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EL PRINCIPITO

I ESCENA

(Aparece en escena el piloto cuando era niño contando la historia de la boa, después
el piloto cuando tiene el accidente hasta caer en el desierto. Mientras tanto, es el
narrador es el que lo cuenta y el piloto va representando)

Narrador: Hace ya muchos años, vivía en una ciudad no muy lejana a Toledo, un niño
que tenía unos seis años. Un día, vio asombrado una magnífica lámina en un libro
sobre la Selva Virgen, que se titulaba “Historias Vividas”.

Representaba una serpiente boa tragándose una fiera.

(El niño totalmente asombrado muestra al público la lámina del dibujo)

Niño –Piloto: (Lee una página del libro): - “Las serpientes boas se tragan su presa
toda entera sin masticarla. Luego no pueden moverse y duermen durante los seis
meses de su digestión”.

Narrador: El niño se dispuso a hacer un dibujo y enseñó su obra maestra a los


mayores.

Niño-piloto: (mientras muestra su dibujo a la gente) – ¿os da miedo este dibujo?

Gente: - ¿Por qué va a dar miedo un sombrero?

Narrador: Su dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa


que digería un elefante. Dibujó entonces el interior de la serpiente boa para que los
mayores pudiesen entender. Ya que siempre necesitan explicaciones.

Niño –piloto: - ¿Este dibujo sí que lo entienden, verdad? (Dibuja una boa y en el
interior un elefante y se lo enseña a los mayores)

Gente: - Deja a un lado los dibujos de serpientes y preocúpate más bien por la
geografía, la historia, el cálculo y la gramática.

(Desaparece de escena el niño-piloto muy triste y la gente, está solo el narrador)

Narrador: De esta forma el niño abandonó a los seis años una magnífica carrera de
pintor.

Tuvo que elegir otro oficio y aprendió a pilotar aviones y a volar por todo el mundo.

Un día mientras pilotaba se estropeó el motor de su avión. Aterrizó en mitad de la


nada, en un enorme desierto, el Sáhara. Como no llevaba consigo mecánico ni
pasajeros, se dispuso a repararlo.

(Está en escena el piloto ya siendo adulto en el desierto tras el accidente.)


Piloto: - Es cuestión de vida o muerte, apenas me queda agua para ocho días.

- Tengo que reparar como sea el motor de mi avión.


- Ya se está haciendo de noche, descansaré un poco y mañana repararé como
sea el motor del avión.

(El piloto se tumba en la arena del desierto a descansar)


II ESCENA:

(Aparece el principito en su planeta)

Narrador: El principito era un niño de unos seis años de edad, vivía en un planeta
muy, pero que muy pequeño donde no habitaba nadie. Sólo había tres volcanes, que
limpiaba todos los días y unas plantas malignas que tenía que quitar con mucha
paciencia.

Un día el principito observó el crecimiento de un enorme capullo y tenía el


convencimiento de que habría de salir de allí una aparición milagrosa; pero la flor no
acababa de preparar su belleza al abrigo de su envoltura verde. Elegía con cuidado
sus colores, se vestía lentamente y se ajustaba uno a uno sus pétalos. No quería salir
ya ajada como las amapolas; quería aparecer en todo el esplendor de su belleza. Ah,
¡era muy coqueta aquella flor! Su misteriosa preparación duraba días y días. Hasta
que una mañana, precisamente al salir el sol se mostró espléndida.)

La flor, que había trabajado con tanta precisión, dijo bostezando:

FLOR - ¡Ah, perdóname… apenas acabo de despertarme… estoy toda despeinada…!

(El principito no pudo contener su admiración:)

PRINCIPITO - ¡Qué hermosa eres! Que vous êtes belle !

FLOR -¿Verdad? -respondió dulcemente la flor-. He nacido al mismo tiempo que el sol.
Me parece que ya es hora de desayunar; si tuvieras la bondad de pensar un poco en
mí...

(El principito, muy confuso, habiendo ido a buscar una regadera la roció
abundantemente con agua fresca.)

FLOR (Hablando de sus cuatro espinas) -¡Ya pueden venir los tigres, con sus garras!

PRINCIPITO -No hay tigres en mi planeta y, además, los tigres no comen hierba.

FLOR -Yo no soy una hierba -respondió dulcemente la flor.

PRINCIPITO - Perdóname... Pardonnez-moi...

FLOR -No temo a los tigres, pero tengo miedo a las corrientes de aire. ¿No tendrás un
biombo?

PRINCIPITO -"Esta flor es demasiado complicada…"

FLOR-Por la noche me cubrirás con una campana de cristal (un biombo)… hace
mucho frío en tu tierra. No se está muy a gusto; allá de donde yo vengo…

(Tosió dos o tres veces para atraerse la simpatía del principito.)

FLOR -¿Y el biombo?


PRINCIPITO -Iba a buscarlo, pero como no dejabas de hablarme…

FLOR (Insistió en su tos para darle al menos remordimientos.)

PRINCIPITO (Para sí mismo)-“Yo no debería hacerle caso, nunca hay que hacer caso a
las flores, basta con mirarlas y olerlas. ¡Son tan contradictorias las flores! Pero yo soy
demasiado joven para saber amarla".

