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RECURSOS:
TEXTOS LEGALES:
JURISPRUDENCIA:
"Que, primero, cabe resaltar que en el recurso no se ha controvertido que, tal como lo
sostiene la sentencia impugnada en su motivo 14°, la acreditación de la malicia del actuar
del contribuyente en este procedimiento sancionatorio es carga formal del Servicio de
Impuestos Internos.
Sentado lo anterior, y sin que sea necesario detenerse a discernir si las máximas de la
experiencia y de la lógica que el recurrente esgrime como reglas de la sana crítica, son
tales, basta advertir que para que su infracción conlleve la invalidación del fallo se requiere,
además, que esa infracción tenga influencia sustancial en lo dispositivo del fallo. En el caso
de las reglas de la sana crítica, y dada la carga de la prueba que recae en el Servicio en este
procedimiento como ya se mencionó, ello supone que cada una de las máximas de la
experiencia o reglas de la lógica supuestamente quebrantadas -o al menos una de ellas-, de
ser aplicada correctamente, necesaria y perentoriamente "debe" -y no sólo puede- llevar a
los sentenciadores a concluir el actuar malicioso del contribuyente denunciado, situación
que no se presenta en el caso sub judice, como se demostrará a continuación..." (Corte
Suprema, considerando 3º).
"Acordada con el voto en contra de los Ministros Sres. Juica y Dahm, quienes
estuvieron por acoger el recurso interpuesto e invalidar la sentencia impugnada, dictando la
de reemplazo que confirme el Acta Denuncia, dado que el conjunto de circunstancias
asentadas en el fallo que precedieron y sirvieron de contexto a la contabilización de las
once facturas falsas, esto es, que mediante ellas supuestamente se pagaron importantes
sumas de dinero, de manera reiterada, sin exigir a cambio los comprobantes correlativos,
por un contribuyente que contó con asistencia de un contador, y efectuando la
contabilización en los últimos reglones del mes en el registro respectivo, permiten calificar
dicha contabilización como una maniobra realizada maliciosamente por el contribuyente
denunciado ... tendiente a aumentar el verdadero monto de los créditos o imputaciones que
tenía derecho a hacer valer como contribuyente de IVA, en relación con las cantidades que
debía pagar y, por ende, subsumida en la infracción del artículo 97 N° 4, inciso 2°, del
Código Tributario." (Corte Suprema, voto en contra de los Ministros Sres. Juica y Dahm,
considerando único).
MINISTROS:
Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros Sr. Milton Juica A., Sra.
María Eugenia Sandoval G., Sres. Lamberto Cisternas R., Jorge Dahm O., y el Abogado
Integrante Sr. Arturo Prado P.
TEXTOS COMPLETOS:
VISTOS:
Regístrese y devuélvase.
Rol N° 34-2014.-
Vistos:
Apelada esta resolución por el Servicio de Impuestos Internos, una sala de la Corte de
Apelaciones de La Serena la confirmó por sentencia de dieciocho de junio de dos mil
quince.
Contra esta última decisión, el Servicio dedujo recurso de casación en el fondo, el que
se ordenó traer en relación por decreto de fs. 328.
Y considerando:
Primero: Que en el recurso aludido se denuncia la infracción del inciso segundo del N°
4 del artículo 97 del Código Tributario, en relación con el inciso catorce del artículo 132
del mismo texto legal.
En relación al artículo 132, inciso 14°, del Código Tributario, expresa que en el fallo se
han infringido las reglas de la sana crítica y también la consideración de la multiplicidad,
gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas.
Lo anterior, afirma el recurso, no resulta creíble y pugna contra las reglas del correcto
entendimiento humano. No puede ser que se paguen semejantes sumas de dinero, en
efectivo, a una persona desconocida, empleado de un prestador de servicios también
desconocido. Asimismo, no resulta creíble que se contrate un servicio que implique
semejante costo sin conocer al prestador del mismo. Es inverosímil que no exista, más allá
de los requisitos que establece el artículo 23 N° 5 de la Ley de Impuestos a las Ventas y
Servicios para acreditar el pago, un recibo, correo electrónico, una guía de despacho, por el
cual se hayan respaldado los pagos, teniendo en consideración que se entregaba una alta
suma de dinero efectivo a una persona distinta del proveedor y que supuestamente se
contrataban los servicios de transporte de carga del mineral. Por otro lado, se trata del
servicio de transporte de carga, pero no hay constancia alguna acerca de la existencia de
una guía de despacho.
