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I. Activo
1. Responda con lo que sabe, con sus palabras ¿Qué es la salud mental?
II. Conozco
Aquel es un acontecimiento.
Esto no quiere decir que en una columna de opinión solo tiene que haber
opinión: al contrario, un poco de hechos y datos objetivos solo hará que sus
argumentos sean más convincentes.
¿Cómo podemos encontrar hechos en columnas de opinión?
A través de encuestas, estadísticas, declaraciones de instituciones, documentos
históricos, fotografías.
III. Aplico
Adictos Online
En los últimos años, clínicas y centros especializados han empezado a tratar un nuevo
trastorno: la adicción a las redes sociales y a los juegos en línea. Los tratamientos implican
pasar por la desconexión total o parcial, enfrentar los síntomas de abstinencia y, en
ocasiones, que las personas sean hospitalizadas. "Sábado" conoció casos, habló con
padres desesperados y encontró respuestas entre los especialistas.
Hace dos años, Pamela se empezó a preocupar por su hijo Sergio, en ese entonces de 12
años. La primera alerta, dice, fue cuando la llamaron del colegio a su trabajo para decirle
que él se había arrancado para jugar Pokémon GO.
Poco antes, ella y su marido le habían dado por primera vez a su hijo un smartphone . La
idea era poder comunicarse con él y que pudiera entrar al grupo de WhatsApp del curso.
Pamela cuenta que, desde chico, a Sergio le gustaba jugar PlayStation y pasaba horas en
YouTube. Pero nunca fue algo como esto.
-El argumento era que hoy todos los niños están pegados al teléfono y siempre están
peleando para jugar -dice Pamela, cuyo nombre y el de su hijo fueron cambiados para este
reportaje, a pedido de ella.
Pero las alertas fueron aumentando. Un día, recuerda, alguien tocó el timbre de su casa a las
ocho de la mañana. Era su hijo. Sin entender nada, ella le preguntó alterada dónde había
estado, pensando en que le podía haber pasado algo.
-Después de un rato de conversar, me confesó que había salido a las seis de la mañana a
buscar pokemones por las calles.
Cuando Sergio no salía a la calle a jugar, estaba en el computador jugando Steam, una
plataforma y comunidad online con varias opciones de videojuegos. Pamela se dio cuenta
de que en las noches él esperaba que ellos se durmieran para poder jugar libremente.
-En el día no se interesaba en el colegio, estaba con el teléfono siempre en la mano y
apenas salía, se pasaba el día jugando Pokémon GO. Se había convertido en un jugador
experto.
De vez en cuando, relata ella, Sergio le empezó a pedir la tarjeta de crédito. Le decía que
era para comprar un poder especial para sus pokemones o un personaje muy buscado y
exclusivo. Gastaba 3 mil o 5 mil pesos. Pero, al poco tiempo, mientras Pamela revisaba su
estado de cuenta, descubrió que su hijo había tomado la tarjeta sin su permiso y gastado
más de 200 dólares.
A pesar de las conversaciones y castigos -en los que le requisaba su celular-, Sergio volvía
a usar la tarjeta a escondidas.
Pamela dice que esto no ocurrió una o dos veces. Fueron ocho veces. Finalmente,
desesperada, bloqueó el plástico para las compras internacionales. A esas alturas, el
psiquiatra que veía a su hijo le había confirmado el diagnóstico: adicción a los videojuegos.
-Jugaba apenas llegaba del colegio a su casa. Empezó a tener malas notas y poco a poco sus
jornadas de juego se fueron alargando, hasta pasar la noche completa jugando -relata
Maturana. Al día siguiente no rendía en el colegio y solía quedarse dormido. Fue perdiendo
el apetito y en las noches no quería comer.
Según el especialista, sus padres decidieron consultar con él cuando se dieron cuenta de que
ya no tenían control sobre su hijo, quien por culpa del juego había dejado de ir al colegio y
ellos no lograban motivarlo para no desertar.
Maturana dice que decidieron hospitalizarlo por tener una conducta adictiva imposible de
tratar ambulatoriamente. Internado, siguió un tratamiento de shock : la desconexión total
del computador y el teléfono.