Narrador: El principito aprovechó la migración de una bandada de pájaros silvestres


para su evasión. La mañana de la partida, puso en orden el planeta. Deshollinó
cuidadosamente sus volcanes en actividad, de los cuales poseía dos, que le eran muy
útiles para calentar el desayuno todas las mañanas. Tenía, además, un volcán
extinguido. Deshollinó también el volcán extinguido, pues, como él decía, nunca se
sabe lo que puede ocurrir. Si los volcanes están bien deshollinados, arden sus
erupciones, lenta y regularmente. Las erupciones volcánicas son como el fuego de
nuestras chimeneas. Y cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al
abrigo del biombo, descubrió que tenía deseos de llorar.

PRINCIPITO -Adiós -le dijo a la flor.

(Esta no respondió.)

PRINCIPITO -Adiós Adieu, -repitió el principito.

(La flor tosió, pero no porque estuviera resfriada.)

FLOR - He sido una tonta. Perdóname. Procura ser feliz. Sí, yo te quiero, ha sido culpa
mía que tú no lo sepas; pero eso no tiene importancia. Y tú has sido tan tonto como
yo. Trata de ser feliz. . . Y suelta de una vez ese biombo; ya no lo quiero.

PRINCIPITO -Pero el viento...

FLOR - No estoy tan resfriada como para... El aire fresco de la noche me hará bien. Soy
una flor.

PRINCIPITO -Y los animales...

FLOR -Será necesario que soporte dos o tres orugas, si quiero conocer las mariposas;
creo que son muy hermosas. Si no ¿quién vendrá a visitarme? Tú estarás muy lejos.
En cuanto a las fieras, no las temo: yo tengo mis garras.

(Y le mostraba ingenuamente sus cuatro espinas. Luego añadió:)

FLOR -Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una
vez. Va-t'en.

Narrador: La flor no quería que la viese llorar: era tan orgullosa...

El Principito se va de su planeta en busca de cosas nuevas y de amigos. Visitó los


asteroides más cercanos para buscar una ocupación y para instruirse.
III ESCENA

1º Planeta habitado por un rey

NARRADOR: Para ocuparse en algo e instruirse al mismo tiempo decidió visitar los
asteroides 325, 326, 327, 328, 329 y 330. El primero estaba habitado por un rey, que
vestido de púrpura y armiño, estaba sentado sobre un trono muy sencillo y, sin
embargo, majestuoso.

REY -¡Ah, (exclamó el rey al divisar al principito), aquí tenemos un súbdito!

PRINCIPITO - ¿Cómo es posible que me reconozca si nunca me ha visto?

REY - Para los reyes el mundo está muy simplificado. Todos los hombres son súbditos.

REY -Aproxímate para que te vea mejor (le dijo el rey, que estaba orgulloso de ser por
fin el rey de alguien.)

(El principito buscó donde sentarse, pero el planeta estaba ocupado totalmente por el
magnífico manto de armiño. Se quedó de pie, pero como estaba cansado, bostezó.)

REY -La etiqueta no permite bostezar en presencia del rey. Te lo prohíbo. Je te


l'interdis.

PRINCIPITO - No he podido evitarlo (respondió el principito muy confuso), he hecho un


viaje muy largo y apenas he dormido...

REY - Entonces te ordeno que bosteces. Hace años que no veo bostezar a nadie. Los
bostezos son para mí algo curioso. ¡Vamos, bosteza otra vez, te lo ordeno! C'est un
ordre

PRINCIPITO -Me da vergüenza... ya no tengo ganas... (Dijo el principito enrojeciendo.)

REY -¡Hum, hum! ¡Bueno! Te ordeno tan pronto que bosteces y que no bosteces...

PRINCIPITO -¿Puedo sentarme? -preguntó tímidamente el principito. Puis-je m'asseoir ?

REY -Te ordeno sentarte (le respondió el rey, recogiendo majestuosamente un faldón
de su manto de armiño.)

PRINCIPITO -Señor, perdóneme si le pregunto...

REY -Te ordeno que me preguntes -se apresuró a decir el rey.

PRINCIPITO -Señor. . . ¿sobre qué ejerce su poder?

REY -Sobre todo.

PRINCIPITO -¿Sobre todo? Sur tout ?

(El rey, con un gesto sencillo, señaló su planeta, los otros planetas y las estrellas. )

PRINCIPITO -¿Sobre todo eso? Sur tout ça ?


REY -Sobre todo eso. . . . - Sur tout ça...

PRINCIPITO - ¿Y las estrellas le obedecen?

REY -Bien sûr, ¡Naturalmente! Y obedecen en seguida, pues yo no tolero la indisciplina.

-Je voudrais voir un coucher de soleil. Me gustaría ver una puesta de sol...
PRINCIPITO
Deme ese gusto... Ordénele al sol que se ponga...

REY -Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o
de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la
orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?

PRINCIPITO -La culpa sería de usted (le dijo el principito con firmeza.)

REY -Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar. La
autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al
mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis
órdenes son razonables.

PRINCIPITO -¿Entonces mi puesta de sol?

REY -Tendrás tu puesta de sol. La exigiré. Pero, según me dicta mi ciencia gobernante,
esperaré que las condiciones sean favorables.

