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El Principito

Antoine Saint Exupery

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Lo esencial es invisible a los ojos
Comentario de texto de Manuel Ballester
Profesor de Educación Secundaria del IES «Tirant lo Blanch». Elche (Alicante)
Lo esencial es invisible a los ojos

III. La libertad,
fundamento de la vida del espíritu

Resumen.
Resumen. El aviador necesitó mucho tiempo del Principito. El Principito, mirando al avión,
para comprender de donde venía el Principito. dijo:
Preguntaba mucho, pero no respondía las pregun- —La verdad es que con eso no puedes venir de
tas del aviador. Fueron palabras pronunciadas al muy lejos…
azar las que, poco a poco, revelaron todo. Así, la El Principito se sumió entonces en un ensueño que
primera vez que vio el avión, preguntó: duró mucho. Después sacó mi cordero de su bolsillo
—¿Qué es esa cosa? y se concentró en la contemplación de su tesoro.
—No es una cosa. Vuela. Es un avión. Es mi Intrigado por esa semi-confidencia sobre "los
avión. otros planetas", se
Y me sentí orgulloso esfuerza por saber
de hacerle saber que más. El aviador
yo volaba. Entonces comienza a moverse
exclamó: en el ámbito pro-
—¡Cómo! ¿Has caído puesto por el
del cielo? Principito. Habla del
—Sí, hice modesta- cordero, no de los
mente. otros planetas:
—¡Ah! Qué gracio- —… te daré una cuer-
so… da para atarlo durante
El Principito entonces el día.
se echó a reír, lo cual La idea de atar al cor-
irritó al piloto pues dero hace reír al
deseaba que sus des- Principito. El aviador
gracias se tomasen en intenta hacerle ver
serio. Después aña- que es conveniente
dió: atarlo ya que, de no
—Entonces, ¡tú tam- hacerlo, el cordero se
bién vienes del cielo! iría por ahí, a lo que el
¿De qué planeta eres? Principito añade:
El piloto entrevió ahí —Eso no tiene impor-
una luz en el miste- tancia, ¡es tan peque-
rio de la presencia ña mi casa!

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Comentario. Antes de comenzar quisiera lla- Y me sentí orgulloso haciéndole saber que yo
mar la atención sobre la presencia de un signo de volaba .
puntuación inusual: se trata del blanco tipográfico El aviador protesta por que se califique de cosa al
que marca una separación más amplia de lo ordi- avión. No es una cosa. El avión, lo vimos en el
nario entre los dos párrafos que lo circundan y, de capítulo primero, simboliza la actividad profesio-
paso, separa el texto correspondiente al capítulo nal, el ámbito de lo útil. Por eso, cosificar ese
en dos partes. dominio equivale a degradarlo, de ahí la desapro-
En el resumen precedente he respetado este modo bación del aviador.
de marcar la separación. Parece sensato seguir esa Frente a la pretendida cosificación alega que el
indicación de Saint-Exupéry también a la hora del avión vuela. Y no es admisible la cosificación
comentario que queda, de este modo, dividido en sobre todo porque el piloto se identifica con el
dos partes. avión. Volar es así el símbolo de la actividad cre-
adora. Y si el avión es el símbolo del trabajo, el
volar representa la idea de que hay un modo crea-
1. El valor de la crisis tivo de trabajar o, lo que es lo mismo, que el tra-
El aviador necesitó mucho tiempo para compren- bajo puede ser rutina y opresión, pero puede tam-
der. Querer comprender es la actitud adecuada. bién jugar un papel esencial en la plenificación de
Ahí terminaba el capítulo anterior, cuando el suje- la vida humana. Y esto es lo que aparece intuido
to se hace consciente de que es llamado a trascen- por el aviador en el dibujo nº 1. Más adelante ten-
der lo utilitario, lo obvio. Y eso porque ve latir dremos ocasión de hablar con más detalle sobre
algo más. Y lo ve porque él es capaz de más. Y lo esta cuestión que aquí sólo queda incoada.
busca. Y la manifestación de esta búsqueda es la El aviador, con tono de condescendencia, ha
pregunta. explicado al Principito que él vuela. Él se mueve
El aviador pregunta y el Principito pregunta. en el plano de lo creativo, de lo valioso. El
Ambos buscan. Pero no se produce el diálogo por- Principito ha logrado, pues, situar la conversación
que cada uno indaga en un plano distinto. El avia- en el plano correcto. Por eso ahora, y no antes, hay
dor aún se mueve en el plano de lo utilitario, por diálogo.
eso parece que el Principito no oye las preguntas El Principito parece sorprendido:
que se le dirigen desde este ámbito: no busca en —¿Cómo? ¿Has caído del cielo?
primera instancia resolver nada útil. No responde —Si, hice modestamente
porque para él no constituyen "verdaderas pregun- —Ah! Qué gracioso…
tas". Y el Principito soltó una bonita carcajada que me
Las preguntas del Principito, por el contrario, irritó mucho. Deseo que mis desgracias sean
siempre hallan respuesta. Provienen del plano tomadas en serio .
superior. Lo superior tiene la iniciativa, busca la
elevación de miras de aquel a quien pregunta, ¿Por qué se ríe el Principito? Visto objetivamente
aunque pueda parecer ingenua o carente de senti- no hay motivo. Es más, parece inconveniente. Así
do para quien reside únicamente en el plano utili- lo interpreta el aviador. Piensa que la risa del
tario. Principito proviene de que no ha tomado en serio
Aparece como ingenua, en efecto, la pregunta ini- su desgracia. Y es seria.
cial del Principito referida al avión: No parece que sea esta la causa de la risa. Hay
—¿Qué es esa cosa? diversos tipos de risas o risas que obedecen a dis-
Puede parecer ingenua, pero es de una profundi- tintas causas. No es lo mismo la risa que mani-
dad socrática. Tiene la habilidad de suscitar la fiesta alegría que la maliciosa, o la irónica. Y no
reacción adecuada en el aviador, que responde: es lo mismo la risa que la sonrisa. Hay una risa
—No es una cosa. Vuela. Es un avión. Es mi que se opone al llanto y otra, como la presente,
avión. que se opone a lo que pretende ser serio,… .

