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DE LAS
IENCIAS OCULTAS
MAGIA BLANCA
MAGIA NEGRA
por el
Rajah Jhacandala
EDITORIAL RUBIHOS
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MISTERIOS
DE LAS
CIENCIAS OCULTAS
MISTERIOS
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de las
CIENCIAS OCULTAS
por el
RAJAH SI-IACANDALA
adaptación al castellano
por
madrid
Preciados, 23
PRIMERA PARTE
CABALA TEÓBICA
La cabala y el ocultismo.
7 —
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la¬
10 —
*
* *
gia demoníaca.
A todos estos testimonios puede añadirse el
de Bossuet, que, en su Primer sermón sobre los
demonios, habla de los «efectos extraordinarios
—
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A su inmediato servicio,
signen en jerarquía:
Elsim y Gehovan con otros muchos espíritus
que tienen la misión de cumplir los mandatos
que reciben de Adonay, conforme a los desig¬
nios del Creador, porque de Dios reciben todo
su poder. A este
tenor, si se quiere llevar el
asunto a feliz término, nada debe hacerse
que
no sea bajo la
protección divina, porque si bien
a Dios están sometidos todos los seres de las
regiones supracelestes e infernales, con todo,
ningún espíritu celestial hará cosa que se opon¬
ga a la protección divina.
Por esto, quien quiera ser
mago o invocador
de estos espíritus celestes, debe ser
persona
buena, honrada, firme en su confianza en Dios
y amante de la sabiduría.
Estosprincipales espíritus celestes habitan
en el firmamento en astros visibles
y diferen¬
tes, que son siete, a saber: Aratión, Bethor, Pha-
leg, Och, Hageth, Ophiel y Phul, cada uno de los
cuales con atributos peculiares.
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Dhyan Cheans.
Estos cuatro arcángeles o «hijos de la luz»,,
son los cuatro cuadrantes del centro o rueda
del espacio, cuyo centro está en todas partes y
la circunferencia en ninguna;
porque como el
espacio carece de límites, el centro del mismo
debe estar todas partes, pues lo
en
constituye
allí donde la conciencia conocedora
permane¬
ce. De esteantiguo enunciado se aprovechó
Descartes para lanzar su famosa definición de
Dios, y que los tratados de Filosofía dan como
idea nueva y original.
A esta concepción del Sér divino se
liga e
misterio cristiano de la Trinidad, pues
aquello
que siempre es, es Uno. Aquello que siempre
era, es Uno. Aquello que está siempre siendo y
volviendo a ser, es también Uno; de modo
que
los tres son Uno, en vez de ser tres eternos.
Los cuatro
arcángeles guardan, como se ha
dicho, los cuatro ángulos de este Espacio eter¬
no y sin padre. La armonía de las esferas es
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es el satanista
que, como luego veremos, prac¬
tica las ceremonias goéticas del aquelarre, de
la
misa negra y de las diabólicas conjunciones,
sino que es un creyente que tiene al Diablo por
el gran protector de la Naturaleza y del libre
albedrío, e inspirador, por consiguiente, de toda
idea de emancipación y progreso. El moderno
luciferiano sostiene que de su proselitismo sal¬
drá el movimiento reparador de justicia que ha
de trastornar la sociedad, aniquilando las reli¬
trucciones:
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Aleluya, Aleluya.
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Virgen.
Viernes. —¡Oh, dulce nombre!, nombre que
conforta el corazón al hombre; nombre de vida,
de salvación, de alegría; nombre precioso, ra¬
diante, glorioso y agradable; nombre que con¬
forta al pecador; nombre que salva, guía, con¬
serva y gobierna a todo; que te plazca, pues,
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V
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dé.-N. N.
