué manera reac-
el pelo, y Raúl se levanta y va a buscar algo en los bolsillos de su cionó la madre a estas críticas. Comentó que ella era una persona
abrigo, que está sobre una silla. María se ríe.) · capaz de defenderse sola, y que por ese motivo le resultaba tan difí-
cil dramatizar su papel: ella no precisaba la protección de Raúl.
Varios ensayos de la escena fracasaron, porque la madre atacaba
al ladrón antes de que su hijo pudiera auxiliada. De esta imposibili- Madre: Pero es que yo no soy ... naturalmente no soy así. Cuando
dad de dramatizar. correctamente la escena se extrajo el mensaje yo ... si veo algo, busco con qué defenderme y defenderlos·a ellos.
de que la madre era una persona capaz de defenderse sola, que no Naturalmente, yo no me asusto de ese modo.
necesitaba la protección de su hijo. . López: ¿Cómo se asusta usted?
· Finalmente, cuándo la terapeuta avisó que observarla la escena Madre: Trato de atacar al que llega.
desde el cuarto contiguo, la pudieron dramatizar bien. López: Ajá.
Madre: ¿Comprende? Si oigo algo, me paro y salgo a buscar alguna
López: Los voy a dejar solos, y volverán a actuar. 'fo. los estaré .cosa, siempre soy así.
mirando desde aquí atrás. Pero quiero que usted le de VIda, ¿se da López: ¿Y despues que busca alguna cosa?
cuenta? ... Si usted quiere gritar, grite; siéntese como en su casa, Madre: Voy a ver qué pasa, para atacar, ¿me entiende?
como si fuera verdad. Raúl, ¿qué harás tú? López: Pero ...
Raúl: No lo sé. Madre: O sea, yo no ... mi idea es que no tengo que darle chance de
López: Te estaré observando, para ver qué haces. . . hablarme ni de nada. ¿Comprende?
(La terapeuta sale del consultorio y la madre le d1ce a Mana que Hijos al unísono: ¡Uy, u y, uy!
salga también. María sale y vuelve a entrar. La madre alza Urlf! Madre: Mi idea es atacar, porque desde chica estaba acostumbrada
silla por sobre la cabeza de María con un gesto amenazador. Raul a pelear.
permanece sentado.) López: ¡Ah!, ¿usted peleaba?
Raúl: Pero ella tiene que co~er algo, mami. Madre: Sí. (López se ríe.)
Madre (parada en medio del cuarto, con la silla en una mano, le Madre: Yo tenía esa cosa de atacar, ¿se da cuenta?
grita a su hijo): Oye, tú tienes que hacer algo. ¿Qué harías si algo López: Ajá.
me pasaamf? Madre: Porque yo soy una persona que me he criado casi sola, y
Raúl (en inglés): Muy bien, muy bien, empiecen, empiecen. tuve que defenderme, ¿sabe?, y hasta he defendido a otras personas
Madre: Yo ya hice todo lo que podía. amigas, y tengo esa cosa.
(La madre pone la silla en su Jugar mientras María vuelve a salir. La López: Ajá.
madre permanece de pie y Raúl camina hacia la puerta. Cuando Madre: ¿Comprende? Hago naturalmente lo que creo que debo·
Maria entra, la madre co"e para coger la silla, pero Raúl le gana de hacer si ...
mano y empuja a María fuera del cuarto pegándole en el brazo.) López: Ajá.

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Madre: Otras personas ... otras personas hasta pierden el conoci- Segunda sesión
miento y gritan y todo, pero yo no.
López: ¿Y oué tal, cómo les fue?
Luego de comentar la dramatización durante, unos minutos, .la Madre: Bien.
terapeuta felicitó a la madre por todo lo ~ue habta he_cho para aYl!-
dar a Raúl, y le dijo que si quería verlo libre de los stntomas tema María: Más o menos. A ver ... El sábado lo hicimos ... hicimos el
dr~ma, nos fuimos a dormir, y este no se despertó.
que seguir las instrucciones que iba a darle. Lopez: ¿No se despertó? ,
·López: Usted me decía que le estaba enseñando a Raúl a ser respon- María: El domi.n~o lo hicimos, pero estaba el programa en español.
El lunes no lo hicimos.
sable, ¿no es cierto? . . . . . López: ¿Por qué?
Madre: Ajá. Lo que quiero es que tenga mtctativa propta, ¿me
entiende? Que no bien se levanta a la mañana deje su cuarto reco- M~ría: Porque nos fuimos ... El lunes yo ... yo quería ir a dormir
gido. Siempre le digo que cuelgue la ropa que se s~ca; que lo que ~a~ tarde, .Y este .se fue a dormir más temprano. El tniércoles lo
hicimos, qUiero dectr el martes.
usa para la escuela no lo use para estar en casa o para Jugar. López: ¿Y tú Raúl, tuviste sueños?
López: Bueno, es una idea formidable, y si usted quiere ayudar a
su hijo para que sea un hombre . . . .
Madre: Soñó, pe;o no se levantó. Soñó, a la mañana me lo contó,
pero no se levanto como otras veces.
Madre: Porque quiero que sea una persona completamente mdepen-
LóP_eZ: Ajá. Dime, Raúl, entonces, ¿no tuviste ningún sueño?
diente, ¿se da cuenta? ... Yo sé que otros chicos a su edad hasta· Raul: Tuve, pero no me acuerdo.
se lavan las medias y demás cosas. El todavía no, porque yo en casa López: ¿Eh?
. meto la ropa en la máquina ... y lavo sus cosas. Yo hago todo. Raúl: No me acuerdo .
López: Bien, pero hay otras formas de hacer a los hijos responsables.
Madre: Ajá. López: _¿No te ac~erdas?. !Mira_ qué bien! ¿Y dormiste solo? (Raúl
López: Si usted quiere ayudarlo a que sea un hombre. hace senas afirmativas.) AJa. ¿Nt una sola noche tuviste que dortnir
con marni? ¡Magnífico!
Madre: Sí.
Madre: Anoche se levantó diciéndome ... ¿qué era lo que me decías
López: En ese caso, vamos a tener que hacer tres cosas durante
an_oche? ¡Ah! Que se había olvidado una parte del "Padre Nuestro".
una semana. Lopez: ¡Oh!
En primer término, Raúl debía dormir en su habitación, y no
volver a hacerlo en la de su madre por motivo alguno. En segundo Raúl no ha?ía_ presentado sus síntomas. El próximo paso de la
terapeuta constsha en alentar y aconsejar a la madre con relación
término, la familia se reuniría todas las noches para simular, como
a su trabajo como profesora de danzas. Si la madre se convertía
lo hicieron en sesión, que alguien quiere entrar a la casa, que la
en una pers?na más idónea y con éxito profesional, el hijo tendría
madre tiene miedo y Raúl la protege. En tercer término, en la se- menos necestdad de protegerla. .
mana que transcurriría hasta la próxima sesión, cada vez que lama-
dre. oyera desde su habitación que Raúl estaba gritando en sueños, López: Me parece formidable que usted pueda enseñar ...
debería levantarse, despertarlo a él y a las hermanas, y entre todos
Madre: Sí, doy clases de ballet, de flamenco, de batuta ... ¿sabe
escenificar lo mismo que practicaron noche tras noche. Esto ten- lo que es la batuta? (Se refiere a la batuta que emplean las personas
drían que hacerlo a cualquier hora de la noche y por más que estu- que encabezan ciertas bandas o comparsas.)
vieran sumamente cansados. Este sacrificio estaba destinado a alentar López: Sí, sí.
a madre e hijo para que modificasen la manera infortunada en que Madre: : bailes orientales, bailes latinos, el tango, y otras cosas
se estaban protegiendo uno al otro. Se le solicitó a Mari~ ~ue to~ por el estilo.
nota de las oportunidades y maneras en que la familia cumplta López: Ajá.
estas tareas. Se los citó para una segunda sesión cinco días después. M?dre: Me he especializado en nífíos, adolescentes y adultos.
Lopez: ¡Estupendo!
Madre: Ese es el campo mío.
López: Ajá.
Madre: Porque siempre anduve en esto, desde que tenía nueve años
de edad.

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López: ¿Y encontró usted ... habló con alguna persona que pudie- Y ~reocu~ación qu_e mostraba, restándole así poder a la madre,
ra ayudarla? = l v t a a defuur una jerarquía incongruente dentro del grupo
Madre: Bueno ... ellos ya me dieron un lugar. Me dijeron: "Puede
. hacer allí lo que quiera", y usted sabe ... necesitamos un lugar,
para dar lecciones, poder hacer lo que uno quiera, hasta que uno Psicóloga: _Raúl me dijo que le resulta difícil estar en la escu~ia
"se haga", como dice la gente. porque está pensando en otras cosas.
López: Sí. López: Ajá.
Madre: Y si tengo alguna vez un grupo grande, bueno, les doy parte h_icóloga: Y sé que ese suefto lo perturbaba, y me parece que toda-
a ellos. vta lo perturba.
López: Ya veo. ¿Tiene usted un grupo grande? ¿Cuántas personas López: Ajá.
tiene? Psicóloga: Raúl ...
Madre: Bueno, por ahora ... es mi segunda lección, la tercera va a López fa. la madre): Dice que Raúl le contó que cuando está en la
ser hoy mismo, esta noche. En la clase de batuta de esta noche ten- escuela ptensa en otras cosas.
go ocho. Madre: ¿En qué cosas?
López: Ajá. Lóf?ez: Raúl, ¿quieres contarle a tu madre?
Madre: En flamenco tengo cuatro, y en ballet tres. Raúl: ¿Eh?
López: ¿Son todas puertorriqueftas? López: ¿Quieres contarle a tu madre?
Madre: Ajá, son todas puertorriqueftas. Porque me interesa fonilar · Madre: ¿En qué piensas?
un gran grupo de batuteras puertorriqueftas. Raúl: En los sueños que tuve.
: PsicÓ~()ga: Soí'ió con un hombre ...
Al término de la sesión, la terapeuta pidió a la madre que en las Madre: i Uno sueña tantas cosas! ¡Eso de hacerle tanto caso a los
próximas dos semanas consiguiera algo especial dentro de su pro- sueños ... !
fesión y para la sesión siguiente le trajera alguna sorpresa vinculada (La psicóloga le dice algo a aara.) .
con su trabajo. Luego repitió las mismas consignas que había dado para: Oh, ella me dijo que él tuvo sueños, bueno ... de un hombre
en la primera sesión. . JU~to a un palo, con ... una capa ... una capa ...
. López: Negra.
1 Clara: Una capa negra.
f ~ psicóloga sigue expresando su inquietud por Raúl durante unos
Tercera sesión mzm~t~s. La terapeu~a la tranqtJfliza asegurándole que ella y la madre
se.haf'an ~argo de_l chzco, y la pszcóloga deja el consultorio.)
La familia no concurrió a la tercera cita. La madre telefoneó. ~pez:. Bten, ¿como andan las cosas ... de la fantilia? ·Se despertó
diciendo que el chico ya no tenía problemas y que ella juzgaba Rául grttando alguna vez? ¿
innecesario venir. Se les pidió que vinieran de todos modos. Entre- M/!dre: No.
tanto, la psicóloga de la escuela a la que asistía Raúl llamó a la clíni- López: Raúl, ¿te despertaste gritando alguna vez? (Raúl sacude la
ca para derivar el caso, diciendo que estaba preocupada por las cabe~a en seffal negativa.) ¿Y por qué piensa usted que no se despier-
pesadillas de Raúl y porque no le iba bien en la escuela. Como se ta grttando?
había producido una demora entre el momento en que la psicóloga · Porque no lo oigo.
conoció el problema de Raúl y el momento en que llamó a la clínica, ¿N~ lo ha oído? Clara, ¿por qué piensas tti que Raúl no se
ella no sabía que la familia ya estaba en tratamiento. Se le solicitó 'rle.llniP.rtll grttando?
a la psicóloga que viniera a una sesión con la familia, con la idea de • . No sé, debe ser porque no tiene más sueftos malos ... porque
facilitar su comunicación con la madre, ya que aquella hablaba sólo umco qu~ me cuenta es que sueña con superhombres o muñequi-
inglés y esta sólo castellano. cosas ast. '
En esta tercera sesión, mantenida tres semanas después de la ·Ajá.
anterior, se notó claramente que Raúl compartía sus temores y· Siempre suefia con eso.
fantasías con la psicóloga, quien estaba muy interesada y preocú- Este ... a veces oigo genté, como siempre.
pada por él. Al quedar envuelto con una especialista ajena a la fa~ · Oyes gente c~I?o siempre; ¿y qué pasa cuandg oyes gente?
milla, quien alentaba su conducta sintomática mediante el interés (tose): Veo tambten. (Carraspea mucho.)

150
López: ¿Qué ves? (Raúl sigue carraspeando.)
Madre: Dile, dile lo que ves.
r La supervisora aconsejó a la terapeuta que bloqueara esta relación
solicitándole a la psicóloga, en privado, que hablase con el chico
Raúl: Gente. 1 únicamente sobre cuestiones vinculadas a su tarea escolar, y evitara
López: ¿Cómo las ves'? todo comentario acerca de sus sueños y temores; esto le incumbía
Raúl: La misma gente que veía en ese suefio. , a la terapeuta.
López: Pero me dices que no has tenido más ese suefio, ¿no es as1'? Al fmal de la sesión, esta pidió a la familia que volviera a represen-
Raúl: Sí, pero el sueño que la sefiora Violeta (la psicóloga) ... tar la escena en que Raúl protegía a su madre de un ladrón, y les dijo
ese que ... usted sabe. que si Raúl volvía a tener pesadillas, al día siguiente tenían que
López: Ajá. ¿Cuándo tuviste ese suefio, Raúl'? representar dicha escena. La madre, que no parecía haber olvidado
Raúl: No tuve un suefio, pero lo vi cuando ... usted sabe. las consignas que se le habían impartido semanas atrás, en la segun-
López: ¿No era un suefio'? da sesión, invitó a la terapeuta a concurrir a un espectáculo en el que
Raúl: No. ella iba a bailar.
López: ¿Qué era entonces'? , . .
Raúl: Como cuando la sefiora Violeta dec1a que yo c1erre los OJOS,
bueno, lo vi. Se lo dije a ella. _
López: Cuando la sefiora Violeta ... ¿estabas hablando con la seno- Cuarta sesión
ra Violeta'?
Raúl: Sí. Una semana más tarde tuvo lugar la cuarta sesión, a la cual con-
López: ¿Viste eso? ¿Qué fue lo que vis.te? , . currió el hombre que en ese momento vivía con la familia. La madre
Raúl: Sí. Ella me dijo que cerrara los OJOS y despues lo VI. había hecho referencia a él por primera vez en el· mencionado
López: ¿Lo viste ... cuando cerraste los ojos? ¿Y qué fue lo que espectáculo; hasta entonces, había negado que viviera algún hombre
viste, Raúl? en la casa. Aparentemente, temía perder sus beneficios sociales si
Raúl: Un hombre, todo prieto, con la cara prieta. admitía que alguien contribuía a mantenerla. La terapeuta debió
López: ¿Con la cara prieta? , . insistir mucho para que esa persona concurriera a la sesión.
Raúl: Ajá. Yo podía ver bien todo, pero el estaba e~cuna de un .~alo Este individuo, separado de su esposa, con la que había tenido
(se pone muy agitado) para estar ~to ... y de_spues _se esc?ndio y, cuatro hijos, era el padre del hermanito menor de Raúl; tenía dos
este ... después vi ... No lo vi a el, y despues abn los OJOS Y los empleos y rara vez se encontraba en la casa. Cuando fmalmente
volví a cerrar, y vi mucha gente ~nto al palo tornando una foto la madre aludió a él, se quejó de la forma en que trataba a los hijos
con un hombre o alguien. de ella. En esta sesión, la terapeuta procuró mejorar la relación
López: Ajá. ¿Y viste eso estando despierto, mientras charlabas con entre Raúl y su padrastro, y trató de afmnar una jerarquía congruen-
la sefiora Violeta'? te y estable haciendo que tanto el padre como la madre cumplieran
Raúl: No, estaba pensando. su función parental con Raúl. El padrastro prometió colaborar, pero
López: ¡Ah, estabas pensando, lo estabas imaginando! Pero no lo a regafiadientes; dijo que tenía poco tiempo. La tentativa resultó
infructuosa.
viste.
Raúl: ¿Eh?
López: ¿No lo viste?
Raúl: Este ... Yo ... usted sabe, cuando ella ... cuando ella me
dijo que cerrase los ojos ... Quinta sesión
López: ¿Ypensases? . ,
Raúl: y después me dijo ... sí ... que hab1a estado pensando. La supervisora instruyó luego a la terapeuta para que se centrara
López: Ajá. Entonces, pensaste en un hombre negro con una capa directamente en el chico y tuviera una sesión individual con él, a
fm de ayudarlo a controlar mejor sus fantasías y así liberarlo para
negra. .. "d · que buscara relaciones con las cuales compartir otras cosas aparte
Raúl: No, no pensé en un hombre, ella me diJO que ... que eJara
vagar mi mente", ¿no? de sus miedos. La terapeuta le indicaría al niño que se formara
López: Ajá. deliberadamente la habitual imagen aterradora de un hombre,
Raúl: Y después eso es lo que vi. sugiriéndole luego, en forma repetida y paciente, que modificara
López: Ajá. esa imagen cambiándole la ropa, la postura y ademanes, etc., hasta

