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21. ATAQUE POR SULFATOS AL HORMIGÓN

Introducción

El concreto u hormigón es el material de construcción más utilizado en las sociedades


industrializadas. Sus propiedades mecánicas y su poca necesidad de mantenimiento lo han
hecho el material más competitivo entre todos.
Sin embargo, en ambientes muy agresivos, su durabilidad se acorta debido a la corrosión de la
armadura de acero.
La corrosión en los metales supone un problema mayor que en otros materiales. El vidrio se
corroe con soluciones altamente alcalinas, y el hormigón con aguas ricas en sulfatos. La
resistencia a la corrosión del vidrio y del hormigón puede incrementarse mediante cambios en
su composición.
El hormigón, en general, y el de cemento Portland en particular, es un medio alcalino, protector
de las armaduras contra la corrosión. Pero si por una circunstancia cualquiera (penetración de
agua, disoluciones ácidas o gases húmedos ácidos) la alcalinidad disminuye, la protección
puede peligrar e incluso anularse. Además la presencia de aniones, tales como los cloruros,
pueden desencadenar también una fuerte corrosión de las armaduras.

En obras de hormigón expuestas a agentes alcalinos (que atacan al hormigón fabricado con
cemento Portland común), suelen emplearse cementos resistentes con bajo contenido de
aluminio. En estructuras construidas bajo el agua del mar suelen utilizarse cementos con un
contenido de hasta un 5% de óxido de hierro, y cuando se precise resistencia a la acción de
aguas ricas en sulfatos se emplean cementos con una composición de hasta 40% de óxido de
aluminio.

¿En qué consisten los ataques por sulfatos?

El ataque de sulfatos ocurre donde hay concentraciones relativamente altas de sulfatos


de sodio, potasio, calcio o magnesio, tanto en los suelos como en aguas subterráneas,
superficiales o en aguas de mar. También pueden ocurrir en algunas instalaciones industriales,
en deshechos o subproductos. Los sulfatos son muy solubles en aguas y penetran con facilidad
en estructuras de concreto expuestas a los mismos.

El ataque de sulfatos se debe a la combinación de ión sulfato con el aluminato de calcio


hidratado del cemento, formando ettringita (sulfo aluminato de calcio) y con el hidróxido de calcio
libre o liberado durante la hidratación del cemento, para formar yeso. Ambas reacciones
producen expansiones fuertes, ya que tanto la ettringita como el yeso alcanzan un volumen
mucho mayor que el de los depósitos reactantes que los formaron y como consecuencia,
ocasionan disrupciones y destrucción de los morteros y concretos donde penetran.

Dado que la presencia de suelos o aguas sulfatadas es un hecho, en algunas áreas


volcánicas o donde hay depósitos de yeso, deben tomarse precauciones en la construcción de
obras de concreto en dichos lugares. Las concentraciones de sulfatos (SO42-) de más de 150ppm
en aguas subterráneas o de 0,1% en suelos producen ataque y si pasan de 1.000ppm en agua o
de 0,2% en suelos, el ataque puede ser severo. Se ha visto que la mejor medida preventiva
contra el ataque de sulfatos es la utilización de un cemento altamente resistente a sulfatos en
morteros y concretos que estarán expuestos a este tipo de acciones.
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¿De dónde provienen los sulfatos?

El medio ambiente puede tener concentraciones agresivas de sulfatos en suelos y en las


aguas en contacto con las estructuras de hormigón. Los sulfatos sólo pueden entrar al hormigón
endurecido, disueltos en agua, lo que ocurrirá con mayor o menor dificultad dependiendo de la
permeabilidad del hormigón. Es posible que los sulfatos se incorporen al hormigón a través de
agregados contaminados, pero esto no debiera ocurrir ya que existen limitaciones precisas en la
cantidad de sulfatos que debe poseer un agregado para poder ser utilizado en hormigón.

La fuerza del ataque dependerá de la cantidad de sulfatos que exista en el medio


ambiente (ver tabla). En nuestro país existen amplias zonas cuyos suelos y aguas presentan
contenidos de sulfatos considerados agresivos.

Ámbitos propicios donde encontrar sulfatos:

· Se encuentran presentes en el suelo, particularmente los arcillosos


· Disuelto en el agua de napas freáticas
· En el agua de mar
· Otra fuente de aporte la constituyen los ambientes de descomposición orgánica, en procesos
anaerobios donde se forma H2S, compuesto que puede transformarse posteriormente en ácido
sulfúrico (H2 SO4) por acción bacteriológica
· Ambientes urbanos o industrializados, con altos grados de polución ambiental (lluvia ácida)
· Puede formarse a través de ciertos procesos biológicos que degradan lentamente al hormigón,
incluso en aquellas estructuras que no se encuentran en contacto directo con el suelo.