El diablo el pergamino firmado, lo
recoge
firma a su vezy guía al evocador al lugar don¬
de está el tesoro por la ruta que está indicada
en el triángulo de los pactos. En cuanto se eche
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El círculo
mágico.—Es la figura circular que
se traza el suelo inscribiendo un
en
triángulo,
un cuadrado o un signo cabalístico, todos los
cuales tienen por objeto resguardar al evocador
de los ataques de las
potencias malignas invo¬
cadas.
El circulo cabalístico
puede hacerse en una
habitación, preparada al efecto, revistiéndola
de una tela negra por paredes
y techo; pero el
sitio más adecuado será
siempre la cima de una
montaña a cuya falda
pase un río, y si esto no
pudiera ser, cualquier lugar ruinoso, próximo
también a un río, y donde se crucen dos cami¬
nos
que vayan en opuestas direcciones. Las
cuatro sendas representarán los cuatro
puntos
cardinales, en cualquiera de los cuales puede
hallarse en la hora de la invocación el
espíritu
con quien se
quiere tratar.
—
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gelio.
Los talismanes se colocarán debajo de los
candelabros que sostienen los cirios benditos,
y mejor aún bajo un grueso cirio hecho con
grasa humana, puesto en una media luna de
madera de avellano, colocada a modo de can-
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guarda.
La vara maravillosa se diferencia de la ante¬
rior en que es más larga, tallando a la cabeza
una cabeza de serpiente con los ojos abiertos,
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•p
ABRACADABRA
ABRACADABR
ABRACADAB
ABRACADA
ABRACAD
ABRACA
ABRAC
ABRA
A B R
AB
A
ABRACADABRA
ABRACADABR
ABRACADAB
ABRACADA
ABRACAD
ABRACA
ABRAC
ABRA
ABR
A B
A
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El Horóscopo y la Quiromancia.
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drina.
El ternaastrológico lo constituyen doce casas
o mansiones triangulares. Cada triángulo repre¬
senta una cara del Sol, y los cuatro triángulos
que tienen uno de sus lados en el cuadro del
centro se llaman «caras angulares». Sobre los
lados de cada triángulo se escribe la posición
de los planetas, y cada cara tiene un nombre
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La Quiromancia.
desacreditada.
La gran objeción contra el influjo de los as¬
tros, lo mismo en el horóscopo que en la quiro¬
mancia, consiste eii que no habiendo existido
los dioses del paganismo, mal pueden ejercer
su pretendida influencia. Además, el astro lla¬
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6.1 —
(Apocalipsis.)
La antigüedad en general y muy en especial
los pueblos de Oriente, creyeron que los astros
eran seres espirituales, inteligencias libres, o, al
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epígrafes siguientes:
—«¿Está permitido exorcisar a un individuo
que no presenta ningún signo evidente, sino
únicamente probabilidades de obsesión? ¿Es
útil preguntar al demonio cómo se llama?—
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patía o antipatía.
Hay hombres a cuyo lado experimentáis sa¬
tisfacción y bienestar; parece que irradian un
algo que os agrada y hechiza aun en contra de
vuestra voluntad. Otros, por el contrario, os
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querer.
Por este estilo los
lugareños timora¬
vemos a
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4c 4c
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La falta de asistencia al
Sábado hacía incu¬
rrir a los brujos en una multa. En
cambio, eran
recompensados los que más veces se presenta¬
ban criaturas robadas o
con
seducidas, para
consagrarlas al demonio o para sacrificarlas a
su honor. Si el
brujo prometía acudir a la re¬
unión acompañado de
determinado niño, tenía
el ineludible deber de
presentarlo, y si no, su
propio hijo, falta de éste,
y a un niño de noble
cuna, claro está que robado.
Si el niño presentado era
del gusto del de¬
monio, en vez de sacrificarlo, lo reservaban
para iniciarle en los terribles secretos de la
bru¬
jería. En el acto se le nombraban
padrinos y se
le desbautizaba, haciéndole renegar de Dios, de
la Virgen, de los santos y luego recibir el bau¬
tismo brujeril.