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Pero ciñámonos a la risa del Principito en este la verdad es que con eso no puedes venir de muy
momento. En un primer momento podría pensarse lejos… . Ahora bien, el Principito se ríe cierta-
que la risa del Principito no es ni más ni menos mente de la vanidad del aviador, la risa es el cas-
que expresión de la alegría. Alegría porque el tigo, pero la risa es también una llamada de aten-
aviador se esfuerza por desentrañar el misterio. ción, un intento de que el infractor se haga cons-
Eso explicaría algo que algunas versiones españo- ciente y hacer así posible la corrección: «podría
las pueden oscurecer: en francés se dice que el decirse que el remedio específico de la vanidad es
Principito tuvo un très joli éclat de rire, "una muy la risa, y que el defecto esencialmente risible es la
bonita explosión de risa", diríamos que estalló a vanidad» .
reír de un modo muy bonito. Por eso la palabra El Principito no toma en serio la desgracia del
carcajada que a veces traduce éclat de rire, puede aviador. La desgracia, la avería que provoca la
parecer un tanto desabrida en este contexto. La caída, es la crisis necesaria para que se plantee la
risa del Principito, aunque lo irritó mucho, le situación en que se encuentra la persona cuando se
sigue pareciendo muy bonita: très joli. Esa risa no halla en mitad del camino de la vida. Con mucho
brota de la alegría, no es aprobatoria, más bien camino recorrido, con una dirección marcada, con
desaprueba. Por eso se enfada el aviador. algunos errores más o menos importantes, pero
Probemos por otra vía para entender a qué viene la aún con capacidad de decidir el camino futuro. La
risa. Dice Bergson que «reímos siempre que una crisis es valiosa porque obliga a tomar determina-
persona nos da la impresión de ser una cosa» . ciones.
Algo de esto hay, pero si fuese éste precisamente La crisis exige que el hombre mire su interior, sus
el motivo, el Principito habría reído antes. Habría posibilidades y sus realidades; en definitiva, exige
reído cuando el piloto se identificó con su avión. observarse y elegirse. Por eso mismo, la crisis
No. Pienso que el Principito ríe en el momento lleva consigo el peligro de regodearse en la con-
oportuno. Ríe cuando el piloto responde "modes- templación de sí mismo. Así es como ciertas cri-
tamente". sis generan egocentrismo, impiden
El texto francés es: -Oui, fis-je la mejora y se instalan definitiva-
modéstement . Fis-je. Saint- mente en el modo de ser de ciertos
Exupéry podía haber empleado el hombres. Por eso el Principito no
verbo decir (dire). Pero no. Emplea le hace caso: hay que analizar los
el verbo hacer (faire) y ello porque, datos del problema con la mirada
si mi interpretación es correcta, el puesta en la solución, no recrearse
aviador más que decir, "hace" un en la contemplación del problema.
gesto de modestia, representa un Finalmente, el Principito sacó mi
papel. Y ese es uno de los modos en cordero de su bolsillo y se concen-
que se manifiesta la vanidad «que tró en la contemplación de su teso-
es una admiración de sí fundada en ro. Obsérvese que el tesoro del
la admiración que se cree inspirar a Principito (su tesoro) es el cordero
los otros» . Es la falsa modestia, del aviador (mi cordero).
expresiva de verdadera vanidad, lo Recuérdese que el cordero era el
que hace reír al Principito. símbolo de la creatividad.
Pienso que las líneas siguientes En definitiva, hasta aquí se parte
confirman esta interpretación. El del deseo del aviador de moverse
Principito parece seguir el juego, en el plano de lo valioso y se
parece aceptar el motivo de orgullo advierte del primer peligro: la
del aviador: venir del cielo, para vanidad, el egocentrismo. El darse
preguntar ipso facto: ¿de qué plane- cuenta de que se está en un plano
ta vienes? Poco después añade que superior a la mayoría de los hom-