152 153
convertirlo en un personaje atractivo, del tipo de "Supennan" o lo ~stás viendo, ¿sí? ¿Puedes pensar que lo estás viendo Ra '1?
"Bugs Bunny". La terapeuta le explicaría que su mente era como (Ra~l hace una señal afinnativa.) ¿Sí, de acuerdo? Ahor~ vie~~
un aparato de televisión~ y que él podía cambiar lo que pensaba e co:nendo, ¿n_o? ¿Está parado sobre un palo? ¿Sí? (Raúl hace una
imaginaba de la misma manera en que uno cambia de canal. Lo que seiúf afinnanva.). Y va brincando por el suelo. ¿Está brincando
sigue es un fragmento de la sesión individual con el chico. Raul? ¿Eh? ¿Esta por empezar a correr? Está empezando a correr:
¿Está t~epa~o en el palo? ¿No? (Raúl hace una señal afirmativa.)
López: Raúl, me dijiste que no habías tenido más pesadillas ni más Ahora _tmagma q~e se baJa del palo y se va corriendo. (Raúl hace
sueftos. (Raúl hace una señal afirmativa.) Ahora quiero que hagas una sena/ afinnanva.)
algo para mí. Quiero que cierres los ojos (Raúl cie"a los ojos.) y f""!inutos ~ tarde, la terapeuta le dice a Raúl que abra los ojos.)
que imagines ... al seftor ese. A ese con el que sueflas, según dices. 0pez: QUie~o que en la escuela, por ejemplo, cuando te vengan esas
Que lo veas ... ¿Lo estás viendo? (Raúl hace una señal negativa.) I~eas, que dices que ves hombres, recuerdes lo que te he dicho: tú
Dime cómo lo ves. ¿De qué color tiene la cara? tiene~ un t:levisor, y la mente es como un televisor y se puede
Raúl: Color durazno. cambiru:. Tu pu~des hacerlo. ¿Entiendes? (Raúl hace una señal
López: Color durazno. Muy bien. (Larga pausa. Raúl se toma la ca- afinnanva.) ¿Que te acabo de decir?
beza entre las manos mientras pennanece con los ojos ce"ados.) Raúl: Que si en la escuela ...
¿Le viste la cara? ¿La cara color durazno? Quiero ... quiero que López: Ajá.
veas un cuerpo (pausa) con una capa negra. (Raúl baja la cabeza, tro.- Raúl: ... pienso en un hombre, recuerde que la mente es como un
tando a todas luces de concentrarse.) Con una capa negra ... con televisor. Y lo cambie.
una capa negra. ¿Lo ves así, y con un gran sombrero? ¿Cómo lo ves? L_ópez: ~í, tú puedes hacer eso. Puedes hacerlo, porque aquí lo hi-
¿Lo estás viendo, Raúl? ¿El hombre no se ríe? (Raúl mueve la ca- Ciste; asi que en la escuela, cuando pienses que tienes una idea como
beza en señal negativa.) Tal vez tú lo puedas hacer reír, RaúL ¿No esa ... bueno, te dirás a ti mismo: "Cambiemos a ver qué hay en el
quiere reírse? ¿Tiene. sombrero, Raúl? A ver si puedes ponerle un som- otro canal". ¿De acuerdo?
brero, RaúL ¿Cómo luce con sombrero? (Pausa.) Ponle un gabán en
vez de la capa; veamos si con el gabán luce mejor. ¿Luce un poco me-
jor con el gabán? ¿Eh? ¿Luce mejor? ¿Lo estás viendo ahora con el
gabán? ¿Tiene sombrero Raúl? Pongámosle un sombrero a ver cómo Sexta sesión
le queda. ¿Cómo le queda? ¿Tiene puesta una chalina, Raúl? ¿Está
bien vestido? (Raúl hace una señal afinnativa.) ¿Cómo para salir? Muy López: Dime, ¿has soñado?
bien, saquémosle el sombrero, ¿le acuerdo? ¿Le sacaste el som- Madre: Esta maftana soñó. Me dijo que softó que se había trepado
brero? ¿Le sacaste la chalina? ¿Le sacaste el gabán? Y le vamos a por un palo. (Se ríe.)
poner un traje de Supennan, ¿sí? ¿Le pusiste el traje de Supennán? L~pez: ¿Soñaste, Raúl? (Sacude la cabeza en señal negativa.)
¿Con la capa de Supennán? (Raúl hace una señal afinnativa.) Ahora López: ¿Tu~ste pesa~illas, Raúl? ¿No te levantaste gritando? (Raúl
va a volar. (Raúl hace una señal afinnativa.) Vas a imaginar que hace una sena/ negativa.) ¿No? ¿Y no volviste a imaginar a ese
vuela, ~sí? Imagina que tienes un televisor. ¿Ves el televisor? ¿Ves hombre feo? (Raúl hace una señal negativa.) ¿Y has podido imaginar
los botones? ¿Y Supennán está volando, no es cierto? (Raúl hace cosas lindas? (Raúl hace una señal negativa.) ¿No? ·Pero puedes
una señal afinnatíva.) Veamos qué puedes hacer moviendo alguno hacer el cambio, no? Cuando piensas que estás viendo¿ una persona
de los botones del televisor. Lo tenemos a Supennán en un lado, fea, ¿puedes cambiarla po.r una linda, no es verdad? (Raúl asiente.)
¿sí? Está volando. ¿Ves los botones? Mueve uno, vamos a cambiar Y usted (a la madre), ¿como se siente ahora que Raúl no se des-
a otro canal. ¿Quién está allí, el Ratón Mickey? (Raúl hace una pierta gritando?
señal negativa.) ¿No? ¿Quién está? (Larga pausa.) ¿A quién ves Madre: Me siento I?ejor, porque estaba preocupada, estaba ... por-
ahora? ¿A Supennán? ¿A nadie? (Raúl hace una señal negativa.) que se levantaba Siempre con la misma idea fija en la cabeza. Veo
Cuando cambiaste de canal, Supennán desapareció, ¿no? Eso quiere que está más contento.
decir que tú puedes cambiar lo que estás pensando, ¿no es verdad? López (a Qara): Y tú, ¿cómo J.o ves?
(Raúl hace una señal aFum.ativa.) Muy bien. Ahora vamos a imaginar Oara: ¿Eh?
otra cosa, ¿de acuerdo? (Raúl hace una señal afinnativa.) Pero López: ¿Cómo lo ves a Raúl ahora que no tiene sueños ni nada de
levanta la cabeza, porque así no te puedo ver. Ahora vamos a imagi- eso?
namos a Bugs Bunny. (Larga pausa.) ¿Lo ves? Bueno, piensa que Oara: Bien, mejor.

154 155
Madr~; Ajá. ~uy co?tento. (Raúl hace una señal afirmativ(l.) y yo
López: ¿Lo ves mejor?
tambten me stento mas contenta, porque sé que él está bien.
Clara: Ajá.
López: ¿Y por qué crees que no tiene esos sueños?
El_ ~atamiento e_staba tocando a su fm. Como el objetivo era
Qara: No sé. Lo único que sé es que no los tiene.
estab~ar el cambto y facilitar la separación, tenía importancia
López (a María): ¿Por qué piensas que Raúl no tiene más sueños?
acreditar a la madre todo el mérito por lo que se había conseguido.
María: Porque ya no se levanta como antes por la noche para contar-
La terapeuta agradeció, asimismo, a Raúl y a sus hermanas por la
le a mamá.
colaboración que prestaron.
Madre: Antes se levantaba ...
María: Andaba por toda la casa.
López: Usted lo trajo a tiempo, de modo que fue posible tratar sus
Madre: Hace tiempo que no se levanta.
miedos, sus fantasías y sueños.
Madre: Ajá.
Raúl estaba participando en nuevas actividades con grupos de
López: Y con su ayuda ... porque su ayuda fue enorme ...
niños. En la cuarta sesión la terapeuta le había explicado.al padras-
Madre: ¿De veras?
tro que Raúl necesitaba tener amigos; la madre permaneció en
López: ... para el muchacho.
silencio, escuchando. Ahora fue ella la que comentó con gran orgullo
cómo consiguió que Raúl se integrase a una banda de rock y a un Madre: ¿De veras?
equipo de fútbol. Raúl estaba, pues, más relacionado con chicos López: Seguro. Yo no hice nada, todo lo hizo usted.
de su edad, al par que la madre continuaba interesada en su pro- Madre: Gracias.
pio trabajo. López: Con su ayuda y la de las chicas, bueno, Raúl pudo salir
adelante con sus sueños.
López: Sí. Se ve que usted tiene mucho interés en ayudar a su Madre: Ajá.
familia, y con Raúl nos ha ayudado muchísimo. · López: Ya no se despierta gritando, ni tiene pesadillas ni nada de eso,
Madre: Sí, hice todo lo posible, ¿no? Ahora me encontré con un y se lo debe a usted. Porque usted hizo todo.
señor amigo, un señor que es amigo de él y que toca con él el trom- Madre: Ajá, todo lo que se pudo, sí.
bón chato.
López: ¡Ah, sí! (Más adelante, en la misma sesión.)
Madre: Y le dijo que alguna vez lo va a llevar a la orquesta.
López: ¿Sí? Madre: Y por eso le digo que puede estar en el béisbol, en la música,
Madre: Para empezar, el sábado ... p\lede hacer todo ... estudiar y todo, un poco de cada cosa.
López: ¿Te gusta eso, Raúl? López: ¿Y tú qué dices, Raúl?
Raúl: Sí. Raúl (en inglés): Yo quiero ser científico y músico.-

Madre: El sábado, cuando fuimos, tuvimos un espectáculo,.porque López: ¿Quieres ser científico y músico?
estaba la orquesta de los chicos, y él estuvo todo el tiempo en el Raúl (en inglés): Músico. Y cantor, y actor.
escenario con ellos. (Se ríe.) Tuve que sacarlo porque la música López.: ¿Y quieres ser cantor y actor?
estaba tan fuerte que ... Raúl:. Y quiero jugar al béisbol ... y quiero ...
López: ¿Te gusta eso, Raúl? ¿Y cómo te sientes ahora que tienes López: ¡Oh, Dios mío!
un amigo? (Raúl se sonríe.) Madre: Cierto.
Madre: Después otro señor americano de por allí se lo llevó ... López: Bueno, tienes mucho tiempo para pensar en esas cosas.
López: ¿Este señor es hispano? Madre: Seguro.
Madre: Uno es español y el otro es [norte]americano. Vive en la
cuadra de casa, y se lleva a todos los chicos de la cuadra ... al (Más adelante, en la misma sesión.)
béisbol. Allá les dan camiseta, bates, todo eso. Y Raúl va. Le doy
dinero, inedio peso, y algo para que coma. Se lo doy todos los Madre: Te daré una peseta cuando llegues a casa si lo haces bien
domingos, y él se va. Esas cosas, él antes no las tenía. (un baile flamenco). ¡Vamos!
López: ¿Cómo te sientes, Raúl, ahora que vas a jugar a la pelota y Raúl: ¿Lo dices en serio?
a tocar ... ? Madre: ¡Lo juro por Dios! Pues mira, tengo aquí algunos chavos,
Raúl: Bien. (Se sonríe.) los cambiaremos y te daré una peseta.

156 157
Raúl (en inglés): ¿Me lo prometes? tento. Antes él estaba siempre, no sé ... se iba a ·Ja cama con ese
Madre: ¡Seguro! temor, y se la pasaba de un lado para otro antes de acostarse porque
Raúl (en inglés): De acuerdo. no quería meterse solo en su cuarto, y todas esas cosas.
López: Vamos a ver, vamos a ver. (Raúl baila una danza flamenca.) López: Ajá.
Madre: ¡Vean, vean cómo lo hace! Madre: No dormía tranquilo, y todas esas cosas.
López: ¡Sí, sí! (Aplaude.) ¡Muy bien! Es muy bonito. ¡Mira todo López: Y ahora sí.
lo que puedes hacer! Madre: Ajá.
Qara: Siempre está practicándolo. López: ¿Y usted cómo se siente?
López: Sí. ¡Eh, usted tiene una familia de artistas! (La madre serie.) Madre: ¿Eh?
López: ¿Usted cómo se siente?
Madre: Mire, me siento muy agradecida ...
López: Ajá.
Séptima sesión Madre: De que usted se haya tomado un ... un real interés, que haya
trabajado de corazón, porque aquí, si vamos a ver, yo he notado que
Fue esta la última sesión. Estuvieron presentes la madre, Clara, aquí los puertorriqueños no se interesan por otros puertorriqueños,
María y Raúl, quien no había tenido ningún síntoma en el ínterin. ¿me entiende? Cuando consiguen ciertos puestos, se tiran para
La terapeuta conversó primero con toda la familia y después se atrás y les da lo mismo una cosa que la otra. (Traga saliva, emocio-
quedó a solas con la madre. nada.) Y esas cosas, yo ... yo las aprecio.

López: ¿Hace cuánto tiempo, me dijo usted, que vive con su marido? En un seguimiento un año más tarde se comprobó que Raúl no
Madre: Unos ... le dije un año y medio, un año y ocho meses, había vuelto a tener síntomas. Seguía en la banda y jugando al
a ver. béisbol. Había obtenido las mayores calificaciones en algunas ma-
López: Porque yo estaba pensando que usted es una persona muy terias escolares y su madre le compró una bicicleta -como se lo ha-
responsable y respetuosa, y ... ha conseguido tanto con sus hijos, bía prometido durante el tratamiento si mejoraba en sus estudios-.
ha habido un cambio tan grande. Tal vez ... podría usted intentar, El padre del bebé continuaba viviendo con ellos. La madre parecía
si le parece que este señor es la persona que le conviene ... más contenta, y estaba trabajando como asistente comunitaria en
Madre: En parte me conviene, en parte me conviene. un hospital de la zona.
López: Como usted tiene un hijo ...
Madre: El ... en otros aspectos es también muy irresponsable.
López: Tal vez usted quisiera intentar ... quisiera intentar, si es
posible conversar o sugerir alguna idea, ¿me entiende? Resumen
Madre: Ajá. • Los elementos fundamentales de esta terapia fueron los siguientes:
López: Intentar, a ver si a usted se le arregla su situación ...
Madre: Yo, este ... por mí, tengo la mejor disposición para luchar,
¿no?, mi idea es Juchar, ¿me comprende? Yo nunca ... cuando
yo ... pienso en romper, pero me digo que mientras pueda Juchar, l. Comprensión del problema
voy a Juchar.
La madre presentó como problema que el hijo escuchaba voces
(Mas adelante, en la misma sesión.) de noche. El hijo presentó como problema que tenía pesadillas,
particularmente una recurrente en la que una bruja lo atacaba, y que
López: A Raúl se lo ve bastante ... cambiado, ¿no? de noche escuchaba voces de mujeres gritando. La madre era, de
todos los demás miembros de la familia, la única que dijo tener
Madre: Sí, el cambio es notable.
López: Sí. ¿Usted también notó que cambió mucho? sueños desagradables y sentir miedo a veces. Se consideró que los
síntomas del chico eran una metáfora de los temores de su madre.
Madre: Sí, para mí es un cambio notable.
Cuando el hijo tenía miedo, la madre lo tranquilizaba y protegía,
López: Ajá. ¿Qué cambio notó usted?
al par que definía el problema como proveniente de la infuencia del
Madre: Se Jo ve más tranquilo, más seguro de sí mismo. Se acuesta
demonio, lo cual hacía que el chico se sintiera aún más desamparado.
tranquilo y se levanta tranquilo, no como antes. Se lo ve más con-