La criatura así
recibida, era entregada al pa¬
drino y a la madrina,
para que le instruyan en
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❖
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negra.
Y porque todo esto significa esta última, la
vemos sobrevivir la brujería y
a
repetirse en
reuniones secretas por afiliados que siguen
manteniendo la protesta contra el orden moral
existente, y, por tanto, el culto del satanismo,
que es la
suprema rebelión.
La misa satánica continúa celebrándose en
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un cerco de
pelos figurados con unas cerdas
pegadas sobre el pubis de la escultura.
El gran escritor Huysmans describe el cuadro
de una de estas misas en una de sus novelas,,
siendo de notar que el cura Docre que saca a
escena fué realmente un cura
muy conocido en
París.
La famosa descripción de la Misa negra, de
Huysmans, dice asi:
«... Entró el cura Docre
precedido de dos ni¬
ños de coro, cubierto con un
gorro escarlata,
sobre el cual salían dos cuernos confecciona¬
dos con roja tela.
»Durtal se fijó en él en tanto que
avanzaba
hacia el altar... Se inclinóceremoniosamente,
subió las gradas y comenzó la misa.
>Durtal entonces pudo ver que el sacerdote
estaba desnudo, llevando sólo sobre las carnes
las vestiduras del sacrificio... La casulla tenía la
forma corriente de todas; pero su color era un
rojo obscuro de sangre coagulada, y en el cen¬
tro, inscripto en un triángulo que rodeaba la
vegetación de los cólchicos, la sabina, las man¬
zanas de ciprés
los euforbios, veíase repre¬
y
sentado un macho cabrío negro que,
vuelto de
frente, presentaba los cuernos.
»E1 cura Docre hacía las genuflexiones, las
inclinaciones medianas y más profundas que-
detalla el ritual.
»Los niños de coro, puestos de rodillas, for-
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El libre
pensamiento no admite el milagro;
pero no hay qne ser fanático para admitir que
hay algo en la historia de la Humanidad que
llama la atención hacia lo alto. El campo donde
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sean
aprensivas o apetitivas, son actos de cier¬
tas partes corporales, mudados los cuales es
necesario que estas mismas potencias estén ac¬
cidentalmente mudadas. Por lo mismo que la
mutación de los cuerpos inferiores está someti¬
da al movimiento del cielo, por lo
mismo las
operaciones de las potencias sensitivas están
sometidas al mismo movimiento, aunque por
114 —
Sobre el destino.
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es
las cosas móviles. Como
posible, nada debemos
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Sobre la adivinación.
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La luz astral
es como un éter
imponderable
que, emanando de los astros,
envuelve la tierra
y penetra cada una de las moléculas de
los áto¬
mos del Universo.
Como obedece a las
leyes de
atracción y de repulsión,
convirtiéndose unas
veces en positiva y otras en negativa, por lo que
vibra de un lado a otro, eso determina un mo¬
vimiento circular.
Cósmicamente hablando, es el primer móvil
o agente de los movimientos celestes,
y causa
además de la vida de las
plantas y de la circu¬
lación de la sangre en los animales.
La luz astral hállase
suspendida sobre la tie¬
rra a manera de pantalla o reflector
enorme en
el que se
registran y quedan impresos todos los
actos humanos;
algo asi como el Libro del Jui¬
cio final del
Angel del Apocalipsis. Esas pintu¬
rasde todas las acciones
buenas y malas, come¬
tidas por todas las generaciones
pasadas y por
las actuales
vivientes, nos impresionan constan¬
temente cada vez que entramos en la oleada de
su acción giratoria.
Posee también esta luz otra notable
cualidad.