¿Cómo pueden atacar al hormigón?

Una vez que los sulfatos ingresan al hormigón endurecido, reaccionan químicamente
compuestos expansivos como la ettringita, el yeso y la thaumasita. De todos ellos la principal
causa de deterioro del hormigón es la formación de ettringita que procede básicamente de la
combinación de los sulfatos con hidratos del Aluminato Tricálcico (AC3) del cemento.

La expansión provocada por la aparición de ettringita en el interior del hormigón


endurecido, lleva a grandes esfuerzos internos que producen la fisuración del mismo. Las fisuras
facilitan y aceleran el ingreso de más sulfato pudiendo llegarse a la desintegración del hormigón.

Al ataque de naturaleza química puede eventualmente agregarse un ataque de tipo físico


ocasionado por la cristalización de sales de sulfato en la superficie del hormigón. Este
mecanismo de deterioro comienza a operar cuando las estructuras de hormigón están sometidas
a ciclos de humedecimiento y secado muy intensos.

Grado de Ataque En agua: sulfatos solubles (mg/l) En suelos: sulfatos solubles (% en


masa)
Moderado 150 a 1.500 0,1 a 0,2
Fuerte 1.500 a 10.000 0,2 a 2,0
Muy Fuerte Mayor de 10.000 Mayor de 2,0
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Acción de aguas sulfatadas sobre el cemento Portland

Los compuestos presentes en el cemento Pórtland fraguado, son atacados por el agua y
soluciones de muchos tipos de sales, aunque, afortunadamente, en la mayor parte de los casos
la acción sobre una masa de cemento fraguado impermeable es tan baja como para carecer de
importancia. Sin embargo, hay situaciones en que el hormigón está expuesto en donde estas
acciones pueden ser de importancia.

Los sulfatos de varias bases atacan muy intensamente a los cementos fraguados. Los
sulfatos de sodio, potasio, amónico y otros varios, reaccionan, tanto con el hidróxido cálcico libre
en el cemento fraguado para formar sulfato cálcico, como con los aluminatos cálcicos
hidratados para formar los sulfoaluminatos cálcicos más insolubles. Las reacciones con sulfato
de sodio, por ejemplo, pueden formularse como sigue:

[1] Ca (OH)2 + Na2SO4 x 10H2O = CaSO4 x 2 H2O + 2NaOH + 8H2O

[2] 3CaO x Al2O3 x 12H2O + 3(CaSO4 x 2H2O) + 13H2O = 3CaO x Al2O3xCaSO4 x 31H2O

[3] 2(3CaO x Al2O3 x 12H2O) + 3(Na2SO4 x 10H2O) = 3CaO x Al2O3 x 3CaSO4 x 31H2O +
2Al (OH)3 + 6 NaOH + 17H2O

La extensión con que actúa la reacción [1] depende de las condiciones. En agua
corriente, con un suministro constante de sulfato sódico, seguirá finalmente hasta agotamiento.
Sin embargo, si se acumula el hidróxido sódico, alcanza un equilibrio que depende de la
concentración de sulfato sódico. Así, con solución de Na2SO4 al 5%, sólo aproximadamente un
tercio del anhídrido sulfúrico se deposita como sulfato cálcico cuando se alcanza el equilibrio, y
con Na2SO4 al 2% aproximadamente, sólo una quinta parte. Con el sulfato cálcico sólo puede
tener lugar la reacción [2].

Los sulfatos alcalinos no atacan a los silicatos cálcicos hidratados de un modo apreciable, por
ser más insolubles que el sulfato de calcio y los silicatos alcalinos que resultarían. El hidróxido
cálcico liberado en el fraguado de los silicatos tri y bicálcicos, reacciona según la ecuación [1].
Así en la solución de sulfato sódico pronto se forman cristales de yeso procedentes del silicato
tricálcico, pero con silicato bicálcico la reacción va mucho más lentamente, de acuerdo con la
muy baja velocidad con la cual este compuesto se separa del hidróxido cálcico en agua.