158 159

1
La hipótesis que se fonnuló fue que el hijo ayudaba a su madre a
través de su conducta sintomática, suscitando en ella una conducta
maternal idónea. Cuando confortaba a su hijo, la madre no sentía
miedo; para tranquilizarlo, debía recobrar el árumo ella misma.
~ 3. Los obstáculos

a. La psicóloga de la escuela. La psicóloga de la escuela fomentó


Sin embargo, la ayuda que el hijo prestaba a la madre la pert~rbaba la conducta sintomática del chico con su benevolente interés y
a esta, y la que la madre le prestaba al hijo lo p~rturbaba a -~1. Era
1 preocupación por e1. Era una especialista ajena que, al intervenir,
preciso ordenar las cosas para que la madre b_nndara al hijo una restaba poder a la madre. Su intervención fue bloqueada y se esta-
ayuda eficaz, y para que el hijo la hiciera sentrr a ella una madre bleció una clara jerarquía, en la cual la encargada del caso era la
competente en otra forma. 1 terapeuta, en tanto que la psicóloga se haría cargo de las cuestiones
escolares. Pero como el chico, como respuesta a la preocupación
de. esta psicóloga, había comenzado a decir que al cerrar los ojos
2. Las intervenciones ve1a personas aterradoras, se mantuvo con él una sesión a solas
enseñándole a imaginar a voluntad diferentes cosas y a cambiar
a voluntad lo que veía.
a. Definición del problema. La terapeuta se interesó p~r ~as pesa-
dillas e hizo caso omiso de las "voces" escuchadas. Exanuno con la b. El amante de la madre. Al hombre que funcionaba como
familia sus sueños y pidió a madre e hijo que actuaran de nuevo ~na padrastro en el hogar se le pidió su colaboración, tratando de bus-
de las pesadillas del chico. De esta manera, el problema fue defirudo car para el chico actividades que estuvieran más de acuerdo con
como pesadillas, problema situado dentro de la gama de las conduc- su edad. Este intento de conseguir su participación no tuvo éxito.
tas normales, en mucho mayor medida que ~-1 escuchar voc~s. . .
b. Incorporación del problema a la ses!o~. La dr~n:abzac10n de 4. La reorganización
la pesadilla incorporó el problema a. la sesion, pe~tlendo que la
terapeuta tuviera sobre él mucho mas control que S1 se tratara de
algo referido verbalmente por la familia. . .. . La relación entre madre e hijo fue reorganizada en una jerarquía
:t
c. Pedido de que la madre simulara tener mzedo y hqo szmulara
ayudarla. Se le pidió a la madre que simulara necesitar 1~ ayuda Y
congruente. Ambos comenzaron a tomar parte en actividades apro-
piadas para su edad y su situación. La madre estaba en una posición
protección de su hijo, y a este, qu_e la ~~dara. El chico ya no superior al hijo, no sólo porque lo ayudaba a conseguir cosas inte-
necesitaba recurrir a su conducta smtomatlca para proteger a la resantes para hacer, sino además porque lo ayudaba a superar su
problema.
madre, ya que ella le pedía ayuda expresamente y el la ayud~ba
abiertamente. Pero la necesidad de ayuda de la madre e~a fmg¡da.
y también lo era la ayuda prestada por el hijo. Ma~e _e hijo estaban
involucrados en forma lúdica en un marco de fmgume~to. Cuando
el hijo presentaba el síntoma, la madre se hallaba marufiesta~e~}e
en posición superior a él; pero encubiertamente estaba en p~lCion
inferior, ya que él era quien en verdad 1~ estab~ ay_udando. Quedaban
defmidas así en forma simultánea dos Jerarqu1as 1~cong~entes. Con
la directiva de simular, uno de los aspectos de esa Jerarqu¡a, aquel e.n
el cual el hijo estaba en posición superior ~ la madre,. se convertta
en un juego de imaginación, y la_ incon~;uenc1a se resolv1a. . .
d. Impartir la directiva de szmulacwn_ pa':~ el hogar. Se mstruyo
a la familia para que repitiera la dramatiZaciOn en su casa to~as las
noches, y para que en caso de que el chico se despertara gnt~do
lo hicieran otra vez, aunque fuera en mitad de la noche. As1, !~s
terrores nocturnos del chico generaron un sacrificio para la familia
entera, y se le enseñó a la madre a responder de otro m<l?o ante l?s
temores de su hijo. Su respuesta habitual se bloqueo, ademas,
indicando que el chico sólo debería dormir en su propia cama.

160 161
8. Un hombre deprimido: estudio de un caso Tercera entrevista
Be/son: ¿Qué pasó desde que estuvieron aquí la última vez?
Esposa: Finalmente, en la última semana antes de que venciera el
contrato, David se ocupó de una serie de asuntos de sus clientes
a los que se había comprometido.
Be/son: ¿Lo llamó usted por teléfono a su trabajo y lo controló?
Esposa: Lo llamé todos los días y lo controlé, y lo estaba haciendo
muy bien.
En este capítulo presentaremos fragmentos de una terapia com- Marido: Eso no me pone muy feliz.
pleta, revisados y con comentarios. Un resumen de este caso se Belson {a la esposa): Bueno, usted hizo lo que había aceptado hacer.
dio en el capítulo 3. El terapeuta fue Richard Belson, quien a la ¿Cuidó él de sus negocios?
sazón se estaba capacitando bajo la supervisión "en vivo" de la Esposa: Por cierto.
autora. El cliente, un contador de 60 años de edad, había sido Belson: Muy bien.
derivado a terapia de pareja luego del fracaso de ún tratamiento Esposa: Y luego se ocupó de organizar los asuntos de su madre du-
anterior; se le había diagnosticado depresión. Su esposa, una tera- rante la primera semana, y se metió en un montón de problemas; le
a
peuta, no acudió la primera sesión de la terapia de pareja. llevó mucho más tiempo del que había previsto, de modo que no
En esa primera sesión el sujeto se quejó de su estado de depresión, pudo ocuparse del otro negocio; lo hizo esta semana pasada, así
diciendo que era un hombre ineficiente, que había descuidado su que se sacó todo de encima. En relación con los asuntos de su madre
empresa durante muchos años perdiendo a toda su clientela, y que
no había pagado su impuesto a los réditos en los últimos cinco
años. Estas quejas fueron hechas en un tono de molestia e irritación.
También se refirió a su esposa, que se había recibido recientemente
i el trabajo está totalmente terminado.

La esposa había seguido las directivas del terapeuta telefoneando


a su marido a la oficina todos los días para vigilar que cumpliera
de terapeuta; a su madre, cuyos impuestos tampoco había pagado
él; y a sus dos hijas, quien según dijo se preocupaban mucho por él.
Una de las hijas estaba esperando un bebé, y la otra, que pronto se-
1 con su trabajo. El marido se estaba haciendo cargo de sus negocios
y había empezado a ponerse al día con el trabajo atrasado. Al hacer
que la esposa tomara a su cargo el trabajo de su marido, el terapeuta
ría también terapeuta, había mantenido largas charlas telefónicas estaba exagerando su posición superior, con la expectativa de que
con él tratando de ayudarlo a que superase su depresión. el marido reaccionara haciéndose cargo él mismo de la tarea. En el
Hubiera sido posible y razonable formular el problema y planear pasado, la esposa se había condolido de la depresión de su marido
una estrategia, no sólo en tomo del vínculo conyugal, sino incluyen- y lo había apoyado en su estado; ahora lo estaba empujando a
do también a la madre y las dos hijas, ya que el hombre estaba evi- cumplir con su trabajo.
dentemente encariñado con ellas y parecían apoyarlo de manera Se partió de la premisa de que la depresión del marido debió
similar. No obstante, el terapeuta y la supervisora decidieron que coincidir con un cambio en la relación conyugal. La esposa había
iba a ser más práctico y eficaz intervenir únicamente eh ll matri- retomado sus estudios cuando los hijos ya estuvieron crecidos, y
monio. Pensaban que una vez que se modificase la situación con- ~ se había convertido en terapeuta. En los primeros años del matri·
yugal, habría también cambios positivos en las otras relaciones. monio, el esposo había tenido una posición predominante, pero
En la primera entrevista, el terapeuta redefmió el problema a medida que la mujer se interesaba más y más por su carrera las
diciéndole al individuo que estaba deprimido porque se había dificultades de él fueron en aumento; y cuantas más dificultades
conducido de manera irresponsable, descuidando su trabajo; lo tenía él, más competente parecía ella y más centrada en el desva-
defmió como un caso de irresponsabilidad y no de depresión. El limiento y los problemas de su marido. El se convirtió en un indi-
problema consistía en que reasumiera su irresponsabilidad. En la viduo "deprimido", problema que pertenecía a la especialidad de
segunda entrevista, se encargó a la esposa velar por que su marido su mujer. La depresión del marido era para él una fuente de debili-
cumpliera con su trabajo. dad y de poder a la vez: debilidad, por cuanto su mujer tenía que
apoyarlo y asesorarlo; poder, porque ella no lograba ayudarlo por
más que se esforzaba. La jerarquía conyugal era incongruente, dado
que marido y mujer eran simultáneamente poderósos y débiles uno
con respecto al otro. Al exagerar paradójicamente la posición supe-

162 163
rior de la esposa, el terapeuta instó a la pareja a reorganizarse en la
Es importante que el terapeuta ponga de relieve el aspecto bene-
dirección de una mayor igualdad.
volente de la injerencia de la esposa en el trabajo de su marido, ya
que el objetivo no es que el marido se pelee amargamente con su
Esposa (dirigiéndose a su marido}: Hubo varios días en que empe- mujer sino que haga su trabajo.
zaste otra vez con tus viejas. patrañas, ya sabes a qué me refiero,
"lo haré", "lo voy a lograr", "no puedo lograrlo" ... toda la mis- (Más adelante, en la misma sesión.}
ma fraseología que usaste en el pasado.
Belson: ¿Quiere usted decir irresponsabilidad? Be/son: A ver, vamos a repasar los hechos. El hecho es que usted
Esposa: Exacto; y entonces le dije: "Mira, no volvamos a ese viejo (a la esposa} en efecto se ocupó de él durante la semana, y el otro
asunto; quiero que me hagas una lista de todos los compromisos hecho es que si usted (al marido} se volviera más responsable, ella
que tienes con tus clientes para el día 15 de este mes, y voy a lla- no tendría que hacer esto. De modo que esto es una medida sólo
marte todos los días, etc.". Prometió traer la lista a casa, pero temporaria, hasta que vuelvan al buen camino. Es evidente que
no lo hizo. usted necesita que ella haga esto, así que lo único que quiero que
Marido: Sí, la llevé, pero la dejé en el bolsillo del saco. comprenda es que sólo es temporario.
Esposa: En ese punto yo le dije: "Mejor te aseguras de que tienes la Marido: Me doy cuenta perfectamente, pero no creo que eso vaya
lista para la sesión de hoy a la mañana, así no tenemos que perder realmente al fondo del asunto.
la hora entera proclamando cuáles son tus irresponsabilidades". Be/son: Exacto, el fondo del asunto es que cuando usted empiece
Belson (a la esposa}: Ten.emos que hablar acerca de cuándo se. a cuidar de sus cosas, esto va a terminar.
pondrá usted a trabajar en sus propios asuntos financieros. Marido: Bueno, eso ya lo sé, pero a Roma no la construyeron en
un día, y no puedo corregir en una semana cuatro o cinco años
En la entrevista anterior, el terapeuta había amenazado a la es- de descuido.
posa con que debería llenar ella núsma su declaración del impuesto Belson: Aunque le sorprenda, eso es posible.
a los réditos, ante la gran consternación del marido. Marido: Bueno, yo no puedo hacerlo.
Esposa: En una semana lo hemos corregido en un grado enorme.
Esposa: Bueno, yo podría empezar ya mismo, pero él no me va a Marido: Sí, está bien, pero no puedo hacerlo todo.
permitir que haga nada al respecto. Dice que eso va a costamos Be/son: De paso, por lo que usted dice parecería que le molesta
mucho dinero. muchísimo atribuirse el mérito de lo que hizo.
Be/son: Lo sé, pero lo que estamos haciendo es abrir un nuevo atajo Esposa: Seguro. Hizo una barbaridad.
para salir del estancanúento. Marido: Bueno, no me siento inclinado a atribuirme el mérito de lo
Esposa: Eso creo. que hice, ante todo porque no lo hice en su mon;ento, hace mucho.
Be/son: Pienso que lo que ustedes hicieron fue realmente positivo, tiempo, y lo que ahora estoy haciendo no es mas que lo que deb1
¿concuerdan connúgo? (No hay respuesta.} No están obligados a hacer entonces.
concordar. (Marido y mujer ríen.} Be/son: En ese caso, no debe atribuirse ningún mérito. No se atribu-
ya el mérito, hágalo simplemente.
El estilo ambiguo y humorístico del terapeuta cont,¡aatacaba al
estilo obsesivo y deprimido del marido. Hábilmente, el terapeuta cambió el blanco de las obj~cione~ d~l
marido: ya no se trataba de si haría o no la tarea, sino SI se atnbui-
Belson: Lo cierto es que se está haciendo, y eso es lo que importa. ría el mérito por ello.
Dicho sea de paso, ¿le agradeció a ella, le agradeció a su esposa por
su ayuda? Marido: Bueno, eso es lo que estoy tratando de hacer. . ,
Marido: No, yo ... Belson: Porque tal vez usted sea esa clase de personas que no qm:ren
Esposa (riendo}: ¿Por portarme como una canalla? atribuirse méritos por lo que han hecho, y en tal caso no tiene
Marido: Me molesta. ninguna obligación.
Esposa: Primero le molestaba. Yo me sentía como una manúta que Marido: Simplemente quiero hacerlo.
tuviera que decirle: "¿Hiciste los deberes?". Be/son: Correcto.
· Belson: Yo no lo veo así. Para mí es una pareja que se ayuda mu- Marido: Correcto. Estoy encantado de haberme sacado eso de- en-
tuamente. cima.

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Belson (a la esposa): No le atribuya el mérito. Esposa: Está bien.
Manao: No lo hice como quería. Marido: ¿Quiere usted decir que me ha descuidado?
Belson: Sí. Belson: Sí.
Marido: Pero lo hice. Me lo saqué de la cabeza, y me aplicaré a ello. Marido: Que me ha descuidado ... ¿qué quiere decir eso?
Be/son: Muy bien. Entonces, ¿qué hay que hacer ahora? Be/son: Lo dicho.
Marido: Que me ha descuidado ...
(Más adelante, en la misma sesión.) Belson: Sí, y pienso que esto ocurre porque ambos son personas
con muchas inquietudes culturales, y a menudo en una relación
Belson (a la esposa): Me pregunto si no tendría que llenar usted la así las personas no se brindan una a la otra el tiempo que necesitan
declaración de impuestos, por más que sea costoso, como una lec- para actividades más sociales. De modo que (a la esposa) creo que
ción para el futuro. usted debería dedicar por lo menos dos noches a la semana a hacer
Marido: Me mandarán a la cárcel también. con él más vida social.
Belson: De otra manera, seguiríamos en lo mismo de antes. Creo
que usted debe vigilarlo y llamarlo con regularidad. ¿Con qué inter- (Más adelante, en la misma sesión.)
valos están trabajando?
Esposa: Una vez por día, y lo llamo todas las tardes. Belson (al marido): De algún modo, siento que ella no participa lo
Be/son (a la esposa): ¿En cuántos días y en qué momentos podrá suficiente en su vida.
preparar la declaración de impuestos? Creo que usted debe asumir Marido: Bueno, ella no se dedica a las cosas que solía dedicarse,
las pérdidas, ya que eso renovará las cosas para el futuro. pero eso es porque yo le contaba más que ahora sobre lo que me
Esposa: Pienso que en la medida en que David siga progresando, sucedía. Pero ahora tiene su propia profesión.
haciendo un poco cada día, o al menos dedicándole cierto tiempo un Be/son: Me gustaría conocer más detalles. ¿Podría usted informar·
. par de días por semana, verá que podemos conseguirlo. me un poco?
Man"do: Bueno, durante muchos, muchos años yo tuve la costumbre
La pareja empezaba a reorganizarse y el marido se estaba condu- de volver a casa y desembuchar todo lo que me sucedía en la oficina,
ciendo con más idoneidad. El terapeuta siguió encargando a la mujer lo que sucedía y lo que dejaba de suceder, y ella no hacía más que
que planeara las actividades de él, mientras este protestaba diciendo escucharme. Yo me preguntaba si me comprendía o no; me parecía
que estaba cumpliendo con su trabajo y que lo seguiría haciendo. que sí. Creía que ella se condolía un poco de mí, y eso ayudaba a
Era hora de alentar a la pareja para que se reorganizara en una que yo me despachase. Pero era ... me doy cuenta de que debía
jerarquía congruente, en un mayor pie de igualdad. Como el tera- ser muy aburridp para ella, porque había un montón de cuestiones
peuta había menoscabado antes al marido llamándolo irresponsable, que no entendía. Yo me entusiasmaba mucho con algún problema
ahora se volvió hacia la mujer y la acusó de ser negligente con él. técnico y trataba de explicárselo. Después, en los últimos cuatro o
Hizo que esto pareciera una grave ofensa disculpándose por haberla cinco años, ella se convirtió en psicoterapeuta y desarrolló un montón
insultado. El marido habló entonces acerca de su soledad y el cambio de intereses propios, y su trabajo parecía infinitamente más inte-
sobrevenido en la relación entre ambos desde que su mujer había resante -desde un punto de vista humanístico, quiero decir- que
reiniciado su carrera. el mío, que es muy técnico y muy soso. En consecuencia, ahora ya
no hablo de mi trabajo como antes. Además, me avergüenza un
(Más adelante, en la misma sesión.) poco quejarme siempre sobre las mismas cuestiones. Me remito
a algunas cartas. Por ejemplo, estaba le~endo unas ca:tas q~e le
Belson: La idea es que él debe volverse más responsable, y que esto escribí a mi hermana un par de años atras, y son las mtsmas Ideas
lo llevará en esa dirección. Y una vez que lo logre, el proceso se que tengo ahora: me siento acosado, no puedo ~acarme el trabajo
autoperpetuará, ya que en el fondo de su alma él lo prefiere así. de encima, debo disculparme por no llegar a ;1empo . . . No he
Quisiera pasar a otro asunto. Quisiera decir algo, pero sé que no va cambiado nada en lugar de mejorar empeoré. Ast que ya no comen-
a resultar agradable. Así pues, ¿podrá usted aceptar lo que yo le to con ella ca~os o asuntos, salvo que sea algo muy fascinante,
diga? (mirando al marido). ¿Sí? extraordinario, fuera de serie. Y estoy muy interesado por 1? que ella
Marido: Sí. hace pero tampoco ella me comenta mucho sobre ello. Piensa que
Belson: Creo que ella ha sido negligente con usted. Y no ... (a la habl~r sobre los casos terapéuticos es trasgredir la reserva, Y creo
esposa) no es mi intención insultarla. que tiene razón.