PRINCIPITO -¿Y cuándo será eso?

REY -¡Ejem, ejem! (le respondió el rey, consultando previamente un enorme


calendario,) ¡ejem, ejem! será hacia... hacia... será hacia las siete cuarenta. Ya verás
cómo se me obedece.

(El principito bostezó. Lamentaba su puesta de sol frustrada y además se estaba


aburriendo ya un poco. )

PRINCIPITO -Ya no tengo nada que hacer aquí. Me voy.

REY -No partas, no te vayas y te hago ministro.

PRINCIPITO -¿Ministro de qué?

REY -¡De... de justicia!

PRINCIPITO -¡Pero si aquí no hay nadie a quien juzgar!

REY - Eso no se sabe. Nunca he recorrido todo mi reino. Estoy muy viejo y el caminar
me cansa. Y como no hay sitio para una carroza...

PRINCIPITO -¡Oh! Pero yo ya he visto. . . (Dijo el principito que se inclinó para echar una
ojeada al otro lado del planeta). Allá abajo no hay nadie tampoco. .

REY -Te juzgarás a ti mismo. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí
mismo, que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un
verdadero sabio.
PRINCIPITO -Yo puedo juzgarme a mí mismo en cualquier parte y no tengo necesidad
de vivir aquí.

REY - ¡Ejem, ejem! Creo que en alguna parte del planeta vive una rata vieja; yo la oigo
por la noche. Tú podrás juzgar a esta rata vieja. La condenarás a muerte de vez en
cuando. Su vida dependería de tu justicia y la indultarás en cada juicio para
conservarla, ya que no hay más que una.

PRINCIPITO -A mí no me gusta condenar a muerte a nadie. Creo que me voy a marchar.

REY -No.

PRINCIPITO -Si Vuestra Majestad deseara ser obedecido puntualmente, podría dar una
orden razonable. Podría ordenarme, por ejemplo, partir antes de un minuto. Me parece
que las condiciones son favorables...

(Como el rey no respondiera nada, el principito vaciló primero y con un suspiro


emprendió la marcha. )

REY - ¡Te nombro mi embajador! (se apresuró a gritar el rey. Tenía un aspecto de gran
autoridad.)

PRINCIPITO- "Las personas mayores son muy extrañas", se decía el principito para sí
mismo durante el viaje.
IV ESCENA

2º Planeta habitado por un vanidoso con un sombrero para saludar

Narrador: En el segundo planeta vivía un vanidoso La seconde planète était habitée


par un vaniteux.

Vanidoso:¡Ah! ¡Ah! ¡Ahí tengo la visita de un admirador

Principito: Buenos días ¡Qué sombrero más raro lleva usted! “Bonjour! vous avez un
drôle de chapeau

Vanidoso: Es para saludar cuando me aclaman. Desgraciadamente, por aquí nunca


pasa nadie.

Principito:¿Ah sí? “Ah, oui?”

Vanidoso: Golpea tus manos, una contra otra

(El vanidoso saluda levantando el sombrero)

Narrador: Después de cinco minutos de ejercicio, el principito se cansó

Vanidoso:¿De verdad me admiras mucho?

Principito:¿Qué significa admirar?” qu’est-ce que signifie admirer?”

Vanidoso: Admirar significa reconocer que soy el hombre más guapo, el mejor
vestido, el más rico y el más inteligente del planeta.

Principito:¡Pero si estás solo en el planeta!

Vanidoso: Dame gusto:¡admírame a pesar de todo!

(El Principito se encoje de hombros)

Principito: Te admiro “Je t’admire”

( Y el Principito se fue)

Principito: Desde luego, los mayores son muy raros


V ESCENA

3º Planeta habitado por un bebedor.

Narrador: En el planeta siguiente vivía un bebedor. Esta visita fue muy corta, pero
sumió al principito en una gran melancolía: “ la planète suivante était habitée par un
buveur”

Principito: ¿Qué haces aquí? “Que fais-tu là?” ( pregunta al bebedor que esta
sentado en silencio con una colección de botellas vacías y otra llena)

Bebedor: Bebo

Principito:¿Por qué bebes? “Pourquoi bois-tu?”

Bebedor: Para olvidar

Principito:¿Para olvidar qué? “Pour oublier quoi?”

Bebedor: Para olvidar que me da vergüenza

Principito:¿Vergüenza de qué? “Honte de quoi?”

Bebedor:¡vergüenza de beber!

(Y el Principito se fue perplejo.)

Principito: “Desde luego, los mayores son muy raros, pero que muy raros” “Les
grandes personnes sont décidément bien bizarres”
VI ESCENA

4º Planeta habitado por un hombre de negocios.

Narrador:El cuarto planeta era el del hombre de negocios. Aquel hombre estaba tan
ocupado, que ni siquiera levantó la cabeza al llegar el principito. “La quattième planète
était celle du Businessman”

Principito: Buenos días. “Bonjour!” Su cigarrillo está apagado.

Hombre de negocios: Tres y dos son cinco. Cinco y siete doce. Buenos días.”Trois et
deux font cinq. Cinq et sept douze. Bonjour!” No tengo tiempo pa’ncenderlo. ¡uf! Así
que son quinientos un millones seiscientas veintidós mil setecientas treinta y una.