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bres y considerarse por eso superior a los demás. requiere un estado que es admiración y ésta, a su
La risa del Principito hace notar que en el mundo vez, es posible gracias a la libertad. La libertad
del espíritu hay grados y que el aviador está al ini- aparece así como el fundamento de la vida del
cio (tú vuelas, pero con eso no puedes ir muy espíritu.
lejos: ¿de qué planeta vienes?…). No obstante, Podría parecer que lo indicado es tan obvio que no
está en buen camino, por eso el Principito se con- sería necesario mencionarlo. Es casi como indicar
centra en la contemplación del símbolo de este que el aire es el supuesto básico de la respiración
mundo: el cordero. y, por ello, de la vida.
El aviador ha captado ya que hay que esforzarse No viene mal recordar lo obvio. Además no es tan
por dotar de sentido la vida propia. Eso es lo pri- obvio qué sea la libertad, cómo es posible, en qué
mero y, a partir de ahí, se puede estructurar bien el niveles se da y qué tipo de libertad es la que se
plano de lo utilitario (trabajo,…) de esta manera requiere. La precisión que se hace en este capítu-
es posible tender a la plenitud personal. Por tanto, lo es negativa. Se dice qué tipo de libertad no es la
hay que aprender a moverse en ese plano. No que permite avanzar en la vida del espíritu (lo cual
basta con oír la llamada y querer seguirla: hay que no significa que sea una falsa libertad o que carez-
aprender a andar. ca de valor).
Una vez que el aviador realiza el esfuerzo por
comprender, el Principito lleva la conversación
2. La tarea de la libertad hacia el cordero. El piloto propone dibujar una
Hemos visto cómo el aviador se encuentra en el cuerda para atarlo.
plano de lo valioso, del espíritu. Se ha aludido a En una primera aproximación parece que atar es
sus dificultades iniciales: regodearse de un modo lo contrario de dejar en libertad. Es esta una tesis
malsano en la crisis vital que supone la conciencia frecuente cuya raíz hay que buscarla en la óptica
de que lo utilitario no satisface, la vanidad de cre- que aún simboliza el aviador: la perspectiva
erse superior por el hecho de conocer esta insufi- reductivista que aún no está abierta plenamente al
ciencia y sentirse por eso mismo inmerso en un espíritu. Obsérvese cómo desde el plano simboli-
plano superior. zado por el Principito esto no es así.
Estamos ahora dando los primeros pasos en ese Libertad entendida como carencia de ataduras,
mundo. El primer dato que se descubre aquí es la como poder ir por "no importa donde". Así la con-
libertad. No hay vida del espíritu sin libertad, ni cibe el aviador. El Principito señala que con esa
libertad sin esfuerzo por cultivar la intimidad. concepción de la libertad "no se puede ir muy
Cuando escribe que «intrigado por esa semi-con- lejos" .
fidencia sobre "los otros planetas", se esforzó por No se puede negar que carecer de ataduras es sinó-
saber más» está hablando del temple que se nimo de poseer un cierto grado de libertad. Es la
requiere para lanzarse a la investigación en el libertad del ave que no está enjaulada, del animal
mundo de lo valioso. La intriga, el asombro, la que no está atado y del hombre que no está en pri-
admiración, la curiosidad constituyen el talante sión. Es lo que en filosofía se denomina libertad
propio del hombre que no se contenta con lo de ejecución.
obvio. Pero la libertad ¿se reduce a eso? Realmente, con
Pero la admiración en este sentido, sólo surge esta concepción de la libertad "no se puede ir muy
cuando se ha abando- lejos". Esta idea de la
nado la relación utilita- libertad es muy pobre.
ria con el mundo. El
No hay vida del espíritu sin Nietzsche muestra grá-
supuesto básico de la libertad, ni libertad sin ficamente su insufi-
admiración es la no esfuerzo por cultivar la inti- ciencia: «¿Libre te lla-
necesidad: la libertad. mas a ti mismo?
La vida del espíritu midad. Quiero oír tu pensa-