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1
(Más adelante, en la misma sesión.) con ella acerca de su trabajo, pero sin quejarse por todo lo que le
pasa. Y en cuanto a usted (a la esposa), quiero que use ese tiempo
Marido: En otras palabras, no veo nada negativo en todo esto. para examinar sus casos con él. Veamos en qué momento lo harán.
Obviamente, ella no está tan íntimamente mezclada con mi vida Marido: Bueno, eso es imposible.
como yo ... Be/son: Media hora no es imposible. En verdad, les dará a ambos un
Belson: ¿Como usted qué? ¿Ella no está tan íntimamente mezclada renovado impulso vital, porque llenará un .vacío de energía. Es
con su vida como usted qué? muy necesario.
Marido: Iba a decir como yo quisiera que estuviese, pero no sé si
yo querría que estuviese. Marido y mujer plantearon diversas objeciones, pero. el terapeuta
Belson: Bueno, creo que debemos probar. insistió. La dificultad de la pareja para encontrar media hora de
Marido: Porque desde un punto de vista intelectual, me agrada que tiempo para pasar juntos indicaba hasta qué punto se hallaban dis-
ella tenga su propia esfera de interés ... su empleo, su tarea, su tantes uno del otro.
práctica profesional ...
Belson: Totalmente de acuerdo. Be/son: Sé que usted es un poco renuente a hacerle esta demanda a
Marido: ... sus amigos. Eso es magnífico. Yo no he podido ... no ella, pero creo que deberíamos llevar esto adelante.
he podido llenar ese vacío. Esposa: Bueno, creo que yo podría a las diez y media de la noche.
Belson: ¿Uenar ese vacío? Be/son: Muy bien, empecemos entonces; ¿hoy es martes? ¿Esta
Marido: El vacío de no tenerla a ella sumamente interesada por mis noche a qué hora?
asuntos. Esposa: A las diez y media o a las once.
Belson: Completamente de acuerdo. Be/son: ¿Diez y media u once?
Marido: Por ejemplo, la granja que compramos hace algunos años.
Una escuela dentro de una granja, que nos dedicamos a amueblar (Más adelante, en la misma sesión.)
y acondicionar casi todos los fmes de semana, a expensas de nuestra
vida social aquí en Nueva York. Ella no se ha interesado tanto Be/son: Le da miedo hacer esta demanda.
por eso. Marido: Así es.
Be/son: Ajá. Belson: Porque quiere mostrarse amable.
Marido: No parece interesarte para nada hacer cosas allí. Marido: No, no es porque quiera mostrarme amable. No veo la
Be/son: Ajá. razón, no veo la utilidad de esto.
Marido: A menos que yo la empuje a hacer algo. Belson: La tiene, de todos modos.
Marido: ¿Sabe lo que pienso?, me estoy sometiendo a un montón de
La descripción que hizo el marido del cambio en la relación locuras ... Creo que son unas pavadas, estas sugerencias. No me
conyugal desde que su esposa se dedicó a su carrera confirmó hi parece que vayan al corazón del asunto.
presunción sobre la cual se basó la estrategia terapéutica. En el Be/son: Son locuras.
pasado, ambos habían tenido un común interés por el trabajo del Marido: Sin duda.
marido, la vida social que los dos desarrollaban y su granja; luego Esposa: ¿Y bien, cuál es el corazón del asunto?
la esposa se interesó por otras cosas, tuvo nuevos amigos y su vida Marido: Bueno, el corazón del asunto es mi incapacidad para orga-
se fue apartando de la de su marido. Este se deprimió, y ~u depre- nizar mi tiempo.
sión lo llevó a ingresar en la nueva esfera de intereses de su esposa Be/son: No me interesa examinar el corazón; lo que quiero es exa-
como terapeuta. El derivaba poder de su conducta sintomática y minar. ..
mantenía a su mujer apegada a él. El terapeuta comenzó a reunir Esposa (riendo): Los pulmones.
de otro modo a la pareja, indicándoles que dedicaran algún tiempo Be/son: ¿Los pulmones? Quiero examinar la boca, cuando ustedes
a charlar juntos. dos van a hablar. ¿De acuerdo?
Esposa: De acuerdo.
Belson: Me gustaría hacerles una recomendación para la próxima Belson: Más tarde pasaremos al corazón.
semana. Comprendo que están ocupados, etcétera, pero quiero que Esposa: Está bien.
se hagan un tiempo, media hora cada noche, no como una cosa Be/son: Bien. ¿El miércoles a qué hora?
mecánica; usted (al marido) empleará esa media hora en conversar Esposa: A las once.

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Marido: A las once todas las veces.
Be/son: Eso es organización. (Más adelante, en la misma sesión.)
Marido: Así es como viven los ingleses. El lunes voy al club el miér-
coles .voy al club, el jueves tengo una entrevista, y el jueves~ viernes Marido: Sí, la he estado excitando durante treinta años. (La esposa
practlcamos el coito. rr'e.)
(La esposa y Be/son r(en.) Belson (a la esposa): Es en este sentido que usted ha sido, perdóne-
Esposa: Así es. me por decírselo, descuidada. ¿Puede usted escribir a continuación,
Belson: ¿Tienen relaciones sexuales? en la lista de las órdenes ...? (Belson se refiere a Úl lista, que lleva
Marido: De vez en cuando. la esposa, de kls cosas que tienen que hacer ambos en reklción
Be/son: ¿Qué quiere decir de vez en cuando? con la terapia.)
Marido: Estoy cansado de tener que jugar a excitarla todo el tiempo.
Marido: Cada quince días.
Esposa: No bromees. Belson: Eso es verdad, realmente es algo muy anticuado.
(El marido r{e.) Esposa: Lo es.
Be/son (a kl esposa): Quiero que una vez, durante esta semana, no
Esposa: Deja de hacerte el gracioso.
importa lo que él esté haciendo, que esté trabajando o leyendo su
Be/son: Parece haber cierta discrepancia.
novela, consiga por cualquier medio provocarle un intenso clímax,
(Pausa.)
aunque él la evite a toda costa. Una vez durante la próxima semana.
Esposa: Dijiste cada quince días.
Marido: Está bien, una vez por semana. (El marido ríe.)
Esposa: Dos veces por semana. Esposa: Voy a anotar: ser persistente.
Belson: Persistente. En otras palabras, aunque él se escape de usted
Marido: ¿Dos veces por semana?
y corra por toda la habitación, tiene que acostarlo.
Esposa: Sí.
Esposa: No, él no va a hacer eso, no va a protestar tanto.
Marido: ¿En tu pensamiento es dos veces por semana? Belson: ·Bueno, tal vez lo haga, como una manera de tratar de
Esp~sa: ¿En mi pensamiento? ¿Y qué pasa con mi calendario?
echarla. Pero entiendo que esta ha sido una cuestión de descuido
Mando: ¿Lo anotas allf? (al marido) de sus necesidades sexuales, a las que creo que usted
Esposa: No, pero te diría, ¿no te parece que es así?
tiene absoluto derecho.
Marido: Aproximadamente. Pienso que no ha sido tan malo Marido: De eso no hay duda, pero, ¿debo tratar de averiguar qué
Be/son: ¿Qué pasa? ¿No es suficiente para usted, o es qu.e el sexo
es lo que ella quiere?
no es lo bastante excitante? Be/son: Eso lo decide usted. Pienso que realmente ha sido algo
Marido: Pienso que es un p~co ·de ambas cosas. unilateral, para ser francos, y diría que usted no tiene que hacer
nada con respecto a ella; ya está haciendo bastante, ¿no? Esta
(Más adelante, en la misma sesión:)
debe ser tarea de ella.
Esposa: Estoy de acuerdo.
Marfdo: Siempre me he lamentado de que, al parecer, no logro
e~cttarla. Tengo que afanarme para ello, aunque hubo alguna mejo-
Belson: Muy bien.
na en ~~ pasado. ~o _encue~tro que ella sea acometedora, con alguna (Más adelante, en kl misma sesión.)
e~cepc10n en los ulttmos tiempos. Si yo inicio el juego sexual pre-
vto, antes de que vayamos a la cama o cuando ya estamos en la Belson: Ella ha sido descuidada en una serie de cosas, pero usted
cama ella parece estar ya satisfecha, y a veces es agresiva. le permitió que lo fuera. En otros términos, incluso en relación con
Esposa (riendo): A veces. el sexo, usted ha cargado tantas cosas sobre sus hombros que no le
Marido: Y a veces eres agresiva, como anoche; creo que estabas da a ella la oportunidad de hacer lo que se supone que debe hacer.
mostrando un poco de agresividad. Y yo, por una u otra razón no
Así que tiene que darle una oportunidad.
tenía particular interés. ' Marido: A mí no me ha parecido así. No creo que ...
Esposa: Sí. Belson: Sí, de algún modo usted la alentó a que fuera descuidada,
Marido: Renuncias. y ya es hora de que ella se haga cargo un poco más de l~s. cosas
Esposa: ¿Y eso qué tiene de malo? importantes. Sea como fuere, sigamos adelante y permttamosle .
Marido: Cuando yo quiero acometer, nunca renuncio. que se haga cargo del sexo por lo menos una vez, ¿de acuerdo?
Esposa: Ese es tu estilo.
Marido: Estás invitada. (Risas.)

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Esta redefmición del marido como persona responsable y protec· El terapeuta estaba instando al marido a que le planteara más
tora, y de la esposa como negligente en cuestiones sexuales, así demandas manifiestas a -su mujer, en vez de requerirle encubierta-
como la directiva impartida a esta para que tomase la iniciativa mente que se ligara a él, como lo hizo en el pasado con su depresión.
en la relación sexual la semana siguiente, estimuló una división
más equitativa del poder.Ostensíblemente, la esposa se encontraría
en una posición superior, la de perseguidora, pero el hecho de ser
perseguido convertiría al marido en un hombre deseado e impor- Quinta sesión
.\
tante. Se modificaría así la vida sexual rutinaria de los cónyuges,
que iniciarían un nuevo tipo de intimidad. En esta sesión la esposa comentó que al marido le iba mucho
La esposa no asistió a la sesión siguiente por un imprevisto mejor en su trabajo; había estado contento y hasta hizo una impor-
compromiso profesional. El marido informó acerca de los esfuerzos
que ella había. hecho. 1 tante contribución dentro de su especialidad. El marido subestimó
esto y se lamentó de que las cosas anduvieran igual que antes. El

Cuarta sesión
l terapeuta afirmó que sin duda existía un desentendimiento entre
ambos, y necesitaban establecer un nuevo modo de verificar su
comunicación. Instruyó al marido para que en la semana siguiente
fmgiera, en tres oportunidades, ser un inepto y un irresponsable,
mientras su mujer se esforzaría por averiguar si realmente se sentía
Be/son: ¿Cómo lo persiguió ella sexualmente? ¿Cómo anduvo eso? así. El marido dijo que eso era una tontería, pero al fmal aceptó.
Marido: Ah, lo hizo bastante bien, muy bien. El propósito del terapeuta era que, si el marido parecía inepto e
Be/son: ¿Qué hizo ella? irresponsable, la esposa no sabría si en verdad se sentía así o si
Marido: Bueno, la última vez tuvimos relaciones un par de veces, ella estaba siguiendo las directivas del terapeuta; por consiguiente, ella
estuvo muy acometedora. no respondería según su costumbre.
Be/son: ¿Lo persiguió hasta el fm'!
Marido: Sí, sí, ella mostró una gran acometividad, a la que yo no
estaba acostumbrado.
Be/son: Ajá. Sexta sesión
Marido: Y por lo que a mí respecta, fue agradable.
Esposa: Por lo que recuerdo, él no se quejó ni una sola vez en toda
(Más adelante, en la misma sesión:} la semana.
Be/son: ¿En toda la semana?
Be/son: ¿No le importa si digo algo que puede sonar un poco crítico? Esposa: Exactamente. Ni siquiera tres de cada seis veces. (Risas.}
Marido: No. Marido: Bueno, llegué a la conclusión ... francamente, tuve una
Be/son: Creo que usted es demasiado clemente con ella. especie de percepción interior de que nadie podría hac~rlo por
Marido: Bueno, sí, yo ... yo ... ¿Qué otro remedio me queda? mí. Tengo que ir y trabajar, trabajar, trabajar, pagar el precto, ~ta
En otras palabras, ¿tengo alguna otra alternativa? Tengo que per- que termine ese maldito asunto. Quiero decir que no hay terapm en
donarla y ser clemente con ella para poder disfrutar de la vida. el mundo que me pueda ayudar, tengo que hacerlo. Anoche estuve
Be/son: Creo que la semana pasada usted adoptó una posición trabajando en la oficina hasta las doce o doce y media. . . ..
distinta. Y aunque esto suene un poco fuerte, la puso más en su Be/son: ¿Quiere usted decir que en toda la semana el no se quejo
lugar, sexualmente hablando, demandándole lo que es natural que de tener que ocuparse de sus negocios, ni anduvo trastornado, Y
usted le demande. toda esa clase de cosas?
(La esposa hace un gesto negativo con la cabeza. Pausa.}
(Más adelante, en la misma sesión.} Be/son: Eso me decepciona un poco. Tengo que hablar con ellos.
(Se levanta y deja la habitación para consultar con la supervisora
Marido: Bueno, estoy empezando a apreciar el valor de la naturaleza que está detrás del vidrio de visión unidireccional El marido Y la
de esta terapia, o como se llame. Usted está proponiendo cosas ... esposa lanzan una carcajada.}
Be/son: Bueno, pienso que lo que sucede es que usted está dándose Esposa (al marido): Está decepcionado. Las cosas no están saliendo
cuenta ... como él quiere.