Principito:¿quinientos millones de qué?

Hombre de negocios: Millones de esas cositas que a veces se ven en el cielo

Principito:¿moscas? “Des mouches?”

Hombre de negocios: No. Cositas que brillan

Principito:¿abejas? “Des abeilles?”

Hombre de negocios:¡qué no! Cositas doradas que hacen soñar a los holgazanes.

Principito:¡ah! ¿estrellas?

Hombre de negocios: Eso es. Estrellas “C’est bien ça. Des étoiles”

Principito:¿Y qué haces con quinientos millones de estrellas

Hombre de negocios: Nada. Las poseo

Principito:¿y para qué te sirve poseer estrellas?

Hombre de negocios: Me sirve para ser rico.

Principito:¿Y para qué te sirve ser rico? “Et à quoi te sert-il d’être riche ? »

Hombre de negocios: Para comprar otras estrellas, si es que alguien las encuentra.
Cuando encuentras un diamante que no es de nadie, es tuyo. Cuando encuentras una
isla que no es de nadie, es tuya. Y yo poseo las estrellas, ya que nadie antes que yo
pensó en poseerlas.

Principito:¿Y qué haces con ellas?

Hombre de negocios: Las cuento y las vuelvo a contar. Es difícil. ¡pero soy un
hombre serio! “C’est difficile. Mais je suis un homme sérieux!”

Principito:Yo si poseo un pañuelo puedo atármelo al cuello y llevármelo. Yo, si poseo


una flor, puedo coger mi flor y llevármela. ¡pero tú no puedes coger las estrellas!

Hombre de negocios: No, pero puedo ingresarlas en el banco.


Principito:¿qué quiere decir eso? “qu’est-ce que ça veut dire?”

Hombre de negocios: Quiere decir que apunto en un papelito el número de mis


estrellas. Y luego guardo bajo llave ese papel en un cajón.

Principito:Yo poseo una flor, que riego todos los días. Poseo tres volcanes, que
deshollino todas las semanas. El hecho de que yo los posea es útil para mis volcanes,
es útil para mi flor. Pero tú no eres útil para las estrellas..

(El hombre de negocios abrió la boca, pero no supo qué decir, y el principito se fue.)

Principito: “desde luego, los mayores son realmente extraordinarios” “Les grandes
personnes sont décidément tout à fait extraordinaires.
VII ESCENA

5º Planeta es el más pequeño, habitado por un farolero con un farol.

Narrador: El quinto planeta era el más pequeño de todos. Apenas había sitio para que
cupiera un farol y un farolero. “La cinquième planète était la plus petite de toutes.”

Principito: Su trabajo tiene sentido. Cuando enciende el farol, es como si hiciera


nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga el farol, duerme a la flor o a la
estrella. Es una ocupación muy bonita.

Principito: “ bonjour!” Buenos días. ¿por qué acabas de apagar tu farol?

Farolero: Es la consigna. Buenos días. “ bonjour!” (enciende el farol)

Principito: ¿qué es la consigna? “qu’est-ce que la consigne?”

Farolero: Apagar el farol. Buenas noches “bonsoir! (apaga el farol)

Principito:Y ¿por qué acabas de encenderlo otra vez?

Farolero: Es la consigna

Principito: No entiendo “Je ne comprends pas!”

Farolero: Tengo un oficio terrible. Antes era razonable. Apagaba por la mañana y
encendía por la noche. Me quedaba el resto del día para descansar y el resto de la
noche para dormir...año tras año , el planeta se puso a girar cada vez más deprisa y
ahora da una vuelta por minuto, no tengo un segundo de descanso. ¡enciendo y apago
una vez por minuto!

Principito:¡eso sí que tiene gracia! ¡para ti los días duran un minuto!

Farolero: No tiene ninguna gracia “C’est n’est pas drôle du tout!”

Principito:¿sabes?...”Tu sais?” conozco un modo para que descanses cuando te


apetezca...tu planeta es tan pequeño, que, de tres zancadas, le puedes dar la vuelta.
No tienes más que andar bastante despacio para estar siempre al sol. Cuando quieras
descansar, te pones a andar... y el día durará todo lo que quieras.

Farolero: Con eso no adelanto gran cosa. Lo que me gusta en la vida es dormir

Principito: También es mala suerte (suspira y sigue su camino)

Farolero: Sí que es mala suerte “ce n’est pas de chance.. bonjour!”

(el principito suspiró con sentimiento y siguió diciéndose)

Principito: Éste es el único del que me hubiera podido hacer amigo. Pero su planeta
realmente es demasiado pequeño.” Mais sa planète est vraiment trop petite” No hay
sitio para dos...
VIII ESCENA

6º Planeta habitado por un señor viejo que escribía libros, Geógrafo.

Narrador: El sexto planeta era un planeta diez veces más amplio. En él vivía un señor
viejo que escribía libros enormes. “ la sixième planète était une planète dix fois plus
vaste”

Geógrafo: ¡vaya! ¡un explorador! “Tiens,! Voilà un explorateur!”( el principito se sienta


sobre la mesa y resopla de cansancio)

Principito:¿qué es ese libro tan gordo?¿qué hace usted aquí?