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miento dominante, y no que has escapado de un dad. Ninguna de las cualidades que el hombre des-
yugo» . Sacudir un yugo, romper una atadura es cubre en la realidad le mueve necesariamente. El
liberarse, pero eso no basta. Falta algo que llene hombre se encuentra inicialmente in-determinado,
de contenido esa formal indeterminación: «Si no forzado por la realidad. El hombre tiene, por
libero en un desierto a un hombre que nada siente, eso, que elegir, seleccionar, optar por una de esas
¿qué significa su libertad? La libertad no existe cualidades. Y eso es la libertad; el hombre es libre
sino para "alguien" que va a algún sitio. Liberar por ser su capacidad intelectiva la que es. El hom-
realmente a ese hombre consistiría en mostrarle la bre es libre por necesidad de su naturaleza inte-
sed y señalarle la ruta hacia un pozo. Tan sólo lectiva.
entonces las acciones que se le propusieran reves- Ahora bien, no estamos siempre optando. No toda
tirían un significado. Liberar una piedra no signi- acción es fruto de una elección actual. Ocurre que
fica nada si no hay gravedad. Porque la piedra, el hombre en cada elección incorpora a su natura-
una vez libre, se quedará inmóvil» . leza esa opción que acaba de realizar. Naturaliza la
La libertad es fundamental para moverse en el libertad, incorpora la libertad a la naturaleza. Así
plano de lo esencial. Pero no la libertad de ejecu- modifica su naturaleza. Esa naturalización de la
ción. Es otro el nivel de libertad que entra aquí en libertad es, de hecho, una determinación de su
juego. La libertad de ejecución afecta a lo que el naturaleza. De modo que el hombre, después de
hombre hace, a su acción; es real, pero demasiado elegir, ya no está tan indeterminado. Se determina
superficial. a sí mismo e incorpora tal determinación a su natu-
La libertad de ejecución responde a la carencia de raleza. La naturaleza es ahora menos indetermina-
determinaciones en el plano de la acción. Pero hay da. Está más determinada y, por eso, más inclinada
un plano más profundo, precisamente el plano a realizar un determinado tipo de acciones, a obrar
desde el que brotan las acciones. El plano de lo de un modo con preferencia sobre otro.
que se es. Un ejemplo sencillo puede ayudar a De modo que hay que concluir que el hombre, al
introducirnos en este difícil asunto. Pensemos en elegir, ciertamente opta por responder ante una
un alcohólico al que nada externo (ninguna liga- cierta cualidad de la realidad frente a otras, selec-
dura) le impide beber. Goza de libertad, de liber- ciona unos aspectos frente a otros igualmente rea-
tad de acción o ejecución: puede llenar su vaso les. Pero simultáneamente el hombre va haciendo
cuantas veces quiera. Sin embargo decimos que es su propia naturaleza en cada elección; es decir, el
esclavo de la bebida. Su obrar no está determina- hombre se elige. Elige lo que él es. Se hace a sí
do (libertad de ejecución), pero su [modo de] ser mismo.
sí lo está. La crisis a que se alude en esta obra pone al hom-
Hay que buscar la libertad específicamente huma- bre ante lo que es. Le hace consciente de su iti-
na en ese plano más profundo. nerario vital: lo que ya ha ocurrido, lo que ya ha
La libertad en su sentido más radical es una cuali- elegido y lo que ya ha vivido, en definitiva, lo
dad esencial al ser humano. El hombre, por la que es. Y le obliga a elegir lo que quiere ser: lo
inteligencia, se hace cargo que puede hacer a partir
de la realidad. Y la realidad de la situación a que ha
presenta una multitud de llegado.
cualidades o aspectos. Es la El pasado ha producido lo
inteligencia la que sitúa al que somos (con nuestra
hombre en esa inicial aper- intervención). El futuro y
tura. El hombre está abierto lo que seremos hemos de
a la realidad. elegirlo hoy. Elegir lo que
La apertura pone al hombre hemos de ser, ese es el pri-
en una situación de indeter- vilegio y el riesgo del ser
minación frente a la reali- humano.

