Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
hugomanuelbecerra1@gmail.com
La Soledad: un lugar entre Cerro de San Pedro y el barrio de Tlaxcalilla, San Luis Potosí.
(El surgimiento en el siglo XVII de ranchos familiares de indígenas, para habitación y
producción, en un punto estratégico del Valle de San Luis).
Alto y redondo -como pan de azúcar-2 parecido al cerro rico de Potosí en Bolivia pero no tan
alto,3 e
s el cerro de San Pedro en San Luis Potosí. Al sur de este cerro -tan cerca que con una piedra
se puede alcanzar- hay otro de la misma forma y altura, que fue bautizado como el cerro de Las
Ánimas. Todavía no se labra porque sus metales son más duros y los mineros no tienen recursos
económicos para invertir en el trabajo que implicaría sacarlos.4
Entre los dos cerros -a su derecha si vemos en primer plano el cerro de las Ánimas y en segundo el de
San Pedro- hay una quebrada toda poblada con más de 50 tiendas de mercaderes y más de 20
panaderías y otros tratantes que la habitan, engolosinados en la riqueza de los metales de los cerros.
Esta población se llama Real de minas de Cerro de San Pedro Potosí.
Un trabajador en el contexto de las minas llegaba a ganar a finales del siglo XVI,
desde medio real de plata 5 —la octava parte de un peso de oro común— al día, hasta seis
pesos de oro al mes ya en 1630.6 De otros trabajadores que se negaban a cobrar salario
porque les bastaba con el mineral que se les permitía sacar gratis de los cerros en costales
con tierra de las minas —proceso conocido como sacar mineral en pepenas y xiquipiles—,
no hay datos contables.
Pepenas de mineral y salario por servicios prestados en las minas, fueron las únicas
ganancias de los primeros trabajadores de los mineros alrededor del año 1600. Setenta
años después, en los ranchos familiares, las actividades se han diversificado y al trabajo de
subir y bajar entre Cerro de San Pedro y las haciendas mineras contiguas a los ranchos,
cargando con sus mulas agua, carbón y metales han añadido el de la ganadería de cabras,
la siembra de una milpa pequeña con maíz, frijol, calabaza, chile y magueyes y la
recolección de alimentos silvestres como las tunas.
La presencia de arrieros, muleros y carboneros en los ranchos, indica que la
movilidad que les permite su actividad económica fue clave para que indígenas de origen
mesoamericano hayan dado el paso de hacer vida familiar en ranchos independientes. Una
forma de vida como la de los Ranchos no podría desarrollarse en el poblado de Cerro de
San Pedro. La existencia de ranchos familiares es imposible para una zona en la que se ha
prohibido la estancia de persona alguna que no sea trabajador de los mineros. El control de
quién habita en San Pedro y cuales son las características que deben de tener queda claro
en esta orden de 1622:
“que a cada minero... no se admitiera ni uno más de los indios con que pudiera poblar y estos que
pudiesen trabajar… no fuesen mancos, sino que pudiesen acabar sus tequios… que no hubiera en el
real personas vagabundas sin oficio ni ocupación conocida, ni pudieran estar en cuadrillas de mineros,
arrimados a ningún mayordomo, aunque dijesen ser parientes de él o de los mineros”.7
Durante el siglo XVII son identificables cinco grupos de poblados en la región de Soledad:
1.- En el suroeste del territorio municipal de Soledad, haciendas mineras cercanas al Río
Santiago. “Hacienda de Ignacio Méndez”, “Hacienda de Juan Toribio” y la “Hacienda de
Leonor Bravo”. Ubicadas entre Tlaxcalilla y la actual cabecera municipal de Soledad. Los
trabajadores habitan al interior o alrededor de las haciendas.
2.- En el sur del municipio los poblados de “La Virgen” o “Nuestra señora de la Soledad”
(actual cabecera municipal de Soledad), “Santa María” y el “rancho de Pedro de Baena”,
siguiendo por el sur hacia la actual población de Los Gómez y la región de Pozos y La Pila
ya en el municipio de San Luis Potosí.
3.- Franja central poniente: “Jaralito”, zona de “Pozo de Luna”, “Rancho de Felipe Teniente
y “Rancho Nuevo”.
4.- Franja central oriente: “La Concha”, y las zonas de los poblados que en el siglo XVIII ya
aparecen con los nombres de “Laguna Seca”, “Santana” y “Palma de la Cruz”.
5.- Norte: “Tinaja” y “La Joya”.