Geógrafo: Soy geógrafo

Principito:¿qué es un geógrafo? “qu’est-ce qu’un géographe?”

Geógrafo: Es un sabio que sabe dónde se encuentran los mares, los ríos, las
ciudades, las montañas y los desiertos.

Principito: ¡esto sí que es un verdadero oficio! Su planeta es muy hermoso ¿hay


océanos? “Elle est bien Belle votre planète, est-ce qu’il y a des océans «

Geógrafo: No puedo saberlo

Principito:¿y montañas? “ et des montagnes?”

Geógrafo: No puedo saberlo

Principito:¿Y ciudades y ríos y desiertos? “ et des villes, des fleuves, et des


déserts ? »

Geógrafo: Tampoco puedo saberlo

Principito:¡pero si usted es geógrafo!

Geógrafo: Exacto pero no soy explorador. El geógrafo no tiene por qué llevar la
cuenta de las ciudades, de los ríos, de las montañas, de los mares, de los océanos y
de los desiertos. El geógrafo es demasiado importante. No deja su despacho. Pero en
él recibe a los exploradores.

Principito:¿y eso por qué? “ Pourquoi ça?”

Geógrafo: Porque un explorador que mintiera acarrearía catástrofes en los libros de


geografía. Y también un explorador que bebiera demasiado.

Principito:¿y eso por qué? “Pourquoi ça?”

Geógrafo: Porque los borrachos ven doble. Entonces el geógrafo anotaría dos
montañas donde sólo hubiera una .Luego se exige del explorador que aporte pruebas.
Si se trata, por ejemplo, del descubrimiento de una gran montaña, se exige que traiga
piedras grandes..( de repente se emociona) ¡Pero tú vendrás de lejos!¡ eres
explorador! “Tu es explorateur!”¡vas a describirme tu planeta!
Principito: ¡oh! yo vivo en un sitio poco interesante, es muy pequeño. Tengo tres
volcanes. Dos volcanes en actividad y un volcán apagado. También tengo una flor.

Geógrafo: Nosotros no anotamos las flores

Principito:¿Y eso por qué? ¡si es lo más bonito!

Geógrafo: Porque las flores son efímeras

Principito:¿qué significa efímeras? “Qu’est-ce que signifie éphémère?”

Geógrafo: Significa que lo amenaza una próxima desaparición.

Principito:¿qué a mi flor la amenaza una próxima desaparición.

Geógrafo: Claro “bien sûr!”

Principito: Mi flor es efímera y sólo tiene cuatro espinas para defenderse contra el
mundo. ¡y yo la he dejado sola allí!

Narrador: Y el principito se fue, pensando en su flor. “Et le petit Prince s’en fut,
songeant à sa fleur »
IX ESCENA

7º Planeta: La Tierra

(Aparece El Principito en el desierto y la serpiente)

Narrador:El séptimo planeta fue, pues, la Tierra. “La septième planète fut donc la
Terre”

¡La Tierra no es un planeta cualquiera!

Para daros una idea de las dimensiones de la Tierra, os diré que antes del invento de
la electricidad, era preciso mantener un ejército de cuatrocientos sesenta y dos mil
quinientos faroleros. Visto desde lejos, hacía un efecto espléndido. Era grandioso.

Tan solo el farolero del único farol del Polo Norte, y su colega de” l’unique réverbère
du pôle Sud”, llevaban una vida de ociosidad e indolencia: trabajaban dos veces al
año.

Narrador: Ya en la tierra el principito se sorprendió de no ver a nadie, de pronto algo


se movió en la arena.

Principito: Buenas noches. BONSOIR

Serpiente: Buenas noches. BONSOIR

Principito: ¿En qué planeta he caído?

Serpiente: En la Tierra, en África. SUR LA TERRE

Principito: ¿Dónde están los hombres?

Serpiente: Esto es el desierto, en los desiertos no hay nadie.

Principito: ¿Dónde están los hombres? Se está un poco solo en el desierto.

Serpiente: También se está solo entre los hombres.

Principito: ¿Por qué hablas con enigmas?

Serpiente: porque los resuelvo todos.

Narrador: Y los dos se callaron pensativos.


ESCENA X

(Después de caminar mucho por el desierto El Principito se encuentra con una flor de
3 pétalos)

Narrador: El principito atravesó el desierto y no encontró nada más que una flor.

Principito: Buenos días. BONJOUR

Flor: Buenos días. BONJOUR

Principito: ¿Dónde están los hombres?

Flor: Los vi hace años, pero nunca se sabe dónde encontrarlos.

Principito: Adiós. AU REVOIR

Flor: Adiós. AU REVOIR


ESCENA XI

Narrador: El principito subió a una alta montaña, pero sólo vio rocas y saludó aunque
no había nadie.

Principito: Buenos días. BONJOUR

Eco: Buenos días… buenos días…buenos días… BONJOUR…BONJOUR…

Principito: ¿Quiénes sois?

Eco: Quiénes sois…quiénes sois…quiénes sois…

Principito: Sed mis amigos, estoy solo.

