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Primera edición, mayo de 1978.
Segunda edición marzo de 1988

Diseñó y dirigió la edición

IGNACIO ROMEROV ARGAS E YTURBIDE,


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Doctor en Derecho.

Derechos reservados conforme a la Ley


Prohibida su reproducción total o parcial
Copyright by
"Romerovargas Editor, S.A."
México, D. F.

Printed and made in México.


Impreso y hecho en México.

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~ ~
1 9 8 8.

El Autor. señor Doctor en Derecho, don Ignacio Romero·


vargas lturbide, insigne historiador poblano, defensor
de los Pueblos de Anáhuac.

....
INDICE

Advertencia General .................................... . 13 LOS GOBIERNOS SOCIALISTAS DE ANAHUAC


Orgauización Política Anahuaca ......................... . 19
Organizaciones Territoriales: El Calpulli Rural ........... . 23
Las personas del Calpulli ............................... . 25 Estudio basado en las fuentes histórica..~
Régimen de bienes del Calpulli .......................... . 29
1 El Calpulli Urbano ..................................... . 33 !
La Región o Icniuyotl de Calpontin. Amistad de Calpullis .. . 35 11 1'1

Los Tecuyotl, el Señorío ................................. . 37 por


El Estado Independiente. Hueytlatocayotl ................ . 39
La Federación de Estados ............................... . 51
Instituciones y Jerarquías del Estado ..................... . 53
La Jerarquía tradicional o primitiva ..................... . 57
IGNACIO ROMEROVARGAS E YTURBIDE
La Educación, fündamento de las jerarquías políticas
de Anáhuac ........................................ . 59
Los Calmécac. Hilera de Casas .. , ........................ . G3
Los Telpochcalli. Casa de Jóvenes ....................... . 67
Doctor en Derecho, en Filosofía, Ciencias Sociales, Teología
La Escuela Superior: El Cuicacalli La Casa del Canto ..... . 71
Métodos fundamentales de enseñanza .................... . 75 e Historia.
Organización religiosa ................................... . 81 Director del Instituto de Investigaciones de lci Cultura de
Gremios industriales .................................... . 87
La Sociedad de Tetecuhtin, Señores ...................... . 89 Anáhuac.
La Jerarquía o Poder Administrativo ......... ; .......... . 91
Catedrático de Historia en la Facultad de Altos Estudios de la
Tequíyotl. Los Servicios Públicos ........................ . 97
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Miembro de
Tetlazontequilica, Los Tribunales ........................ . 99
la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Presidente de la
La Jerarquía Ejecutiva del Tlatoani ..................... . 105
Academia de Derecho de Anáhuac en la Asociación de Abogados
El Gobierno Femenino de Anáhuac ....................... . 117
de México. Primer premio del Senado en el certamen hostórico-
La Jerarquía de Asambleas ............................. . 119
Función de las Jerarquías, Dignatarios y Princi1)ales ...... . 123 político concertado por el misnio, Etc. Etc . ..
Sistema Jurídico de Anáhuac ............................ . 129
Fuentes de derecho Anahuaca ........................... . 131
Características del derecho indígena ..................... . 133
Método de aplicación del derecho ........................ . 137
Sistema Legal .......................................... . 139
Sentido de justicia en la aplicación de la Ley .............. . 141
Sentido equitativo del derecho autóctono en la economía ... . 143 Tenochtitlan - México.
Objeto y cometido de la ciencia del derecho en Anáhuac .... . 145
1988.
Eficacia del derecho .................................... . 147

,111
A mi amado pueblo mexicano que supo comprender los altos
valores de la cultura.

PROLOGO
Esta segunda edición del libro "Los ·Gobiernos Socialistas de
Anáhuac", se lleva. a cabo para rendir el mas cálido homenaje de
admiración, de profunda y sincera gratitud y de fervoroso rlecono-
cimiento al talento, a la inteligencia, a la constancia en el estudio,
a la actitud patriótica y al fruto maduro de todas estas virtudes,
que se concreta en el Mensgje de Cultura que nos legó el insigne
·i n'L'estigador poblano, de/ ensor de la Cultura de los Pueblos de
Anáhuac, señor Doctor en Derecho, don Ignacio Romerovargas
lturbide, creador y Director del Instituto de Investigaciones de la
Cnltum de Anáhuac, Critedrát'ico de Historia en lci Facultad de
Altos Estudios de lci Universidad Michoacana de San Nicolás de
llidcilgo; rniernbro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Esta-
dística y Presidente de la Academia de Derecho de Anáhuac en la
Asociación de Abogados de México.
El libro "Los Gobiernos Socialistas de Anáhuac" es una her-
mosa síntesis, expuesta en lenguaje llcrno, sencillo, desprovisto de
toda presunción literaria, del maravilloso· tratcido "La Orgnniza-
r.ión Política de los Pueblos de Anáhuac", que rnereció Mención
Honorífica en 1957, "Año de la Consb"tución y del Pensamiento
Liber·al"; y fue prendado con una estatua de mcirfil por el promi-
nente político chino Mao Tse-tung.
La Cultura de Anáhucic, la de Grecia y la China, forman el
friángulo en el que se sustenta la Cultura Universal.
No obstante, la Cultura de los Pueblos de Anáhiwc es una
··' cultura original. Es una cultura de esfuerzo y de servicio cuya
base territorial, agrícola, c01nercial, política, cultural, rez.igiosa. y
militar, fue el calpulli 1 ústico y urbano, forniando, con un coninn-
1

to de ca.lpulb:s, una unidad regional autosuficiente, autónoma Y


autárquica y con un con.iunto de regfones la suverestructura f ede-
ral e interestatal política, educativa, científica y cultural: Lci Fede-
rrición de los Pneblos de Anáhuac -de Cal'ifornia a Nicamgua--,

...
cosas según estimamos que debiera ser, como lo hacen los europeos,
con bienes comunoles y trabafo social, tequíyotl, que permitió
sino que constituye un ve~dader·O prototipo, en el que se conside·
cimentar, por encima del individuo pasa,jero en su vida, lci socie-
mn los hechos conforme a su ineludible realidad, adaptadas a las
dad anahuaca de existencia perenne. Un socialismo basado en la
circunstancias económiccis, geográficas y sociales de dichos pue-
tlamanaliztli, la costumbre, "lo que debe permanecer porque a na-
l·los, y en el que se ven combinados en forma sorprendente y emi-
die hace daño", las normas de vida c01nún positivas, que se sedi-
nentemente práctica, elementos que solemos llamar: liberales, de-
~. ·mentaron en el hogar y trascendieron a la sociedad. Una sociedad
tlemocráticos (gobierno del pueblo), aristocráticos (gobierno de
donde el valor del hombre se estimaba en base al servicio prestado
los mejores), oligárquicos (gobierno de pocos) y monárquicos ( go-
a la sociedad y donde la mujer alcanzó el respeto como persona,
'b ierno de uno solo), propios de la Cultura Occidental, sin que pri-
el libre ejercicfo profesional y la activa participación en el Cihua-
vara ninguno de ellos, presentando además características propias
tlathoque -gobierno de mujeres-, muy por encirna de lo que en
y muy diversas". Son estos conceptos que el autor formula en sus
la actualidad aun no ha logr•ado y con un encausamiento en armo-
conclusiones a esta su investigación histórica que es luz en el
nía con la función de la mujer; pero no en competencia co<n el
hombre como erróneamente lo conciben las mujeres que hoy lucha:a destino de México.
por su liberación. Es también propósito de esta segunda edición, en honor a su
Si después de cuatrocientos años de haber sufrido las conse- autor y al alto valor histórico del rescate de la Cultura de los
cuencias brutales de la invasión española, no hemos' podido recupe- Pueblos de Anáhuac, donde indiscutiblemente están nuestras raí-
rar nuestra verdadera independencia polítfoa, económica, social y ces, difundir el meritorio trabajo que durante veinte largos años
sobre todo cultural, es porque, en vez de estudiar lo nuestro y de su vida logró hacer el señor Licenciado Ignacio Romerovargas
1wlver a lo nuestro considerando la realidad nacional, nos hemos Jturbide, entre todos los mexicanos, padres de familia, jóvenes es-
dedicado a querer adoptar el pensamiento extranjero creado con tudiantes, pero de manera muy especial entre los señores catedrá-
otros propósitos 11 para otros fines en un esfuerzo vano de asimilcr- ticos de las universidades, del magisterio y de las autoridades que
ción mal digerida que sólo nos puede llevar C!l mundo risible de tienen bajo su responsabilidad la enseñanza en todos sus niveles
la caricatura. 71 entre aquello<S mexicanos que simpatizan con las ideas socialistas,
pero que quizá por falta de in/ormación han recurrido en busca
Es tiempo ya de abandonar espejismos y de no incubar ilusio- de ellas a otras latitudes, muy ajenas a nuestra realidad histórica,
nes . preciso es volver a recuperarnos nosotros mis1nos, retornemo8 o, nuestra idiosincrasia. Aquí encontraremos todos los mexicanos
a ser lo que somos sin tenior n la verdad; dejemos a un lado el nuestro patrimonio cultural basado en nuestras propias raíces.
convencionalismo va,no que consiste en creer que mucho alcanzare- Este es nuestro camino.
mos fingiendo ser lo que no somos. La única forma de progresar
es reconocer la realidad y seguirla con valor.
Sólo p11etenden reqhazar su propio ser los descastados y los
que menosprecian su propia naturaleza, los que trllicioncin, los Licenciado Andrés Fernández Gatica.
l ser11iles ....
No hay que olvúlmr que pertenecemo<S a un pueblo viejo y
sabio a quien por ignorancin hemos impuesto el castigo de ingre-
c.i,,.Dl
sar a la escuela prirnaria de Europa. J1101'""edllº''
c,,;caiolli 48-15· 91 ""'oJ,.co-
La organización política y el sistema de gobierno en los pue- ~ 8f l.<J. 'J>-"f' 'J>J.'C"4.
iJlos de A náhunc no corresponde a un tipo ideal, considerando lcis

...il
"El otro fin que puede conseguirse con la noticia de las leyes
y costumbres, y policía de los indios, dice el autor, es ayudarlos
y regirlos por ellas mismas ... pues deben ser gobernados confor-
me a sus fueros, que son como sus leyes municipales, por cuya ig-
norancia se han cometido yerros de no poca importancia, no sabien-
!.-Advertencia General do los que juzgan ni los que rigen, por dónde han de juzgar Y
'r egir sus súbitos; que además de ser agravio y sinrazón que se
les hace, es en gran daño, por tenernos aborrecidos como a hom-
bres que en todo, así en lo bueno como en lo malo, les somos y
hemos sido contrarios". (Historia Natural, Lib. VI, Cap. 1)
Nada comprenderemos de los pueblos de Anáhuac si preten-
demos encontrar en ellos los principios básicos de la cultura occi-
dental, que en muchos aspectos estaba y está atrasada con respec-
to a la evolución lograda por aquellos en el momento de su des-
piadada destrucción. Se requiere un gran esfuerzo de comprensión
y de adaptación para vislumbrar la verdad contenida en el sin
número de mentiras que escribieron los desconcertados vencedores
que pretendieron hacer de nuestra historia un vertedero de igno-
minia, por obvias razones, ya que por su falta de comprensión, no
podían escribir sino lo que entendieron e inventaron, adulterando
1 0~ hechos con interpretaciones muy suyas y a menudo mal inten-
cionadas por razones económicas, políticas y religiosas.
En el estudio de las instituciones anahuacas, para no mal in-
terpretarlas, ante todo hay que tener siempre presente el hecho
evidente de que se trata de una cultura original, diferente de la
occidental, cuyo desarrollo obedece a un principio integral y que
procede de distinta economía, cultura en la que se funde en un todo
armonioso e imposible de deslindar (porque sus elementos se im-
"Y en las más sabias repúblicas, escribe el P. J. Acosta, como plican unas a otros) lo que para el occidental sería: ciencia, reli-
fueron la romana y la ateniense, vemos ignorancias dignas de risa, gión, derecho, costumbres, milicia, comercio, fisco, administración,
1
' por cierto si las repúblicas de los mexicanos y de los incas se re- vida social y Estado.
firieran en tiempo de romanos o griegos, fueran sus leyes y gobier-
A esta dificultad de carácter técnico más que otra cosa, habrá-
nos, estimados. Mas como sin saber nada de esto entramos por la
'se de añadir la necesidad de doblegarse a los principios rectores de
espada sin oirles ni entenderles, no nos parece que merecen repu
la mentalidad indígena, ya de carácter filosófico, religios.o o jurí-
tación las cosas de los indios, sino como de caza habida en el monte
dico, para aquilatar las consecuencias prácticas a que dieron lugar
y traídas para nuestro servicio y antojo. Los hombres más curiosos en sus propias instituciones.
y sabios que han penetrado y alcanzado sus secretos, su estilo y
gobierno antiguo, muy de otra suerte lo juzgan, maravillándose que De hecho, en el territorio de Anáhuac, existía diversidad de
hubiese tanto orden- y razón entre ellos". lenguaje, pero entre todos los idiomas autóctonos, como entre los

13 14

....
europeos, había entre sí equivalencia de sentodo, mas 1'.n tre el len- que no deben tomarse como expresión de una realidad absoluta, ya
guaje de los europeos y el de los anahuacas NO existe esa equiva- qu e de sí, para ellos la realidad era esencialmente variable, cam-
lencia, es decir, que no habiendo identidad de pensar<iiento, tam- b iante, de acuerdo con las circunstancias que se presentaban en el
poco puede haber traducción exacta. Ambos responden a dos des- momento histórico. De hecho, cada institución y agrupación tenía
arrollos diferentes de la cultura, cuyo co ntenido, sobr~ todo en ma- sus propias normas y procesos diferentes.
t eria política, completamente varía, aunque los términos pudieran
t ener traducción Uternl. Los dos grandes conceptos de la cultura humana, tiempo y
espacfo, también difieren de significado en ambas culturas. Pues
Es de suyo impropio usar términos idénticos para fenómenos mientras para la cultura occidental son más bien conceptos teóricos
que se registraron en pueblos y épocas diferentes, pero se agrava lY abstractos, para los anahuacas son de contenido práctico y con-
la dificultad tratándose de dos culturas distintas. Sin embargo, creto.
dicha dificultad se allana conservando, en lo posible, los nombres
originales; o con el empleo de vocablos que los substituyan, pero Desde luego en náhuatl ni siquiera existe un término equiva-
siempre con la debida reserva, aclarando diferencias y similitu- lente a la palabra espacio; su modo de expresión es por medio de
des de fondo y aún de matiz, tomando siempre en cuenta su signi- los vocablos centlamanían, lugar donde están todas las cosas; cen-
ficado ideológico particular. tlapanían, lo que está afuera de las cosas, o yeyan, estancia, siem-
pre acompañado del lugar especfico que se quiere referir, como
Existe además una característica, tanto en el sistema político decir: estancia del Sol o de Venus o de la 'fierra, etc.
como en el idioma de los pueblos autóctonos: que todo en ellos era
funcional, dinámico y relativo en materia humana, observando ellos En cuanto a la noción de tiempo, para los anahuacas era uno
siempre una estricta jercirquía de valores entre todas las personas; de los cinco elementos fundamentales de la existencia y de la vida,
descartaban lo absoluto y consideraban a todo el universo animado. y cáhuitl, tiempo, consistía para ellos en el orden y medida del mo-
vimiento., el ritmo, por lo que señalan sus tradiciones que antes que
Basta hacer un estudio comparativo de sus lenguas en contras- hubiera tiempo, para que hubiera vida humana y cultura, que en
te con las europeas, para comprender: la riqueza de su léxico; la este caso se identifica con el conocimiento calendárico, precedieron
dulzura de sus expresiones; el purito de precisión que se manifiesta cuatro etapas o soles, en los que los elementos fecundantes: agiw.
en el uso constante de sinónimos y dobletes; la frecuencia casi dento y fuego, buscaron su acomodo y equilibrio en la tier1·a, en
ininterrumpida del uso del verbo y del presente; el uso limitado conjunción con el movimiento de los astros. Con el Quinto Sol n2ce
del pasado y del futuro; su carencia de "futurismos" y del "si" el calendario y la cultura; por ello toda la organización política y
condicional; el empleo constante de interrogativos, tratándose del social está en íntima relación con los calendarios y la astronomía.
más allá o de las cosas no vistas o no comprobadas; el afán de
, manifestar con fórmulas de respeto las jerarquías de personas. Hablar de instituciones de un pueblo que practica el derecho
casas y lugares; la movilidad en la construcción de sus palabras, consuetudinario, como el náhuatl o el inglés, es referirse al conjun-
,, su e'Ctraordinario dinamismo con la tendencia a hacer verbos. t ) de toda una organización política, que de hecho y sobre todo.
Todo ello traduce el carácter de su cultura esencialmente objetivr1. t~mbién de derecho, se va desarrollando y modificando.
y positiva.
O sea, que hay que considerar dichas instituciones en su fun-
Considerando el carácter integral y dinámico de esta alta cul- cionamiento, sin pretender exigirlas formuladas en textos explíc:-
tura, se explica el que las divisiones y clasificaciones que nosotros tos o en cuerpos de leyes y decretos, sino haciendo el estudio de
establecemos, hasta cierto punto arbitrariamente, sean más bien hs costumbres repetidas, observadas, modificadas o desarraigadas,
para entenderlos nosotros y para tratar de comprenderlos, pero qne constituyen la tradición y desarrollo mismo de la historia de

15 16

....
ese pueblo. En efecto, para ellos, la costumbre, tlamaniliztli, las
cosas como están, significa la realidad concreta.
La organización política y el sistema de gobierno en los pue-
blos de Anáhuac (desde California a Nicaragua), no corresponden
a un tipo ideal, considerando las cosas según estimamos que debie- 11.-0rganización política anahuaca
ran ser, como lo hacen los europeos, sino que constituyen un ver-
dadero prototipo, en el que se consideran los hechos conforme a su
ineludible realidad, adaptadas a las circunstancias económicas,
geográficas y sociales de dichos pueblos, y en el que se ven combi-
nados en forma sorprendente y eminentemente práctica, elementos
que solemos llamar: liberales, democráticos (gobierno del pueblo),
aristocráticos (gobierno de los mejores), oligárquicos (gobierno
de pocos) y monárquicos gobierno de un sólo), propios de la cul-
tura occidental, sin que privara ninguno de ellos, presentando ade-
más características propias y muy diversas.
Como la organización política en su conjunto presenta nota-
ble analogía entre todos estos pueblos, aunque cada pueblo haya
tenido sus particularidades, podemos referirnos, para mayor bre-
vedad, al sistema de gobierno mejor conocido por la historia, o
sea, el gobierno interestatal de México-Tenochtítlan (ombligo de
la luna o del maguey lugar de Ténoch, gran nopal), Tetzocóco-Acol-
huácan (lugar de arbustitos, de los de abolengo que viven cerca
del agua), y Tlacópan-Tecpanohuáyan (sobre las jarillas, lugar de
los palaciegos) .

P rimero hay que determinar los principios fundamentales de su


organización para poder comprenderla. Así como el pensamiento
y las creencias de los pueblos son fruto de la observación y de la
elucubración humana, la organización política está en íntima re~
lación con el pensamiento económico, científico, filosófico y reli-
) ' gioso de los pueblos.
Del concepto matemático, astronómico, físico y biológico que
tuvieron del universo los anahuacas, mediante la observación de
la naturaleza y la reflexión, conformándose a ella y superándola
también, establecieron un orden político y social adecuado a las
condiciones físicas, económicas y científicas, con el propósito fun-

17 19

....
damental de promover y preservar la vida de la colectividad en el rurales de casas dispersas, bienes comunes y trabajo, tequíyotl,
país, alcanzando de tal suerte un alto grado de cultura y conoci- faena, por riguroso turno.
miento, tanto de la naturaleza de la Tierra como del Universo. Sólo
mediante esta forma colectivista de organización de la actividad 2.-La base fundamental económica era la agricultura, por lo
humana (que es la cultura), integrando grupos por servicios de que se estructuró una organización política, social y litúrgica basa-
trabajo activo y la ocupación total del territorio productivo, pu- da en los ciclos calendáricos de los diversos productos agrícolas,
dieron vencer las dos grandes deficiencias que habían en el país: combinándolos y sujetándolos a la producción de las diversas re-
la carencia de bestias de tiro y de carga, y la falta de cereales giones del país. Por eso estudiaron y conocieron admirablemente los
panificables. ciclos de producción de toda la fauna y la flora del país.
Por ello, aunque lograron realizar grandes adelantos en ma- 3.-Por la razón anterior, establecieron como principio fun-
teria política, científica y artística, por no tener bestias de tiro J damental la distribución de productos y reparto de ellos por medio
de carga no sintieron la necesidad de buscar el hierro, por lo que de un doble sistema, ya con una organización admirable de comer-
estaban atrasados en mecánica y en instrumentos de guerra. Y por ciantes y del comercio, o con la administración, recolección y redis-
la falta de alimentos panificables, su desarrollo estaba íntimamen- tribución de impuestos o tributos en todo el país, realizando un in-
te unido al cultivo de la tierra, y expuesto a fuertes conmocionE>s tercambio extraordinario entre las zonas de producción agrícola y
causadas por el hambre y la peste, en teniendo varios años de pér- los centros manufactureros.
dida de las cosechas. Todo ello manifiesta el error de aquellos que 4.-Siendo la agricultura y la manufactura las bases econó-
quieren establecer un orden comparativo de evolución por edades micas, para darles estabilidad y firmeza, establecieron e integra-
(de la piedra, bronce y hierro) señalando grados de evolución si- ron zonas económicamente autosuficientes, autónornas (que se nor-
milares en el Viejo Mundo a los del Nuevo. Profundo error. man a sí mismas) y autotárquicas (que se dan su propio gobierno)
Por estas causas económicas, los principios fundamentales de por medio de pactos de amistad, vínculos matrimoniales, o en úl-
la organización política en Anáhuac fueron diferentes de los de timo caso por tratados de paz, estableciéndose el respeto de costum-
Europa, donde privó una cutlura indi11idualista y de ahorro basada bres, estatuto jurídico y economía, locales y regionales, por porte
en el atesoramiento y formación de peculios e intereses particula- de las federaciones.
res que dan margen al despojo y a la provocación ininterrumpida
de guerras, justificando la usurpación, por convenir así a sus in- 5.-Establecieron una superestructra de carácter federal e in-
tereses. terestatal en materia política, educativa, científica y cultural con
un sistema impositivo o tributario, antes mencionado, adecuado a
Así se explica que, en tanto que en Europa los intereses eco- i ~ s necesidades tanto del gobierno como de las diversas entidades
nómicos y los perjuicios raciales, también europeos, determinaran <le la federación, ya para subvenir a los gastos públicos o para la
sus formas de gobierno, desde la antigüedad clásica hasta la fecha, redistribución de la producción de unas regiones a otras en com-
en Anáhuac en cambio, con su cultura colectivista de esfuerzo y binación con dicha organización especial en materia mercantil.
de servicio, privara la organización económica por tequíyotl, oficies
' u ocupaciones, tomando en cuenta la agrupación por servicios en Dados estos principios fundamentales podemos distinguir dos
colectividades autosuficientes. De aquí, el carácter particular de clases de organizaciones:
sns instituciones cuyos principios fueron fundamentalmente los A.- Las territoriales, que eran: l . - El calpúlli rural (autó-
siguientes: nomo y disperso); 2.- El ccilpúlli urbano (autónomo y concen-
1.-La ocupación total del territorio aprovechable económica- trado a manera de bnrrio) ; 3.- La región o icniúhtli de calpóltin.
mente, por lo que establecieron el sistema de calpóltin, caseríos, hermandad, fraternidad, gru110 de amistad de caseríos ( enticl::i.il

20 21
regional autónoma) llamado tlatocáyotl, go)::>ierno; 4.- Los terri·
torios o señoríos del Estado (autónomos, pero la autoridad depen-
día del Estado) llamados tecúhyotl, señorío; 5.- El Estado (inde-
pendiente llamado hueytlahtocáyotl, gran gobierno; y 6.-:- La fe-
deración de Estados llamada tlatacaicniuhyotl, hermandad o amis-
tad de gobernantes, o tecpíllotl, conjunto de principales o palacie- llt.-Organizaciones territoriales. El calpúlll rural
gos.
B.-Las institucionales, ferarquías centralizadas de gobierno,
que podían ser: locales (la organización religiosa, los gremios in-
dustriales, las sociedades de señores) o federales (las jerarquías
educativa, administrativa, fiscal, judicial, gubernamental o políti-
ca, la comercial y la militar) .
El gobierno de toda agrupación, tanto territorial como insti-
tucional, correspondía a una asamblea de ancianos o expertos en
la materia, elegidos por los miembros de la agrupación. "Nada se
hacía, afirman los cronistas, sin consultar en asamblea". Esta in-
variablemente era encabezada por dos jefes, cuyos puestos gene-
ralmente eran vitalicios; uno era administrador y otro ejecutor,
casi siempre el primero anciano y con derecho de sucesión, y. el
otro más joven, era elegido por la asamblea, dependiendo de las
circunstancias particulares de cada agrupación la determinación
de las normas y procedimientos de ejecución. La asamblea se lla-
maba in cohuáyotl, círculo o a manera de serpiente.
Los criterios de distinción, de agrupación o de separación de
la población eran: la icniúhyotl, amistad, basada en pactos o en
parentesco; la yáoyotl, enemistad, causada por el estado de guerra:
o In. tf'qníyotl, ocupación u oficio, constituído por la división del
trabajo, por lo que la mayoría de los nombres de agrupación son El calpúlli 1 urnl (municipio rural) constituía la unidad territorial,
rreog-ráficos o se refieren a sus ocupaciones e industrias, y no como militar, económica, política y religiosa de la sociedad anahuaca.
muchos autores han establecido, a principios raciales, étnicos. Co- Desde el punto de vista territorial, eran pueblos de casas disper-
mo ejemplo podemos señalar a Tetzcóco, lunar de arbustitos, y a sas, unidas por veredas hacia un centro llamado calpúlco, lugar del
) hs nztéca, los alados, especialistas en la industria plumaria, por lo l calpúlli, del cual dependían y donde estaban ubicados: el tecálli o
que dieron tanta importancia al comercio de la pluma. tecuhcálU, casa de señores o de gobierno; el teocálco, templo del
calpúlli; el petlacálco, almacén de abastecimiento común y prisión;
el calpixcacálli, almacén y casa de recaudación de tributos; el
dhuálli, patio del teocálco para los bailes, fiestas y actos públicos
(liturgfa); el tlacxítlan, juzgado de primera instancia; el tlacoch-
rálco, casa de las jabalinas, el arsenal, etc.

