Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La simbiosis entre la filosofía y la educación es una relación no solo necesaria, sino vital en
la definición de la educación como una vocación que apunta a la misión de mejorar el
trabajo del aula a través de la búsqueda de modelos y alternativas que doten de calidad al
proceso y dando paso al cambio permanente y dinámico desde la dialéctica socrática.
Es imperativo iniciar este análisis tomando en cuenta que desde la Grecia Clásica, pasando
por el racionalismo y la revolución industrial la filosofía ha sido la base para el surgimiento
de modelos pedagógicos, el idealismo platónico contrario al sofismo, sería recogida luego
por Rosseau, Kant y Herbarth promovían el saber cómo la satisfacción de necesidades
tomando en cuenta únicamente su relación política y social tomando en cuenta que la
filosofía se considera como una influencia humanizante.
1
La filosofía implica, desde ese punto de vista, una conversión, la ruptura de lo habitual no
siempre bien comprendida que nos lleva al concepto de racionalidades, [ CITATION Álv06
\l 3082 ] en el cual la duda sobre la definición filosófica de la educación es sumamente
variable, pues en general podemos saber cómo llegar a la educación, pero siempre estará en
tela de duda el porqué educamos.
Sin embargo, esta relación entre pedagogía y filosofía no es nueva, y ha atravesado distintas
escuelas de pensamiento, pero en general, como lo resume Álvarez [ CITATION Álv06 \l
3082 ] sea cual sea la orientación del pensamiento y su escuela, el fundamento de la
implicación entre la filosofía y la pedagogía radica en la respuesta a la pregunta ¿Para qué
educar?, el lugar de considerar ¿Por qué educar?
Dialécticamente hablando, el para qué no va en la misma dirección del por qué, el para qué
se dirige hacia delante, el por qué gira hacia el pasado. La respuesta a la pregunta del para
qué es la que da articulación entre la filosofía y la pedagogía, sin enfocarla desde la
pedagogía, pues su respuesta sería funcional, sino desde el punto de vista filosófico que ha
cambiado desde las diversas ópticas del pensamiento que nos permite distinguir
filosóficamente a la pedagogía en educación terminada o poseída, y educación procesual
dinámica o dativa.
Perelló [CITATION Persa \l 3082 ] considera que ambos tipos de educación responden a
las dos preguntas planteadas, tomando en consideración que la educación posesiva enfoca
el conocimiento ya adquirido, mientras que la educación dativa se refiere a la acción del
educador sobre el educando; desde el punto de vista operativo, la educación dativa precede
a la posesiva, pero desde el punto de vista del conocimiento la relación es contraria, siendo
el concepto de educación posesiva prevalente para la filosofía.
Desde el punto de vista histórico, podemos decir que la educación se separó de la filosofía
al igual que muchas otras ciencias, y hace falta actualmente reconstruir esta relación
inicial, pues no siempre se da un sentido lógico a la educación, es frecuente en muchas
sociedades considerar a la educación como una actividad costumbrista, se educan a las
nuevas generaciones por costumbre, sin saber para qué se está haciendo este proceso, y por
tanto generando problemas existenciales, pues el proceso educativo no implica solamente
el hecho de trasmutar conocimientos.
3
2. JUSTIFICACIÓN EPISTEMILÓGICA
Ante esto, la educación ecuatoriana tiene una evolución lenta que apenas ha logrado
despegar de los viejos paradigmas, por lo que es conveniente la adopción de una corriente
epistemológica del racionalismo crítico, tomando en cuenta la base fundamental que
describe Hanson y es apoyada por Kuhn en el sentido de no separar la observación de la
interpretación y la adopción del conocimiento a través de la inducción crítica propuesta por
Popper. [ CITATION Gal14 \l 3082 ]
La crisis del sistema educativo se manifiesta con una característica deshumanizante que se
dirige hacia el tecnocraticismo y la concepción empresarial de la educación, identificando
los papeles de operarios docentes y clientes alumnos con una clara direccionalidad a una
imagen educativa capitalista que dan lugar a la visión de la educación como un servicio o
una mercancía que se mueve al ritmo de un mercado internacional. [ CITATION Car08 \l
3082 ]
La primera idea sobre la práctica docente estima que la educación desde este punto de vista
no puede ser considerada como la repetición extraña de experiencias ajenas, y menos aún la
memorización sin sentido de noves, lugares y hechos que únicamente sirven para solventar
un examen que mide memoria momentánea, sino más bien afrontar la problematización y la
búsqueda de soluciones a los problemas planteados en clase sin considerar una respuesta
cerrada y única.