Eco: Estoy solo…estoy solo…estoy solo…

Principito: Qué planeta más extraño. Los hombres no tienen imaginación. Repiten lo
que se les dice.
ESCENA XII

(Sigue por un camino y se encuentra con un jardín de rosas)

Narrador: Pero sucedió que el principito, después de haber andado mucho tiempo
descubrió por fin un camino y se encontró con un jardín de rosas.

Principito: Buenos días. BONJOUR

Rosas: Buenos días. BONJOUR

Principito: ¿Quiénes sois?

Rosas: Somos rosas.

Principito: Mi rosa se sentiría muy humillada si viera que no es la única en el


universo… y yo que me creía rico con una flor única y sólo poseo una rosa normal.

Narrador: Y tendido en el suelo, lloró.


ESCENA XIII

(Aparece el zorro)

Narrador: En ese momento apareció el zorro.

Zorro: Buenos días. BONJOUR

Principito: Buenos días. ¿Quién eres? BONJOUR, QUI EST-TU?

Zorro: Soy un zorro. JE SUIS UN RENARD

Principito: Ven a jugar conmigo. Estoy muy triste.

Zorro: No puedo jugar contigo porque no estoy domesticado.

Principito: ¿Qué significa domesticar?

Zorro: Significa crear lazos.

Principito: ¿Crear lazos?

Zorro: Si, si me domesticas nos necesitaremos el uno al otro. Serás para mí único en
el mundo y yo seré único para ti. Mi vida será maravillosa por tener alguien a quien
amar y recordar.

Narrador: El zorro calló y miró al principito largo rato.

Zorro: ¡Por favor…si quieres un amigo, domestícame!

Principito: Como quieras, ¿qué hay qué hacer?

Zorro: Tener mucha paciencia.

Narrador: Así pues, el principito domesticó al zorro y cuando se acercó la hora de


marcharse:

Zorro: Ah, lloraré.

Principito: Yo no quería hacerte daño, pero quisiste que te domesticara…

Zorro: Vete a ver las rosas otra vez y comprenderás que la tuya es única en el mundo.
Volverás para decirme adiós y te regalaré un secreto.

Narrador: El principito se fue a ver las rosas otra vez.

Principito: Mi rosa se parece a vosotras, pero ella sola es más importante que todas
vosotras porque yo la regué, la cuidé y la escuché cuando estaba triste.

Narrador: Dirigiéndose de nuevo al zorro le dijo…

Principito: Adiós, pero ¿Cuál es el secreto?


Zorro: Adiós. Este es mi secreto: Sólo se ve bien con el corazón. Los hombres han
olvidado esta verdad, pero tú no debes olvidarla. Te haces responsable para siempre
de lo que has domesticado. AU REVOIR
ESCENA XIV

Narrador: Tumbado en la hierba habla con el guardagujas.

Principito: Buenos días. BONJOUR

Guardagujas: Buenos días. BONJOUR

Principito: ¿Qué haces aquí?

Guardagujas: Separo los viajeros, doy salida a la derecha, otros a la izquierda.

Principito: Llevan mucha prisa. ¿Qué buscan?

Guardagujas: No lo saben, no persiguen nada.

Principito: Sólo los niños saben lo que buscan. Juegan con sus muñecos y si se los
quitan lloran.

Guardagujas: Tienen suerte de saber lo que quieren.


ESCENA XV

Narrador: El principito siguió caminando y se encuentró con un vendedor de píldoras


para quitar la sed.

-Principito: « Buenos días » « bonjour »

-Vendedor: “Buenos días “ “ “

-P: ¿qué vendes?

-V: píldoras de agua, con ellas se ahorra tiempo, casi una hora a la semana.

-P: AHHH! ¿Y que se hace con ese tiempo?

-V: pues nada, lo que quieras…

-P: pues yo ese tiempo lo aprovecharía para ir a buscar agua a una fuente…”
ESCENA XVI

(Aparece en escena el piloto tumbado en la arena durmiendo y El Principito en medio


del desierto)

Narrador: Al amanecer, el piloto seguía durmiendo sobre la arena del desierto cuando
de repente se despertó al oír una extraña vocecita que le decía:)

Principito: - Por favor…dibújame un cordero.

Piloto: - ¿Qué? (le contestó muy sorprendido)

Principito: - Dibújame un cordero…

(El piloto se levanta totalmente sorprendido, abriendo mas los ojos como platos y
extrañado le dice casi tartamudeando:)

Piloto: - ¿Pero qué haces tú aquí?

Principito: (muy suavemente)- Por favor…dibújame un cordero.

Piloto: (saca un papel del bolsillo y un bolígrafo y dice:)

- Yo no sé dibujar.

Principito: - Es igual. Dibújame un cordero.

(El piloto dibuja la silueta de una boa con un elefante dentro y se lo enseña la
Principito)

Principito: - ¡No! ¡No! No quiero un elefante dentro de una boa. Una boa es muy
peligrosa y un elefante es mucho estorbo. Yo vivo en un sitio muy pequeño. Necesito
un cordero. Dibújame un cordero.

(El piloto hace un dibujo de un cordero y se lo enseña al Principito)

Principito: - ¡No! Ese está ya muy enfermo. Haz otro.

(Vuelve a hacer otro dibujo y se lo enseña)

Principito: - ¿No ves?...Ese no es un cordero, sino un carnero. Tiene cuernos.