Por otro lado, afirma el arbitrio que los sentenciadores, siguiendo la tesis de defensa del
denunciado, razonan que las facturas materialmente falsas eran de difícil detección, pero si
hubieran considerado la máxima de la experiencia que se denuncia soslayada habrían
concluido que el denunciado sabía que las facturas eran materialmente falsas, siendo para él
un valor agregado el hecho que hayan estado bien confeccionadas, por cuanto si se hubiera
tratado de una falsificación material burda, probablemente no las habría adquirido, ya que
la idea precisamente de una falsificación material es que sean copias idénticas.
b) Por otro lado, como los emisores de las facturas declararon haber efectuado
operaciones con terceros, una inspección personal a un "lugar", no puede dar cuenta de la
efectividad de dichas operaciones, ya que es un hecho inamovible de la causa que las
facturas registradas por el denunciado habían sido emitidas a terceros.
En otras palabras, la inspección personal del Tribunal en el mejor de los casos podría
ser suficiente para acreditar que se realizaron trabajos en la mina, pero jamás que por esos
trabajos se emitieron las facturas materialmente falsas del caso de marras.
Así las cosas, continúa el razonamiento 17°, para tener por configurada la infracción
descrita en el artículo 97 N° 4, inciso 2°, del Código Tributario y la responsabilidad del
denunciado, sólo falta determinar si su conducta ha sido dolosa, esto es, si maliciosamente
efectuó las maniobras antes descritas, tendientes a aumentar el verdadero monto de los
créditos o imputaciones que tenía derecho a hacer valer en relación con las cantidades que
debía pagar.
En el motivo 19° expresa el fallo que la falsedad material que se ha acreditado respecto
de las facturas cuestionadas no es evidente como lo ha planteado el órgano fiscalizador
denunciante sino que a esta conclusión sólo se llegó después de hacer una auditoría y el
denominado cruce de información por funcionarios fiscalizadores del Servicio. Incluso
admite el Servicio que a la época de las operaciones, al realizar la consulta a la página web
del Servicio, las facturas que se cuestionan en la denuncia figuraban autorizadas y sin
anotaciones los respectivos emisores. Así también, revisada la impresión del cuño o timbre
que consta en dichas facturas, se observa que éste es similar al de los timbres auténticos del
Servicio de Impuestos Internos y, por lo tanto, aplicando las reglas de máximas de
experiencia, de no mediar alguna prueba técnica o gestión adicional para verificar su
autenticidad, difícilmente un contribuyente receptor de tales documentos podría percatarse
que son materialmente falsos.
Lo mismo cabe señalar respecto de los giros, domicilios, fechas de emisión y las
imprentas que se consignan en las facturas, ya que tales circunstancia tampoco son burdas o
de simple detección para un contribuyente receptor de las mismas, requiriendo para
determinar su falsedad, necesariamente, la realización de alguna gestión adicional.
Agrega el fallo en el considerando 23° que, sin perjuicio de que el Servicio debía
demostrar los elementos del delito que denunció, lo que no se logró en cuanto a la malicia
que la norma exige, en autos prestó declaración don Wilson Ramos Ramos, padre del
denunciado y encargado del tema tributario y financiero de los movimientos de la
explotación minera, quien dio cuenta de la actividad y de cada una de las operaciones que
se detallan en las facturas impugnadas, así también indica que el fiscalizador no creía que
las facturas cuestionadas correspondían a trabajos reales, por lo que invitó al fiscalizador a
la mina, pero no concurrió y que finalmente aceptó el giro por las presuntas facturas falsas
para evitar una liquidación y cualquier problema en tribunales, por lo que pagó una
cantidad en efectivo y otra se encuentra pagando en virtud de un convenio con Tesorería.