El sulfato magnésico tiene una acción de más alcance que los otros sulfatos y
descompone los silicatos cálcicos hidratados, además de reaccionar con los aluminatos y el
hidróxido cálcico. Si se coloca silicato tri o bicálcico en una solución de sulfato magnésico,
rápidamente tiene lugar la formación de cristales de yeso. Los silicatos cálcicos hidratados
reaccionan de la manera general:

3CaO x 2SiO2 + MgSO4 x 2 H2O = CaSO4 x 2H2 O + Mg (OH)2 + SiO2.

La proporción del ataque a morteros y hormigones por soluciones de sulfato depende de


la concentración de la solución. Aumenta rápidamente hasta concentraciones de
aproximadamente 0,5% para el sulfato magnésico y de un 1% para la del sulfato sódico, pero
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pasados estos límites disminuye. Así la proporción de pérdida de resistencia en una solución al
5% puede ser solamente unas dos o tres veces la que se tiene en una solución al 0,5%. En una
concentración al 5%, los sulfatos de magnesio y sódico tienen mas o menos el mismo efecto,
pero al 0,5% el sulfato sódico tiene acción menos rápida.

Porosidad del hormigón: Cuanto mayor es la porosidad del hormigón (relación


agua/cemento), mayor resulta su deterioro.

Un método para aumentar la resistencia a los sulfatos del cemento Portland está en la
sustitución por el compuesto C4 AF del C3 A. Esta sustitución por óxido férrico del aluminato
tricálcico fue sugerida por Le Chatelier.

Corrosión del hormigón mortero:

Se debe al ataque de suelos y aguas con alto contenidos de sulfatos que atacan los
aluminatos tricálcicos del cemento. Cuando se está en presencia de un medio con sulfatos, se
deberá especificar el uso de cemento con bajo contenido de aluminato tricalcico.

Resistencia del cemento aluminoso a aguas sulfatadas

Las investigaciones que llevaron a la producción del cemento aluminoso estaban animadas,
como hemos visto, por el deseo de obtener un cemento que resistiese la acción de las aguas
cargadas de sulfatos. Estas investigaciones tuvieron éxito en su intento, y así tenemos en el
cemento aluminoso un material que, en condiciones ordinarias de temperatura, tiene una
resistencia al ataque de los sulfatos y del agua de mar no igualada por ningún otro cemento de
construcción.

Después se han hecho muchas investigaciones y pruebas de laboratorio en condiciones


prácticas sobre la resistencia de los materiales y hormigones de cemento aluminoso a la acción
de sulfatos.

¿Cómo proteger al hormigón del ataque de los sulfatos?

Para proteger al hormigón del ataque de los sulfatos es necesario tomar las siguientes acciones:

- Utilizar hormigones de calidad (compactos y de baja permeabilidad): el ingreso de los sulfatos


al hormigón está gobernado por la permeabilidad del mismo.
- Para que la permeabilidad sea mínima, es importante asegurar un contenido adecuado de
cemento.
- Minimizar la relación agua/cemento.
- Garantizar una correcta colocación, compactación y curado del hormigón.

Con éstas medidas se garantiza la calidad del hormigón fresco y se minimiza el riesgo de
defectos en el hormigón endurecido, como fisuras y elevada porosidad en sus superficies, lo que
facilita el acceso de los sulfatos disueltos en agua. En el gráfico (ver mas abajo), el efecto de la
calidad del hormigón fresco sobre la resistencia a los sulfatos puede verse a través de su
contenido de cemento. Se observa que los hormigones más ricos en cemento tienen
comportamientos más satisfactorios.

Adicionalmente, en caso de preverse que el ataque será muy fuerte, es aconsejable


interponer barreras físicas que impidan el contacto entre el medio con sulfatos y el hormigón.
Este tipo de barreras puede estar constituido por membranas impermeabilizantes aplicadas
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sobre la superficie del hormigón, e incluso por pantallas impermeables construidas en el suelo
circundante a la estructura del hormigón.

Gráfico: Efecto del AC3 del cemento y del contenido de cemento del hormigón.

Los requerimientos que deben cumplir estos cementos están especificados en la norma
IRAM 50001, que limita la composición mineralógica del cemento o del clinker según se trate de
un cemento normal o de un cemento con adiciones minerales respectivamente (puzolanas,
escoria)

En el caso de un cemento normal se exige que el cemento tenga un contenido de AC3


menor al 4%. En el caso de los cementos con adiciones este requerimiento se le exige al clinker
empleado en la fabricación del cemento. Por lo tanto en el caso de los cementos con adiciones
no es correcto verificar los requerimientos normativos a través de la composición del cemento ya
que las normas se refieren a la composición química del clinker base.

