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EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN DISPUTA

El Tribunal Constitucional ante la disolución del Congreso

El gran tema polémico que actualmente está en boca de todo el pueblo peruano es,
precisamente, la disolución del Congreso, las eventuales demandas sobre el adelanto de
elecciones, decisiones que se deberán de ser tomadas con mucha capacidad por el Tribunal
Constitucional (T.C.).

Desde el pasado 30 de Septiembre del presente año, importantes políticos peruanos como
la excandidata presidencial Keiko Fujimori, y magistrados ligados a la trama de corrupción
del sistema de justicia contaron con el apoyo de la mayoria opositora del Congreso,
formada por Fuerza Popular y el Partido Aprista.

A partir de la disolución del Congreso dado por el presidente de la república Martín


Vizcarra, los enfrentamientos políticos y la protección de los investigados por corrupción
ha pasado, en mayor medida a manos del Tribunal Constitucional [ CITATION Fow19 \l 10250
]

Debido a la decisión tomada por el presidente de la república, el Tribunal Constitucional


ha anunciado que el 29 de Octubre de 2019 decidirá si admite a trámite la petición del
presidente de la Comisión Permanente del Legislativo, Pedro Olaechea, para que se evalúe
si el jefe de Estado actuó de acuerdo con la Constitución cuando cerró el Congreso y
convocó a elecciones legislativas.

El presidente Vizcarra disolvió el Congreso el 30 de septiembre aplicando el Artículo 134


de la Constitución, que le da la facultad de cerrarlo y convocar a elecciones parlamentarias
si el Legislativo niega su confianza —vota en contra de iniciativas legislativas que el
Gobierno marca como prioritarias— a dos consejos de ministros.

Es la primera vez que un presidente cierra el Congreso basándose en este artículo. De


acuerdo a la CARTA MAGNA, tras la disolución del Poder Legislativo, subsiste la
Comisión Permanente del Congreso, que tiene la función de recibir los decretos de
urgencia que emite el Ejecutivo y en el futuro dar cuenta de ellos a los nuevos congresistas
que asumirán el cargo en unos meses.

Debido al rechazo del pleno del Constitucional de debatir si se incluía un nuevo


magistrado, es por lo cual el presidente Vizcarra cierra el Congreso.
La mayoría parlamentaria prefirió elegir a nuevos magistrados que iban a sustituir a
quienes tienen un periodo vencido, y en votación fue elegido como reemplazante a
Gonzalo Ortiz de Zevallos Olaechea, primo de Olaechea.

Su nombramiento era determinante para la oposición, ya que hubieran conseguido que la


mayoría de los jueces del Tribunal Constitucional representaran los intereses de
fujimoristas, apristas y de los investigados por la corrupción en el sistema de justicia, pero
cinco de siete miembros del Tribunal Constitucional se opusieron a que jure su cargo hasta
que no concluya el procedimiento parlamentario correspondiente.

El trasfondo de la corrupción

“Este Congreso que tuvo una mayoría abrumadora del fujimorismo en cierta forma podría
entenderse como una mafia de mafias, no fue solamente el congresista que buscaba hacer o
mantener su negocio o emprendimientos corruptos individuales o de grupo, ahora tenemos,
la representación vinculada a actividades ilegales”, explica Samuel Rotta, director
ejecutivo de Proética, el capítulo peruano de Transparencia Internacional.

La lucha de la oposición por hacerse con el Constitucional es para Rotta otro episodio de la
búsqueda de impunidad “que ha sido muy fuerte en el último año”, precisa. “Desde que
estalló Lava Jato —las revelaciones de entrega de sobornos de Odebrecht a políticos en
América Latina—, hemos visto la pantomima que fue la comisión investigadora de Lava
Jato en el Congreso, los ataques a los fiscales que estaban investigando: son un montón de
acciones que apuntan a mantener la impunidad y el sabotaje de las reformas judicial y
política.”, añade Rotta.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Fowks, J. (18 de Octubre de 2019). EL PAÍS. Obtenido de EL PAÍS:


https://elpais.com/internacional/2019/10/18/america/1571359065_204094.html

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