-Tiene que ser así, pero en un ambiente protegido, donde se contengan todas las conductas
de abstinencia. Porque eso va a aparecer. Este joven sentía ansiedad, angustia, emociones
negativas como rabia, pero lo más importante era el tema de la ansiedad, con palpitaciones
y sudoración -dice Maturana.
El psiquiatra de la Red Salud UC Christus, Juan José Trebilcock, explica que las adicciones
tecnológicas agrupan varios fenómenos. Desde las redes sociales, el uso mismo de internet,
el celular, la pornografía en línea y también los juegos en línea. Dice que, en general, los
procesos adictivos más frecuentes se dan por juegos online masivos, como LOL o Fortnite,
donde los usuarios escogen un avatar y tienen ciertas características o cumplen roles donde
van creando una vida virtual. En palabras del doctor Trebilcock, estas conductas adictivas a
la tecnología corresponderían a las adicciones conductuales; es decir, sin sustancias, y aún
están siendo investigadas.
-Para ser rigurosos, los únicos trastornos de este tipo reconocidos por los manuales de
diagnóstico psiquiátrico son la ludopatía y el trastorno por uso de videojuegos y juegos en
línea -dice Trebilcock. Y asegura que en los últimos años han aumentado las consultas por
conductas adictivas a las nuevas tecnologías.
-La adicción conductual tiene los mismos síntomas que la adicción a la cocaína, por
ejemplo. Desarrolla tolerancia en el paciente, luego viene el síndrome de abstinencia y la
búsqueda compulsiva del celular o cualquier medio para conectarse a un juego o plataforma
social -dice Granda. Y explica que uno de cada cuatro nuevos adictos que llegan hoy a los
centros de tratamiento de adicciones es por una conducta adictiva relacionada con internet.
Granda agrega que algunos estudios determinan que la prevalencia del juego patológico en
adultos es del 1 a 2 por ciento, mientras que en adolescentes se sitúa entre el 3 y 8 por
ciento.
-Obviamente, esa actividad online les acomoda y empiezan a gastar mucho tiempo en eso
-dice Maturana.
Pamela, la mamá de Sergio, está de acuerdo. Cuenta que su hijo no tiene muchos
amigos en el colegio. Está en primero medio y sus compañeros suelen molestarlo
porque solo habla de los juegos y por su manera de ser, porque es más infantil. Por
eso cree que Sergio prefiere quedarse en la casa jugando en vez de salir.
-Hay días en que puede estar todo el día jugando, sin parar hasta las dos de la madrugada.
Dice que el año pasado tuvieron una fiesta de graduación de octavo, a la que asistieron los
alumnos y apoderados.
-Sergio no tenía muchas ganas de ir. Después de la comida empezó el baile, pero él prefirió
quedarse en la mesa. Y cuando los compañeros se tomaron fotos en grupo, él no quiso
participar.
Pamela le preguntó por qué y él le contestó que probablemente iba a salir mal y se reirían
de él. Durante toda la fiesta, agrega, Sergio estuvo constantemente con su teléfono en la
mano.
-Su vida es eso. Ahí, en los juegos, es feliz. En lo demás, él siente que no es exitoso, por
eso nosotros no se lo hemos cortado, porque si no, lo matas.
Andrés (su nombre se cambió también para este reportaje) tenía 25 años cuando llegó a la
consulta del psicólogo Pablo Curivil, quien hoy es parte del equipo de la Unidad de
Adicciones de la Clínica Las Condes. Llegó porque empezó a tomar conciencia de que
estaba pasando muchas horas en redes sociales, como WhatsApp, Instagram o Facebook.
Al día podía estar hasta nueve horas conectado, y la situación estaba afectando su
desempeño como estudiante de Derecho: había reprobado tres ramos y, además, estaba en
causal de eliminación.
-Él fue generando una conducta de abstinencia frente a los momentos en que no estaba en
las redes sociales: sentía angustia, ansiedad y se le oprimía el pecho, sentía agitación.