4
Para logar lo anterior, el docente debe aprender a resaltar el sentido común del estudiante,
como la forma ideal del conocimiento, lejana del precepto de la verdad absoluta, y
construyendo una propuesta educativa donde los saberes impartidos se discuten y se
critican, de manera que puedan ser contrastados en un momento dado, considerando que la
construcción de la verdad es plenamente cambiante en el tiempo eliminando, como dice
Popper [ CITATION Piñ14 \l 3082 ], determinadas expectativas para incrementar el
conocimiento superando los problemas e inconvenientes planteados.
El rol del docente dentro de este enfoque deja de ser puramente instrumental o guía y se
asume como un ser humano que mediatizan y construyen la realidad del aula sobre la base
de teorías que manejan e interpretaciones propias en relación con su entorno. Esto significa
que debe manejar la motivación desde un punto de vista recíproco con la enseñanza, toando
las ideas iniciales desde un punto de vista objetivo para que sean procesadas y adaptadas al
pensamiento del estudiante y se conviertan en procesos significativos.
5
3. CONCEPTOS Y EJEMPLOS
TECNOCRATISMO
[ CITATION Ort13 \l 3082 ] considera que debe su origen a Skinner a través de su teoría de
la enseñanza programada que pretendía llegar a una eficiencia total en el proceso de
aprendizaje, como una evolución del proceso conductista. Este modelo tiene como base los
objetivos conductuales prefijados de modelos conductistas trazados para llegar a metas
comunes y pragmáticas sin la participación de ideologías o valores.
Sociológicamente el modelo obedece a la proyección del capitalismo dentro del aula con un
predominio de la producción mercantil como fundamento del currículo, lo importante
radica en la obtención de resultados fuera de cualquier proceso de razonamiento.
CONCEPCIÓN CIENTIFICISTA
6
Este criterio fue recogido a principios del siglo XX y sobre la base de los aportes de Piaget
y Popper en el campo de las raíces orgánicas de la evolución científica y los modelos
hipotético – deductivos, respectivamente, se fue popularizando y adquiriendo supremacía
sobre otros modelos.
El enfoque curricular que busca el traslado del a ciencia al método del aula se basa en la
racionalidad instrumental mediante la promoción del dominio mecánico del proceso
científico en el que el docente es un científico y el educando como sujeto descubridor de
verdades irrefutables.
RACIONALIDAD PLENA
La racionalidad pedagógica se define como una forma teórico – práctica que se basa en la
organización del pensamiento y su aplicabilidad en el ambiente cotidiano y en el plano
científico. A partir del trabajo de Bunge se reconocen siete tipos de racionalidad, cinco en
el plano teórico y dos en el campo práctico. Las racionalidades del plano teórico son:
conceptual, lógica, metodológica, ontológica y gnoseológica; las racionalidades prácticas
son: la evaluativa y la práctica.
En el plano pedagógico la racionalidad plena evita abordar los saberes desde el plano
excesivo del psicologismo y promueve la vinculación con la racionalidad permitiendo al
maestro manejar la intencionalidad de sus razones u motivaciones al momento de promover
el cumplimiento de sus metas curriculares..
7
4. Reflexión
[ CITATION Cul13 \l 3082 ] ahonda un poco más en la definición y declara que más allá
de considerar una ética profesional docente como un conjunto de normas y principios
incluso codificados que pueden servir como argumento para calificar la buena o mala
práctica docente, sostiene que la docencia en si es una práctica ética – política.
Desde esta óptica, el acto educativo es ético en sí mismo, y por tanto político, pues implica
que el maestro asuma posiciones sociales dentro de la trasmisión de conocimientos y
actitudes hacia sus alumnos, [ CITATION Fre18 \l 3082 ] menciona que la educación es
una práctica política que no puede ser nunca neutra, pues la práctica educativa es política y
la política es práctica educativa.