22 23

....
Cada calpúlli, formado por un grupo de familias fundadoras
que participaban de ciertos intereses y costumbres comunes, ocu- ·~
paba ciertas extensiones de tienas llamadas calpullálli, tierras del
ralpúlli, o altepetlálli, tierras del pueblo, reconocidas por la tradi-
ción o por el Estado.
Todos los calpoltin tenían su propio gobierno regido por una
IV.-Las personas del calpúlli
asamblea llamada cohuáyotl, presidida por <los autoridades: el cal-
púleh (administrador del calpúlli) o chinancáleh (si era un calpúlli
pequeño) y a su lado el teachcáuh, hermano mayor, ejecutor e ins-
tructor de la juventud, llamado también tecúhtli, señor. Cada gru-
110 gozaba de leyes, costumbres y tradiciones particulares y sus
miembros tenían el privilegio de ser guzgados conforme a ellas.
Sistema que solemos llamar estatuto perso.nal, aunque en este caso
debiera decirse estatuto del calpúlli. Por consiguiente, gozaba de
autonomía en su vida propia, interna, y en su religión.

La base primoxdial de su organización era la familia, la que


servía de modelo para la organización total del Estado. La m'u jer
1
era considerada la administradora de la familia, y el hombre, el
· ejecutor; según su capacidad económica el hombre podía tener va-
rias mujeres; todas eran legítimas y sus hijos nacían libres y le-
gítimos también. Las costumbres determinaban escrupulosamente
los hechos y obligaciones de cada cual, hasta en el más pequeño
detalle, para evitar posibles conflictos en la familia. El adulterio
era severamente condenado.
24 25

,,¡j
Las familias organizadas en calpúlli eran de dos categorías: en función de la misma, pudiendo desarrollar su pesonalidad con
pUtin o tepílhuan, principales o ini.vilegiados, considerados relación y en proporción a los servicios prestados a la colectividad,
así en atención a sus méritos o a los de sus antepasados, y mace- dentro de los límites consagrados por la tradición, y, por consi-
huáltin, sufridos, el pueblo común. Tal división no corresponde en guiente, sus privilegios no podían ser transferidos por herencia,
absoluto a la europea de nobles y plebeyos, como muchos lo creen. excepto el de la sangre, el nacimiento. Sus derechos y obligaciones
Aunque todo hombre nacía libre. por cleterminadas circuns- tampoco podían ser iguales ante la ley, sino relativos a su posición
tancias que no es del caso referir, podí::t ;:.cr vcüdido por sus pa- social: a mayores privilegios mayor responsabilidad.
dres u obligarse a prestar un servicio estipulado, quedando como El punto de partida para la determinación jerárquica era el
familiar de su amo, tlacóhtli, comprado, y a su vez podía tener nacimiento. De éste dependía la posición y la función del individuo
tlacóhtin, comprados, mal llamados esclavos, no sujetos a su amo. en la sociedad. La mejor protección del hombre dentro de su ca-
Esta servidumbre difiere profundamente de la esclavitud que se tegoría era, como se ha dicho antes, la costumbre unánimemente
conoció en otros continentes; no eran considerados como "cosa" aceptada y respetada por todos. Las insignias y distinciones en el
sino que estaban obligados a prestar servicios y para ello eran adorno y vestido eran municiosamente reglamentadas, estrict:t-
mantenidos como familiares de la casa y eso, sólo temporalmente. ment e observadas (y escrupulosamente castigada la infracción de
El hombre nacía libre, aunque fuera hijo de tlacóhtli, compra- sus nor mas con penas graves) para poder raconocer inmediata-
do; pero siendo nwrtal, transitorio, relativo, su vida en función mente la posición, méritos y oficio de cada cual con rew ecto n la
de la permanencia de la colectividad, debía desarrollarse de acuer- comunidad. La voluntad individual se fundía en el "querer colec-
do con su posición social de origen, con su lugar en la jerarquía tivo", "la costumbre", y no consistía en el deseo raprichoso del
existente, con los signos de su augurio y atendidos sus méritos occidental.
particulares. Posición social que él mismo podía variar por su es-
fuerzo personal realizado a beneficio de la colectividad, o enaje-
nando sus servicios a otra persona.
La mal llamada esclavitud no era propiamente una institución
del Estado sino simplemente un vínculo de servicio estipulado .en-
tre personas.
Cada hombre era una norma viva, con su estatido personal,
cuyos usos y costumbres de su calpúlli lo acompañaban donde fue-
ra, de modo que, al realizar sus funciones establecidas por la tra-
dición, obrada de tal manera que parecía que el derecho, el orden
jerárquico, las costumbres y los individuos actuaban y se desarro-
llaban concomitantemente en la vida pública, siendo las circuns-
tancias del momento las que iban determinando las modalidades y
' lineamientos generales del orden jerárquico aceptado histórica-
mente como tradicional.
La persona no era considerada como "ens", ente individual
capaz de derechos y obligaciones, y todos iguales ante la ley; sino
que era un funcionario de la colectividad, un vehículo de realiza-
ciones colectivas, un servidor de la comunidad, es decir, un medfo

26 28

.....
toda su plenitud y a través de todos los tiempos, pertenece a b
colectividad; a los individuos corresponde tan sólo la posesión, con
las modalidades establecidas por la tradición, pudiendo los particu-
lares acrecentar sus posesiones en proporción a b bonanza de
cosechas y trabajo desempeñado en una industria o a los servicios
V.-Régimen de bienes del calpúlli prestados a la comunidad.
El régimen agrario era la base de la orgauiiación anahuaca.
El agricultuor, arraigado a la tierra, dedicado exclusivamente a
su labor, al margen de intromiciones políticas extrañas, gozaba de
cierta independencia en la vida social, protegido por su derecho o
costumbres locales, aunque dependiendo en cierta forma de los
núcleos centralizados del Estado, por razón de la política tributaria.
El sistema de 1·eparto era el título habitual de la posesión
entre los indígenas. Los tlacuilóhque, pintores de glifos, en el re-
gistro "clara e individualmente establecían lo que a cada uno
tocaba".
Todo miembro activo del calpúlli tenía derecho a una parcela
o milpa proporcionada a sus necesidades, que obtenía por sorteo,
designación y decisión de la asamblea de representantes del ccilpúlli.
Si no la cultivaba dos años consecutivos, se consideraba libre o
abandonada y pasaba a poder de nuevas familias por designación
de las autoridades del calpúlli.
El jacal y terreno sobre el cual estaba fincado, se consideraba
como patrimonio personal. Generalmente se encontraba alejado de
la milpa o parcela que correspondía trabajar a su poseedor. Las
tierras particulares tenían casi siempre cercos y linderos. Los pro-
ci uctos de la tierra e industria eran personales, pero con la corres-
pondiente obligación de pagar el tributo consiguiente por grupo.
La justa observación de que la existencia de las cosas no coin-
cide con la de los individuos, determinó el carácter de la posesión. Además de las milpas de particulares, existían las tierrcis del
El hombre posee los bienes, pero los abandona voluntariamente o calpúlli, que comprendían ciertas extensiones, con las aguas, bos-
con la mu€rte. El derecho establece un vínculo entre las personas ques y pastales, reservados al servicio de la comunidad y se lla-
con respecto a los bienes, y por ende varía totalmente en ambas maban altepetlálli, tierras del pueblo. No tenían cercos y eran la-
culturas; no se debe pues calificar de precario o no, un derecho bradas por riguroso turno llamado teq'll'iyotl o faena, de acuerdo
simplemente distinto. Los bienes, para el indígena, responden a las con las normas establecidas por la tradición local y decisiones de
:necesidades de la colectividad, por lo que ésta es la que deterr mina la autoridad del cal7Júlli. Dicha labor era considerada como derecho
su destino de acuerdo con el principio económico de conveniencia de los miembros del calpúlli y como obligación de todos sus habi-
social e individual. Por consiguiente, el derecho de propiedad, en t ante:;. Los productos ele estas tierras ernn de beneficio colectlv0,

29 30

.....
reservándose una parte a los enfermos, ancianos y caminantes; se
guardaban en el almacén petlacálco, del calpúlco. Estas tierras co-
munes de labor, por razón del impuesto y de los beneficiarios, eran
divididas en varias categorías:
a.-Tlahtocatlálli, tierras del gobernante, para gastos del Es- Vl.-EI calpúlli urbano
tado; sus productos se entregaban y guardaban en el calpixcacálli,
almacén de recaudación, sujeto al poder administrativo del cihua-
cóhuatl, literalmente mujer serpiente, cuate administrativo, en rea-
lidad el administrador supremo, y el consejo supremo del Tlahtó-
ccin, gobierno.
b.-Pillálli, tierras de píltin, principales del calpúlli, o concedi-
das por el huey tlahtoani, gran ministro de la palabra o gobernante,
por determinación del Tlahtócan, gobierno, Estas eran cultivadas
por colonos y mayéque, braceros de la tierra.
c.-Teotlálpan, tierra divina, eran dedicadas a cubrir los gas-
tos del culto y el sostenimiento de sacerdotes o sabios.
d.-Mitl chimálli, flecha y escudo, o cacalornílli, tierra del
cuervo, eran las dedicadas a gastos de guerra y al mantenimiento
de jefes guerreros.
Los mayéque o braceros de la tierra, nacidos para el trabajo
a beneficio propio y de la comunidad entera, arraigados a la tierra
y absortos en el trabajo agrícola, no intervenían en las funciones
J)OJíticas del Estado.
El gobierno del ealpúlli actuaba siempre por medio de comi-
~iones y tenía a su cargo tanto las obras públicas como la educación
impartida en cuatro escuelas diferentes, cuando menos: dos tel-
pochcálli casas de jóvenes, una de hombres y otra de mujeres; y
dos cnlrnécac, hilera de casas, escuelas superiores para hombres y Desde el punto de vista jurídico era semejante al anterior pues
mujeres. Tenían un nemachtilóyan, donde se estudia, escuela de aunque en su estructura fuese a manera de "barrio", poseía tierras
danza y música, donde todos participaban. fuera de la ciudad, las cuales eran administradas por el calpúleh,
administrador del calpúlli; anualmente elegían a sus jueces, técuh-
tlis, y a los centectlalíxque "encargados de vigilar cierto número
de familias" y dar cuenta diaria al juez de lo que ocurría entre
ellas, el cual a su vez tenía que informar diariamente a la autori-
<lad suprema de lo que acontecía en el "barrio". En cuanto a lo
demás, su estructura era similar a la del calpúlli rural.

31 33

....
asociaba; generalmente tenían costumbres y derecho similares y
~us jefes eran representantes y miembros del consejo supremo de
la federación en el tla,htocanechicólli, asamblea de gobernantes.
Sus obligaciones con respecto al Estado eran fundamentalmente:
prestar ayuda militar o de hombres de servicio en caso necesario;
Vll.-La reglón o icniúhyotl de Calpóltin, dar y pedir información de cuanto ocurriese; contribuir para el
sostenimiento del gobierno en los términos estipulados en el mo-
amistad de calpúllis mento de su incorporación a la federación; no hacer traición, ni
pactar independientemente con otros Estados; no impedir la liber-
tad de comercio, y, respetar las normas de su propia tradición,
especialmente tratándose de la legitimidad de los gobernantes; a
cambio de protección militar, ayuda económica en el intercambio
ele productos y en el reparto de botín de guerra, así como en el logro
de privilegios y dignidades en el gobierno del Estado.
Tenían sus particulares ritos y sacerdotes, y a menudo goza-
ban en ciertas fiestas del derecho de realizar algunas funciones
religiosas en las capitales de la federación.

La región o icniúhyotl (grupo de nmistad) de calpóltin. Un grupo


de calpólti'.n icniúhtli (amigos, hermanos) ya rurales o urbanos,
se federaban como señoríos regionales a su vez autónomos y autár-
quicos, teniendo al frente de ellos una asamblea de representantes
de los calpóltin llamada tecuhnechicólli, junta de señores, presidi-
da por un cihuacóhuatl, administrador, y un altépetl, pueblo, tam-
bién llamado tlahtoáni, el que ordena, y tecúhtli, señor, que era el
ejecutor. Su organización, aunque similar a la del calpúlli, tenía
mayor incremento en cuanto al comercio, la industria, la educa-
ción, milicia, la ciencia y el arte. Constaba además de calpóltin
urbanos en la cabecera y de calpóltin rurales, a los que protegía y
3G
35

,111
Vlll.-Los tecuhyotl, el señorío
r-~~~~------~~~~~~~~·

Los tecúhyotl o señoríos dependientes del Estado, cuya organiza-


ción era igual a la anterior, con la diferencia de que el tecúhUi,
señor !!jecutor, era puesto directamente por las autoridades supre-
mas od Estado; su puesto no era electivo. Estos señoríos eran
otorgados como premio o medio de ascenso en la jerarquía guber-
namental; a menudo eran simples guarniciones militares disemi-
nadas por los pueblos fronterizos para garantía de la paz; a la
Una de las cualidrtefes requeridas en los tlahtoanis era el que fuesen bue- vez eran un medio para adiestrar y probar a los futuros gober-
nos oradores. Aqúí está representado un tlahtoani dirigiendo la palabra nantes en el ejercicio del poder. La casa de estos señoríos se llama-
·a sus princípal::s. Códice Florentino, Lib. IV, Cap. 7. ba teccálti, casa del señor, y estaba prohibido llamarla técpan, pala-
cio. El tecúhtli, señor, debía estar en constante relación y contacto
con el gobierno supremo y ejecutar las órdenes recibidas del tlah-
toáni, gobernante correspondiente, sea de Mexico, Tetzcóco o Tla-
cópan.

37

....
IX.-EI estado Independiente
hueytlahtocáyotl

El Estado independiente, hueytlahtocáyotl. En su régimen interno


y territorio particular, su gobierno era igual al regional véase No.
VII.-) del icniúhyotl de calpóltin. En el caso particular de M exíco-
Tenochtítlan en su organización tradicional constaba de siete gran-
Consejo de los dos gobernantes supremos, el tlahtoani, gran ejecutor, y des calpóltin de los siguientes grupos: 1.-Los tlacatecpanéca, gen-
el cihuacóhuatl , gran administrador, confere nciando, sentados sobre un te palaciega; 2.-Los cihuatecpanéca, mujeres palaciegas, en reali-
tapete de plum as en figura de águila . Códice Florentino, L ib. IV, Cap . 38. dad gente palaciega de la administración; 3.-Los tlacochcálca, los
de la casa de las jabalinas, el arsenal, cuyo símbolo era el ataúd
de los tlahtoánis, gobernantes, que así se llamaba; 4.-Los huitzna-
huáca, los de la biznaga, los del sur, especialmente encargados de
la educación; 5.-Los yopíca, los yopis, siendo principalmente orfe-

39

,,¡
bres; 6.-Los chalrneca, pulidores de piedras preciosas, comercian- errores de lo ya construido. Aquél sistema, lo podemos comprobar
tes; 7.-Los itzquiteca, los del país del esquite, maíz tostado, pul- en las fuentes que hablan de la fundación de Cuauhtítlan, al pie
queros encargados de la magueyera. de los árboles, Tóllcm, el tular y Colhuácan, donde viven los de
Estos siete calpóltin se dividían cada uno en dos, como puede abolengo; consistía en la distribución material de la ciudad en
verse en toda la organización, resultando catorce calpóltin llamados cuatro grandes sector es, llamados también huey calpóltin, que para
también distritos o parcialidades, base de su administración judi- evitar ccnfnsi0n llamaré cuarteles, que nos recuerdan las cuatro
cial, religiosa y educativa. graneles fue rzns o potestades de su pensamiento, de su física y de
Estos llevaban los siete nombres anteriores y los siguientes: su astronomía.
8.-Los atempanéca, los de la ribera; 9.-Los tzonmolóa, cabezas Estos cuarteles eran demarcados por dos líneas trazadas ima-
de mole, guardianes del juego. 10.-Los tlamatzínca, los que curan; ginariamente en cruz sobre el medio del templo mayor, quedando
11.-Los moyocóxqne, los comedidos; 12.-Los nonoálca, los esta- cada cual frente a la esquina de la pirámide, o sea que podemos
blecidos en la tierra y m ilnahuáca, los de las milpas circundantes; pensar en una cruz imaginaria formada más o menos por una línea
13.-Los cocohuaxoxóuhque, los serpiente azul; 14.-Los aticpáque, que p~ s a ra por donde ahora son las calles ele Argentina y Semina-
los que están sobre el agua. rio de norte a sur, y su intersección por otra que iría de las calles
Cada uno de estos tlaxillacáltin, barrios pequeños, tenía su de Tacuba a Guatemala de poniente a oriente.
calpúlco, centro del calpúlli, con todas las características antes des-
Llamábanse los cuarteles: 1.-Técpan, palacio o Teópan, en
cr itas: t eocálco, templo; tlíllan tlapállan, donde se pinta, archivos,
lo supremo, o Xochimílco, lugar de los que cultivan flores, que
registro público, etc. después se llamó San Pablo, al sureste del templo; 2.-Moyocox-
Cada año los píltin, principales, de cada parcialidad se reunían ratítl<in, lugar de los comedidos, estaba al suroeste del templo;
en asamblea para elegir: un chinancáleh, encargado de mirar por después se llamó San Juan; 3.-Atzacuálco, donde está el dique o
las tierras de la parcialidad, que estaban fuera del lago; un téuhctli compuertas de agua, al noreste del templo; después se le nombró
o juez encargado de resolver los conflictos internos de la parciali- San Sebastián; y 4.-Cuepóhpan, sobre la calzada, o Tlaquenchiúh-
dad y daba cuenta diaria a los gobernantes de lo que ocurría, resol- <'an . donde hacen vestidos, después barrio de Santa María la Re-
viendo los casos ya en su calpúlco o en el tlacxítlan, juzgado, del don<la. al noroeste.
técpan, palacio; y los centectlalíxque encargados de vigilar cierto
número de familias por grupos de 4, 10, 20, 40, 80, etc. Cada uno de estos grandes calpóltin estaba territorialmente
dividido en cinco pequeños calpóltin, siendo en suma veinte, com-
En cada parcialidad se elegía un tecuhtlahtóque, señor gober- binación matemática de aquellos cuatro factores, más el tiempo,
nante, miembro del consejo supremo del Tlahtócan, lugar de los símbolo de la vida: Huitzilopóchtli, el habilísimo; T ezcatlipóca,
gobernantes, que regía los destinos del hueytlahtocáyotl, el Estado, espejo resplandeciente; Quetzalcóhuatl, el fecundador; y Páynal,
' sumando catorce: doce miembros, más los dos gobernantes: el ci- el activo, en combinación con Xólotl, el feo, poseedor de la vida
huacóhuatl, administrador, y el tllihtoáni, ejecutor. humana, representado por el Tlahtócan, centro gubernamental.
Sobre esta organización tradicional, anterior a la fundación Respectivamente: la voluntad, la memoria, la inteligencia y la
ele la ciud:ld, al sedimentarse en México se adoptó la distribución actividad mecánica en conjunción con el cuerpo humano y sus cinco
eiási c;i, y de significado astronómica tradicional de planificación sentidos. Los elementos de integración de la vida: X iuhtecúhtli; el
previa, y aun en esto se adelantaron a nuestros tiempos en que fnego; Echeccitecúhtli, el aire; Tlálo c, el agua; y Cipactónal, el
gracias a los estudios urbanísticos Ge ha llegado a la conclusión tiempo, en conjunción fecundando a Cohuatlícue, la tierra. Asi-
de la necesidad de hacer dicha planificación previa; de allí la expli- mismo consideraban la marcha del sol, las fases de la luna y el
cación de la existencia de "planos reguladores" para remediar los movimiento de los astros y estrellas en interdependencia reg·ulnr,

40 41
medicina, la gente iba 2llí a consulta y por medicina; la alberca el sur y al norte desembocaba por la puerta llamada Acatlyacápan,
de Tlikipan, sobre el agua negra, con la que curaban a niños; la en la caña delantera.
casa de los servidores de Mixcóhuatl, león serpiente, nube, o Ca- Fuera de esta ciudad de lo supremo, en lo que fuera la "traza"
máxtli, símbolo de las trombas y protector de los cazadores; el altar de la ciudad, estaba la ciudad gubernamental con las casas de los
de Chicomecóhuatl, 7 serpiente, fecha calendárica considerada afor- fu ncionarios y gobernantes, lugares públicos y dependencias del
tunada; en ella se festejaba a Cintéotl, señor del maíz, llamado gobierno.
t:1mbién Xilónen, jilote y Chalchiucíhuatl, mujer esmeralda, sím-
bolo del regocijo, de los mantenimientos y de la fertilidad, repre- Entre el costado poniente del cohuatepántli, bandera de ser-
sentados por los frutos de la tierra, el maíz y las aguas de la tierra ; pientes, que pasaba en medio de la acutal catedral, y costado oriente
el altar de Ome tóchtli, 2 conejo, Tezcatzóncatl, el de la casa techada de las actuales calles de Brasil y Monte de Piedad, estaban de norte
de espejos, señor principal del maguey y del pulque; el 2 cone.io a sur el altar de Xiuhtecúhtli, señor del fuego; la Plaza de las Agui-
ua fecha calendárica de fiesta y de año en esa fiesta se celebraba las; sobre lo que hoy es Avenida Guatemala y antes Escalerillas,
principalmente a Itzquitécatl, el de maíz tostado, patrón del calpúlli estaba el Teotkichco, el lugar del juego de pelota divino, donde se
de los pulqueros, era símbolo de la borrachera y del juego. encontró la estátua de Macuilxóchitl, 5 flor, fecha calendárica de
buena suerte; era símbolo del amor casto y protector de los pala-
En el cerco también estaba el cuai¿hxicálli Xócotl, jícara de ciegos y jugadores de patólU, frijol; cuando caía en el mes de Xo-
Jos corazones de águilas y el cuahxicalli ixniomóztli, jícara de águi- cohuátzi, caída de la fruta, se hacía gran fiesta llamada xochílhuitl.
las del altar delantero, también calendárica, frente al hueyteocálli, fiesta de la flor. También allí estaba el hueytzompánfü, gran arma-
templo mayo;r, así como el apétlac, petate de agua, pequeña plata- zón de calaveras; al sur de estos el Cuanhcálli, casa de águilas.
f ormada donde caían los cuerpos de los sacrificados, y arriba de donde se reunían los guerreros de este grado; en él estaba el tribu -
la pirámide el téchcatl, la piedra, verde, de un metro, medio pun- nal de tlacatécatl, jefe del cuartel, primer jefe en la guerra y jefe
tiaguda, para el sacrificio. de hueycalpúlli, cuartel, quien con el tlacochcálccitl, jefe de asenal
y de cuartel, el pochtéca tlailótlac, comerciante que regresó, jefe
El recinto sagrado estaba, siguiendo una línea imaginaria del ndministrador de comerciantes, y el cuauhnóchtli, tuna o corazón
eje central de la catedral hacia el norte hasta las calles de González de águila, jefe de ejecutores de órdenes, juzgaba a los guerreros y
Obregón y San Ideofonso siguiendo hasta el Carmen; al este, las constituía el consejo de guerra. Al sur ele aquél estaba el pilcálli,
calles del Carmen y Correo Mayor hasta la acera norte de palacio, cnsa de principales; seguía la pirámide de Yopíco, de los yopis,
y al sur, de allí hasta el atrio, al eje central de catedral. Tenían donde se veneraba a Xípe Tótec, falo nuestro señor, símbolo de h
cuatro entradas con un tlacochálc.o, arsenal, a cada lado de cada veneración y de la vida, con un patio llamado de cucmhxicálco, luga r
una de ellas. Al poniente la puerta nombrada Cuauhquiáhuac, lluvia de la jícfl ra de las águilas; y finalmente. donde está la torre oeste
de águilas, que daba a la Plaza de las Aguilas y al centro del gran de catedral estaba el templo de Tonátiuh el sol, con 40 gradas.
teocálli, templo, frente a la calzada de Tacuba, entonces mncho más
a ncha que nuestra actual cqlle de ese nombre; al oriente, también :·1 Al poniente de estos edificios estaban de norte a sur, el técw1n
e-entro del templo, la puerta Huitznáhuac, la del de bisnaga, señor <lcl tlacatecúhtli, señor del personal, mal llamado casa de Cwmh-
de los comprados, que daba a la calzada que conducía a T etlamazól- témoc, Agiiilci descendente o Sol de la tarde, donde es la plaza de
co, lugar del sapo de piedra, el desembarcadero de Te tzcóco, bgar de Santo Domingo. Entre las calles de Tacuba, Monte ele Pied i:l cl. l '~
a r bustitos; un poco r emetida frente a la f :=tch ada del achrn l pabcio de Septiembre e Isabel la Católica, estaban los palacios viejos: el
nacional, estaba la puerta divina de Tezcaquiáhnac, espejo de llu- palacio de Ax(lyácatl, oxnyacatl (cara de agua), doncle estaba el
via, que daba al ithuálli, patio, actualmente Plaza de la Constitución t esoro de los señores llamado teocuitlatiapiálU, donde se guarda
y dab3. acceso a una calle que ])asaba al pie del gran tcocáll i por el or o, al cuidado del t eocuWapíxtli, el t esoro. También allí esta-