La libertad de movimiento de los indios para ir a poblar en comarca de las minas es favorecida
por el mandamiento del virrey conde de Monterrey, de 25 de octubre de 1599 en el que dice haber sido
informado que algunos indios naturales de la provincia de Michoacán y otras partes que están en
servicio de vecinos españoles del pueblo y minas de San Luis Potosí, pretenden poblarse en aquella
comarca, y que sería de mucha importancia para la conservación de la paz de los indios chichimecas
de ella y para el avío y beneficio de aquellas minas. El virrey permite que todos los indios que
estuviesen en servicio de españoles, así en dichas minas como en otras cualquier partes, no siéndoles
deudores de cosa alguna, puedan poblarse en las partes y lugares de aquella comarca que quisieren,
sin que se les impida, antes manda al alcalde mayor de dichas minas y otras justicias, que para ello les
hagan dar el favor y ayuda que les pidieren y hubieren menester, y les favorezcan en todo lo demás
que pudieren para que se consigan los buenos efectos referidos, lo cual manda se pregone
públicamente en las partes que parezca convenir.12
Un lugar
Con una posible etimología en el latín sol —de ahí a solus— la palabra Soledad, puede
significar en este trabajo, además de la vírgen patronímica de los ranchos que se
establecieron al poniente de las minas de Cerro de San Pedro —cuando los nativos
guachichiles habían sido despojados de toda la región— el carácter y esencia de un paisaje
solitario.
Una luz solar intensa que en su recorrido diario abrillanta la bóveda celeste y el
campo, nos muestra con un grado mayor de transparencia y blancura este paisaje vacío de
gente. Esta otra soledad —esencialmente solar— se siente en el cuerpo y se percibe en el
olor a piel quemada, de los brazos y el dorso de las manos.
Como en otras partes del Valle de San Luis,13 los primeros pobladores de los
ranchos, formaron familias con integrantes provenientes de diversos grupos étnicos
mesoamericanos. Estos migrantes ya no necesitaron una comunidad indígena tradicional
para establecerse definitivamente, como sí la necesitaron, por ejemplo las comunidades de
tarascos de Villa de Pozos o de tlaxcaltecas en Mexquitic y Tlaxcalilla o de otomíes en
Santa María del Río para poblar permanentemente.14
A diferencia de lo que pudieron pensar algunos españoles, el hombre
mesoamericano no estaba solo. Su vida se llenaba de dioses, rituales de comunión,
hombres-dioses, gobernantes-dioses, y una vida en común con sus vecinos, al grado que la
mayoría de los sobrevivientes a la conquista prefirieron adaptar sus comunidades, al
modelo de vida colonial, antes que perderlas o perderse en las ciudades de los españoles.
La diferencia es clara con los indígenas de los ranchos de Soledad. En los ranchos
no hay territorio comunal ni una sola lengua materna. Tampoco encontramos gobernadores
indígenas, indios principales, cantores de misas, artesanos o cualquier otra muestra de
jerarquización alrededor de la iglesia que se da en comunidades indígenas de esa época.
Esto indica que los pobladores de Soledad, desaprendieron a vivir en comunidad, o que no
aprendieron esa forma de vida y que el pueblo de indios no era posibilidad ni necesidad
para ellos.
En el extremo opuesto a la situación de los ranchos, encontramos el barrio de
Tlaxcalilla que en 1681,15 tenía 367 habitantes sin contar niños. En sus casas como en las
de algunos rancheros16 se usa el baño de temazcal.17 Ellos a diferencia de los habitantes de
los ranchos conforman una comunidad indígena,18 que comparte un origen étnico, jurídico e
histórico.
Cuando españoles e indio-mestizos insultan a los que consideran indios los llaman
“perros, cabrones, borrachos, cornudos, incapaces, pendencieros, montoneros, asesinos,
salteadores”.19 En el caso del barrio de Tlaxcalilla los indios son peores porque a todo lo
anterior se suma el hecho de que no trabajan en las minas.
Tal privilegio —tramitado en 1591 por autoridades tlaxcaltecas y frailes franciscanos
y ahora regulado por el gobierno virreinal de México— ni siquiera se debe a la ayuda que
sus pasados prestaron al ejército de Hernán Cortés. Eso ha quedado borrado cien años
atrás.
Estos indios del barrio de Tlaxcalilla que todo lo hablan en náhuatl, no trabajan en
las minas porque no quieren y porque no se les puede llevar a la fuerza tan fácilmente pues
inmediatamente se quejan y un funcionario que lleva el título de Juez Protector de Indios,
argumenta por escrito que los indios tlaxcaltecas no deben ser molestados, que hay una ley
que dice que como fueron obligados a pasar de su natal Tlaxcala a poblar en San Luis en
1591 —para mesoamericanizar, es decir enseñar la vida sedentaria agrícola a indios
nómadas— se les deben respetar este tipo de derechos que en Nueva España —siguiendo
una costumbre mesoamericana— se preservaron para los indios aliados y los no
conquistados.
