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La carta aconseja a un joven cineasta que se aleje de las normas y convenciones, que observe el mundo desde una perspectiva amplia y sin prejuicios, y que use su libertad para inventar formas nuevas de hacer cine más allá de lo visual. También le aconseja no buscar maestros sino aprender por sí mismo experimentando y avanzando libremente sin limitaciones comerciales.
La carta aconseja a un joven cineasta que se aleje de las normas y convenciones, que observe el mundo desde una perspectiva amplia y sin prejuicios, y que use su libertad para inventar formas nuevas de hacer cine más allá de lo visual. También le aconseja no buscar maestros sino aprender por sí mismo experimentando y avanzando libremente sin limitaciones comerciales.
La carta aconseja a un joven cineasta que se aleje de las normas y convenciones, que observe el mundo desde una perspectiva amplia y sin prejuicios, y que use su libertad para inventar formas nuevas de hacer cine más allá de lo visual. También le aconseja no buscar maestros sino aprender por sí mismo experimentando y avanzando libremente sin limitaciones comerciales.
Apropiaos de toda forma de fuera de campo, esquivad la norma, poneos al
margen, observad el mundo, no para estar dentro de él, liberaos del corsé de vuestros prejuicios, pero sobrevolando con un gran angular sin hacer un zoom. Tomad la libertad de inventar, para inventar la libertad. Afilad vuestra pluma, injertadla en el ojo de una cámara, una oreja que no sea más que un edificio sin pabellones visibles. Tomad esta pluma, escribid, trazad con imágenes sonoras aquello que podrías vanamente filmar en palabras visuales, seductoras y falaces. haced, rehaced el cine más allá del cine” No busquéis más maestros que vosotros mismo, no busquéis maestros para filmar, que no serán más que profesores de ballet que sólo quieren enseñaros a bailar bien un film. Haced vuestro camino caminando paso a paso, masticando amargas y tiernas piedras. avanzad libre de toda disciplina mercantilista