44 45

...
ba el lugar de recepción de los jefes y sus aposentos, donde se alojó Y por el cuidado que ponían en los ~rmos, lo que entonces ape-
Cortés con todo su ejército; el Tlacxítlan, lugar de comparecencia, nas se conocían en Europa y medio se practicaba en las hospederías
trib:mal donde jueces y magisfrados con el altépetl, pueblo o señor, de los monasterios. Junto a cada palacio había unas de esas casas
al frente, resolvían las causas de los principales, píltin, instruídas vigiladas directamente por los gobernantes.
rn el calpúlco, y las causas de jurisdicción voluntaria de los mace-
En seguida hacia el sur estaban los Totolcacálli, las casas de
huáltin, instruídas en el Teccálli, casa de gobernante, que estaba
las aves, con sus diez estanques, unos de agua salada y otros po-
en otro cuerpo del mismo edificio. En el Tlacxítlan, el tlahtoáni,
table, donde había colección de cuanta ave pudiera haber en el país,
gobernante, asistido de cuatr o jueces mexicanos ventilaba las cau-
clasificadas cuidadosamente de acuerdo con sus hábitos, y con lo
sas de Tenochtitlan, y dos jueces de cada región de la federación
que comían; fué el primer parque zoológico que hubo en el mundo,
juzgaban de acuerdo con sus propias leyes y costumbres a los que
que causó espanto y admiración a los invasores. Había en él un
no eran de Tenochtitlan; sentenciaba el tlahtoáni. Algunas causas
palacio con columnas de mármol, teccáli, administrado por el huey-
como las de genealogía se remitían a Tetzcóco, también estaban allí
amánqui, gran amanteca, y el hueytoltcatl, el gran artífice, jefes
los aposentos de los jueces. Este edificio estaba entre Tacuba, Mon-
de multitud de joyeros, entalladores, fabricantes de la industria
te de Piedad, 5 de Mayo y Palma.
plumaria, y de muchos mayordomos que cuidaban de las aves y
Hacia el sur estaba el técpan, palacio, de Motecuhzóma Ilhuica- estudiaban sus costumbres; tenían veterinarios y peritos en el des-
mína, señor augusto, el flechador del cielo, donde estaban el Tec- plume, tratamiento, conservación de colores y arreglo de las plu-
pilcálli, casa del señor y de los principales, donde el tlahtoáni, go- mas. Era el oficio principal y arte supremo de los azteca.
ber nante ejecutor, y los principales, juzgaban a los tecúhtin, se- Al sur del edificio de Huéhue (viejo) Motecuhzóma, señor au-
ñores gobernantes; allí mismo se reunían el tlahtocanechicólli, junta gusto, entre la plaza principal, Ithuálli, patio, la gran acequia (16
de tlahtoaníme, que constituía el poder supremo de la federación de Septiembre) y La Palma, estaban en la planta baja el Petlacal-
intm:establ, integrada por todos los representantes de todas las co, almacén del pueblo, que a la vez servía de teilpilóyan, el ata-
r egiones aut ónomas, asesorados por los seis cabezas de los tres dero, prisión de delincuentes leves; el Calpixcacálco, casa del cal-
g obiernos. En esta sala probablemente fue aprendido Moctecuhzó- píxque, recaudador, que servía de cuauhcálli, casa de palo, cárcel,
ma Xo coyótzin, señor augusto el menor, con todos los gobernantes de delincuentes mayores; y el Malcálli, casa de cautivos, donde es-
(treinta y ocho) por Cortés, en el momento de su llegada. También taban los prisioneros de guerra, que recibían muy buen trato. En
estaba en este edificio el Achcauhcálli, casa de primeros capitanes, la parte superior de este edificio estaban las casas del arte supre-
donde se tomaban los acuerdos del Estado Mayor. Este edificio mo: Cuicaclli, casa de canto, donde toda la juventud practicaba el
estaba entre el anterior y la Av. Madero. cnnto, el baile, la oratoria y la poesía; en este edificio el tlahtoán'i:
Trns est os dos palacios entre Tacuba, Isabel la Católica y diariamente tenía junta con los telpochtlatóque, jefes de jóvenes.
Madero, estaba primero cerca de Tacuba el Tza,páme íncal, casa para disponer el trabajo manual que se debía hacer; finalmente
cte enanos, y el Tlaccice méle íncal, casa de contrahechos, asilos de estaba el Mixcohuacálli, casa de Mixcóhuac, león serpiente o dra-
p:ón, símbolo de la nube, la vía láctea y la voz del viento, verdadero
gente baldada o lisiada. No se trataba de enanos bufones, como
acostumbraban tener los reyes europeos, sino era un cuidado es- coliseo donde se rec:reaban los señores y el pueblo de las fatigas de
pecial del Estado el velar por seres tarados, incapacitados por la su intenso trabajo cotidiano; allí se reunían tanto los de Mexíco
naturaleza, que no podían realizar una vida igual a la de los demás como los de Tlatelólco para bailar, ensayar y oir cantares antiguos
o n uevos, o escuchar piezas de oratoria y poesía, de acuerdo con
mÍiemros de la colectividad. Además tenían un gran asilo de an-
cianos y hospital para enfermos en Colhuácan (veáse Clavijero Lib. las disposiciones de los gobernantes.
V. Cap. 3), que causó admiración a los frailes por sus dimensiones Tras este edificio, entre la gran acequia (16 de Septiembre),

46 47

..1111
la casa de las aves (Madero) y la gran acequia transversal (San verdadero Tlahtócan, lugar de gobernantes, desde donde se regía
Juan de Letrán), estaba la casa de las fieras, Tecuancálli, donde tinicamente el Estado mexicano.
se coleccionaba cuanto animal pudiera haber, se les alimentaba y
estudiaba sus costumbres y si eran comestibles, venenosos o tera- Los demás lugares dentro de la ciudad gubernamental, llama-
péuticos; como en la casa de las aves, tenían muchos mayordomos da después "traza" de la ciudad, estaban ocupados, por los palacios
para su cuidado, veterinarios, etc. de los diversos funcionarios del Estado, cada cual según su come-
tido, por lo que se mudaban de ellos al cambiar de funciones.
Al poniente de la casa de las aves estaba el Jardín Botánico,
antes de que en Europa hubiera este tipo de jardines de estudio y
aclimatación, donde se cultivaba cuanta variedad de árboles (no
los frutales, que eran considerados propios para gente del pueblo),
flores y plantas medicinales había en el país. En terapéutica esta-
ban mucho más adelantados que cualquier pueblo europeo de en-
tonces; hasta la fecha nuestros laboratorios siguen descubriéndo
productos medicinales cuyos resultados ya eran conocidos por los
indígenas y aún poseen medicamentos que la ciencia moderna no
ha logrado descubrir; como un ejemplo, el producto para curar la
rabia declarada, cuyo secreto los yaquis de Sonora conocen y guar-
dan escrupulosamente, y usan de tiempo inveterado el moho de las
tortillas para curar las heridas, lo que actualmente conoc.emos por
penicilina.
Al oriente del recinto sagrado, entre las calzada de Tetlamat-
zólco, lugar del sapo de piedra, (Guatemala y Moneda), estaban
otras casas de reclusión de enanos y contrahechos, y el hospital de
lisiados. Hacia el sur estaban otras casas de aves y otras de fieras.
Al sur de estas casas, tras el palacio nuevo del gran Motecuhzóma
X ocoyótzin, y la gran acequia (Corregidora) estaba otro gran jar-
dín botánico llamado "Jardines de Motecuhzóma", semejante al
anteriormente descrito.
Donde está el Palacio Nacional, pero con la fachada remetida
unos treinta metros hacia el oriente, porque el Ithuálli, patio, era
1 mucho más grande que nuestra actual Plaza de la Constitución,
estaba la sede o residencia de las familias del tlahtoáni, gran eje-
r.ntor y del cihuacóhuatl, el gran administrador; en él había nume-
rosas habitaciones, más de cien baños, que fué lo primero que des-
truyeron los españoles, por no acostumbrarlos, y una sala enorme
donde tenían los tronos de oro, itepotzoícpal, de los dos gobernan-
tes, y los doce itolícpal, asientos de los tecuhtlatóque; allí era el

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...1111
ras con sus particulares señoríos, formaban la federación. Los pri-
meros tributaban por región, correspondiendo una quinta parte a
Tlacopan, y del resto la mitad a Tenochtítlan y la otra a Tetzcóco,
y en las segundas, cada pueblo y gremio tributaba a su respectiva
cabecera. Desde el punto de vista militar no se podía hacer nin-
X.-La federación de estados, guna guerra sino con acuerdo mutuo, y desde el punto de vista
hueytlahtocáyotl lcniúhyotl político, la elección de los tlahtoáni debía ser propuesta a los otros
dos y confirmada por ellos.
El gobierno de los tres Estados no era el de una simple con-
federación, sino el de una verdadera federación con funciones pro-
pias correspondientes a cada una de las cabeceras. A Tenochtítlan
correspondía la ejecución militar en todo el territorio, la dirección
del comercio y correos, las grandes celebraciones de la liturgia
oficial y en cuanto a gobierno, sólo el de su propio señorío.
A Tetzcóco tocaba la dirección y ejecución de obras públicas
en todo el territorio: caminos, presas, acueductos, albarradas, edi-
ficios: llevar el archivo y registro de genealogías; convocar a jun-
tas de sabios, generalmente en Teotihuacan, lugar de los poseedo-
res de lo supremo; formular el derecho común de toda la federa-
dón; impartir justicia en casos complicados y en los conflictos
dinásticos de los distintos señoríos.
Cada año se reunían en Teotihuácan, los sabios para determi-
nar las fechas de fiestas del año, las cuales eran proclamadas por
los tahtoánis para la determinación del ciclo litúrgico, consideran-
do las concurrencias y divergencias de los ciclos solar, lunar, vital,
eclíptico temporal y agrícola.
Fraternidad de grandes Estados. La federación tenía una estrtuc- A Tlacópan, lugar de jarilla, incumbía la ejecución de monu-
tura particular, pues aunque todos los Estados federados o anexa- mentos, obras de arte, joyas e indumentaria y la organización de
dos participasen en la autoridad suprema del Estado, enviando un trabajadores al servicio de la federación. Además cada u;r¡.a de las
rep1'esentante al tlahtocanechicólli, junta de tlahtoanis, gobernan- regiones cooperaba con lo que fuera de su propia especialidad a
tes, sih embargo, cada cual reconocía por cabecera a una de las solicitud de la federación (como entrega de piedras labradas, vigas,
tres capitales de la federación, aunque las tres hubieran interve- algodón, envío de animales raros, plantas y árboles, enanos y con-
nido en la anexión, siguiendo para ello las normas de una antigua trahechos, etc.).
tradición habida entre los antiguos señoríos y federaciones, y <le Tal fue en suma, la organización territorial de los pueblos de
acuerdo con ciertas costumbres y reglas geneológicas hasta ahora Anáhuac.
difíciles de desentrañar.
Treinta y ocho grandes señoríos regionales y las tres cabece-

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,,¡j
administrador supremo gemelo del tlahtoáni en lo concerniente a
l::i. mujer (Administrar) que regía, con derecho a sucesión de pa-
dre a hijo; y el poder ejecutivo, cuyo jefe era el tlahtoáni, literal-
mente el que habla, ideológicamente el que ejecuta, manda o go-
bierna, era puesto de elección entre los miembros de una familia
XL-Instituciones y jerarquías del estado procedente de los soberanos más remotos, poseedores de la tierra;
pero no sucedían de padre a hijo, sino primero entre los hermanos
y luego entre los sobrinos, naturalmente con excepción del primero
que fue Acamapíctli manojo de cañas.
Aparentemente era a manera de diarquía gobierno de dos, (des-
pués veremos que no lo era) similar a la inglesa en cuanto a tener
dos gobernantes, uno hereditario ( el rey o el cihuacóhuatl) y otro
electivo (el primer ministro o el tlahtoáni) . uno administrador y
el otro ejecutor, a diferencia de que en Inglaterra uno reina y el
otro gobierna, o sea que uno ostenta y el otro administra y ejecuta
unidos los poderes, en tanto que en Tenochtítlan uno administraba
y gobernaba en sus particulares funciones administrativas siem-
1we con el consejo supremo del Tlahtócan. gobierno, y el otro eje-
cntaba el mando y ostentaba el gobierno, pues ambos en unión ya
con el Tlahtócan, tratándose de asuntos de su propio Estado, ya
con el Tlahtocanechicólli, junta de tlahtoaníme. en casos concer-
nientes a los tres gobiernos del Estado supremo, o bien con el
Tlahtocaicniúhyotl, asamblea de amistad de gobernantes, refirién-
dose a asuntos relativos a toda la federación.

Esquemáticamente formularé las principales instituciones je-


rárquicas, todas las cuales se regían por jerarquía de asambleas y
Es indispensable conocer el funcionamiento del orden jerárquico
hábilmente se integraban en grupos numéricos de pares: un eje-
del Estado para comprender su organización. No puede hacerse cutor y un administrador, siendo aquellos de 1600 en 1600; o <le
aquí un estudio detallado y fundamentado en las fuentes como en 800 en 800; de 400 en 400; de 100 en 100; de 80 en 80; de 40 en 40;
mi libro "Organización Política de los Pueblos de Anáhuac" del de 20 en 20; de 4 en 4; hasta llegar a la unidad doble de los jefes
que éste es un resumen; sólo expondré aquí los principios genera- <le cada .ierarquía, quedando reducidas en forma sorprendente y
les. , extraordinariamente ingeniosa en nna combinación de 20 funf'io
Todas aquellas autonomías territoriales no vivían aisladas y nes e11 poder de 12 funcionarios del Tlahtócan, gobierno, llamados
abandonadas a su propio destino, sino que estaban articuladas, ar- tecuhtlcdóque, señores gobernantes, presididos ya por el cihuacó-
monizadas, relacionadas e integradas al Estado, ,a través de insti- huatl, administrador supremo, tratándose de lo administrativo, ya
tuciones jerárquicas que en su conjunto constituían en cada estado por el tlahtoáni, ejecutor supremo, en materia ejecutiva. o por am-
dos grandes poderes: el poder administrativo cuyo jefe supremo bos, en asuntos de interés general. Regularmente el dhnacóhuatl
ora el cihuacóhuatl, literalmente mujer serpiente, ideológicamente iniciaba el parlamento exponiendo el caso: seguía la discusión la

53 54

.....
asamblea procediendo por eliminación de problemas y terminaba
el tlahtoáni interpretando la voluntad de la asamblea. El tlahtócan
procedía en pleno, todos reunidos, o por comisiones: cinco de cua-
tro miembros más uno de los dos gobernantes.

Xll.-La jerarquía tradicional o primitiva

Agrupación por familias vigiladas y asistidas de 4 en 4, de 20 en


20 etc., por los centectlalixque, guardianes de un lugar, elegidos
por ellas, jerarquía básica de la organización territorial, adminis-
trativa y política, cuya característica era la elección; constaba de
los siguientes grados de la base a la cúspide:
a.-Los tlacóhtin, comprados, los mayéque, braceros de la tie-
rra, los macehuáltin, sufridos o gente del pueblo.
b.-Los píltin, principales o privilegiados, que podían ser:
1.-Simples ciudadanos, hijos de principales.
2.-Miembros de la asamblea del calpulli.
3.-Teachcáuh, primero, ejecutor, o calpúleh o chinancáleh,
::idministrador de calpúlli parcialidad o distrito.

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,111
4.-Tecúhtin, señores, gobernantes, ejecutores o cihuacóhuatl,
administrador de señoríos, formando la orden de gobernantes, y los
t ecuhtlatóque, gobernantes, miembros del Tlahtócan, gobierno su-
premo.
5.-Huehuepipíltin, hijo de los antiguos, descendientes de fa-
milias sobernas de la región, de quienes procedían los hueytlah- Xlll.-La educación, fundamento de las
toáni, grandes ejecutores, y los cihuacóhuatl, administrador, alte- jerarquías políticas de Anáhuac
pctl, señores-pueblo, ambos soberanos supremos cuyo puesto era
vitalicio, representantes de la vida, uno del sol f ecundante y el otro
de la tierra fecunda, pues a todo respecto su cultura respondía a
un concepto astronómico de la vida, como se ha visto al tratar de
la división y disposición de la ciudad en su calpóltin, hueycal-
póltin, cuarteles; tlahtócan, ciudad gubernamental, y en el recinto
sagrado.

1 Admirable edificio es el del Estado que sienta sus bases sobre la


sabiduría, la virtud y la pericia humana, para el progreso y desa-
rrollo de la vida! Así lo concibió Platón en su "República", con-
siderando el arte de gobernar cil pueblo desde la cuna como un
'ideal, y así lo realizaron los pueblos de Anáhuac. Mucho tenemos
r,ún que aprender los mexicanos, de la organización de nuestros
pueblos autóctonos, para perfeccionar nuestras instituciones.
Ningún pueblo de la tierra se sabe que haya puesto mayor
énfasis, empeño y cuidado, hasta en la actualidad (exceptuando
quizás a Rusia y China), como los nahuas pusieron en la educación.

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..1111
"Ninguna cosa, afirma el P. Acosta, más me ha admirado, ni pa- sagrado llamada Tlíllan calmécac, hilera de casas de los escritos
recido más digna de alabanza y memoria, que el cuidado y orden (biblioteca).
que en criar a sus hijos tenían los mexicanos". En sus escuelas 2.-Escuela de muchachas, ichpochcálli, casa de las jóvenes,
"tenían ayos y maestros que les enseñaban e industriaban en loa- paralela a las anteriores.
bles ejercicios: a ser bien criados, a tener respeto a los mayores;
a servir y obedecer, dándole~ <locnmentos para ello ... " "Cuando 3.-Escuelas mixtas, de hombres y mujeres, en lo concerniente
estaban ya criados, consideraban mucho h inclinación que en ellos a lo que consideraban el conocimiento supremo de la colectividad
había" para dedicarlos a una profesión apropiada a su vocación. como tal y eran llamadas nemachtilóyan, lugar de estudio, escuela
"Grande y concierto era éste de los mexicanos. . . En efecto, di- de baile de cada calpúlco, cabecera del calpúlli; la del centro era
fícilmente se hallara nación que en tiempo de su gentilidad haya llamada Cuica,cálli, casa del canto, centro de las instituciones edu-
puesto mayor diligencia en este artículo de la mayor importancia cativas, donde se practicaba la danza, el canto, la poesía y la ora-
para el estado". (Historia Natural y Moral, Lib. VI., Cap. 27, p. toria; Mixcohuacálli, casa de Mixcóhuatl, símbolo de la voz del
505 ss.). viento, verdadero coliseo, donde se recreaban los señores y princi-
pales; allí se reunían cantores, artistas y cirqueros de extraordi-
A tal grado llegó a tener importancia la educación en la es- naria habilidad, poetas y oradores profesionales tanto de M exíco
tructura del Estado Mexicano, que sin temor pudiera decirse, que como de Tlatelólco para deleite de aquéllos.
nada sabe de los pueblos autóctonos de Anáhuac, quien desconoce
el cometido de su sistema educativo, pues de éste dependía toda "En ninguna parte, afirma el padre Acosta, hubo tanta cu-
e:rganización jerárquica y estatal. Porque enseñanza y educación riosidad de juegos y bailes como en la Nueva España, donde hoy
propendían fundamentalmente al conocimiento y al cumplimiento día se ven indios volteadores, que admiran, sobre una cuerda; otros
exacto de las costumbres que constituían su derecho, para su in- sobre un palo alto derecho, puestos de pies. danzan y hacen mil
corporación plena a la vida de la comunidad, o sea del Estado. mudanzas; otros con las plantas de los pies, y con las corvas, me-
Así, desde pequeños, los anahuacas no sólo quedaban iniciados en nean y echan en alto, y revuelven un tronco pesadísimo, que no
el conocimiento de las normas jurídicas y de la ciencia, sino que parece cosa creíble, si no es viéndolo; hacen otras mil pruebas de
además se veían envueltos en el engranaje de la organización po- rntileza, en trepar, saltar, voltear, llevar grandísimo peso, sufrir
lítica del Estado, que los utilizaba con ventaja a beneficio de la golpes, que bastan a quebrantar hierro, de todo lo cual se ven prue-
colectividad, de acuerdo con las circunstancias personales y de he- bas harto donosas. Más el ejercicio de recreación más tenido de
cho, que constituyen la realidad. los mexicanos, es el solemne mitote que tenían por tan autorizado,
qne entraban a veces en él los reyes, y no por fuerza como el Rey
Con creces demostraron los anahuacas que la tranquilidad so- D. Pedro de Aragón con el Barbero de Valencia, Hacían este baile
cial que pretende el derecho, sólo se alcanza mediante un sistema e mitote, de ordinario en los patios de los templos y de las casas
educativo estricto, en perfecto acuerdo con los ideales del Estado. reales, que eran los más espaciosos: Ponían en medio del patio dos
Básicamente la administración docente estaba dividida, por instrumentos: uno de hechura de atambor, y otro de forma de
razón del sexo, en tres grandes categorías, genéricamente llamadas barril, hecho de una pieza, hueco por dentro y puesto sobre una
nexcatilóyan, donde se aprende: figura de hombre o de animal, o de una columna. Estaban ambos
templados de suerte que hacían entre sí buena consonancia. Ha-
1) .-Escuelas de hombres, de cada calpúlU y de la ciudad sa- cían con ellos diversos sones, y eran muchos y varios los canta-
grada, una de cada grado: a.-Telpochcálli, casa de jóvenes, y la res: todos iban cantando y bailando al son, con tanto concierto,
del recinto sagrado llamada hueytelpochcálli; gran casa de jóve- que no se discrepaba el uno del otro, yendo todos a una, así en las
nes; b.-Calmecác, hilera de casas, escuela superior, la del recinto voces como en el m:wer los pies con tal destreza, que er a de ver.

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En estos bailes se hacían dos ruedas de gente: en medio estaban
cdos instrumentos, se ponían los ancianos y señores y gente más
grave, y allí cuasi a pie, quedo, bailaban y cantaban. Alrededor de
éstos, bien desviados, salían de dos en dos los demás, bailando en
coro con más ligereza y haciendo diversas mudanzas y ciertos sal-
tos a propósito, y entre sí venían a hacer una rueda muy ancha XIV.-Los Calmécac, hilera de casas -
y espaciosa. Sacaban en estos bailes las ropas más preciosas que
tenían, y diversas joyas, según que cada uno podía. Tenían en esto
, gran punto, y así desde niños se enseñaban a este género de dan-
zas": (Historia Natural, Lib. VI, Cap. 28, p. 507 ss.).
Desde el punto de vista jerárquico, administrativo, docente y
educativo, había dos grandes jerarquías, a través de las cuale'l
todo individuo debía pasar para incorporarse como miembro y
funcionario de la colectividad y del Estado: una, de los calmécac,
hilera de casas, (administrativa) y otra, la de los tel7Jochcálli,
casas de jóvenes.

Eran escuelas patrocinadas por Quetzalcóhuatl, el fecundador, sím-


, bolo de la inteligencia y de la humana sabiduría, con fondencias
francamente administrativas, escuelas para aprender la tlahtoca-
mecayomachtilíztli ciencia de gobernar, donde los sabios, tlamati-
níme, artífices, toltéca y reverentes tlamacázque, enseñaban las
ciencias, las tradiciones y las artes, con un sistema disciplinario
muy estricto, a los hijos de quienes tuviesen deseos de entregarlos
a esa casa de la sabiduría, ya por motivos personales o en atención
a los agüeros, ya por razones de oficio si se trataba de hijos de
gobernantes o de pochtéc.a, comerciantes. Los estudiantes de estos
planteles eran llamados rnornachtíque, alumno; la enseñanza era

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....
colectiva e individual, la colectiva impartida por sabios, peritos traer agua ,leña y copa! : form ::lban grupo especial en las ceremo-
y ancianos, y la individualidad era en cadena de mayor a menor, nias públicas y en la grnrra. Tenían ayunos rotativos, baños fre-
el de 20 años enseñaba al de 19 y éste al de 18 y así sucesivamente. cuentes, alimentación mesurada, se les enseñaba a tener profundo
Cada grupo de enseñanza era dirigido por dos jefes: el momach- respeto a los superiores, n los mayores y a las costumbres, el de-
ticaUáhto, jefe de alumnos y el momachticachcáuh, alumno prin- recho, r etórica y modo de hablar con propiedad (oratoria), así
cipal, uno ejecutivo y el otro administrador. Los maestros encar- como la práctica de la urbanidad y se iniciaban en el estudio de
gados de la enseñanza eran llamados t emachtiáni, maestros; ade- las ciencias, artes y economía y otr as m:iterias que con prosperi-
más de los tlamatiníme, sabios, huehuétque, ancianos y artistas, dad se enunciarán, que se impartían por selección de alumnos de
tolteca, enseñaban algunos teachcáhuan, principales o capitanes. acuerdo con el adelanto y talento de cada cual.
Los ichpochcálli, casas de las jóvenes, tenían la misma estruc-
tura en su organización. Los grupos de alumnas eran encabezados
por las ichpochtlahtóque, gobernantes de muchachas, ejecutoras;
las ichpochachcáuh, alumnas principales y las cihuatlcimachtiáni,
maestras, impartían la enseñanza. Esta estructura pa rece dem ~ s­
trar que paralelamente a la organización jer árquica de los hon1-
bres, existió una organización de mujeres en materias concernien-
tes a ellas y al culto, como puede comprobarse en materia come1·-
cial, gremial y la existencia de cihuateocálli, templos de mujer'es.
donde ingresaban por voto temporal o vitalicio, conforme a su vo-
luntad, y las cihuatlahtóque, mujeres g obernantes, en cada barri o,
índice de un adelanto extraordinario en materia política, pues se
daba ingerencia directa a la mujer en lo concerniente a las activi-
dades propias de su sexo y de sus profesiones, tomando parte en
el gobierno, cosa que apenas se está perfilando en nuestros tiem-
pos.