La Soledad
Queda para una futura investigación localizar documentos que hablen sobre cómo
se decidió la población de la región de Soledad. ¿Optaron los indígenas por la soledad de
la vida en los ranchos o fueron obligados por las circunstancias? Una historia que nos hable
sobre cuál es el margen de decisión que tenemos en nuestras vidas para enfrentar nuestra
soledad.
Notas
Carrillo Cázares, Alberto. Partidos y padrones del obispado de Michoacán, 1680-1685. E
1 l Colegio
de Michoacán. 1996.
No se refiere a una pan de harina sino a una especie de piloncillo ancho en la base y alargado hacia
2
la parte superior que resulta de verter la miel de las cañas en moldes cónicos.
El cerro Rico en Bolivia tiene aproximadamente 800 metros de altura a partir de la orilla del poblado
3
de Potosí. Antes de su destrucción por Minera San Xavier, el cerro de San Pedro tenía unos 300
metros de ascenso a partir del pueblo de San Pedro.
Esta descripción de las minas de Cerro de San Pedro se basa en la obra Compendio y descripción
4
de las Indias Occidentales del cronista Antonio Vázquez de Espinoza, que en 1612 visitó las minas
de Cerro de San Pedro.
Zavala, Silvio y Castelo, María. Fuentes para la historia del trabajo en la Nueva España. F
5 ondo de
Cultura Económica. México. 1980.
6 Ibidem.
Velázquez, Primo Feliciano . Historia de San Luis Potosí. Volumen I. El Colegio de San Luis.
7
México. 2004.
El barrio de Tlaxcalilla se encontraba separado del pueblo de San Luis Potosí por un kilómetro y
8
10 AMSLP 1681 (2). En el documento no se especifica qué lengua indìgena tradujo el intérprete.
11 Ya sea por medio de contratos de arrendamiento, vendidos, asalariados o no.
12 Zavala, Silvio. El servicio personal de los indios en la Nueva España. El Colegio de México. 1990.
Corbeil, Laurent. The Formation of a Plural Indio Society in Early San Luis Potosí, New Spain,
13
1591-1630. Tesis de Doctorado. Universidad de McGill. Montreal. 2014. Consultado en línea en
http://digitool.library.mcgill.ca/webclient/StreamGate?folder_id=0&dvs=1493744440667~450.
Los habitantes de Soledad, volverán a una vida comunitaria tradicional, hasta el siglo XVIII,
14
cuando sean Congregados como castigo por su participación en los tumultos de 1767.
Carrillo Cázares, Alberto. Partidos y padrones del obispado de Michoacán, 1680-1685. E
15 l Colegio
de Michoacán. 1996.
Rivera Villanueva, José Antonio. Documentos inéditos para el estudio de los tlaxcaltecas en San
17
Luis Potosí, siglos XVI-XVIII. Volumen 3. Colegio de Historia de Tlaxcala. 2009.
Rivera Villanueva, José Antonio. Documentos inéditos para el estudio de los tlaxcaltecas en San
19
Luis Potosí, siglos XVI-XVIII. Colegio de Historia de Tlaxcala. 2009.
Bibliografía
Carrillo Cázares, Alberto. Partidos y padrones del obispado de Michoacán, 1680-1685. E l Colegio de
Michoacán. 1996.
Corbeil, Laurent. The Formation of a Plural Indio Society in Early San Luis Potosí, New Spain,
1591-1630. Tesis de Doctorado. Universidad de McGill. Montreal. 2014. Consultado en línea en
http://digitool.library.mcgill.ca/webclient/StreamGate?folder_id=0&dvs=1493744440667~450.
Rivera Villanueva, José Antonio. Documentos inéditos para el estudio de los tlaxcaltecas en San Luis
Potosí, siglos XVI-XVIII, Volumen 3. Colegio de Historia de Tlaxcala. 2009.
Velázquez, Primo Feliciano. Historia de San Luis Potosí. Volumen I. El Colegio de San Luis. México.
2004.
Zavala, Silvio. El servicio personal de los indios en la Nueva España. E l Colegio de México. 1990.
Zavala, Silvio y Castelo, María. Fuentes para la historia del trabajo en la Nueva España. F ondo de
Cultura Económica. México. 1980.