(El piloto hace un tercer dibujo y se lo vuelve a enseñar)

Principito: - Ese ya es muy viejo. Quiero un cordero que viva mucho tiempo.

(El piloto ya algo enfadado porque quería arreglar el avión le garabatea una caja con
agujeros y se lo muestra)

Piloto: - Esta es la caja. El cordero que quieres está dentro.

Principito: - ¡Exacto! ¡Eso es lo que yo quería! ¿Crees que necesitará mucha hierba
este cordero?

Piloto: -¿Por qué?


Principito: - Porque yo vivo en un sitio muy pequeño.

Piloto: - Seguro que habrá bastante. Te he dado un cordero muy pequeño.

(El principito mirando por los agujeros de la caja del dibujo)

Principito: - No tan pequeño…¡Anda, si se ha quedado dormido!

- ¿Qué es esa cosa? (señalando al avión)

Piloto: - No es una cosa. Esto vuela. Es un avión. Es mi avión.

Principito: (sorprendido) - ¡Cómo! ¡Has caído del cielo!

Piloto: - Sí.

Principito: - ¡Ah! Esto sí que tiene gracia. (Riéndose mucho)

- ¡Así que tú también vienes del cielo. ¿De qué planeta eres?

Piloto: - ¿Es que tú vienes de otro planeta?

Principito: (mirando el avión) – La verdad es que con eso no puedes haber venido de
muy lejos.

(Y se quedó callado contemplando su dibujo de la caja)

Piloto: - ¿De dónde vienes, pequeño? ¿Dónde está ese “sitio” en que vives? ¿Adónde
quieres llevar mi cordero?

Principito: (tras una pausa) – Lo que me gusta de la caja que me diste es que, por la
noche, le servirá de casa.

Piloto: - Por supuesto. Y si eres bueno, te daré también una cuerda para atarlo
durante el día.

Principito: - ¿Atarlo? ¡Qué cosas tienes!

Piloto: - Es que, si no lo atas, se irá a cualquier parte y se perderá

Principito: (riendo a carcajadas) - ¿Pero adónde quieres que vaya?

Piloto: - A cualquier sitio. Todo recto.

Principito: - No importa. ¡Yo vivo en un sitio tan pequeño!... (Triste) – Todo recto no se
puede ir muy lejos.

Narrador: El piloto se quedó pensativo al oír que su planeta era tan pequeño.
Comprendió entonces que además de los planetas grandes que todos conocemos
como La Tierra, Mercurio, Marte, Júpiter, Saturno, Venus, Urano,… entre otros tantos
que tienen nombre, hay muchos asteroides muy pequeños y muy lejanos que solo se
pueden ver con grandes telescopios.
Cuando un astrónomo descubre uno le pone por nombre un número. Como puede ser
el asteroide B 612 que fue visto una sola vez en 1.909 por un astrónomo turco. Del
cual es muy probable que venga el Principito.

Principito: - Los corderos comen arbustos, ¿no es verdad?

Piloto: - Sí. Es verdad.

Principito: - ¡Ah! ¡Qué contento estoy! Por lo tanto, ¿también comerán baobabs?

Piloto: - ¿Qué son los baobabs?

Principito: - No son arbustos, son árboles muy muy grandes. Antes de crecer, los
baobabs empiezan por ser pequeños.

Piloto: - ¡Exacto! Pero, ¿por qué quieres que los corderos coman los baobabs
pequeños?

Principito: - ¡Pero bueno!, mi planeta está infectado de semillas invisibles de baobabs


y si no se recogen a tiempo, ya no es posible librarse jamás. Obstruye todo el planeta.
Lo perfora con sus raíces. Y como mi planeta es demasiado pequeño y los baobabs
demasiado grandes, lo hacen estallar.

- Es cuestión de disciplina. Cuando uno termina de asearse por la mañana, tiene


que asear cuidadosamente el planeta. Hay que arrancar con regularidad los
baobabs en cuanto se distinguen de los rosales, porque se parecen mucho de
pequeños. Es un trabajo fastidioso, pero fácil.

- Hay que enseñarle a todos los niños que, a veces no hay inconveniente en
aplazar el trabajo. Pero cuando se trata de baobabs, las hierbas malas,
siempre es una catástrofe.

(El cuarto día por la mañana)

PRINCIPITO -Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol…

PILOTO -Tendremos que esperar…

PRINCIPITO -¿Esperar qué?

PILOTO - Que el sol se ponga.

PRINCIPITO (Riendo) - Siempre me creo que estoy en mi casa..

PILOTO - Como todo el mundo sabe, cuando es mediodía en Estados Unidos, en


Francia se está poniendo el sol. En cambio, sobre tu pequeño planeta te basta
arrastrar la silla algunos pasos para presenciar el crepúsculo cada vez que lo
deseas…

PRINCIPITO- ¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces! …¿Sabes?... Cuando uno
está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol.
PILOTO-¿Estabas, pues, verdaderamente triste el día de las cuarenta y tres veces?

El principito no respondió.

PRINCIPITO - Si un cordero se come los arbustos, se comerá también las flores ¿no?

PILOTO - Un cordero se come todo lo que encuentra.

PRINCIPITO -¿Y también las flores que tienen espinas?