El calmécac, era considerado por los anahuacas como "casa de


llanto y tristeza, donde los que allí se crían son labrados y aguje-
rados, como piedras preciosas, y brotan y florecen como rosas. De
allí que salen como piedras preciosas y plumas ricas. sirviendo n
Nuestro Señor, de allí reciben sus misericordias". (Sahagún, Lib.
VI, Cap. 40). Lo que caracterizaba al calmécac era la forma claus-
tral, de encierro, y su tendencia intelectual, científica y religiosa.
a la vez que artística en la enseñanza. Tanto varones como muje-
res, cada cual según las funciones sociales que después desempe-
ñaría, que integraban a estas escuelas anexas a los templos, de-
bían llevar una vida ejemplar de mortificación y estudio, sus tra-
bajos manuales estaban fundamentalmente relacionados con el ser-
vicio del templo: cosechar púas de maguey para el autosacrificio,

64 65

....
Eran jóvenes educados estrictamente, debían dormir en el tel-
pochcálli; a diferencia de los anteriores, comían en sus respectivas
casas. Los alumnos se llamaban telpóchtli, joven. Recibían una
educación similar a aquellos en cuanto a respeto a los mayores, a
obediencia, urbanidad, conocimiento de las tradiciones y costum-
XV.-Los telpochcalll, bres y práctica del derecho, pero fundamentalmente estudiaban y
casa de los jóvenes hacían ejercicios de táctica y estrategia militar. Por ser menos
severas estas escuelas, los egresados generalmente adquirían gra-
dos en el ejército, o salían a practicar una industria, más para
ocupar un puesto de gobierno, lo cual también ocurría en atención
a sus méritos y valor comprobados en sus funciones.
La educación también era colectiva e individual en cadena de
mayor a menor, formando grupos encabezados por dos jefes: el
teachcáhuan, principal o capitán, administrador, y el telpochtla-
tnque, gobernante de jóvenes, ejecutor, escogidos entre los m{ts
diestros y cumplidos alumnos.
Las mujeres tenían casas similares, donde aprendían los ofi-
cios y trabajos propios de su sexo, siendo menos estrictas que en
l~s anexas a los templos; también tenían dos superioras: una ad-
miniestradora y otra ejecutora, frente a los grupos de alumnas.
Los jóvenes "iban todos juntos a trabajar donde quiera que
tenían obra, escribe Sahagún, a hacer barro (adobes), o edificios,
labranza de tierra o zanjas o acequias. Para hacer estos trabajos
iban todos juntos o se repartían o iban todos unidos a tomar leña
a cuestas, de los montes, que era necesario para la casa de cuica·
cálco (casa del canto) y telpochcálli (casa de jóvenes) y caundo
Casas de jóvenes ,eran escuelas patrocinadas por Tezcatlipóca, es- hacían algunas obras de trabajo cesaban de él un poco antes de la
pejo resplandeciente, el siempre joven, símbolo del poder y de la puesta del sol. Entonces iban a sus casas y bañábanse, y untábanse
, principales, teniendo habilidad para gobernar y regir a la gente con tinta todo el cuerpo"; poníanse sus atavíos, según era su grado
memoria, con tendencias francamente ejecutivas, de acción, tam· o dignidad e iban al cuicacálco. "Era costumbre, prosigue Saha-
hién consideradas como "casa de penitencia y lloro, donde se crían ,r:ún, que a la puesta del sol todos los mancebos iban a bailar y
y salen ya hombres valientes", "porque en este lugar se merecen danzar a la casa que se llamaba cuicacálco, cada noche". Ponían
los tesoros de Dios, orando y haciendo penitencia, y pidiendo que lnmbre en la casa de cuicacálco los mancebos. "Y comenzaban a
les haga misericordia y la merced de darles victorias para que sean bailar y danzar todos, hasta pasada la media noche, y no tenían
baja". "Por tanto, humildemente rogamos, decían les padres, le otras mantas, sino las dichas chalcaáyatl (ayate de Chalco), que
recibáis para que entre y viva con los niños de otros de los prin~ andaban casi desnudos; y después de haber bailado todos iban a
cipales, y demás gente que se crían en este telpochcálli" (Sahagún, las casas de telpochcálli a dormir en cada barrio, y así lo hacían
Ap. del Lib. III, Cap. IV). cada noche". Si querían salir de esta escuela para casarse tenían

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.....
que pedir permiso y pagar su rescate, o si requerían permanecer
en el telpochcálli pasada la edad, sólo salían por orden de los go-
bernantes". (Sahagún, Ap. de Lib. III, Cap. IV a VI).
La organización y administración de la educación de los ca-
mécac formaban la base del poder administrativo del cihuacóhuatl
en tanto que las de los telpochcálli dependían del poder ejecutivo
del tlahtoáni.
Al Tlíllan calmécac, escuela con biblioteca, y al Hueytelpoch-
cálli, gran casa de jóvenes, del recitnto sagrado, eran llevados los
más av.e ntajados de las demás casas de estudio y los hijos de los
g-obernantes de la ciudad y de los de la federación. Así fue como
Cuauhtémoc vino a estudiar al Tlíllan calmécac.
La educación era obligatoria para todos y sin .excepción o dis-
tinción de persona. Todos · debían cooperar en ella: padres de fa-
milia, guerreros, escritores, sabios y filósofos, astrónomos, maes-
tros en artes y oficios, quienes ya en los centros educativos o con
el ejemplo y vigilancia en los hogares y en los lugares públicos,
estaban obligados a velar por el respeto del derecho, de las cos-
tumbres y tradiciones. ·

La danza y la música consideradas como elementos fundamentales de


la cultura náhuatl. Códice Florentino, Lib. VIII, Cap. 14.

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....
~1 -=====----nn XVl.-La escuela superior, el cuicacalli, casa de canto

f t

l
1

Los anahuacas veían,en el arte las aspiraciones supremas del hom·


bre, de la colectividad y de lo divino, y por ello centraron en el
cuicacálli la dirección de las obras públicas, de la enseñanza y de
la educación.
En el ámbito de la estética, de lo bello, es menester el concurso
Otra escena de danza )' mus1ca con los instrumentos musicales llamados de hombres y mujeres; por ello los anahuacas, no obstante ser tan
áuéhuctl )' tcjwnaztli como en la figura anterior. Códice Florentino, estrictos en materia sexual, practicaron la coeducación en el arte.
Lib. IV, Cap. 7.
Por la mañana, en asamblea de directores de escolares, los go-
bernantes en el cuicacálli, casa del canto, determinaban diariamente
la realización. de las obras públicas en las que toda la juventud
tomaba parte activa. Por las tardes, desde pequeños, se adiestra-

71

...1111
/

ban en el canto, la danza, y el ceremonial de sus fiestas. El arte prensión, pues como para ellos el Estado constituía, como la cultu-
unía y disciplinaba a la colectividad, para solaz de todos y espe- ra, una unidad integral, no haciéndose distingos por materia sino
cialmente en materia divina. El cuicacálli era el centro en torno ·por elevación en categoría dentro de los dos grandes poderes, por
al cual giraban las instituciones educativas, que se regían por las lo que eran más bien espirales, entreveradas y complejas, como lo
normas estéticas del arte. es la vida (no partían de un esquema lógico, prefabricado, sino de
Las ichpochtlahtóque, gobernantes de muchachas, siempre es- la vida práctica tal como se presenta), pasando por tamices, a tra-
taban presentes para vigilar y cuidar de la honestidad, en todas vés de consejos, asambleas y autoridades, íntimamente unidas en-
las funciones que se hacían diariamente al ponerse el sol, en cada tre sí. Así por ejemplo, por la milicia se adquirían grados en jerar-
calpulco en el nemachtilóyan, donde se estudia, escuelas de danza, quía religiosa y por ésta se podía ascender a funciones en la admi-
y los más diestros en el cuicacálli, casa de canto, del centro. nistración, por ésta al fisco, de éste otra vez a la milicia en grado
más alto, y luego al gobierno, etc. Por consiguiente las jerarquías
Ya vimos que además tenían el coliseo llamado MixcohuacálU, trazadas en seguida, no hay que tomarlas como algo fijo, sino en
junto al cuicacálli, y dentro del recinto sagrado anexo al Tlíllan constante cambio, dependiendo de la particularidad de personas y
calmécac, el teatro. Así también en el centro del mercado de Tla- circunstancias que intervenían en el momento histórico.
telólco había un momóxtli, pirámide pequeña con cuatro escaleras
y plataforma superior, donde se hacían representaciones teatra-
les, comedias y danzas para el pueblo.
"Al terminar su enseñanza escolar, escribe O. de Mendizábal,
los hombres a los 21 años y las mujeres a los 18, iniciaban sn
ingreso a la vida social con el matrimonio, que se verificaba, con-
certado por los padres, al dejar los educandos el instituto, pues,
siendo extremadamente rígidas las costumbres y las leyes, por lo
que a la moral de las relaciones sexuales atañía, previsoramente
poníales a salvo de incurrir en falta por necesidad fisiológica·'.
(Obras Completas, T. II, p. 72).
Sobre esta base sólida, el anahuaca iniciaba su carrera jerár-
quica inspirado por sus propios ideales, ya realizando labores agrí-
colas o industriales, o siguiendo las etapas que requiere el perfec-
cionamiento político, religioso o militar. De todas suertes era guia-
do hacia los intereses comunes del pueblo, que se confundían en
Pl derecho con los del Estado. De aquí que, con estudiar el desarro-
lh 0e las jerarquías del Estado, completaremos el cuadro de la
e·incación ::::quí apnntado, a la vez que servirá de base para com-
rrencler la organización judicial del Estado, que parte del pueblo
al poder soberano, en acción mutua de intereses y del poder mismo,
. limitado por las costumbres y supeditado a ellas.
Hemos de advertir que las jerarquías en Anáhuac no eran
meramente verticales, como se quisiera ver para facilidad de com-

72 73

....
comestible que hubiese en Anáhuac, que no la hubieran clasificado,
puesto nombre y hecho de ella un manjar; no hay planta venenosa
o curativa de que no hubieran averiguado sus efectos, ni hay animal
de esta tierra del que no hubiesen estudiado sus costumbres o pro-
bado para saber sus cualidades nutritivas, medicinales o intoxican-
XVll.-Métodos fundamentales de enseñanza tes (Véanse las obras de Francisco Herrera y el Códice Badiano).
Su religión era la ciencia, por lo que cualquier descubrimiento
o invención era objeto de culto, principalmente en materia astro-
• nómica, que es lo que estaba más allá del alcance del hombre de
entonces. Los elementos contenidos en la tierra, el fenómeno de
la germinación, crecimiento, vida, movimiento y fenómenos men-
tales, fueron fielmente observados por ellos, por lo que la ense-
ñanza era fundamentalmente de investigación práctica y positiva
de cuanto veían en la naturaleza. "No solamente se sirvieron aque-
llas naciones, afirma Clavijero; de la tradición, de las pinturas y
de los cantores para perpetuar la memoria de los sucesos, sino
también antiguamente de hilos de diversos colores y diferentemente
anudados que los peruanos llaman quipu y los mexicanos nepo-
hualtzítzin", instrumento para llevar cuentas (Lib. VII, Cap. 49)
verdaderas calculadoras y a la vez libros abiertos.
"Son quipos, escribe el P. Acosta, unos memoriales o registros
hechos de ramales, en que diversos ñudos y diversos colores, signi-
fican diversas cosas. Es increíble lo que en este modo alcanzaron,
porque cuanto los libros pueden decir de historia, y leyes y cere-
monias, y cuentas de negocios, todo eso suplen los quipos tan pun-
tualmente, que admira. Había para tener estos quipos o memoria-
les, oficiales diputados que se llaman hoy día quipo camayo (en
Peru, y tlcipóuhque en Anáhuac), los cuales eran obligados a clm·
Los analrnacas transmitían las enseñanzas, ya tradicionales o de
cuenta de cada Cüe!a, como los escribanos públicos acá, y así se le:::
observación experimental, por medio de pinturas y glifos explica-
había de dar entero crédito. Porque para diversos géneros como de
dos verbalmente y memorizados de g.e neración en generación. Sus guerra, de gobierno, de tributos, de ceremonias, de tierras, había
métodos de investigación eran sumamente ingeniosos, colmados de diversos quipos o ramales. Y a cada manojo de éstos, tantos ñudos
paciencia y perspicacia. Como para ellos todo tenía su razón de y ñudicos, y hilillos atados; unos colorados, otros verdes, otros azu-
ser, el mundo era todo movimiento y vida, investigaban acuciosa- les, otros blancos, y finalmente tantas diferencias, que así como
mente el objeto, constitución o costumbres de animales, plantas,
nosotros de veinte y cuatro letras guisándolas en diferentes mane-
minerales, cosas y lugares, dándoles nombre sumamente apropiado
ras sacamos tanta infinidad de vocablos, así éstos de sus ñudos
a su condición física o mental. Podemos señalar como ejemplo, que y colores, sacaban innumerables significaciones de cosas".
es el único pueblo del mundo que haya registrado y analizado cuan-
to vegetal comestible hubiera en su territorio, pues no hay planta Y para todo registro y contabilidad, "hecha la averiguacil5n

75 7G

....
allí al pie de la obra con cuantidad de ñudos y manojos de cuerdas El hecho de que ninguno de los "civilizados" invasores hubie-
que dan por testigos y escritura cierta. Yo vi, prosigue el P. Acosta, se aprendido esas "retartalillas" y modo de manejar esas calcula-
un manojo de estos hijos, en que una india traía escrita una confe- doras y su sistema de calcular tan perfecto como lo demuestra su
sión general de toda su vida y por ellos se confesaba, como yo lo l)ropio calendario, más preciso que el nuestro actual, pone en evi-
hiciera por papel escrito, y aún pregunté de algunos hilillos que dencia la calidad inferior de los que vinieron, carente de interés
me parecieron algo diferentes, y eran ciertas circunstancias que científico y manifiesta su propia barbarie, y explica el por que
requería el pecado para confesarle enteramente". (Historia Natu- hayan destruido y arrasado impíamente lo que sobrepasaba a sus
ral, Lib. VI, Cap. 8). pobres mentes y a su piedad escasa e intolerante.
"Fuera de estos quipos de hilo, prosigue Acosta, tienen otros Con esos instrumentos llevaban cuenta y estadística tan pun-
de pedrezuelas, por donde puntualmente aprenden las palabras que tualmente que afirman los cronistas que el tlahtoáni podía saber
quieren tomar de memoria. Y es cosa de ver a viejos ya caducos al instante el número exacto de habitantes, y el cihuacóhuatl las
con una rueda hecha de pedrezuelas, aprender el Padre Nuest r o... existencias de los almacenes y lo que estaba por recaudar. Para
y no hay más que verlos enmendar cuando yerran, y toda enmienda ellos eran libros abiertos de gran utilidad, . en tanto que para nos-
consiste en mirar sus pedrezuelas, que a mí para hacerme olvidar otros misterio insondable, gracias al espíritu destructor, codicioso,
cuanto sé de coro, me bastará una rueda de aquellas". (Ibid). ignorante y soberbio, que tanto admiran algunos, de la decantada
'civilización' occidental a la que pretenden 'incorporarnos' ¡ los
Muchos de estos sartales de piedras que en realidad eran sus
indigenistas!
memoriales, los arqueólogos los toman por collares. Para sumar,
restar, multiplicar y dividir, tenían además unos nepohualtzítzin. Las m aterias que enseñabnn en las escuelas eran fundamental-
aparato para llevar cuentas, verdaderas calculadoras con hilitos de ment e: la tlcipohualíztli, ·ciencia de las cuentas o matemáticas; la
diversos colores y cuentas de oro o de piedras ensartadas en dis- úhuicatlam achtiliztli, conocimiento del cielo y de los astros, astro-
tintos lugares, que al torcerlos sacaban la cuenta exacta; desgr::,- nomía; el estudio acucioso del ilhuitlapóal amóxtli, libro de la cuen-
ciadamente como en Anáhuac fueron de oro desaparecieron; aún ta de los días; el tonalámatl, libro de los días; la nepilahtolmachti-
se conserva uno sin las cuentas en el museo de El Salvador. lóni, arte de hablar con elegancia como los piltin, principales; la
chicoquíztiuh tlaxtlahuilíztli, ciencia de los censos o estadística la
"Pues verles otra suerte de quipos que usan de granos de maíz,
tlahtoeamecayomachtilíztli, ciencia de gobernar; la tlahtocamecach-
es cosa que encanta. Porque una cuenta muy embarazosa, escribe
tilíztli, conocimiento de las genealogías, heráldica; la pahnamach-
el P. Acosta, en que tendrá un muy buen contador que hacer por
iilíztli, conocimiento de medicinas, la farmacopea; pnhmachtilíztli,
pluma y tinta, para ver a cómo les cabe entre tantos, tanto de con-
tribución, sacando tanto de acullá y añadiendo tanto de acá, con conocimiento de la medicina, el cual tenía varias especialidades:
otras cien retartalillas, tomarán estos indios sus granos y ponían t epáhti, el que cura; tlámah, médico; tícitl, partero; texpáti, oculis-
uno aquí, tres acullá, ocho no sé donde pasarán un grano d ~ ta,tenacazpáti, especialista en oídos; la t eotlamachtilíztli, conoci-
11quí, trocarán tres de acullá, y en efecto ellos salen con su cuenta miento de reverenciar lo supremo, teología y liturgia; el cahuitla-
puntualísimamente, sin errar un tilde; y mucho mejor se saben machilíztli, conocimiento de la historia; y ehuecauhtlatóltin, histo-
ellos poner en cuenta y razón de lo que cabe a cada uno de pagar 1·ia de las cosas antiguas; huehuetlatóltin, los dichos de los ancia-
o dar, que sabrer1ws nosotros dárselo por pluma y tinta averiguado. nos; tlacuilolíztli, el arte de pintar y representar en glifos, toyolia-
rnachtilíztli, la ciencia del impulso o ímpetu vital, el alma; qufriuh
Si esto no es ingenio y si estos hombres son bestias, júzg-c· e] o qnie!1
quisiere, que lo que yo juzgo de cierto, es que en aquello a que f!f' t la:: olmachtilíztli, el arte de ahuyentar y conocer las lluvias, etc.
r;plican nos hacen grandes v entajas". (Historia Natural, Lib. VI, Conforme los alumnos iban avanzando en sus estudios, de
Cap. 8). acuerdo con sus aptitudes personales, eran incorporados a las di-

77 78

....
versas jerarquías del Estado. Unos seguían la carrera sacerdotal,
teopixcáyotl, guardían de lo divino; otros eran preparados para
gobernar, les enseñaban la tlahtoc.atlamachilíztli, ciencia de gober-
nar; o para alguna carrera especial de las ya señaladas: magistra-
tura, medicina, arquitectura, astronomía, censos, poesía, etc., o
para artesanos y artistas, aprendían el toltecáyotl arte manual, XVlll.-Organización religiosa
artesanía. Todos debían salir nehmatcatlatoaníme, personas pru-
dentes en el hablar.
Fundadas sobre estas dos jerarquías, la tradicional y la edu-
cativa, estaban las instituciones locales: religión, gremios indus-
triales y sociedades de señores, y las instituciones federales: admi-
nistración, fisco, justicia, gobierno común, comercio y milicia, que
a continuación consideraremos brevemente en este mismo orden.

Dice con razón Clavijero que "por lo dicho se deja entender que
los sumos sacerdotes de México, eran jefes de la religión solamen-
te respecto de la nación mexicana, y no de las conquistadas, que
aún después de sujetas en la política al rey de México, conservaron
su sacerdocio independiente". (Historia Antigua, Lib. VI, Cap. 14).
A diferencia de los españoles, los anahuacas obraron con sabi-
duría, pensando como Agamemnón de Esquilo: "Si respetan los
templos y los dioses de los vencidos, los vencedores se salvarán".
En efecto, en nada fueron tan denigrados, por razones obvias,
los anahuacas como en materia religiosa, que nunca entendieron
los invasores, tanto frailes como españoles, ya para justificar l:.t

79 11 81

.....
usurpación e invasión o por convenir a sus particulares intereses y
el temor a Sócrates y a su espíritu que sabe que nada sabe, y que
sobre todo por ignorancia y fanatismo. Por lo cual en esta mate-
con eso tiene ventaja sobre todos los demás, que siquiera posee
ria es donde reina más la contradicción y el engaño, al grado de
conciencia y honradez intelectual al saber que nada sabe.
que ningún autor hasta la fecha ha logrado ni siquiera empezar a
desentrañar el conocimiento de la religión, y sin embargo consti- La religión en Anáhuac, como su derecho, no obedeció -como
tuye el nudo Gordiano de la cultura de Anáhuac, y difícil es ha- en Europa- a campañas de ideas, ergotismos, torturas mentales,
cerlo por no estar traducidas y sometidas a acuciosa crítica las ' torneos oratorios, y, a eliminación y sublimación de iluminados,
fuentes de información histórica, ni han sido estudiadas con crite- sino que se limitó a su estricto cometido social: "dar una concep-
rio propio sino con errado juicio occidental, tan contrario al pen- f: ción hipotética de la vida con una actitud ética correspondiente",
samiento anahuaca, fundado en las mal intencionadas versiones apegarse a los descubrimientos científicos y fomentarlos, y, final-
que los frailes dieron, informados a su vez, no por testigos presen- mente, estructurar a la sociedad de acuerdo con sus propias con-
ciales y autorizados, los cuales se negaron a hablar, sino por indí- vicciones y provecho propio.
genas ya catequizados, de pervertido o adulterado pensamiento in-
fluenciado por lo occidental y ninguno propiamente fue tenochca. Algunos conocimientos esotéricos eran cultivados por el grupo
De aquí que "versifiquen" todos los que han escrito sobre religión reducido de tlamatiníme, sabios; tlaixtlamatíni, expertos, y tlama-
de Anáhuac; si saben algo de religión la denigran y los que nada cázque, reverentes, mientras el pueblo permanezca fiel al culto
saben de teología inventan bordando teorías mágicas, indignas de astrornómico de fácil comprensión, y adicto a la multitud de pres-
crédito para gente sensata. El señor Plancarte, con todo y ser cripciones relacionadas fundamentalmente con la cíclica astronó-
obispo católico, es el único que hasta ahora ha producido las mejo- mica de eclipses, rotación de los astros y períodos agrícolas de las
re3 investigaciones al respecto, porque las investigaciones de Seler diversas plantas: maíz, frijol, maguey, etc.
y las interpretaciones hechas en sus traducciones no responden En religión hay que distinguir dos órdenes jerárquicos: el
al pensamiento indígena, por ser demasiado nibelungas o griegas. eclesiástico o sea el de la asamblea organizada, la administración
Fácil es incurrir en espejismos y errores de discernimiento en que llamamos iglesia, y el 01'Clen litúrgico (acción pública) que
una materia como ésta, en la que el propio juez, el que la estudia, difiere de aquél según las personas que intervienen en las ceremo-
toma inconscientemente parte en la contienda por medio de sus nias y que actúan como ministros, ya diciéndose representantes de
propias convicciones, aferradas a su corazón, difíciles de desvincu- la divinidad o del pueblo.
lar de sí mismo, íntimamente unidas a su propia existencia, y aún En Anáhuac la organización eclesiástica era- de carácter a la
anteriores a ella, por tradición social; a pesar de ello, nada puede vez civil y autónomo. Civil en cuanto las principales funciones es-
mejor contribuir a la comprensión del "fenómeno" religioso, que taban reservadas a los gobernantes, funcionarios públicos, altos
el estudio del pueblo mexicano, a este respecto.
guerreros y grandes comerciantes, y los dos jefes del Estado gober-
El proceso evolutivo religioso pudiera expresarse de la suer- naban, ordenaban, transformaban y ejecutaban en lo tocante a
te: n mayor ignorancia, mayores absurdos para explicar lo desco- religión y culto; a la vez que eran elegidos considerábanlos repre-
nocido, con sencillas enseñanzas; en tanto que a mayor conocimien- sentantes de la divinidad, por lo que tan puede decirse que todo
to cientfico, mayor complicación en los absurdos, con apariencia; el Estado era una administración religiosa como que la iglesia
natural, y mayores los actos de culto para encubrir con el misterio, era un órgano del Estado. El hecho es que todo anahuaca, de
la pomba de oropel y vanos formulismos, la realidad de su prop1:a acuerdo con las costumbres, tenía un cometido religioso y una
'ignorancia, sabiendo el sacerdocio que no hay mejor ignorancia función que ejercer en el culto, de acuerdo con sus méritos perso-
para él y peor para los demás, que la ignorancia ignorada. De aquí nales y el turno de su servicio, lo cual difícilmente concibe un
occidental.

