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Universidad Central del Ecuador

Escuela de Sociología
Octavo Semestre Sociología
Sociología Urbana
Frederick Taylor
Alexander Tipantocta
Con el surgimiento de nuevas máquinas y nuevos procesos productivos, la Revolución
Industrial, siglo XIV-XX, da un nuevo sentido a lo que se entendía como trabajo hasta
ese momento, se aprecia la división del trabajo, la especialización y el enajenamiento
del sujeto en el proceso productivo. Los países industrializados daban evidencia de
aquel cambio, se apreciaba las grandes extensiones de fabriles y la presencia de un
Estado Burocrático (Carro, 1-2: 2012).

En este contexto Taylor, se interesa por la “complejidad inherente al proceso productivo


que caracterizaba a las empresas de fines de siglo XIX, principios de siglo XX” (Carro,
1: 2012).

Taylor fue un ingeniero norteamericano, perteneció a una familia acomodada y estudio


Derecho, pero debido a problemas en la vista se vio en la situación de trabajar en unas
de las muchas empresas siderúrgicas, posteriormente se establece en la Midvale Steel
Work como jornalero, con el transcurso va ascendiendo en los diferentes cargos1. Su
trabajo en esta empresa le permite conocer el mundo laboral y su interés por “analizar el
trabajo, descomponiéndolo en tareas simples, cronometrarlas y exigir a los trabajadores
la realización de las tareas necesarias en el tiempo que se hubiera fijado como estándar”
(Carro, 5: 2012).

Taylor se orienta como positivista, de manera empírica y bajo la modalidad de hechos


verificados bajo el esquema de la experiencia, resalta la administración científica para
un progreso económico (Carro, 5: 2012). Este sistema se caracteriza por “buscar el
aumento de la producción y de la productividad, […] eliminar la flojera sistemática
mediante la organización científica del trabajo” (Barba, 22: 2010). Para ello Taylor
propone un departamento de diseño que se encargara de planear y organizar el trabajo,
en base a una “centralización de inspectores bajo el mando de un inspector general, […]
otorgándoles la función de alejar los productos defectuosos del alcance de los
consumidores (Barba, 22: 2010).

Taylor propone cuatro principios para la administración científica del trabajo, selección
científica de los trabajadores; análisis científico del trabajo; cooperación estrecha entre
los planificadores del trabajo y los trabajadores y, finalmente, igual responsabilidad
entre administración y trabajadores. (Barba, 26: 2010). Para Barba, estos principios van
más allá, lo que le interesa es el oficio.

Barba (2010), califica al taylorismo como un paradigma, que pretende superar el oficio
porque lo considera un obstáculo para la producción en masa, primero porque

1
https://es.wikipedia.org/wiki/Frederick_Winslow_Taylor

1
representa una resistencia a la intensificación del trabajo, dado que ha monopolizado el
conocimiento del proceso productivo y en segundo lugar el obrero puede controlar el
tiempo de producción al poseer tal conocimiento de producción (Barba, 26: 2010).

Si, damos cuenta el concepto de ser humano que maneja Taylor:

“es la de un hombre común, perezoso, inhábil, codicioso y brutal que tiende a hacer las
cosas por comodidad, a simular que trabaja y hacer las tareas con lentitud, capaz de mejorar
bajo el cambio de las condiciones del ambiente […] también afirma que existen hombres
extraordinarios naturalmente dotados de energía, vitalidad y ambición, capaces de
establecer sus propias normas y leyes que trabajar fuerte aun contra sus intereses ”.

Taylor da cuenta de la magnitud del comportamiento de los hombres en el campo


laboral, por ello, en su pensamiento se visualiza la prosperidad, no solo en lo económico
sino en las relaciones para fomentar un equilibrio entre los obreros y los patrones, debe
existir una “orientación hacia la excelencia empresarial” (Carro, 9: 2012). Con ello
Taylor propone que la administración, debe ensenar al obrero cada día, dar cuenta de
sus limitaciones y de los trabajos que puede realizar según sus habilidades y
limitaciones, si ocurre que un trabajador a pesar de que se le enseña no aprende
determinada actividad, la administración tendrá la potestad de hacer lo adecuado con
aquel obrero (Carro, 10-13: 2012).

Las ideas de Taylor, no solo se implementaron en su país de origen, Estados Unidos,


también, hubo intentos en la extinta Unión Soviética y en Japón, este último resulta el
ejemplo de mayor alcance en materia exterior, Japón vivió relativamente en un
asilamiento y cuando finalmente salió, su producción sobresalió en lo bélico, sus otros
productos fueron generando una mala reputación referente a su calidad, la
administración científica de Taylor, se adoptó no solo a un contexto totalmente nuevo
también, ayudo con una eficiencia industrial y el taylorismo coexistió con las políticas
benefactoras
de los empleadores paternalistas (Barba, 23-24: 2010).

Para concluir, el trabajo de Taylor, se inserta bajo la sombra de no haber inventado nada
nuevo, “sino sintetizar y presentar como ideas razonablemente coherentes las que abrían
germinado y alcanzado fuerza en Gran Bretaña y estados Unidos a lo largo del siglo
XIX” (Braverman en Barba, 28: 2010). Pero sus ideas lograron influir sustantivamente
en la organización de intereses de la ascendiente clase capitalista y su apertura para las
posiciones modernistas.

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