PILOTO - Sí; también las flores que tienen espinas.

PRINCIPITO - Entonces, ¿para qué le sirven las espinas?

PILOTO - (Está muy ocupado tratando de destornillar un perno demasiado apretado del
motor y no contesta)

PRINCIPITO -¿Para qué sirven las espinas? - Les épines, à quoi servent-elles ?

PILOTO - Las espinas no sirven para nada; son pura maldad de las flores.

PRINCIPITO - ¡Oh! (Y después de un silencio): ¡No te creo! Je ne te crois pas ! Las flores
son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus
espinas… ¿Tú crees que las flores…?

PILOTO-¡No!, !No! ¡Yo no creo nada! Te contesté cualquier cosa para que te calles.
Tengo que ocuparme de cosas serias.

PRINCIPITO(Lo miró estupefacto) -¡De cosas serias! ¡Hablas como las personas
mayores! ¡Lo confundes todo!…¡todo lo mezclas!…

(Estaba verdaderamente irritado; sacudía la cabeza, agitando al viento sus cabellos


dorados.)

PRINCIPITO - Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha
olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie. En toda su
vida no ha hecho más que sumas y restas. Y todo el día se lo pasa repitiendo como tú:
"¡Soy un hombre serio, soy un hombre serio!"… Al parecer esto lo llena de orgullo.
Pero no es un hombre, ¡es un hongo!

PILOTO -¿Un qué?

PRINCIPITO -¡¡Un hongo!! Un champignon !

(El principito estaba pálido de cólera.)

PRINCIPITO - Hace millones de años que las flores tiene espinas y hace también
millones de años que los corderos, a pesar de las espinas, se comen las flores. ¿Es
que no es cosa seria averiguar por qué las flores pierden el tiempo fabricando unas
espinas que no les sirven para nada? ¿Es que no es importante la guerra de los
corderos y las flores? ¿No es esto más serio e importante que las sumas de un señor
gordo y colorado? Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna
parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla
sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante?

Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar entre los millones y
millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Puede
decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come,
para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¿Y esto no es
importante? Et ce n'est pas important ça !

(No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos. La noche había caído.)

PILOTO - (Trata de consolarlo, lo toma en brazos y lo mece diciéndole:) "la flor


que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una
armadura para la flor…te…".

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-AVIADOR:” llevamos ya 8 días en el desierto, y el agua se ha terminado, sabes


Principito, tus historias son muy bonitas pero ahora no está el horno para bollos, el
avión está estropeado y encima sin agua!

P: no te desesperes, tengo un amigo, mi amigo el zorro que me decía…

A: ¡¿a mí que me importa lo que te decía tu amigo? ¿Me has oído? nos vamos a morir
de sed!!!!!!!!!!!

P: quizás, pero si me muero, seré feliz de haber tenido un amigo.

(Silencio, con cara de circunstancias)

P: Anda, vamos a buscar un pozo

A:¿En el desierto?!!!

P: ¿y porqué no? pourquoi pas?

(Silencio y empiezan a caminar. El principito se está durmiendo, el aviador lo coge)

A: sorpresa!!! Un pozo!!! SURPRISE!

P: Mira el pozo está preparado para que lo usemos. ( principito intenta sacar agua)

A: anda déjame hacerlo a mí.

P: tengo sed de esta agua, dame de beber.

(Beben agua)

P: ahora tienes que cumplir con tu promesa.

A: ¿Cuál? ¿Qué promesa? Quoi???

P: me tienes que hacer un bozal para mi cordero, para que no se coma la flor.

(El aviador dibuja un bozal, y el principito se ríe).


P: ahora tienes que irte a arreglar tu máquina y nos volveremos a ver mañana aquí, y
recuerda que quizás mañana me marche porque hace un año que caí muy cerca de
aquí y tengo que volver.

(El aviador se va) (El sol se pone, sale la luna, y vuelve a salir el sol)

P: sabes esta noche, mi estrella volverá aquí, a buscarme…

A: (muy apenado) no quiero que te marches, me gusta oír tu risa.

P: te voy hacer un regalo, por la noche cuando mires al cielo y veas las estrellas yo te
estaré viendo desde mi estrella y me reiré y así tú también te reirás. La gente se
creerá que estás loco y tú les dirás:” ¡si, las estrellas me hacen reír!”

A: no quiero que te marches (se pone muy triste).

P: sabes, tengo que marcharme, soy responsable de la flor, y ella solo tiene 4 espinas
para defenderse del mundo.

(Principito se marcha).

(PENSANDO EN VOZ ALTA)

A: Ya han pasado 6 años, desde que el principito se marchó, ¿Qué habrá pasado?
Seguro que el cordero se comió la flor (aviador se pone muy triste)

¡No! El principito siempre protegía la flor con un fanal de vidrio y vigila muy bien a su
cordero (el aviador se alegra)

(Dirigiéndose al público)

-Si algún día hacéis un viaje a África, esperad un ratito debajo de las estrellas y si
aparece un niño y se ríe, si tiene los cabellos de oro, ya sabéis quien es, ¡entonces
sed buenos conmigo! No me dejéis triste: escribidme en seguida: QUE ÈL HA
VUELTO…Il est revenu.

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