Después fue generando tolerancia, en el sentido de ir buscando cada vez estar más horas
conectado, para poder estar vinculado y satisfacer esa ansia de ser validado y, entre
comillas, poder disfrutar socialmente. La idea de reunirse en persona lo angustiaba por sus
experiencias anteriores -dice Curivil.
En la Clínica Las Condes, explica el psicólogo, hace casi cinco años realizan tratamientos
para adictos a las nuevas tecnologías. En la mayoría de los casos hay algún diagnóstico de
base: trastorno de ansiedad, rasgos de impulsividad, depresión, adicción previa o, en
paralelo, trastornos alimentarios.
En el caso de Andrés, él no tenía control de sus impulsos y sufría crisis de pánico. Lo
mismo Sergio, el adicto a Pokémon GO: él está diagnosticado con déficit atencional,
impulsividad y epilepsia. Y el joven hospitalizado por su adicción a LOL tenía un
cuadro ansioso en la línea anímica depresiva.
Por eso, explica Curivil, para el tratamiento de Andrés primero hicieron una terapia para
sus crisis de pánico y para aprender a manejar la ansiedad.
-Si eliminan radicalmente las redes, puedes generar crisis de abstinencia importantes,
crisis de angustia, desajustes a nivel conductual y el paciente puede ponerse agresivo.
Es mejor que el tratamiento sea progresivo -dice Curivil.
Cristián Jara, psiquiatra del Centro de Adolescencia de la Clínica Alemana, dice que hoy la
red social que está generando la necesidad de estar conectado permanentemente es
Instagram, especialmente entre adolescentes y veinteañeros. Los niños están sumergidos en
otra red social, llamada Tik Tok, una plataforma de selfies y videos.
Explica que en algunos casos ha sido necesario eliminar las cuentas de los pacientes, pero
no ha sido fácil.
-La abstinencia de Instagram les provoca la sensación de no saber qué está pasando
con ellos. Tiene que ver con la identidad y la necesidad de que el resto vea dónde
están. Algunos piensan que sin Instagram ya no son la misma persona que antes, o les
preocupa que el resto crea que se murió, que ya no existe. La identidad virtual es
súper potente -dice Jara.
Álvaro Jeria, psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes y del centro de adicciones
Neveria, agrega que el tratamiento siempre debe ser multidisciplinario. Las medidas que se
tomen, como la hospitalización o la restricción total o progresiva de la tecnología, van a
depender de cada paciente.
Jeria cuenta el caso de un estudiante de Ingeniería que llegó hace un tiempo a su consulta.
Era adicto a un videojuego en línea. Se decidió hospitalizarlo solo de día y se le restringió
totalmente el juego. Y más tarde, como parte del tratamiento, se le asignó un chaperón que
lo acompañara mientras estaba retomando la universidad. En este caso, el rol de chaperón
lo cumplió el hermano del paciente.
-¿Te imaginas llegar a tu lugar de trabajo o de estudios con un chaperón? En Chile, uno de
los grandes problemas que tenemos es la ignorancia respecto de la salud mental y el
tremendo estigma y discriminación que sufren las personas que están enfrentando
algún problema de este tipo. En el mundo público se necesitan más recursos, y en el
privado es impresentable que las isapres no den cobertura a la salud mental. Tiene que ver
con la discriminación estructural de dejar fuera un grupo de enfermedades -reclama Jeria.
-Hemos mejorado la situación. Se enoja, pero ya no es una cosa tan explosiva. Lo acepta.
Siento que está más maduro, está avanzando -dice.
Pamela dejó su trabajo en parte para dedicarse a su hijo, porque se dio cuenta de que la
necesitaba. Ella está encargada de controlar los horarios de él, que idealmente deben ser dos
horas al día de tecnología. Pero a veces, dice, se sobrepasa.
2- ¿En qué momento, de acuerdo a los especialistas, una conducta adictiva comienza a
ser patológica? ¿Por qué será esto?
¿Por qué crees que algunos niños desarrollan una adicción fuerte a un videojuego o redes
sociales mientras que otros pueden controlar esta situación? Argumente utilizando datos
del reportaje leído (o datos de textos leídos con anterioridad) .