172 173
El terapeuta simulaba estar decepcionado porque el marido no (El marido se ríe.)
había acatado su directiva de fmgir. De hecho, se sentía complacido Be/son: Quiero que usted (al marido) le hable a ella, como no lo hizo
de que se estuvieran alcanzando los objetivos de la terapia: el marido la semana pasada. Es evidente que usted no fue lo bastante convin-
no se había quejado ni había estado perturbado, y en cambio traba- cente porque ... se suponía que esas tres veces tenía que ser lo bas-
jó ~uy duro. A~más, dijo _que tuvo la "percepción interior" de que tante convincente como para que ella no supiese si realmente se
tenta que cumplir su trabaJo. Suele ocurrir que a la directiva de si- preocupaba o no por su trabajo, si estaba tra~tornado o no estaba
mular tener la conducta sintomática le siga algún tipo de insight trastornado. Se esperaba que usted ... Me gustaría que ahora,
sobre lo que "realmente" hay que hacer. En este caso, lo que real- durante algunos minutos, le hable a ella acerca de su oficina y su
mente había que hacer era trabajar. A esta altura, hubiera sido trabajo como si esto realmente lo trastornara, aunque no sea real.
prematuro que el terapeuta se mostrase complacido y no prosiguiera Pero tiene que ser convincente.
con la directiva de simular. Marido: Que le diga a ella que esto me trastorna ...
El .t~~apeuta consultó con la supervisora detrás del vidrio, y esta Be/son: Sí, pero quiero que lo haga en forma convincente.
le ~ugmo que: _dado que el marido no había simulado su ineptitud Marido: Bueno. (Pausa.) Estoy verdaderamente disgustado con mi
e trresponsabilidad durante la semana, tendría que hacerlo allí selección de secretaria, teniendo en cuenta el sueldo que resolví
mis~o, en _l_a sesión. El terapeuta debía criticar su desempeño en pagar ... y le ofrecí ese sueldo sobre la base de que era inteligente
esa srrnulac10n y alentar a la esposa para que lo criticara también y podía aprender ... Creo que podría haber conseguido alguien
d!ciendo que s~ actua~~ón inepta e irresponsable no era muy con~ con experiencia, a quien no tuviera que entrenar. Estoy rabioso
~ncente. En la mteraccton habitual en la pareja, el marido se quejaba conmigo mismo por haber hecho eso, por haber querido entrenar
siempre de ~us p~oblerr:as y ~a esposa lo confortaba y apoyaba; a alguien. Es una chica totalmente inexperta en cuestiones jurídicas
ahora el mando srrnulana queJarse, y la esposa le objetaría no ha- y fmancieras ...
~erlo. ~on suficiente ~ealismo. En. esta nueva interacción quedaría Be/son: No, no. Tiene que ser algo que podría ser cierto, aunque tal
Imphctto que el mando no podta parecer inepto e irresponsable vez no lo sea, pero usted tiene que encararlo como si fuera cierto.
porque no lo era. Su esposa ya sabe que lo que usted dice sobre su secretaria es cierto,
y usted también lo sabe. ¿Me entiende lo que quiero decir?
Be/son: ¿Qué ha hecho él, en cuanto a su trabajo? ¿Se hizo cargo Marido: Bueno, me han pasado tantas cosas que son ciertas, que
de este? tengo muchas cosas de las que quejarme.
Esposa: Considerablemente. Terminó de catalogar. y archivar todo Be/son: Hablemos de algo que puede ser cierto o puede no ser cierto,
lo ~ue h_abía hasta ayer a la noche. Llegó a casa pasadas las doce. para que ella no sepa a qué atenerse.
Esta haciendo esta tarea de catalogación por la noche, así que por Esposa: Bueno, de todos modos yo no lo voy a creer, por las direc·
lo menos una cosa ... una cosa importanto ya está solucionada. tivas. Sé que él está inventando.
Belson: En otros términos, fmalmente el se está volviendo más Marido: ¿Cómo sabes que estoy inventando?
responsable como profesional, ¿no es así? Esposa: Estás inventando tu trastorno.
Esposa (riendo): Sí, creo que puedo decir eso. Marido: Eso es verdad, porque no estoy tan trastornado. Realmente
Belson: Pienso que el verdadero error fue que no hicieron lo que no estoy tan trastornado.
se suponía que tenían que hacer tres veces. (Se refiere a la directiva
de simular.) La directiva de simular el síntoma tenía precisamente como
Esposa: ¿Qué cosa tres veces? propósito provocar esa clase de declaración del marido: "Realmente
Be/son: Que ustedes supuestamente no ... que no sabían. no estoy tan trastornado".
Esposa: ¡Ah! Sí ...
Be/son: Me gustaría hacer algo ... Sé qué ustedes son dos p&rsonas Esposa: Esto es algo supuesto ... él no se siente así, pero lo está
a las que les gusta un poco jugar, así que quisiera hacerlo con ustedes. inventando para parecer que se siente así.
Marido: ¿Que nos gusta jugar? Be/son: Sí, de acuerdo. Sí. De manera que cuando durante la semana
(La esposa se ríe.) él habla así, usted nunca está del todo segura de que realmente se
Be~son: Sí, así es. Me equivoqué con ustedes; pensé que eran siempre sienta tan así.
senos, pero ahor~ veo que ambos tiene sentido del humor. Así que Marido: Me parece imposible. Yo ... Yo ... Me parece imposible.
ah?ra voy a pedirles que lo hagan aquí mismo, en el consultorio; Be/son: ¿Ve? Acaba de sonreír, lo cual quiere decir que lo puede
qUiero que lo hagan. hacer.

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Marido: Sí, pero no sé qué diablos hacer. Be/son: No se presenta lo bastante irresponsable. No convencería
Belson: Probemos a ver cómo nos sienta, y después veremos. a nadie.
Marido: ¿Probar como nos sienta qué? ¿Probar qué? Ni siquiera Marido: Bueno, yo nunca soy del todo irresponsable, porque cuando
sé cómo empezar. no hago algo que se supone que debo hacer, es que estoy haciendo
Belson: Eso es porque yo quiero que usted empiece y vea. Quiero alguna otra cosa. Yo siempre ...
que usted hable ac~rca de lo disgustado que está consigo mismo
por no hacer tal cosa o tal otra. Ya sabe. Nuevamente, esta es la clase de declaraciones que el terapeuta
Marido: Bueno, yo ... pero el asunto es que, como usted sabe, quiere obtener.
yo ... yo ...
Belson: Recuerde que usted debe mostrarse disgustado, pero lo Be/son: Pero no la está convenciendo a ella en cuanto a lo irrespon-
único que quiero es que fmja. sable que usted fue.
Marido: Está bien. Marido: Ella lo sabe, porque volvió a casa a las cinco.
Belson: Porque en el fondo de su corazón, no lo está. Eso es lo que Belson: La semana próxima ella volverá a pensar que usted ...
quiero decir. Marido: Volvió a casa a las cinco, y se enojó mucho de verme en
Marido: Tal vez lo esté en mi cabeza, pero no en mi corazón. casa y no en la oficina.
Be/son: Exacto. Be!so.n: Vuelva atrás y cuéntele a ella cómo fue, pero tiene que ser
Marido: A eso se refiere usted. mas mesponsable, porque de lo contrario no le va a creer. Lo que
Belson: Exacto. digo suena demasiado crítico, pero lo único que quiero es que usted
haga bien las cosas, nada más.
El plan consistía en que el marido intentara como mínimo cuatro Marido: No sé qué más hacer; Yo ... esto es ... Te digo que ...
veces parecer inepto e irresponsable, mientras la esposa y el tera- no estoy inventando. Te estoy diciendo con mi cabeza lo que pasó.
peuta criticaban su actuación. Sólo entonces dejaría de insistir el Cómo me sentí. Y no es invento. Y no sé cómo inventar estas
terapeuta en que continuase fmgiendo. cosas. Soy incapaz de inventar.
Belson: Usted es tan capaz como cualquiera de actuar algunas veces
Marido: El domingo fuimos a esa comida y volví sintiéndome, bue- en su vida. (A la esposa:) No me importa que él no actúe nunca más
no, me sentí verdaderamente mal, muy pesado y un poco mareado en su vida. Lo que pretendo es que haga esto como corresponde,
por el champaña; tenía planeado ir a trabajar a la oficina, pero el para que la semana próxima resulte eficaz. ¿Se le ocurre algo para
día estaba tan hermoso y había tanto que hacer en el jardín, que que él resulte más eficaz?
pensé: "Bueno, me quedaré aquí una hora, y luego ... luego me Esposa {al marido): Sigue pensando en lo inepto que te sentiste. Y
vestiré e iré a la oficina". Después de una hora habia avanzado poco cuéntame hasta qué punto te sentiste inepto.
y nada, el jardín está hecho un desastre ...
Belson: Use las palabras inepto e i"esponsable. El terapeuta estaba esperando esta clase de declaraciones de la
Marido: Yo estaba ... ese arbusto para la piorrea o como se lla- esposa. En lugar de reconfortarlo y decirle que no es inepto, ella
me ... le pide que piense y exprese su sentimiento de ineptitud.
Esposa (riendo): Mi piorrea (se señala la boca con el dedo).
Marido: Ese arbusto de bayas, me olvidé el nombre. Be/son: ¿Podría dar un ejemplo? Porque él parece desconcertado.
Esposa: Piracanta. Esposa: No sé. Podría pensar en la pila de papeles que tiene en la
Marido: Píracanta ... estaba enorme y lo corté, estaba tapando el oficina.
aparato de aire acondicionado. Pensé: "Carajo, tengo que deshacer- Mo.rido: Ahí está el asunto.
me de esto porque me temo que cuando queramos usv el aire Esposa: Bueno, mientras trabajabas con el piracanta, ¿pensabas en
acondicionado, no vamos a poder usarlo". Y era un trabajo enorme. todas esas horribles pilas de la oficina?
De pronto miré el reloj y había pasado casi una hora, y pensé: Marido: Seguro, pero también pensaba en el piracanta, y a quién
"Maldición, soy un irresponsable. Me estoy preocupando por el diablos podría conseguir para que lo sacara. No e:c ,,k :-:xtra'lar que
piracanta cuando podría sacudirlo a un costado y dejarlo ahí, y ese tipo pidiera ciento cincuenta dólares para limpiar el Jardín, ¿no?
marchar a la oficina como prometí y hacer mi tarea. Pero está tan Es un montón de trabajo. Por un piojoso arbusto y otros pocos ár-
lindo aquí, está hermoso, y merezco trabajar en el jardín, porque boles, eran cuatro horas de trabajo.
lo disfruto y necesito el ejercicio. Oh, al diablo con la oficina". Esposa: Entonces, concéntrate en la parte tuya que sentía ...

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Marido: Sí, pero eso no es un invento, a eso voy.
Esposa: Bueno, entonces no sé qué quiere él que hagas. h.~mor. Me estoy riendo de mí mismo. Quiero decir que es la situa-
Marido: El quiere que fmja estar disg4stado y sentirme un inepto, ct~n .lo que me hace reír. Esta situación, aquí. Pero, como cosa
cuando no es así, me siento en el mejor de los mundos. Es muy practica ...
difícil para mí inventar eso, a eso voy. Be/son: ¿Qué quiere usted decir con "esta situación, aquí"? Este es
un asunto serio. ~
Esposa: ¿De modo que en verdad te sientes así?
Marido: Ya sé que es serio, pero me resulta raro, en el sentido de
La esposa parecía percatarse en este momento de cuál era el que no lo entiendo, y estoy jugando con una especie de indicación
propósito del ejercicio. Se sorprendía de que en vez de sentirse para decir que significa algo, pero no sé qué.
"disgustado e inepto" su marido se sintiera "en el mejor de los Be/son (a la esposa}: ¿Podría hacerlo empezar de vuelta con esa
mundos". Las críticas del terapeuta y la esposa llevaban implícito cuestión de las mujeres?
que el marido no era muy convincente como persona irresponsable Esposa (riendo): Cuéntame de esa chica tan bonita, la rubia.
e inepta. ~La esposa se estaba conduciendo ahora en forma inusual. Marid~: Bueno, ella no andaba muy seguido por ahí, porque ese
En lugar de apoyar y reconfortar al marido, lo criticaba por no otro tipo con el que me vis~; estaba buscando levantarse a alguna,
fmgir con realismo su irresponsabilidad e ineptitud. El marido hizo Y ella aparentemente tamb1en estaba interesada en levantarse a
una tercera tentativa. alguno, p:ro a mí no me interesaba, y no sabía cómo zafarme de eso.
Cuando tu llegaste yo te presenté, así que ella se dio cuenta de que
Marido: El domingo a la noche estábamos en ese asunto sexual. Y no era soltero; y en la primera oportunidad que tuvo, se fue.
después miré a mi alrededor' después que dejamos o .•. cuando Be/son (a la esposa}: A usted no la convence.
fuimos a ese lugar. Yo tenía sumo interés en estar con alguna de Esposa: No es ...
esas mujeres. Parecía que no podía pegarme a ninguna linda chica, Belson (al marido}: No es convincente en cuanto a lo inepto que es
y me sentía viejo y rechoncho. Tenía una rubia encantadora ... usted con las mujeres. No es convincente.
Esposa: Dijiste que no te gustaba, que pensabas que no era tan bue-
Be/son: No, no. Se está sonriendo. No es un buen trabajo. na, y que querías sacártela de encima.
(El marido se ríe.}
Belson: No, no. Encontramos un buen ejemplo. En el fondo de su . La esposa prosiguió criticando al marido, quien hizo un nuevo
corazón, usted sabe que no es cierto, pero quiero que ponga cara mtento.
larga y convenza a su esposa de que las mujeres no se interesan por
usted, que debe estar poniéndose viejo. Encontramos un hermoso Marido: Tú estabas fuera ... Yo estaba charlando con una señora
ejemplo. joven que es clienta, y el1a me presentó a una cosita amorosa, que
Marido: Y bien, estuve charlando con unas chicas basronte jóvenes. era profesora. de sexualidad. Y si bien era monísima y todo lo
Había una rubia, en particular, entramos en conversación, y yo de~as, _me dt c~enta _de que me miraba como a un viejo, y que
pensaba qué interesante sería ir a la cama con ella, pero ni siquiera ~as alla de la stmpatta no tenía ningún otro interés. Yo pensé:
me miraba. Se la pasaba mirando a todos lados como buscando a Ya estoy acabado, ya no tengo ningún atractivo para las chicas
otro; .. jóvenes".
Be/son (a la esposa): ¿Le parece convincente? Be/son: ¿Le pareció convincente?
Esposa (riendo}: Sus labios están curvados hacia arriba, no hacia Esposa: Bueno, no, en realidad no.
abajo. No tiene cara larga. Be/son: Estuvo mejor que antes, pero no lo suficiente.
Esposa: Estuvo mejor, aunque no fue tan ...
Ahora la esposa había asumido una actitud más crítica todavía Be/son: Estuvo decididamente mejor. Debo decirle que usted se está
hacia el marido, en lugar de apoyarlo. El hecho de simul:!t ineptitud esfo~ando en esto, pero esta vez le salió mejor.
para el trabajo y para lo sexual tenía que ver con las cuestiones antes Mando: ¿De veras? ¿Esta última parte?
examinadas en la terapia. Cuanto más infructuosamente intentase Be/son: Estuvo casi convincente. Pero no parece poder hacerlo bien.
el marido fmgir su ineptitud en estas esferas, más apto sería. Esposa: Tu tono de voz no era lo bastante desanimado, y los labios
se te curvaban hacia arriba.
Be/son: No está haciendo un buen trabajo.
Marido: Bueno, me estoy riendo, pero no porque tenga sentido del El objetivo se había logrado. La esposa criticaba al marido por no
parecer lo bastante deprimido, en vez de apoyarlo en su depresión.