La ética del docente presenta un equilibrio entre el cuidado de si y el cuidado de los otros,
tomando en cuenta que el cuidado de si constituye la voluntad de poder, capacidad de
actuar y tener experiencias: mientras que el cuidado de los otros está ligado al primer
criterio, considerando que implica el deber, el fin en el que se basa el accionar pedagógico.
8
esto es una ficción, su principio básico ha sido agredido por las características de
individualidad del sistema, como reflejo de una sociedad capitalista.
La justicia social dentro del plano educativo ha sido siempre un problema dentro de los
sistemas educativos especialmente en Latinoamérica, es imperante empezar el análisis
coincidiendo con [ CITATION Del12 \l 3082 ] en el sentido de que la educación es el
reflejo del la sociedad en el que se desenvuelve, y la sociedad ecuatoriana está marcada por
una grave desigualdad de oportunidades que se han manifestado en distintas direcciones, la
desigualdad de oportunidades se presenta entre centros educativos fiscales y particulares,
entre centros educativos públicos urbanos y rurales, entre instituciones de élite y generales,
entre hombres y mujeres, e incluso entre estudiantes normales y estudiantes con
discapacidades.
La realidad nos indica que aquellas sociedades con una economía más equilibrada,
mantienen un sistema educativo con oportunidades iguales para su población, pero lo
contrario también es real, sociedades con alto nivel de injusticia social se reflejan en un
sistema educativo que no da las mismas oportunidades entre sus integrantes, iniciando con
la separación de instituciones educativas privadas de las públicas, tomando en cuenta que
las sociedades más desarrolladas no tienen esa división, existe un solo sistema educativo
general.
Es evidente que los sectores sociales menos favorecidos tienen también problemas
adicionales que tienen injerencia en el plano educativo, aspectos como la alimentación,
retrasan la educabilidad del individuo y provoca retrasos que en muchos casos se asocia con
9
la procedencia del alumno, entonces el sistema educativo se vuelve agresivo y tramite la
heredabilidad social, es decir, hijos de agricultores serán agricultores, hijos de empresarios
serán empresarios; con esto se limita la cantidad de oportunidades que la educación debería
promover.
El otro precepto ético del maestro se relaciona con el apego a las necesidades sociales que
la educación debería enfocar, el análisis que [ CITATION Mei13 \l 3082 ] realiza sobre la
pertinencia de los saberes que se trasmiten en la escuela es un fenómeno común dentro de
muchos de los sistemas educativo, el estudiante en general, no sabe para qué se educa, no
tiene idea de en qué va a aplicar sus conocimientos y simplemente circula el criterio de
promoción anual y requisito educativo.
10
Esta merma en el respeto de la institución y la educación se ve reflejada socialmente, sin
temor al error, se puede decir que conlleva a la falta de respeto de la sociedad, no es extraño
considerar, como menciona [ CITATION Ton \l 3082 ], que puede ser el principio de un
desajuste social que se traduciría en delincuencia, pues pierde sentido en educarse y
frecuentemente se traduce en deserción educativa y fracaso escolar.
El panorama anterior nos hace pensar en el papel ético del maestro, surgen interrogantes
como: ¿Cuál es el papel del maestro en un sistema educativo desigual? ¿Cuál es la posición
ética que el maestro debe tener frente a la sociedad? ¿Cómo debe enfrentar la dualidad ética
de su profesión?
Es necesario recalcar que la presencia del maestro sigue siendo necesaria en cualquier
sistema educativo, y pese a las transformaciones tecnológicas, sigue desarrollando un rol
fundamental dentro del proceso educativo, y actualmente algunos sistemas educativos
estatales han empezado a reivindicar la función docente y su importancia dentro del
desarrollo social.
Sin embargo, esta recuperación debe empezar por el rescate de su liderazgo social, el
mismo que parte de la preparación efectiva y científica con la que debe enfrentar los
problemas cotidianos que se presentan, su actitud debe orientarse hacia la entrega
vocacional, responsabilidad social, honestidad intelectual y compromiso institucional. La
ética moderna no solo promueve una actitud recta, sino la integración y participación en la
llamada ética del cuidado, según la cual no puede hablarse de un docente aislado y solitario,
sino vinculado con su realidad social.
11