Como conserva las
pinturas de todos los suce¬
sos y cosas pasadas, proyecta continuamente
los inventos ideas de todas las
e
civilizaciones,
a manera de cintas
cinematográficas, en el ce¬
rebro de los hombres. Esto da
la clave de mu¬
chos hechos curiosos en la historia de los des¬
cubrimientos e
invenciones, como cuando ocu¬
rre que dos inventores o sabios coinciden en el
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Es la eterna cuestión
de una
inteligencia ma¬
yor o menor en las operaciones del
mundo. La
Teosofía, ciencia al cabo, intenta la resolución
de los grandes
problemas genésicos y cosmogó¬
nicos, inventando hipótesis que opone a los an¬
tiguos dogmas.
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III
Espiritualismo y Espiritismo.
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to movimiento a mi
mano y la mosca está co¬
gida...»
Según Leibnitz, Dios ha arreglado las cosas
de suerte que cada alma humana tiene un
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das y matadores.
Al través de todas estas
opiniones se ve que
la teoría de la supervivencia ha
preocupado
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torio.
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dad de su
periespíritu en armonía con el flúido
de la tierra.
Cada
espíritu está afecto a un planeta, y en
agrupaciones o colectividades graduadas, según
su adelanto moral,
siendo regla general que los
de orden más elevado penetran en el
pensa¬
miento de los del inmediato inferior. Las almas
que se conocieron en la tierra pueden volver a
verse en los espacios, por medio del periespíri¬
tu y la voluntad del yo pensante, siendo de ad¬
vertir que los espíritus en el espacio no tienen
sexo, pierden todos los sentidos corporales y
únicamente conservan la facultad de
oir, lo
mismo que en la vida terrenal.
(Sin embargo,
en las sesiones
espiritistas, los espíritus escri¬
ben, tocan instrumentos de música y hablan,
todo lo cual no se
compagina con lo anterior.)
El verdadero lenguaje de los
espíritus es el
pensamiento, que se transmite por el flúido uni¬
versal al través de no importa
qué distancia;
viene a ser, por
consiguiente, corno el telégrafo
sin hilos, invención del
gran Marconi.
El pensamiento, así transmitido irradia al me¬
dio ambiente, constituido
por todas las atmós¬
feras y organismos planetarios;
si son homogé¬
neos y afines, se
compenetra con ellas y se es¬
tablece la comunicación; si son
heterogéneos, se
producen efectos contrarios y negativos; si no
son ni lo uno ni lo
otro, ni homogéneos ni he¬
terogéneos, no sucede nada; así se explican las
simpatías, las antipatías y las indiferencias.
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Resurrección y reencarnación.
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La Teosofía la que
es profesa en un todo la
doctrina de la reencarnación, que, como vamos
a ver, fué importada de la
India, donde es lla¬
mada la ley del Karma.
La doctrina oriental, referente al
premio y al
castigo, es muydiferente del sistema teológico
aceptado los países cristianos; porque mien¬
en
tras los budhistas fijan el
lugar del castigo y de
la recompensa en la
tierra, el Cristianismo lo
coloca en un más allá.
La doctrina es difícil de comprender, pero
probaremos a dar una explicación de ella, si¬
guiendo a uno de sus expositores, el teósofo
yanqui Yudge.
Cuando muere un emite, por decirlo así,
ser,
una masa de
energía, que constituirá la nueva
personalidad, en cuanto se haya reencarnado;,
es decir, que a la muerte de ese hombre nada
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mensa
concepción unitaria de cuanto existe,
punto de partida de los más asombrosos des¬
cubrimientos científicos y de las más sublimes
disquisiciones de la mente humana.
Bajo el velo de símbolos y maneras de decir,
más o menos
transparentes, todas refunden lo
físico y lo metafísico, lo real y lo mental, lo ma¬
terial y lo dinámico, y constituyen, ora credos
religiosos, ora nuevos problemas de ciencias
iniciativas, pero con las prudentes reservas que
impone el estado de los conocimientos posi¬
tivos.