Ataques por Sulfatos en Chile

En ambientes con sulfatos la norma chilena no tiene especificación. La norma ASTM


distingue los cementos comunes medianamente resistente a los sulfatos y resistente a los
sulfatos, en cambio las normas europeas, en general clasifican en cementos comunes y
cementos resistentes a los sulfatos. El anexo G de la norma chilena 170 dice: “La protección del
hormigón contra el ataque de los sulfatos, o de otros elementos de carácter químico o similar, se
logra fundamentalmente con una excelente calidad de su fabricación, alta densidad,
homogeneidad, con baja razón agua/cemento, y con el empleo de cementos adecuados. En este
sentido, el aire incorporado es beneficioso, por cuanto permite reducir la razón agua/cemento
mencionada”.

Los resultados de las diferentes investigaciones realizadas demuestran que el impacto


positivo que generan las adiciones de materiales puzolánicos en el cemento para soportar el
ataque de sulfatos. Es así como las bases de cemento Portland, que por su composición no
pueden ser considerados como sulfato resistentes, al reemplazar un 14% o más de su contenido
de clinker por puzolanas de la zona de Pudahuel (y probablemente otras utilizadas por la
industria nacional), modifican su comportamiento a tal punto que según el ensayo ASTM C 1012
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y los criterios de la norma ASTM C 1157, se comportan como cementos con las mismas
características sulfato resistentes que un cemento tipo V de la norma ASTM C 150.

En Chile, a diferencia de lo que ocurre en otros países, el ataque de sulfatos es poco


frecuente y el grado de ataque puede clasificarse como moderado o leve en la gran mayoría de
los casos.

En definitiva, los resultados indican que en Chile, donde existe tradición en el uso de
cementos puzolánicos, es del todo conveniente acoger el criterio de la norma ASTM C 1157 que
califica a los cementos de acuerdo a su comportamiento real en reemplazo del criterio de la
norma ASTM C 150 que los califica de acuerdo a su composición y que, además, es válido sólo
para cementos Portland. Esto permitirá especificar la performance requerida al cemento para
soportar la presencia de sulfatos, según sea el grado de ataque, sin encarecer innecesariamente
el costo de las obras.

En general, en temas de durabilidad, además de la correcta elección del cemento de


acuerdo a criterios adecuados, es necesario considerar en el diseño de la mezcla una cierta
razón A/C máxima, una dosis mínima de cemento, la trabajabilidad adecuada, el correcto
manejo del hormigón en la obra, la compactación que permita obtener la mayor compacidad y un
pronto y eficiente proceso de curado del hormigón.

Diseño por durabilidad empleando el método de factor de seguridad

La teoría del diseño por durabilidad está basada en la teoría de seguridad tradicionalmente
usada en diseño estructural (diseño por confiabilidad estructural). En este contexto, el término
seguridad de una estructura se define como la capacidad de ésta de resistir, con un grado de
certidumbre aceptable, la posibilidad de falla debida a la degradación gradual del material
producida por agentes agresivos del medio ambiente.
Tradicionalmente, la metodología del diseño por seguridad estructural se ha aplicado con
exclusividad a la mecánica estructural. Un nuevo giro que se ha dado a la teoría por seguridad
estructural es la incorporación del factor tiempo dentro del diseño, permitiendo así la posibilidad
de incluir la degradación del material como una parte esencial en el diseño de la estructura. La
seguridad en contra de la falla será considerada una función del tiempo, al diseñar la estructura
por serviciabilidad, incluyendo el requerimiento de vida útil que deberá cumplirse.

Patología de las estructuras de hormigón en plantas depuradoras y soluciones de


reparación

Las estructuras de hormigón en estaciones depuradoras de aguas residuales deben resistir un


medio exterior muy agresivo y pueden sufrir a lo largo del tiempo una serie de lesiones que se
deben reparar. Se produce una degradación en el hormigón armado y consecuente corrosión de
sus armaduras por distintos tipos de procesos. Existen causas físicas y mecánicas
(permeabilidad excesiva del hormigón, la existencia de fisuras, erosión...), causas químicas
(cloruros, sulfatos, CO2 atmosférico, O2 inyectado, ácido sulfúrico, sulfhídrico...) y fenómenos
biológicos como la corrosión bacteriana que convierten el ambiente en un medio altamente
corrosivo.