82 83

...
En cuanto a su carácter autónomo, era una organización de
E:structura similar a las anteriores, formada por el mismo sistema en los que entraba en juego toda la cultura en sus diversas mani-
de agrupación, de 2 en 2, de 4 en 4, etc., de administradores y festaciones de actividad, por lo que en ellos intervenía: el arte, la
ejecutores, ya de hombres o de mujeres, las cihuate.ohuátzin del ci- destreza, juegos, simulacros de guerra, danzas, banquetes, actos
huateocálli, mujeres encargadas de lo divino que vivían en el tem- de astronomía, circo, teatro, procesiones, carreras de antorchas,
plo de mujeres. Al frente de esta organización estaban los dos su- burlas, piropos y actos trágicos de reverencia, cantares, poesía,
mos sacerdotes, ministros: uno de Huitzilorpóchtli, símbolo del oratoria, batallas de flores, música, baños públicos, travesuras,
poder de la voluntad y del sol fecundante, llamado también Tótec, voladores, palo ensebado, distribución de trofeos, donativos, reunio-
Nuestro Señor,, era el quetzalcóhuatl-Tótec-tlamacázqui; no hay nes familiares alternando momentos de profundo silencio con otros
que perder de vista que Quetzalcóhuatl era símbolo de la sabiduría de algarabía, verdaderas funciones fenomenales en las que partici-
humana y no del sacerdocio a manera occidental, pues el concepto paban todas las agrupaciones del Estado y toda la sociedad, gober-
de sacerdocio (el consagrado, el ungido, el apartado) no es anahua- nantes y pueblo; era en suma la cultura en movimiento manifiesta
ca; en cuanto a tlamacázqui, literalmente el reverente, envuelve b en forma patente.
valabra un matiz de adulación; este jerarca sería el ejecutor de
órdenes de su agrupación. El otro era el quetzalcóhuatl-Tláloc-tla-
macázr¡ui; Tláloc, el qne está en la tierra, era considerado señor
de tlaltícpac, la Tierra, y símbolo de los elementos fecundantes de
b tierra, los fenómenos físicos, principalmente el aguci. Este jerar-
cci sería el administrador.

De ellos dependían cuatro grandes funcionarios, siempre por


}1ares, ejecutor y administrador, los cuales eran: 1.-El huitzná-
huatl, bisnaga, señor del sur, que atendía la casa de Huitznáhuatl,
patrón de los comprados, y era director general de los calmécac,
eru administrador; 2.-El tecpanteohuátzin, el que cuida de lo
supremo de palacio, compañero del anterior como ejecutor; 3.-El
Ometóchtli Itzquitécatl, 2 conejo el de Itzquítlan, país de las pa-
lomitas de maíz tostado, encargado del Señor del pulque y del Cui-
cacálli, casa del canto, y con ello de los telpochcálli, casas de jóve-
nes, era ejecutor; y 4.-El mexícatl teohuátzin, el mexicano, en-
cargado de lo supremo, administrador en jefe de todos los templos.
Cada templo tenía su organización con dos tlaniacázque, reverentes,
ni frente y asistidos por tlamacaztóton, pequeños reverentes, y los
teopíxque, guardianes de lo divino, en turno.

En cuanto al orden litúrgico, cada fiesta tenía su ritual y par-


ticipaba del carácter de esta cultura, por lo que no eran fiestas
meramente religiosas, como se las quiere ver, pues aunque todo era
considerado en ellas como religioso, eran más bien actos públicos
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....
XIX.-Gremios industriales

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Ya vimos que uno de los principios básicos de la solidaridad entre
T!;itica t l:;!rniliztli. r:onju ros co n música r agua. Códice Florentino . bs anahuacas era h agrupación por oficios; pueblos enteros se
L ib. Il , Apéndice. dedicaban a un oficio, cuyo nombre generalmente llevaban, así
cc.mo los bD.rrios se agrupaban por actividades, t equíyotl, oficio. La
organiz:~ ción de cada gremio tamién era autónoma, tenían igual-
mente su asamblea de gobernantes y sus dos jefes al frente, quie-
nes juzgaban a sus miembros y tenían sus estatutos y fiestas par-
ticulares, entregando por grupo el tributo estipulado, en especie,
t etlayecólti, a diferencia del tributo en trabajo personal llamado
tequítque, difiriendo el monto de acuerdo con la calidad del pro-
ducto manufacturado. Todos ellos estaban centralizados en Méxi ..

87

....
co, dirigidos por su propia asamblea presidida por el hueyamán-
qui, gran amanteca, plumario, de los pochtéca, los de PóchUan,
lugar de las ceibas, comerciantes y el hueytoltécatl, gran artífice,
jefes de plumarios y joyeros, servidores de Xipe Tótec, falo Nues-
tro Señor, símbolo de la fecundidad y de la vida.
Los gremios estaban en íntima relación con la organización ._,, .. (//.~ \
de los pochtéca, los de póchtlan, lugar de las ceibas ,comerciantes ~"""' q- ( t ) )

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guerreros que realizaban el intercambio de productos manufactu-
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rados y materia prima. 'f

Los anahuacas practicaban la especialización del trabajo en


cada profesión. Cada hombre, aunque por voluntad propia podía
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cambiar de oficio, generalmente seguía la profesión familiar es- ,,.
pecializada. Los conocimientos eran considerados como el más pre- 1/
ciado patrimonio familiar; de aquí el secreto tan grande con que
se guardan aún ciertas fórmulas y procedimientos, especialmente
medicinales o de técnica . .Se hacía la distinción entre aprendices
y maestros, y entre éstos últimos celebraban las asambleas del
gremio para establecer las normas que debían obedecer los agremia-
dos.
La organización de los gremios también era local y no fede-
ral, estaba supeditada al poder administrativo, en cuanto a los
tributos, y al ejecutivo en cuanto a la distribución de productos.

Motccuhzoma Xocoyotzin, gran tlahtoani (ejecutor) de Tenochtitlarr l'n


el momento en que Alvaraáo uno áe sus verdugos lo inmoviliza sujetándole
los pies con clavos. Códice Florentino. Lib. XII, Cap. 21.

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,,¡j
XX.-La sociedad de tetecuhtln, señores XXl.-La jerarquía o poder administrativo

Señores o gobernantes. Eran "señores" que no sólo por razón del


linaje, sino por sus méritos personales (pericia, inteligencia, cono- Esta tenía tres grandes ramos, centrados en el cihuacóhuatl, admi-
cimiento, valor y virtud), puestos al servicio de la colectividad nistrador supremo: A.-Teáxca tetlátqui, la propiedad de todos, o
sometidos a duras pruebas y con la aprobación de las autoridades sea la hacienda pública; B.-Tequíyotl, los servicios públicos; y
militares y religiosas, elegidos por los tlahtoaníme, eran iniciad<M C.-Tetlazontequilíca, los tribunales.
públicamente en una ceremonia o fiesta, pudiendo pasar' a la cate-
goría de gobernantes, tetecúhtin o tlahtoaníme, regir en señorfos, A.-TEAXCA TETLATQUI, la propiedad de todos o Hacienda
Dsí como emparentar con las familias soberanas, huehuepipíltin, Pública : el fisco. Distinguían los anahuacas la hacienda pública
descendientes de los antiguos soberanos. que se con stituía del conjunto de bienes del Estado, para poder
realiz::i.r sus atribuciones, y cuya administración tenía por objeto
Esta sociedad de señores también era local, o sea propia de la recaudación de impuestos y tributos que los gremios y las dis-
<:ada señorío. Las siguientes instituciones eran de carácter fe deral tintas autonomías locales (conforme a lo estipulado en el momento
o común. de la anexión) debían entregar para el sostenimiento del Estado,

89 91

...
a cambio de ciertos servicios públicos que les conferían tranquili- tiapiálli, tesoro público, al frente del cual estaba el teocuitlapíxtli,
dad y orden, así como defensa en sus intereses individuales y co- el guardián del oro, encargado de las joyas y obras de arte, cuanto
lectivos, del teocuitlatiapiálli, tesoro público, que eran alhajas y recibía a este respecto; las armas que recibiera por concepto de
joyas de los gobernantes, que cuidaba el teocuitlapíxtli, guardián tributo las enviaba al tlacochcálcatl, señor de la casa de las jabali-
del oro, el tesorero. nas, el arsenal, así como mandaba lo que perteneciera al templo
Había dos formas de tributa1·: el téquitl, trabajo personal y al tlaquimiloltecúhtli, señor de los envollorios, encargado de b
el tetlayecólti, entrega de algo en especie llamado tlacalcuilli, lo hacienda del hueyteocálli, templo mayor, y al Tlíllan cálcatl, el de·
que entra a la caja. la casa de lo negro, el blibliotecario, que era el tesorero de dicho
templo. Todos ellos llevaban estricta contabilidad de las existen-
La tasación del tributo se hacía por comunidad de calpúlli o de cias teniendo a su cargo diversos ayudantes, entre ellos: los pre-
región, o señorío, o por gremio, así como por concepto de recauda- sos, para almacenar las existencias: los tlacuilos, pintores, encar-
ción de productos de las tierras del Estado. gados de llevar las cuentas en glifos, y los tlapóuhque, contables,
Es de notar el carácter esencialmente colectivo del impuesto en que llevaban el registro con nepohualtzítzin, instrumento de cuen-
estos pueblos .. La capitación, impuesto por cabeza, fue otro de los tas.
grandes desaciertos de la administración española. En el calpixcacálli, casa de recaudación, se reunían los recau-
Los impuestos o tributos se entregaban del calpúlli a la re- dadores, "trayendo, dice Sahagún, cada uno la cuenta de los tribu-
gión bajo la inspección de los calpíxque, guardianes de la casa, tos que tenía a su cargo para dar cuenta y razón de ellos al señor
recaudadores, y de la región o señorío se llevaban a la capital, cuando se la pidiese; y así cada día tenía cada uno aparejado el
según su naturaleza, cada 20, 40 u 80 días si eran productos indus- tributo que era a su cargo" (Lib. 8, Cap. 14, No. 6). Los agentes
triales, o 2 ó 3 veces al año (según los pactos) o cada año al termi- fiscales, calpíxque, vigilaban las cosechas y cultivos para el con-
nar las cosechas. trol de la producción. -
Los tributarios, sujeto pasivo del tetlayecólti, tributo en espe- Por cuanto se refiere al grupo central mexicano, ya se dijo
cie, controlados por los calpíxque, debían llevar el tributo, como se que había 20 calpíxque, uno de cada barrio, quienes rendían cuen-
dijo, a las capitales de los Estados, en proporción a lo estipulado ta al hueycalpíxqui, gran recaudador, teniendo cada cual a sus
con la federación del Valle de México. órdenes calpíxque de 100 tributarios, "centuriones", quienes a su
vez tenían a su cargo "cuadragenarios" encargados de 40 familias
Algunas regiones y señoríos tributaban directamente a cada causantes, y éstos, "vigenarios" de 20, y éstos tenían macuiltepam-
Pno de los tres miembros de la federación, pero cuando se refería píxque, guardianes de 5, y finalmente centepampíxque, guardianes
a conquistas hechas por los tres grandes, los productos se llevaban de I, que el padre Durán llama "mandoncillos", y así tenían repar-
a .Tenochtítlan, donde se repartían entre los tres Estados de acuer- tida toda la ciudad y todos los barrios, porque el que tenía por
do con las normas estipuladas entre sí, señaladas anteriormente. súbditos y repartía entre ellos aquellas cien casas para que aque-
Había calpíxque, recaudadores, especiales para la recaudación llos, a las veinte casas o quince que les cabían, las guiasen y man-
de impuestos especiales. dasen y cuidasen con los tributos y hombres de servicio a las co-
El hueycalpíxqui, gran guardián de la casa, jefe del calpix- sas públicas, y así eran los oficiales de las repúblicas tantos y t an
cacálco, casa de recaudación, bajo las órdenes del cihuacóhuatl, innumerables que no tenían cuenta". (Cap. 41).
administrador general, recibía los tributos de los calpíxque, por El cihuacóhuatl asistido del Tlahtócan, gobierno, y ayudado
orden riguroso, mientras el petlacálca.tl, almacenista, recibía los yJor la multitud de funcionarios antes expresados, era quien en
productos cosechados por los calpóltin; aquél enviaba al teocuitla-· definit iva hacía el reparto de productos de acuerdo con las nece-

92 93

,,¡j
sidades administrativas e informaba al tlahtoáni, ejecutor, del Tres fon:nas principales revistió el impuesto en la federación
.estado general de la hacienda pública para el efecto de la redistri- del Valle de :México:
bución de impuestos y conocimiento de la situación financiera del a.-Tetlanemácfü, el don gratuito u homenaje;
Estado. b.-Tequíyotl, los servicios personales; y
Toda esta administración, como se puede apreciar, estaba c.-Tetlayecólti, el tributo en especie y colectivo. No hago el
profundamente centralizada, y obedecía a las actividades directas análisis de cada uno de ellos por falta de es1mcio.
del Estado. La administración de la hacienda pública, fuera de la Los pueblos incorporados debían:
ciudad, dependía de la división territorial política, pero centraliza-
a.-Pagar tributo territorial y de servicio personal (faenas ')
'·1 da en el cihuacóhuatl, gran administrador, en cuanto a las regio-
funciones) , de acuerdo con los pactos de paz o de guerra
nes dominadas por los tres, y perseguía una política hacendaria
que a continuación veremos, con un sistema q r e impedía el enri- b.-Pagar en especie a manera de renta para el sostenimiento
quecimiento desmesurado y el pauperismo en los particulares, dan- del Estado; y
do, en cambio, extraordinaria fuerza al poder colectivo de la c.-Reconocer la supremacía de la federación en b distl'ibct-
sociedad. ción territorial.
Parece simple a primera vista, el estudio de la tributación de La influencia del tributo fue tan grande, que puede obser-
los indígenas, mas, una vez en contacto con las fuentes históricas, v ~u-secomo causa determinante en toda la historia de los pueblos
se puede apreciar la complejidad extraordinaria de dicho sistema de Anáhnac. La organización territorial manifiesta claramente
tributario . haberse hecho para los efectos del impuesto, desde la distríbución
de la tierra y modo de cultivarla.
Uno de los nexos principales entre la federación y las regio-
nes o señoríos federados fue la organización fiscal. Cada pueblo Tal política fiscal dió por resultado una distribución unifor-
o gremio tenía su propio sistema de recaudación, de acuerdo co~1 me de la población sobre la tierra: densidad uniforme y ocupación
la costumbre y en atención a las circunstancias particulares de de lugares apartados.
sus miembros.
Para ser justos, debemos reconoce1· que las instituciones jurí-
Los anahuacas practicaron una verdadera política tributaria o dicas de los anahuacas, respondían armoniosamente a los anhelos
fiscal, a pesar de las deficencias que naturalmente presenta, para y exigencias de su cultura, y, que sepamos, ning-nna otra organizn-
'losotros, el hecho de poseer ellos un incipiente sistema monetario ción produjo con posterioridad, mejores resultados parn e1 deJarro-
( rned:"ts de cuero, mantas, tiras bordadas, semillas de cacao, etc.) llo social de aquellos pueblos, que se adelantaron con mucho a Rii-
deficiencia más aparente que real. sia y a China en su organización colectivi<>ta. Aunqne tampoco
podemos desconocer que la aparición repentina del blanco con la
Los fundamentos del impuesto varían con la historia; por ello
r:anadería, el cultivo del arroz y del trigo, la explotación minera,
cnda Estado tiene los suyos, ya que el impuesto consiste en una
el desarrollo de la mecánica, etc., de suyo tenía que ocasionar el
relación económica y jurídica entre las necesidades del gobierno y
derrumbe y el desquiciamiento de aquella organización singular,
: . ,, 1 r,c;i bilichl c1es de los individuos e instituciones, miembros del
construida sobre otras bases.
I>.bdo. Vimos que el fundamento primordial para la constitución
de un Estado, estriba en la solución del problema económicc qllc
plfmtea la vida humana en un grupo o región, de donde brota con
pujanza la vida polítfra y moral que determina la actividad cle1
Est(lrlo.

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En la religión tenían importancia primordial los ciclos de la producci6n
agrícola. Aquí vemos una escena de ofrendas presentadas por hombres
y mujeres en la fiesta del maíz. Códice Florentino, Lib. JI, Cap. 23.
El cultivo del maíz, arduo, con el cuáhuitl, por falta de semillas panifica-
bles estaba a la base de la economía )' régimen agrario de los pueblos
de Anáhuac. Códice Florentino, Lib. IV, Cap. 38.

....
XXll.-Tequíyotl, los servicios públicos XXlll.-Tetlatzontequilíca, los tribunales

Todo hombre, por razón de su existencia, estaba sujeto a la pres-


tación de servicios públicos en la comunidad, al menos que por
<:nfermedad, fuerza mayor, por razón de su oficio o la realización
de otras fnnciones de mayor importancia para la sociedad, estu-
viese exento del mismo.
En la prestación de esos servicios ordinarios, la sociedad
élctnaba l)Or comisiones de vecinos en las qne todos, bn.io el mrrndo
de jefes designados en la asamblea o por la autoridad, operaban
por riguroso turno rotativo ,cuyo número variaba en relación con Tetlazontet¡uilícci, dondó ~e dicé lrt t'1ltim~ pnlabra, los tii)11nles.
!:'. obra o servicio que debía ejecutarse. La organización jucUcicil. En una sociedad regida por costurnb¡-e.c;,
Estas cuadrillas se integraban, como sicm1we. de gruJ)OS rle el de recho local esencialmente debe ser respéltado y por ello co11-
5, 20, 40, 80, 400, 800, etc., personas o familias según el caso, duce necesariamente a un federalismo; pero también es una socie-
dirigidas por dos: un tequitláhto, ejecutor, encarg·ado del trabajo dad unida 1)01' un poder .ie1'árquico compiicado (porque intervienen
y tributo y un tlayacánqui, guía de cuadrilla; también había io]Ji- diferentes categorías y distintos pu11tos de visb), que reg'ula la:i
léhque, alguaciles, encargados del orden público. distintas localidades imponiendo u'n orden cornún; así nace espon-
taneamente el deredio común, estableciendo normas y costumbres
Es de señalar como servicios públicos que tenían organi7.a<los: generales dentró de su esfera de competencia a través de las je-
<>1 de limpia, arreglo de caminos, calzadas, calles y canales; el rnrquías aludidas. En dicho sistema, la organización de los tribu-
7;aynáni, el rápido, correo que traía noticias y llevaba órdenes ::i nales constituye el nexo más fuerte de unión en la federación de
todas direcciones del país; los tequihuáhque, embajadores, etc. a utc>notnías del Estado.

97 90

...
Esqurma general de la organización y funcionamiento de los b.-Foráneos: en el juzgado ele cada calpúlco, lugar del
tribunaless calpúlli.

I.-Los tribunales Menores y de Menores: juzgado de parciali- 2.-Tribunales de comvetencia especial o extraordinaria: De
fuero propio.
dad o distrito, y de cada calpúlU rural. Estos eran:
1.-Tribuncllcs de jurisdicción ordinaria, territorial: meno- 1 )-El tr ib~rnal rnilitar y Consef o de Guerra, llamado
res. del tlacatécatl, jefe del cuartel, que por vía punitiva
o de queja en materia militar, tenía efecto en el
a.-Urbanos: La ciudad estaba dividida en 14 distrito:,; tequihuacacálli, casa de embajadores, llamada tam-
judiciales. bién Cuauhcálli, cnsa de águilas. Cuatro eran los
b.-Fodmeos: En cada calvúlli rural. jueces.
2.-Tribunalcs de rnenores:
2)-El tribunal de los píltin, principales, señores y go-
a.-En cada calmécac, de muchachos y muchachas y en bernantes: cuya sede era el Tecpilcálli, casa de prin-
el Tlíllan calmécac central estaba el juez supremo, cipales, en el Técva11, palacio, donde juzgaba el
el Huitznáhnatl. tlahtoáni, ejecutor, con 4 jueces miembros del Con-
sejo de Guerra.
b.-En cadn telpochcálli de jóvenes y de señoritas y e~1
el Hueytelpochcálli central, el Itzquitécatl era el jnez 3 )-T1"'ibunciles de comercio. Estaban en Tlaltelrílco,
principal. montón de tierra, bajo la dirección de los dos jefes
de los pochtéca, comerciantes: el pochtéca tlailótlac,
II.-Tribunales Mnyores de Pr1:mera Insfoncicr: el comerciante que regresó, administrador, y el
acxotécatl o más bien nacxotécatl, el 4 de pies, ejp-
a.-Su f1rncionamiento ordinario: Diariamente, en los cutivo diligente.
días y horas hábiles (de luz) que no fuera día de
fiesta o de mercado, los jueces y magistrados admi- Operaban tres graneles consejos o tribunales:
nistraban justicia en tribunales colegfados. a.-El pochtécn tlahtocáyotl, gobierno de los comer··
b.-Puncionamiento extraordinario: Cada 20 y 80 días, ciantes, qne conccrhba y realiz;:cba l;:i,s empresas
se celebraban nsambleas ele todos los jueces urbanos del grupo; entre éstos h~. bfa algmrns mnjeres.
y foráneos, para ventilar las causas pendientes. La b.-El Mixcóhua tlaylótlac, Jos qve reg::csa1·on del
napphualtlahtólli, discusión de 80, era de mayor im- norte o serpiente de nube que regresó, conse.io
portancia. Los tribunales eran los siguientes: de 5 magistrados que regí:m el mercado y vig i-
laban precios, pesas y medidas, veían por el oT-
1.-Tribunales comunes de jurisdicción ordinaria territorial: den y por la justicia económica. -
a.-Urbanos: 1.-píltin, principales, acudían al Tlac- c.-El 7; orhtéra tlahtócan, o tribunal de los Doce.
xítlan, juzgado, de su distrito o cal- n .i efes de parcialidad ele Tlatelolco juzgaban
pólco, lugar del calpúlli. de tod.'1 infracción comercial y podían hasta im-
poner la pena de muerte.
2.-Los macehuáltin, el pueblo, iban al
Teccálli, casa de los señores en el 4)-Tribunales de los gremios. Cada gremio tenía nn
Técpan, palacio. consejo de maestros con sus dos jefes: ejecutivo y

100 101

....
administrador, que juzgaba a sus miembros. Lo3 'l.-El gob ierno de lci federación, tlahtocancchicólli, junta de
jefes principales de los indtistriales eran el hue yn - tlahtoanfme. Era la reunión de los seis soberanos de las tres
mánqui, gran plumario, administrador, y el hney- cabeceras de la federación: Mexíco-Tetzcóco-Tlacópan, que
toltécatl, el gran artífice. se reunían para tratar asuntos concernientes a la federación.
III.-El Tlohtócan. lu~wr r1c g'0hern:mtec;, fürr1ado fam11ién: Tri- Vl.-El consejo supremo de la federación, tlahtócaicniúhyotl, fra-
bunal Superior. de Apel:lción. de Segunda Jnstancifl. rlPl Ci- ternidad de gobemantes; era constituído por la asamblea de
huacóhucttl, de Electores y Consejo Ordinario del Tlahtoá~ii. representantes de los 38 Estados autónomos, encabezados por
integrado por 12 tecnhtlnhtnrt'W. presidido nor lnc; dns c;r1]y•- la junta de tlahtoaníme, gobernantes, y se reunían para tra-
ranos quien presidiera se llamaba hueytlahtoáni, gran mi- tar asuntos interesantes o de problemas comunes de toda la
nistro de la palabra. Generalmente r11anteaba el prohlem:c el federación. Fue la asamblea que Cortés encarceló al llegar
cihuacóhuatl. discutían todos por eliminación de problem::is a la ciudad de México, matando a todos "a garrote" el día de
y el tlahtoáni decía la última pabhra conformándose a la "' Nuestra Victoria y de su Noche Triste.
voluntad de la asamblea.

Funcionamiento:
1.-En pleno: los 13 ó 14 miembros reunidos.
2.-Por salas o comisiones: combinaban 20 funciones en 12
individuos, qne operaban de 4 en 4, siempre presididas
por un hueytlaht.oáni.
Las cinco grandes comisiones eran:
1 )-Los 4 hnéhuey tetccúhtin, los grandes jefes: religiosn-
militar.
2)-Los 4 hueycnlpoléhr¡uc, jefe de población de los 4
cuarteles.
3 )-Los 4 Cicihuacúhuci, los grandes ac1ministrado e~. 1

li )--Los 4 czwcuachictin, cabezas rapadas, grandes jefes


militares.
G)-El yaotlaJitolúyan, Consejo de Guerra, con 4 miem-
bros.
IV.-Los magistrados supremos: el cihuacóhimtl, gran administra-
dor, y el tlnhtoáni, el ejecutivo, Aunque éstos fuesen los so-
beranos ,no puede pensarse en una diarquía, porque nunca
obraban por voluntad propia sino en conjunción con l::>, asam-
blea del tlnhtócan o de las as::tmbleas supremas que a conti·
irnación señalaremos.

102
103

.....
P.-· '"-·-
--~~-..~--~~---~

Cañones y ball8stas de brtntce y acero contra flechas y jabalin41 de otate.


Códice Florentino, Lib. Xll, Cap. 17.

....
de métodos; su expansión no se debió como vulgarmente se dice, a
que fueran guerreros, sino en realidad a su astucia económica,
semejante a la inglesa, y a su visión política realizada con extrema
paciencia, combinando todos los métodos de integración política
(parentesco, amistad, alianzas, pactos, libertad, autonomía, centra-
XXIV .-La jerarquía ejecutiva, del tlahtoáni lización, conveniencia económica, amenazas, guerra, etc.) para
lograr sus propósitos de unificación y armonía.

