boletín

Número 23

El hijo único

Por: Mtra. Berenice Juárez

“Educar a un niño es como sostener en la mano una pastilla

de jabon, si aprietas mucho sale disparada, si la sujetas con
indecisión se te escurre entre los dedos; una presion suave,
pero firme la mantiene sujeta.”
 Hoy en día existen muchas parejas que desean tener un solo
hijo. Los motivos pueden ser diversos, entre ellos, podemos
encontrar la condición económica o bien la profesional. La
primera, se debe a que en la actualidad muchas parejas se
ven en la necesidad de trabajar ambos como una forma de
solventar los gastos de la economía familiar, ya que de no ser
así sería más complicado mantener dos o más hijos porque
el ingreso no es suficiente.

La segunda el factor profesional, tiene que ver con el

desarrollo individual de los miembros de la pareja, en
donde su crecimiento es importante para ambos o para
uno en particular, y puede ser trascendente si es del lado
de la mujer. En relación a este último se puede observar
que actualmente la mujer se ha abierto camino y ha
logrado crecer en diversas áreas que le permiten seguir
creciendo profesionalmente y combinar su profesión con
las actividades de ama de casa, dejando de lado la idea de
que la mujer sólo está para atender al marido, a los hijos y al
hogar. En algunos casos, algunas parejas toman conciencia
de lo que desean a futuro y del estilo de vida que desean
ofrecer a su futuro hijo (a), sin dejar sus carreras de lado.

Por lo antes mencionado, es Ahora bien es muy cierto que el hijo

importante considerar, que si han
tomado la decisión (como pareja), de
tener sólo un hijo, es necesario tener
muy clara la trascendencia de dicha
decisión, porque de no ser así, podrían
desarrollar sentimientos de culpa por
no darle un hermanito a su hijo, o por
creer que éste, pueda sentirse triste
y solo en el futuro. Cuanto más clara
sea esta decisión y la idea de cómo
se le pretende educar, así como las
razones que le darán del porque no
tiene hermanos, generarán mayor
tranquilidad y seguridad en el niño (a).
Evitando así que se aproveche de esta
situación para manipular a los padres,
porque percibe como ceden ante sus
exigencias y deseos.
La culpa puede generar diversas
sensaciones como temor, miedo,
ansiedad, etc. que impidan una
relación sana entre la pareja y el niño.
único, llega a ser el centro de atención
de los padres y a veces de la propia
familia, por ello es importante no pasar
por alto los siguientes puntos:
• No descuidar la relación de pareja por
poner demasiada atención al niño.
• Permitirles que desarrollen su
creatividad en su tiempo libre,
proporcionándoles materiales
que despierten su imaginación y
creatividad (como cajas de cartón,
plastilina, pinturas, etc.)
• No ceder siempre ante sus
caprichos en el momento que
el niño desee algo, es decir, no
ser exageradamente permisivo,
ni exageradamente exigente o
estricto. Lo anterior ayuda al niño
a fortalecer su personalidad y
a comprender que las cosas no
siempre van a ser como él quiere y
cuando quiere.