Coherente con lo anterior es la declaración de don Wilson Ramos Santa María, quien
confirmó lo señalado en cuanto a que el encargado del tema tributario es su padre, y
respecto de las operaciones, la mayoría no las recuerda, indicando que éstas se iban
pagando en la medida que iban avanzando los trabajos. Respondiendo a una pregunta sobre
la supuesta entrega de estas facturas por parte de Agustín Iturra y Nelson Godoy, indica que
fue su padre quien con el objeto de ayudar a la investigación, consultó en Ovalle,
entregándole esos antecedentes al fiscalizador.
Tercero: Que, primero, cabe resaltar que en el recurso no se ha controvertido que, tal
como lo sostiene la sentencia impugnada en su motivo 14°, la acreditación de la malicia del
actuar del contribuyente en este procedimiento sancionatorio es carga formal del Servicio
de Impuestos Internos.
Sentado lo anterior, y sin que sea necesario detenerse a discernir si las máximas de la
experiencia y de la lógica que el recurrente esgrime como reglas de la sana crítica, son
tales, basta advertir que para que su infracción conlleve la invalidación del fallo se requiere,
además, que esa infracción tenga influencia sustancial en lo dispositivo del fallo. En el caso
de las reglas de la sana crítica, y dada la carga de la prueba que recae en el Servicio en este
procedimiento como ya se mencionó, ello supone que cada una de las máximas de la
experiencia o reglas de la lógica supuestamente quebrantadas -o al menos una de ellas-, de
ser aplicada correctamente, necesaria y perentoriamente "debe" -y no sólo puede- llevar a
los sentenciadores a concluir el actuar malicioso del contribuyente denunciado, situación
que no se presenta en el caso sub judice, como se demostrará a continuación.
Es así como el recurrente plantea que, "a su juicio" -reconociendo que su aserto es
corolario de una apreciación personal y no el resultado ineludible de aplicar una máxima de
la experiencia-, de la forma en que se sucedieron los hechos, "resulta más verosímil" que el
denunciado haya sabido o no tenía menos que saber, que las facturas entregadas por los
choferes eran falsas, es decir, admite que la versión que plantea el Servicio sólo es "más
posible o más probable" que la que defiende el contribuyente, y no excluyente de la misma,
debiendo tal disyuntiva en definitiva ser zanjada soberanamente por los jueces de las
instancias como resultado del escrutinio y valoración de todo el cúmulo probatorio
recepcionado en el juicio.
Y visto además, lo dispuesto en los artículos 145 del Código Tributario, 767, 774, y 805
del Código de Procedimiento Civil, SE RECHAZA el recurso de casación en el fondo
deducido en lo principal de fs. 309 por el Servicio de Impuestos Internos, en contra de la
sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de La Serena con fecha dieciocho de junio de
dos mil quince, escrita de fs. 308.
Acordada con el voto en contra de los Ministros Sres. Juica y Dahm, quienes estuvieron
por acoger el recurso interpuesto e invalidar la sentencia impugnada, dictando la de
reemplazo que confirme el Acta Denuncia, dado que el conjunto de circunstancias
asentadas en el fallo que precedieron y sirvieron de contexto a la contabilización de las
once facturas falsas, esto es, que mediante ellas supuestamente se pagaron importantes
sumas de dinero, de manera reiterada, sin exigir a cambio los comprobantes correlativos,
por un contribuyente que contó con asistencia de un contador, y efectuando la
contabilización en los últimos reglones del mes en el registro respectivo, permiten calificar
dicha contabilización como una maniobra realizada maliciosamente por el contribuyente
denunciado Ramos Santa María tendiente a aumentar el verdadero monto de los créditos o
imputaciones que tenía derecho a hacer valer como contribuyente de IVA, en relación con
las cantidades que debía pagar y, por ende, subsumida en la infracción del artículo 97 N° 4,
inciso 2°, del Código Tributario.
Rol N° 10.241-2015.-
Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros Sr. Milton Juica A., Sra.
María Eugenia Sandoval G., Sres. Lamberto Cisternas R., Jorge Dahm O., y el Abogado
Integrante Sr. Arturo Prado P.