Los pochtéca, de Póchtlan, lugar de ceibas, comerciantes, que


algunos traducen por ricos y otros por zurdos, formaban una or-
ganización singular dentro de la federación; su sede principal es-
taba en Tlatelólco, gozaba de autonomía y de grandes privilegios;
tenía señoríos propios y constituía un V!Ínculo económico de pri-
mordial importancia para la federación, sujeto a la autoridad del
tlahtoáni de Tenochtítlan.
Organizados militarmente en sus expediciones, guiados por
un comerciante experimentado, el pochtecatlahtóque, gobernante,
y un jefe militar, el cnauhpoyohuáltzin, águila prieta o capitán, ob-
sevaban un orden jerárquico en la marcha; salían en formación,
por intinerarios predeterminados, de acuerdo con cierto orden ro-
tativo; partían por lugares diferentes de los de regreso, en cara-
vanas, y si preveían dificultades, marchaban de noche y acampa-
ban de día; si se veían perseguidos, tomaban las armas y presen-
taban batalla. (Sahagún, Lib. IX).

Tenían a su cargo los correos, que se llamaan paynáni, los ve-


loces, distribuídos en todo el país, con sus respectivos lugares de
La jerarquía ejecutiva p:ropia del tlahtoáni, ejecutivo, era federal relevo llamados techialóyan, lugar de espera.
o común y constaba de dos ramos fundamentales:
Si iban a tierra extraña, buscaban intérpretes, principalmente
A.-Los pochtéca, comerciantes guerreros; y entre los tlacóhtin, comprados, y se disfrazaban; entonces eran
B.-Los yoaquízque, los que salen a la enemistad, guerreros, llamados náhual oztoméca, nahual de la hilera de cuevas ( disfra-
ambos de primordial importancia en la vida del Estado. zado).

A.-"-Los pochtéca. Sumamente precabidos en sus negocios, ocultaban la mercan-


cía, y si otros la veían, les decían que no era de ellos sino de los
La institución del comercio entre los anahuacas es otra mara- pochtecatla.Jitóque, gobernantes de mercaderes, de Tlatelólco; cu-
villa de esta cultura que asombra a cuantos investigan en ella. Los brían perfectamente la mercancía en las barcas, y desembarcaban
mexicanos, he dicho, fueron verdaderos genios de organización 1f de noche para que no los viesen. Al terminar el vi::i.je iban a da<'

105 106

.....
cuenta a sus jefes, del resultado de sus empresas y de cuanto ha- Jlcaras, donde se hacía el intercambio de productos entre náhua
bían observado; se seguían banquetes y fiestas, por el feliz término y los maya, quiché, etc. Ningún mercado del mundo de entonces,
de la expedición. al menos del occidental, les era comparable; fue motivo de asombro
En extremo desconfiados, nunca paraban en sus casas, sino para los europeos ver tanta mercadería, industria y mercaderes
con otros vecinos. En ciertos lugares, de jornada a jornada, tenían reunidos. ¡Ni Constantinopla, ni Venecia, vieron entonces tanto
sobre el camino dispuestas grandes galeras para descansar. Tenían mercader y comerciante reunido, ni tal variedad de mercaderías!.
escondites en los montes, y hacían grandes hoyos cubiertos de ra- De acuerdo con las costumbres, estaba estrictamente prohibido
mas y tierra, donde se ocultaban de los enemigos. , contratar o vender fuera de los mercados, lo cual nunca entendieron
Hacían planos de los caminos, fortalezas, costas y accidentes los frailes, entre ellos Motolinía, quien se admira de que no le
del terreno, de los diferentes lugares del país. "Otras pinturas quesiesen vender en la calle y lo citaran al mercado para realizar
-afirma Clavijero-, eran topográficas o corográficas que servían la venta, juzgándolos por ello de tontos, siendo que acataban en
no solamente a representar la extensión y límites de las posesiones realidad una medida sabia.
del campo, sino también la situación de los lugares, la dirección
de las costas y el curso de los ríos". (Lib. VII, Cap. 47). Los mercaderes, mientras no salían, se dedicaban a la orfebre-
ría. Tenían mercados especializados de acuerdo con las riquezas
Tenían el cometido diplomático-militar al iniciar las guerras, regionales: mantas, jícaras, orfebrería, alfarería, etc. Azcapotzál-
de reconocer las posiciones enemigas, proporcionar los datos sobre co, chipote de hormigas, hormiguero, e Itzócan (Izúcar), lugar de
los accidentes geográficos y obras de defensa del enemigo, recabar obsidiana, tenían principalmente comercio de trabajadores, tla-
datos demográficos y económicos de los países desconocidos; con cóhtin, comprados. En las distintas regiones, tenían organizados
el carácter interestatal de embajadores, gozaban de inmunidad y en cadena rotativa los mercados, tocando a cada población el con-
de fuero, tanto en el país de origen como en el extranjero. Al llegar curso de mercaderes de la región, uno de los cinco días de la quin-
a una región, llevaban siempre obsequios al señor del lugar, entre- quena.
gándolos de parte del M exícatl, de México.
Es dato importante para el estudio de la organización mexi- b.-El transporte de mercancía.
cana, el que los pochtéca, comerciantes, tuvieran acceso a los pri-
vilegios militares a través de su propia organización y usasen di- Este se hacía por medio de tarnéme, cargadores, quienes tenían
visas particulares y nombres o títulos de acuerdo con sus propias sus propias normas acerca de las distancias que debían andar y el
hazañas, lo que significa el reconocimiento de su grande importan- peso máximo que debían cargar. La distribución de la mercancía
cia con respecto al Estado y la comprobación del desarrollo armó- era concertada por los grandes mercaderes, atendiendo a la ley de
nico, de todas las actividades (militares, religiosas, económicas: la oferta y la demanda y a las disposiciones de los gobernantes.
etc.) de éste, fundidas en una unidad perfecta: el Estado y la cul-
tura. c.-Los paynani.
Sn administración comprendía tres organismos importantes
desde el punto de vista económico: Los paynáni, veloces, correos, a base de relevos, tenían dohle
carácter: económico y político-militar; los gobernantes eran quie-
a.-El tianquiztli, los mercados.
nes más los utilizaban para recibir información y transmitir órde··
El mercado interestatal más importante fue el de Tlatelólco, nes ; también estaban organizados de acuerdo con normas de ter-·
m::mtén de tic:·ra, y le seguía Xicalánco, lugar de abundancia de minadas.

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Transporte a pie por carencia de animales de carga.. Códice Florentino,
Lib. IV, Cap. 32. (Algunos lo interpretan por "ladrones''.) Estaban

~ exentos de ejecutar trabajos públicos.

Los tamcne a las órdenes de los pochteca distribuían la riqucta fJOr todo
el paí.<. Códice Florentino, Lib. IX.

....
Or·ganización social de los 27ochtéca.

Los 1;ochtéca se agrupaban por barrios y pueblos: Sahagún


nombra siete en Tenochtítlan y prácticamente casi todo Tlatelól-
co; poseían tierras y pueblos propios, estaban exentos del tributo
o servicio personal del calvúlli, tequ'Íyotl, faena. Tenían su Tlahtó-
can, lugar de gobernantes, asamblea integrada por doce pochtew-
tlahtóque, mercaderes gobernantes, encabezada por dos jefes su-
premos: el pochtéca tlailótlac, comerciante que regresó, experimen-
tado, administrador, y el nacxotécatl, el de cuatro pies, el ligero o
activo, ejecutor; en este consejo participaban algunas mujeres go-
bernantes. Al organizar una empresa recibían del gobierno de Mé-
xico gran cantidad de productos manufacturados para canjearlos
por materia prima (algodón, plumas, oro, piedras preciosas, etc.).
Seguían los náhual oztoméca, nahuales de la hilera de cuevas,
ricos o principales, que viajaban y tenían cometido económicc-
militar, pudiendo hacer el comercio de tlacóhtin, comprados; entre
.'.lquellos se diferenciab::m los tealtianíme, ( ?) los tecoaníme, com-
pradores de gente; los teyahualohuáni, los sitiadores y los yáhque,
los idos a una parte o caminantes, que eran considerados como
verdaderos pochtéca, en tanto que otros eran considerados apren-
dices del oficio. En la guerra ocupaban las avanzadas, eran los
guías del ejército, operaban por su propia cuenta bajo el mando
de sus cuauhpoyohuáltzin, águila prieta, capitán, quienes los diri.-
gfan y a su vez recibían órdenes directas del tlaccitécatl, jefe del
cuartel, capitán general del ejército.
Consejo de mujeres gobenumtes. C6dice Florentino. Lib. X .
Aparte eran considerados los tlanamacázque, vendedores de
los mercados, y los que tenían tlanaquilizcálli, casa de venb.s en
el mercado.
Frente al mercado los vochtéoa de Tlcitelólco tenían un técpan,
palacio, donde se administraba el comercio e impartía la justicia.
Un consejo de cinco jueces llamado Mixcóhua tlailótlac, los qt10
regresaron del norte, regía el tianquíztli, mercado, fijaba precios
a las mercancías y sostenía un cuerpo numeroso de topiléque, al-
guaciles, para vigilar el orden y mirar por el justo precio, pesas
y medidas.
Un tribunal de comercio con doce miembros, ya mencionado,

109

,""11
era competente para juzgar de toda infracción a los reglamentos, Las guerras entre estos pueblos, como lo afirman tcstir.1onios
deudas comerciales, arreglo de transacciones, a veces complicadas desinteresados y fidedignos como Pomar y Zorita, eran muy raras,
dado el sistema de trueque, quiebras, etc. Tenían sus propias pri- y nunca provocadas por la federación. En cuanto a los sacrificios,
siones y plena facultad para ejecutar sus sentencias, pudienrlo dejando a un lado las exageraciones interesadas y risibles de frai-
aplicar hasta la pena de muerte. les e invasores, se reducían a sentencia:dos a muerte y a enemigos
cautivados en guerra y sólo en contadas solemnidades; puedo afir-
Tenían los pochtéca, comerciantes, almacenes comunes p~,ra
mar sin temor a equivocarme, que en Anáhuac, en todos los siglos
depositar las mercancías. hubo menos personas sacrificadas que asesinatos hiciera Cortés
Todo producto estaba sujeto al impuesto local de cada mer- con sus soldados en medio día, ya en la matanza de la fiesta de
cado. El mercado estaba dividido en secciones, en las que operaban Tóxcatl en la Plaza Mayor o en la que hizo en Cholóllan.
distintos gremios de artesanos o toltecas, y cada sección tenía asig-
nado un comercio especial. El regateo y la venta se hacían con el Si bien pudieron haberse impresionado los invasores españo-
mayor silencio posible. les por los tzom.pántli, armazones de calaveras, sin embargo, Cor-
tés en su Segunda Relación, afirma no haber visto ningún sacri-
El mercado tenía tal influencia política, que la mayor protesta
ficio humano desde que desembarcó hasta después de su derrota,
del pueblo consistía en el cierre del tianquíztli y la paralización
o sea en más de catorce meses, y en realidad, nunca vio un sacri-
de la vida comercial, como lo hicieron para protestar contra Co1'-
ficio humano, ni tampoco lo vio ninguno de sus soldados; los pue-
tés por la prisión de Moctecuhzóma y demás gobernantes con sus
blos agrícolas como los anahuacas nunca han sido militaristas; sin
familiares, así como por haber ejecutado aquél la horrible carni-
embargo, los españole0, con el deseo de justificar su propia barbarie
cería y traición en el Ithuálli, patio, del Templo Mayor.
ante su rey y ante las naciones extranjeras, no titubearon en
Los pochtéca tenían intervención directa en ciertas fiestas acumular cuanto falso testimonio y calumnias pudieron inventar
litúrgicas en el Templo Mayor, tenían templos es11eciales disemi- para darse fama y nombradía, interpretando a su modo los desig-
nados en el país y su principal centro religioso estaba en Choló- nios de aquella ambiciosa reina Isabel la Católica, creadora del
lla.n, lugar de los refugiados, donde veneraban a Quetzalcóhu:atl extraño 'derecho de usurpación' llamado "Legislación Indiana"
en su aspecto de Yahcatecúhtli, señor caminante, patrón de los que dio margen a la fundación de imperialismos y colonialismos
caminantes. que son vergüenza de nuestro tiempo, por lo que no tuvieron em-
pacho en declarar, a quienes ni siquiera conwrendían, por poseer
B.-Los yaoquizque, jerarquía militar. los anahnacas una cultura superior a la de ellos, que ernn pueblos
tradicionalmente levantiscos y guerreros, como en realidad lo eran
Los yaoquízque, salidos a la guerra, constituían el órgano prin- los eS(}aíiolcs, y afirmar que los indígenas vivían devorándose unos
cipal de ejecución del tlcihtoáni, ejecutivo. La guerra, yáoyoll, esb- a otros, que eran sodomitas, siendo que estaba más penado que en
do de enemistad o falta de fraternidad, tenía doble carácter: uno Europa ese delito; que eran bestiales, siendo que el delito nefando
caballeresco y religioso, la xochiyáoyotl, enemistad florida, que se de la bestialidad no se conocía en Anáhuac por versión unánime
pactaba entre dos federaciones independientes, más bien amigas de los cronistas; en cambio, es frecuente entre los europeos, como
(pues no deseaban eliminarse o anexarse), con el objeto de hacer se sabe por sus novelas y como lo comprueba la teología m'.>ral
cautivos de guerra y tener víctimas pm·a el sacrificio, y otro de- católica. En la guerra los anahuacas no mataban por matar, como
fensivo de verdadera enemistad, cmmdo algún señorío hubiera los europeos lo h:m hecho en todos los tiempos; sólo pretendían
infringido las reglas de la hospitalidad debida a embajadores y hacer cautivos para ofrendarlos a la divinidad, razón por la que
c~me l·cümtes o quisiera usurpar el poder de algún Estado. causó tal deE:conciei·to entre ellos esa guerra a "sangre y fuego",

110 111

,,¡j
de exterminio, sin causa alguna que la provocara, si no era el administrativos, los nombres manifiestan algo honorífico o divino,
hurto, el pillaje y la usurpación, que los españoles hipócritamente como hueytecúhtli, gran señor o huitznáhuatl, nombre de la divini-
llamaron "pacificación y guerra justa", para conformarse a las dad de los comprados; y si por méritos en 1a guerra, los nombres
falaces órdenes de la reina "católica", dadas a provecho propio Y manifiestan hazaílas guerreras realizadas por el interesado, como
de la Iglesia Católica. Mas considerando detenidamente los hechos, ezhuahuácatl, el que hace sangr ar, o naquitlamáni, cautivador de
nada es más contrario que ello a la realidad, como lo hemos podido cuatro. Esto nos lleva a comprender, al estudiar la historia, la
aquilatar al estudiar la cultura indígena, que más bien era aficio- repetición de títulos en un momento dado, en distintas personas,
nada a la paz, a las lágrimas compasivas que a la crueldad, como ya en tiempo de paz o de guerra, tal como por ejemplo podemos
todos los misioneros así lo reconocen, incluyendo al P. Landa, comprobar con el título de tlacatécatl, jefe del cuartel (jefe de
obispo de Yucatán, feroz perseguidor de los indígenas, a quien, calpúlli, jefe de hueycalpúlli, jefe del ejército en campaña), sim-
al decir de su biógrafo Héctor Pérez Martínez, "el sayal le hizo el ple capitán, o capitán extranjero.
guía de una cuadrilla de frailes escandalosos, animados por la con-
ducta de su jefe". (Introducción a la Relación de Landa, p. 9). Cuando salía el tlahtoáni a campaña, tomaba el no~bre de
Basta para convencernos el meditar los poemas que nos quedan su guardia: Cuáuhtli Océlotl, señor de águilas y ocelotes, quedan-
de los anahuacas, a sabiendas de que brota de la boca lo que abun- do el título de tlacatécatl a su primer ejecutor de la acción. El
da en el corazón. segÚndo en la guerra era el tezcacóhuatl, serpiente espejo, aunque
La milicia para los anahuacas existía fundamentalmente para otro pudiera ser su título en tiempo de paz.
garantía del orden y de la paz, y era de carácter jurídico y místico,
no para luchas de religión, puesto que todos tenían la misma, con El tlahtoáni, ejecutor supremo, tenía 4 grandes cuacMctin,
divergencias locales o nominales pero respetadas por todos; no rapados, valientes, como asistentes personales: el tlacatecúhtli,
tenía la guerra el sentido que ha tenido en Europa y que actual- señor del personal, ejecutor; el tlacochtecúhtli, señor de los dardos,
mente tiene, lucha de exterminio, de usurpación o imposición de administrador; el tlacatécatl, jefe del cuartel, ejecutor, y del tla-
criterios y doctrinas dándole un sesgo ya sea religioso: ¡defensa cochcálcatl jefe de la casa de los dardos, administrador.
del cristianismo! o del pensamiento democrático, ya el de un:1
mística racista, o por los principios de una falsa democracia impe- Decidida la guerra por el consejo supremo de la federación,
rialista y dictatorial sentada sobre una plataforma de pueblos de los soberanos lo comunicaban y discutían en el Tlahtócan, consejo
ilotas, llamados "subdesarrollados" llámese aquellos: Iglesia Cató- del Estado; luego el tlahtoáni, ejecutivo, daba órdenes a los jefes
lica, Inglaterra, Alemania, Francia, Estados Unidos de América de los cuatro cuarteles o huey cCllpóltin, quienes organizaban el
o Rusia, quienes intervengan en ella, con provecho propio y sin ejército. Estos eran:
derecho. 1.-El huitznahuácatl, a la vez jefe de los calmécac, sacerdote
En la jerarquía militar dos elementos determinaban la posi- y ejecutor, y tres guerreros; ·
ción del guerrero: la tradición y el esfuerzo personal, que inter- 2.-El tlacochcálcatl, jefe del arsenal y de las armas de los
venían turnándose con mayor o menor preponderancia una y otra. telpochcálli, casas de jóvenes, administrador;
según estaba el ejército en receso o en campaña, teniendo en cier-
ta forma mayor influencia política el elemento consuetudinario en 3.-El tlacuiltécatl, el del lugar de los escribanos, jefe de
tiempos de paz, en tanto que en guerra tenían mayor importancia ejecutores de órdenes, ejecutor; y
los grados alcanzados con el esfuerzo personal y el valor. El mismo 4.-El tecoyohuácCltl, el de la piedra perforada, asistente del
nombre de ltítulo casi siempre indica su origen; si por méritos tlacochcálcatl, administrador de la gue;rra y aprovisionamiento.
- -112
113

...1111
Por su parte el cihuacóhuatl, administrador supremo, tenía 4 Por su parte el hiútznahuácatl, sacerdote de los calrnécac, dis·
grandes cuachíctin, rapados, valientes, como asistentes: tribuía a los jóvenes de las escuelas entre los guerreros para que
aprendiesen el arte de la guerra o sea el modo de cautivar, y junto
1.-El cuauhnóchtli, corazón de águila, jefe de guerreros águi- con el tlacochcálcatl, del arsenal, tenía el encargo de contar Y ase-
la, ejecutor ; gurar a los prisioneros durante la batalla y después de ella.
2.-El yopícatl, el de los yópi, uno de los calpóltin y jefe de
artesanos, administrador; El cuerpo del ejército estaba organizado por legiones de 800
o de 1600 guerreros, bajo el mando de los generales, jefes de par-
3.-El huitznahuácatl, sacerdote de Huitznáhuatl, jefe de
cialidad cuyos títulos -y dignidades veremos, y eran 14 menores,
hueycalpulli y de los calmécac;
7 mayores y 2 supremos, en suma 23, o sea las 21 dignidades que
4.-El Itzquitécatl, sacerdote de ltzquitécatl, señor del lugar después se determinarán, más los dos jefes supremos.
de las palomitas de maíz, jefe de calpúlli, de tlachiqueros y encar-
gado de la casa de canto y de los jóvenes. Cada general tenía a su mando a los t elpochtlahtóque, jefes de
jóvenes, de su parcialidad, con sus oficiales llamados achcacáuthin,
Representan, tanto éstos como aquéllos, las diferentes tenden-
principales o primeros capitanes, organizados en escuadrón, quie-
cias administrativas con relación a los dos grandes poderes: el ad-
nes a su vez distribuían a sus hombres en escuadrillas de cinco,
ministrativo y el ejecutivo. Se puede observar el ingenio en com-
guiados todos por los tequihuáhque, embajadores, y pochtéca, co-
binarlas en forma intrincada para evitar el abuso de autoridad y
merciantes, que iban al frente del ejército.
establecer el equilibrio entre los dos poderes.
Seguían los e.iecutores de órdenes de cada cuartel, bajo el man- Los ohtómitl, jefes de flecheros, iban a la vanguardia; los
do del tlacuiltécatl, el de los escribanos y eran 4 también: águilas, ocelotes, leones, serpientes y pardos, al centro, formaban
la guardia del generalísimo, y los valientes cuachíctin, rapados,
1.-El cuauhnóchtli, corazón de águila, ejecutor; sin armas ,iban a la retaguardia, dedicados a asegulrar a los pri-
2.-El atempanécatl, el de la ribera, jefe del calpúlli de ese sioneros para que no escapasen.
nombre, embajador extraordinario, administrador;
Para no aumentar esta relación, me abstengo de explicar en
3.-El ezhuahuácatl, el ensangrentador, ejecutor ;y
detalle las leyes de la guerra, las causas, cómo se hacía la declara-
4.-El tlillancálcatl, el bibliotecario. ción de guerra, la estrategia (habilidad en el manejo ele la acción)
La organización interna del ejército estaba a cargo del tlacoch- y la táctica (selección del lugar y distribución de las fuerzas), así
cálcatl, de la casa de los dardos, quien a su vez se entendía con el como los métodos empleados en la guerra. Basta decir que ni aúu
tecoyohuácatl, el de la piedra perforada. jefe de aprovisionamiento en este ramo descuidaban el arte y el orden los anahuacas. Inva-
de víveres, con el petlacálcatl, almacenista de la población, con el sores como Bernal Díaz, describen admirados la belleza y el orden
calpixcacálcatl, admacenista del gobierno, quien daba órdenes a los que observacan en la marcha: al son de tambores, música de ca-
calpíxque, guardianes de la caja, recaudadores, de los distintos racoles, flautas, iban bailando y cantando, reYestidos con sus co-
barrios (organizados por número de ciudadanos: vigenarios, cua- razas de algodón, ataviados con primor y con grandes penachos de
dragenarios, etc.) y calpóltin por donde iba a pasar el ejército, plumas y oro, y al llegar en contacto con el enemigo, proferían
quien a su vez debían distribuir las vituallas y llevar cuenta de gritos espantosos y aullidos aterradores para causar pavor, pero
los gastos y también con el teocuitlapíxtli, el tesorero. Los calpíxque, sin abandonar el orden; mientras en el antiguo continente se mar-
recaudadores, locales, daban órdenes a los almacenistas, quienes chaba desordnenadamente, sólo hasta el siglo XVII fué cuando
se encargaban de la distribución directa de los guerreros, ayuda- Colbert en tiempo de Luis XIV y Federico de Prusia adoptaron
dos de taméme, cargadores, que llevaban el matalotaje. el orden en la marcha, el uso de tambores y la banda de música,

114 115

_..,j
para ritmar el paso, infundir ánimo y regularidad en los movi-
mientos militares. Una vez más los anahuacas aparecen a la de-
lantera en el desarrollo de la cutlura humana.
La constante interferencia del elemento militar con el civil y
religioso en toda la organización anahuaca, tanto en el mando
cuanto en los motivos y resultados de las gu~rras, se muestra pal-
pable. No envenenaban las flechas, a pesar de saberlo hacer, por-
que el triunfo no se medía por la muerte de enemigos, sino por el
número de cautivos reservados a la divinidad. "Creían tener de-
recho de quitar la vida a sus enemigos, afirma Mendizábal; hubie-
ran podido matarlos en el calor de la acción como los eu,ropeos a
los suyos. ¿Por qué, pensaban ellos, no reservarlos para honrar a
los dioses con su muerte?". Los invasores, al matar infieles, sabían
con pertinencia, de acuerdo con sus creencias, que los mandaban
a su infierno o a su limbo a padecer eternamente, tal era su cris-
tiana caridad, mientras los indígenas reservaban a sus enemigos
para transformarlos, si con valor querían morir, en habitantes de
su cielo; aun en esto que causa tanto escándalo a los ignorantes,
no son comprobables las miras de los bárbaros invasores con el
pensamiento superior de los anahuacas, aunque siempre sea con-
denable la guerra, en una u otra forma.
Además de contribuir todos los militares al fasto de las cere-
monias y fiestas, así como para hacer observar la disciplina y ha-
cer cumplir el orden y el derecho en toda la federación, se puede
decir que todos los jefes militares y los privilegiados desempeña-
ban un cargo administrativo-religioso en tiempo de paz y otro mi-
litar en tiempo de guerra. He aquí, una vez más, la dificultad para
nosotros, de desentrañar las jerarquías unas de otras, sencillamente
porque ellos no pensaban como nosotros y obraban de aceurdo con
sus propias convicciones, como ningún otro pueblo en la historia:
la guerra y la vida era para ellos tan sagrada, como profana nos
l)arece a nosotros su religión, y ésta era tan militar como sagrado
nos parece su ejército, colmado de sacerdotes, y evitando matar,
- . JJL_
para procurar víctimas para los altares. Y es que: derecho, ciencia, v., . ;y v,;,1 _2:1?
Teligión ,tratados de guerra y de paz, arte y justicia, todo era uno:
la vida de la comunidad del Estado llena de amor por la tradición
de la patria.
Consejo o gobierno de señores tccuhtlatoque y gobierno de señoras
cihuatlatoque. Códice Florentino. Apéndice del Cap. IV, Lib. Ill.