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El marido falló una y otra vez en simular su depresión e ineptitu~. Belson: Que él se da cuenta de que la terapia es una pérdida de tiem-
A continuación el terapeuta inquirió a la pareja sobre sus otras di- po, y que probablemente podría cuidarse por sí mismo. ¿Le entendí
rectivas y averiguó que la mujer había perseguido sexualmente correctamente?
a su marido. Esposa: Eso es lo que le oí decir, sí.
Marido: En realidad, yo estuve pensando seriamente, y más de una
Be/son: ¿Pasaron la media hora como se dij~ que lo harían? vez ~e vino a la mente, para qué diablos estaba perdiendo el tiempo
Esposa: Sí, lo Júcimos, la mayor parte de~ ttempo. . . ? aqut.
Belson: ¿Y en cuanto al sexo? ¿Asumio ella su agrestvtdad sexual. Belson: Ajá.
Marido: Sí, muy bien. Marido: No me ayuda a hacer mi trabajo.
Be/son: ¿Cuántas veces por semana? ~/son: Bueno, cr~o que al fm dijo algo cierto; y pienso que debe-
Marido: Bueno, esta semana una sola vez. namos hacer que el se atenga a eso. Sugiero que no tengamos sesión
Esposa (riendo): ¿Qué? Dos veces. la próxima semana, y que nos volvamos a ver dentro de dos semanas.
Marido: ¿Dos veces? Ah, sí.
Esposa: Una de las veces se la olvida, él simplemente ... Los cónyuges han expresado bien a las claras que cuando están
Marido: Sí, sí. juntos se sienten más felices y que el marido cumple con su trabajo.
(La esposa se ríe.) El terapeuta comienza a desligarlos de la terapia. Sí se pretende que
Be/son: ¿Saben una cosa? Hay algo que ... en medio de to?a la el marido ocupe una posición más igualitaria en relación con su
discusión entre ustedes ... Ustedes se quieren mucho. ¿Se dieron mujer, no puede definírselo como un paciente necesitado de terapia.
cuenta de eso?
Marido: ¿En medio de qué? . . Be/son: Creo que deberían tener relaciones sexuales tres veces por
Belson: A veces estoy tan metido en toda~ las discusiOnes ~ntre semana en vez de dos.
ustedes que me olvido de que ustedes dos evtdentemente se quteren Marido: ¿No me diga? ¿De dónde saco yo la fuerza?
mucho. , Be/son: No depende de usted, sino de ella.
Marido: Sí. No sé muy bien qué quiere decir "quererse , pero .... Marido: Oh.
Be/son: Parecen tener la capacidad de hacerse felices en un senttdo Esposa: Yo no sé si tengo la fuerza.
muy profundo ... Be/son: Bueno ...
Marido: Sí, yo estoy, yo estoy . . . · Esposa: Lo intentaremos. Veremos qué se puede hacer.
Be/son: Yo quise simplemente ... Por lo general no hago. observa- Be/son: Respecto del sexo puedo hablarles con toda claridad: cuanto
ciones sobre lo que hace la gente, pero en este caso resolvt hacerlo. más se lo practica, más ganas se tienen de practicarlo. Para la salud
Marido: Esta semana le dije, una vez ... física de ambos, es muy importante que lo hagan tres veces por
Belson: ¿Qué le dijo? , semana. (Marido y mujer se ríen.) Y también (a la esposa) me gus-
Marido: Incluso le dije a Raquel esta semana ... no recuerdo en que taría que usted volviera a tomar la posición acometedora.
ocasión ... cómo disfrutaba de su compañía como amiga, no sol~­ Marido: Quiero que tú ...
mente como esposa y como amante, sino como amiga. Me hacia Be/son: No quiero escuchar lamentaciones acerca de que no tuvieron
bien tenerla cerca y compartir cosas con ella, ¿sabe? suficiente vida sexual.
Esposa: Y eso es algo que yo aprecio mucho. . Marido: Yo no me lamento de no tener suficiente vida sexual.
Belson: Todo el tiempo sospeché que ella llenaba una gran necesidad Be/son: Me gustaría que fueran tres veces como mínimo. Y que
suya. Por eso, cuando al comienzo le dije a_ ~sted (a la espo~a! que usted adopte la posición acometedora, porque aparentemente eso
era negligente, más que una verdadera cnttca_, le ~staba di?tendo es algo que los excita a ambos. Punto tercero: es muy importante
hasta qué punto él necesitaba que usted estuvt~ra JUnto a el. Hay la charla de media hora sobre lo que deben compartir. Ahora, punto
algo de lo que quiero asegurarme, y se lo ~olvere a pregul},!ar. Pued? cuarto: todo es muy importante, decisivo, todo esto tendría que
equivocarme, pero mi impresión fue que el se estaba volvtendo m~s estar marcado con doble asterisco; pero como la última vez usted
responsable y se estaba dando cuenta, f~almente; de qu.e p~dta no lo hizo, y yo no voy a verlos durante durante dos semanas, tiene
arreglarse sin la terapia. Esa fue mi impresion: que el se esta hacten- suprema importancia, decisiva importancia, todos los adjetivos que
quieran ponerle, tiene que ser tres veces por semana, y lo importan-
do cargo del asunto. ¿Es cor:ecto? , • .
Esposa: Así parece. Parecena que el esta hactendo lo que se supone tísimo es esto: que usted se queje de su ineptitud y de su irrespon-
sabilidad. Pero ella no ...
que debe hacer.

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· Marido: Nos acercamos a un punto en que yo no me siento inepto Marido: No sé de qué diablos están hablando.
Bel!o~: Bueno; algunas de las mujeres de nuestro grupo sefíalaron
e irresponsable, y usted pretende que me queje de eso. No logro
que lín?a pareJa ~ue hacen ustedes. y yo estaba pensando que no
entenderlo. eran mas que un duo de qu~osos.
Be/son: Pero habrá tres veces en que usted lo hará, pero ella no se Marido: Oh, ¿de veras?
enterará si usted está o no está. En otros momentos, usted puede Be/son: Así es.
realmente estar, pero en ese. nido de tiempo tienen que haber tres
Marido: Ya que nos.. estamos arrojando flores, quisiera comentar
· pájaros de los que ella no sepa nada. Pero usted tendrá que actuar que ... anoche le diJe a Raquel: ..Si no obtenemos ningún otro
como lo hizo aquí cuando terminamos. Haga un gran aspaviento resultado de todo esto, al menos habremos tenido una buena mejor'
para que ella no sepa. Usted sabrá, pero ella no tiene que saber. en nuestra vida sexual". Raquel estuvo anoche tremendamen~:
Lamentablemente, hay una cosa más; estoy tan ocupado que la acometedora. Yo estaba
estaba olvidando. Me educaron con mentalidad jurídica, quiero ll . . listo para ir a dormir • era la una de 1amafí a-
na,. Y e a me estaba mcitando a la una de la mafíana. Fue fabul
decir, y a veces ... (Rrsas.) oso.
Marido: ¿Siguió la carrera de abogado? Bels?n:. Lo importante es que usted ponga cuidado en no desalentada.
Be/son: Seguí una carrera parecida, que tenía muchísimo que ver Marjdo. No, no creo que ella se desaliente. Creo que ella misma se
con las leyes. Así que tiendo a ser un poco más razonable. Pero esta dand~ cuenta de lo bueno que es ser acometedora.
él ... He descubierto algo. A veces, soy tan antipsicológico que paso Esposa: St, es divertido.
por alto cosas evidentes. (A la esposa.) Ocurre que él tiene una
vena poética, me di cuenta cuando estuvo hablando de la jardinería. Úl; s~gerencia_ de que la pareja saliera a almorzar afuera en vez
Quiero que usted haga lo siguiente: la próxima semana, en el horario de asiStir a la proxima sesión fue un paso más en direcci·o' n ha ·
en que tendrían que venir aquí, quiero que escoja un sitio que a él d li · t · cta su
e~ ~arruen ~ previo a la terminación de la terapia. En la séptima
le parezca romántico y vayan a almorzar en vez de venir aquí. Y ulttma seswn, trajeron consigo a su perrita faldera blanca y comen-
¿De acuerdo? taron que las cosas iban mejorando.
Esposa: Clarísimo. Fantástico.
Be/son: Bien, pero debe hacer algo que no decepcione a los instintos
de él, en relación con el talante.
Esposa: Eso está muy bien. Séptima sesión
Be/son: Le debo una pequefía disculpa por haberla subestimado en
este sentido. Be/son: ¿Cómo les fue en las cosas que les pedimos hacer creo que
Marido (riendo): ¿Qué tiene de poético el trabajo en el jardín? hace un mes y medio? '
Be/son: Bueno, hay unas cuantas cosas más. Usted es muy sensible Marido: Anoche, por primera vez, realmente me senté delante de
también para otras cosas. Y esto no es hipocresía, no es hacerle un t~do el asun~o y lo analicé entero, y me puse a terminar con un
falso elogio que no tiene mayor importancia porque yo no los veré ano .de trabaJO atrasado como mínimo; el resto será relativamente
muchas veces más. Pienso que yo había subestimado esto .. .'A ve- sencillo.
ces, cuando la gente viene y hablan y hablan sobre sus cosas, ¿no?, Be/son: Creo que se merece una felicitación.
sus problemas y todo eso, a veces uno pasa por alto ciertas partes Marido: Sí.
de su personalidad que tienden a ... Bels?n (al marido): Quiero decir que a usted hay que felicitarlo.
Esposa: Así es. Marido: A ella hay que felicitarla.
Be/son: De modo que usted sabe lo que quiero decir. Bels?n (al marido): A usted hay que felicitarlo.
Marido: No sé lo que quiere decir. Mando: A los dos hay que felicitarnos.
Be/son: Oh, creo que sí lo sabe. ~elson: No, no. No sé si el perro, no sé si es un presagio de algún
Marido: No lo sé. ttpo, el hecho de que lo hayan traído hoy.
Be/son: No quiero que terminemos en tono tan serio, pe~o creo, me Esposa (riendo): No la trajimos; vino por sí misma.
parece que ... me parece que era una falta mía. Y realmente me Be/sor::: La perra quería sumarse a la sesión para felicitarlo a usted,
siento mal por eso. tam~ten, pero creo que eso es fabuloso, realmente.
Esposa (riendo): Se nota. Marido: B~eno, creo que anoche se produjo un giro radical, sin lugar
Be/son: No, lo digo de veras. a dudas. SI ella no me hubiera dicho: "No vuelvas a casa hasta que
(La esposa se rie.)

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termines con un afio de trabajo atrasado, aun~ue sea la. una de la
añana" creo que yo me habría vuelto a las diez y media, porque Be/son: Yo pienso exactamente lo contrario, ¿sabe? Pienso que
:e habrÍa dicho a mí mismo que estaba dem,asiado .cansado, que su ... que cuando uno ha trabajado duro, merece una alabanza
merezco ir a casa; pero lo cierto es que me quede Y lo hice. sincera.
Be/son: Ajá. . d• · 1 Marido: Concuerdo con eso.
Marido: Al menos hasta el punto en que sabia que po 1a termmar o. Be/son (a la esposa}: ¿Está contenta con lo que él hizo? Quiero
Be/son: Bueno, eso es realmente fabuloso. , decir, ¿yo estoy exagerando, o ...?
Marido: Sí, creo que ya he avanzado hasta un punto en que lograre Esposa: No, no lo creo en absoluto. Creo que él está avanzando.
Be/son: De acuerdo.
terminarlo. d di n
Belilm: Se nota más seriedad en lo que uste ce; parece u a Esposa: Y que está consiguiendo ...
persona más seria mientras habla. . Be/son: Se está trasformando, ¿no?, como corresponde que lo haga.
Marido: Bueno, tengo más confianza en que pue?o te~arlo. Esposa: Está tendiendo caminos para incursionar en ese pantano
Be/son (a la esposa}: Suena como que se esta haciendo cargo de ¡ de ...
l
;,
sus negocios. Marido: Hay seis afios de irresponsabilidad allí.
Esposa: Sí. · ·, t Be/son (a la esposa}: ¿Y qué pasa con usted? ¿Se ha ocupado de lo
Be/son: Esa es mi impresión, que él fmalmente conSiguto mon ar que supuestamente debe ocuparse, en lo que respecta a la vida
su caballo. de su marido?
Esposa: Así parece. Esposa: Por cierto.
Marido: Y si yo acabo conx y al mismo tiempo: .. Be/son: ¿Cuál ha sido su falta?
Be/son: No tiene por qué pedir disculpas por hacerse cargo de su Esposa: ¿Cuál ha sido mi falta? Voy a tornar en cuenta lo que
trabajo. ¿Piensa acaso que yo lo estaba acusando por hacerse cargo hice ...
de eso? Be/son: De acuerdo.
Marido: No, no. ¿Di a entender eso? Esposa: ... no lo que dejé de hacer.
Be/son: Dio a entender que se estaba defendiendo por hacer las cosas Be/son: Muy bien.
tan bien. No tiene por qué. Esposa: Lo he estado llamando todos los días, dos veces por día;
Marido: Bueno, yo tengo ... yo tengo ... ayer, ¿sabe?, realmente me enardecí.
Be/son: Pienso que es fabuloso. . . ., Be/son: ¿En serio?
Marido: Tengo una inclinación a ... no una mclinac10n, teng_o Esposa: Ajá.
una renuencia a aceptar que me alaben por hacer algo que tendna Be/son: Eso estuvo bueno.
que haber hecho mucho tiempo atrás. Esppsa: Sí.
Be/son: Ajá. Bueno, usted podría tratar de acostumbrarse a eso. Be/son: Muy bien, dado que él aceptó terminar el trabajo para el 30
Marido: ¿Cómo dice? de junio, creo que usted tiene que continuar enardecida y no des-
Be/son: Podría tratar de acostumbrarse a eso. . • cuidarlo, porque, como usted comprende, las llamadas telefónicas
Marido: Sí. Pero no soy de los que se dan palmad1tas en la espalda. son simbólicas, pero necesarias; pero usted sabe que él necesita
Be/son: Bueno, usted no tiene que . . . , saber que cuenta con usted. Creo que eso es importante.
Marido: Me siento agradecido de estar superando esto. Marido: Mire, curiosamente, yo no estoy reaccionando de ese modo.
Be/son: Usted no tiene que darse palmadas en la es~alda. Estoy reaccionando de otras maneras. Anoche tenía un miedo
Marido: El sentimiento de la enfermedad que me di cuenta que tuve. terrible de volver a casa sin haber terminado una parte del trabajo.
Be/son: Pero tiene derecho a dejar que lo hagan otras personas ... Be/son: Bueno, eso significa que usted está en el buen camino.
Marido: Derecho a dejar ... ¿que hagan qué? ¡Ah!, que me febc1ten. Marido: Cuando digo miedo, quiero decir que no quiero disgustada.
Bflson: Sí. Quiero decir, es posible que no le ~ste :?e.~erse cum- No me agrada cuando ella se muestra disgustada. Me gusta que las
plidos, pero puede dejar que se los haga~ otros. QUiero ecrr ... cosas anden bien y sin tropiezos.
Marido: Eso me hace sentir como un chico. Be/son: Eso es magnífico. Significa que hemos trazado un derrotero
Be/son: Oh, en ese caso no lo haré. correcto.
(El marido se ríe.} Marido (suspirando}: Sí, pero me molesta, me sigue molestando. No
Be/son: Pero creo que debería permitir a las personas q~e lo hagan. me gusta, me siento como un chico.
Marido: De acuerdo. Be/son: Esas cosas carecen de importancia.
Esposa: Bueno, yo me sentí como una harpía. (Se ríe.}