Como padres deben permitir que el
niño tome sus propias decisiones en
algunas situaciones o temas acorde
a su edad, lo cual le ayudara a tener
mayor confianza en sí mismo y a ser
más independiente. Esto se verá
reflejado en la edad adulta. Alabarlos
en exceso puede volverlos muy
engreídos, caprichosos y demandantes
al grado de no respetar los intereses de
los otros.
Es indispensable que los padres
establezcan reglas, límites, y una
disciplina en base a su edad, para
fomentar el sentido de compromiso y
responsabilidad y evitar que se vuelva
dependiente e inseguro.
Es importante enseñarle que debe
de respetar y tomar en cuenta los
sentimientos y necesidades de los demás,
de igual forma que tenga la capacidad de
hacer que respeten los de él.
Los efectos de la sobreprotección
En el transcurso de nuestras vidas
hemos conocido algunas parejas
que sobreprotegen mucho a sus
hijos, factor que se da con mayor
frecuencia del lado de la madre, la
cual convive más tiempo con el niño
en comparación con el padre, sin
descartar que hay padres que por no
dedicar suficiente tiempo a sus hijos
les complacen en todo, para cubrir el
aspecto sentimental.
Otras conductas de sobreprotección
que se dan comúnmente, es el no dejar
que el niño salga de casa sin estar
completamente abrigado, no permitirle
jugar con tierra, lavar y desinfectar
todos los objetos con los que esté
en contacto, llevarlo frecuentemente
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al doctor, llenarlo de complementos
alimenticios sin prescripción médica,
etc. Estas actitudes lejos de traer un
beneficio para el niño, lo vuelven
vulnerable e indefenso impidiéndole
desarrollar defensas para cualquier
tipo de enfermedad o infección y una
adaptación al medio.
La sobreprotección hace del niño un
ser dependiente, poco resistente a las
adversidades y temeroso de la vida.
Suelen tener problemas para
jugar, respetar las reglas y trabajar
en grupo, se mueven más por
sus impulsos que por convicción,
toleran poco la frustración, buscan
satisfacciones inmediatas y por
consecuencia presentan una baja
autoestima.
De lo anterior podemos decir que
el ser sobre protector con un hijo
lleva implícito mensajes como: ¡Tu no
puedes!, ¡Eres incapaz!, No confio en
tus habilidades y cualidades.
Por eso es necesario considerar los
puntos anteriores, para estimular un
sano desarrollo en el niño y prepararlo
para enfrentar el mundo por sí mismo,
enseñándole a generar recursos y
habilidades con las cuales le pueda
hacer frente a la vida.
Autoestima en el hijo único
La construcción de la autoestima tiene
lugar desde los primeros años de vida y
esta relacionada con factores como las
relaciones familiares, el juego con los
amigos, el grado de autoestima de los
padres y la propia personalidad.
En la crianza del hijo único, el afecto y
la dedicación que le proporcionen los
padres enriquecerán el mundo interno
del niño, esto le ayudará a tener una
imagen positiva de sí mismo . Por
el contrario, un niño que no se le ha
proporcionado el amor necesario y la
comprensión durante su aprendizaje,
se convertirá en un niño con un
amor propio frágil y desconfiado de
sí mismo. A este niño le cuesta más
trabajo recuperarse de sus fracasos,
tiende a percibirse como una persona
desagradable que no logra hacer
nada bien, tiene dificultad para tomar
decisiones y llega a ser más vulnerable
ante situaciones adversas.
Un niño con baja autoestima puede llegar
a ser agresivo, inseguro o inclusive tímido.
Para fortalecer la autoestima del hijo único,
es necesario que los padres los estimulen
para que se esfuercen y logren conseguir
sus metas, enseñándolos a enfrentar
problemas y asumir responsabilidades.
Recordemos que en el trascurso del
aprendizaje todos aprendemos por
“ensayo y error”. Sin embargo, es
importante recordar que no hay que
halagar demasiado al niño por todo lo que
hace, ya que los padres podrían caer en
* Las opiniones contenidas en este artículo son responsabilidad del autor.
halagos permanentes e injustificados, con
el deseo de que su hijo sea perfecto.
Los padres deben aprender a escuchar al
niño y tomar en cuenta sus opiniones, sin
involucrarlo en problemas o decisiones
de mayores, porque muchos padres
comenten el error de tratar a sus hijos
como mayores de edad, y esperan
comportamientos de adultos ante
situaciones que el niño todavía no logra
comprender, por ejemplo, la mamá de
Pedrito ha peleado con su esposo, y
ella se acerca a Pedrito para preguntarle
¿quien ha tenido la culpa del pleito?, esta
actitud puede generarle al niño ansiedad
e inseguridad, por tratar de resolver un
problema en el cual él no esperaba verse
involucrado. ¡Así que papás! no olviden
que su hijo es un niño y se debe esperar
conductas y opiniones de acuerdo a su rol
de hijo y según su edad.
Finalmente hay que recordar que los
padres de hijos únicos, pueden fortalecer
la autoestima tratándolos con amabilidad
y respeto, y al mismo tiempo ayudarles
a valorar sus logros y los de los demás,
ser constantes en las metas que desean
alcanzar, respetar las ideas de los otros y
darle sus dosis de frustración.

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