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IV. El reductivismo

Resumen. El aviador había aprendido una tado decir: "Había una vez un Principito que vivía
segunda cosa importante: el planeta de origen del en un planeta apenas más grande que él, y que
Principito era apenas más grande que una casa. necesitaba un amigo…". Para quienes comprenden
Eso no le sorprendió pues sabía que había planetas la vida, habría parecido mucho más verdadero.
pequeños. Cuando un astrónomo descubre uno de No le gusta que se lea su libro a la ligera. Le apena
ellos, le da un número por nombre. El aviador está tanto contar esos recuerdos. Hace ya seis años que
seguro de que el planeta del Principito es el aste- su amigo se fue con su cordero. Si trata aquí de
roide B612, descubierto por un astrónomo turco describirlo es para no olvidarlo. Es triste olvidar a
que hizo una demostración de este descubrimiento un amigo. No todo el mundo ha tenido uno. Y
en un Congreso Internacional de Astronomía. Pero puede acabar convertido en una persona mayor que
nadie le creyó a causa de su vestido. Las personas no se interesa nada más que por las cifras: «Quizá
mayores son así. Años después rehizo la demostra- soy un poco como las personas mayores. He debi-
ción con un traje muy elegante y todo el mundo fue do de envejecer».
de su opinión.
Cuenta estos detalles a causa de las personas Comentario. En este capítulo se vuelve a insis-
mayores. Ellos adoran las cifras. Son así. No hay tir en la distinción entre el mundo de las personas
que reprochárse- mayores y los
lo. Las niños han niños. Muy grá-
de ser muy ficos son los
indulgentes con ejemplos del
las personas distinto modo
mayores. en que se ve un
«Pero quienes nuevo amigo,
comprendemos una casa bonita
la vida ¡nos bur- o la historia del
lamos de los astrónomo
números!». Le turco.
hubiera gustado No obstante, no
comenzar esta es una simple
historia como un repetición de
cuento de hadas. este motivo que,
Le hubiera gus- por otra parte,