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Be/son: No, no, usted no es una harpía, sino todo lo contrario. No, Be/son:. Yo soy :1 sorprendido, porque usted ya lo sabe. Me sorpren-
no lo contrario: usted es una esposa preocupada. de que mcluso diga esto, porque ~sted mismo está llegando al mismo
~unt_o que. yo. Prefiere que lo diga yo y no decirlo usted, porque
(Más adelante, en la misma sesión.) SIast ocumera, se figura que yo pro~ablemente lo habría de felicitar:
Y eso no le gusta. (La esposa se ne.) Es mejor que lo diga yo así
Esposa (al marido): Pensé que tú tenías que ocuparte de tus cosas; ustedes me pueden felicitar a mí. Pero esta mañana usted 11 '·
·
1a nusma conc1us10n
" que yo. ego a
nunca pensé que yo tuviera que presionarte.
Be/son: No es presionar, sino interesarse seriamente. Marido: Sí, así es. Me esforcé por trasmitírselo a ella esta mañana.
Esposa: Bueno, sin duda algo tenía que pasar, porque cuando uno se B~lson: De acuerdo. Tal vez usted no quiera que lo elogien Í>ero ·
mete en esa clase de líos, es como rodar pendiente abajo. nuentras tanto esa fue la conclusión. '
Be/son: ¿Saben una cosa?, la vida es demasiado solitaria si la gente Marido: Sí, creo que usted ya no tiene nada más que hacer. A mí
es excesivamente autónoma. A veces tiene que existir cierta manco- me t?ca sacar adelante el trabajo, eso es todo. Nadie puede hacerlo
munidad en los asuntos de las personas. Y aunque ustedes están en en nu lugar, salvo que contrate a alguien para que me ayude.
mundos laborales separados, es importante que cada uno se interese Be/son: Correcto.
un poco por el mundo del otro, de alguna manera. Pienso que él Marido: Y ya es hora de que me decida a gastar algún dinero y con-
necesitaba que usted hiciera eso, y que usted era algo ... algo tratar a alguien para ...
descuidada al no interesarse en las cosas de él. Be/son: El dinero que usted ...
Esposa: Bueno, en verdad yo no hice eso. Esposa: Exacto, a algún profesional.
Be/son: Correcto. B~lsc:n:_ Correcto. No es un paso tan drástico, pero el paso que usted
Esposa: No hay ninguna duda de que, en la medida en que él trabaje, dio mdica que ahora ustedes trabajan en equipo, en lugar de ir cada
yo voy a seguir ocupándome. cual por su lado.
Be/son: Tengo que ser franco con ustedes: no creo que me necesi- Esposa: Yo me siento mucho más
ten más. Be/so~: Creo que ustedes están ~~~ho más ligados, de una manera
Marido: ¿Cómo te cae eso? muy linda.
Esposa: Bueno, charlamos acerca de esto esta mañana. Esposa: Sí. ¿Sabe algo?, la última vez fuimos a almorzar afuera
Be/son: Y cr.eo que es por eso que trajeron a la perrita. No, no, uste- como usted dijo. Fue magnífico.
des piensan que dejaron la puerta del auto abierta; pero yo creo Be/son: Buen?, yo no pretendo decirle a su esposa lo que tiene que
que de algún modo, el hecho de que la perrita saliera del auto y hacer, pero ptenso que tal vez a ustedes les gustaría hacerlo espontá-
viniera aquí, es como si ustedes se estuvieran despidiendo. Pero, neamente en forma regular. Yo aconsejaría que lo hicieran.
¿qué iba a decir usted? Esposa: Seguro.
Esposa: Iba a decir que esta mañana David afirmó que para él era
una pérdida de tiempo seguir viniertdo. En esta séptima sesión terminó la terapia. En seguimientos efec-
Be/son: Sí, coincido. tuados cuatro y ocho meses después, marido y mujer se mostraban
Esposa: En cuanto a mí, pienso que deberíamos seguir viniendo de conte~tos, Y él se había puesto al día con el trabajo que había
vez en cuando, como para mantenemos en el buen camino. des~mdado. Un acontecimiento triste, la muerte de la madre del
Be/son: Les diré lo que a mí me parece. Si ustedes no lo ven mal, ~ando, Y otro que los llenó de júbilo, el nacimiento de su primer
yo coincido con su marido. Creo que tiene razón. Creo que quizá meto, _los encontró a ambos unidos y apoyándose mutuamente.
tendríamos que vernos una última vez. Tal vez podríamos vemos El mando declaró que ahora estaba persuadido de que debía hacer
una semana más, para aseguramos de que todo marcha bien, y frente a sus responsabilidades y a su trabajo, y coincidió con el
después, sí ustedes quieren, volver a encontramos en el otoño o en terapeuta en que no debía perder más tiempo en la terapia.
alguna otra fecha, simplemente para aseguramos de qfte todo anda
bien, ¿no? Porque realmente creo que ustedes han actuado muy
bien, y realmente saben qué es lo que hay que hacer, y lo están
haciendo. Y no necesitan que yo se los siga diciendo. Así que pienso Resumen
que podríamos seguir estas sugerencias ...
Marido (a la esposa): El siempre sale con alguna novedad, ¿no? Los elementos principales de esta terapia fueron los que pasamos
Usted es una permanente caja de sorpresas. a enumerar:

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l. Comprensión del problema b. Medidas para que la esposa se hiciera cargo

El marido presentó como problema que estaba deprimido, y qu.; Al encomendársele a la esposa que vigilase el trabajo del marido
se había sentido así en los últimos cinco años, período durante el se cumplían dos fmalidades: 1) Se le ofrecía a la esposa una vía
cual descuidó por entero su trabajo. En ese mismo período su para que pudiera ayudar efectivamente a su marido, por contraste
esposa retomó sus. estudios y se convirtió en una terapeuta exitosa. con sus infructuosos intentos previos de reanimarlo. 2) Se exageraba
En el pasado, había sido ama de casa y madre, apoyando emocional· la posición superior de la mujer hasta un punto en que el marido
mente a su marido y dándole una sensación de seguridad. La hipóte- se rebelaría y se haría cargo de sus propios asuntos.
sis formulada fue que antes de que la esposa retomara a la facultad
y las hijas dejasen el hogar, la relación de pareja se había centrado
en tomo de la carrera del marido y del crecimiento de las hijas, pero c. Pedido de simulación al marido
luego la pareja se quedó sin metas comunes, sin algún motivo que
los mancomunara. Justamente 1~ depresión del marido vino a pro- El terapeuta pidió al marido que simulara ser inepto e irresponsa-
porcionar ese motivo. Los preocupaba a ambos, sobre todo porque ble, y a la esposa, que criticara su desempeño en tal sentido. Las
afectaba su situación económica. La depresión del marido correspon- funciones de esta directiva eran: 1) Si el marido se mostraba inepto
día a la jurisdicción de la esposa como terapeuta, y a ella le interesa- e irresponsable, sería porque el terapeuta se lo había requerido, y
ba más que el trabajo de contador que tenía él. Pero por más que la en consecuencia la esposa ya no podría responder de la manera
mujer era amable con su marido y lo apoyaba, no lograba ayudarlo. habitual cuando el marido fuese espontáneamente inepto e irres-
Su condición de auxiliadora la dotaba de poder, pero su imposibi· ponsable. 2) Si la esposa tenía que criticar el desempeño del marido
lidad de auxiliado en forma efectiva la colocaba en inferior posición ya no podría, como en el pasado, reconfortado y apoyarlo. 3) E~
con respecto a él, quien a su vez extraía poder de su desvalimiento. esta interacción estaría tácito que el marido era poco convincente
El síntoma del marido generaba una interacción benevolente pero en su desempeño inepto e irresponsable porque no era un inepto
desafortunada entre ambos, y estabilizaba a la pareja en la infelici- y un irresponsable. 4) Con su síntoma, el marido quedaba maní·
dad. Era menester organizarla de manera que la esposa ayudase fiestamente en posición inferior a la esposa, pero encubiertamente
a su marido a recobrar la idoneidad, y la relación mutua fuera más en posición superior, ya que ella no lograba auxiliado. Quedaban
igualitaria. así defmidas dos jerarquías incongruentes. Con la directiva de simu-
lar, un aspecto de la jerarquía incongruente, aquel en el cual el
marido era inferior a la esposa, se convertía en un juego de imagi-
2. Las intervenciones . nación, y la incongruencia era resuelta.

a. Definición del problema 3. La reorganización

Se le dijo al marido que el diagnóstico que le habían hecho era La relación entre marido y mujer se reorganizó en una jerarquía
equivocado. Su problema no era depresión, sino irresponsabilidad; congruente. A fm de establecer un mejor equilíbrío, se instruyó a
y el objetivo de la terapia consistiría en hacerle recuperar su respon- la pareja para que pasase algún tiempo dialogando sobre sus respec·
sabilidad. Por varias razones fue preciso redefmir el problema: 1) La· tivas tareas. Se defmió a la esposa como una mujer descuidada en
depresión es un sentimiento interior menos accesible al cambio que lo sexual, y al marido, como responsable y protector en ese aspecto.
la irresponsabilidad, que puede medirse por actos concretos; si el Se le requirió a ella que tomase la iniciativa sexual y persiguiera
foco estaba en la depresión, el hombre quedaba orientado hacia a su marido -al ser perseguido, el marido quedaba en posición
sus estados interiores; si pasaba a la responsabilidad, se orientaría superior a ella, haciéndolo sentir deseado e importante-, y se
hacia la acción. 2) La esposa y el terapeuta anterior interferirían alentó al marido para que expresara más abiertamente sus exigencias
menos con el éxito de la terapia si este éxito Je obtenía en un a la esposa. El éxito del marido en el trabajo se defmió como un
problema diferente del que ellos no habían logrado resolver. 3) Si éxito conjunto de marido y mujer mancomunados. En todo el
un profesional descuida su trabajo, es razonable que se deprima; trascurso de la terapia se hizo hincapié en los aspectos positivos
para solucionar la depresión, antes hay que solucionar el descuido. y románticos del vínculo de pareja, particulannente con 1a directiva
de que en vez de asistir a una sesión se fueran a almorzar juntos.

188 189
9. Resumen: metáfora y poder sintomática -del mismo modo que en el drama griego, cuando se
expresa la tragedia-, la famiJia es el organismo habitualmente más
significativo. Si es preciso intervenir en otras organizaciones, es a
través de la familia que estas intervenciones operan con máxima
eficacia.

Poder
En este capítulo fmal repasaremos los :l:mentos fundamentales
del enfoque de la terapia familiar estrateg¡.ca, y ofreceremos un Una vez que comenzó a aceptarse a la familia como unidad,
resumen simplificado con algunos comentarios adicionales. empezaron a reconocerse asimismo las cuestiones de poder. Pero la
idea de que la conducta de una persona está determinada por la
influencia de otra ha provocado rechazo en muchos inteligentes
pensadores. Hasta se llegó a afirmar que el poder puede ser un mito,
La unidad una metáfora peligrosa de la que hay que desconfiar (Bateson,
1980). Es imposible ignorar, empero, la gravitación de una nación
El presente enfoque forma parte de la orienta~~ón f~ar de la sobre otra o el poder que tienen los ricos sobre los pobres.
terapia. Sólo en los últimos tiempos la concepc10n ~amiliar s~ ha Todo debate acerca del poder hace surgir antagonismos en mucha
conquistado un respetable lugar en el mundo profesto~al, Y stgue gente, para quienes la idea de la manipulación del poder es más
habiendo una desconcertante renuencia a aceptar una ulll:dad mayor objetable aún en un campo tan ''benevolente" como la terapia.
que el individuo. Descubrir que este no es mas que una pteza de una Pero el poder es un factor importante de las relaciones humanas, y
organización más amplia parecería, de alguna ;nanera, menoscabar}~. si la tarea de uno consiste en reorganizar familias, constituye una
La situación es quizá comparable a la moles~a que p~ovoca adv:rtir preocupación fundamental. Cuesta imaginar que pueda desestimarse
que somos criaturas semejantes a las horn_ugas, abeJas Y term1tas, la relevancia del poder para las relaciones humanas, siendo que hay
partes componentes de sociedades colecti~s que se comportan personas que encarcelan a otras personas, las asesinan o dedican su
como organismos. Al contemplar a su especte, e.l ser h~mano se !e· vida entera a servirlas. Por lo general, el poder es impugnado porque
húsa a pensar que cada individuo, pes~ a ~~ smgulanda~, es .solo se piensa en él en términos del daño o la influencia recíproca que
una parte, un componente de una orgaruzac10n dotada de mteligen· ejercen las personas movidas por razones egoístas; no obstante, este
da propia (Thomas, 1979). . . . . punto de vista deriva de una teoría de la motivación y no de una
Freud señaló que a lo largo de la histona de la ctencm se habtan teoría del poder. El poder puede ser benigno o maligno, según cómo
asestado tres grandes golpes al concepto que el hombr~ tiene de se lo use. Si se parte de la base de que la gente es hostil, agresjva
sí mismo: el primero fue el descubrimien~o de que la Tterra no es y explotadora, el poder es un concepto negativo, pero si se piensa
el centro del universo; el segundo, la teona de que el hombre des- que está impulsada por motivaciones benevolentes, serviciales y
ciende de los animales; el tercero, la de que es impulsado por poderes cordiales, el poder pasa a ser un medio para alcanzar fmes positivos.
inconcientes que están en su interior y que él es inc~paz de gobe~~ ·
Haley (1967b) ha sugerido que un cuarto golpe ha ~d? 1~ afi~acton
de que la "causa" de su comportamie~to no esta .slqutera s1t~ada
en su interior sino en el contexto ex tenor; vale dectr, que la urudad
es más amplia que el individuo. Influencia interpersonal
Más desagradable aún que la idea de que el hombr~ .no ocupa .el
punto focal es la que sostiene que la unidad es la f~milia -la. soc1e· La cuestión del poder está relacionada con la influencia interper·
dad colectiva de inteligencia autónoma-. ¿Por que no podnan ser sonal, que se produce en planos a veces difíciles de comprender.
el grupo de pares o de amigos la unidad social? ¡,0 el grupo de tra· Tómese el ejémplo de la verruga que da Thomas (1980). Una ve-
bajo, el grupo de estudios, la comunidad en la que se vive; ~ muchos rruga es "el elaborado aparato de reproducción de un virus.,; es
de nosotros estas organizaciones nos parecen tanto o mas Importan· una dura excrecencia sobre la piel, en la que prosperan los virus,
tes que la familia. Sin embargo, cuando se desarrolla una conducta pero que puede suprimirse mediante una orden impartida bajo

190 191
sugestión hlpnótica -aunque en la actualidad se cree que en la
. supresión de las verrugas intervienen complejos mecanismos inmu-
nológicos-. Thomas se maravilla de la capacidad del inconciente,
que "manipula los mecanismos necesarios para eludir el virus y
despliega en el orden apropiado las diversas células para el rechazo
tisíológico". Apunta este autor que, aun cuando la inmunología no
tenga nada que ver y todo lo que ocurra sea una interrupción local
l padres en formas que lo presentan como desvalido, a causa de su
conducta pertuibada, pese a que en su carácter de auxiliador bene-
volente es poderoso.
El comportamiento sintomático de un cónyuge puede proteger
al otro al convertirlo en el auxiliador y defmirlo como la persona
idónea en el matrimonio. También puede ayudar suscitandá una
interacción benevolente e impidiendo una separación.
del aflujo sanguíneo, esta es una tarea gigantesca. Si comprendiéra- Son muchas las maneras en que la gente puede protegerse y
mos cabalmente lo que acontece cuando se suprime una verruga auxiliarse. Si alguien es atacado, otra persona puede intervenir
mediante hlpnosis, "comprobaríamos que existe en cada uno de y atacar a su vez al atacante, o atraer sobre sí el ataque dirigido
nosotros una superinteligencia infinitamente más sagaz y dotada contra el otro, o desmayarse y hacer que la atención del atacante
de mayor sapiencia técnica de lo que nuestras actuales intelecciones se aparte de la víctima y recaiga en ella, y hasta puede atacar a la
nos hacen suponer" (1980, pág. 63). Thomas parece presumir que víctima de un modo menos dafiino para esta, remplazando así al
es el propio poseedor de la verruga el que la elimina; que el hlpno- atacante original: La protección adopta muchas formas, y no siempre
tizador le habla al "inconciente" del sujeto para que haga desapare- se manifiesta como un gesto amable y benevolente; hay formas de
cer la verruga, y el inconciente lo hace. Sin embargo, quien elimina la protección muy indirectas que de hecho implican dafiar a los demás.
verruga es el hlpnotizador tras establecer con el sujeto un contrato Por ejemplo, no es raro que se elimine un tipo de dolor infligiendo
que le permite influir en el funcionamiento orgánico autónomo de otro tipo de dolor. La ayuda brindada puede ser infortunada para
este último. Sí llegáramos a entender de qué manera se establece la persona a quien va dirigida, y muy distinta de la que esta hubiese
ese contrato entre el hlpnotizador y el sujeto, nos encontraríamos preferido. Ciertas variedades de protección no resuelven un problema
con una clase de influencia interpersonal de extraordinario poder sino que crean otro nuevo, a veces peor.
y precisión. Si comprendiéramos la interacción entre el hlpnotizador Se plantea el siguiente interrogante: ¿No es casi inimaginable que
y el virus alojado en la piel de otro individuo, así como la relación un nifio recurra a una conducta sintomática tan excesiva y extrema,
entre hlpnotizador, sujeto y virus, sabríamos infinitamente más en su intento de solucionar un problema parental que con frecuencia
que ahora sobre el influjo de unas personas sobre otras. Si existe es, en comparación, leve? Quizá sea oportuno volver a dar aquí
la posibilidad de que una persona haga valer de tal modo su influen- un ejemplo tomado de la biología. Bateson (1 980) y otros autores
cia sobre otra para que operen los sutiles y complicados mecanismos han destacado que la naturaleza es siempre excesiva. El hombre
que suprimen la verruga, ¿qué otras clases de influencia serían acaso genera millones de espermatozoides para que sobreviva uno, los
posibles? peces ponen millones de huevos de los cuales sólo unos pocos serán
fecundados, para que crezca un solo árbol se esparcen millones
de semillas. La naturaleza produce en demasía con el fm de asegurar
que se cumplan sus objetivos. Tal vez la conducta sintomática
Ayuda benevolente tenga idéntica característica, y sea exagerada con el objeto de
alcanzar una fmalidad comparativamente secundaria.
Hemos destacado en este libro los aspectos protectores y benevo- Thomas (1 980) ha sugerido que las cosas que andan mal en un
lentes de la influencia interpersonal. Se ha sugerido que los integran- sistema social complejo pueden ser el resultado de los esfuerzos de
tes de la familia influyen benévolamente uno en el otro de maneras alguien por ayudar, y que la mejor intervención posible quizá fuera,
que son a menudo desafortunadas: en vez de resolver un problema, no introducirse en el sistema y cambiar las cosas, sino "acercarse
apartan de él, impiden su resolución y crean un nuevo problema. con cautela y eliminar simplemente al que intervino" (pág. 90).
La conducta perturbada de un nifio ayuda a los padres a centrar Este último, a quien Thomas denomina el "entrometido" [meddler],
en él su inquietud, les da respiro frente a sus propias dificultades y interviene en el sistema desde afuera. Uno de los ejemplos que da
un motivo para dejarlas de lado. Por ejemplo, tal vez una madre se es el de la sífilis: todo lo que hay que hacer para curar esta enferme-
ajetree tras los problemas de su hlja en vez de empefiarse en mejorar dad es eliminar prontamente al "entrometido", el microorganismo
las fallas de su marido, o en vez de dedicarse a su propia carrera que la provocó. Antes de saber que la espiroqueta es la causa de la
profesional, lo cual puede ser perturbador para el marido. Las difi· sífilis, la entrometida era la medicina, que en sus vanos intentos de
cultades de un hljo pueden hacer que el padre se sienta necesario curación afiadía a la dolencia ya existente la agresión física. Otro
en momentos en que su esposa lo rechaza. El nifio protege a los ejemplo que da Thomas es el del profesor Calhoun, quien demostró

