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Santo Tomás de Aquino y su importancia para la iglesia de hoy

Sucediendo su nacimiento entre los años 1224 y 1225, Tomás de Aquino es


uno de los doctores de la iglesia católica que más influencia ha tenido a lo largo de
la historia, tanto en la iglesia misma y su doctrina, como en otras áreas del
pensamiento y tradiciones filosóficas. Aun cuando ya hayan pasado muchos años
(más de 700) desde su vida, su legado se hace presente hoy pese a que vivió en
una sociedad distinta a la nuestra, momento en el cual Europa estaba en su proceso
de construcción y el ambiente eclesial era harto distinto al actual, con
preocupaciones también distintas a las nuestras. Esto permite ver como su
pensamiento tiene enormes alcances que logran superar el paso de los años y los
cambios de la humanidad misma.
Fraile dominico de la edad media, se dedica a la enseñanza tanto universitaria
como religiosa, compone obras de suma importancia para el conocimiento religioso
y la vida moral de quienes practiquen la religión cristiana, defiende la fe de las
herejías del momento y alcanza gran fama en su entorno religioso. Pese a esto,
nunca se desvía de los ideales de su orden y se mantiene con comportamiento
humilde, siempre dispuesto a enseñar y corregir con paz y docilidad. Tomás de
Aquino resulta ejemplar tanto en vida como en obra, pues hay una concordancia
entre lo que enseña y lo que práctica. Su devoción al Sacramento del Altar, a la
pasión de Cristo y a los misterios religiosos de la Virgen María es una característica
siempre presente en su vida y en su letra. Diligente en su quehacer y de trato
agradable y sencillo, cuentan sus biógrafos que toda conversación con Tomás
siempre dejaba una enseñanza.
El estudio de su obra es siempre recomendado para el crecimiento de la fe,
independientemente de si se quiere un conocimiento teológico profundo y
especializado o si solo se quiere aclarar el camino ante una duda, la lectura de los
textos del Doctor Angélico será de gran aporte para la fe y la razón. Pontífices como
León XIII y Benedicto XVI fueron eufóricos al momento de sugerir su lectura y
escudriñar su enseñanza, que es inspirada en el texto bíblico, el fruto del trabajo de
los padres de la iglesia y la filosofía de Aristóteles de Estagira, quién Tomás de
Aquino llamaba en sus textos, con admiración y respeto, como El Filósofo.
Con su enseñanza presente y este nuevo conocimiento acerca de la vida de
Tomás de Aquino y el mundo en el que vivió, es preciso replantearse la pregunta
inicial que dio arranque a las anteriores sesiones: ¿Cuál es la relación que existe
entre la religión (católica) y la historia? Además, se puede agregar: ¿Cómo se ha
ido forjando esta relación y cuál es su pertinencia para la vida cristiana? Todo
conocimiento pasado, sobre todo el que corresponde a la religión que se practique,
debe hacernos, además de mejores fieles, mejores personas, continuando y
mejorando lo bueno que se dio en tiempos pretéritos, así como también evitando
repetir las faltas observadas.
Obras consultadas:
Agustí, D. (2006). Los cátaros: el desafío de los humildes. Madrid: Alcalá.
Eco, Umberto. (2015). La Edad Media, I. Bárbaros, cristianos y musulmanes.
México: Fondo de Cultura Económica.
León XIII. (1879). Carta encíclica Aeternis Patris. Roma.
Palacios Bonifacio. (1996). Los dominicos y las órdenes mendicantes en el siglo
XIII. En VI Semana de estudios medievales. (29-41). Nájera: Instituto de Estudios
Riojanos.

Ramírez, Santiago. (1975). Introducción a Tomás de Aquino. Madrid: Biblioteca


de autores cristianos.

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