116

.....
,. XXV.-EI gobierno femenino, de Anáhuac

El gobl.erno de Tenochtitlan, y probablemente de los demás


gobiernos de Anáhuac, de quienes carecemos de datos, se adelan-
taron con cinco sigfos a los pueblos occidentales en torno a la libe-
Los hdadoJ y tejidos, importante oficio de las mujeres. C6dice Florentino , . ración de la mujer, que ahora está tan de moda.
Lib. X.
Paralelo al Tlahtocan que concernía al gobierno general del
· Estado, existía un Consejo Supremo para gobernar a las mujeres
llamado Cihuatlahtocan, integrado por catorce mujeres nombradas
también por elección popular, entre estas doce llamadas cihuatlah-
toque, mujer gobernante, encabezadas por dos jefas; una cihua-
tlahtoani, mujer que habla, gran ejecutora de órdenes, y una ci-
huacohuatl, mujer serpiente, gran administradora, quienes gober-
naban en forma suprema a todas las mujeres del Estado Tenochc:::i..

1 ·¡7

....
Tal Consejo Supremo tenía bajo su dependencia a las jueces
de los tribunales de mujeres, quienes eran juzgadas independiente-
mente de los hombres.
El Consejo Supremo que tenían gobernaba también a los gre-
mios de mujeres, como las hilanderas y tejedoras, a los grupos de XXVl.-La jerarquía de asambleas
mujeres comerciantes que operaban principalmente en Tlatelolco;
a las escuelas de jóvenes llamadas ichpocacalli anexas a los calpol-
tin; alas tícitl o parteras, se encargaban de la educación de las
princesas llamadas tecuichpo; vigilaban en el Cuicacalli, casa de
canto y en el Mixcohuacalli, Casa de baile, a las jóvenes para que
los bailes se realizaran con entero orden y honestidad; tenían es-
cuelas de danzas en cada calpúlli y parcialidad, para enseñar a
bailar y cantar a las niñas y jovenzuelas ; veían y cuidaban para
que hubiera respeto mutuo entre los maridos y sus esposas.
Tenían además las mujeres la obligación de guardar el orden
en sus hogares, educar a sus hijos desde su tierna edad y contribuir
con su trabajo en preparar la comida, las tortillas, los tamales y
satisfacer todas las necesidades de comestible y servicios en los
banquetes y fiestas públicas del Estado.
Igualmente debían hacer el pinole y prepar los bastimentos
de los guerreros cuando iban a la guerra.
Debían practicar en las danzas públicas. en ciertas fiestas, pre-
parar sartales de palomitas de maíz en las celebraciones del pul-
que, etc.
Esta organización por órdenes de Moctezuma el Magnífico fue
respetada y apoyada por los poderes del Estado y eran severamente A diferehcia del sistél'tla éUl'OpM, éfi el que la voluntad per'r"SOrwl
castigados los que infringieran por cualquier concepto el decoro y usurpa o suplanta el querer colectivo, mediante el aparato de una
respeto que se les debe a las mujeres. rlección, p:roduciendo la ficción }urídica denominada representa·
ción, eh la que el representanté, después de la elección, actúa en ei
Por ello Moctezuma el Magnífico declaró en repetidas oca- ., :futuro por su propia cuenta a su guisa y antojo, pero a nombre
siones: ajeno, o sea désprovisto de verdadera :responsabilidad, en el siste-
"A la mujer hay que tratarla bien y honrarla mucho. La mu- )1ia ánahuaca en cambio, la voluntad personal se uhe y disuelve
jer no tiene más valor del que el hombre le da; pero debe apreciarse en él querer colectivo, los casos se resuelven de acuerdo co:n la tra-
que se debe mucho a las mujeres por el trabajo que en el parir dición y la desarrollan; el individuo no es el representante del pue-
y criar padecen y como compañeras del hombre en vida." ( Cer- hlo; la asamblea es la que representa y es el querer colectivo cuyos
vantes de Salazar, Cap. 5 t. II, p. 239). lniomhr os; definen y formulan dicha voluntad, como custodios y de-

118 119

...1111
:f.ensores decididos de las costumbres de la comunidad. Es la co- (no eran asambleas mercenarias sino obligatorias y honoríficas),
munidad jurídica manifestada en acto. Prácticamente toda deter- condición indispensable para su eficacia por la experiencia Y tra-
minación se tomaba en asamblea y siempre de acuerdo con el sentir dición que significaba, y que la autoridad se transformaba en in-
general y la tradición. térprete de la voluntad común con toda la fuerza y el respaldo de
una determinación colectiva, es decir, con el carácter impositivo de
Así consideradas, las asambleas constituían un verdadero sis- , la ley.
tema de organización social totalmente diverso del de occidente.
pues funcionaban como cerebro colectivo, atento a los hechos de Este proceder, aunado al sistema de derecho consuetudinario,
• la historia y rastreándolos. Sistema que contraponían y armoniza- por espejismo, naturalmente lleva a la creencia de estar en presen-
ba a la vez las actividades de las distintas jerarquías, como verda- cia de un simple absolutismo con elementos aparentemente demo-
deros filtros de control, en el movimiento espasmódico de contra- crático. En efecto, el proceso de desarrollo de las instituciones ju-
dicción y apoyo de unas jerarquías con otras frente a la autoridad. rídicas en las sociedades de derecho consuetudinario difiere total-
mente, en el curso de su evolución, del que tienen las instituciones
No por sutil que aparezca la diferencia, se crea inverosímil de derecho impuesto.
este sistema, pues responde a una realidad, que para el pensamien-
to indígena no requiere ni esfuerzo ni estudio para comprenderlo; Mientras en las sociedades de derecho consuetudinario el pro-
basta para ello seguir el desarrollo de su idiosincrasia y dejarse ceso se inicia en el pueblo, paulatinamente por fuerza de la cos-
llevar por los impulsos de sus propios designios. tumbre se va restringiendo la necesidad de emitir el pueblo su vo-
luntad de acatar las determinaciones, ya universalmente acepta-
No es de extrañar que algunos autores busquen y encuentren das, y de la su~rte, poco a poco se va reduciendo en número la au-
en dicho sistema elementos democráticos (al estilo de Atenas), toridad, concentrada en menos personas, en aparente absolutismo;
absolutistas (a modo de Luis XIV), faraónicos, constitucionalistas en tanto que en las sociedades de derecho escrito, al partir de un
(como en Inglaterra), racistas (a manera:r nazi) , y qué sé y o ... esquema ideal, siempre hay que tratar de acomodarse a él y siem-
En realidad, fue tan sólo un sistema original, un prototipo de la pre se ve destruído el esquema por la acción misma de la vida;
cultura humana, que respondió admirablemente al medio en que así la deniocracia escrita se ve constantemente contradicha por el
se desarrolló y que no puede, ni confundirse con otro, ni reprodu- absolutismo de la práctica.
cirse integralmente habiéndose interrumpido su armónica evolu-
ción; pero que se fue transformando y adaptando a las condiciones La constitución jurídica de un Estado de derecho consuetudi-
de la existencia y cuyo estudio puede aportar, al menos, grandes nario iniciada por un plebiscito, en sus futuros desarrollos, por
luces para comprender nuestra historia y para conocer nuestra razón misma de la costumbre, la repetición de los actos y el acata-
realidad actual, además de contribuir grandemente al desarrollo miento del orden establecido, no requiere, salvo cataclismo, la re-
de las ciencias políticas. Sin embargo, en nuestra Facultad de De- petición del acto plebiscitario para establecer determinaciones, re-
recho ni siquiera se da un curso sobre esta materia y se pretende cayendo las decisiones o actos de dominio en pequeños grupos or-
enseñar Derecho Canóniéo con todo y ser contrario a nuestra Cons- ganizados. asambleas u órganos del Estado, y estos también por
titución, ¡ así está nuestra casa máxima de estudios, ahora en sus igual motivo de rutina y la teoría del precedente (que tiene la vir-
aristocrf.ticos edificios! ¡Bella sucursal del coloniaje espiritual tud de dispensar a la gente de pensar en lo sucesivo a ese respec-
europe0!. to) , se esfratifican; y al mismo tiempo se ven cada vez más reE".-
tringidas las necesidades de intervención personal de la autoridad,
Vimos que nada se hacía sin consultarse en asamblea, por pe-
al grado de concentrar en pocas manos el movimiento y control
queña que ésta fuera; que se actuaba por eliminación de proble-
de todo el funcionamiento del Estado, de común acuerdo, sin por
mas; que generalme::ite sus miembros ocupaban un puesto vitalicio
121
120
ello caer en el absolutismo, sujeto el gobernante a la esfera de su
acción determinada por los usos y el respeto de las costumbres
colectivas.
No es menester señalar el orden jerárquico de las asambleas,
XXVll.-Funcionmiento de las jerarquías,
pues sería prolongar demasiado este capítulo; basta saber lo que
~lemos podido apreciar en estos párrafos, para aquilatar la influen- dignatarios, y principales
cia profunda que tuvo el elemento colectivo en la organización po-
lítica de los pueblos de Anáhuac. Puede advertirse que a cada es-
labón de toda y cada una de las jerarquías, entreveradas unas con
otras estaba una asamblea para regular el movimiento ascendente
o descendente de las mismas, y determinar o circunscribir los im-
pulsos individuales, todo admirablemente dispuesto para el des-
arrollo del Estado, dentro del respeto a la tradición y a un orrden
de derecho.

Se ha visto que las anteriores jerarquías formaban una trama abi·


garrada integrando una unidad perfecta dentro de la cultura y del
Estado, y ya que el ascenso era a modo de espiral y dependía de las
cualidades y méritos personales, no se puede establecer un escala-
fón jerárquico simplista.
Vimos además, que los nombres de dignidades y funcionarios
' no eran siempre personales sino que variaban según el cometido
que estuviera desempeñando el personaje en el momento mismo,
por lo que algunos tenían varios apelativos, según la función que
estuvieran cumpliendo, lo cual complica mucho su estudio.
A la cúspide de toda esta organización estaba un conjunto de
dignatarios y funcionarios que es preciso considerar para com-

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122

....
prender el funcionamiento del Estado, antes de hacer estudio d 1~ 8.-El hueytecúhtli, el gran señor, administrador.
su sistema de derecho. 9.-El temillótzin, señor de las milpas de las gentes, jefe de cal-
No hay que identificar funcionario con dignatario, pues mien- púlli, administrador.
tras el primero presupone siempre acción unida a un cargo públi- 10.-El atempanécatl, el encargado del régimen de aguas o de la
co, generalmente de importancia, la de dignatario representa una ribera, jefe de calpúlli, y embajador extraordinario, adminis-
posición honorífica o título eminente, que puede ser o no inherente trador.
al desempeño de un cargo público de importancia. Tal distinción, 11.-El calmimilólcatl, habitante del lugar de casas que ruedan.
por lo sutil, es difícil captar, ya que de por sí el ser funcionario 12.-El mexícatl tecúhtli, señor mexicano, sacerdote, administrador.
indica una posición honorífica dentro de una sociedad, y que los ' 13.-El huitznáhuatl, el del lugar de bisnagas o del Sur, jefe de
anahuacas siempre veían en los cargos públicos una pesada obli- calpúlli, de cuartel y de los calmécac, hilera de casas, admi-
gación que satisfacer con respecto a la cole~tividad y no concebían nistrador.
una dignidad sin cargo inherente, aunque éste pudiera variar de
14.-El tecpantecúhtli, señor de los palacios, jefe de calpúlli, tec-
importancia.
panteohuátzin, sacerdote de palacio, jefe de calpúlli, admi-
Los miembros del Tlahtócan, donde se gobierna, eran 1'2 nistrador sacerdotal.
tecuhtlahtóque, señores gobernantes, y 2 hueytlahtoáni, grandes 15.-El quctzalcóhuatl, serpiente emplumada, sumo sacerdote.
gobernantes: el cihuacóhuatl, administrador supremo y el tlah- 16.-El teuctlamacázqui, señor reverente, sumo sacerdote, jefe del
toáni, supremo ejecutor. calpúll,i Tlatnatzínco y de los estudiantes de religión del cal-
Había 21 dignidades ordinarias y dos extraordinarias. mécac.
17.-El tlapaltécatl, el de Tlapállan o biblioteca.
a.-Las dignidades extraordinarias eran asistentes del tlah-
toáni: 18.-El ci¡,auhyahuácatl, el que rodea los bosques, guarda bosques.
1.-El tlacatecúhtli, señor del personal, ejecutor. 19.-El cohuatécatl, señor serpiente, jefe de la orden de fa serpiente.
2.-El tlacochtecúhtli, señor de la jabalina, administrador. 20.-El pantécatl, el de Pántlan, lugar de banderas.
b.-De las 21 dignidades, las cuatro primeras eran señaladas 21.-El huehcamécatl, el mecate largo, el que va al frente de filas.
como de los cuatro grandes, en combinación con las an- En diversas asambleas de gobierno, estos señores encabezaban
teriores. Eran las siguientes: <le dos en dos o de cuatro en cuatro. Podemos comprobar tres gran-
1.--El tlacochcálcatl, señor del arsenal y jefe de calpúlli, admi- des principios que regían las actividades del Estado organizado en
nistrador. dos poderes, independientes entre sí, pero en constante relación y
2.-El tlacatécatl, señor del cuartel, jefe de calpúlli, ejecutor. armonía:
8.-El füllrtncálcatl, señor de la casa de lo negro, blibliotecario,
1.-El principio organizador ascendente, o sea la preparación de
administrador.
la decisión, que llamamos poder organizado.r o administrativo
4.-El ezhuahwicatl, el que hace sangrar, ejecutor.
del cihuacóhuatl, que partía del pueblo en organización espiral
G.-El tezcacóhuatl, serpiente espejo, segundo jefe del ejército y
de antoridades hacia el ' gobierno soberano.
jefe de parcialidad, administrador.
G.-El tlac1,tiltécatl, el del lugar de la pintura, jefe de ejecutores. 2.-La autoridad suprema <lel Tlahtócan, en el que el alministra-
El registro. dor exponía el caso, todos los discutían por eliminación de
7.-El acolnahuácatl, el habitante de !ns cercanías de los acólhuas problemas, sin votación, y el tlahtoáni formulaba la decisión
(linajudos cerca del agua). tomada por la asamblea.

124 125

....
es el que nos queda por ver, y que el derecho anahuaca, hasta cierto
3.-Su cumplimiento o ejecución, realizado por el poder ejecutivo punto, nos la revela.
del tlahtoáni, obrando en forma descendente de la cima sobe-
rana al pueblo. Desde luego, surge para nosotros un misterio; ¿Cómo explicar
el que las divinas utopías del Viejo Mundo: las leyes, lci justicia y
Como puede comprobarse, tal organización es esencialmente la libertad, pugnasen siemprn por las real'idades supremas de la
dinámica. Una vez en posesión de esos principios, en realidad sen- ·virtu,d y de la fuerza, y siempre se encontrasen de hecho en la his-
cillos, podemos comprender con claridad la disposición orgánica de toria recubierta de tiranías, de depravación y de ignominia; mien-
estas jerarquías y su modo de actuar ,o sea su funcionamiento, tras los vituperados pueblos de Anáhuac lograban, como por ins-
pues como toda realización o cumplimiento sirve de preparación tinto, realizar el suspirado anhelo que los genios de Europa sólo
a una nueva actuación, se engendra un movimiento rotativo. ince- entre sueños perfilaban?.
sante y correlativo, del pueblo a la autoridad y de ésta a aquél. En
ello podemos descubrir el secreto de esa potencia política extra- De no exponer con energía nuestra historia ¿cómo disculpar-
ordinaria que poseyó la federación del Valle de México, como se nos del delito de simulación, afectando ignorancia crasa, rodeán··
ha dicho: que los ánahuacas fueron vercladero.'3 gen'ios de orden y dola de silencio criminal y encubridor, tratándose de lo nuestro?
de método, que de no conocer tal secreto, resulta aquélla inexpli- El conocimiento de la verdad nunca puede afectar a quien tiene
cable, o se explica falsamente, como lo hacen los ignorantes ,a base el corazón bien puesto. Sólo el espíritu avieso y envidioso se pu-
de un;-" idea terrorista y absolutistci del poder, cosa que en realidad :j diera conturbar y contristar con el conocimiento de nuestra pasada
i
no existió. grandeza, digna de mejor suerte, que con orgullo podemos colocar
por encima de las glorias helénicas y que aún está a la base de
Estudiando bien los hechos de nuestra historia, sin prejuicios nuestra futura grandeza. Si es que recapacitamos y en vez de
y con justicia, la organización la política de los anahuacas fue una seguir el proceso asesino de nuestra cultura que proclaman "rna-
obra de a1-te suprema de la humanidad, llena de aciertos dignos de linchistas e indigenistas" para transformarnos en apéndice de otro
tomarse en cuenta aún en la actualidad. Sus principios políticos apéndice de Europa, nos ponemos todos con vigoroso esfuerzo a
son dignos de llamar la atención en el mundo entero y son suscep- penetrar y sublimar lo nuestro sin desfallecer, lograremos llegar
tibles de causar una verdadera revolución en la ciencia política. a la delantera de la cultura humana y ocupar el lugar esplendoroso
que por tradición nos corresponde en el consorcio de las naciones.
Lrrs instituciones, el aparato de la oYganización, el mecanismo Si difícil es legislar en México, es porque lo queremos hacer con
del derecho, las formas de gobierno, en suma, la dogmática y la leyes importadas, que deseamos amoldar a un pueblo cuyo princi-
técnica especulativa y práctica del derecho, pueden ser motivo ele pal carácter es la inteligencia; por consiguiente hay materia prima
acucioso estudio; mas ¿quién nos podrá revelar ese misterioso im- para lograr aquello.
vulso que aparece en todos los pueblos, que la política cuidadosa-
mente oculta y que nunca revela ni en los engañosos discursos par-
lamentarios, ni en los informes presidenciales, ni en la primera
plana de los diarios, donde sólo se sirve sopa de letr:ts y números.
ni en los estudios de derecho, ni en los Congresos Constituyentes;
pero cuya presencia está latente en el arte de gobernar y se ma-
nifiesta por la continuidad, como tradición, a pesar ele los cambios
de personas y de formas de gobierno? Ese es el punto esencial y
que hay que inquirir ante todo para desarrollar un verdadero pro-
g rum u de gobierno. Este aspecto imponderable del derecho público

126 127

....
• Hay que reconocer desde luego, que toda perspectiva europea
falla al enfocar su mira hacia nuestras instituciones jurídicas in ·
dígenas, por lo que no deben equipararse éstas a ninguna forma
XXVlll.-Sistema jurídico de Anáhuac política de gobierno. creada en otros continentes. La tircinía, ausen-
cia de derecho, en cualquiera de sus formas, sentará sus reales en
México mienti·as no reconsideremos nuestros conceptos acerca de
In democracia y de nuestras instituciones, y no tratemos de adap-
tarlos a nuestra realidad, para su armónico desarrollo entre nosc-
tros. Así no faltan hombres que se digan "sabios" que pretenden,
sin saberlo, perfeccionar la obra destructiva de Cortés solapados
en el indigenismo, y que creyéndose muy demócratas y hasta libera-
les o de ideas avanzadas, pontifican acerca de los indígenas, dicta-
minan y decretan sobre ellos sin consultarles, e inventan palabras
rimbombantes para deslumbrar a incautos, como por ejemplo: Me-
soamérica, incorporar al indio, por no decir destruirlo, aculturarlo,
horizontes a.1·queológicos, etc. El problema es grave, porque los
mismos que se declaran protectores de los indígenas son sus mayo-
res enemigos, sólo anhelan la destrucción de la cultura anahuaca
para ofrecerles ¿qué? ser parias de la cultura que con safia los ha
venido aniquilando; tal es la decantada labor indigenista de algn-
nos que se hacen pasar por revolucionarios sin serlo.

El Estado no se forma de esquemas ideológicos prefabricados,


sino que estos deben proceder de la vida del pueblo. En el derecho
indígena tenemos una fuente inagotable de enriquecimiento para el
estudio de nuestro Derecho Constitucional, que de ninguna manera
debemos desestimar, y antes bien, por el contrario sublimar, pues
es nuestra herencia, nuestro patrimonio y diadema de nuestr11
Al entrar en contacto con los anahuacas por medio del estudio de corona, que nos hace inmortales, a pesar de las vicisitudes de la
sus instituciones, nada llama tan poderosamente nuestra atención historia, así como Grecia será Grecia a pesar de todas las invasio-
como la fe profunda y sincera, que aquellos tenían en su justicia nes que sufriere. ¡He aquí por qué nnnca se hablará de Tenochtí-
y en la eficacia de sus métodos de organización política, que con- tlan sin calificarla, aunque sea en el pensamiento, de grande, lo
trasta grandemente con el escepticismo político que trasciende e que no siempre ocurre al hacerlo de nuestra ciudad de México!
impera en toda la civilización occidental, para cuya comprobación
podemos tomar al azar cualquier obra de derecho público, ya en el Para poder justipreciar un sistema de derecho es menester
diálogo entre Alcibíades y Pericles, acerca de la justicia de la ley, analizarlo en sus fuentes, determinar sus característfoas particula-
o en el Prefacio del Espíritu de las Leyes de Montesquieu, ya al res, conocer su método de aplicación, y finalmente su eficacia en
escudriñar el pensamiento de cualquier ordenamiento legal de los su cometido y aplicación. Tales puntos analizaremos brevemente
pueblos de derecho escrito. a continuación.

129 130

,.
XXIX.-Fuentes del derecho anahuaca XXX.-Característica del derecho Indígena

El derecho autóctono presentó ante todo las características propias


de un derecho consuetudinario clásico y adecuado a la idiosincrasia
Llámase fuente del derecho toda actividad humana tendiente a dE' los pueblos que lo desarrollaron, que supo sortear con acierto
la determinación de clases de acciones, ya de carácter económico todas las dificultades económicas y desarrollar el progreso moral
(útiles) o moral (universales), para normar la conducta y convi- y político de dichos pueblos, en consonancia con los adelantos de
vencia de los hombres entre sí. su ciencia y de su particular pensamiento filosófico.

En el derecho autóctono sus principales fuentes fueron: la Todo, en la vida de estos pueblos, se regía armoniosamente por
tradición, las costumbres; la jurisprudencia, tradición de los tribu- la costumbre, que se amolda espontáneamente a las necesidades
nales; las autonomías territoriales e institucionales del Estado; las humanas, y era considerada inviolable, porque responde siempre al
alianzas matrimoniales de los miembros de las familias soberanas; interés concreto y general de la colectividad.
los pactos colectivos; la organización del trabajo; la amistad o La costumbre, voluntad suprema que rige los destinos de la
enemistad entre los pueblos, y el Estado mismo. sociedad, unánimemente aceptada, de todos conocida, respetada y

131 133

.....
amada desde la más tierna edad (por cruel que ahora nos pudiera de sus miembros. Todo estaba hecho y previsto para la realización
parecer), adquiere tal fuerza y eficacia, que la hace parecer viva, del cometido social, de acuerdo con el derecho, cada hombre en fun-
espontánea y anhelada al imponer un otden en la sociedad. ción de los demás y todos los hombres sometidos unos a otros bajo
El derecho, producto de la convivencia humana, en cuyo con- la idea directriz y soberana del bienestar común y de los designios
tenido ideológico está la tradición cultural, adquiere a la vez el tradicionales y futuros de la comunidad entera.
carácter indispensable y rígido de lo necesario y de lo conveniente, Esta movilidad aparente del derecho es lo que constituía la
así como participa del carácter fluyente, acomodaticio y dinámico, base de su firmeza y estabilidad, pues como declara Cicerón: "No
de la vida misma de la sociedad en que rige. hay causa de revolución donde cada cual está firme en su puesto,
Los ideales tradicionales transformados en una voluntad ()olec- r y no ve bajo sí un hueco vacío donde pudiera caer". (de Re Públi-
tiva superior, común y polifacética, de constante realización prác- ca, Lib. I, Cap. 45).
tica, aplicados al presente, .Y el presente vuelto de inmediato tradi- Si analizamos con detenimiento la organización de la federa-
ción, tornándose hacia el futuro en constante anhelo de supera- ción del Valle de México, vanamente buscaremos en ella el punto
ción y asimilación, producen una dinámica vigorosa dentro del neurálgico o el talón de Aquiles, donde hubiera podido iniciarse
ordenamiento aparentemente estático, aceptado por dicha tradición una revuelta interna. Si sucumbió, como después veremos, fue por
como ley fundamental. un principio de disolución social traído de España. Sucedió como
Otras de las características del derecho autóctono son el ser con una maquinaria perfecta y precisa que sólo podía descompo-
funcional y relativo. Dada la idiosincrasia de los pueblos de Aná- nerse con la introducción de cuerpos extraños a ella que no podían
huac, el derecho se veía afectado por el concepto que tenían del ser previstos; así todo este organismo se desbarató con los princi-
hombre, considerado como funcionario de la colectividad, lo cnal pios de disolución importados por Cortés; la mentira, la traición,
involucra una noción dinámica de servicio y relativa a cada indivi- Ja felonía, la deslealtad, impuestas a sangre y fuego con máscara
duo. El derecho no podía, pues, revestir el carácter absoluto del de cristiana santidad; fue el desquiciamiento total.
derecho romano, ni clasificar todo por cosas, res, o por seres inde- En el derecho anahuaca se aceptaba el principio jerárquico de
pendientes, ens, ni establecer categorías abstractas de derechos: las costumbres, por lo que, con el carácter relativo de la ley, siendo
civil, penal, administrativo, obligaciones, contratos, etc., actit'ud más estricta con quienes más poderes tenían, hacía que se estable-
que corresponde a un concepto estático e individualista de la vida, ciese un régimen de verdadera justicia inmanente, individual y
que se mueve mecánicamente por "entidades". colectiva.
Los conceptos de persona, de autoridad y de jerarquía, que Finalmente, a diferencia de los principios de la "Legislación
hemos estudiado, manifiestan claramente en el anahuaca una idea de Indias" y del "derecho colonial" europeo, basados en principios
transitoria, fugaz, esencialmente perecedera y móvil, relati1;a, de contrarios al derecho, como son: el despojo, la usurpación y el
la vida concreta del hombre en función de la colectividad, mientras reconocimiento del der·echo ¿? de la fuerza, que aún siguen impe-
que ésta sí reviste los caracteres de lo absoluto, permanente y sobe- rando en el mundo (Suez, Marruecos, Argel, Chipre, Panamá,
rano.
Guatemala, etc.), el derecho anahuaca en cambio, vinculado por
De aquí, la necesidad que sentían ellos de colocar al hombre alianzas matrimoniales a derecho supremo de los pueblos sobera-
dentro de ciertas jerarquías sujetas a los dos grandes poderes, nos que primero ocuparon la altiplanicie, hizo que los anahuacas
administrativo y ejecutivo, que lo impulsaban hacia la realización se considerasen herederos legítimos, huehuepipíltin, de esa rel2,-
de los destinos del Estado o sea de la colectividad, como engrane ción de poder qne es la soberanía, y no por vía de conquista, como
de un inmenso rodaje, que no podía dejar fuera de sí a ninguno falsamente escribieron Cortés y sus secuaces.