Cualquier estructura en contacto con aguas residuales se ve sometida a cambios continuos en el


grado de contaminación, diversos efectos medioambientales, fluctuación de los niveles del agua
y formación de microclimas agresivos. Para todo ello, existen diversos productos y sistemas que
se pueden utilizar tanto para proteger las mencionadas estructuras de hormigón y evitar el
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desarrollo de la degradación, como para repararlas. Productos clásicos de protección y


reparación generalmente sólo resisten ataques de ácidos o álcalis, con lo que su efectividad es
limitada en EDAR cuando se combinan otros ataques. Existen tipos de morteros especiales de
alta resistencia a los sulfatos y otros ácidos, poseyendo al mismo tiempo altas prestaciones
mecánicas y baja retracción, así como protecciones e impermeabilizaciones basadas en
productos epoxi libres de disolventes o en base brea.

Aditivos para la protección del hormigón al ataque de sulfatos

- Vandex Super / Super White:


Actúa como protector contra la acción del agua de mar, aguas residuales, aguas agresivas del
subsuelo y productos químicos.

Conclusiones

Los productos de la corrosión (herrumbre), por las condiciones de su formación y por su


naturaleza, en ningún caso pueden servir de protección a las armaduras, por lo que el fenómeno
corrosivo, una vez iniciado, progresa de manera continua si persiste la causa que lo originó. Por
otra parte, los productos de la corrosión se forman con carácter expansivo, desarrollando
grandes presiones que provocan la fisuración y el agrietamiento del hormigón junto a las
armaduras y abren nuevos cauces a los agentes agresivos. De aquí la gran importancia que
tienen la compacidad y los recubrimientos en la protección de las armaduras del hormigón.

También pueden provocar corrosión la existencia de corrientes vagabundas en las armaduras.

A efectos de protección de las armaduras contra posibles peligros de corrosión de uno u otro
tipo, deben tenerse en cuenta los hechos siguientes:

La corrosión, como fenómeno cuya ocurrencia es aleatoria, está regida por las leyes de la
probabilidad y, en consecuencia, implica siempre un riesgo.
Una eficaz garantía contra este riesgo consiste en la observancia de las indicaciones y
recomendaciones anteriormente hechas.

La corrosión de las armaduras, como la de cualquier estructura metálica, puede combatiese más
fácil y económicamente si se prevé por anticipado. En cambio, una vez comenzada, sus efectos
son imposibles o muy difíciles de evitar, y siempre a un costo elevado.

Cuando se presuman riesgos serios de corrosión, es aconsejable documentarse debidamente,


recurriendo a las publicaciones especializadas o al dictamen de especialistas idóneos.

Además determinada polución causa la lluvia ácida, la cual penetra en el material de


construcción a través de los poros de las pinturas ordinarias y ataca la obra químicamente.

Al diseñar sistemas y procesos para fachadas hay que tener en cuenta todos estos problemas
enumerados que les pueden afectar y disponer de las soluciones adecuadas para REPARAR los
casos que ya presentan el problema o la consecuencia del mismo, y para PREVENIR los
problemas y sus consecuencias por lo menos durante un periodo de tiempo importante.
En términos generales, el revestimiento debe ser impermeable al agua exterior, pero también
debe ser permeable (transpirable) al vapor de agua para permitir salir a las humedades
contenidas en el sustrato. Si el revestimiento no es suficientemente transpirable y no deja salir la
humedad interior, se forman bolsas de agua que lo presionan, causando manchas de humedad,
reblandeciéndolo y reventándolo.
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Asimismo debe ser resistente a la acción de los rayos UV de la luz, para que no se deteriore el
color y se destruyan los pigmentos. Debe ser también resistente a la acción química de las
sales, el ataque de CO2 del aire (si es hormigón o cemento) y del anhídrido sulfuroso/sulfúrico
contenidos en el aire contaminado y a la alcalinidad del sustrato.

No olvidar que esta calidad significa menor frecuencia de reparación y por tanto menor coste por
año.

Bibliografía

- “Química del Cemento y el Hormigón” (“The Chemistry of Cement and Concrete”), Frederick
Measham Lea y Desch, Traducida por Manuel Benítez y Manuel Galán, 1960.

- Enciclopedia Encarta 99, Microsoft, 1999.

- www.ing.unlp.edu.ar/bibcent/coprog/co1079.htm

- www.procuno.pta.es/images/ARTICU24.html

- www.construir.com/Econsult/C/Consulta/ RENISON/document/armado5.htm

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