192 193
que cuando las ratas viven en aglomeración se genera una patología central desarrollado. Es atraído hacia la mimosa; no vive en ningún
social maligna. Sefialó Thomas que el problema no radicaba en la otro árbol. Trepa por el tronco de la mimosa; avanza por una rama
tendencia de las ratas a desviarse del buen camino, "sino en el cien- y hace una hendidura longitudinal con su mandíbula; luego pone
tífico que, sacándolas del mundo en que vivían, las introdujo en allí los huevos, tapando todo casi de inmediato para que no se note
una pequefia caja" (1980, pág. 92). nada. Después retrocede por la rama y dedica un par de horas a
Todo esto tiene dos consecuencias para el trabajo terapéutico. hacer una incisión circular en tomo a ella. Es una obra de ebanis-
Una es que si bien el terapeuta debe entrometerse, tiene que hacerlo, tería, como la del castor. Hecho esto, ha concluido su tarea. La inci-
al menos, con precaución. La segunda es que eliminar al entrometido sión es lo bastante profunda como para impedir la circulación de la
puede constituir un tipo de injerencia sumamente desafortunada savia por la rama. El escarabajo se aparta y la rama muere. Al primer
{v. gr., una hospitalización). Aquí la solución no es tan sencilla viento que sople, se quiebra y cae; las larvas, que han quedado así
como en el caso de la sífilis o del profesor Calhoun. sobre un leño seco, pueden entonces incubar, y el ciclo se reinicia.
Una alternativa propuesta en el presente libro consiste en identi- Ahora bien: ¿cómo ha logrado la evolución vincular entre sí estos
ficar al entrometido, al auxiliador benevolente de la familia, e dos actos separados que, si uno piensa en ellos -o si el escarabajo
intervenir de modo tal que la índole de su ayuda se modifique piensa en ellos- parecen tan desconectados? Todo ocurre como si
y resulte más provechosa para todos. No obstante, la tarea de identi- se los hubiera planeado. El escarabajo quiere poner sus huevos en
ficar esa ayuda benevolente es compleja. La ayuda benevolente se la mimosa porque este árbol lo atrae, por algún motivo. No puede
desarrolla en secuencias en las que están comprometidos varios sobrevivir en la madera viva, y el procedimiento más conveniente
miembros de la familia. Por ejemplo, un hijo tiene una conducta para matarla es rodearla de esa incisión circular" {1980, pág. 128).
sintomática beneficiosa para sus padres, quienes se centran en él ·
para ayudarlo a superar-sus dificultades; esta solicitud benévola de Si este pequeño escarabajo planea las cosas con tanta sutileza,
los padres perp:túa la función de la conducta sintomática del hijo, ¡con cuánta mayor complejidad y misterio lo harán los seres hu·
y este queda mas desvaJ.ido que antes, de un modo que ayuda a los manos!
padres. Nunca hay un solo entrometido en una familia: la ayuda El escarabajo tiene un plan, pero no puede no tenerlo: no puede
benevolente es una tarea conjunta. dejar de seguir ese plan. Entre los humanos, bien puede suceder que
el hijo que ayuda a sus padres no pueda dejar de ayudarlos. Tal vez
se fmje la ilusión de que puede detener sus actos, de que procede
de modo deliberado, pero forma parte en realidad de un sistema
Planificación del futuro que tiene una fmalidad propia.

Quizá sea difícil aceptar que un niño puede ser tan inteligente
como para planear un síntoma a fm de auxiliar a sus progenitores.
Resulta poco concebible que al desarrollar el síntoma el nmo esté Jerarquía
planificando la reacción de los demás ante su conducta. ¿Cómo
sabe que su padre se recobrará de sus propias dificultades para venir Otro aspecto del poder sobre el cual se ha insistido en esta obra
en su auxilio? ¿Acaso se basa para ello en el ensayo y el error? se refiere a la jerarquía y la organización. Así como el poder puede
¿O es el padre quien provoca la conducta sintomática del hijo, para· ser benigno o maligno según cuál sea la teoría sobre la motivación,
luego poder ayudarlo y liberarse así de sus dificultades a la vez que así también la existencia de una jerarquía donde unas personas son
se convierte en un padre idóneo? superiores a otras puede considerarse deseable o indeseable. La visión
Lo cierto es que, por improbable que parezca, a todas luces los 1· que cada cual tenga sobre ello dependerá de la función y fmalidad
niños poseen esa inteligencia para planear las interacciones humanas.
Más aún: también la poseen las aves aéreas y las bestias terrestres. :j que atribuya a los que ocupan las posiciones superiores. En un
grupo de terapeutas en formación, un pastor bautista comentó
en una· oportunidad que una de las ventajas de su religión era que
Véase, por ejemplo, la descripción que hace Thomas (Ferris, 1980)

l
..
de una variedad de escarabajo, el "manducador de la mimosa": "nadie está por encima de mí para decirme lo que tengo que hacer •
Más tarde, uno de los profesores, que era católico, ~o la si~nte
"El motivo por el cual tanto me complace es que constituye un reflexión: "¡Qué solos que están estos pastores bauí!stas! No ~en
excelente ejemplo de planificación del futuro, de real previsión en a nadie por encima de ellos que los ayude": ~1 bautiSta Y e! catolico
un ser viviente que, como es obvio, carece de un sistema nervioso tenían diferentes concepciones sobre la functon de un supenor.

194 195
.
En todas las organizaciones hay una jerarquía, en el sentido de
tanto que el otro se halla en la posición superior del auxiliador. Pero
que ciertas personas poseen más poder y responsabilidad que otras
al mismo tiempo el esposo sintomático se halla en posición superior
para determinar lo que se va a hacer. Los padres son legalmente al no ser influido ni ayudado por el otro, y este se halla en posición
responsables de proveer y cuidar a sus hijos. Se supone que cuando inferior por fracasar en sus esfuerzos de ayuda y porque su vida pue~
los nifíos se vuelven adolescentes, sus padres renunciarán a una parte de girar totalmente en tomo de las necesidades y problemas de
de ese poder, para que aquellos se hagan poco a poco responsables
su cónyuge.
de su propia vida. Y cuando los adolescentes llegan a la adultez, los Un síntoma es un mensaje incongruente, por cuanto la persona
padres dejan de ser legalmente responsables por ellos y la relación sintomática se conduce de una manera desafortunada e inapropiada
entre padres e hijos cambia, tomándose cada vez más igualitaria. y a la vez niega que pueda controlar su conducta, dado que esta es
En un matrimonio, generalmente los cónyuges abordan esta cues- involuntaria. Citemos a Haley: "Desde el punto de vista de la comu-
tión jerárquica dividiéndose esferas de poder y responsabilidad. nicación la conducta sintomática representa una incongruencia entre
Esta división puede hacerse de diversos modos. Por ejemplo, uno un nivel' de mensaje y un nivel metacomunicativo. El paciente hace
de ellos tomará quizá todas las decisiones relativas al manejo del algo extremo, o elude hacer algo, y afirma que no es él el que ~?
dinero, y el otro las relativas a los parientes. En otra pareja, un cón- hace 0 no lo hace, porque no puede dejar de actuar de ese modo .
yuge puede decidir todo lo vinculado con los hijos y el otro todo lo Un síntoma es un mensaje incongruente, pero, dentro de un con-
vinculado con los amigos. Quedan así definidas varias jerarquías; texto más amplio, puede considermelo adecuado a una P?sició~
en algunas esferas un cónyuge es superior al otro, e inferior en incongruente en la jerarquía. Si a una persona ~ 1~ defme Slm~lta­
otras esferas. neamente como poderosa y desvalida, se conducua en forma smto-
La organización jerárquica de la familia comprende la dominación mática reflejando esa posici~n jerárquíc~. incongruente. ~i una p~r­
que unos miembros ejercen sobre otros, las responsabilidades que sona es poderosa pero desvalida en relacmn con las demas, estas tie-
asumen y las decisiones que toman sobre ellos. También comprende nen que ser consecuentemente poderosas pero desvalidas en relación
la ayuda, protección, consuelo y cuidado que brindan a los demás, con ella: el poder y el desvalimiento sólo pueden defmírse en rela-
así como sus intentos de modificarlos. Dada la índole de la posición ción con los otros. Una jerarquía incongruente es una estructura orga-
que ocupan los padres en la jerarquía, es más frecuente que ellos nízacional en la que se produce el comportamiento sintomático.
ayuden y protejan a sus hijos, y no a la inversa. En este sentido,
los padres tienen más poder que -.sus hijos. Dentro de una pareja,
cada cónyuge ayuda y protege al otro en diferentes momentos
y situaciones. Metáfora
Si un nifío presenta un síntoma o un problema de conducta,
sus progenitores expresan su preocupación por él ayudándolo, La gente se comunica en forma analógica: sólo puede atribu~
protegiéndolo o castigánqolo. La conducta perturbada del hijo significado a sus mensajes dentro del contexto de otros mensajes.
le confiere poder sobre sus padres, quienes pese a centrar en él sus Por lo común un mensaje analógico tiene un segundo referente,
inquietudes no logran ayudarlo ni cambiarlo. Así, el nífío goza de distinto de aq~el que se expresa en forma e_xplí~í:a, Y tamb~én por-
poder sobre sus padres y a menudo determina qué hará la familia, ta consigo un requerimiento o una orden unphcttos; por ejemplo:
sobre qué conversará, en qué empleará su tiempo, etc. Pero como una esposa que le dice a su marido: "Tengo dolor de cabeza", esta
se trata deun hijo perturbado o sintomático, los padres tienen que explícitamente declarando algo sobre un estado interno de ella,
cuidar aún más de él. Se establecen entonces dos ordenamientos pero a la vez puede estar expresando analógic~~~te su descontento
jerárquicos conffictivos en la familia. Tanto los padres como el hijo con la situación que le toca vivir, y estar requmendole a su esposo
están, simultáneamente, en una posición recíproca superior e infe- que la ayude más con los nifíos. . . .
rior. Esta incongruencia jerárquica puede convertirse en una lisa Todo comportamiento humano puede concebrrse como analog¡co
y llana inversión si los padres pierden toda autoridad sobre un y metafórico de diversas maneras y en distintos planos de abstrac-
adolescente o un joven que los domina infundiéndoles terror con su ción. Un comportamiento es analógico respecto de otro cuand~
conducta extravagante o violenta o sus actos delictivos. ambos se asemejan en algún aspecto, aunque sean diferentes en to~o
los demás. Un comportamiento es metafórico con resp;cto : ~
0
Sí es un cónyuge el que desarrolla una conducta sintomática o
problemática, quedan defmidas simultáneamente dos jerarquías cuando lo simboliza o cuando es utilizado en, l~gar e e~_!; .
incongruentes en la pareja. En una, dicho cónyuge se halla en posi- • . puede const.derarse analog¡ca y me~.CUunca
conducta sintomatica
ción inferior por su desvalimiento y su conducta perturbada, en en determinados aspectos específicos:

196 197
1 . Un síntoma puede ser una declaración acerca de un estado él como una metáfora o un mapa, sino que se lo toma como un
interno y también una metáfora de otro estado interno del mismo acontecimiento literal. Se ha descript~ a la. esquizofrenia co.n:o una
individuo. Por ejemplo, el dolor de cabeza de un hijo puede estar dificultad para discriminar entre el ruvel literal y el metafonc_:> de
expresando más de un tipo de dolor. los mensajes, y generaciones enteras de_ tera~e~tas se han empe?ado
2. Un síntoma puede ser una declaración acerca de un estado in- en comprender las metáforas del esqmzofreruc~, e~ la creen~Ia ~e
i
temo y también una analogía y una metáfora de síntomas o estados esa comprensión los llevaría a resolver el nusteno de la psicosiS.
1
1. que . · ·
Todas las terapias psicodinanucas · 'ales se .fun d ~ en .1a
y expenenci
internos de otra persona. Por ejemplo, el chico que se niega a ir a la
escuela tal vez exprese, no sólo sus propios temores, sino los de comprensión de las metáforas del lenguaje adulto Y d~l JUe?o m~antil.
su madre. Su temor es analógico respecto del temor de la madre
1
Si bien el aporte de este libro se sitúa dentro de d1ch~ m:eres por
(ambos temores son similares) y también metafórico (el temor del las ·metáforas, se han introducido en él ~uevas c?~phcacione_s, al
niño simboliza o representa el de la madre). describir las secuencias metafóricas de la mteracc10n. I:a metafora
3. La interacción entre dos miembros de una familia puede ser de un sistema y la metáfora de un sueño no son ~e~ nusmo. orden.
una analogía y una metáfora, remplazando a la interacción de otra El foco de la metáfora expresada por una secuencia mteraccional es
díada de la familia. Por ejemplo, si un marido vuelve a su hogar de un orden distinto que el foco de la metáfor~ ex.~resada e~ _un
atribulado e inquieto, tal vez su esposa procure consolarlo y tran- mensaje 0 en un acto. Al concebir que la comumcac10n_ metafon~a
quilizarlo. Si un hijo del matrimonio desarrolla un dolor recurrente no se expresa únicamente en mensajes individuales, smo ~demas
cuando el padre vuelve al hogar intentará consolar y tranquiliza; en relaciones y en sistemas de interacción, se pasa a un mvel de
al niño del mismo modo en que su esposa lo hizo antes con él. análisis diferente. . . .
Esta ayuda benévola del padre hacia el hijo impedirá, al menos La terapia familiar estratégica comparte con la terapia psico-
durante el tiempo en que se ocupa del niño, que se vincule con dinámica individual y con la terapia experiencia! el hecho de tomar
su esposa como un ser desvalido. La interacción entre padre e hijo como foco la comprensión de la metáfora, ~ c~~parte con. ~as
habrá remplazado así la que se desarrollaba entre marido y mujer. terapias familiares la preocupación por la organ:zacion ~e.la familia.
4. El sistema de interacción en tomo de un síntoma de uno de Estas dos inquietudes confluye? en u.na tera~m estrateg¡ca basad~
los miembros de la familia puede ser una metáfora sustitutiva de en la modificación de las metaforas mteracciOnales y en la maru-
otro sistema de interacción en tomo de otra cuestión familiar. La pulación del poder d~ntro de las familias.
madre, el padre y los hermanos de un chico pueden centrar su
ayuda solícita en el problema de este, de un modo que guarda
analogía con el que utilizaban con un problema del padre, antes
de que surgiera el problema del chico. Al convertirse en foco, el
problema del hijo impide la interacción en tomo del problema
del padre.
5. Puede haber en las familias una variación cíclica del foco de
interacción: a veces, estará centrada en un hijo sintomático, otras
veces en el problema de uno de los progenitores o en una dificultad
de la pareja; pero la interacción no se habrá modificado, en cuanto
al desvalimiento y la incongruencia.

La distinción entre el nivel literal y el nivel metafórico de los


mensajes es "tema de debate en la psicopatología contemporánea.
El desarrollo del psicoanálisis, de las teorías sobre la esquizofrenia
y de la psicología de la guestalt revela una preocupación por la
metáfora. Estas teorías han estado plagadas de confusiones acerca
de la comunicación y de las ideas sobre la comunicación. Korzybski
(1941) y el movimiento de la semántica general brindaron algunos
esclarecimientos al destacar que el mapa no es el territorio. El
psicoanálisis es íntegramente una teoría de la metáfora que confunde
mapa y territorio; por ejemplo, el drama edípico no se concibe en

198 199
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