V
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constitutivos de la entidad
psíquica. Entonces,
y sólo entonces, tendremos la razón de esas
alteraciones, al propio tiempo que la interpre¬
tación de los misterios de la
sugestibilidad.
Desgraciadamente, en este punto, la investi¬
gación psicológica deja mucho que desear, por¬
que, comohizo notar el docto
profesor de la
Universidad de Harvard, W. James —«La Psi¬
cología está aún en la misma situación en que
estaba la Química antes de
Lavoisier, y la Físi¬
ca antes de Newton»—. Sin
embargo, los esfuer¬
zos hechos por la psicología
experimental en
estos últimos años han traído una
nueva y po¬
tente luz que desvanece casi
por completo las
sombras del misterio, haciendo nacer la
ma
legíti¬
esperanza de una teoría psíquica segura y
completa. Tal es la modernísima
hipótesis de la
Sub conciencia y
Exteriorización, cuya hipóte¬
sis descansa en las relaciones entre
un fenóme¬
no perfectamente comprobado, la exterioriza¬
ción psíquica,
y otro de igual manera compro¬
bado, la existencia de una actividad, llamada
sub conciencia, porque está fuera de la esfera de
la voluntad y de la conciencia
normal.
La investigación psicológica experimental ha
comprobado la existencia de un snbstratum de
substancia flúidica que sirve de vehículo a la
fuerza, sensibilidad e inteligencia subconscien¬
tes. Esta substancia
homogénea, inaccesible
es
a los sentidos
normales, imponderable, suscep¬
tible de ser proyectada fuera del organismo
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muy variables.
Si la voluntad subconsciente es débil o se
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Hipnotismo y Persuasión.
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ronse
enciclopedistas, y entre ellos sobresalie¬
ron Diderot
y D'Alembert, secundados por los
éxitos de Helvetius, para quien la moral es
sólo un cálculo de interés,
y por la inmensa po¬
pularidad de Voltaire.
Estos y otros sistemas
—pues no pretendere¬
mos dar
aquí un curso de Filosofía— han sido
modificados, arreglados y atenuados por cada
uno de los que los aceptan, esto
y es lo que
queda que hacer a los hombres: teorizar y nada
más que teorizar. Las nuevas conquistas del
Ocultismo (Magismo, Espiritismo, Hipnotismo,
etc.), son vicios descubrimientos, tamizados al
través de las Ciencias experimentales
y de la
Filosofía. Así como los estudios sobre la Astro-
logia judiciaria ensancharon la esfera de cono¬
cimientos de la Astronomía y los errores de la
Alquimia engendraron la Química, y la Quiro¬
mancia y Fisiogonía
prepararon el terreno a la
Antropometría, así los enunciados de espiritua¬
listas y materialistas han dado
margen al exote-
rismo, cuya revista hemos intentado.
Comoquiera que sea, al Ocultismo pueden
aplicarse aquellas palabras de Lamennais en su
Estudio sobre la indiferencia en materia de Re¬
ligión:
«La Religión, aunque
siempre una y siempre
la misma, ha cambiado de
expresión y pasado
por tres revelaciones sucesivas: no ha sido re¬
162 —
FIN
ÍNDICE
Páginas.
PRIMERA PARTE
CÁBALA TEÓRICA
I.—La cábála y
el ocultismo 5
II.—La Teurgia
Magia blanca
o 12
III.—La Goetia o magia negra 19
IV. -Evocación de Espíritus celestes 25
Las siete oraciones del «Enchiridión» 24
V.—Evocación de espíritus infernales 54
VI.—Signos emblemas cabalísticos
y 40
VII. —
Invocaciones, evocaciones y conjuros 50
VIH.—El Horóscopo y la Quiromancia 57
IX.—Las larvas del ocultismo: el embrujamiento
y los exorcismos; la fascinación; el male¬
ficio 68
X. —El Sábado y la Misa negra 81
SEGUNDA PARTE
SIMBOLISMO OCULTISTA