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estará presente en toda la obra. Aquí se introducen interiores, uno a uno semejantes al mío, en los
unos matices de gran interés. Hay un avance en la otros hombres.
comprensión de la diferencia. Las personas mayo- Esta reducción a los aspectos cuantitativos produ-
res «son así. No hay que censurárselo. Los niños ce no sólo ceguera para lo espiritualmente valioso
deben ser muy indulgentes con las personas mayo- (no se entiende la belleza de la casa, o de la amis-
res» . tad si no es reduciéndolas a sus reales aspectos
Las personas mayores son así. Tienen una determi- cuantitativos), sino también a una hiperseriedad
nada visión de la vida o, dicho de otro modo, tie- ridícula (ridícula es la aceptación de la demostra-
nen un tipo de intereses. Saint-Exupéry lo expresa ción del astrónomo sólo cuando va vestido de un
diciendo que adoran las cifras. La idea es que los determinado modo) que considera valioso sólo lo
aspectos cuantitativos de la realidad (los números, pragmático entendido como lo único que es serio e
las cifras) son aquellos en que suele fijarse la per- importante. Este reductivismo es tremendamente
sona mayor. Son aspectos reales. El problema no característico de las personas mayores. Sobre él
es el número. El problema es no ir más allá, no ver hemos de volver repetidamente. Contra él veremos
corderos detrás de las cajas y quedarse sólo con la enfadarse al Principito: «Conozco un planeta en el
caja. El problema no es tomar por verdadero algo que hay un señor carmesí. Jamás ha respirado una
falso, sino tomar por todo lo que sólo es una parte flor. Jamás ha mirado una estrella. Jamás ha amado
que, además, resulta no ser la mejor. a nadie. Jamás ha hecho otra cosa que sumas. Y
Reductivismo. Ese es el problema. todo el día repite […]: "¡Soy un hombre serio!,
Scheler lo ha visto muy bien cuando denuncia la ¡Soy un hombre serio!" y eso le hace hincharse de
general granujería en las cosas del espíritu, «la orgullo. Pero es un hombre, ¡es un champiñón!» .
falta de seriedad para la profundidad de las cosas y Frente a las personas mayores, los niños son sím-
de la vida, y en contraste con ello, la ridícula hiper- bolo de la insaciable frescura de espíritu, de la ten-
seriedad y la cómica ocupación en aquellas cosas sión espiritual continua, del asombro; en definiti-
que pueden dominarse técnicamente con nuestra va, de la lucha por la conquista de cotas cada vez
ingeniosidad» . más altas de ilusión, creatividad,…
El dominio técnico se ejerce sobre ciertos aspectos El niño es libertad. Y de eso hablamos en el capí-
de la realidad. La persona tulo precedente. Es elec-
mayor se satisface con ción de sí mismo. Es
este dominio y cierra su tomar las riendas de la
mente a ulteriores indaga- propia existencia. Dirigir
ciones, se niega a seguir la vida porque se tiene
buscando la riqueza claro a dónde se va. Todo
escondida en la profundi- eso es el niño. Libertad.
dad de las cosas. De este Interioridad. Sentido de la
modo limita su capacidad existencia.
de asombro, de entusias- La irrupción del
mo. No ve que el hombre Principito supone un
despliega su riqueza inte- zarandear la existencia
rior en el esfuerzo, en la rutinaria de ese hombre
tensión por salir fuera de que estaba convirtiéndose
sí y hacerse con los obje- en una persona mayor. El
tos externos, sus posibili- Principito actúa de revul-
dades, su estructura, la sivo. Le impele a tomarse
diferencia cualitativa… en serio su propia vida.
finalmente, otros mundos Pero vivir así no es fácil.

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De hecho, la mayoría se deja llevar. La rutina mata Recordar, no olvidar es condición necesaria para
la vida del espíritu, hace que los hombres se mue- seguir en tensión.
van por los caminos trillados. En cualquier El aviador es consciente en este capítulo de que eso
momento se puede caer. Eso. Todo eso es lo que cuesta, de que "es duro, a mi edad, volver a dibujar…
ve el aviador en este capítulo. Es el vér- Quizá soy un poco como las personas
«Conozco
tigo de la libertad. La libertad es la mayores. He debido de envejecer".
condición para la vida del espíri- Ahora el aviador comprende
tu. Pero la libertad hay que un planeta en el mejor que el ámbito del espíri-
mantenerla. Y cuesta. tu que el Principito le abre es
El esfuerzo ha de hacerse
que hay un señor car- algo que debe conquistar
una y otra vez. Por eso mesí. Jamás ha respirado con esfuerzo, nota el can-
hay que recordar al sancio y entiende que otros
Principito. Re-cordar es una flor. Jamás ha mirado hayan abandonado. Y ve
volver a pasar por el que eso podría ocurrirle
corazón; es decir, re-vita-
una estrella. Jamás ha también a él. Por eso pide
lizar, re-vivir aquello que amado a nadie. Jamás "indulgencia" con las perso-
el Principito significa. nas mayores.
ha hecho otra cosa
que sumas».

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