134 135

.....
Quien tiene conciencia firme de la legitimidad de su derecho,
actúa sin ambages y por determinación propia; por ello los ana-
huacas nunca buscaron argumentos justificatorios de su derecho,
traídos con desatino y ocultando la ponzoña con visos de santidad
o de cultura, convencidos como lo estaban de ser poseedores legí-
timos de sus derechos, en tanto que la virtud de las llamadas "Le- XXXl.-Método de aplicación del derecho
yes de Indias" consistió en bellas sentencias escritas en buen pa-
pel, que según frase consagrada desde Colón en Santo Domingo,
se proclamaban diciendo: "¡ Acátense pero no se cumplan; al
archivo!".
La rectitud observada por los indígenas en la aplicación del
(
derecho, la fe que tenía en sus instituciones, se debieron principal-
mente a esa conciencia firme de ser legítimos poseedores de una l
soberanía propia, ganada por herencia, común acuerdo o esfuerzo
propio, acorde con sns ~reencias que se desarrollaban junto con
los adelantos de la ciencia.
A tal actitud responde la contestación digna y firme que los
ancianos de México dieron a los frailes militares al ser requeridos
de abandonar sus costumbres y creencias: "Conviene con mucho
acuerdo, dijeron los ancianos, y muy despacio mirar este negocio,
señores nuestros; nosotros no nos satisfacemos ni nos persuadimos
de lo que nos han dicho, ni entenderemos ni damos crédito a lo que
de nuestros dioses se nos ha dicho. Pena os damos, señores y pa-
dres, en hablar de esta manera; presentes están los señores que
tienen el cargo de regir el reino y repúblicas de este mundo (Cortés
y compañía); de una manera sentimos todos: que basta con haber
perdido, basta que nos han tomado la potencia y jurisdicción real;
en lo que toca a nuestros dioses, antes moriremos que dejar su El derecho vivido en las costumbres no requiere el aparato Mhl.•
servicio y adoración: Esta es nuestra determinación; haced lo que plicado que exigen las proclamas declamatorias de grandes prin-
quisiéredes. Lo dicho basta en respuesta y contradicción de lo que cipios jurídicos y de esquemas artificiales e impuestos, propios del
nos habéis dicho: no tenemos más que decir, señores nuestros". derecho escrito. Lo fundamental es el procedirniento explícito, efec•
(Coloquio de los Doce, Cap. 7, G.). Y lo cumplieron, pues podemos tivo e inmediato para la aplicación del derecho en caso de infrac-
comprobar en nuestras fuentes históricas que ningún tenóchca dio 'ción, ya sea por parte de la autoridad o de los particulares. Para
información alguna a frailes y españoles; todo comentario a este ello vimos que tenían una extensa red de tribunale:;, con amplios
relato es inútil, por lo evidente, en él se ve claramente quiénes poderes de acción y ejecución; entre los anahuacas se hacía efectivo
eran los salvajes y quienes los bárbaros. el derecho en todo lugar y en todo momento.
Para clasificación de su derecho hay qué toma!' como base el
carácter de la acción en el procedimiento que se inicia:

136 137

.....
a.-A petición de parte, por vía contenciosa contra particula·
res, o de queja contra las autoridades, semejante a nuestro actual
amparo, pero más efectivo y rápido.
b.-De oficio, cuando la acusación era de orden público, de
carácter represivo o punitivo. Tales eran las dos formas de juris-
dicción en el derecho. XXXll.-Sistema legal

Las leyes podían ser:

a.-Locales de calpúlli: que regían pertenencias y personas


\
del calvúlli, por lo que practicaban el sistema llamado en Europa
del estatuto personal, ya que cada persona debía ser juzgada de
acuerdo con los usos y costumbres de su grupo, ya territorial
o de su gremio en tanto que en el régimen de cosas se observaba
el estatuto real del lugar, como puede comprobarse en materia
mercantil y tributaria en el Códice Mendocino.
b.-Los fueros o derechos particulares. Independientemente de
la organización territorial existía un sistema de derecho autónomo,

138 139

.....
basado en las instituciones del Estado: sociedades gremiales de
artesanos y comerciantes, agrupaciones escolares, militares, sacer-
dotales, científicas y de gobernantes, tecúhtin, cuyas normas eran
reconocidas y respetadas por el Estado.
c.-El derecho común y lcis leyes comunes o universales. Las XXXlll.-Sentido de justicia en la aplicación
normas de la región tenían mayor ámbito que las anteriores, pero de la ley
eran de derecho común de la región. La jurisprudencüi de los tri-
bunales constituía el primer grado de aplicación general del de-
recho común del Estado. Cada Estado cabecera de la federación
tenía leyes propias comunes a su agrupación.
Finalmente, en Tetzcóco, lugar de arbustitos, donde estaban
los archivos genealógicos de la federación, se legislaba para todo
el régimen gubernativo de la federación; de aquí el famoso cuerpo
de leyes comunes y universales llamado "Ochenta Leyes" nombra-
das de N ezahualcóyotl, coyote ayunador.
Fuera de esas Leyes Fundamentales, la legislación de las ca-
pitales no era tan generalmente aceptada en todas las provincias
incorporadas, dando margen a una variedad considerable de leyes
y costumbres; pues así como los mexicanos no obligan a los pue-
hlos anexados a hablar su lengua, ni a adoptar sus creencias par-
ticulares, tampoco los obligaban a aplicar todas sus leyes, por lo
que florecían las instituciones y brillaba con pujanza la libertad
junto con el derecho.

Donde hay que buscar el criterio indígena, no es la formulación


de sus leyes, sino en su modo de aplicación, en su p?'Ocedimiento,
que es en la realidad lo que limita la acción, que es el derecho en
acto, es decir, aplicado y cumplido.
La ley no era como en occidente, interpretada rígidamente a
manera de "lecho de Procusto", con los principios antitéticos que
han prevalecido: "La ley igual para todos'', germen de grandes
injusticias, o su contrario el de la casuística, propio de la Legisla-
ción española de Indias, "La ley diferente para cada caso particu-
lar", que viene a ser la negación del derecho mismo y es propio
de los absolutismos y tiranías que dispensan la justicia al antojo.

141
140

...1111
Los anahuacas resolvieron el problema al considerar la igual-
dad relativa de los hombres entre sí, sometidos a una ley flexible,
sujeta al arbitrio judicial, la que con firm eza, en caso de conflicto,
determinaba la justicia en lo concreto, mediante la sentencia, con-
siderado que a Il}ayor grado jerárquico en la sociedad, mayor, res-
ponsabilidad y mayor rigor en la aplicación del derecho; de allí la XXXIV.-Sentido equitativo del derecho
importancia fundamental que tenía la jurisprudencia de los tribu- autóctono en la economía
nales y el amplio arbitrio judt'.cial.

En cuanto al régimen de bienes, sistema de remuneración y distri-


bución de la riqueza pública, coincidía nada menos que con el rea-
lizado por los discípulos de Cristo en la primitiva iglesia de Jeru-
salén ,a :raíz de la crucifixión, antes de que la Iglesia adoptase
como base el sistema de explotación del imperialismo romano: "No
había entre ellos quien considerase como suyo lo que poseía, sino
que tenía todas las cosas en común. No había entre ellos persona
necesitada", pues todos traían sus bienes, y " dábas e a cada cual
según sus necesidades" (Hechos de los Apóstoles, II, I; IV, 32, 34).
El espíritu evangélico venía mejor al indígena que a sus pre-
suntuosos "maestros'', según testimonio unánime de los v.e rdade-

142 143

...1111
').
l.
ros cronistas, los que afirmaban que en materia de virtud, conti- \

nencia, sobriedad, pobreza, sufrimiento, sacrificio, paciencia y


desprendimiento, los frailes nada tenían que enseñar a los nativos,
en cambio sí mucho qué aprender de ellos.
Dar a cada cual según sus propias necesidades y méritos, no
XXXV.-Objeto y cometido de la ciencia
fue como en Europa simple fórmula, sino palpable realidad en los
anahuacas, a diferencia de la fórmula de la justicia romana de del derecho en Anáhuac
"dar a cada cual lo suyo", principio absoluto del individualismo
egoísta, y es porque para los indígenas la propiedad era patrimo-
nio de la colectividad y no del individuo.

Desde las escuelas, que como vimos eran verdaderas escuelas de


derecho, donde les enseñaban a vivir las costumbres teóricas y
practicamente, "comenzaban a enseñarles, refiere el Huehuetlah-
tólli, enseñanzas de los antiguos, cómo han de vivir, cómo han de
respetar a las personas, cómo se han de entregar a lo conveniente,
in cuállotl, a lo recto, inyécyotl, lo conveniente, han de evitar lo
malo, huyendo con fuerza de la maldad, la perversión y la avidez".
El objeto del derecho era el conocimiento de la vida en su
doble aspecto, individualidad y colectivo, y conformar la conducta
humana a sus determinaciones, obrando lo conveniente (economía,
utilidad) y lo recto (ética, moral), evitar el mal, hacer el bien,

144 145

....
huir de la maldad y, desde el punto de vista social, el respeto a
los demás y estar al servicio de lo que conviene a la colectividad.
Tal concepto del derecho conserva toda su lozanía para nosotros.
La mayor recompensa que anunciaban a todo buen ciudadano
que observaba el derecho, era la estimación general: "Obrando XXXVl.-Eficacia del derecho
bien, serás estimado por ello, se dirá acerca de tí lo conveniente, t:
lo recto." "Con lo cual serás bien estimado y podrás convivir con
la gente." (Huehuetlahtólli).

El testimonio unánime de los cronistas, la consideración de múl-


tiples anécdotas que nos refiere la historia y la observación actual
de pueblos apartados, de indígenas que aún se rigen por sus tra-
diciones y costumbres particulares, nos inducen al convencimiento
de la eficacia extraordinaria que tuvo el derecho autóctono. Esta
eficacia no está sujeta a duda, pero lo que nos interesa sobre todo,
es determinar las razones de su virtud, para provecho nuestro.
Desde luego, los tlamatiníme, sabios anahuacas, no dejaron
de proclamar la grandeza del derecho, que es la ciencia de la vida
y el arte de vivir de acuerdo con b naturaleza y las enseñanzas
de la tradición.
147
146/

.....
\
l pleitos y andaban tan viciosos, dijo: "Porque ni vosot,r os nos en-
El derecho, en armonía con la religión, la ciencia, las costum- tendéis, ni nosotros os entendemos, ni sabemos qué queréis. Ha-
bres y la historia, era el principal vehículo para producir ese con- béisnos quitado nuestra buena orden y manera de gobierno, y la
vencido sentimiento de unidad de destinos en los miembros del que nos habéis puesto no la entendemos, e ansí anda todo confuso
Estado, que es la patria. y sin orden y concierto. Los indios hanse dado a pleitos porque
A mayor abundamiento, la enseñanza encaminada al conoci- los habéis vosotros impuesto en ellos, y síguense por lo que les
miento y a la práctica y justificación del derecho, contribuía pode- decís, e ansí nunca alcanzan lo que pretenden, porque vosotros sois
rosamente a formar el hábito de bien y la disciplina en el hombre, la ley y los jueces y las partes y cortáis en nosotros por donde que-
a beneficio de la colectividad. Con el conocimiento se crea la fe en réis, y cuándo y cómo se os antoja. Los que están apa,rtados que
el derecho y ésta se traduce en convencimiento y voluntad firme no tratan con vosotros, no traen pleitos y viven en paz; y si en
de realizarlo o cumplirlo sin mayor averiguación. tiempo de nuestra gentilidad había pleitos, eran muy pocos, y se
trataba mucha verdad e se acababan en breve porque no había
Pero además de estos factores espirituales, habitualmente dis- dificultad para averiguar cuál de las partes tenía justicia, ni sa-
puestos para la realización eficaz del derecho, existe la particula- bían poner las dilaciones y trampas de ahora". (p. 101). Así es
ridad de que el derecho mismo en su estructura, en su contenido, como los bárbaros de España destruyeron la cultura.
en su funcionamiento y en su aplicación, se adaptaba, conformada
y seguía íntimamente a la constitución e impulsos de la naturaleza El derecho protegia y determinaba al grupo, y dentro de éste
humana y no a esquemas artificiales. El derecho indígena no puso cada cual ejercía sus derechos individuales, de manera que de he-
el acento sob,re el régimen de las cosas, ni se fundó sobre catego- cho el hombre, con el estatuto personal, era protegido en la esfera
rías abstractas y un tanto deshumanizadas del mismo. El derecho de su acción para su desarrollo material y espiritual, pero siempre
autóctono puso el acento sobre la naturaleza misma del hombre; en función del bien colectivo.
para los anahuacas la dinámica de la tradición fluyente de la co- Si la organización política anahuaca difiere y se asemeja a
lectividad es lo estable, lo que queda, lo que permanece, por eso las formas políticas de la antigüedad clásica, a su vez participa de
se presenta: comprensivo, respecta las autonomías e instituciones gran semejanza con algunos sistemas políticos modernos; pero en
humanas; elástico, flexible, se adapta a toda situación de hecho muchos aspectos, se manifiesta más progresista que éstos y de una
que pudiera surgir, y, humano, porque fue creado esencialmente eficacia incomparable.
por el hombre y p[\ra el hombre, sin mayor justificación que la
observación de su naturaleza y la actitud asumida por él a través En efecto, el derecho constitucional anahuaca presenta un fe-
de la tradición en la historia. deralismo en toda su pureza, como armonía económica de lo vario,
realizando la unidad en la diversidad cultural de los grupos incor-
Este sistema jurídico relativo, dúctil y flexible, se vio perfec- porados al Estado. Régimen de pluralidad cultural y de autonomías
cionado mediante procedimientos de justicia rápidos, único medio l regionales e institucionales, dentro de la unidad fiscal y económi-
de dar eficacia al derecho, porque sólo la acción contradice y li- ca; por ello hemos afirmado que se trata de un federalismo puro,,
mita a la acción, y no las abstracciones por bellas que parezcan. {, pero además de gran perfección política, ya que garantiza en grado
He aquí en suma, las razones principales de la eficacia que tuvo sumo, el orden y la libertad, y de una eficacici comprobada en la
el derecho indígena, que contribuyó subremanera a realizar el historia, digna de tomarse en cuenta.
desarrollo y progreso, tan admirado, del Estado federal del Valle
de México. La perfección de este sistema es patente. La combinación del
federalismo estatal con el federalismo interestatal, que iniciaron
"Preguntando a un indio principal de México, escribe Zorita, los anahuacas, constituye en la actualidad un ideal que se intenta,
qué era la causa porque ahora se habían dado tanto los indios a
149
148

.....
pero q<Je aun no se ha cumplido, en los llamados g_rupos de "la
introdujo subrepticiamente la traición y el propio aniquilamiento
comunidn.d inglesa", la "federación federal de Repúblicas Soviéti-
en organismos innocuos y expuestos a virulento contagio social.
cas, la decantada 'hispanidad franquista' y la 'Organización de
N aciones Unidas', las que tarde o temprano llegarán a formar la Naciones adelantadas protegen a sus pueblos minoritarios y
federación federal de Estados del universo, una vez que se llegue les impulsan a conservar sus costumbres y su organización mejo-
a b convicción de que es vano fundar la organización política so- rándoles sus condiciones de vida, pero sin quitarles el idioma, por
bre empirismos mitológicos de lengua, raza, creencias o persona- considerar que es para esas grandes naciones un enriquecimiento
lismos, como ,resulta vano el creer que quien no hable inglés deba cultural, mientras nuestros indigenistas y malinchistas pretenden
s·ar laeayo, que el que no sea católico deba ser proscrito, que el que como programa nacional ¿? asesinar a nuestras comunidades au-
no piense como Marx deba ser sobajado, o que el Estado que no tóctonas so pretexto de la mal llamada "incorporación y acultura-
sea de los grandes no merezca protección, porque tales conceptos ción" de las mismas.
no son del humanismo. La visién ele nuestra pasada grandeza y la hecatombe que se
En cuanto al funcionamiento del sistema anahuaca, mutatis eirnió sobre nuestra patria desde la invasión de Cortés hasta nues-
mutandis, es extraordinario el parecido que tiene con el inglés, tros días, debe impulsarnos a recoger los despojos de este naufra-
padre del constitucionalismo moderno; por esto, examinando de gio. ¡ Salvar la cultura indígena es salvarnos a nosotros mismos
cerca los hechps, no es de extrañar la semejanza que existe en los y reconstruir nuestra grandeza!
,r esultados prácticos obtenidos por ambos pueblos en la vida políti- "TIHUI TIHUI"
ca y en el modo de anexar a otros pueblos, para lograr su propia
hegemonía (los ingleses sobre los pueblos europeos y los náhua México, D. F., 30 de Mayo de 1978
sobre los pueblos de Anáhuac). En ellos no es la fuerza la que pri- IGNACIO ROMEROVARGAS YTURBIDE,
va, como en los romanos y españoles, sino el espíritu de orden y el
doctor en Derecho.
genio de organización de la libertad, aprovechando todos los medios,
principalmente económicos, y métodos de selección técnica, para
lograr sus propósitos; pues no basta ostentar o adoptar una forma
de gobierno, para que como sacramento, se piense que es un "Sésa-
mo ábrete" del éxito político, sino que hay que buscar el mejor
medio para que el manejo de la cosa públ'icci recaig.a en las manos
más aptas, competentes y justas. Y en esto, como podemos com-
probar, los anahuacas fueron verdaderos maestros.
La perfección de esta máquina política se comprueba, sobre
t odo, al observar su dest,rucción; un pequeño tropiezo imprevisible
podía paralizarla; bastó con la presencia del principio de disolución
social importado de Europa, para que toda esa maravilla se desin-
t egrara. Tal explica el que tan sólo veinte ingleses atrevidos logra-
sen adueñarse de la India, y el que Cortés, con unos cuantos milla-
res de europeos, se apoderase de Anáhuac. No fue el genio, ni el
valor de unos y otros lo que les dio la victoria, sino el principio o
virus de la disolución social a través del oro y de la intriga, que

150
151

...1111
\'

Federico de Prusia, 11:1 México, Paa•lm


Francia, lU Moneda, '8
INDICE ONOMASTICO Monte de l'ledacl, &5
o Montellqnleu, 119
Motecuhzoma Dhnlcamlna, &8, n
Gonza\les Obrec6n, H Moteeuhzoma Xocoy6tzln, 46, &8, 110,
A Constantinopla, 103 Motollnfa, 108
Gordiano, 8Z
Constltucl6n, l:t Moyoeoxcatltlan, 41
Grecia, lSO
Co~s; 48, IOS, 110. 130, 1:1;;, ISG . 130
Acamaplctll, 14 Guatemala, '1, 45, '8, 135 Mlxcoaea\lll, U, 61, 72, 118
Aca tlyacApan, 45 Corregidora, &8 Mlxe6hua Tlayl6tlac, 101, 109
Correo mayor, 44 Mlxc6huatl, H, U .
"colhu~an . 1, R
Acos ta P. .J., GO, 61, '16, , , Cristo, 14S
A c hcaucalll, H Cuauhcalll, H . n. 101 Hechos de los Ap6atoles, 148 N
Agamemnon, 81 Cuanhqulahuae, &4
H errera. 78
Cuauh~oe. 45
A lciblades, 129 Historia Anticua., 81
Cuahtttlan, :n Historia Natural, 14, 60, 62', n
Naciones Unldall, 149
Alemania, 11!!
e uanhtlloeelotl. ns Huchuetlaht6lli, 14ó, 148
Neza hua.lc6yot.t 140
A n:\huae. passlm Nueva Espafia., 61
C uanhxlcalll, 44 Hueyamanqul, 4 7
A quiles , U 5 Nuevo Mund o 20
Cu t"pohpan, 41
Arge n tina, 4 1 Hueyteoca\lll, «
Culcaralll, n , 61, '11, 'l'!, ll-1, 118
At e nas, 120 Hueytlahtoca\yotl, 51 o
A tzacua\lco, 41 Iloytzompantll, 45
Azcapotza\lco, 108 OB Jlultzilop6chtll, 41, 43, 84 Ochenta Leyes, 140
A x a cya\catl, 4G lluitznáhuac, 44, 84 Orne Acatl, 43
('balt"hiuhcfhuatl, &4 Orne Tochtll, 44, 84
B f'h ieomt"C6h u atl, 44 I
('hi-. 59, 95 p
Ha d iano, '16 C'h iptt, 135 Ichpochcálll, 61, 64, 118
H rnsil , 45 C'hol611an. 110 Iglesia Cat61lca, 112, 143 Palacio Nacional, 48
India, 150 Panamá, 135
e D Inglaterra., 54, 112, 120 Palma, 46, 47
Isabel la Cat6llca, 45, 46, 111 rantla\n, 135
('al p i<'hcac(•lll: 47, 92, 93 o .. rt'clto
can6nleo, UO Ithualll, 44, 47, 48, 110 Pay nal, &l
Cal mo'c·u.c: 60, 62, 6'1, 6!1, 8-l, 100, 115, Dl'rt'<'ho ronstltuclonal, lSO Itz6can, 108 P edro tic Arag6n, 61
l>f'recho romano, lM Iltzquitécatl, U, 84, 100, 114 Pér ez !\lartinez Héctor, lU
125
('umaxtll: 4 3 Díaz llt•mal, 113 Ixmom6ztll, H Perieles, 129
( ':irnw n : 44 Distrito }'f'df'ral, 4'! lxtllllan, 4S Perú, 76
('C'rvan t c·~ de Salazar; 118 nura\n, 91 Ixtlllton, 4S Petlacaleo, 47, 92
( 'i1•e.rón : 135 Plancarte 82
('ihuat l'O<'ll.lli, 6-l, 34 B J Platón, 59
( 'ihnatlahto<'an, 117 Plaza de la Constitución, 44, &8
t'inkotl, U l-:l'hc•1•at1•r11htll. 41, Jerusalén, 148 Pochteca tlahtoct\yotl, 101, 109
<' i¡mctónal, 41 EinstPin, • 4~ Pochth\n, 88, 108
('lavij.-ro: 41i, 7•i ~ 1, 107 El Saln 1dor, 'n L Pomar, 85
( 'údi<'c ~kndoclno, 139 l :spaiia, 1:15, U9
f'ohuatlleuc, 41 t :stado, passlm Landa, 112 Q
( :ohuatPpantll, 45 ~: stiLdo!l l'nldos de A. 11! Lcglslacl6n de Indlae, 185, 188, ISO
f'olbcrt, 116 Europa, 127, 1S9, lü, UO Luis XIV, 115, IZO llS
(' ol hut\can . 41, 46 Quinto Sol, 18
f' olón , 136 F M Quctzalc6huat.t, 41, 43, es. 8& l i t
Colo1¡ul o d e los DoN\ 136
Cong rl'SOS ('on~tl tu yc n tl's, UI F:u- n ltl\d tll.• Dt'ttcho, U O lllacullx6chltl, U
Made.ro, 48, 48

Marx, 150 Rusia, 59, 95, 112, 119
152 Marruecos, 185
Mendlza\bal, ,2, 118 s-
Mcsoamérlca, 180
Me:dcatl, 84 Snhagún. 64, 67, 88, 69 93, 100, lH

153

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Teoca.ltlaplalU, . . VleJo Mundo, to 1988 en los talleres de Artes Gráficas Padel, instalados en
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T~lncal, '8 X61otl, U
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TlacOr.-n, Tacuba pa1111lm ~
TlaoldWa, f8, 100
TlahMean, Sl, 40, U, U, f9, Yahcatec6htll, 110
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Tlaoaquillacalll, 109
z N!! 777
Zorita, 111, 148

154

,.
EN ESTA OBRA EL DR. IGNACIO ROMEROV ARGAS
I ITURBIDE, AUTOR DE SETENTA OBRAS SOBRE LA
l HISTORIADE MEXICO, EXPLICA CUAL FUE LA
ORGANIZACION SOCIALISTA DE LOS PUEBLOS DE
ANAHUAC, Y SEÑALA LOS PUNTOS CLAVE EN LOS
QUE SE APOYO EL SISTEMA ECONOMICO QUE DIO
ORIGEN AL PODERIO DE LOS NAHUAS.

LA HISTORIA UNIVERSAL CITA DOS CULTURAS


EXTRAORDINARIAS: LA EGIPCIA Y LA CHINA; SIN
EMBARGO, HASTA AHORA SE EMPIEZA A DESCU-
BRIR LA VERDADERA GRANDEZA DE LA CULTURA
DE ANAHUAC, VERTICE DEL TRIANGULO QUE-SOS-
TUVO LA SINGULAR CULTURA MUNDIAL, DE UNA
GRAN EPOCA .

...

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